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El hilo conductor = la dinámica triuna

El amigo y colaborador Pascual Pont vuelve a intervenir en ATRIO y precisamente respecto a las pretensiones de nuestro Curso-taller actual.

He estado siguiendo con gran interés el Curso-taller basado en la obra de Nacho Dueñas y por lo que he leído y por el destilado total de Oscar Varela, no creo que logre el objetivo de Antonio Duato expuesto el 29 de abril a las19’19 de dar al Curso-taller el carácter de Suma, en la que “abordar todas las cuestiones y atar todos los nudos”, y no tanto por su advertencia de que “hoy las Sumas no pueden ser obra de una sola persona sino de un paciente diálogo de muchos” pues esto está siendo satisfecho por la gran cantidad, calidad y pluralidad de los comentarios, sino porque no pueden responder a la totalidad de las cuestiones y nudos que es necesario atar en la globalizada humanidad actual, puesto que está hecho desde una óptica cristiana que no comparte la mayor parte de la humanidad.

Esto no es una crítica al Curso-taller, sino a la pretensión de Duato. La reflexión y el diálogo que se está haciendo a partir del trabajo de Nacho Dueñas son fundamentales para liberar al cristianismo de los vicios acumulados por las ansias de poder y dominación, y así poder vivir plenamente el mandato evangélico del amor y sus exigencias de justicia y verdad. Pero la globalidad en que estamos sumidos actualmente, está obligando a realizar revisiones similares en otros ámbitos diferentes. Así se puede citar la política que está realizando el partido comunista chino de revisar el marxismo a la luz del confucionismo y a la inversa, madurar, aplicar y divulgar la sabiduría acumulada por la larga tradición confucionista en una estructura comunista. Muy diferentes, pero igualmente fundamentales, son los esfuerzos de muchos musulmanes, tanto desde la ciudadanía, como desde las universidades y las instituciones políticas por vivir un Islam abierto, acogedor, solidario, totalmente diferente al fanatismo intransigente de muchos mortíferos suicidas. También los científicos tienen la enorme responsabilidad de priorizar en sus investigaciones las más graves y urgentes necesidades de los humanos, y en el terreno de la estructuración política, la Unión Europea está enfrentada al desarrollo de un modelo de colaboración que supere los nacionalismos excluyentes y el dominio de las mafias financieras, entre otros nefastos sistemas.

Del caso de la Unión Europea Lula da Silva llegó a decir: El mundo no tiene derecho a permitir que la Unión Europea fracase, porque ya es patrimonio democrático de la humanidad. El caso de la Unión Europea puede ser efectivamente paradigmático si comparamos la primera mitad del siglo XX con sus dos Guerras Mundiales y la segunda mitad, con su desarrollo del Estado de Bienestar. Pero este paradigma está siendo destruido en el siglo XXI debido a que la disolución soviética ha hecho creer al liberalismo que ya no tenía oponente, abandonando la tercera vía, la que buscaba armonizar la solidaridad comunitaria con la libertad, cuando era por ese camino intermedio por el que había hallado la paz y el bienestar y podía haberse convertido en modelo para toda la humanidad, aunque para ello debería progresar en justicia distributiva, frugalidad y sostenibilidad.

Para desarrollar la Suma propuesta por Duato, (que viene a coincidir con el enfoque holístico del nuevo paradigma que Oscar Varela indica en el punto 3 de la “Introducción” y que M. Luisa (02-05-08:42) recoge para señalar que esto no tiene que ser tarea del Logos sino del Pathos) creo necesario seguir el criterio de Lola Cabezudo (29-04-20:20) de “que lo mejor sería establecer un hilo conductor que fuera engordando”. El problema está en establecer ese hilo conductor, pues si se acierta el engorde será natural y clarificador, pero, de lo contrario, su engorde contribuirá a la confusión. A esto habría que añadir el decidir si la tarea tiene que ser del Logos o del Pathos, aunque también es posible que haya que hacerlo uniendo a los dos, e incluso añadiendo el Ethos, para completar la trinidad aristotélica, si resulta que lo holístico no tiene que estar sólo en el resultado sino también en el método de búsqueda.

A este enfoque contribuyen diversos esfuerzos que se están realizando para dar una configuración holística al nuevo paradigma que la humanidad precisa, partiendo para ello del principio holográfico de que “la parte contiene el todo” reforzado con los fractales en el modelo holofráctico. Con similar objetivo aunque enfoque diferente hay que situar el paradigma triuno basado en el reciente descubrimiento de la naturaleza triuna del cerebro humano y que viene a coincidir con la indica trinidad aristotélica. El cerebro reptiliano equivaldría al ethos, la ley consolidada; el límbico al pathos, los sentimientos y el cortical al logos, la razón. Esto nos conduce al Dios Trinitario del cristianismo, a la confusión con que frecuentemente se ha tratado y a su posible interpretación laica apoyándose en las múltiples manifestaciones triunas de la existencia.

La confusión conduce a su marginación. Así, en 1948, cuando se fundó el Consejo Mundial de las Iglesias en los principios fundacionales consensuados por todas, se hacía alusión sólo a Jesucristo como Dios y Salvador, pero en 1950 hubo peticiones de que se hiciera un reconocimiento trinitario, lo que se aprobó en 1961 con el principio de que “Tratan de realizar juntas su vocación común a la gloria del único Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Once años para consensuar esta simple expresión trinitaria obliga a preguntarse cuántos años llevará alcanzar un acuerdo sobre las funciones de cada una de las personas de forma que contribuya a que los seres humanos dispongan de un paradigma que les ayude a comprenderse y ayudarse en el logro de una feliz plenitud.

Entre las múltiples manifestaciones triunas que nos pueden ayudar a clarificar la significación de la Santísima Trinidad, podemos recurrir en primer lugar al agua, pues siendo siempre la misma se manifiesta en tres estados, sólida, líquida y gaseosa, y si nos ayudamos del tiempo, con su pasado, presente y futuro, podemos relacionar lo sólido con el pasado, con el Padre, el Ethos, lo que ya está establecido, lo medible y valorable, que nos condiciona pero no determina; lo líquido equivale al presente, al Hijo, al Pathos, lo que vivifica y determina; lo gaseoso es el futuro, el Paráclito, el Logos, lo intencional, que puede ser o no ser, según lo que determine y ejecute cada presente, puesto que éste convierte continuamente el futuro en pasado.

Se puede y se debe continuar exponiendo y analizando los distintos sistemas triunos y comprobar cómo se superponen hasta formar un continuo, cosa que estoy haciendo en otro lugar y que por su extensión no puedo repetir aquí, pero con lo dicho parece suficiente para establecer la hipótesis de que el hilo conductor que se precisa para vertebrar el diálogo y la eficaz colaboración de toda la humanidad es la dinámica triuna, generadora, no sólo de todos los sistemas triunos, sino también del flujo que los dirige hacia un objetivo común.

Lo que si será necesario aclarar, para responder al lugar central que ocupa la espiritualidad en el Curso-taller, es la naturaleza y función del espíritu en una dinámica triuna, aunque para no alargarnos tengamos que prescindir de muchas exposiciones previas. El espíritu es la naturaleza del ser, y ambos son el resultado de la interacción entre dos entes materiales, el individuo y su entorno, formando así el conjunto triuno de individuo-ser-entorno. Esto es aplicable a los diferentes individuos y entornos que conforman la evolución cósmica, planetaria y biológica, pero para abreviar y evitar las abstracciones habituales al tratar de estas cuestiones, nos podemos situar en el ser humano, que es la interacción entre el individuo humano y su entorno, interacción regulada por el progresivo desplazamiento de la inmanencia hacia la transcendencia. El inicio de todo individuo es totalmente inmanente. El self made man es totalmente falso. Nadie se genera a sí mismo sino que es generado por el entorno. La transcreación singular que realiza de todo el patrimonio que el individuo va recibiendo, va incidiendo progresivamente en el entorno, hasta que al llegar a cierta edad va cambiando el signo y empieza a predominar la transcendencia, hasta que puede llegar a ser totalmente transcendente al finalizar la vida del individuo.

El ser resultante de esa interacción tiene una naturaleza espiritual integrante del espíritu universal que transfiere continuamente su vivencia finita a la infinita. Esa transferencia varía en cada individuo y esa variación determina la forma y grado en que el alma o espíritu ligado al individuo, se incorpora al espíritu universal resultante de todas las interacciones que se producen en todos los tiempos y ámbitos. También en cada uno de estos ámbitos se manifiesta de forma diferente la dinámica triuna. La especie humana realiza un salto cualitativo en el proceso global al generar la evolución cultural capaz de incidir en el entorno de forma creciente. Esa incidencia sigue siendo individual y en Jesús de Nazaret se alcanza la plenitud absoluta.

Esa plenitud se prolonga por su propia radiación, pero también por todos aquellos individuos que de alguna forma culminan un balance de vida similar, lo que hace que el espíritu de Jesús esté presente no sólo en todo el devenir humano, sino en el de todos los otros ámbitos, pues en todos ellos han habido individuos que han hecho el recorrido de la inmanencia a la transcendencia con total plenitud. Presencia que comparten el Padre y el Paráclito, pues en ningún momento abandonan su condición triuna.

Es notorio que la actual globalidad planetaria la eficiencia solidaria sobrepasa la incidencia que pueda alcanzar la transcendencia de los seres humanos considerados aisladamente, por lo que cobran especial relieve la estable estructuración de sus interacciones y de las leyes que las regulan, lo que confiere al Paráclito un especial protagonismo, al sobrepasar la confesionalidad cristiana, lo que no significa que ésta deba sentirse marginada, sino todo lo contrario, pues siguen siendo central su función vinculante, lo que confiere al Curso-taller de Nacho una oportunidad providencial.

La superposición de las distintas manifestaciones triunas, puede llevar a intentar establecer un paralelismo directo entre ellas, como podría ser entre individuo-ser-entorno y reptiliano-límbico-cortical pero no es así. La condición triuna del cerebro está referida al individuo y el hecho de que el límbico sea el que deba unir y armonizar al reptiliano con el cortical, no significa que en él se resuelva el ser y que los sentimientos pertenezcan al ámbito espiritual. Los sentimientos forman parte del individuo y en su desarrollo tienen especial importancia los mecanismos somáticos. Pero no siempre los buenos sentimientos se corresponden con buenas acciones, sino que la comodidad o la cobardía los convierte en estériles, sin la debida incidencia en el entorno y, por lo tanto, sin el adecuado desarrollo del espíritu.

Es evidente que si se toma la dinámica triuna como hilo conductor para construir el nuevo paradigma o Suma que la humanidad necesita, será necesario desarrollarlo de forma que se aborden todas las cuestiones y se aten todos los nudos. Pero antes parece conveniente alcanzar un mínimo consenso sobre la validez de este hilo conductor y que problemas, limitaciones y contradicciones puede presentar, con el fin de realizar las necesarias correcciones o aclaraciones antes de proceder a su engorde, a lo que puede contribuir decisivamente las opiniones de los lectores de Atrio.

65 comentarios

  • M.Luisa

    A modo de aclaración,  sin pretender interferir de nuevo sobre lo dicho últimamente en el debate  y teniendo en cuenta  que  Rodrigo parece que ya se despidió, si me gustaría decirle que, por lo que leí en su comentario del pasado 6 de junio 18:25 aunque puedo estar con él de acuerdo en muchas otras  cosas,  me temo que no  a lo que así hacía  referencia el otro día ;
    Lamento que María Luisa, aclarando que no fue éso lo que dijo, diga que no concuerde conmigo como si yo si lo hubiera dicho; cuando en realidad ambos decimos lo mismo: que el otorgamiento de sentido de la vida lo hacemos las personas, no la realidad; y que el otorgamiento de sentido está en la base de fanatismos”
     
    Primero: siguiendo mi línea de pensamiento, y por tanto en coherencia con ella, ni la vida ni la realidad tienen sentido, éste sólo le pertenece a la existencia. Recuérdese que yo me expresé así “pienso que el sentido nos lo dan las cosas con las que hacemos nuestra vida pero no la realidad. La realidad es dinámica, sí,  pero no tiene sentido alguno.El otorgar sentido a la realidad ha sido  la base de todo fanatismo”
     
    Yo percibo ahí una diferencia esencial entre otorgarle sentido a la vida (Rodrigo) u otorgárselo a las cosas (servidora) con las que hacemos nuestra vida, esto aun  reconociendo que ambos coincidimos en  algo fundamental y es el no otorgarle sentido alguno a la realidad (la realidad tiene capacidad-condición, pero no sentido)
     
    Por tanto, a mi modo de ver, son fanáticos quienes le dan sentido a la realidad para así manipularla y orientar la vida a los que creen que así le dan a la suya algún sentido y se olvidan de las cosas (reales) de su entorno.  Esto trae muchas consecuencias porque si bien creen darle sentido alguno  se les ha de respetar por tratarse de su vida pero esto no quiere decir que en ella no extrapolen gestos de identificación fanáticos que hagan sufrir a quienes les rodean. Por eso  subscribo  lo que dice Pascual (…en la medida en que caminamos juntos y nos ayudamos mutuamente, el camino se ilumina y se llena de esperanza, por lo que vale la pena optar por esta forma de caminar.) esto es a lo que yo aspiro!!!

  • pepe blanco

    ¿Hay fórmula? Si…, y no. La transcripción algebraica del relato solamente permite establecer dos inecuaciones que, al resolverlas, nos ofrecen un intervalo para los valores de x (entre 18.95 y 28.82) La condiciones exigidas de que tanto x como el numero total de monedas sean números enteros, nos permiten encontrar el valor exacto, que hay que obtener “a mano”. Si para conseguir ese dato hay una formula, no la he encontrado. Bueno, tampoco la he buscado: me limité a probar con qué numero entero de ese intervalo se cumplía que también el total fuera un número entero.
     
    De nada, ha sido entretenido…

  • oscar varela

    Gracias pepe
     
    Por lo que veo NO hay FÓRMULA, sino una trascripción algebraica del Relato cuestionador.
     
    ¡Muy bueno!, de nuevo Gracias, pepe! – Oscar.

  • pepe blanco

    200 < (3((3((3(3x+1)/2)+1)/2)+1)/2)+1 < 300
    La única solución para que x sea entero es x=23. Es decir, había 241 monedas y finalmente se llevaron 103, 76 y 58. 3 monedas acabaron en el mar y una en el bolsillo del funcionario. 😉

  • oscar varela

    Hola Pascual Pont!

    Dos cositas:

    UNA: si no estás cansado ¿podés decirme cuál es la “fórmula” matemática que resuelve este Problema?:

    — Un navío que volvía de Serendib con un cargamento de especias, se vio sorprendido por una violenta tempestad.

    La embarcación habría sido destruida por la furia de las olas si no hubiera sido por la bravura y el esfuerzo de tres marineros que, en medio de la tempestad, manejaron las velas con pericia extremada.

    El capitán queriendo recompensar a los denodados marineros, les dio cierto número de monedas. Este número, superior a doscientos, no llegaba a trescientos. Las monedas fueron colocadas en una caja para que al día siguiente, al desembarcar, el cobrador de impuestos las repartiera entre los tres valerosos marineros.

    Aconteció sin embargo que durante la noche uno de los marineros despertó, se acordó de las monedas y pensó: «Será mejor que quite mi parte. Así no tendré que discutir y pelearme con mis compañeros». Se levantó sin decir nada a sus compañeros y fue donde se hallaba el dinero. Lo dividió en tres partes iguales, mas notó que la división no era exacta y que sobraba una moneda. «Por culpa de esta miserable moneda –pensó-, habrá mañana una discusión entre nosotros. Es mejor tirarla.» El marinero tiró la moneda al mar y volvió cautelosamente a su camastro.

    Se llevaba su parte y dejaba en el mismo lugar la que correspondía a sus compañeros.

    Horas después, el segundo marinero tuvo la misma idea. Fue al arca en que se había depositado el premio colectivo e ignorando que uno de sus compañeros había retirado su parte, dividió ésta en tres partes iguales. Sobraba también una moneda. El marinero, para evitar futuras discusiones, pensó de igual modo que lo mejor era echarla al mar, y así lo hizo. Luego regresó a su litera llevándose la parte a que se creía con derecho.

