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Los males de la Patria

IsornaI

Parecen ser muchos los males de nuestra sociedad y, lamentablemente, muy enraizados. Repasando la historia, no parecen ser en su esencia nuevos.

Lucas Mallada, nacido en Huesca en 1841, ingeniero de minas y geólogo de profesión, investigador y escritor, publicó hace 124 años, en 1890, un libro titulado “Los Males de la Patria“.

En breve enumeración del contenido de sus siete capítulos, diremos que se ocupa de la pobreza del suelo, los defectos del carácter nacional, el “malestar de la agricultura”, el atraso de la industria y el comercio, el desbarajuste administrativo, los partidos políticos y, no en último lugar pues corresponde al capítulo V, de “la inmoralidad pública“, tema que ahora nos interesa especialmente. .

Aún sin necesidad de compartirlas desde nuestra actual perspectiva en sus varios matices, (y conscientes de la distinta realidad social actual, respecto a la existente en 1890) cabe constatar la importancia y validez descriptiva de sus consideraciones que abarcan a múltiples estamentos de la sociedad española. No en vano se considera al autor destacado integrante del movimiento “regeneracionista” ( http://es.wikipedia.org/wiki/Lucas_Mallada )

No es posible, evidentemente, abordar todos los aspectos de la inmoralidad pública a que hace mención en su escrito, pero si constatar las gravísimas consecuencias que esta inmoralidad tiene para el desarrollo y progreso de España y la profunda y lesiva injusticia que provoca.

Comienza afirmando al respecto:

“La pobreza de nuestro suelo es importante para explicarnos el malestar de la agricultura y el atraso de la industria y el comercio. Otras causas muy poderosas influyen , sin duda, (…). Entre estas causas ninguna perjudica más al adelanto y a la prosperidad de España que la inmoralidad pública (…)”

Vale la pena detenerse en este punto inicial: la inmoralidad pública, más allá de afectar al campo de la honestidad y ejemplaridad, afecta de raíz al desarrollo económico general y a la economía de los ciudadanos y , añadiría yo, que muy esencialmente de los más débiles y necesitados.

Así, la exigencia de honestidad por parte de los ciudadanos frente a la inmoralidad pública, frente a los corruptos en cualquier ámbito de la vida política, social y empresarial, es una exigencia esencial e inexcusable para la consecución y pervivencia del mínimo bienestar exigible de la generalidad de los propios ciudadanos. La falta de exigencia y responsabilidad nos afecta negativamente a todos.

Hace hincapié en esta consideración Lucas Mallada y pone de manifiesto y critica que no pocas, e incluso la mayoría de las veces, los ciudadanos nos conformamos con hacer corrillos (hoy comentarios en los medios escritos, en televisión o en internet) sin exigir con la contundencia y eficacia necesarias las oportunas responsabilidades y sanciones:

“Pues la indolencia general es la primera causa de la inmoralidad pública, una vez perdida la vergüenza, con el mal ejemplo de otros tales que medran por ruines mañas, se hace más descansado , breve y lucrativo recurrir a la intriga y al fraude (…) Las conciencias se ensancharon grandemente en igual proporción que el despilfarro y las defraudaciones (…) En las contratas , en los suministros, en los arriendos, en las compras y ventas de propiedades, en la provisión de destinos y concesión de ascensos, en los expedientes de mil clases (…) Que ya hoy los negocios suelen prepararse de manera que desde el principio al final se falsean los compromisos adquiridos, y a expensas del Estado, o por mejor decir, de los pobres contribuyentes, se lucran más de cuatro (…)

Y continua:

“Uno de los rasgos más notables de la inmoralidad pública española es la impunidad (…) Se cometerán diariamente todas las clases de engaños, pero nunca se sabrá quienes son los delincuentes (…) Desde los jefes más respetables y dignos de los partidos políticos, hasta el obrero más infeliz y pobremente retribuido en su honradísimo trabajo, todos tenemos noticias de miles y miles de fraudes (…) pero bien se guardará nadie de hacer una acusación concreta, ni de citar un nombre propio. La administración (?) de justicia no tienen que ver con estos asuntos (…) no han de ir a la cárcel ni a presidio más que los ladrones… vulgares (…) El tanto de culpa que se encarga frecuentemente averiguar a los tribunales (…) es una de tantas bromas insulsas de la fantasía nacional (…)”

