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¿Vacío de valores?

Blas LaraEn este preciso instante vivimos bajo la impresión de un profundo  y desolador “vacío de valores” en nuestra sociedad. No hay que esforzarse demasiado para constatar la invasión del materialismo global que se extiende continuamente desalojando las viejas estructuras de pensamiento y las preferencias colectivas. Un escenario que avanza imparablemente mientras que lo espiritual se está replegando.

Ideas, valores y comportamientos están cambiando a un ritmo acelerado en estos últimos decenios. Y de manera simultánea sin que sea posible señalar claramente el acontecimiento que ha desencadenado estas mutaciones.

Además, desde hace casi dos siglos el divorcio entre ciencia y religión amenaza, si no está ya consumado en la mente de muchos, a causa de la inconsistencia de las explicaciones tradicionales  de las religiones a problemas como la cosmogénesis, la evolución, los fundamentos de la ética, etc.  Lo menos que se puede decir es que el enfrentamiento entre Religión y Ciencia ha conducido a la pérdida de credibilidad y al desinterés por la Religión. Consecuentemente las estructuras seculares trasmisoras de valores de base se han agrietado.

El panorama actual convulso e inseguro requiere nuevos valores  que nos guíen. Nuestra sociedad dejó de ser receptiva a los mensajes de las religiones..

Sin embargo, las necesidades apremiantes de los seres humanos y las apetencias de los tiempos nuevos exigen nuevos comportamientos. Para satisfacer toda clase de necesidades y apetencias es indispensable la racionalización de  acción social que conduzca a nuevas conductas y nuevas estrategias.

En sustitución de la moral cristiana sobre la que se asentaban los fundamentos  de la sociedad antigua, ha irrumpido el materialismo que ofrece al individuo un punto de partida realista sobre el que anclar su vida.

¿Un vacío  de valores o un radical cambio de valores?

En la ruta actual no es fácil ser optimista. No se ve la luz. Viví desde mi cátedra de Lausanne  la pasión revitalizante de Mayo del 68 que invadía la Europa central. Aquel apetito de luz, libertad y justicia, se ha ido poco a poco desinflando. Las jóvenes generaciones comenzaron a vivir la obsesión del dinero.  Y después, especialmente en el sur de Europa, la amenaza del desempleo.

El desenfreno liberal, la caída de barreras y de límites a la ganancia especulativa  hicieron evaporarse rápidamente los valores de humanismo y la maravillosa utopía de mayo 68.

¿Qué quedó de los valores tradicionales cristianos detrás del vendaval neoliberal?

Lo único que se percibe son versiones “soft”  de los valores cristianos.  Los hijos de Dios devienen portadores de Derechos Humanos. El amor del sermón de la Montaña, ha cedido el sitio a los valores laicos y más atenuados de Igualdad y Fraternidad, expresiones más laicas, menos hiperbólicas, menos utópicas y más realistas.

En una primera confrontación histórica entre dos símbolos, Darwin contra Jesús,  es Darwin quien se ha  llevado las de ganar. Evolucionismo, reduccionismo materialista, etc.  se han impuesto contra espiritualismo, amor universal, etc.

Pero los tiempos van a cambiar porque el liberalismo y el capitalismo están mostrando su cara más feroz e  inhumana.

En contraposición, a pesar de que el mensaje de Jesús  del amor al prójimo  ofrece bases para fundar estrategias en materia de relaciones individuales, no  ofrece sin embargo las  bases capaces de estructurar nuestra sociedad ni de inspirar las instituciones necesarias para una gestión técnica moderna de la “cosa pública”, con propuestas viables para futuros mejores.

En este punto soy pesimista. La aventura humana del vivir y del saber termina tropezando con un muro que no puede franquear.  Lo único que podemos hacer es vivir una pasión por la luz que no nos llega. La referencia clásica sería Edipo. Estamos encerrados en las premisas de nuestra propia naturaleza.

Hay quienes proponen sustituir el conflicto por la articulación como base y soporte de las estrategias en sociedad.

