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Día mundial contra la violencia de género

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En este día, un poema de Agustín García Calvo. Ojalá los educadores y las iglesias formaran a los jóvenes a este sentido del amor que rechaza cualquier referencia a propiedad y exalta el respeto a la libertad. Pro no es así, como lo demuestra el libro patrocinado por el Arzobispo de Granada y la vergonzosa pugna legal del Arzobispo de Madrid para privar a una asociación en defensa de las mujeres maltratadas. Publicamos un artículo sobre esto último, a continuacion de la poesía de García Calvo. Y recomendamos también reflexionar sobre lo que pñropone Octavio Salazar: Contra la violencia de género, la revolución masculina

“Libre te quiero”, Agustín García Calvo

La letra

Libre te quiero,
como arroyo que brinca
de peña en peña.
Pero no mía.
Grande te quiero,
como monte preñado
de primavera.
Pero no mía.
Buena te quiero,
como pan que no sabe
su masa buena.
Pero no mía.
Alta te quiero,
como chopo que en el cielo
se despereza.
Pero no mía.
Blanca te quiero,
como flor de azahares
sobre la tierra.
Pero no mía.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.

Agustín García Calvo

Disfruta de la versión de Amancio Prada

————————–

Contraste eclesiástico

Rouco y una asociación pugnan en el Supremo por 23 valiosos tapices

El cardenal quiere las obras para la catedral y los devotos para ayudar a maltratadas

Uno de los 23 tapices que tiene la asociación, cuyo cartón dibujó en su taller el propio Rubens.

El arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, mantiene una feroz batalla judicial para hacerse con una valiosa colección de 23 tapices flamencos de los siglos XVI y XVII que una millonaria madrileña, Victoriana Oliva, dejó en herencia en 1869 a la pequeña Asociación Santa Rita de Casia. El cardenal los quiere para adornar la catedral de La Almudena, mientras que el objetivo de la asociación es alquilarlos para ayudar a mujeres maltratadas.

La disputa por las obras ha llegado ahora al Tribunal Supremo de España, aunque viene de una larga travesía por los tribunales canónicos de Roma. Estos validaron el decreto que Rouco dictó en 2004 mediante el que declaraba extinguida a la asociación Santa Rita. La abolió por su cuenta y sin el permiso de las asociadas, alegando que podía hacerlo porque se trataba de una asociación religiosa. Y obviando la orden de la reina Isabel II que otorgó a la asociación un carácter estrictamente civil.

El cardenal de Madrid Antonio María Rouco Varela y Rosa Barranco, presidenta de la Asociación Santa Rita.

Para extinguirla, Rouco se agarró a que la asociación había cambiado su nombre original y a unos estatutos de 1993 hechos por el propio arzobispado obviando los que tenía en vigor la asociación. Y lo hizo al enterarse, por una feligresa, de la existencia de los tapices. La Almudena se iba a inaugurar y los quería para decorar el templo. El articulado de esos estatutos (totalmente falsos, según la asociación) parece ideado con el fin único de que los tapices acaben en manos de la Iglesia.

Tras el dictamen del Tribunal de la Signatura de Roma, Rouco creyó que ya las tenía todas consigo. Y pidió a los jueces españoles que aplicasen ese dictamen (mediante el procedimiento jurídico del exequátur) y obligasen a la asociación a entregarle los tapices (entre ellos, cinco con cartones dibujados por Pedro Pablo Rubens; se les calcula un valor de entre dos y tres millones de euros). El juzgado número 50 de Madrid rechazó la pretensión de Rouco y sentenció que la asociación Santa Rita tiene un carácter eminentemente civil (porque así lo ordenó Isabel II) y que su actividad está sujeta al derecho civil español, no al canónico de Roma.

Lo que nunca imaginó Rouco es el ahínco con que la presidenta de la asociación, Rosa Barranco —acérrima devota de Santa Rita, de 43 años, economista y con varios másteres— iba a defender la permanencia de los tapices en las manos de la asociación. “Porque así lo quiso Victoriana Oliva, quien en su testamento deja clarísima su voluntad. Y, además, se muestra como una mujer maltratada que desea que los tapices sean gestionados por una asociación que tiene por seña la ayuda a los desprotegidos”. Victoriana era tan religiosa como millonaria, con sirvientes en su casa de la calle de Alcalá, enfrente del actual casino de Madrid, en la que tenía una tienda de tapices. Murió sin descendientes. El 1 de abril de 1869, dejó escrito: “Viéndome entera y en mi cabal juicio… dejo las colgaduras nuevas de terciopelo de Utrecht [los tapices] a la congregación de Santa Rita… y no podrán enajenarse…”.