Y algo más adelante dice:

Nadie impide, sin embargo, que (…) nos reunamos en los paseos y plazas, en los cafés y casinos y unos a otros nos vayamos enterando de las astucia (…) Todo se fía a la recomendación y a la intriga, nada a la justicia y a la razón (…)”

Y concluyo, al menos por hoy, las citas:

“Digan los gobernantes de buena fe, que algunos existen, (…) digan que son impotentes para atajar el mal (…) pero no se atrevan a afirmar que la inmoralidad pública es hoy menor que hace cuarenta años (…) También ahora, como entonces, denuncian inútilmente los diarios miles de fraudes (…) Cuando el escándalo llega a su colmo (…) se instruyen expedientes, (…) aquellos son destituidos, o se les avisa que dimitan, se renuevan los cargos, se reparten algunos palos de ciego, hay unos días de justicia de enero, pasados los cuales vuelve la inmoralidad pública a desbaratar las paredes de tierra floja o mojada con que se pretendiera encauzarla o corregirla (…)”

¿Se non è vero, è ben trovato ?

Vengamos al presente. Fernando Vallespín publicó ayer en EL PAÍS, viernes 10 de enero, un artículo titulado Atrapados en el pasado” en el que mantiene la necesidad de combatir la inmoralidad pública, defendiéndonos de las consecuencias de nuestro pasado inmediato, aunque como acabamos de ver, también habría que decir de nuestro pasado no tan inmediato.

Destacamos de su artículo lo siguiente:

“El actual problema e España es que no se atisba proyecto de futuro, no se sabe hacia dónde va. (…) La tarea del presente no consiste, pues, en trabajar para el futuro, sino en defendernos de las consecuencias de ese pasado inmediato que nos tiene hipotecado el porvenir. Eso vale para casi todo, pero es más flagrante en lo relativo a las cuestiones de ética pública. (…) Somos como esos personajes de novela a los que les retorna algún acontecimiento oscuro de su pasado para tomarse su venganza en el presente y acaban siendo devorados por él. (…) Una nueva clase política no se improvisa de un día para otro. Difícil lo tenemos cuando nadie se da por aludido con los escándalos o se anuncian indultos para corruptos condenados. O cuando la política cotidiana se ve sacudida casi a diario por cada pequeño avance judicial, que abunda en la desmoralización colectiva. Para pasar página necesitamos una catarsis que nos permita liberarnos de ese peso (…)”

Nota: Los subrayados en negrita no figuran en los originales citados.

20 comentarios

  • Román Díaz Ayala

    La corrupción,
    las malas acciones de una clase social concreta ( y aquí hablamos largamente de la clase política),
    son manifestaciones del mal moral que reside en los seres humanos.
    Es razón teológica que empuja a la necesidad honda de redención y que es independiente,
    a pesar de algunas corrientes filosóficas,
    de la perfectibilidad de las personas, teorías evolutivas y demás.
    El Evangelio es para los pobres, siempre y cuando nos descubrimos, en lá más honda  necesidad de un auxilio que viene de arriba,que nos reconcilie con el Creador y lo creado.
    roman

  • George R Porta

    La exresión “condición humana” no equivale (unívocamente) a “naturaleza humana”. La condición humana es la situación actual, y puede cambiar desde ser desheredados de la tierra a propietarios de la tierra y en ambos casos se añadiría precisión escribiendo Tierra con mayúscula.

    No hay razón para pensar que la humanidad sea mala o buena si no por otra razón porque la libertad para ser responsable es aprendida no importa lo que algunos moralistas o filósofos pretendan. De ahí que la corrupción es simplemente posible una vez que se adquiera acceso al poder. Entonces la carrera comienza, en ambos sentidos en el sentido de carrera como movimiento y carrera como profesión u oficio.

    No hay modo de entrar en política por otra puerta. Es como entrar a un bar porno por la puerta de otro establecimiento. Hay que pasar por entre los matones que mantienen el orden y para eso se paga un precio.