    El tercer marinero, ¡Oh casualidad! tuvo también la misma idea. De igual modo, ignorando por completo que se le había anticipado sus dos compañeros, se levantó de madrugada y fue a la caja de las monedas. Dividió las que hallara en tres partes iguales, mas el reparto también resultaba inexacto. Sobraba una moneda y, para no complicar el caso, el marinero optó también por tirarla al mar. Retiró su tercera parte y volvió tranquilo a su lecho.
    ………………

    Al día siguiente, llegada la hora de desembarcar, el cobrador del navío encontró un puñado de monedas en la caja. La dividió en tres partes iguales y dio luego a cada uno de los marineros una de estas partes. Pero tampoco esta vez fue exacta la división. Sobraba una moneda que el funcionario se guardó como paga de su trabajo y de su habilidad. Desde luego, ninguno de los marineros reclamó pues cada uno de ellos estaba convencido de que ya había retirado de la caja la parte de dinero que le correspondía.

    Pregunta final:
    * ¿Cuántas monedas había al principio?
    * ¿Cuánto recibió cada uno de los marineros?
    ………………

    DOS:

    Te  leo el final con que dedicás alguna consideración a mis Comentarios:

    – “aun suponiendo que el hilo conductor sea la dinámica triuna,
    * ésta no nos asegura ni el por qué, ni el para qué de nuestro caminar,
    (de dónde venimos, ni a dónde vamos).

    _ “Tenemos que vivir en la fe, cualquiera que ésta sea”-
    ………………………..

    Pregunto:

    ¿Será un chiste tu conclusión al declinarla en una “FE” ¡vaya uno a saber cuál!?

    ¿A qué, la pena de hacernos Comentar lo que nos invitaste a Pensar, si al fin lo resuelves con un “NO-PENSAR”, e.d. con “CREER??

    ¿No queda “mal-parada” una “FE” como recurso pusilánime?
    ……………….

    ¡No importa! ¡Todo sirve! Logramos repasar que 2 + 2 = 4 ¿o no?
    – ¡NO!
    – ¡Ah, claro! 2 + 2 = 0
    – … en otro Sistema, ¡claro!

     
    ¿Vamos todavía? – Oscar.

  • Pascual Pont

    Agradezco mucho a Pepe Blanco y Oscar Varela sus aclaraciones a la vertiente matemática de mi búsqueda de sentido de la existencia, realizadas el 5 de junio a las 13:18, 15:15 y 19:16,  a lo que debo decir lo siguiente:
     
    Efectivamente, la n que sigue al paréntesis es un exponente y no un factor. Como exponente figura en mi texto original, pero al copiar y pegar, la diferencia de sistemas informáticos lo cambió, sin que yo lo percibiera, al igual que hizo con los resultados con base e.
     
    Yo no digo que el número 1,5708 tenga condiciones mágicas o misteriosas. Todo lo contrario. Lo que digo es que tiene más significación  que el 3,1416, por cuanto está referido al cuadrante del círculo que interviene más directamente en trigonometría y en ondulatoria que el semicírculo, pero que también habría que valorar el 6,2832 como lo valoraron los sumerios que buscaron racionalizar la infinitud del círculo a partir del hexágono y por eso su sistema de numeración fue sexagesimal.
     
    Los que mitifican los números son otros, como los que celebran el día de pi, el 14 de marzo, o promueven otras solemnes evocaciones. Tengo ante mí dos libros de Ariel, lujosamente editados, dedicados a mostrar, uno de ellos La historia de pi, el número más misterioso del mundo, y el otro La historia de phi, el número más sorprendente del mundo. También podría citar anécdotas de matemáticos que han aprovechado la incapacidad del individuo común de seguir sus razonamientos y demostraciones matemáticas para hacer valer insostenibles opiniones.
     
    Las matemáticas me han ayudado a racionalizar el posible sentido de la existencia porque me han descubierto que todo descansa sobre las diferentes y sencillas (pero abiertas al infinito) interacciones entre unidades. 1+1/(1+1/(1+1… del que resulta fi; (1+1/n) nos lleva a e; (1+i/n) nos da el valor del radian y (i+1/n) nos conduce a pi/2. La condición de irracionales, que yo prefiero llamar de inconmensurables, deriva de su naturaleza abierta al infinito, por lo que siempre cabe añadir nuevas unidades a cualquier pretensión de cierre, sin que ello cambie el significado de las interacciones.
     
     
    Para mí, el misterio, lo insondable, está en la unidad, tanto la real, como la imaginaria, como la compleja. Un misterio que Leibniz intenta explicar con estas palabras: Cada sustancia verdaderamente una, única, sujeto primitivo de la vida y de la acción, dotada siempre de percepción y apetito, que encierra (en sí) siempre, junto con lo que es, la tendencia a lo que será. Un misterio que también se manifiesta en la serie de Fibonacci: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, y así indefinidamente, en la que cada término se obtiene sumando los dos anteriores. El número fi, 1,618… signo de la relación armónica, se obtiene dividiendo cada término por su anterior y se manifiesta con mayor exactitud cuanto más avanzada está la serie, pero la esencia de esta armonía se encuentra en todos los términos, como claramente se entendió en la Grecia clásica, cuando para obtener la armonía en sus construcciones utilizaban la relación 8/5 = 1,6 y la 5/3 = 1,66, pero que también estaba contenida en el 3/2 = 1,5, en el 2/1= 2 y, sobre todo, en los generadores de toda la serie, el 1/1=1.

  • Pascual Pont

    Comentar las copiosas e interesantes aportaciones de Oscar Varela sobrepasa mi tiempo y mis fuerzas, aunque pienso volver sobre ellas para repensarlas como merecen, pero ahora no quiero pasar sin comentar el enlace que introdujo en su comentario del 30 de mayo, a las 2,59, por el que sabemos de Don Hilarión, que vive en su rancho, con sus cuatro perros que le obedecen aunque no le entienden, aislado totalmente, sin relación con la sociedad, hasta que aparece alguien que se ha perdido y, en su búsqueda del camino adecuado, pide ayuda a Don Hilarión. Pero éste no puede ayudarle porque no sabe nada acerca de su entorno. El mensaje parece ser que para no perderse, lo mejor es quedarse donde uno está, algo que resulta imposible en un mundo que continuamente está cambiando.
     
     
    El caso es que aun suponiendo que el hilo conductor, el camino adecuado, sea la dinámica triuna, ésta no nos asegura ni el por qué, ni el para qué de nuestro caminar, de dónde venimos, ni a dónde vamos. Tenemos que vivir en la fe, cualquiera que ésta sea, pero hay experiencia suficiente para afirmar que en la medida en que caminamos juntos y nos ayudamos mutuamente, el camino se ilumina y se llena de esperanza, por lo que vale la pena optar por esta forma de caminar.

  • oscar varela

    ¡ENSAYANDO UN CAMINO!
     

     
    ¿SERÁ?

  • oscar varela

    ¡SIGLO XX CAMBALACHE!
     
    ¿A DÓNDE VAMOS?
     

     

  • oscar varela

    Hola!
     
    ¿Será éste el HILO CONDUCTOR?
     

     
    Claro que ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Pascual Pont

     
     
    A Rodrigo y M. Luisa
    Está claro que el diálogo hablado y mirándose a los ojos permite corregir malentendidos mucho mejor que el escrito, pero como suele decir Oscar Varela   ¡Vamos todavía!

  • oscar varela

    Hola!

    He señalado dos “fallas” a esta búsqueda de HILO CONDUCTOR.
    Aclaro:

    a) uso “falla” en el sentido de que “le falta”, es “solo-parte”, “incluible”, en el mejor de los casos.
    Por eso:
    b) este sentido de “faltarle” no ataca la teoría de Pont en cuanto a lo que de verosímil tenga la dinámica TRIUNA (la cual no me desagrada), sino que –repito-,
    c) la hallo “faltante” para la comprensión totalizadora que buscamos y pretendemos de EL Hilo conductor.

    Voy a plantear ahora otro serio “faltante” o “falla” a lo que considero un “reduccionismo” poner EL Hilo conductor en cualquier  “dinámicas” de las acá esbozadas (triuna, biuna, veitidosuna, y todas las multiunas que se quieran, en las que no me detengo en ninguna de ellas para afirmarlas o negarlas pues me sé limitado y solo diría estupideces).
    ………………….

    Aviso que mi aventura de opinar se sitúa en la invitación del mismo Pascual:
    – “hilo conductor para construir el nuevo paradigma o Suma que la humanidad necesita, será necesario desarrollarlo de forma que se aborden todas las cuestiones y se aten todos los nudos.

    Pero antes parece conveniente alcanzar un mínimo consenso sobre la validez de este hilo conductor y que problemas, limitaciones y contradicciones puede presentar, con el fin de realizar las necesarias correcciones o aclaraciones antes de proceder a su engorde, a lo que puede contribuir decisivamente las opiniones de los lectores de Atrio.”-
    ……………………..

    FALLA TRES:

    Pont está de acuerdo que la espiritualidad, en el Curso-Taller ocupe un lugar central

    De ese “espíritu” nos dice que:
    – “El espíritu es la naturaleza del ser
    – aplicable a los diferentes individuos y entornos
    – que conforman la evolución cósmica, planetaria y biológica.”-

    Yo no tendría gran objeción a esta formulación; pero me es difícil de reconocer el mismo tipo de “interacción” individuo-entorno cuando la aplicamos al individuo humano; sin embargo Pascual lo extiende a ese ser humano:

    – “nos podemos situar en el ser humano, que es la interacción entre el individuo humano y su entorno”-
    (dejo sin tocar el peliagudo asunto en que se mete a continuación sobre conceptos de “inmanencia y trascendencia”)

    Y a continuación Pont prioriza el “entorno” como generador del individuo:
    – “Nadie se genera a sí mismo sino que es generado por el entorno.”-
    …………………..

    A mí me explica más, me hace más comprensible “las cosas que nos pasan y las cosas que hacemos” tener un Hilo conductor de esa realidad insoslayable: mi vida que estoy viviendo.

    Esta realidad de “mi vida” tiene poco que ver con todas las cosas que también existen. A las cosas, para existir, les basta estar haciendo lo que el “entorno” le exige perentoriamente;

    el humano, en cambio, tiene que “elegir-qué hacer” con el entorno. Su situación es radicalmente diferente.
    (Valdría como ejemplo lo diferente que es una Pantalla de TV y una Pantalla de Computador: en la TV pasan cosas sin que hagas nada; en la de la Compu solo pasan cosas si haces algo).

    En la vida humana el Actuante es parte protagónica-constitutiva del Acontecer.

    La vida humana, aunque condicionada (y muy mucho) no está pre-determinada, sino que se sostiene en la in-estabilidad de tener que elegir (la libertad no es libre, sino una obligación radical). Por ello, la vida humana es lo más parecido a un género literario: el Drama.

    Por lo tanto EL Hilo conductor idóneo y básico que la exprese no puede ser otro que de Estilo NARRATIVO, no de Conocimiento científico.

    Que sobre esas NARRACIONES o CUENTOS (de nunca acabar) se haga necesario estructurar una Ciencia, estoy de acuerdo; es lo que se ha venido cuasi-haciendo bajo el nombre de SABIDURÍA o EXPERIENCIA DE LA VIDA. Pero habiendo pasado la Modernidad sobre nuestras mentes, merecería que nos esforcemos en construir ese CONOCIMIENTO, compartible, democráticamente por lo tanto.
    …………………..

    El ser humano visto como naufragado de la Naturaleza permite comprenderlo en sus deficiencias y dolores por los males que le suelen visitar.

    Desafío a quien me pueda traer alguna experiencia humana más dramática que la que se canta en el Tango “Canción desesperada”, donde el ser humano se encuentra con el insoslayable Destino de todo humano: Tener que Amar, y se rebela frente a él con la inútil PREGUNTA- GRITO: ¿Por qué me enseñaron a amar?:

    Canción desesperada – Música: Enrique Santos Discépolo  – Letra: Enrique Santos Discépolo
    http://www.youtube.com/watch?v=rbaHNMCL-9Y

    ¡Soy una canción desesperada…!
    ¡Hoja enloquecida en el turbión..!
    Por tu amor, mi fe desorientada
    se hundió, destrozando mi corazón.
    Dentro de mí mismo me he perdido,
    ciego de llorar una ilusión…
    ¡Soy una pregunta empecinada,
    que grita su dolor y tu traición..!

    ¿Por qué
    me enseñaron a amar,
    si es volcar sin sentido
    los sueños al mar?
    Si el amor,
    es un viejo enemigo
    y enciende castigos
    y enseña a llorar…
    Yo pregunto: ¿por qué?
    ¡Sí!, ¿por qué me enseñaron a amar,
    si al amarte mataba mi amor?
    Burla atroz de dar todo por nada
    y al fin de un adiós, despertar
    ¡llorando!…

    ¿Dónde estaba Dios cuando te fuiste?
    ¿Dónde estaba el sol que no te vio?
    ¿Cómo una mujer no entiende nunca
    que un hombre da todo, dando su amor?
    ¿Quién les hace creer otros destinos?
    ¿Quién deshace así tanta ilusión?
    ¡Soy una canción desesperada
    que grita su dolor y su traición…!
    ………………….

    Nota periodística de color:
    “Las primeras líneas melódicas de la canción fueron escritas por Discépolo en Mallorca, en el monasterio de Valdemosa y en el piano de Federico Chopin.
    Él estaba allí solo, vio el piano, se acercó, levantó la tapa y comenzó a jugar sobre el teclado amarillento.
    Y así fue como nacieron los primeros compases de esa “Canción desesperada” que le inspiró la pasión y el dolor de Federico Chopin.

  • Rodrigo Olvera

    Pascual
     
    Dices: Coincides con Rodrigo en ver en mis intentos de hacer de la dinámica triuna, LA dinámica, un camino hacia el fanatismo
     
    Ni María Luisa ni yo hemos visto ni dicho que tus intentos de hacer de la dinámica triuna LA dinámica sea un camino hacia el fanatismo. Lamento que María Luisa, aclarando que no fue éso lo que dijo, diga que no concuerde conmigo como si yo si lo hubiera dicho; cuando en realidad ambos decimos lo mismo: que el otorgamiento de sentido de la vida lo hacemos las personas, no la realidad; y que el otorgamiento de sentido está en la base de fanatismos (Aquí hay un matiz, Mara Luisa dice que está en la base de todo fanatismo, mientras que yo digo que está en la base de muchos fanatismos).
     
    Va de nuevo. Cuando hablé de fanatismo, no me refería a tu elección de la dinámica triúnica como LA dinámica de la realidad. Hablé de fanatismo al hablar de quienes atribuyen a TODA vida el sentido que den a SU PROPIA vida. Hasta donde veo, ni tú has dicho que tu sentido de vida sea el sentido de toda vida, ni yo he afirmado que hagas éso. Si mencioné una similitud entre pretender que una dinámica es LA dinámica, y pretender que un sentido de vida es EL sentido de la vida. Estoy seguro que notarás que similitud no es lo mismo que identidad.
     
    Además, lo que escribí (y generalmente soy escrupuloso con las expresiones) fue textualmente: Creer éso -que hay un único sentido para toda vida, y generalmente es el que YO le otorgo a la mía- está en la base de muchos fanatismos. Esto implica:
    a) que no todos los casos de creencia de un sentido único para toda vida concluye en fanatismo; y
    b) que no todo fanatismo está basado en creer que el sentido que yo otorga a mi vida es el sentido de toda vida [aquí, repito, hay una dfiferencia de matiz con Maria Luisa, quien si atribuye esta base a todo fanatismo]
     
    Bueno, aquí dejo mi participación en este hilo
     
    Saludos
     
     

  • M.Luisa

    Estimado Pascual, que pagaría yo en explicarme tan bien como tú metida entre estos complicados   caracteres matemáticos,  estoy segura que tú por esta vía y yo por la mía y tod@s los  demás cumpas atrier@s  con sus indagaciones particulares llegaríamos a encontrarnos en algún punto.
     
    Esta mañana, tras pulsar mi comentario salía hacia Barcelona, por lo que no ha sido hasta ahora  al llegar que he visto el tuyo, y lo primero que hago incluso sin apenas terminado de leer,  es apresurarme,    sobre todo para  que no pienses eso que dices del fanatismo, en absoluto, no lo he cogido por este lado, puedes creerme, ni tan siquiera pienso que esté de acuerdo con Rodrig al respecto.
     