Tras el fallo de Roma (que falló a favor de Roma), la disputa por la titularidad de los tapices se halla ahora en el Supremo. Y es que la asociación se ha visto obligada a recurrir una sentencia que acaba de dictar la Sección 14ª de la Audiencia de Madrid que da la razón a Rouco. Y que revoca otra del juzgado de lo civil 38 de Madrid que zanja que las obras pertenecían a quien siempre ha sido su dueño, la Asociación Santa Rita de Casia. La pugna judicial de Rouco no es solo contra esta asociación. También ha demandado a la Real Fábrica de Tapices, que desde 1921 los tiene bajo su custodia (ahora está restaurándolos). Y que considera que el único dueño es la asociación Santa Rita de Casia.

Rosa ve una “mano negra no divina” en la sentencia de la Audiencia de Madrid

A Rouco le disgustó la sentencia del juzgado 38, en la que el juez falla que la voluntad clara de la mecenas fue testar esos tapices para la asociación, que en ocasiones los ha alquilado para exposiciones internacionales (unos 8.000 euros por cada tapiz). “El dinero se ha destinado a la asociación y a la ayuda de mujeres maltratadas, como lo fue Victoriana”, destaca Rosa, que lleva gastados, de su bolsillo, “unos 50.000 euros” en el pleito.

Y es que, contra todo pronóstico, la Audiencia de Madrid acaba de revocar la sentencia del juzgado 38 y otorga la propiedad al Arzobispado. “Esto es un escándalo y una expoliación. Rouco no ha aportado ningún documento de propiedad de esas obras. Y lo estatutos de 1993 en los que se basa la Audiencia son falsos”, explica Rosa, que aún recuerda cuando se presentó ante el cardenal, en un acto en la calle, y este le retiró la mano al enterarse de quién era ella. “Han llegado a tildarme por escrito de esquizofrénica aguda”, dice Rosa. En el fallo de la Audiencia, Barranco ve “la intervención de una mano negra no divina”. Porque, para darle los tapices a Rouco, “el tribunal se basa en la veracidad de unos estatutos falsos que nadie de la asociación ha firmado”.

La Asociación, a través de la página web http://www.change.org, ha organizado una campaña de recogida de firmas que enviarán al papa Francisco, para que Rouco “deje de una vez de hostigarnos” y de intentar “alterar la voluntad de la testadora para que los réditos de sus tapices vayan a maltratadas”.

7 comentarios

  • ana rodrigo

    Perdón, quise decir Marian en vez de Mirian.

  • oscar varela

    Duro diagnóstico del Observatorio de Violencia de Género de la Defensoría del Pueblo: En las cárceles bonaerenses la mayoría de las detenidas no tiene condena
    Por: Carolina Borrego (OTROS CÍRCULOS)
    http://www.argenpress.info/2013/11/duro-diagnostico-del-observatorio-de.html

  • ana rodrigo

    Pues sí, Mirian, en ello andamos hace ya tiempo en atrio, y en temas de lenguaje inclusivo y no sexista hemos avanzado bastante. De vez en cuando aún a alguien se le escapa hombre aludiendo al ser humano. Pero no sé si por convencimiento o por insistir tanto, en general se procura nombrar a la mujer y utilizar el femenino. Poquito a poco y pasito a pasito, la cuestión es ir hacia adelante.

  • marian

    Terrible. el Diccionario de la Real Academia, debería ser revisado YA. No puedo creer que en su día, se negaran a revisarlo.
    En éste momento, estan informando en la televisión que sí,  que por fín si van a revisarlo. Menos mal. A ver e
     lo que queda.  Qué bueno sería que de una vez por todas nos “visibilizaran”. Y sobre todo, enseñar a los niños desde pequeñitos, que Dios, no es sólo padre, sino también, y sobre todo , madre.
    Tambien sería bueno que, cuando se describa el cuerpo humano, no aparezca como paradigma de la humanidad, la figura de un hombre. Ó cuando aparece la evolución de la humanidad, desde el Pitekantropo en adelante, también sea la figura de un hombre la que se ve. Bueno, y así “ad infinitum”.
    También, en lugar de decir: “nosotros los hombres”, se debería decir: “nosotros las personas, ó los humanos”. En fín, son muy pequeñitos pasos, pero que pesan mucho.