Y sin embargo la confrontación (y no la paz) ha sido considerada como la fuente regeneradora de vida y formas sociales . Una idea que encontramos ya en los antiguos griegos. (Heráclito citado por Nietzsche: La guerra es el principio de todas las cosas. O polemos pater panton).

Una confrontación bien aprendida por Adam Smith y el neoliberalismo. El trio conflicto-egoismo-competitividad constituye hoy pilar y motor de la sociedad.

Muchos quisieran cambiar por valores cristianos. El problema es que la alternativa clásica de   amar al prójimo como a uno mismo es válida  en el plano individual pero  la historia ha demostrado que las experiencias  colectivas basadas en la  filantropía y el amor desde el comunismo hasta el movimiento hippie, han terminado en el fracaso, y no han sido sino  una  efímera anécdota de la historia muchas veces repetida.

Y eso nos lleva a concluir que los fundamentos de la conducta humana colectiva para el  siglo XXI han de ser repensados en términos de nuevas estrategias de acción y no solo de buenas intenciones.

12 comentarios

  • h.cadarso

    Amigo Blas: Los valores creo yo que no han desaparecido, aunque tal vez han cambiado de nombre y de circunstancia. Desde nuestro universo de jubilados, corremos el riesgo de quedar marginados del pulso de la vida real, de las rutas que se han cerrado y las que se han abierto.
    Nos convendría, creo yo, acercarnos a la vida real, si no para implicarnos al cien por cien en la acción, al menos para sentir cómo se mueven los humanos, para captar el pulso de los jóvenes.
    En este momento, he intentado volverme un chaval y participar en el alumbramiento de una candidatura municipal. Aquí las nuevas maneras de los de Podemos, fruto de aquel famoso 15-M y tal vez también de las primaveras árabes, lo condicionan todo…Hay una nueva manera de hacer política, más desenfadada, menos encorsetada con los cánones de la famosa Transición democrática de los años 1970 y el posfranquismo, más de borrón y cuenta nueva, más de jubilar a los “carrozas” y arrinconar a la “casta”. Y si te metes en la “movida”, amigo Blas, a veces te dan mareos, pero constantemente te das cuenta de que los jóvenes, el relevo que tenemos a la puerta, no son tan pasotas como creíamos, no “pasan” de valores, se mueren de ganas de tirar abajo a los ídolos de ayer y construir un mundo nuevo.
    Pero todo eso solo se siente y percibe si te acercas, si te implicas en la acción, en una actitud sabia de contemplación, de ver los toros desde la barrera, y al mismo tiempo arriesgarte en algunos lances muy cerca del burladero, por supuesto.  Yo me lo estoy pasando bomba, Blas…Los jóvenes de hoy también están llenos de ideales, lo mismo que los del mayo 68, lo mismo que los militantes de la JOC de los años 70. Pero de otra manera, con distintas palabras, con distintos credos. Pero dotadosde unas herramientas y una preparación mucho más completa que la que teníamos nosotros, señores de toda la tecnología de hoy…Nos toca darles la alternativa, generosamente, humildemente, conscientes de que nuestro tiempo ya pasó, de que les toca a ellos protagonizar, repensar y construir un mundo nuevo.

  • Antonio Vicedo

     
    Mas que recorrer desorientados por el laberinto que conforma tanto el materialismo como el espiritualismo, bipolando el quehacer humano, tanto individual como social, convendrá plantearnos en serio el quehacer personalista humano vitalmente unificador de nuestra realidad y tratar de aceptar una verdadera orientación primero de nuestra mentalidad o racionalidad y en coherencia con ello una práctica de equilibrio y equilibradora para que la Humanidad pueda ser verdaderamente humana en y para tod*s los seres que pertenecemos a esta singular y extraordinaria especie natural.
     
    Quien arrastra al desorden, el desequilibrio y la injusticia es la mente desorientada en el discernimiento de los auténticos valores humanos  que debe apreciar y ordenar y no falsear.
     
    La razón es la capacidad de la que dispone el ser humano para conseguir, desde su relativa libertad, el poder optar por lo que es coherente con la verdad y el bien propio y ajeno, asumiendo su propia e ineludible responsabilidad práctica.
     