    Por supuesto que  el fanatismo procede de la razón de pretender tener la verdad, estoy totalmente de acuerdo contigo, pero justo por eso es por lo que dije que la realidad no tiene sentido alguno y por tanto aquellos que le quieren otorgarle   un sentido,   la manipulan. Espero que me entiendas pues no puedo extenderme más, voy de un lado para otro con mi brazo roto, dependiendo de mi hija y de ordenador en ordenador, en otro momento si acaso seguiré pero yo os leo y además con muchísimo  interés.
     
    unabrazo

  • Pascual Pont

    Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice M. Luisa, pero debo recordarle que más abajo de la experiencia humana, están los 13.500 millones de años que le han precedido y que, por otra parte, somos responsables de la realidad planetaria que vamos a dejar a nuestros nietos.
     
    Yo no hago cálculos, simplemente utilizo el lenguaje numérico, porque es el más sencillo y universal, en un sentido poético e infantil, pues los niños no cuentan, sino que nombran, y por eso en cada unidad que utilizo estás contenida tú, y yo y todos los demás.
     
     
    Coincides con Rodrigo en ver en mis intentos de hacer de la dinámica triuna, LA dinámica, un camino hacia el fanatismo. Veo que no se explicarme. El fanatismo procede de la razón de pretender tener la verdad. Jesús nunca dijo “yo tengo la verdad” sino “yo soy la verdad” y eso que lo extiende a todos los individuos y es lo que hace que cada uno sea singular, es compatible con su oración al padre, “que todos sean uno, como tu y yo somos uno”, porque el vínculo de unión es el amor en sus distintas ramificaciones:  comprensión, tolerancia, solidaridad, ayuda, misericordia, perdón, al tiempo que es capaz de unir en armonía la fría razón con la pasión de los instintos y el calor de la intuición.

  • M.Luisa

    A mi modo de ver, con este enfoque de la dinámica triuna, por muy elaborada que esté no nos salimos de  lo que hasta ahora se ha venido en llamar,  visión verticalista de la realidad. Con ello no quiero decir que la realidad no pueda tener este carácter triuno, yo me inclino a pensar  que sí, pero si acaso es posible su alcance y convencimiento éste no puede venir sino desde  abajo, o sea  de la experiencia humana    y no sólo  de  cálculos.
     
    Por otro lado, pienso que el sentido nos lo dan las cosas con las que hacemos nuestra vida pero no la realidad. La realidad es dinámica, sí,  pero no tiene sentido. El otorgar sentido a la realidad ha sido  la base de todo fanatismo

  • Rodrigo Olvera

    Hola Pascual
     
    No he afirmado, he preguntado en base a un hecho reconocido: que le idea de trinidad fue presentada a tu mente desde el principio de tu historia intelectual. No le otorgo un caracter determinista; sólo apunto a un pregunta.
     
    No creo que una dinámica de base dos sea mejor que una dinámica de base tres… por lo mismo tampoco creo que una dinámica de base tres sea mejor que una dinámica de base dos. Hay muchos patrones, y no creo que uno de ellos sea EL patrón. Tú insistes en que sí, que la dinámica triúnica es LA dinámica y que es superior a otras. Te tocaría a tí demostrarlo.
     
    Respondiendo a tu pregunta. Creo que las personas tenemos la capacidad de otorgarle sentido a nuestras vidas. No creo que toda vida humana deba tener el mismo sentido (es un tema similar, así como no creo que tenga que haber solo una dinámica como LA dinámica, no veo por qué tenga haber solo un sentido como EL sentido de la vida. Creer éso -que hay un único sentido para toda vida, y generalmente es el que YO le otorgo a la mía- está en la base de muchos fanatismos).
     
    De hecho, con poco que se platique sin dogmatismos con quien es diferente, resulta evidente que distintas personas otorgan distinto sentido a sus vidas.  Para algunas personas, el sentido de la vida es escapar al ciclo de ilusiones y sufrimiento del samsara; para otras personas, el sentido de la vida es asegurar el cielo y evitar el infierno; para otras personas, el sentido de la vida es tener los mismo sentimientos que Cristo; para otras personas, el sentido de la vida es la total obediencia a Alá.  Yo estoy de acuerdo en que cada una de ellas le otorguen ese sentido a sus propias vidas; pero no aceptaría que digan que el sentido que dan a su vida sea EL sentido de la vida, de toda vida.
     
    Saludos

  • Pascual Pont

    Estimado Rodrigo:
     
     
    Sigues empeñado en que si creo que el hilo conductor es la dinámica triuna, es porque mi educación infantil fue cristiana y por lo tanto trinitaria, pero que si hubiera sido educado en el maniqueísmo zoroástrico el hilo conductor sería dualista. Eso es determinista y niega lo más grande que tiene el ser humano, la libertad y la singularidad, que le confiere la capacidad de transcrear el legado recibido para afrontar la existencia asumiendo su responsabilidad personal, tan lejano de lo gregario como del destino inevitable fijado de antemano por alguien ajeno a uno mismo.
     
     
    En la actualidad está ampliamente admitido que la ontogénesis reproduce la filogénesis. Esto, que fue combatido porque situaba al ser humano en el mismo proceso que el animal, yo lo encuentro grandioso porque significa que en mí, como en cada individuo, todo el pasado se hace presente vivo. Pero eso no significa que quedes definitivamente ligado al pasado. La evolución tiene lugar porque se producen cambios. Darwin lo atribuyó a las mutaciones aleatorias. Lamarck fue anterior y más profundo y actualmente Máximo Sandín, entre otros, intentan clarificar esta línea evolutiva en la que el entorno desempeña una función esencial.
     
     
    Yo tengo dos hijos gemelos univitelinos, idénticos hasta el punto de que en el colegio los maestros tenían dificultades para distinguirlos y tendían a cargar sobre los dos cualquier falta que cometiera uno de ellos. Pero su carácter y su forma de afrontar la vida son muy diferentes, porque diferente fue el entorno que encontraron desde el momento en que abandonaron el entorno materno común y se encontraron con un entorno abierto y complejo en el que cada uno tiene que hacer su recorrido singular. Así, el primero que nació tuvo un parto muy natural, pero el segundo lo tuvo problemático porque entonces no había la tecnología que hay ahora, y el médico y las comadronas no escucharon a mi mujer y tardaron en descubrir que venía otro. Cuando se apercibieron, el médico mandó preparar oxígeno temiendo lo peor. El grito que lanzó mi hijo al salir mostró que no hacía falta, pero su vida había empezado a ser diferente a la de su hermano.
     
     
    Es indudable que el medio cultural en que transcurren los primeros años tiene una gran incidencia, pero más por las relaciones afectivas que por las doctrinales. De hecho el nacionalcatolicismo franquista fue una gran fábrica de agnósticos, ateos y anticlericales. La doctrina cristiana que recibíamos los niños estaba limitada a memorizar unas pocas oraciones y aguantar la monotonía del rosario que procurábamos amenizar arrastrando la s del ora pro nobis. Como ya he dicho mi acceso vivo al cristianismo fue a través de Jesús, que tomé como modelo para mi vida obrera y militante, ignorando por desconocimiento al padre y al paráclito. Fue transcreando su vida, tal como la reflejan los evangelios, que intenté superar mi crisis espiritual. A Jesús le llamé Yekris y lo situé en un medio musulmán porque son radicalmente monoteístas como los judíos, buscando la forma de que se abriera a toda la humanidad, sin renunciar al legado recibido, como hizo Jesús, según se manifiesta progresivamente en tres fases: 1) Cuando sus padres tienen que volver a Jerusalén a buscarlo. Es la crisis adolescente, cuando el individuo necesita afirmarse como tal. 2) Cuando los cuarenta días en el desierto. Es la necesidad de la soledad y el silencio para alcanzar la plena significación de la existencia sin influencias de inmediatez y así incidir en el entorno desde su propia plenitud. Las tentaciones que sufre a continuación son muy significativas. 3) Su actitud abierta se pone a prueba en sus relaciones con los samaritanos y los romanos. En el caso de Yekris fue con los cristianos y con los soldados de una potencia colonial occidental. Especial cuidado puse en su relación con un misionero cristiano, pues ni éste convirtió a Yekris al cristianismo, ni Yekris condujo al misionero a la fe del Islam, pues los dos se habían situado plenamente en la dinámica del amor, que es el tercer componente, la realidad inconmensurable que fluye entre todos los opuestos convirtiéndolos en complementarios.
     
     
    Tu pones al mismo nivel lo triuno que lo dual y me citas al maniqueísmo y el zoroastrismo. Yo no puedo aceptar estas doctrinas, no porque sean duales, sino porque los dos principios que señalan como opuestos los consideran irreductibles. Tengo estudiados más de 60 opuestos, analizando sus cauces y dificultades para complementarse. Entre ellos figura individuo-entorno que considero el más esencial, pero uno de los más interesantes es el de ley-libertad. La singularidad de los individuos hace que no todos tengan las mismas posibilidades de ejercer su libertad ante los demás. La ley del más fuerte es la negación de la ley, puesto que el fuerte no necesita de la ley para ejercer su libertad. La ley está para que la libertad la puedan ejercer los débiles y uno de sus realizaciones más sencillas y hermosas es la que regula los pasos-cebra que hace que ante un niño, un anciano, o cualquier individuo del sexo o la raza que sea, se detenga el coche de alta gama y el camión de gran tonelaje. El nexo de unión de la ley y la libertad sigue siendo el amor, aunque ahora se ayude de una figura polémica pero llamada a tener una gran trayectoria, la discriminación positiva, además de contar con viejos apoyos: la justicia y la solidaridad.
     
     
    La naturaleza ha hecho leyes estables y magníficas porque ha ido ensayando durante millones de años las más adecuadas para que todo pueda ocupar su lugar en unas relaciones de armonía. Pero la sociedad humana desarrollada a partir de la instauración de la esclavitud y del robo institucional establece leyes como la reforma laboral que impuso en España el Real Decreto Ley 3/2012, que incrementan la bipolaridad entre pobres y ricos y sobre la que escribí un artículo que se puede encontrar en ATRIO  junto con comentarios de algunos de los actuales comentaristas, y en el que ya se trató de la dinámica triuna, aunque sin darle el carácter de hilo conductor que ahora le atribuyo, porque a medida que avanzo en mi esfuerzo por comprender y definir el sentido de la existencia me confirmo en que la dinámica triuna es LA dinámica que clarifica ese sentido.
     
     
    Estoy abierto a que alguien me muestre la superioridad de otra dinámica, pero de momento esto no ha ocurrido. Me dices que si de niño hubiera sido educado en la Kabala, el hilo conductor sería la dinámica de base 22, como el árbol de la vida. Eso sería si yo permaneciera anclado en unas relaciones numéricas basadas en que el alfabeto hebreo tiene 22 letras, y que el Génesis nombra el árbol de la vida en el versículo 22 del tercer capítulo, y algunos otros 22 que aparecen en algunos libros considerados sagrados, pero no si yo intento buscar el sentido de la vida abierto a toda la humanidad. Internet nos puede facilitar un amplio abanico de las formas de entender el árbol de la vida las culturas antiguas, pero para mí donde hay verdadera vida es en el árbol filogenético y en el ontogenético. El primero también se puede encontrar en Internet varias versiones, según el desarrollo que den a algunas ramas, como, por ejemplo, la de los cordados o la de los artrópodos, pues un desarrollo completo es imposible dada la enorme riqueza de la biodiversidad. El segundo lo tiene que realizar cada familia y puede ensancharse indefinidamente según la capacidad de recabar información de las generaciones progenitoras, sin deformarlo destacando un determinado apellido, puesto que todos los que han intervenido han aportado lo mismo: la mitad de su patrimonio genético.
     
     
    No sé si con esto he contestado a tu última pregunta, pero yo ahora quisiera hacerte a ti unas preguntas: ¿Crees (cuestión  de fe) que la vida tiene un sentido? Si lo tiene ¿No crees que será el mismo para todos? ¿Cuál puede ser? ¿Cómo podemos definirlo para que nadie se sienta excluido? Si crees que la vida no tiene sentido resulta vano todo lo escrito.
     
     

  • pepe blanco

    Supongo que esa n fuera del paréntesis es un exponente y no un factor. Si es un factor que multiplica al número complejo i+1/n, entonces, al tender n a infinito, el módulo del nº complejo diverge (tiende a infinito) pero el argumento tiende, precisamente, a pi/2, es decir, 1,5708 radianes. Pero ¡ojo! ese 1,5708 es un ángulo. En particular,  es un ángulo recto, pero medido en radianes en vez de en grados.
     
    Pero todo ello es muy evidente, no necesita ningún “cálculo laborioso”, como afirma Pascual. Por eso sospechaba que no era un factor sino un exponente. Si es así, entiendo que lo que Pascual quiere decir es que, para n grande, al aumentar n en una unidad, el argumento del nº complejo aumenta una cantidad que tiende a pi/2. O sea, dicho en cristiano, que si si representamos el nº en el plano complejo (lo que Pascual llama plano de Argand) gira 90 grados.
     
    Si es eso lo que quiere decir, tampoco parece que sea nada especialmente mágico ni misterioso, teniendo en cuenta que ese 1,5708 es un ángulo medido en radianes.

  • oscar varela

    Hola!

    Estoy en la duda de qué convendría hablar primero, si:

    * del HILO CONDUCTOR que Pont nos invita a considerar (sin exigir “seguimiento”), o
    * del OTRO Hilo Conductor, que propongo y que uno de sus aspectos o funciones consiste en “audito-controlar” al anterior Hilo “sub-ordinándolo”.
    ……………………..

    Los kilombos de toda índole en que “todo lo que hay” (nosotros incluidos) estamos in-mersos hasta la coronilla se deben en muchísima proporción a que ese HILO CONDUCTOR com-portaría dos fallas:

    UNA (más fácil de percibir): que ese HILO CONDUCTOR puede existir “en empalme holístico-ascendente”; pero también “en rebelión-esclavizante” contra el OTRO Hilo conductor.

    El des-entrañamiento científico-tecnológico de “lo que hay” es cada día más maravilloso, más deslumbrante, más cerebrales distanciándose de las palpables manos y palpitantes cordiales cotidianas, más de “especialistas”.

    El que deje de ser “manual-cotidiano” le va posibilitando cada vez más la de “manipulable”; e.d. “em-poderable” por un Valor que n/tiempo (que des-valoriza otros) ha en-diosado = EL DINERO;
    Todo es clasificado por su calidad de “MERCABLE”.

    Por lo tanto: TODO está permitido y “exigido” por tal dios, del que algunos “poquititos-elegidos” son Pastores, y otros muchitos serán Ovejitas comestibles.

    Ese HILO CONDUCTOR es “limpito”, “a-séptico”, y no se le puede pedir que “se-comprometa” a nada … a nada más que a la voluntad que haya de imperarle; servirá tanto para un roto como para un descosido.

    La fisión nuclear científico-técnica servirá igualmente para una Cura como para una Bomba. Un Sistema de Auto-comando-inteligente servirá para evitar accidentes como para fabricar “drones” asesinos; una Trans-genia servirá para mejorar especies, tanto como para degradarlas hasta matar seriado; etc. etc.
    ……………………
    La SEGUNDA falla (imperceptible para la Fe-Creencia-hipnótico-cataléptica Occidental): es que ese HILO CONDUCTOR se aloja en el expansible pero “cerrado círculo” de que el SER es BUENO (¡Qué LINDA es la Naturaleza … me la como a besos!); y no deja percibir cosas tan sencillas como que si no cortas el pastito y riegas: el Jardín se re-vuelve a ser Campo y luego Selva. O cosas que hemos aprendido de que la próxima Hecatombe terráquea no es la primera sino que unas cuatro anteriores casi ni andábamos los homínidos gateanado por la corteza terrestre.
    ……………….

    Quede ahora solo mencionado el propuesto OTRO Hilo Conductor. ¿Quién no lo sabe “si es más conocido que la Ruda” (decimos en Argentina)?; se trata de una per-sistente-durable MANÍA: “erotiqué manía”.