    Me sorprende, puede que sea porque sea tonto congénito, pero me sorprende que sigamos esperando a por políticos honestos. Eso es otro oxímoron! Ya una vez me llevé en otro hilo un rapapolvo porque caregoricé a los políticos todos como desviados de la raza. El problema es que lo son y no parece encontrarse ninguno que no entre en la negociación del menor mal posible (pero mal al fin y al cabo) en el mejor de los casos, con tal de beneficiar a quienes les nutren de poder decisorio o a sí mismo, aunque se lleve sangre tarada en las venas como ha pasado en las dinastías reales tantas veces…

  • ana rodrigo

    Querido Eloy, pienso que los corruptos y los corruptores siempre tienen un terreno abonado en el poder, sea a pequeña o gran escala, junto a ausencia de recta conciencia.
     

    La correcta educación y el medio éticamente saludable pueden ayudar, siempre y cuando el individuo decida seguir el camino de la honradez, pero la ambición puede con cualquier buen principio, y, por lo que dicen, el poder es un buen trampolín para acceder a corruptelas de toda índole. De ahí que la democracia bien entendida sea un buen instrumento para vigilarse mutuamente y para que alguien vigile a quien ejerza  el poder.
     

    De ahí la importancia de la separación de poderes y un sinfín de herramientas que, cuando fallan, podemos a llegar a límites inasumibles por una sociedad.
     
     El caso de Burgos es muy elocuente: embellecer una calle, quitando derechos al vecindario, endeudar más a un ayuntamiento con cosas que no son vitales, dar beneficios a un empresario sospechoso, mientras el paro, la sanidad, y demás servicios públicos quedan en segundo o en último lugar, ha hecho que la gente se plante  en la calle y se produzcan altercados, que la policía detenga al que encuentra por el camino, y ya veremos cómo termina el conflicto.  
     

  • ana rodrigo

    Acabo de ver  un error tonto, pero error, como es escribir Laborta en vez de Labordeta, y por respeto a él, lo corrijo.

  • ELOY

    Gracias por vuestros comentarios.
     
     
    Un amigo me hace profundizar en la cuestión de la corrupción y los corruptos.  Dice, entre otras cosas:
     
     
    “La condición humana es la que es, pero no nos debe valer como coartada para justificar nuestros comportamientos antisociales. (…)
     
    “(…) Me pregunto muchas veces cómo y dónde se “forman” los corruptos y los corruptores y siempre acabo respondiéndome que “cómo y dónde se forman los que no lo son”, porque estas cosas no se heredan naturalmente. (…) “
     
     
     Es un tema a reflexionar.. ¿Qué papel juega aquí la educación “ambiental”, social y familiar?.
     
     
    ¿Juega algún papel la necesidad  o por el contrario es la ambición, el afán de poder, de figurar..el egoísmo … ?

  • ana rodrigo

    Querido George, hay nombres que producen cierto calambre emocional. A Laborta lo escuché en una actuación pública, en la plaza de la catedral de Granada, y a Carlos Cano (¡!) en la playa de Cabo de Gata (Almería), de noche, con luna llena, el año 1990, después he conocido a su primera mujer y a sus hijas en Granada, su tierra natal. Me alegro compartir el gusto por estos dos, algo más, que cantautores, personas comprometidas y cuyas canciones no dejan indiferente.

  • mª pilar

    Amigo George:
    Ahora comprendo su silemcio… Por medio de Antonio, respondí a un petición suya.
    Lo siento.
    Mi correo es:  pitrusca@yahoo.es
    Atentamente.
    mª pilar

  • Román Díaz Ayala

    Debido a que muchos/as de quienes participamos en este espacio tenemos una edad avanzada, el horizonte de las cosas caducas se nospresenta más cercano, con una tendencia al pesimismio, de cierre de obra.
    Pero desde nuestro discipulado y partícipes de la Salvación de Jesús, el Cristo, deberíamos traspasar tal espejismo.
    Máxime, si consideramos además que nuestra generación ha descubierto que el proceso de humanización (el ser humano como creador de sí mismo) está dentro  de los designios de Dios,
    El mundo no es decadente, aunque nos esté dando esa impresión tan subjetiva. Estamos dentro del proceso de las cosas mudables y ese principio creador sigue actuando en nosotros/as igual que en las nuevas generaciones que toman el relevo.
    ¿Que son distintos? ¿Que tienen otras formas de pensar? Pero en ellos/as tambien se impone la realidad y el mismo impulso creador/redentor de Dios.
    Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.
     
    roman
     

  • George R Porta

    Gracias, Ana. Me apena la muerte de José A. Labordeta. Viví en Barcelona y recuerdo “Tiempos de Espera”, “Cante de la Tierra Adentro”, “Qué queda de ti”’ y sobre todo “Himno a la Libertad”. Me gusta mucho también la obra de Carlos Cano.
     