    No está el origen del desorden humano fundamentalmente en lo material, sino principal y causálmente en lo racional, en mentalidad o buena conciencia, plasmada en una práctica vital, lo mas coherente que se pueda, con esa orientación por y desde la verdad.
     
    Quedo claramente dicho:-Si no cambiáis de mentalidad…
     
    Porque, con una mentalidad basada y estructurada en y por la falsedad, nunca alcanzaremos la LIBERTAD, clima ineludible para el AMOR SOLIDARIO DE GLOBAL HERMANDAD.

  • Isidoro García

    Discurso de Robert Kennedy, dado el 18 de Marzo de 1968, durante su campaña presidencial:
    “El producto nacional bruto no permite medir la salud de nuestros hijos, la calidad de su educación o la alegría de su juego. No incluye la belleza de nuestra poesía o la fortaleza de nuestros matrimonios, la inteligencia de nuestro debate público o la integridad de nuestros funcionarios públicos. Tampoco mide ni nuestra inteligencia, ni nuestro valor, ni nuestra sabiduría, ni nuestro aprendizaje, ni nuestra compasión, ni nuestra devoción a nuestro país, en definitiva mide todo, salvo lo que hace que la vida valga la pena“.
     
    El claro pesimismo que expresa Blas, yo creo que tiene que ver con todas esas cosas que decía Robert Kennedy, hace ya casi cincuenta años, que hacen que la vida valga la pena.
     
    Indudablemente se nota un progreso moral en la sociedad, insuficiente sin duda, pero evidente, como enumera Pepe Blanco, pero yo creo que a lo que se refiere Blas, es a que los valores, (= las cosas deseables = las que merecen que la vida valga la pena), que las fuerzas de progreso, constantemente ponen en primera fila de sus mensajes, (y de lo que está lleno el corazón, se llena la boca), son valores puramente materiales.
     
    Se me dirá que hay que tener los pies en la tierra, pero yo creo que la cuestión es mucho más importante y trascendente que meramente, tener más salarios, más pensiones, mejores condiciones de trabajo, etc. Estamos “sindicalizando” la vida social y política, en un carrera sin fin, que no causa en las personas, más que frustración y desencanto. Se pone la zanahoria inalcanzable delante del burro, para que siga dando vueltas a la noria.
     
    Cuando la ética política y social, se transforma en el tablón de anuncios de un sindicato de trabajadores o funcionarios, algo muy importante se está perdiendo. Ese reduccionismo feroz de ideales, es una carrera perdida de antemano, como el del galgo y la liebre mecánica. Por mucho que crezcan las “conquistas sindicales”, nunca es suficiente para lo que se desea: “Nunca sabrás qué es suficiente, hasta que sepas qué es más que suficiente” (William Blake).
     
    Dice el chiste cínico: “Da igual tu clase o tu nivel, al final a todos nos gusta lo mismo: follar y las gambas”. Ese es el materialismo que no nos conduce a nada más que a la frustración personal, y de paso a la aniquilación del planeta. Porque cuando te has comido ya suficientes gambas, te apetecerán los langostinos, y después… hasta que no quede ni las raspas de nada.
     
    Se me argüirá con los casos de necesidad extrema. Cierto. Pero esos son casos que habrá que resolver adecuadamente, (sin olvidar la necesaria concertación mundial pro control de la explosión demográfica que nos está devorando). Claro que en estos casos las necesidades materiales primarias son de urgente solución.
     
     
    Pero con el pretexto de los pobres-pobres, el mensaje que la izquierda de progreso manda a la generalidad de la población sigue siendo lo mismo: que los ricos comen más gambas que nosotros, y eso no es justo ni se puede tolerar.
    ¿Dónde quedan ahí “todas esas cosas que hacen que la vida merezca la pena”, que citaba Kennedy?.