     
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • pepe blanco

    Hola Pascual Pont,
     
    Cuando escribes (i+1/n)n, la n a la derecha del paréntesis, ¿multiplica a la suma de i+1/n?

  • M.Luisa

     
    Muy interesante tu incansable  experiencia  de búsqueda, Pascual, y  dárnosla  a conocer es algo digno de agradecimiento.
     
    Yo también viví un época en la que me acerqué con entusiasmo a la lectura de Teilhard de Chardin, sin embargo,  más tarde y sondeando el pensamiento de diversos autores,  descubrí a Zubiri, quien por lo que dices parece ser que algo de él también has leído. Como sabrás su trilogía sobre el conocimiento humano la escribió en plena madurez de su pensamiento, tan es así  que,  es  desde  ella cuando   toda su obra  anterior adquiere verdadera   luminosidad.
     
    Ahora bien, déjame que te diga que no porque insista en mostrar la importancia que a nivel de la sensibilidad tiene  el conocimiento humano,    no tenga en cuenta los otros niveles  que con el logos y la razón  completa la mencionada trilogía “ Inteligencia Sentiente” lo que ocurre es que  no veo todavía plena asunción del cambio que representa concebir el páthos como “proceso” cuyo término constituye  la mera afección sensible,   lo propio de la filosofía antigua  como  ya apunté días pasados, y concebirlo no como proceso sino como “estructura procesual”, distinguiendo sus tres momentos  ya apuntados  en anteriores comentarios .
     
    Sobre esta estructura  procesual fue en lo que  resbaló Aristóteles. Entonces, es ya en esta estructura sentiente  donde   habita la verdad física y por tanto, real. Ahora bien, precisamente  es a partir de esta intelección, de esta preeminencia intelectiva lo que da pie a que en un segundo momento   el  algo que dice el logos sea expresión y no mero juicio afirmante de verdad  conceptiva. De lo que se trata es  de que  la verdad real  ya dada ésta  en impresión  y  expresada por el logos le llegue a    la razón y que ya no tenga sentido que su función consista en ir   a la caza sino todo lo contrario la transversalidad de esta verdad que fluye estructuralmente en los distintos estadios intelectivos, sea lo  que impulse  a la razón en su marcha en búsqueda  de conocimiento, sólo a este nivel la intelección se torna en  auténtico  conocimiento. Este conocimiento, por lo demás nunca se halla concluso, es siempre abierto y problemático.
     
    Ya ves, querido Pascual, que no me apeo solamente  en el páthos, pero desarrollar los dos otros modos de conocimiento sin antes haberse detenido a distinguir lo sentido de lo sintiente subjetivamente, sería para mí un trabajo inútil  algo que he podido comprobar durante este largo tiempo. Yo he dedicado como unos diez años en el estudio de esta obra sobre el conocimiento humano y puedo decirte que siendo tremendamente compleja, por la singularidad de sus conceptos que lo son precisamente por estar   combinados   con elementos conceptuales derivados de la ciencia , la  hace, a pesar de su complejidad,  como digo, ser  a la vez de plena actualidad.
     
    Un cordial saludo

  • oscar varela

    Hola Pascual!
     
    Genial lo tuyo! Casi de Ciencia Ficción.
     
    Digo “casi” porque la Ciencia no es sino una “ficción”.
    Pero tenemos un problema serio, entonces. Es para tener miedo.
     
    Es una ficción que corre el grave riesgo de andar “des-controlada”.
     
    Einstein debe haber lloro-maldecido por haber enhebrado algunas cositas con ese “Hilo conductor”.
     
    Esto daría qué pensar. Sospechar seriamente que ha de haber OTRO HILO CONDUCTOR si es que “todo lo que hay” haya de seguir.
     
    Pero más aún. Concuerdo contigo en que el Escrito más importante de Ortega es “La idea de principio en Leibniz y la evolución de la teoría deductiva”. Pero permitime señalarte el Apéndice I “Del optimismo en Leibniz” (OCT6, 325-351) Allí podrás meditar -puesto que capacidad te sobra- sobre su proposición de fundar algo terrible para toda la Ontología del Ser (teleológico) como Bueno: una DISTELIOLOGÍA.
     
    El Hilo Conductor que nos presentas adolecería de ese “MAL” infartado en todo lo existente.
     
    Tal vez hayamos de considerar que el Hilo se nos defleca a cada rato si no lo mantenemos en “cordura” con el OTRO HILO CONDUCTOR, que ahora no vamos a desarrollar, pero es el que está a mano de cualquiera (la Vida de Cada Cual).
     
    ¿Vamos así despuntando el vicio de pensar un poco? solo faltarían unos vinitos mansos ¿no?
     
    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • Rodrigo Olvera

    Hola Pascual
     
    Gracias por tu respuesta. Me ha resutado muy interesante, esta transparencia de tu experiencia de búsqueda. Por si fuera necesario aclararlo, repetiré una vez más que las ideas/argumentaciones son debatibles y cuestionables; pero no las experiencias. Las experiencias son sagradas, en ese sentido. Repito también que siempre me han parecido muy bien pensadas y escritas tus ideas. Es una lástima que hayas encontrado tanto obstáculo a su publicación.
     
    Dicho éso. Dices con todo acierto que ” es necesario recordar el origen de este trabajo, las palabras de Lola Cabezudo, el pasado 29 de abril, de que lo mejor sería establecer un hilo conductor para desarrollar la Suma propuesta por Duato, y decidir si este hilo conductor puede ser la dinámica triuna…” EXACTO. Nunca he cuestionado que existan patrones de dinámicas triúnicas al observar la realidad. De todas formas, te agradezco que te hayas extendido en presentar algunos ejemplos con mayor detalle.
     
    Lo que cuestioné, repito, no es que existan tales patrones. Sino que esos patrones, que son UNA dinámica de la realidad, sean elevados a LA dinámica de la realidad.
     
    Tu mismo reconociste que existen otras dinámicas… de base 2, de base 4 , de base 5, de base 9 etc. Pero eliges la de base 3 como LA dinámica; como EL hilo conductor.  Mi pregunta iba a si el concepto trinitario tendría que ver con esa elección.
     
    Me respondes que la Trinidad cristiana no está en el origen, sino entre las conclusiones finales.  Bien. Pero también dices que Nacido en 1937, mi educación religiosa fue la propia del nacionalcatolicismo de la España franquista. Es decir, que la trinindad cristiana estuvo desde el origen de tu trayectoria intelectual, pues es un elemento básico de la educación religiosa del nacionalcatolicismo, desde la infancia. Antes de tus estudios en la JOC, tu mente ya tenía incorporado el concepto de trinidad cristiana; antes de tus estudios matemáticos, tu mente ya tenía incorporado el concepto de trinidad cristiana; antes de leer a Teilhard, a Ortega, a Zubiri, a Einstein, a los astrofísicos, tu mente ya tenía el concepto de la trinidad cristiana.
     
    Tu mente te ha llevado a reconocer patrones o dinámicas duales, triúnicas, cuatriúnicas, quintúnicas, nonaúnicas. Decides que el hilo conductor es la dinámica que, además, salva y hace razonable el concepto de trinidad cristiana que tu mente incorporó desde tu enseñanza en el nacionalcatolicismo de España.  Quizá, si hubieras sido educado inicialmente en el maniqueísmo zoroástrico, las mismas lecturas te hubieran llevado a concluir que aunque existe el cerebro triúnico, y dinámicas de base 4, o de base 5, el hilo conductor es la dualidad. Quizá si huberas sido educado de niño en la Kabala, tendrías claro que aunque existan las dinámicas de base 2, de base 3, de base 5, el hilo conductor es la dinpamica de base 22, como en el árbol de la vida.
     
    ¿puede ser?
     
     

  • Asun Poudereux

    Gracias, Pascual P., por tu intervención última.

    Saludos.

  • Pascual Pont

    A la pregunta que me formuló Rodrigo Olvera el pasado 30 de mayo: ¿Podrá ser que consideres una dinámica como LA dinámica, porque te remite consciente o inconscientemente a la Trinidad cristiana? sólo puede contestar a medias, pues nunca me he sometido a psicoanálisis y no sé lo que puede haber en mi inconsciente. Por lo que se refiere al consciente si tengo muy claro cual ha sido mi recorrido en busca del sentido de la existencia, y como el pensamiento no es ajeno al ser pensante y el seno acogedor de ATRIO es muy grande, voy a intentar explicarlo de la forma más clara y sencilla posible, aunque ya puedo adelantar que la Trinidad cristiana no está en el origen, sino entre las conclusiones finales.

    Nacido en 1937, mi educación religiosa fue la propia del nacionalcatolicismo de la España franquista, en el seno de una familia más escéptica que creyente y sin definición política, formada por mi madre y mi abuela, pues mi padre y mi abuelo murieron en 1938, víctimas de la guerra. A los 16 años descubrí a Jesús de Nazaret a través del Sermón de la Montaña y de la JOC que me enseñó que cada joven trabajador era un Hijo de Dios. La crisis me vino al comprobar de forma fehaciente que esa fe en la dignidad infinita del más humilde ser humano no era compartida por la inmensa mayoría de los que se llaman cristianos y, en especial, por quienes conforman la jerarquía de la Iglesia Católica. Entonces inicié mi personal búsqueda del sentido de la existencia y lo hice por tres caminos complementarios: 1) El estudio del testimonio que nos había dejado Jesús de Nazaret; 2) la sencillez, exactitud y universalidad del lenguaje numérico, y 3) la lectura a fondo de “El fenómeno humano” de Teilhard de Chardin.

    1) La película “Cristo de nuevo crucificado” me impresionó mucho pues acentuó mi convencimiento de que cualquier ser humano que viviera plenamente en la actualidad el sentido existencial de Jesús, acabaría como él. Esto me llevó a escribir la vida de Jesús a partir de los evangelios pero en las circunstancias políticas, religiosas y económicas de los años 60 y 70 del siglo XX y en un medio musulmán. La conclusión fundamental que obtuve es que Jesús no era un dios que había adoptado la forma de hombre para redimir a la humanidad, sino un individuo humano como tú y como yo, que amó a la humanidad de tal forma que alcanzó la plenitud absoluta que puede calificarse de divina.

    2) Con el lenguaje numérico hice el siguiente razonamiento. Mi vida es una realidad interior que se desenvuelve en un universo exterior. Se trata de dos unidades que pueden ser representadas, la primera por la unidad imaginaria i y la segunda por la unidad real 1, unidas en la forma i+1. Yo soy la unidad imaginaria, subjetiva, que estoy cambiando continuamente sin dejar de ser el que soy, mientras que la unidad real y objetiva la tengo que compartir con una cantidad infinita de individuos que también cambian produciendo un resultado conjunto que podía representarse en la forma (i+1/n)n con un n que tiende al infinito. Esta tendencia debía de tener un límite, pero como mis conocimientos de matemáticas son muy elementales, lo calculé de forma arto laboriosa, asignando valores cada vez más altos a n hasta que alcancé valores que trasladados al plano de Argand me permitió descubrir que cada unidad en que variaba n producía un cambio de cuadrante y generaba un arco de valor 1,5708… es decir, la mitad del mitificado número π, lo que hacía que participara de su gran significación con relación al círculo, la ondulatoria, el oscilador armónico, la trigonometría, pero partiendo de una formulación de mayor significación existencial que la simple y cómoda relación entre la longitud de la circunferencia y la del diámetro.

    Entusiasmado comuniqué mi hallazgo a los profesionales de las matemáticas encontrándome con un amplio rechazo, cuya causa me la facilitó mi amistad con uno de ellos, y residía en que la solución a mi formulación había sido dada ya por Euler y consistía en estos cuatro valores e, e-i, e-1, ei, que ocupaban los mismos lugares en el plano de Argand de mi formulación pero sin la dinámica que ésta contenía y que incluía el reunir junto al infinito potencial el infinito actual, pues en el avance de n hacía el infinito, toda unidad, cualquiera que fuera el lugar que ocupara, tenía el mismo efecto, el salto de un cuadrante. Euler evitó cualquier posible interpretación transcendente de las matemáticas, porque además de ser uno de los más grandes matemáticos era un radical e intransigente calvinista que militó en la contradicción de muchos teólogos, que al tiempo que hablan de un Dios vivo se aferran a textos momificados.
    En mi peregrinaje por clarificar y defender mi formulación me encontré con los leibnizianos y uno de ellos, Agustín Andreu, medió para la que Universidad Politécnica de Valencia publicara mis trabajos.

    3) Mi reflexiva lectura de Teilhard de Chardin me planteó una serie de dudas que me llevaron a escribir el 4 de octubre de 1981 una carta a M. Crusafont Pairó, traductor e introductor en España del pensamiento de Teilhard, en la que le mostraba mi preocupación porque la cuestión cristiana resultaba forzada, pues no bastaba con resumir la situación con que “el movimiento cristiano presenta los caracteres de un phylum. Este phylum progresa en la dirección supuesta por la flecha de la Biogénesis. Esta flecha implica la conciencia de hallarse en una relación actual con un Polo espiritual y trascedente de convergencia universal” por lo que yo le planteaba que si esto era así, el lugar para decirlo no estaba en el epílogo, sino a continuación del Neolítico, entroncado en el Totum, en la triple unidad de estructura, de mecanismo y de movimiento.

    A continuación le enumeraba una serie de cuestiones que a mi parecer podían contribuir a ese entroncamiento de forma coherente, entre las que incluía unas referencias al mundo cuántico que pueden interesar a Nacho y a Pepe Blanco, pero que no puedo reproducir aquí porque me alargaría demasiado, por lo que me limito a lo que considero más esencial de mi escrito: En los dos extremos de la evolución, el amor se puede llamar interacción creadora, dándole a estas palabras un sentido amplísimo, un significado de relación interpersonal, opuesta tanto a la individualización disgregadora como al totalitarismo  despersonalizador.

    A finales de octubre recibí contestación de Crusafont en el que me decía: …he leído con mucho interés su carta … la creo de suma importancia. Creo además que tanto por su fondo como por su forma muy bien cuidada, merece ser publicada como artículo. Continuó con algunos breves comentarios y volviéndome a insistir en que arreglara la carta para ser publicada y terminando con estas palabras: No me queda sino felicitarle por sus ideas y por el magnífico contenido de su carta a la que no contesté antes por motivos de salud.

    Tal como me indicaba Crusafont arreglé el escrito y tanto yo como él hicimos sin éxito varias gestiones para su publicación. Su enfermedad se agravó y murió en agosto de 1983, dejándome en una completa soledad en lo que se refiere a poder debatir seriamente estas cuestiones, pero no en soledad vital, pues permanecí muy unido a mi familia, a mi barrio, que por sus muchas carencias mantenía una fuerte acción vecinal, y a toda la humanidad, trabajando por el desarrollo de una lengua común que respetara todas las lenguas gentilicias, como es el Esperanto.

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    La cuestión de la dinámica triuna me vino ya en el siglo XXI a raíz de conocer, por una parte, la estructura triuna del cerebro humano que obligaba a revisar el racionalismo narcisista, y por otra, la posibilidad de que la velocidad de la luz no fuera un límite, sino una frontera que desvelaba un universo triuno formado por taquiones, luxones y tardiones, en donde tenía una función decisiva la unidad imaginaria i a la que los astrofísicos daban creciente importancia, lo que confería mayor consistencia a una naturaleza triuna de la unidad: real, imaginaria y compleja, que me confirmaba en mi razonamiento numérico, así como que permite aventurar nuevas hipótesis sobre el origen de nuestro universo, basándose en el mapa de la radiación de fondo de microondas.

    A mí nunca me convenció la teoría del Big Bang, un punto surgido de la nada en el que se concentra toda la energía y que al explotar se expande por el Gran Vacío de forma  radial. No es esa la imagen que nos ofrece la radiación de fondo. La nueva hipótesis parte de que el universo Taquión contiene una cantidad inconmensurable de cuantos de energía pura, que se materializan cuando pasan al universo Luxón de acuerdo con la fórmula de Einstein. Eso lo hacen de forma individual o asociados con los próximos con los que establecen una colaboración sinérgica, lo que hace que se manifiesten en forma de grumos o puntos de condensación de forma similar a como en el universo Tardión los coacervados iniciaron las estructuras biológicas.