    Para no perder las esperanzas del todo sigo haciendo lo que pueda. La clave de la esperanza parece que haya que sostenerla a base de vivirla. Seguir “labrando la tierra” y ayudarla a dar lo que dé, mientras dé algún fruto.
     
    Los medios de comunicación crean o anulan tendencias  de mercado manipulando la percepción ética (y estética) de la auto-satisfacción como prioridad y se ha vuelto un problema “global”. La tendencia a cultivar o banalizar el mal es obviamente adquirida, exógena, y los medios viven de ello, por eso quizás la explotación sensacional del crimen, lo cruel, lo apocalíptico.
     
    ¿Qué habrá que hacer para que la solidaridad entre a la ecuación de valores y altere el sentido de la curva social hacia la Justicia? Quizás funcione la sugerencia de Labordeta en los versos que reproduces, y se trate de forzarla, pero aún en ese caso ¿hasta para causar la paz y el bien hubiera que recurrir a la violencia? ¡Ese fuera otro oxímoron!
     
     
    Un abrazo cordial

  • George R Porta

    Amigo Antonio: No he recibido ninguno. Un abrazo.

  • mª pilar

    Ciertamente:

    ¡Caminamos hacia atrás!

    ¿Será, que este país nuestro tiene una dificultad intrínseca, respecto al mal actuar, sentir, querer?

    No conseguimos perdonar, acoger, comprender las razones del otro, serenar sentimientos, ver que ambas partes (porque parece que estamos divididos en dos) tienen su dosis de razón ante los avatares de la vida.

    El ser humano ciertamente avanza muy lentamente; aún así, quiero tener esperanza que en algún “siglo”… vayamos mejorando la capacidad de ser…

    ¡Democráticos, respetuosos!

    mª pilar

  • Javier Pelaez

    Gracias Ana…

  • ana rodrigo

    Buena pregunta-coclusión, Peláez, ya ves, hay cosas que vamos hacia atrás.

  • Javier Pelaez

    Oye Ana,pues yo también estaba viendo lo mismo en la 2…Lo que màs me ha llamado la atención es como pasa la comunidad científica de los países y las fronteras.De hecho se ve en el programa que las mayores concentraciones de neardentales  està en Gibraltar hasta hace 24.000 años y se ve el hecho científico  de que los europeos somos africanos.Africanos porque tenemos un 2 por ciento de neardental aún y un 98 por ciento  de homo sapiens también africano.¿Cómo se explica todo este absurdo de la valla de Melilla y del Gibraltar español?.Si somos todos monos…Hombre,es verdad,unos màs monos que otros

  • ana rodrigo

    George, suelo citar con frecuencia una estrofa de un cantautor español no hace mucho desaparecido, J.A. Labordeta, que dice:
     
    También será posible
    Que esa hermosa mañana
    Ni tú ni yo ni el otro
    La lleguemos a ver
    Pero habrá que forzarla
    Para que pueda ser.
     
     
    Acabo de ver un documental sobre los orígenes humanos, y un arqueólogo decía que entre una lasca de los primeros homínidos y una punta de lanza del finales del Paleolítico Superior habían pasado tres millones de años, y que entre la punta de lanza paleolítica y el teléfono móvil inteligente, sólo habían pasado 15.000.
     
    La mente humana en el aspecto moral, evoluciona muy lentamente, siempre acechando esa tendencia a lo inmoral y al mal, pero hay que ir poniendo nuestro ladrillito para construir ese edificio siempre en riesgo de venirse abajo, pero necesario y exigible.
     
    No podemos evitar el desánimo y hasta la desesperanza, pero tendremos que animarnos a nostr@s mism@s ya que las circunstancias no los lo ponen fácil.