  • Rodrigo Olvera

    Suscribo del todo lo escrito por Pepe Blanco
     
    Agrego que cuento ya al menos 3 entradas/autores de ATRIO en menos de dos meses en que se repite el esquema de contraponer “valores cristianos” o “cristianismo”  contra “Derechos Humanos”, siempre en perjuicio de los Derechos Humanos (Barberá, Román y ahora Blas). Es una reiteración que me preocupa.  Y por favor, no salgan con que es censura, o el dedo de no sé que ministro, o laicismo que excluye la espiritualidad. No estoy en contra de una visión y compromiso de los derechos humanos desde el cristianismo, o mejor aún desde la espiritualidad del hijo del carpintero. Más aún, es desde esa tradición humana desde donde yo personalmente camino. Pero sí contra-argumento esa “nueva apologética católica” que requiere descalificar las expresiones no confesionales de los Derechos Humanos para “defender” la relevancia social de la fe cristiana.

  • José Ignacio Calleja

    A ver si tengo tiempo de explicarme en otro momento. A título declarativo, estoy bastante más cerca de Pepe Blanco (¡por una vez y ya era hora!) y de Pascual et alii,  que de Blas Lara. Digo más cerca, no que no vea aspectos de valor en lo que analiza. Yo recelo mucho de las estructuras de poder acumulado, donde los mejores valores sufren como amortiguadores destrozados en una camino impracticable.

    Las personas aman esos valores, pero si ven que una y otra vez los más poderosos los manipulan para causas tan injustas, no ven (vemos) por qué darles el significado político que a ellos les es tan provechoso.

    Luego algo habrá que hacer para integrarlos en una estrategia de justicia y unas estructuras que los respeten más. O sea que la crisis es de valores en las personas -cuando lo es-, porque, con más peso, es crisis de justicia social en las estructuras sociales. Todo es dialéctico, sí, pero mi balanza se inclina del modo que digo hacia la injusticia social de las estructuras de todo tipo, que vienen de lejos internacionalmente; y que, desde luego, ideologías un tanto nihilistas e individualistas no pocas veces las ven insuperables y terminan de embarrar por completo el campo de juego.

  • pepe blanco

    No recuerdo quién dijo que la vida es todo eso que te pasa mientras tu te empeñas en lo contrario…
     
    Los extraordinarios valores de nuestra sociedad actual son todos esos que están ahí delante de nosotros mientras algunos se empeñan en buscarlos más allá de las estrellas. Algunos ya han sido mencionados. Pero hay más. Por mencionar algunos de ellos:
     
    1.- Nunca como en nuestro tiempo y en nuestro entorno cultural, había sido reconocido la igualdad de las mujeres y los hombres. ¿Acaso no es ese un valor extraordinario? Es cierto que en la mayor parte de los ámbitos de la vida aún no se ha conseguido la igualdad de hecho. Pero creo que está claro que es una cuestión de tiempo.
     
    2.- Nunca como en nuestro tiempo y en nuestro entorno cultural se había reconocido el derecho de las personas a vivir su sexualidad como quieran vivirla, con los mismos derechos legales para homosexuales que para heterosexuales. Es cierto que aún falta tiempo para que muchas personas asuman esa igualdad con naturalidad. Pero es una cuestión de tiempo. ¿Acaso no es un valor extraordinario ese respeto y esa aceptación de la vivencia personal de la sexualidad?
     
    3.- En nuestro entorno europeo más cercano, los dirigentes políticos parecen haberse dado cuenta que es mejor sumar que dominar. ¿Cuándo la cristiana Europa de cristianísimos valores había estado 70 años seguidos sin guerras intestinas? ¿No es un valor extraordinario que vaya cundiendo la idea de que es preferible solucionar los problemas con pactos que con cañonazos?
     
    4.- Nunca antes había ha habido tantos países con democracia. Sí, ya sé que alguien dirá que la demoracia no es perfecta, que si los mercados, que si bla, bla, bla. Pero por muy deficiente que sea la democracia actual, mucho más deficiente fue la ausencia de estructuras democráticas que muchos sufrimos durante siglos, hasta hace 4 días, como quien dice. Y, por muy deficiente que sea la democracia, al menos una vez cada 4 años podemos votar y echar a quienes han gobernado mal. Cosa que no podían hacer nuestro abuelos (al menos los abuelos de los españoles).
     
    5.- Nunca el acceso a la información de todo tipo ha estado tan universalizado como en nuestro mundo actual. ¿Acaso no es ese uno de los valores más extraordinarios de nuestra sociedad actual?
     