    Al relacionar este inicio triuno del cosmos, con el cerebro humano triuno y con la necesidad de estructurar un futuro planetario en el que la humanidad como conjunto unitario enlazara la noosfera con la tecnosfera para librar al conjunto del planeta del desastre hacia el que se encamina de continuar la actual dinámica, es cuando consideré que el paradigma alternativo que se precisaba podía ser el de la dinámica triuna, en la que la Trinidad Cristiana podría ser un componente fundamental, incluso la esencia subyacente a la totalidad, pero que había sido y seguía siendo totalmente deformada por la funesta influencia de las estructuras de dominación que se establecieron a partir de la esclavitud y del robo institucional.

    Esta deformación se produjo y se sigue produciendo en todas las civilizaciones que sitúan el esplendor de las construcciones y de los discursos bien articulados por encima del quehacer de la naturaleza y del lugar que en la misma ocupa el individuo humano. M. Luisa dice, para mí con mucho acierto, que para cambiar de mentalidad hay que atender aquello que en el pasado filosófico pasó desapercibido, pero en sus esfuerzos por desvelar lo que se ha ignorado, se queda en el pathos, no llega al fondo, no tanto porque no incluya el ethos, que completa la trilogía de Aristóteles, sino porque ésta se queda en la retórica y en ella ha continuado la filosofía, a pesar de los esfuerzos por superar la razón pura de Kant, como los hechos por Zubiri con la inteligencia sentiente, María Zambrano con la razón poética y Ortega y Gasset con la razón vital e histórica.

    Esta insuficiencia es lo que lleva a Ortega en 1947 a escribir lo que algunos consideran su obra más central y señera, La idea de principio en Leibniz y la evolución de la teoría deductiva en el que plantea la necesidad de superar el modo de elaborar la filosofía seguido hasta entonces. Pero cuando muere en 1955, la obra está sin terminar. En esto parece que tiene mucho que ver el que en 1948 se dedique a otro trabajo: Sobre una nueva interpretación de la historia universal, basándose en los trabajos de Arnold Toynbee, porque éste también intuye un cambio radical en el devenir histórico que puede hacer que la civilización actual occidental escape de la dinámica cíclica que ha caracterizado, según él, a las civilizaciones anteriores.

    Ortega no acierta a definir cual tiene que ser el nuevo modo de filosofar, y por eso deja sin desarrollar los capítulos 2 y 3, destinados a abordar el tema central, porque no se atreve a declarar nulos todos los razonamientos elaborados por los escribas ya que se levantan sobre una base falsa y el ejemplo más claro es Aristóteles. Su silogismo puede ser inmejorable para el desarrollo formal de la lógica, pero necesita partir de unos axiomas y éstos pueden ser manifiestamente inaceptables, como el aristotélico de El esclavo es al amo, como el cuerpo es al alma, que lo hace extensible a la mujer y al extranjero. Si actualmente disponemos de la Declaración de los Derechos Humanos no es tanto porque los esclavos y las mujeres hayan elaborado una lógica superior a la aristotélica, sino porque en todo individuo se mantiene latente la pulsión leibniziana de su dignidad, libertad y apetición de plenitud, y han luchado por hacer explícito lo implícito. Que esa lucha sigue hoy plenamente vigente, nos muestra que el cambio radical que se precisa sigue sin producirse.

    Ortega tampoco podía encontrar en Toynbee la base para la nueva elaboración porque para reescribir la historia que han elaborado los vencedores hay que retrotraerse a la prehistoria, como han hecho los que se alimentan del discurso del Gran Jefe Seattle. Eso no significa que la tribu duwamish sea superior a las otras tribus que llenaron la Tierra de polifonía cultural. La profundidad, sencillez, universalidad y grandeza de su mensaje, radica en la armónica y total simbiosis alcanzada entre todos y cada uno de los miembros de la tribu, y entre ellos y la naturaleza que les envuelve, sea ésta una pradera norteamericana, la selva amazónica, los oasis del Sahara o una isla de la Polinesia. La civilización urbana rompió esa unidad sin que los diversos intentos de restablecerla a través de la ciudad-templo, ciudad-estado, federaciones, confederaciones, imperios, feudos, naciones, uniones y alianzas, sin que ninguno de ellos haya resultado satisfactorio.

    Actualmente es posible intentar la simbiosis adecuada y necesaria, si tomamos al conjunto del planeta Tierra como entorno común. Para ello quizá lo que se precisa no sea tanto un nuevo esquema doctrinal, como una catarsis radical que nos permita descender a las profundidades de nuestro ser triuno, para hacer aflorar lo mejor de cada uno con el que enriquecer y sanear todo el conjunto, siendo conscientes de la singularidad de cada aportación y de la necesidad de disponer de conectores adecuados para alcanzar una convergencia y simbiosis global.

    Por mi parte ya he descrito el recorrido que me ha llevado al convencimiento de que la dinámica triuna puede ser el hilo conductor de esa convergencia. Pero ese hilo tiene una infinidad de terminales entre los que hay que distinguir los que enlazan a cada individuo, los que lo hacen con cada tradición cultural y los que nos pueden conducir a la globalidad planetaria. Es indudable que entre esas aportaciones figura la tradición cristiana, aunque para ello se precise revisarla con total libertad y poderle dar una estructura de validez universal. Un paso necesario parece ser el extender la condición de divinidad encarnada del hijo a toda la trinidad, para que el espíritu del ser que emerge de la interacción entre individuo y entorno, fluya entre todas las manifestaciones evolutivas de la materia. Eso nos obliga a una nueva aproximación a cada una de las personas y a su mutua relación.

    EL PADRE
    Con relación al padre, su significación protagonista tiene que extenderse como mínimo a lo largo de los 13.500 millones de años que se le atribuyen a nuestro universo, tiempo que hay que dividir en dos partes. 1) Los primeros 9.000 millones, que podemos considerar se inician con la radiación de microondas cuyo mapa hemos reproducido y terminan para nuestros efectos (pues este proceso sigue en otras partes del cosmos) con el parto de las estrellas de los elementos que conforman la tabla periódica, del hidrógeno al uranio y la formación del Sistema Solar con los astros  que se llaman de segunda generación, entre los que se encuentra la Tierra. 2) Los siguientes 4.500 millones de años, que los centramos en la Tierra, en donde tiene lugar un proceso diferente, pero continuación del anterior, pues consiste en unir los elementos mediante la complementación de sus nubes externas de electrones, formando moléculas, conjuntos coloidales, células, organismos pluricelulares y conjuntos sociales. Dentro de este simplificado esquema interesa destacar:

    1) Parece evidente que el proceso creador no fue un acto inicial definitivo, sino un acto continuado a lo largo de todo el espacio-tiempo que podría quedar simbolizado por la sucesión de Fibonacci, en la que los dos términos consecutivos desempeñarían la función de individuo y de entorno respectivamente, mientras su suma sería el elemento creado.

    2) Los elementos que protagonizan los procesos de la segunda generación son los más sencillos de los generados en la primera, mientras que los más acumulativos, como el uranio, ni siquiera se soportan a sí mismos y se  van desintegrando, mientras que los sencillos tienen visos de eternidad. Esta característica que podríamos llamar minimalista y definir como que lo mucho es malo si lo poco es suficiente, parece orientada a evitar acumulaciones monótonas y preferir la polifonía. Característica que encontraremos, también, en los sucesivos rangos evolutivos.

    3) Los procesos que tienen lugar en la Tierra necesitan un aporte de energía externa que la proporciona la radiación del Sol. Esto ha hecho que algunas culturas consideren al Sol como el padre de la vida, mientras califican a la Tierra de madre. Se trata de una terminología ligada a la condición mamífera, cuya trayectoria no alcanza los 300 millones de años y que por lo tanto no pueden ser términos representativos. Lo mismo ocurre con la sexualidad, que no es una exigencia de la reproducción, sino una consecuencia de la tendencia a la variabilidad, a la polifonía.

    4) Tenemos problemas de lenguaje para designar el ser creador y armonizar que fluye entre todo lo existente como causa y resultado de la interacción entre individuo y entorno, quizá porque no hemos sabido desarrollar plenamente conceptos como el Tao de Lao Tsé o la Mónada de Pitágoras que surgían y contenían lo par y lo impar, lo masculino y lo femenino. Podríamos trabajar el concepto de persona, ligada al individuo, pero transcendiéndolo en su relación con el entorno, para evitar las abstracciones excluyentes de las distintas teo.rías.

    EL HIJO
    El ser humano emerge del animal por el trabajo y la palabra. El homo habilis y el homo ergaster. La división del trabajo y el compartir los frutos obtenidos consolida y ahonda el sentido comunitario. El principio De cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad. Aunque también las abejas y las arañas trabajan.
    Un cambio claramente significativo del sentido de la evolución es el que testimonio el hueso hioides. Para la división del trabajo no son suficientes los gruñidos, chillidos y gestos que avisan del peligro o muestran nuestro estado de ánimo. El ser humano da un paso altamente arriesgado. Desciende la laringe por donde entra el aire a los pulmones por debajo de la faringe, por donde entra la comida al estómago, con el riesgo de que entre algo de comida en la laringe y se asfixie, pero da libertad a la lengua para modular los sonidos y generar palabras con los que expresar la complejidad de nuestros sentimientos, sueños, ideas, experiencias y proyectos. Compartir el agua nos puede empobrecer, compartir la palabra siempre nos enriquece. Como la savia para las plantas, y la sangre para los animales, así es la palabra para los seres humanos, pero hay algo más. Fue la palabra, junto con el trabajo, lo que produjo un salto evolutivo fundamental, pasando de lo biológico a lo cultural.

    El siguiente paso es una inflexión vital. Con la agricultura y la ganadería el ser humano vuelve sobre el proceso evolutivo para continuarlo facilitando su desarrollo, de tal forma que puede decirse que el ser humano adquiere la condición del hijo que continúa la labor del padre. Esta inflexión se inicia hace unos 10.000 años y de forma desigual va progresando gracias a que los mayores recursos permiten aumentar la población, dividir y especializar el trabajo de forma creciente logrando así notables rendimientos, lo que hace posible que hace unos 5.000 años se inicie la Historia y con ella se paralice el proceso evolutivo, debido a que los pueblos optan por el enfrentamiento, robando y esclavizando al otro, dinámica que sigue vigente en la actualidad. No obstante, hace poco más de 500 años, se reanudó el proceso evolutivo debido a que la imprenta inició la democratización de la escritura, confirmando que en los procesos de colaboración la comunicación es fundamental.

    Fueron y siguen siendo muchos los que se esforzaron para que la colaboración predominase claramente sobre el enfrentamiento, entre los que cabe destacar a Pitágoras, Lao Tsé, Confucio y Gautama. Prueba de la validez de sus enseñanzas es que siguen cautivando muchos corazones a pesar de haber transcurrido unos 2.500 años. Pero no lograron enderezar la dinámica, pues los poderosos fueron y siguen siendo lo suficientemente cínicos para adoptar formalmente su mensaje y seguir oprimiendo a sus semejantes. Algo similar le ocurrió a Jesús de Nazaret que vivió hace unos 2.000 años.

    Pero Jesús aporta un plus sustancial. Todos los seres humanos son hijos de dios y esto es lo que los hace intrínsecamente iguales. Antes de él nadie lo había planteado. Todos habían establecido sutiles o burdas distinciones que les permitiera colocarse a sí mismos como protagonistas y a los demás como meras comparsas o elementos negativos, llegando a definir sustanciales diferencias entre el varón y la mujer, el escriba y el analfabeto, el nativo y el extranjero, el joven y el viejo, el judío y el gentil, el hombre libre y el esclavo, el brahmán y el intocable, el hombre superior y el inferior de Confucio o el monje y el laico budista. La condición de hijo de dios aportada por Jesús es intrínseca al ser humano y por lo tanto independiente de sus creencias y su madurez, de su altruismo o su egoísmo. Eso no significa que sea indiferente, pues el ser espiritual y personal que fluye entre individuo y entorno registra el balance energético resultante. Por eso Jesús sólo establece una recomendación que es decisiva para transformar el enfrentamiento en colaboración: el amor sin exclusiones ni condicionantes, siguiendo el orden de proximidad.

    EL PARÁCLITO
    Pero el amor personal proclamado y vivido plenamente por Jesús es insuficiente para estructurar la colaboración de los más de siete mil millones de individuos que conforman actualmente la humanidad. Ya hemos indicado el cambio que produjo la invención de la imprenta y ahora estamos viviendo las transformaciones que está produciendo la escritura electrónica. Al igual que el hijo es generado por el padre y es continuador de su obra, así el paráclito es generado por el hijo para poder llevar a cabo la convergencia armónica de toda la humanidad. La labor del paráclito es inmensa y urgente, pero ahora nos tenemos que limitar a unas pocas indicaciones.

    Uno de los cambios fundamentales para reconocer, aceptar y colaborar con la labor del paráclito afecta al concepto que se tiene de lo artificial, pues actualmente tiene como sinónimos falso, adulterado, espurio, ilusorio y otros muchos similares, lo que deja muy mal parado el quehacer humano puesto que artificial es todo lo que produce el ser humano. Esta negativa valoración tiene dos lecturas: 1) Es el resultado del desprecio que los poderosos e intelectuales ociosos han tenido por el trabajo realizado por esclavos, siervos, asalariados y artesanos libres, a pesar de que era el que soportaba realmente su poder. 2) Este trabajo estaba preferentemente destinado a producir “cosas” objetos carentes de vida y de espíritu que era lo realmente valioso en la existencia. 3) Muestra la enorme mentira sobre la que se había asentado la humanidad, pues son los poderosos que desprecian a los que hacen “cosas” los que se afanan en acumular el máximo de ellas.

    Hasta hace unos 200 años, el trabajo físico era predominantemente manual, lo que hacía que se mantuviera una relación personal entre el trabajador y la materia que se transformaba y quedara limitada la capacidad transformadora. Pero con el desarrollo industrial y tecnológico la creatividad humana ha sido desplazada por máquinas cada vez más potentes y eficaces crearon la ilusión de un enriquecimiento general continuado en el sentido “cosificador”. El resultado es terriblemente alarmante pues el enriquecimiento llega a cumbres absurdas e insatisfactorias en una minoría, al tiempo que extiende la miseria a poblaciones cada vez más amplias, agota los recursos terrestres de materia y energía, envenena el suelo, el agua y el aire y eleva la temperatura media del planeta de forma irreversible provocando situaciones extremas de desertización e inundaciones. No es este el momento de extenderse en la exposición del problema y en las distintas reacciones humanas, pues interesa destacar dos aspectos fundamentales.

    Ya se ha visto al tratar del inicio de nuestro universo la capacidad de los luxones de transformar la energía de los taquiones en materia constituyente del mundo Tardión. También hemos visto en la obra del padre que había que distinguir los primeros 9.000 millones de años de evolución cósmica que culmina con un amplio abanico de átomos, de los 4.500 millones siguientes de evolución terráquea que utiliza el poder vinculante de los electrones. Pero cuando la ambición humana sabe de la enorme energía que contienen los núcleos atómicos intenta adueñarse de ella y lo consigue, aunque de forma burda, como lo demuestran Hiroshima, Chernóbil, y las miles de toneladas de residuos nucleares. Como la ambición nunca se siente satisfecha, al saber que cuando más se accede al interior de los componentes del átomo, mayor energía contienen intentan apoderarse de ese interior y para ello varios miles de físicos altamente especializados se afanan en ello en el subsuelo de Ginebra. Dicen que es por afán de saber, pero es mentira. Es por afán de poder. El afán de saber quizá podría justificar el reactor de fusión nuclear ITER, aunque también está motivado por el poder, pues aunque al final lograsen la fusión deseada, es dudoso de que con ello lograsen desvelar el misterio de cómo el Sol ha llegado a realizar eso de forma natural.