  • Antonio Duato

    George:

    Dime si te han legado varios correos míos sobre IV. He contestado a los tuyos…

  • George R Porta

    Eloy: ¡Extraordinario material! Gracias por ofrecerlo.
     
    Hace semanas que leo cosas de Hannah Arendt y su opinión del enorme daño que representa la “banalización del mal”.
     
    El escrito de Arendt (Eichmann en Jerusalén, 1961) obviamente estaba en la misma línea de su autor de la vuelta del siglo XIX.
     
    Con toda la sangre que ha corrido y toda la tecnología desarrollada, la Tierra sigue confrontando el mismo problema de la creciente miseria de los muchos y la creciente riqueza de los cada vez menos numerosos y de la destrucción del Planeta por la incuria de quienes lo habitamos.
     
    ¿No cuesta trabajo creer que el ser humano haya sido creado con buena intención?
     
    Si ha sido creado el diseño ha sido muy defectuoso. Si no lo ha sido entonces carece de sentido que la realidad ocurra y sea al mismo tiempo fatalmente autodestructiva.
     
    La clave sigue siendo la naturaleza y el propósito, la necesidad de que exista o sea posible el Mal.
     
    Ya sé que se puede aducir en contra de lo que propongo que mucha gente haga el bien. Estoy de acuerdo sin siquiera contarme en ese grupo de buenos, pero el resultado sigue siendo desalentador sobre todo porque la juventud está perdiendo la capacidad de pensar críticamente y, en su lugar, está ganando la desesperación por satisfacerse inmediatamente al precio que sea. Con todo la ecuación no cambia: Son muchos más lo que padecen miseria quienes disfrutan de abundancia y es imposible desligar a esta última como causal determinante de la miseria que sufre la mayoría.
     
    No deseo ofender a los optimistas con lo que considero que sea realismo y no pesimismo. Tengo esperanzas pero debo admitir que ya no espero ver un cambio radical en los más o menos 15 años de vida que me deben quedar, si todo me va bien. ¡Ojalá que el resto del mundo lo vea!
     
     

  • Román Díaz Ayala

    Buena y oportuna reflexión. No en balde el problema de la corrupción ha escalado puestos en el ranking de las principales preocupaciones de la ciudadanía en España, sólo por debajo del desempleo.
    sintomático también, que la política siga luego más abajo en tercer lugar, un elemento -factor- aparte.
    Pero debemos contextualizaralgo. En primer lugar, los países mediterráneos y del sur de Europa tendemos por tracición una moral social más relajada que en el norte protestante, especialmente elo referente a las obligaciones con el Estado.
    En segundo lugar, la situación de corrupción generalizada, es un fenómmeno siempre presente en todos los países, y en nuestro entorno, es en algunos casos superior – más elevado- que en el nuestro, casi como un signo de identidad.
    En tercer lugar hemos venido de un sistema, un régimen autocárquico en lo económico, y dictatorial en lo político, que marcó profundamente a las generaciones. Hace sólo tres décadas que vivimos en democracia y el ajuste fué durísimo.
    En cuarto lugar, la clase política, fue algo que tuvimos que improvisar de la noche a la mañana en tan sólo diociocho meses, una ves vencida la resistencia del bunker (la presidencia de Arias Navarro)
    Y aunque parezca una barbaridad afirmo que nos fue muy bien, dado que empezábamos de cero y tuvimos que arrastar con una herencia maldita por bien de la paz social.
    Sin embargo ahora las cosas se ven más oscura, pues obedece a dos causas:
    RAZONES DE OPORTUNISMOS (La primera)
    Las manchas se hacen más visibles y constrastable sobre un fondo blanco, impoluto, que las resalta. Eso se está realizando a nivel de nuestra consciencia colectiva, cuando hemos adquirido socialmente un pensamiento nuevo (pedagogía social)
     
    roman

  • ana rodrigo

    Diríamos: “nada nuevo bajo el sol”. Mientras leía los fragmentos del autor citado por Eloy, se me erizaba el vello al ver un fiel retrato de la actualidad.
     