    6.- Paralelamente, nunca la comunicación entre las personas ha sido tan fácil ni tan buscada como en nuestra sociedad actual. ¿No es ese un valor extraordinario? ¿Alguien se imagina a nuestros abuelos manteniendo una discusión como, sin ir más lejos, esta sobre los valores de la sociedad actual en Atrio?
     
    7.- ¿En alguna época del pasado proliferaron las organizaciones no gubernamentales o de voluntariado, con la carga que implican de compromiso personal, como en la actualidad? (independientemente de las objecciones que se les pueda poner, que son algunas e importantes, en mi opinión) ¿No expresan unos sentimientos de solidaridad que buscan vías para manifestarse al margen de ideologías religiosas, que era como se solían expresar en el pasado?
     
    Etcétera.

  • Pascual

    En el momento que escribo, dudo si intervenir en el foro o no porque tengo entendido que Blas Lara es mucho señor para que un cualquiera le enmiende la plana, por muy caballero que sea –es- Blas Lara. Y este cualquiera no le quiere enmendar ni una coma sino exponerle sus puntos de vista. Nada más.
     
    Dices tú: “En este preciso instante vivimos bajo la impresión de un profundo  y desolador “vacío de valores” en nuestra sociedad
    -Y yo creo que los valores de “ayer” son gorriones que volaron, y que ahora hay otro pájaros; pero hay. ¡Son otros pájaros, conste, pero los hay”
     
     Dices tú: “…constatar la invasión del materialismo que se extiende”.
    -Es que estamos hechos de un material tan material que el materialismo no se extiende sino que cobra su posición natural.
     
    Dices: “mientras que lo espiritual se está replegando”. –No, Blas; lo que se está replegando, tú lo sabes muy bien, es la vieja escuela por caduca, por ineficaz, porque hemos llegado a unos límites de lo que es lógico que no casa con lo espiritual de ayer sino con lo espiritual de “hoy” que también es espiritual con otro sentido, aunque sea el mismo en el fondo.
     
    “…sin que sea posible señalar claramente el acontecimiento que ha desencadenado estas mutaciones”.
    Ha sido la vida, Blas, nada más que la vida como es, el “panta rei” del griego, que no se equivocó. No hay acontecimiento; podríamos buscar fechas pero nos perderíamos. Es la vida, es el río que no tiene retorno.
     
     “…el divorcio entre ciencia y religión amenaza…”
    – Lo que son las cosas, Blas; a Teilhar la Ciencia lo acercaba a Dios; y, por mi parte, la Física Quántica me hace rezar sin palabras.
     
    “En la ruta actual no es fácil ser optimista. No se ve la luz”.  
    Hoy, te lo dice uno que a lo mejor es mayor que tú, sólo en edad, tengo que decirte que hoy la gente es más feliz que nunca, los veo, menos los pobrecitos que gimen. En el libro de reclamaciones sólo tengo que escribir dos grandísimas quejas: la vejez y la muerte. Nada más. Por lo demás que nos vengan todas como han venido, menos para los que han sufrido de lo lindo a lo largo de los siglos
     
    “Viví desde mi cátedra de Lausanne  la pasión revitalizante de Mayo del 68 que invadía la Europa central. Aquel apetito de luz, libertad y justicia, se ha ido poco a poco desinflando”.  
    Mayo del 68 fue un invento de humo y lógicamente se volatilizó; tú mismo lo has leído porque es una idea recurrente. Sólo quedó de ello una frase bonita:”Haz el amor y no la guerra”.
     
    “… la amenaza del desempleo”.
    -El desempleo es un tsunami que no cesa, un terremoto que no para; es una catástrofe para nuestra generación y…. Otras generaciones tuvieron otras catástrofes no sé si peores todavía, porque hoy hay, lo estamos viendo una monumental solidaridad humana.
     
    “¿Qué quedó de los valores tradicionales cristianos detrás del vendaval neoliberal?”
    El cristianismo nunca, escucha Blas, nunca influyó en el mundo del dinero; es más, lo bendijo con catedrales y riquezas bautizadas que espantan. Este mundo neoliberal no sé si estallará pero no lo deseo a la manera soviética.
     