    Es cuanto menos curioso que el esquema esencial de colisionador de hadrones se asemeje al sincrotrón de electrones, cuando son totalmente opuestos. El primero represente la ambición destructiva, mientras el segundo se alinea con la investigación respetuosa con lo que se investiga y es indudable que es en esta línea en donde se manifiesta y materializa el paráclito, es decir, en la línea electrónica en sus diferentes manifestaciones, entre ellas las distintas ramas de Internet y entre ellas estas páginas de ATRIO, que están siendo testigos de la lucha que está teniendo lugar entre los que quieren controlar y dominar el mundo y los que se esfuerzan porque éste alcance una plenitud de colaboración polifónica, armónica y transparente, para lo que es necesario no distraerse y llegar a tiempo de enderezar la dinámica humana antes de que el desastre se haga irreversible.             Esta lucha está produciendo víctimas inocentes, entre las que quiero destacar a Aaron Swartz, lo que prueba que aunque es tiempo de paráclito, el hijo está presente, como lo está el padre.

    Pero la manifestación señera del paráclito parece que tendrá que ser en el desarrollo de una inteligencia artificial que pueda considerarse efectivamente común de toda la humanidad. Una inteligencia que sea también triuna, porque afronte la parte vegetativa, con una eficiente administración de la economía, la parte afectiva, con el continuo diálogo de los grupos abiertos de individuos, y la parte racional, con su capacidad para analizar y sintetizar todos los conocimientos que vayan aportando los seres humanos.

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    Es obvio que todo esto precisa de desarrollos, análisis, correcciones, puntualizaciones y replanteamientos, pero antes de entrar en detalles es necesario recordar el origen de este trabajo, las palabras de Lola Cabezudo, el pasado 29 de abril, de que lo mejor sería establecer un hilo conductor para desarrollar la Suma propuesta por Duato, y decidir si este hilo conductor puede ser la dinámica triuna, pues en caso de que se estime que éste no es el adecuado, debemos contribuir a definir cuál puede ser. Lo que no podemos es permanecer sin disponer de un punto mínimo de consenso con el que hacer frente conjuntamente al caos hacia el que nos estamos precipitando.
     

  • M.Luisa

     
    Descripción modal del sentir
     
    Aclarémonos!
     
    Se habla de cambio de mentalidad, pero alguien me puede decir cómo sucede esto sin antes retrospectivamente atender a aquello que en el pasado filosófico   pasó  desapercibido? Por mi parte ya lo dije: antepusieron el logos al pathos y así dieron forma a la mentalidad Occidental.
     
    El párrafo anterior lo acabo de añadir, pero ayer noche compuse el siguiente borrador cuyo enunciado es el título de arriba y   lo hice con el fin de ampliar y dar más comprensión a mis comentarios  anteriores.
     
    La función última del  órgano visual, por ejemplo, no está en lo que ve objetivamente sino en el mirar al cual, este  mismo ver, por su inconclusión misma, le lanza. Por tanto, se trata de     algo anterior que estaría ahí antes incluso  de que fuera visto. Esto significa que ese algo no consiste en ser un objeto en cuyo término quedara preso estimúlicamente  el sentido visual,  sino  que más bien apunta a algo con independencia propia, posibilitando  a aquel, a mirar y no sólo  a quedar reducido en su mera función operante: la de ver.
     
    Entre estas dos modalidades   es donde hay que situar estructuralmente, el momento de alteridad. ¡Ya tenemos la primera  triada originaria! Pero ojo! Como vengo repitiendo, Alteridad no se identifica con lo que de subjetiva tiene una   determinación optativa,  sino que, como alternativa  integra en ella un carácter que le es propio a toda realidad, es decir, ciñéndonos a lo dicho, esta alteridad  integra  un carácter de aquel algo en el que el ojo en cuestión queda mirándolo y admirándose a la vez cumplimentando así su función última . Consiste en  un quedar intelectivo, en un quedar de actualidad.
     
    En virtud, pues, de aquella alteridad, en  los sentidos humanos se incoa la inteligencia rompiendo así con su  esquema tradicional ya que  en esta breve  exposición analítica,  la facultad que se le atribuye a la inteligencia no es porque ésta obrara potencialmente en solitario ( racionalismo)  sino porque, lo que la faculta,   le viene dado, por esta unidad que forma con   la sensibilidad.
     
    Pienso que si no se parte de  esta primordial  triada  que rompe con el dualismo   sentir-inteligir, no se puede con posterioridad  pretender la superposición de las distinas manifestaciones triunas, ya que es aquella, en el inicio, la que arrastra a la inteligencia   “hacia” “más” realidad, hacia nuevas caras de la cosa.

  • Rodrigo Olvera

    Por supuesto que soy consciente de que en el ejemplo de habla de un poema medieval… y entonces se me puede decir que mi caso concreto no desvirtúa el ejemplo, porque hay enormes diferencias: en la época medieval, el número de personas letradas, con capacitación suficiente para escribir un poema, eran muy reducidas; además la poca movilidad entre artes y oficios, permiten suponer una pertenencia gremial debida a la estructura social etc.
     
    Pero he aquí que, aún en la época medieval e incluso antes, se ha escrito poesía popular y poesía espontánea no anclada a la profesión u oficio de poeta.  De modo que desde el primer grado de generalización, lo que hay es un desentenderse de la vida concreta y real a favor de una especulación abstracta, que ni siquiera hay modo de verificar en el ejemplo concreto.

  • Rodrigo Olvera

    Sin embargo, yo puedo definir en general la estructura de toda vida.
    Esta es la gran hybris de Ortega y Gasset, que lleva a que más que vitalista, algunas personas le consideremos pseudovitalista. Porque con que se profundice un poco en sus variadas definiciones de la estructura de toda vida, aparecen vidas reales que le contradicen.
     
    Siguiendo con el ejemplo propuesto. La primera vez que yo escribí un poema, tenía yo 5 años de edad. No hubo resolución de ser poeta, ni hubo ocupación anterior ni posterior de “hacer poesía”. Hasta el día de hoy, nunca he tomado la resolución de ser poeta como ocupación.
     
    Si aceptáramos que sólo existe un nuestro tiempo (muchas vece he dicho que yo no lo acepto) Ortega fue un gran avance en su tiempo, respecto de el tiempo aterior a él; pero Ortega pertenecería a un tiempo que nos ha quedado atrás a nuestro tiempo, y por tanto no es el hilo conductor de nuestro nuevo futuro tiempo.

  • oscar varela

    Hola!

    El salir a buscar un hilo conductor es –nos dice Pascual- para construir el nuevo paradigma.
    (al menos para aquellos que lo hayan menester, dentro del cual justifiquen su propia vida;
    pues “si el caballo no tiene sed, inútil será llevarlo al río”)
    ………………..

    Ofrezco a los Compas de Atrio algunas cosas que yo hube encontrado en el EPISTOLARIO de José Ortega y Gasset [edad 55 años] – (París,4/3/38)  en Carta drigida a Curtius, como elementos constructores (técnicas) del tal paradigma buscado.
    …………………

    Se trata de una nueva técnica: la razón vital o estudio de estructura general de la vida humana.

    Es constitutivo de lo que llamo «razón vital» ser una disciplina abstracta que habla de una realidad (la vida humana) a quien es más esencial que a ninguna otra de las hasta ahora estudiadas, el ser concreta, el ser siempre «mí» vida.

    Esta paradoja es de suma importancia. En resumen, la cosa me parece clara:

    Si yo digo que la realidad «vida humana» es siempre una vida individual, indico que es siempre una realidad distinta.

    Sin embargo, yo puedo definir en general la estructura de toda vida.

    Mi definición contendrá una arquitectura de momentos abstractos, la cual llevaría una serie de “lugares vacíos” que habría de llenar cuando:
    * de la pura «razón vital» (disciplina que es como la mecánica racional de lo humano),
    * pasamos a la «razón» histórica» que aquella por sí misma reclama y postula y en que viene a efectuarse.

    En este parangón la razón histórica representaría el papel de la Física.
    ……………………

    I.- Análisis fenomenológico de un verso medieval (por ejemplo)

    Yo no puedo entender de verdad, es decir, con satisfactoria integridad, un verso medieval si no me pregunto por qué el ser humano “X”, su autor, ha dedicado ese minuto de su vida a componerlo.

    Toda consideración del verso como ya formado es extrínseca y retiene mi comprensión solo en el plano morfológico.
    (Sin duda, la morfología es un instrumento aprovechable, necesario, pero nada más)

    Ese verso en su realidad radical es lo que fue al surgir en la mente de su autor, como acción de este ser humano y, por tanto, como pedazo de la vida de él.

    Ahora bien, ¿cómo podemos averiguar por qué ese humano se ocupó en crearlo, en vez de crear un verso de estilo muy diferente o en vez de ocuparse en otra cosa —matar bisontes, hacer un discurso al Senado, hacer un chiste a lo Voltaire, emborracharse, etc.?
    …………………

    II.- Construcción de un camino firme

    Necesitamos un método, una vía segura para acorralar ese problema demasiado preciso.

    Notemos bien y con expresión rigorosa qué es lo que de problemático hay en ese problema. Es nada menos que esto; tenemos que mostrar por qué, entre todos los haceres hasta ahora posibles al ser humano, el autor prefirió ese: hacer tal verso.

    Esto nos obliga a eliminar como preferibles para él a todos los demás haceres.

    Se trata, pues, de una labor exhaustiva cuyas proporciones son gigantescas, monstruosas.

    Pero no son menos numerosas las posibilidades de interpretación de un fenómeno de la naturaleza y, sin embargo, hemos llegado a quedarnos con una: —la de la Física—.

    Y ello se logró gracias a que la Física comenzó por ser un método.
    …………………

    III.- Aplicando el Método al Caso del verso medieval

    Reduciéndonos al ejemplo tendríamos los siguientes pasos de generalización:

    Primer grado (de generalización):
    * El ocuparse en hacer ese verso no se da fenoménicamente aislado. Brota, como caso particular, en una ocupación anterior y más amplia de ese humano: su resolución de ser poeta, de hacer poesía.

    * Nuestra pregunta de por qué ha hecho ese verso, se descarga, por lo pronto, de la última precisión  (ese verso) y se desplaza a un tema más general: ¿Por qué ese humano quiso ser poeta?

    Segundo grado (de generalización):
    * Pero su voluntad genérica de ser poeta no surge en este ser humano medieval “de la nada”. Antes de decidirse él a serlo (y motivo de la decisión fue que) había en su contorno social un repertorio de modelos de vida humana posible —de… «tópicos humanos», de curricula vitae— uno de los cuales era «ser poeta» en el sentido preciso que esto tenía en su época.

    * Con esto hemos ganado un nuevo grado de generalidad y lo que tenemos que preguntarnos es por qué la vida colectiva de esa época y sociedad contenía entre sus composibilidades la de la poesía y de cierta idea de la poesía.

    * En este segundo grado el sujeto cuyo comportamiento queremos definir no es el autor en la fecha X en que escribe el verso, ni la vida total del autor cargada con la ocupación poética, sino la «colectividad en determinada época» o, abreviando, la «época».

    Tercer grado (de generalización):
    *  Para contestar al segundo grado nos diremos: ¿cómo era, en qué consistía la estructura de la vida en esa época para que tuviese en ella sentido —y tal sentido— hacer algo así como poesía?

    * Nueva generalización puesto que ahora tenemos que construir la estructura íntegra de la vida en ese tiempo y no sólo el hacer particular que es versificar. Éste debe ser explicado como parte, refiriéndolo, derivándolo del todo.

    Cuarto grado (de generalización):
    * Pero eso no es posible lograrlo si no nos aclaramos, de una vez y a fondo qué es el hecho poético, la faena o esfuerzo poético, es decir, qué significa absolutamente en la vida humana; o, dicho de otro modo, por qué el humano se moviliza a ello.

    …………………
    Nota: Sería un residuo de «naturalismo» y una infidelidad a la historización radical de todo concepto (como mi sistema propugna), que consideremos como hasta ahora todos han considerado la poesía: como una “posibilidad permanente” del ser humano.
    Esto significaría que el humano tiene una naturaleza, dada de una vez para siempre, cuyos diversos lados serían Religión, Conocimiento, Moralidad, Economía y Poesía.
    Yo no niego ahora que de hecho la poesía no haya sido actividad permanente pero protesto de que esto se haya afirmado a crédito y arbitrariamente, sin plantearse la cuestión. Lejos de esto se da el caso escandaloso de que todavía no se haya intentado nunca en serio definir con rigor qué es literatura, poesía; siquiera en la medida en que se ha definido el conocimiento, la moral, el derecho, la religión.
    ……………………

    * Esto quiere decir que necesitamos ascender al último grado de la generalización, a saber:

    * cuál es la estructura general de la vida humana;

    * la disciplina que logra esto —la «razón vital» sensu stricto— es una disciplina puramente filosófica, más aún, es la “filosofía primera” (prôte philosophía).

    (Lo es porque al buscar una realidad radical a que referir y en que fundar todas las demás «realidades» nos encontramos con que ésta es el absoluto hecho de “mi vida”.)
    ……………………..

    IV.- El Método; consideraciones previas:

    El método que apunto ha consistido hasta aquí en una dialéctica de meras preguntas.
    * En cada grado ascendíamos de un problema más concreto a otro más abstracto y por tanto, más sencillo.
    * La contestación a esas preguntas, la solución de esos problemas tiene que hacerse en sentido inverso.
    * Todos los conceptos de la «teoría general de la vida» son a priori pero, a la vez y esencialmente son métodos de investigación, es decir, que exigen su aplicación y, en ella, su confirmación.
    * La razón de esto es que todos ellos son, como las expresiones algébricas, determinaciones a quienes es esencial contener «lugares vacíos».
    * Pasa como en las «expresiones ocasionales». La significación de «aquí» me obliga a llenar ciertos requisitos que no están en ella, que ella postula y que no son nuevas significaciones sino intuiciones.
    ………………………..

    V.- El Método; sus Pasos:

    Pongamos unos ejemplos de proposiciones pertenecientes a la «teoría general de la vida»;

    A. Toda vida humana vive desde o dentro de ciertas creencias sobre lo que es el mundo y el ser humano.

    B. Para el humano vivir es hallarse consignado inexorablemente a un mundo físico y a un mundo social o colectivo.

    C. El mundo social está constituido por un sistema de vigencias colectivas —creencias, normas, tabla de valores, etc.— que son independientes del individuo pero con las cuales inexorablemente tiene que contar y, por tanto, constituyen su vida, aunque no la constituyen exclusivamente.

    En A (las creencias), en B (el mundo físico y social), en C (las vigencias):
    son “lugares vacíos” que la proposición no llena, sino que, al revés, invita a llenar.

    D. El ser humano tiene que estar siempre haciendo algo para subsistir o, con otros términos, la vida es continua ocupación.

    * Para ello se encuentra siempre con un sistema de ocupaciones o de posibilidades de hacer, conectado con un sistema de problemas, es decir, de situaciones ante las cuales no sabe qué hacer.
    * Ambos sistemas son función, ante todo, del sistema de creencias básicas y de medios técnicos con que se encuentra.
    * Creencias y medios son lo dado a cada vida humana: mediante ellos vive, es decir, hace otras cosas (por ejemplo, inventa nuevas ideas que en su hora llegarán a ser creencias y forja nuevos «instrumentos» que en su hora serán medios ya logrados, que serán dados a él o a sus sucesores).
    * En la tarea de subsistir en un mundo constituido por esas creencias y medios, más los problemas frente a los cuales se encuentra sin creencias ni medios, consiste lo que llamo el «argumento» de la vida.
    * Este argumento varía con los sistemas de que es función.
    * El tema rigoroso del historiador es definir el «argumento» del drama vital para cada hombre, pueblo o época.
    ………………..

    VI.- El Método propuesto ¿se adecua como “Hilo conductor del nuevo paradigma”?

    La tarea de nuestro tiempo podría ser formulada de este modo:

    1. El ser humano no puede conocer la realidad más que mediante el intelecto.

    2. Pero el intelecto, conforme a su naturaleza, no puede producir otra cosa que irrealidades.

    3. No podemos prescindir del intelecto, pero podemos dar al intelecto una posición radicalmente distinta respecto a la realidad y, por tanto, dentro del proceso del conocimiento.

    Así, el intelecto remediaría su infidelidad respecto a la realidad.
    …………………….

  • oscar varela

    Hola!
     
    Volviendo sobre el texto final del Artículo, comento ahora estas dos frases:
     
    1) – “Es evidente que si se toma la dinámica triuna como hilo conductor para construir el nuevo paradigma o Suma que la humanidad necesita …”-

    2) – “Pero antes parece conveniente alcanzar un mínimo consenso sobre:
    a) la validez de este hilo conductor y
    b) qué problemas, limitaciones y contradicciones puede presentar.”-
    ………………………..

