Otros temas

Autores

Archivo de entradas

Temas

Fechas

Calendario

junio 2014
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30  
7181 Artículos. - 109444 Comentarios.

Hacia el sínodo sobre la familia

Sin duda la revalorización de los sínodos es punto central en la estrategia de Francisco, que tiene un plan bien definido de reformas para los próximos cuatro años, si la salud se lo permite.

El próximo sínodo, con dos sesiones entre 2015 y 2016 aborda el tema de la familia y la sexualidad. Otros temas seguirían, a modo de un Concilio-Sínodo prolongado en el tiempo. Si se consigue el mismo clima de libertad en planteamiento y votaciones que en el Vaticano II, será un gran instrumento de renovación real de doctrina y prácticas de la Iglesia.

La preparación del Sínodo empezó con una gran encuesta. Sigue ahora con un planteamiento de cuestiones a partir de la misma . Es lo que se llama en la jerga vaticana el Instrumentum Laboris, que se acaba de publicar.

A primera vista parte de un realismo inhabitual en la Iglesia que invita a la esperanza. Para otras personas el inmovilismo doctrinal de la Iglesia sigue prevaleciendo. Nosotros sólo queremos ofrecer el TEXTO COMPLETO y el siguiente resumen que tomamos de otro recomendable portal:


El “Instrumentum laboris” para el próximo doble sínodo sobre la familia 2014-2015.

Presentación y resumen por Iacopo Scaramuzzi. Vaticaninsider.lastampa.it. 28-6-2014

La realidad de las uniones “de hecho”, de los divorciados y de la posibilidad de concederles la communion, pero también la denuncia contra el feminicidio y contra la pederastia, la cuestión de la homosexualidad (no al matrimonio entre personas del mismo sexo, pero sí a la atención pastoral hacia las parejas del mismo sexo), la valentía de las madres solteras, la agilización de los procedimientos para la nulidad matrimonial, los anticonceptivos y las dificultades del pueblo de Dios cuando se trata de seguir la “Humanae Vitae” de Pablo VI. En vista del doble sínodo sobre la familia impulsado por Papa Francisco (un sínodo extraordinario en octubre y uno ordinario en 2015), el Vaticano publicó hoy un “Instrumentum laboris”, documento base para la discusión. En 77 páginas, el documento “Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización” (que ha sido traducido a seis lenguas) tiene una síntesis de las respuestas «numerosas y detalladas» al cuestionario enviado por la Secretaría del Sínodo en noviembre del año pasado a todas las diócesis del mundo para sondear los sentimientos, las necesidades y las ideas de los católicos. Estas respuestas, subraya el documento publicado hoy, llegaron desde las Conferencias Episcopales, desde las Iglesias Orientales Católicas “sui iuris”, de los dicasterios de la Curia romana, de las Unión de los superiores generales y también de «un número significativo de diócesis, parroquias, movimientos, grupos, asociaciones eclesiales y realidades familiares», además de «instituciones académicas, especialistas, fieles y otros interesados en dar a conocer la propia reflexión».

El texto no evita cuestiones controvertidas, suscita muchas preguntas y vuelve a proponer el enfoque de Jorge Mario Bergoglio: «Desde el comienzo de su Pontificado, el Papa Francisco ha insistido: “Él [Dios] jamás se cansa de perdonar, pero nosotros, a veces, nos cansamos de pedir perdón”. Este hincapié en la misericordia ha suscitado un notable impacto también en relación a las cuestiones referidas al matrimonio y a la familia, en cuando, más allá de todo moralismo, confirma y abre horizontes en la vida cristiana, cualquiera que sea el límite experimentado y cualquiera que sea el pecado cometido. La misericordia de Dios abre el camino a la continua conversión y al continuo renacimiento». En este sentido, el “Instrumentum laboris” plantea el objetivo de «comunicar los valores del Evangelio de modo comprensible al hombre de hoy», y subraya que «la pastoral familiar, lejos de cerrarse en una mirada legalista, tiene la misión de recordar la gran vocación al amor a la que la persona está llamada, y de ayudarla a vivir a la altura de su dignidad». La colegialidad del Sínodo radica en una expresión clara: «el episcopado, cum et sub Petro, se dispone a escuchar con docilidad al Espíritu Santo, para reflexionar sobre los desafíos pastorales actuales».