    “Los hijos de Dios devienen portadores de Derechos Humanos. El amor del sermón de la Montaña, ha cedido el sitio a los valores laicos y más atenuados de Igualdad y Fraternidad, expresiones más laicas, menos hiperbólicas, menos utópicas y más realistas”. –Gracias a Dios, Blas, gracias a Dios.
     
    “En una primera confrontación histórica entre dos símbolos, Darwin contra Jesús,  es Darwin quien se ha  llevado las de ganar”.
    Creo que Darwin es Darwin y Jesús de Nazaret es Jesús. En este punto no me gusta mezclar el agua con el aceite por pura física. Es que Jesús también expuso su teoría de la “evolución” y punto.
     
    “Pero los tiempos van a cambiar…”
    Es que cada día no es el anterior; claro que van a cambiar en primera persona singular y con el tiempo, en plural mediante una colaboración internacional como se está viendo, por ejemplo, en la del CERN.
    Tu colaboración me ha hecho pensar porque me ha gustado y te la agradezco.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Creo que Blas PROPONE algo.
    Esto es positivo.
     
    PROPONE:
    a) RE-PENSAR
    b) LO QUE NOS HA IDO PASANDO (fracasos)
     
    El 21 de febrero de 1930 Ortega (en Madrid) escribìa a Victoria Ocampo (en Parìs):
    -“Mira Victoria … es forzoso volver a hacer pie, a tocar la realidad, tierra, a arraigar en lo absoluto, a hincarse en algo duro del universo.


    Pero esto quiere decir ineludible e inequívocamente que el tiempo nuevo no es literatura, ni música, ni film- sino pensamiento.
    … la verdad es que el mañana será filosofía- irremediablemente.


    Filosofía es -la verdad-, es tierra bajo la planta, es ser autóctono, vitalmente autóctono, en medio de gentes que viven en el aire o en algún insólido elemento como los ludiones …”-
     
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • George R Porta

    Muchas palabras pueden perder su sentido bueno por el uso repetido, indiscriminado y utilitario. La RAE afirma eso: Cf. por ejemplo,  José Moreno de Alba sobre lexicografía (http://www.rae.es/sites/default/files/Clausura_IV_Curso_de_la_Escuela_de_Lexicografia_Jose_Moreno_de_Alba_2005.pdf)
     
     
    Uno de esos casos pudiera ser el uso de  la palabra “materialismo”. Y “materialismo” sobre todo después de la condena del “comunismo” en el contexto del pensamiento católico (Cf. No. 60 de la Encíclica Divini Redemptoris, 1937).
     
     
    Sin embargo de ello, uno pudiera argüir que, por ejemplo que la defensa del medio ambiente sea una preocupación “materialista” ética o moralmente buena aunque se preocupa por la “base” material de la vida y no por su progreso o avance “espiritual”.
     
     
    En contraste vivir sometidos a la desesperación por encontrar algo de comer hoy día, a esta hora, en algún basurero que circunde la favela, constituye una situación esencialmente injusta, pero materialista y constituye un derecho esencial de carácter  de las víctimas involuntarias de una injusta distribución de las riquezas materiales del planeta.
     
     
    La interpretación literal de la Biblia puede ser considerada “materialista” por excluir indebidamente y con perjuicio “el espíritu” de la sabiduría que la Biblia parece contener y que parece proseguir.
     
     
    La individuación neuro-psicológico-moral de la que se habla en psicología, antropología y ética en el contexto del estudio del proceso de humanización es un proceso materialista porque tiene una base neuro-anatómico-fisiológica pero difícilmente puede ser condenado por ser materialista.
     
    Abraham Maslow, a quien difícilmente  se le pudiera llamar un partidario de la filosofía materialista de la historia, formuló su pirámide de las necesidades o motivaciones desde la imprescindible base materialista de preocuparse por el pan de cada día y nadie puede rebasar ese nivel si cada día o periódicamente no lo satisface suficientemente. 

    Si “materialismo” ―como conducta― se utiliza para indicar consumismo como actitud la confusión con respecto al significado de la palabra si es necesaria es explicable.