    En 1) me pregunto por dos vocablos allí empleados con pretensiones de “engordados”:

    Uno: el vocablo “evidente
    * pretende, acá, que lo que está viendo el amigo-Pascual sea lo mismo que vemos todos.
     
    * La “evidencia” es un “engorde” del campo visual que excluye a los que “no-lo-ven”, sin tener en cuenta que tal vez “no-lo-ven” porque no le prestan atención (“miran para otro lado”, “están parados en otro lugar”; “no están en el ajo”).
     
    Dos:
    el verbo “necesita” puesto en el Sujeto “humanidad”;
    * se trata de otro “engorde” de extrapolar las casi infinitas variaciones de las vidas humanas hasta el límite de que “vista-una” quedemos seguros de haber “visto-todas”.
    …………………………..
     
    En 2.- parece bien, entonces, que el amigo-Pascual anteponga con el “2) Pero antes … “ una cautela en su propuesta de salir a buscar un Hilo conductor “válido”.
    ………………………….
     
    Pienso, entonces, en los problemas, limitaciones y contradicciones a cuidar.
     
    Primero:
    Si el “buscar” es auténtico, tiene que ser algo que “no tengo, pero que necesito”.
     
    Si ese algo tiene que “abordar todas las cuestiones y atar todos los nudos”, la cosa buscada no puede dejar a la espalda –como un supuesto “evidente”- al “buscador”; e.d., su vida concreta (no la abstracta “humanidad”); la de cada cual.

    Segundo:
    Dicho lo Primero se sigue que aquella “visión” (theoria – conocimiento – esquema explicativo – modelo científico, etc.) tiene esta doble exigencia:

    * que debe tomar su objeto allí donde está: en la vida concreta, tal vez lo más con-cretum de todos los existentes: “mi vida” uni-versal  (“yo en el mundo” – “in der Welt sein”).

    * que debe ser, sin embargo, dar razón (abstracta, por lo tanto), de esa vida humana.

    ¿Será, acaso, esto posible?

    ¿Se podrá acceder a una Ciencia (uni-versal) que dé la razón de ser de cada cosa in-dividual …
    * particularmente cuando esa cosa in-dividual está infartada (incluye en su raíz) de ser “observador”?
    …………………

    Si lográramos tal Conocimiento ¿no sería ese el “Hilo conductor” al que Pascual nos invita a salir en su búsqueda; donde reina, quizás, lo “Pluri-Multi-UNO”?

     
    ¡Vamos, entonces, todavía! – Oscar.

  • Nacho Dueñas

    La dinámica truina, como todo lo que desafía la linealidad causal del positivismo, rompe esquemas. Sin embargo, no son pocos (Escohotado, Prigogine…) los estudiosos serios que apuntan que en el aparente caos rige algún modo de coherencia organizativa.
    Por tanto, no es que el todo carezca de lógica, sino que la racionalidad humana no es competente para detectarla (“lo esencial es invisible a los ojos” / “tiene el corazón razones que no tiene la razón).
    La teoría del todo como organismo vivo tambien cuenta con científicos (Groff, Chow, el mismo Boff…). En este orden de cosas, la dinamica triuna, de la que en verdad yo no habia oido hablar, sería uno de los esquemas interpretativos de cara a la coherencia organitiva que la mera razón (que aun no transcendió la tridimensionalidad cartesiana) no puede constatar, al anteponer la razón lógica a la razón paradógica, que sería el referente. Por eso habría que tracender hacia una mentalidad cuántica, pues aqui radica el fundamento interpetativo de estas dinámicas, entre ella la truina.
    Nacho.

  • M.Luisa

    Leo en un párrafo del artículo…
     
    “Pero no siempre los buenos sentimientos se corresponden con buenas acciones, sino que la comodidad o la cobardía los convierte en estériles, sin la debida incidencia en el entorno y, por lo tanto, sin el adecuado desarrollo del espíritu”.
     
    La lectura de este párrafo me invita a incidir un poco en la idea expuesta ayer sobre el sentir humano y su estructura. Si en ella no hubiera ese momento de alteridad, nuestros sentimientos  no serían reales, meramente sentimentaríamos. Un estado en que nos deja cómodamente instalados. Contrariamente, si hablamos no de buenas acciones  sino sencillamente de acciones humanas,  éstas por serlo implicarán  una consideración de lo humano como autosuficiente, con lo cual esta autosufuciencia,  a la vez, nos lleva a otra consideración, a saber, la de considerar unitariamente la realidad humana, es decir concebirla  como unidad, ya que el organismo sólo en conjunción con el momento psíquico  tiene suficiencia y por tanto autonomía real.
     
    Los sentimientos humanos son tales porque, aunque provienen de estímulos estos estímulos son reales y no meramente objetivos como se ha visto si se toma la cuestión por el lado de las “buenas acciones”

  • M.Luisa

    Hola!
    Os he estado leyendo y tal vez lo que yo pienso al respecto sobre la dinámica triuna  o lo que es lo mismo concebir la realidad como triada, os parecerá muy simple, no obstante siéndolo, la problemática que presenta y su complejidad le viene del letargo histórico en la que ha estado sumergida y por tanto ignorada.
     
    Con respecto al ser humano una triada fundamental y primaria a partir de la cual, en ella, se va revelando  evolutivamente  la no dualidad de la realidad  son los “tres” momentos que constituyen la estructura unitaria del sentir humano. La importancia que desde hace tiempo le doy a esta estructura tan básica  es porque de ella derivan todas las demás cuya aplicación abarcan dinámicamente todo el ámbito de lo real.  Y lo que me propongo ahora es mostrar con una breve explicación, esta primera triada inscrita en el interior del ser humano y que, como momento estructural del conocer  se coloca por delante del logos y la razón aportándoles a cada uno de estos niveles posteriores del conocimiento humano, lo  érgico, lo físico,lo sensible del primer momento que es a lo que me referí anteriormente hace días cuando antepuse el phatos al logos.
     
    Esto supuesto, tenemos la primera triada constituida por  la impresión (phatos) logos y razón, lo cual si se me permite añadir, es la temática que integra el contenido de la trilogía  sobre el conocimiento  humano del autor vasco X. Zubiri.
     
     
    Dicho esto, pues paso  a hacer una breve explicación de la idea. Mejor, transcribo un breve párrafo del primer libro de la citada trilogía.

    “La impresión es ante todo afección del sentiente por lo sentido. Aquí afección no significa lo que suele llamarse así como momento del sentimiento, esto sería afecto. La impresión es una afección pero no es un afecto. En virtud de este momento afectante , decimos que el sentiente “padece” la impresión. Desde sus orígenes en Grecia, la filosofía calificó las impresiones como pathémata. Se opondrían así a los pensamientos, propios de un inteligir sin páthos: el inteligir sería apathés, impasible. (este rechazo, de entrada, ha sido crucial) Puede decirse que la filosofía moderna a igual que la filosofía antigua, casi no ha conceptuado la impresión más que como afección.
     
     
    Ahora bien. La afección no es mero pathos del sentiente sino que esta afección tiene el carácter de hacernos presente aquello que impresiona. Y aquí entra el momento de alteridad al que siempre aludo en la estructura del conocimiento humano, Con lo cual, ya  en el sentir humano se constituye  la primera triada(impresión, alteridad,y fuerza de imposición ¿de qué, esta imposición? De lo otro, de lo sentido como real no ya como mera afección) que en sucesivos estadios del conocimiento y hasta de la vida misma  se irá repitiendo  la misma estructura hasta la realización del pleroma.

  • Rodrigo Olvera

    Hola Pascual
     
    ¿Podrá ser que consideres una dinámica como LA dinámica, porque te remite consciente o inconscientemente a la Trinidad cristiana?
     
    Un abrazo

  • pepe blanco

    Nacho, me tienes muy intrigado con eso de la mentalidad cuántica. ¿Qué quieres decir exactamente cuando hablas de “mentalidad cuántica”?

  • oscar varela

    Hola!

    En el Comentario que hace Pascual, leo:

    – “el problema está en volver todas las dinámicas  en LA dinámica.
    – Pero ¿cuál es, ESA dinámica?”-
    ……………………..

    Ok!

    Recordemos que lo que buscamos es “El hilo conductor”.

    No es un ALGO, sino el ENLACE (links) que aúne los ALGOS.

    Más aun, buscamos el HILO que no deje sueltos a NINGUNO de TODOS los Algos.

    El que logre eso: se lleva el Premio del Tesoro escondido.
    …………………..

    ¡Claro que si se le aparece algún Algo que necesite para seguir viviendo, y ese Algo no se deja “enlazar”, el tipo se va a encontrar un poco “como turco en la neblina”, “des-orientado, e.d. “PERDIDO”.

    Puede ser que el tipo sepa muchas cosas, sea un erudito de cuanto se le pregunte; pero si no sabe el camino a encontrar lo que busca será “un alma en pena”, un “PERDIDO”.

    Por ejemplo:

    http://www.youtube.com/watch?v=6bfNmcT9du8&feature=kp

    …………………

    Todo esta reflexión-con-humor apunta a hacernos pensar si nuestro tiempo no se caracteriza por “haber perdido el hilo conductor” de la vida que está haciendo.

    (cosa que, tal vez, vuelva en otro Comentario).

     
    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • Nacho Dueñas

    Pascual:
    Si fuese quien, diría que suscribo tu último comentario, precioso.
    Yo, más pomposo pero con menos contenido, le llamo el paradigma cuántico supratreísta. Y claro que Podemos, 15-M, primaveras, indignados, chavismo, teología de la liberacion, junto con las contraculturas (antisistema, okupas, ecoaldeas…) van a hacer que la era esté pariendo un corazón.
    Para lo cual, deberemos pasar de la mentalidad clásica a la cuántica, del teísmo al panteísmo, de la revolución a la contracultura, del socialismo al anarquismo, de la espiritualidad a la mística.
    Modestamente, yo lo creo así. Fervientemente y con terca fe, como diría el gran Casaldáliga. De nuevo enhorabuena por tu comentario y un abrazo.
    Nacho.

  • Pascual Pont

    Quizá respondiendo a Rodrigo Olvera respondo a todos los comentarios. Porque parece ser que el problema está en volver todas las posibles dinámicas (que son muchísimas, dada la rica polifonía de la existencia) en LA dinámica.

    Pero ¿cómo es, cuál es, ESA dinámica? De acuerdo con los principios minimalistas de la física, tendría que ser la más sencilla, por lo que tendría que recaer en el Gran Vacío o el Gran Uno. El Gran Uno equivale a la Mónada de Pitágoras, de Bruno y de Leibniz. A Pitágoras le condujo a los números inconmensurables, a los que algunos llaman irracionales. A Bruno a la hoguera y a Leibniz a enfrentarse a Newton por el paradigma dual del Reloj y el Relojero. Leibniz consideraba que la creación había sido dotada de razón suficiente, y que no era necesario recurrir a Dios para explicarla, pues “Cada sustancia verdaderamente una, única, sujeto primitivo de la vida y de la acción, dotada siempre de percepción y apetito, que encierra (en sí) siempre, junto con lo que es, la tendencia a lo que será”.

    La mecánica cuántica ha venido a darle la razón a Leibniz. La ley de la gravedad sigue siendo mM/d2, pero tanto m como M están formados por infinidad de cuantos de energía que mantienen su poder de obrar, pues la energía ni se crea ni se destruye, sino se transforma, y resultado de las transformaciones que se han ido produciendo durante 13.000 millones de años, somos cada uno de nosotros, que con la enorme complejidad que nos configura somos una individualidad singular, única, sujeto de la vida, depositaria del germen de lo que será.

    Pero el desarrollo de ese germen no lo haremos mirándonos el ombligo, sino en interacción con el entorno, que no es una abstracción sino que es el otro, y el otro, y el otro, de forma abierta y no excluyente. Esta interacción es mucho más compleja que la de la gravedad, como ésta lo es más que la que inicio nuestro tiempo, cuando se encontraron el Gran Uno y el Gran Vacío, y parece ser que siguen encontrándose, pues el vacío no es la nada, sino el reino de la igualdad y la libertad, y a través de él nos llegan los fotones que nos informan de lo ocurrido muy lejos de nosotros.

    Parece pues que he empezado con la mónada y termino con el dúo, pero falta un tercer sujeto. El que mantiene unidos en armonía a la inmensa y polifónica inmensidad de dúos: el Espíritu, el Ser inaprensible, inconmensurable, pero real que genera y es generado en esta continuidad de interacciones y que se puede concretar en individuo-ser-entorno, pudiendo ser el individuo desde el cuanto de Planck hasta el planeta Tierra o cualquiera de nosotros, mientras que el entorno puede estar constituido por el vacío, el Sistema Solar o la Tierra. El que algunos individuos ejerzan también de entorno es consecuencia de la superposición y del progreso evolutivo.

    Creo que la dinámica triuna es LA dinámica del cosmos, de la naturaleza, la que puede descubrirnos el sentido de la existencia, al buscar el encuentro armónico de los opuestos, la colaboración sinérgica de los diferentes. Admiro la proporción áurea contenida entre el 8 y el 5, generadora del mítico pentáculo, y de tan amplia presencia en las plantas y en todas las construcciones de la naturaleza. Conozco la importancia del número 4 en la génesis de los mandalas y tengo un personal empeño en desmitificar el 3,1416, no porque el 1,5708 me ofrezca mayores simpatías, sino porque el cuadrante del círculo es mucho más significativo que el semicírculo, y tiene una sencilla, hermosa y esclarecedora intervención en la espiral áurea. En cualquier caso creo que al final todo son encuentros armónicos de unidades y la reflexión más amplia que he realizado sobre estas cuestiones desde una perspectiva matemática, pueden encontrarla quienes estén interesados en http://www.colaboracionsinergica21.com/estudios/contar/uni-verso

    Lo fundamental de la dinámica esencial no es que descanse sobre el 3, el 4, el 5 o cualquier otro número con pretensiones mágicas, sino que la vida no está hecha para vivirla en soledad, sino para compartirla. Por eso el gran problema es el egoísmo, tanto personal como colectivo, nacional o corporativo y eso ha endurecido nuestros sentimientos que eran los que tenían que unir la razón con el instinto de supervivencia, no sólo en cada individuo, sino de todos los que compartimos la vida en este pequeño planeta llamado Tierra.

    Esta vida común está en gravísimo peligro. Desde el año 1972 están sonando las alarmas cada vez con más insistencia y desespero. El Panel Intergubernamental del Cambio Climático lo ha dicho claramente. Las medidas correctoras no se pueden aplazar a la próxima década, pues estamos ya en un punto sin retorno. Pero seguimos hablando de crecimiento del PIB y las desigualdades son cada vez más extremas, cuando debíamos hablar de decrecimiento y redistribución. El problema es que cuando las sequías en unos sitios y las lluvias torrenciales y las inundaciones en otros, hagan evidente la extensión y gravedad del desastre la reacción sea de pánico, haciendo aún mucho mayor la tragedia.

    No hay que olvidar que los tres componentes del cerebro triuno tienen cierta autonomía y si el límbico no los une en cada individuo y entre todos los individuos sin exclusiones, el reptiliano busca satisfacer sus instintos más primarios, y el cortical aporta razones justificativas de las actuaciones más atroces e inhumanas.

    El hilo conductor en que puede constituirse la dinámica triuna, no es el guión de ninguna tesis. Precisamente la enorme superposición de dinámicas triunas diferentes hace muy difícil elaborar un guión racional que las una, pues siempre quedan flecos que aclarar si no es el corazón, los sentimientos, los que establezcan la vinculación. Así en el caso de la Unión Europea, tengo siempre muy presente la Conferencia de Berlín de 1884-85 para no olvidar que la gran tragedia que sufre la población africana, especialmente la subsahariana, tiene raíces europeas. Estoy totalmente de acuerdo con la Menchu que tenemos que cambiar nosotros y ordenar nuestra casa, y ese parecía ser el camino emprendido cuando en la segunda mitad del siglo XX los que se habían estado destruyendo durante la primera mitad, iniciaron un gran esfuerzo de colaboración, que desgraciadamente se está degradando.