El texto está organizado en tres partes y retoma los ocho argumentos propuestos en el cuestionario. La primera parte se titula “Comunicar el Evangelio de la familia de hoy” y subraya, entre otras cuestiones, que «el conocimiento de los documentos conciliares y postconciliares del Magisterio sobre la familia, de parte del pueblo de Dios, en general es escaso. Ciertamente, los entendidos en ámbito teológico los conocen» y que «también hay respuestas que reconocen con franqueza que, entre los fieles, dichos documentos no se conocen en absoluto». Además, «numerosas respuestas confirman que, incluso cuando se conocen las enseñanzas de la Iglesia sobre matrimonio y familia, muchos cristianos manifiestan dificultades para aceptarlas integralmente». En lo específico, el concepto de «ley natural» «resulta ser, como tal, bastante problemático, incluso incomprensible».

La segunda parte del “Instrumentum laboris” es particularmente intensa. Se titula “La pastoral de la familia frente a los nuevos desafíos” y en ella se desmenuzan las situaciones difíciles de la familia en nuestra época, incluidas cuestiones regionales específicas (las guerras, las migraciones, la poligamia y el machismo de muchas culturas). Entre los desafíos pastorales más importantes, el documento indica las cuestiones de la violencia y de los abusos. «Unánime y trasversal en las respuestas es la referencia a la violencia psicológica, física y sexual, y a los abusos cometidos en familia en perjuicio en particular de las mujeres y los niños, un fenómeno lamentablemente no ocasional, ni esporádico, especialmente en determinados contextos», se lee, con una referencia explícita a los feminicidios, los incestos y la pederastia. Entre los factores que provocan crisis en las familias, se habla de la «crisis económica y la inestabilidad del mercado de trabajo», de las migraciones, de una cultura marcada por el consumismo, el carrerismo y la cuda competitividad, además de los anti-testimonios de la Iglesia: la pederastia, el estilo de vida a veces «vistosamente acomodado de los presbítero» o la «incoherencia entre su enseñanza y su conducta de vida».

En cuanto al aumento de las convivencias fuera del matrimonio, el documento indica: «Entre las posibles líneas de acción pastoral, al respecto, se considera esencial ayuda a los jóvenes a salir de una visión romántica del amor, percibido sólo como un sentimiento intenso hacia el otro, y no como una respuesta personal a otra persona, en el ámbito de un proyecto de vida común, en el cual se abre un gran misterio y una gran promesa». De cualquier manera, la Iglesia debe manifestarse «como presencia amorosa, que se hace cargo de los novios, alentándolos a hacerse compañeros de camino, entre ellos y con los demás».

Sobre las madres solteras, el documento contiene palabras muy claras: «Es necesario prestar especial atención a las madres que no tienen marido y se hacen cargo ellas solas de sus hijos. Su condición a menudo es el resultado de historias de mucho sufrimiento, y no pocas veces de abandono. Ante todo hay que admirar el amor y la valentía con que acogieron la vida concebida en su seno y proveen al crecimiento y la educación de sus hijos».

En cuanto al problemas y a los sufrimientos de los divorciados que han vuelto a contraer nupcias, el “Instrumentum laboris” indica que «muchas de las respuestas recibidas señalan que en numerosos casos existe una clara petición de poder recibir los sacramentos de la Eucaristía y la Penitencia, especialmente en Europa, en América y en algunos países de África. La petición es más insistente sobre todo con ocasión de la celebración de los sacramentos de parte de los hijos. A veces se desea la admisión a la comunión como para ser “legitimados” por la Iglesia, eliminando el sentido de exclusión o de marginalización. Al respecto, algunos sugieren considerar la praxis de algunas Iglesias ortodoxas, que, a su juicio, abre el camino a un segundo o tercer matrimonio con carácter penitencial; a este propósito, los países de mayoría ortodoxa señalan que la experiencia de estas soluciones no impide el aumento de los divorcios. Otros piden aclarar si la cuestión es de carácter doctrinal o sólo disciplinar».

Sobre la nulidad matrimonial, en cambio, el documento retoma las consideraciones de Benedicto XVI: «En numerosos casos, señalados en particular en Europa y en América del Norte, se pide agilizar el procedimiento para la nulidad matrimonial; al respecto, se indica la necesidad de profundizar la cuestión de la relación entre fe y sacramento del matrimonio, como sugirió reiteradamente Benedicto XVI». Sobre el mismo argumento, «algunos invitan a la prudencia, señalando que al agilizar, simplificar o reducir los pasos previstos se corre el riesgo de provocar injusticias y errores; se podría dar la impresión de no respetar la indisolubilidad del sacramento; se podría favorecer el abuso y obstaculizar la formación de los jóvenes al matrimonio como compromiso para toda la vida; se podría alimentar la idea de un “divorcio católico”».