    Leo al autor:   “No hay que esforzarse demasiado para constatar la invasión del materialismo global que se extiende continuamente desalojando las viejas estructuras de pensamiento y las preferencias colectivas. Un escenario que avanza imparablemente mientras que lo espiritual se está replegando.”

    En realidad el “vacío de valores” es otra noción absurda e idealista manida y extraordinariamente confusa. Por esta última característica, como lugar de búsqueda y discernimiento, es buena y necesaria, pero como afirmación o hipótesis es fatal. Puede que uno no reconozca los valores que le sean o parezcan prioritarios en el discurso que escucha, pero es difícil afirmar que uno, en efecto, escuche la totalidad del discurso que continuamente sostiene la humanidad.

    Los “valores” éticos teleológicos o referentes a propósito, como quiera que se les quiera llamar, desafortunadamente no pueden tener hoy día una viuda duradera porque la desigualdad o circunstancia al nivel personal, si bien puede ser compartida en algunos aspectos fundamentales, es un atributo de una masa inmensa humanidad que no tiene acceso a la mediación de comunicación igualmente masiva que le fuera necesaria.

    Constatar la confusión de valores no requiere sino articular los que se crean válidos, pero la única generalización (es difícil no reemplazar la carencia de comprensión o información, al menos así me ocurre con las generalizaciones) que parece válida debe ésta de que toda generalización sea parcialmente falsa. El lenguaje, debe poder  especificar a qué particular área de la realidad se refiere cuando generaliza o, lo que es lo mismo, especificar los límites de su subjetividad aclarando aquellos en los que pretenda ser objetivo.

    En esto consiste la pluralidad. Debe estar contenida, por ejemplo, en la confusión que la Biblia condenó en Babel presentándola como destructiva, cuando en realidad la Verdad que ha de ser descubierta ya existe en la confusión desde/en medio de la cual se la descubre.

    ¿Fuera imposible afirmar que muchas personas puedan o no articular adecuadamente su pensar-sentir mientras viven de un modo en el que los valores subsisten aunque no claramente distinguibles incluso para ellas mismas? ¿Quién puede reclamar autoridad para afirmar que el Cristianismo sea la solución única como pretendió Ratzinger en su atrevida afirmación, contraria a Jesús mismo según los evangelios, de que fuera de la Iglesia Católica no haya salvación? Hubo gentes que Jesús no llamó a seguirle.

  • Asun Poudereux

    Primeramente, me gustaría decir, con riesgo a equivocarme, que creo que el autor del artículo, Blas,  se apoya mucho en la apreciación general  de ruptura,  poniéndole dosis personales de pesimismo, para provocar el debate.  Sin embargo, desde cuando  las rupturas , que no dejan de ser aparentes  y etiquetadas como tales, son caos, sino para la mente que pierde el control y la seguridad que cree tener o haber tenido  ¿?
     
    No estoy de acuerdo que se haya puesto alguna vez en marcha la confrontación entre Jesús y Darwin, sino los intereses  del poder  establecido, mimetizado  y no contestado,  ni en sus palabras ni en sus hechos.
     
    A nivel social, desde los distintos estamentos, otra cosa  hubiese sido, si  primeramente la transformación ética en respeto al otro como a uno mismo se hubiera realizado por parte de los dirigentes. Y en vez de buscar el enriquecimiento  propio, a costa de lo que sea,  se hubiera tenido muy en cuenta en las gestiones y decisiones tomadas  el bien común, es decir, la repercusión  en los siguientes,  en la gran mayoría de ciudadanos,  evitando ocasionarles perjuicios, hechos  no deseados  realmente  por nadie,  ni por los unos ni los otros.
     
    Eso nunca se ha hecho, ni creo que se haya intentado más allá de las palabras e intenciones de captación, proselitismo e imposición de uno u otro signo político, social y religioso. Lamentablemente.
     
    Y creo que esto que se dice es clave, por cómo se dice:
     “Sin embargo, las necesidades apremiantes de los seres humanos y las apetencias de los tiempos nuevos exigen nuevos comportamientos. Para satisfacer toda clase de necesidades y apetencias es indispensable la racionalización de  acción social que conduzca a nuevas conductas y nuevas estrategias”.
     