    Pero el colapso de alguien no beneficia a nadie, y nunca se sabe a quién puede arrastrar en el desespero por no colapsar. La esperanza es que la nueva era, y muy en concreto los nuevos medios de comunicación, alumbren un nuevo corazón. De hecho ya tiene neonatos como el “Podemos”. Estamos volviendo a la mayéutica de Sócrates, lo cual es extremadamente positivo, pero insuficiente, como el mismo caso de Sócrates nos mostró, y como nos han mostrado otros alumbramientos, como los desiguales resultados de la primavera árabe. Hacen falta los análisis, prospectivas, propuestas en busca de consenso, que puede elaborar la razón, como hacen falta las intuiciones e impulsos que brotan del fondo reptiliano. Bien es cierto que la razón produce monstruos, como dice Nacho en el 4º capítulo, y los instintos pueden hundir al individuo en una degradación nauseabunda, si se les deja que dominen sobre el resto, porque el esfuerzo tiene que ir dirigido a armonizar los tres componentes del cerebro triuno: el reptiliano, el límbico y el cortical.

    Para terminar con palabras de esperanza, invito a los lectores a salir al encuentro de cualquier planta, para descubrir su decisiva función vinculante, en una dinámica triuna vertical, al unir la energía del Sol que alcanza a sus hojas, con los elementos llamados inanimados que en el suelo hidroliza el agua, y producir una acción horizontal nutriente y purificadora. Pero esto nos tiene que llevar más lejos y recordar que en los primeros tiempos de la Tierra, cuando en la sopa primigenia las moléculas buscaban establecer uniones ventajosas según nos mostraron los experimentos de Miller y Urey, llegó un momento en que los componentes elementales empezaron a escasear y los sistemas más complejos, fuertes y eficaces empezaron a competir entre sí para seguir creciendo. Entonces apareció una nueva molécula, capaz de transformar la energía solar en energía química, y que ésta transformara la materia mineral en materia orgánica con la que poder seguir desarrollándose los individuos heterótrofos a los que pertenecemos nosotros.

    Las viejas religiones instauradas siguiendo las pautas de las monarquías absolutas, tenderán a considerar la aparición de la molécula de clorofila como un milagro de la providencia, mientras Leibniz diría que es producto de la razón suficiente y de la armonía preestablecida. Una armonía que al fraile Pacioli le hizo descubrir las relaciones de la proporción divina con la Santísima Trinidad, y al ateo Alberti producir un hermosísimo poema y que a todos nosotros nos tiene que llevar a descubrir lo valioso que hay en el otro, en cualquier otro, pues su contribución es necesaria para que ni yo ni nadie se encierre en su egoísmo y que la humanidad quede libre para avanzar hacia la plenitud a la que tiende por su propia y triuna dinámica.

  • Nacho Dueñas

    Amigo Pascual:
    Cositas varias:
     
    -Interesante comentario, en el contexto de los convergeres, el del confucianismo y el maoismo (en verdad nada se del tema), y del Islam abierto algo leí de Tamayo pero tampoco tengo gran conocimiento. Pero entran en la globalidad de la búsqueda de la esencia de lo religioso, e iría hacia la gran convergencia entre religión, comunismo y contrcultura. Como dice el bueno de Óscar, ¡vamos todavía!
     
    -Lula, a quien respeto y admiro dirá lo que quiera, pero yo creo que el colapso del opresor (Europa) beneficia al oprimido (“tercer mundo”). Sólo una revolución social (Podemos, ¿IU?, Syriza, Melenchon…), podrá acabar con el carácter opresivo del viejo continente. Como dijo la Menchú: “gente de primer mundo, si quieren cambiar el tercero, luchen por cambiar el primer mundo y quédense allí).
     
    -El librito (creo que llamarlo Summa es algo excesivo, aunque sea ambicioso en cuanto a su propuesta y pretensión) sí tiene hilo conductor, pero esté se manifiesta de modo progresivo y confotme crea expectativa, de igual modo que nuestras vidas la tiene desde un principio pero tardamos en tomar conciencia de ella. Lo que pasa es que creo que no es rígida ni lineal y es, o lo pretende, interdisciplinar).
     
    -Dices:
    “A esto habría que añadir el decidir si la tarea tiene que ser del Logos o del Pathos, aunque también es posible que haya que hacerlo uniendo a los dos, e incluso añadiendo el Ethos, para completar la trinidad aristotélica, si resulta que lo holístico no tiene que estar sólo en el resultado sino también en el método de búsqueda”.
     
    Cierto. el resultado esta condicionado por el método. Pues la meta está en el camino. Según se sea deductivo o inductivo se llega a conclusiones alternas. ahora, que el Pathos (o nuclearidad), queda ordenado por el Logos (su  técnico), del cual emerge el Ethos ( y según desde ambas instancias. Ahora, que en rigor la ethos surge del pathos, pues el logos ordena pero no genera (pretenderlo llevó a Goya a decir que “el sueño de la razón produce monstruos”).
     
    -Me parece interesantísimo la reflexión de lo triuno, y de que el ser humano es se humano es su contexto múltiple (“los hombre no son islas”, que dijo Merton), lo cual nos lleva a la integracion hombre-naturaleza, que debe trascender la de individuo-sociedad. Yo no pillo lo triuno (igual a mí me falta reflexión al respecto), y entiendo mejor lo holográfico (o radial) porque se centra en lo relacional y no en lo ontológico. Y nuestra esencia es no esencial (de ahí el vacío de los místicos). Y porque no es lineal sino multidireccional. Lo cual llevado a lo epistemológico, nos sugiere que la verdad no es lógica sino paradójica, por lo que se debiera reivindicar la razón poética en detrimento de la pura o la práctica.
     
    -Lo del cerebro concéntrico  me sugiere que lo esencial de la especie es que la especie no tiene esencia. Es solamente el último salto evolutivo. Por tanto ni es el rey de ninguna creación ni está hecho a imagen y semejanza de deidad antropomorfa alguna. Ni es un ser aparte de la naturaleza. Y el “religare” debe ser con la naturaleza, con su esencia y la trascendencia. Es decir, nosotros somos la evolución aparentemente casual de la materia, a su vez condensación de energía, y a su vez metralla a medio solidificar del big-bang. De ahí la paradoja es que nuestra esencia se encuentra trascendiéndonos (por que nuestra esencia no radica en nuestra especie (contingente). Un grano de arroz y nosotros somos, visto en perspectiva, casi la misma cosa.
     
    Un abrazo.
    Nacho.

  • oscar varela

    Hola Pascual!

    Leo tu cauteloso final:

    – “si se toma la dinámica triuna como hilo conductor,
    * será necesario desarrollarlo de forma que:
    * se aborden todas las cuestiones y
    * se aten todos los nudos.

    – “Pero antes conviene alcanzar un mínimo consenso sobre la validez de este hilo conductor:
    * problemas,
    * limitaciones y
    * contradicciones;
    pudiera presentar.

    – a lo que pueden contribuir las opiniones de los lectores de Atrio.”-
    ……………………….

    Por lo que voy leyendo (y concordando con el Comentario de Rodrigo);
    La “dinámica” nos presentaría una exigencia de arranque:

    Pasar de TRI-UNA a MULTI-UNA.

    ¿Te parece?
    ……………

    En el caso que concuerdes tendríamos que considerar ¿cómo seguir?

    Te/me hago esa pregunta porque los Comentarios habidos nos han retro-traído a una situación mucho más radical, tal vez a la que vos mismo te has y nos has colocado:
    La BÚSQUEDA de UN hilo conductor.
    ……………

    Tenemos una situación similar habida hace unos 27 siglos, en las Colonias Helenas.

    Allí andaban Parménides y Heráclito (y los Pre-Socráticos) BUSCANDO con el mismo afán que nosotros hoy.

    Y por ahí puede haber coincidencia de Búsqueda con la Tesis de Nacho.

     
    ¿La seguimos todavía? – Oscar.

  • Rodrigo Olvera

    Hola Pascual
     
    Como es costumbre en tus intervenciones, muy bien escrito, muy bien pensado y muy interesante. Es excelente que nos recuerdes esas dinámicas basadas en 3. Pero como apuntan Olga, Oscar y María Luisa (cada quien desde el piso desde donde miran), lo problemático es volver esa dinámica en LA dinámica… porque hay dinámicas del 2 (Oscar) del 3 y del 4 y sus combinaciones (Olga), porque a fin de cuentas la realidad tiene un caráctar abierto e integrado, en que las “dinámicas” (del dos, del tres, del cuatro, del cinco, del nueve, del doce, del sesentaycuatro) son extracciones del logos en un momento segundo (María Luisa).
     
    A mí me gusta cómo lo dice el Ta Chuan (El Gran Tratado… una de las “10 alas” que componen el Yi Jing, el Cánon de las Transformaciones; libro angular de las culturas chinas): Están
    a) El Gran Vacío
    b) El Gran Uno
    c) El yinnyang (que se expresa en luz-sombra; rigidez-flexibilidad; apertura-clausura…)
    c) La triada (que se expresa en la vinculación Cielo-Humanidad-Tierra, y en los trigramas)
    d) El 4 (yang joven, yang viejo, yinn joven, yinn viejo)
    e) Los 5 estados de transformación (más conocidos como los 5 elementos)
    f) Las 8  energías (los 8 trigramas: cielo, tierra, trueno, lago, fuego, agua, montaña y viento)
    g) las 64 manifestaciones del cambio (los 64 hexagramas que componen el Yi Jing)
    y h) las 10mil cosas
     
    Todos estos niveles son reales y todos interactúan. Para poder ubicarse una persona ante las cosas, las situaciones y los acontecimientos, hay que examinar no sólo uno de estos patrones (sea el yinnyang, o los 5 elementos, o los 64 hexagramas) sino la articulación de todos.
     
    A mí me gusta esa forma de pensar… el patrón dual existe, pero no es lo único que existe; el patrón trinitario existe, pero no es lo único que existe… etc

  • M.Luisa

    Permitidme tan sólo unos trazos en mi reflexión sobre lo que aquí tratáis, pues con un dedo de la  mano izauierda y un ordenador que desconozco es mucho riesgo….pero en fin…
     
    Para poder realizar este compendio globalizador de carácter holístico es menester también, en mi opinión,  tener en cuenta el carácter abierto de la realidad, que por serlo integra en conexión lo real de cada cosa. Es a mi modo de ver el primer paso para una consideración no cosista de la realidad. Porque dicha  “onexión” de lo real es anterior a las “relaciones” que de las cosas extrae el logos cuando las afirma determinativamente. Por tanto, al tratarse de una conexión física es   por lo que, también   quedan  en ella involucrados en primera instancia   nuestra pluralidad de  sentires de forma indeterminada pero accesible a lo real. A ese nivel es donde se halla incoada  la verdad que más tarde la razón investigará. Por tanto esa verdad  no es la verdad lógica de un logos afirmativo sino del logos sentiente que en tanto sentiente y no concipiente o intelectualizado  es lo que posibilita la trascendencia de las cosas.  Aquí es donde  la “funcionalidad”  de lo real sustituye la relación causa – efecto  de la filosofía tradicional. Por lo que, entonces,   no es que las cosas interactúen unas con otras mediante una relación de tipo causal, sino que todas ellas están funcionalmente  articuladas ya  entre sí dentro del cosmos.

    saludos para tod@s

  • oscar varela

    Hola Pascual!
     
    Te leo:
     
    – “el hilo conductor que se precisa para vertebrar el diálogo y la eficaz colaboración de toda la humanidad es la dinámica triuna, generadora, no sólo de todos los sistemas triunos, sino también del flujo que los dirige hacia un objetivo común.”-

    Me pregunto y te pregunto:

    1) qué será ese “hilo conductor”:

    * vertebrador (del diálogo)
    * colaborador (de “toda” la humanidad)
    * dinámico (del 3 en 1; y, tal vez del 1 en 3)
    * generador (de Sistemas y de Flujos
    * director (de un común objetivo)
     
    2) ¿no será mucho pedir?
     
    3) ¿y si me encuentros con cosas y asuntos que no entran en ese Modelo?
     
    p.e.: 2 piernas, 2 brazos, los “bips” de la binaria lógica matemáticas, los 2 géneros “mujer-varón), esperma y óvulo, el Sí y el NO, el Ser y el No Ser, …
     
    4) la “Santísima Trindad” ¿cuánto tiene que ver en este Modelo?
    ……………………….
     
    Pudiera ser que no te haya entendido bien ni del todo!
     
     
    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • Asun Poudereux

    Gracias por el artículo e intervenciones.
    Siguiendo con el hilo conductor, algo tan sencillo y profundo como la respiración:
    Una donación continua abierta a todo y a todos que en un recibir consciente y  agradecido se acoge, llegándose a confundir en un dinamismo de energía presente e inasible  que  genera un universo diverso  interconectado cambiante sintiente.
     
    Y el corazón nuevo a parir, sigue siendo un órgano muscular, una bomba de circulación sanguínea interconectada a todo el organismo, también tiene cerebro http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120314/54267641495/annie-marquier-corazon-cerebro.html  
     
    Y supongo que muchas otras cosas se derivan de ahí, complejidad la del corazón que hace inalcanzable y difícil querer asirlo en conceptos  para nuestra seguridad. Vale más ser humildes  y reconocer las limitaciones que a todos acompañan en este empeño de hacer posible su parto, que no se verá ni estará  libre de adherencias.
     
    No parece pues que se quede en el olvido lo fundamental, que el aire con la respiración es su motor.

  • ana rodrigo

    Con el permiso de román firmo su comentario por no repetir. La realidad se puede analizar desde diferentes perspectivas y el debate lo que hace es ampliar éstas y otras perspectivas siempre enriquecedoras.

    La realidad estática es un fósil carente de vida.
     

  • Román Díaz Ayala

    No podemos restarles los méritos al esfuerzo de Nacho Dueñas, con la inestimable colaboración de Oscar Varela para hacer homologable su pensamiento con los canales habituales del pensamiento de quienes intervenimos en este foro.
    Pero el éxito o el fracaso, o la evaluación de esta obra depende tan sólo de las expetativas de los intervinientes.
    No tiene pretensiones “enciclopedistas”, porque en principio no podrá ser una suma de los saberes, en un momento de “crisis”, lo cual significa que todo, absolutamente está en revisión, para parir un nuevo paradigma.
    Tampoco lo podemos calificar de “tratadista”, porque no presenta una tesis de principio sobre la cual ambos articulan sus pensamientos, no siempre coincidentes, ( gracias a Dios), ni un ensayo que refleje una realidad que se quiera abordar desde una óptica particular.
    ¿Por qué no lo dejamos como una simple herramienta de trabajo?

  • oscar varela

    Hola!
     
    Leo el final:
    – “parece conveniente alcanzar un mínimo consenso sobre
    * la validez de este hilo conductor y
    * qué problemas,
    * qué limitaciones y
    * qué contradicciones puede presentar,

    * a lo que pueden contribuir las opiniones de los lectores de Atrio.”-
    ………………….

    ¡Muy bueno!

    Y “MÁS MEJOR” si

    * Nacho incursionara como Comentarista al Post de Pacual; y

    * Pascual incursionara como Comentarista en el Post de Nacho; y

    * Nosotros en ambos ¿no?

    ¡Gracias Pascual, y ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • olga larrazabal

    Después de haber recorrido, con más o menos dedicación algunas disciplinas tales como el Tarot y su correlato la Numerología, y con más dedicación la Astrología, me pude dar cuenta de la repetición en la naturaleza de los ciclos de 3 y de 4, y sus combinaciones, como modelo para describir ciertos fenómenos.  La Geometría Sagrada también parte con las figuras platónicas para describir la materia y la estructura y también está relacionada con este tema.
    Aún y así, lo que más me llegó de estas disciplinas fue el contenido de sabiduría vivencial que poseen, y que se refiere al comportamiento humano en distintas circunstancias, que para mi es el centro del tema. Como hacer que nuestro comportamiento se alinee con las grandes leyes implícitas en la naturaleza, de modo de crear entornos armónicos que eviten, hasta donde puedan los grandes daños que nos hacemos los humanos entre nosotros, y al resto de la naturaleza, como manejamos el sufrimiento inherente a nuestra naturaleza caduca, y como enfrentamos el destino que nos trae eventos insospechados.

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