En cuanto a las parejas de personas del mismo sexo, «todas las Conferencias Episcopales han expresado su opinión en contra de una “redefinición” del matrimonio entre hombre y mujer mediante la introducción de una legislación que permita la unión entre dos personas del mismo sexo. Hay amplios testimonios de las Conferencias Episcopales sobre la búsqueda de un equilibrio entre la enseñanza de la Iglesia sobre la familia y una actitud respetuosa, que no juzgue a las personas que viven estas uniones. En conjunto, se tiene la impresión de que las reacciones extremas respecto de estas uniones, tanto de condescendencia como de intransigencia, no han facilitado el desarrollo de una pastoral eficaz, fiel al Magisterio y misericordiosa con las personas interesadas». De cualquier manera, «en el caso de que las personas que viven estas uniones pidan el bautismo para el niño, las respuestas, casi por unanimidad, subrayan que el pequeño debe ser acogido con la misma atención, ternura y solicitud que reciben los otros niños».

La tercera y última parte del “Instrumentum laboris”, titulada “La apertura a la vida y responsabilidad educativa”, afronta dos temas. En cuanto a la cuestión de la anticoncepción, la argumentación parte de la conocida encíclica “Humanae Vitae” de Pablo VI, que «tuvo un significado claramente profético al subrayar la unión inquebrantable entre el amor conyugal y la transmisión de la vida». Sin embargo, «las respuestas relativas al conocimiento de la doctrina de la Iglesia sobre la apertura a la vida de los esposos, con particular referencia a la “Humanae Vita”, describen de modo realista el hecho que, en la gran mayoría de los casos, no se conoce su dimensión positiva». Además, «en la gran mayoría de las respuestas recibidas, se pone de relieve que hoy la mentalidad común percibe como una injerencia en la vida íntima de la pareja y una limitación a la autonomía de la conciencia la valoración moral de los diferentes métodos de regulación de los nacimientos». Desde el punto de vista pastoral, «las respuestas, en numerosísimos casos, indican la necesidad de una mayor difusión —con un lenguaje renovado y proponiendo una visión antropológica coherente— de cuanto se afirma en la “Humanae Vitae”, sin limitarse a los cursos prematrimoniales, sino ofreciendo también itinerarios de educación al amor».

Para concluir, en cuanto a la educación, el documento indica que «se muestra cada vez más necesaria una pastoral sensible, guiada por el respeto de estas situaciones irregulares, capaz de ofrecer un apoyo eficaz a la educación de los hijos. Se advierte la necesidad de un acompañamiento mejor, permanente y más incisivo para los padres que viven estas situaciones».

El documento, indican las conclusiones del mismo, ilustra tres «grandes ámbitos sobre los cuales la Iglesia desea desarrollar el debate para llegar a indicaciones que respondan a las nuevas preguntas presentes en el pueblo de Dios son, en cualquier caso, las que aquí se señalan: el Evangelio de la familia que hay que proponer en las circunstancias actuales; la pastoral familiar que hay que profundizar frente a los nuevos desafíos; la relación generativa y educativa de los padres respecto de los hijos». Y concluye con una «Oración a la Sagrada Familia».

4 comentarios

  • oscar varela

    Hola Juana (del TABLÓN)!
     
    Tu “tablonada” termina en (…) tal vez porque Atrio parece no tener activado por el momento el LUGAR de hacer Comentarios al margen de los Post.
     
    Pili se ha asociado y yo me asocio a tu comentario tabloneado.
     
    Te comento, además, que la Federación europea de Curas casados se hubo reunido en junio en Bruselas, a la que asistió invitada algunos representantes de la Federación latinoamericana de Curas casados. Como sigo siendo Secretario de esta última, estoy al tanto de lo que se está haciendo.
     
    Con el “celibato-opcional“:
    * ¿qué pasará?
    * ¡¿qui lo sá?!