  • ana rodrigo

     
     
    Como he dicho, me han llamado la atención ciertos titulares de periódicos, en concreto el del País, donde se plantea el problema desde la mala educación de los roles que se le han adjudicado a los hombres, también han sido víctimas de la historia.
     
    Pienso que es muy importante que, cuando se habla de los problemas de las mujeres derivados de los hombres, hablen ellos, y que sean los hombres los que se miren, se analicen, reflexionen, hagan autoconciencia de que las conductas no vienen impresas en los genes sino que son modificables. Pero para modificar una conducta hay ir a la raíz de la misma.
     
    Siempre me llama la atención la poca participación que tienen los hombres en los temas relacionados con la violencia a las mujeres. Muchos piensan que no saben qué decir de las mujeres, y yo siempre pienso que deberían hablar de ellos (no estoy personalizando, eh!) que son el problema.
     
    Por ejemplo, el autor del artículo escribe: “Nos educaron para ser la parte privilegiada del contrato. Para no desfallecer nunca en nuestra carrera de proveedores, de titulares legítimos del poder, de sujetos que se definen por la permanente acción. Nos insistieron en que debíamos ser fuertes, aguerridos, violentos, insaciables. Los sujetos por excelencia. Formados en el arte de la conquista y de la autoridad. Nos prepararon para ser unos diligentes padres de familia, aunque nadie nos explicó los términos del contrato sexual en el que una parte permanecía sometida e incluso humillada.”
     
    El que los hombres digan esto en voz alta, ya es un gran avance.
     
    No os perdáis la lectura del artículo completo.
     
    Agradezco la bocanada de aire fresco de mi paisano Agustín García Calvo, fallecido el año pasado, y a nuestro entrañable Amancio Prada

  • ana rodrigo

    Me ha llamado la atención varios titulares de periódicos de hoy en relación con el maltrato a las mujeres: uno del Diario.es que dice “703 hombres han asesinado a sus parejas o exparejas en los últimos diez años”,
    Otro del el País “Contra la violencia de género, la revolución masculina”
    Otro de El Ideal de Granada: Ana Mato pide la retirada del libro ‘Cásate y sé sumisa’ pues “falta el respeto a las mujeres”  y correspondiente del obispado: “Arzobispado dice que no piensa retirar el libro”
    Otro: “Menos sexismo en el Diccionario
     
    Los dos primero ponen el acento en los hombres.
    El tercero, el que la ministra tome cartas en el asunto.
    La respuesta del Obispo, es conocida, pero no le quita gravedad.

    El esperpento de Rouco y los tapices, ya rompe cualquier molde ético, no digamos cristiano.

    Y, finalmente, la importancia de que ya se preocupen por el lenguaje sexista, del que copio unos ejemplos:
    Algunas de las siguientes acepciones del Diccionario de la Real Academia Española serán modificadas en la edición, que se publicará a finales de 2014.
    Huérfano. Dicho de una persona de menor edad: a quien se le han muerto el padre y la madre o uno de los dos, especialmente el padre.
    Gozar. Conocer carnalmente a una mujer.
    Cocinilla. Hombre que se entromete en cosas, especialmente domésticas, que no son de su incumbencia.
    Periquear. Dicho de una mujer: disfrutar de excesiva libertad.
    Cancillera. Cuneta o canal de desagüe en las lindes de las tierras labrantías.
    Edén. Paraíso terrenal, morada del primer hombre antes de su desobediencia.
    Hombre. Ser animado racional, varón o mujer. / Individuo que tiene las cualidades consideradas varoniles por excelencia, como el valor y la firmeza.
    Mujer. Persona del sexo femenino. / Que tiene las cualidades consideradas
    femeninas por excelencia.
    Femenino. Débil, endeble.
    Masculino. Varonil, enérgico.
    Padre. Varón o macho que ha engendrado. / Cabeza de una descendencia, familia o pueblo. / Padre de familia: jefe de una familia aunque no tenga hijos.
    Madre. Hembra que ha parido. / Madre de familia: mujer casada o viuda, cabeza de su casa.

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