    Yo no sé si es indolencia, pero yo si percibo una cierta impotencia, no sabemos por dónde empezar, qué hacer cómo hacerlo. Ver a tantas ilustres personalidades versadas en todos los campos del conocimiento de la vida pública, verborrea a raudales, análisis día tras días, en todos los medios de comunicación, sin ver que avancemos en casi nada, deprime bastante. Porque la clase política hace oídos sordos a todo el malestar social.
     
    Hay quien se pregunta cómo no ha estallado ya una revolución, digo yo que se referirán a revolución callejera. ¡Pobres de nosotros si toda la ira acumulada en tanta frustración explotase en forma de revolución violenta!
     
    Cuando anoche escuchaba el juez Elpidio en la SEXTA denunciar la corrupción judicial, me decía a mí misma, esto ya es lo último de un proceso degenerativo público, cuando los delincuentes andan por la calle y los jueces son juzgados como delincuentes, estamos en un mundo al revés.
     
    El artículo de Javier Marías en el País Semanal de hoy es demoledor, blanco sobre negro, y, como digo, impotencia total al terminar su lectura. Toda la ilusión de que avanzábamos algo en modernidad y honestidad, en democracia y en civismo, en justicia social e igualdad, en libertades y derechos, se nos ha ido al traste en poco tiempo, todo al vertedero de sinvergonzonería, la mentira y el engaño indisimulado de un@s gobernantes con más cara que espalda.

  • Antonio Vicedo

    Ese  ATRAPADOS EN EL PASADO, parece venir desde aquella enseñanza arquetípica con la que la primitiva Humanidad quiso narrar el principio del desajuste humanocon el simbolismo del Paraíso y cuanto en él sucede.
     
    La tentación a falsear la realidad arranca del intento de acumular el ser humano el poder que no le corresponde  simbolizado por el fruto prohibido cuyo bocado significaba ser como Dios sobre quienes eran iguales.
    Porque el PODER sobre los que son iguales, no es propio de ninguno de ellos, e intentarlo es pasar del PARAISO DE LA COMÚN VIDA al reino de la muerte, y no hace falta mucha perspicacia para entender que no se trata de la muerte física natural, sino de una situación vital humana que, por inhumana, se convierte en mortalidad personal y social.
     
     
    La clasificación de los seres humanos en desiguales respecto a su dignidad, libertad y responsabilidad, falsificando su realidad específica, es el virus contaminador de la pandemia universal de la Humanidad en tiempos y lugares.
     
     
    De la aceptación teórica de la desigualdad de los seres humanos, fluye como consecuencia lógica toda la situación inhumana de la Humanidad.
     
    En cada PODEROSO, a cualquier nivel se levanta un IDOLO que por su falsedad divina no puede sino mantener su idolatría con sacrificios humanos, esto es, exigiendo a los humanos bajo su poder a ser víctimas  sobre el altar de sus dominios, desde la familia hasta la ONU, sin que sean excepcion las distintas religiones que se corrompen con la complicidad del poder.
     
     
    La HUMANIZACIÓN DE DIOS en JESÚS, dejando como anonadada su condición divina, nos muestra hasta que punto la Humanidad estaba necesitada de vacuna  contra el Poder usurpado al Creador y antídotos para sus mortales consecuencias.
    La VERDAD es lo que LIBERA y hay que asegurarla desde el origen donde se concreta la falsedad-
    De aquí la clara advertencia para una Humanidad afectada de pandemia de patriarcalismo e idolatría de los poderes: “A nadie consideréis, ni llaméis PADRE sobre la Tierra, pues UNO SOLO, EL CELESTIAL, ES VUESTRO PADRE.”
     
    Y, seamos conscientes, sobre todo los creyentes, de que ese DIOS PADRE. no falla en su atención  paternal al poner a disposición nuestra, de la global Humanidad capacidades y bienes en superabundancia; y que, si algo está fallando, es nuestra estupidez en querer suplantarle en poder, cuando lo que nos es propio es COMPARTIR  el BIEN  que somos y los BIENES, de los que globalmente disponemos.
     
     
    ¿No queda claro que lo único que puede liberarnos de esta loca avalancha de muerte es la verdad de que el AMOR sea prueba de la VERDAD y de esta VERDAD nos venga la LIBERTAD  en HERMANDAD GLOBAL?

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