    Cuidado que esto puede ser otra huida hacia adelante, si no se parte del propio ser humano en lo que es y somos, todos y todas sin excepción,  la parte de un todo en unidad en la diversidad.  El todo en unidad,   es anterior a nuestro pensar la realidad, la que hace que todo sea posible en su despliegue y que nuestra mente  caviladora, por más que se lo proponga,   no puede modelar ni asir al gusto y al deseo.
     
    Viviéndose  solo desde la mente se sufre por lo inalcanzado, y  lo que es peor, se hace sufrir a toda persona que se cruza en el camino, o no necesariamente. En cualquier caso un esfuerzo y tesón inútiles,  que  cuesta de reconocer  y que  a veces,  demasiadas,  se vuelve  cruel. Hay muchos ejemplos de ello en lo que llamamos Historia de la Humanidad.
    Seamos más humildes y partamos de lo nuclear, de lo que todos y todas compartimos de fondo.  En ese no-lugar  de constructos previos,   unos con otros  nos encontramos  sin poner barreras al espacio ni al tiempo.

  • pepe blanco

    Me siento más próximo al optimismo que expresa Salomé que al pesimismo que declara Blas Lara.
     
    Lo que al autor no le acaba de parecer bien, a mí me parece estupendo:  “Los hijos de Dios devienen portadores de Derechos Humanos. El amor del sermón de la Montaña, ha cedido el sitio a los valores laicos y más atenuados de Igualdad y Fraternidad, expresiones más laicas, menos hiperbólicas, menos utópicas y más realistas.

    Estamos transitando de una mentalidad heterónoma a otra autónoma. Con dolores de parto, como bien se puede apreciar en textos como éste. Siempre es más fácil que nos digan qué es bueno y qué es malo. Averiguarlo uno mismo y, en ultimo término, consensuarlo con mis vecinos, es mucho mas difícil. Pero más solidamente fundamentado y duradero.

  • Salomé

    “Un vacío de valores” “Invasión del materialismo global desalojando las viejas estructuras de pensamiento” “lo espiritual se está replegando”.
    “En sustitución de la moral cristiana sobre la que se asentaban los fundamentos  de la sociedad antigua, ha irrumpido el materialismo que ofrece al individuo un punto de partida realista sobre el que anclar su vida.”
    ¡Buf! ¡qué planteamiento!… es cierto lo que dice si se analiza globalmente, pero nunca lo mejor, la verdad, la espiritualidad, han sido ni serán de mayorías.
    Lo del “vacío de valores” perdone Ud. que disienta, hay un “cambio” de valores y.. ¡a Dios gracias! ¿Cuándo, en las generaciones pasadas se habían creado tantos comedores sociales por parte de los laicos?, ¿Cuándo, se había respetado tanto a una soltera embarazada?, ¿Cuándo, se había integrado en la sociedad con toda normalidad a los homosexuales? ¿Cuándo, la juventud se ha jugado el tipo como lo hacen ahora en tantas ocasiones en contra de los deshaucios, desempleo, y de otras muchas injusticias sociales?
    Y la espiritualidad, (no basada en formas religiosas) está proliferando, surgen muchos movimientos de espiritualidad  donde la gente acude porque ya las formas tradicionales, vacías de contenido resultan ancentrales y fuera de los signos de los tiempos, etc. etc. etc.
    ¿La moral cristiana? pues… si se basa en mantener el matrimonio hasta la muerte, pase lo que pase… si privan las instituciones por encima de las personas… si la cuestión es cumplir y tranquilizar la conciencia… Si el estado “religioso” es superior al “matrimonial” o simplemente “laico”… suma y sigue… En ningún momento yo puedo lamentarme de que hayan desaparecido estos valores.
    Quizá no le he entendido bien, Ud. perdone, pero veo un pesimismo tan drástico en su escrito que sospecho que sólo tiene ojos para ver de un lado. Insisto, ese lado está ahí, hay que saberlo ver y por supuesto no es de mayorías.
     

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