    Abrazo y ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • h.cadarso

    !Lagarto, lagarto! Este hilo me suena a “más de lo mismo” inmovilismo, freno de mano a tope…Volvemos a la Humanae Vitae y más atrás.
    Antonio Vicedo, tu teología moral es muy buena, tío!
    Evidentemente, la ruptura de Jesús con su mundillo familiar a cambio de una familia que abarca a todos los seres humanosy tiene por Padre único a Dios debería servirnos a los seguidores de Jesús como referencia absoluta y primerísima para enfocar el tema de la familia “con minúsculas” en la que hemos recibido el don de la existencia y de la filiación divina consiguiente.
    Efectivamente, Papa Pancho, ¿quiénes somos nosotros para juzgar de un homosexual, quiénes somos nosotros para restringir la libertad y el sentido de responsabilidad de todo ser humano en su vida sexual?
    Nosotros estamos llamados a convocar a todos los seres humanos para la puesta en marcha del Reino de Dios, de la gran familia humana congregada en torno al Padre único. Y es precisamente en ese terreno en el que solemos fallar, mientras ponemos toda el alma en decir “a los demás” cómo deben administrar sus “facultades” reproductivas.
    Nosotros no estamos llamados a poner reglas a los humanos sobre temas que competen a su responsabilidad personal.
    A lo mejor me estoy pasando…Quizá Dios no debería habernos hecho tan libres y dueños de nosotros mismos como nos ha hecho?
     

  • ELOY

    El corresponsal de EL PAÍS, Pablo Ordaz, ha dedicado una crónica a este tema . Adjunto enlace por si fuera de interés.
     
    http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/06/26/actualidad/1403782210_918608.html
     

  • Antonio Vicedo

    En principio creo oportuno, si no necesario una puesta sobre la mesa de la consideración general estas cuestiones respecto a lo que tan fundamental se considera para los Sínodos como la Pastoral Familiar.
     
     
    Una importante cuestión es la referencia a la familia de la que formo parte Jesús con misión de total y completa HUMANIZACIÓN.
     
    Del testimonio y mensaje evangélicos el matrimonio entre María y José es singular y nada imitable para los matrimonios naturales generales.
     
     
    ¿Qué claras referencias modélicas se pueden aducir de cuanto el Nuevo Testamento aporta de esta cuestión importantísima?
     
    ¿Habrá que recurrir a la tradición israelita para sacar referencia modélica pastoral para los matrimonios y familias cristianas?
     
     
    Y, si es así ¿Cómo encajamos en ella todo el testimonio y mensaje evangélico con tan claras y prolongadas lagunas informativas sobre lo que familiarmente constituyó la vivencia familiar de Jesús  en parte de la infancia y durante todo el completo período de su adolescencia?
     
    ¿Como encajar pastoralmente esta situación vital precedente desde la partida de Jesús a la vida pública, y sobre todo de su reacción ante la llegada de su madre y hermanos con intención de reducirlo a la vida privada?
     
     
    ¿Como encajar pastoralmente ese:-¿Quien es mi madre y quienes son mis herman*s, indicando :Est*s son mi madre y mis herman*s,  señalando a la multitud que le seguía?”
     
     
    Y, si sobre la misma mesa colocamos cuanto en la actualidad se ha experimentado, conocido y practicado sobre los modos de convivencia entre personas que acoplan sus vivencias racionales, afectivas y generativas ¿Podemos establecer normativas que vayan mas allá del marco de la inalienable dignidad y valor de sujeto permanente de la persona humana incluso en sus relaciones más comprometidas con otra persona de igual condición también inalienable?
     
     
    Porque en el fondo de la cuestión de lo que se trata es de aceptar como base y fundamento de toda vivencia relacional entre seres humanos el carácter inalienable de SUJETOS LIBRES Y RESPONSABLES desde su propia y particular conciencia fuente práctica de Deberes y Derechos fundamentales.
     
     
    ¿Puede, por lo tanto ser camino de promoción vital la anulación de la propia y permanente libertad, sobre todo para una auténtica actitud de verdadero AMOR?
     
     
    ¿Que puede quedar del AMOR, si lo condicionamos a cualquier poder. incluido el que se considera manifestado por Dios fuera del orden de la Naturaleza constitutiva de cada ser, sobre todo, si se salvan las consecuencias propias de cualquier compromiso consciente y libremente adoptado en unas circunstancias vitales que no son permanentes y sí muy diferentes vivencialmente.
     
    Cuestión importantísima a la que todo esto afecta es al modo religioso de entender la sexualidad humana procreacionista, sin valorar debidamente su liberación instintiva y su condición de capacidad natural gratificante como cualquier otra de las que el ser humano está dotado.
     
    ¿Como entender el USO o AB- USO de tal capacidad de un sujeto libre y responsable, siempre que no se reduzca a la causalidad relacional con un ser humano tercero?
     
     
    Seguiremos reflexionando y buscando perspectivas de la verdad progresiva que es  la única propia y adecuada a nuestra racionalidad y por lo tanto a nuestra actitud de fe en ese Dios que ni ojo vió, ni oído oyó, pero en El que creemos que VIVIMOS, EXISTIMOS y SOMOS.

Responder a h.cadarso Cancelar comentario