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Con guijarros pulidos en el torrente del espíritu…

Emilia Robles es coordinadora en España de PROCONCIL, un movimiento que ha manetenido siempre la esperanza de que la comunidad católica, que es muy plural a todos los niveles, debía mantener la esperanza de poderse renovar desde dentro, con un nuevo concilio o como fuera, pues hay otros medios. Muchos obispos se adhirieron a esta esperanza y al documento inicial de PROCONCIL.
Ahora Margarita nos envía esta carta sobre la alegría del viejo (90 años) cardenal vasco francés Roger Etchegaray al conocer la elección de Francisco. ATRIO quiere presentar esta figura y apoyar la acción de la Fundación PROCONCIL, a cuyo manifiesto inicial se sumaron Martini, Casaldáliga y otros obispos.

En primer lugar pido disculpas de corazón. Nuestro criterio es no abundar excesivamente con mensajes. Somos muchos los que estamos en la red. Y se que a veces podemos abrumar, sobre todo a los recien llegados.

Pero, hoy me ha llegado, de un amigo  de Canarias, miembro de nuestra red conciliar, una petición entrañable al papa Francisco, del Cardenal Roger Etchegaray. Data de hace casi un mes, pero no ha perdido actualidad.

Y me alegro tanto de que nuestro querido hermano Roger Echegaray haya podido ver este momento, momento que él también ha propiciado con su apuesta vital entregada y contemplativa; me conmueve tanto su tierna carta y me dice tanto su mensaje… que…¡lo siento, pero no quiero que os lo perdáis!

Quiero señalar como otro signo de renovación conciliar la intervención del domingo 14 de abril, en una parroquia del extrarradio madrileño, de Teresa Forcades, monja benedictina del monasterio de Benet, hablando de la Trinidad,  a gente diversa en su vida y creencias, a militantes de izquierdas, a gente “en los márgenes”,  a madres “contra la droga”,  a hijos de las comunidades de base que no pudieron seguir en esa Iglesia a la que sus padres criticaban, pero amaban y de la cual se sentían parte. Jóvenes desencantados que dicen “si esto de la Iglesia sigue así, a lo mejor merece la pena formar parte”.

Porque como dice nuestro hermano querido, Roger, si en esta menudencia que somos hoy esta Iglesia de Oriente y de Occidente, guardamos en nuestro morral, cual David, guijarritos pulidos por el  torrente del Espíritu… y si como apunta nuestro hermano Francisco los lanzamos con la honda de la Misericordia hacia todo lo que deshumaniza, lo que oprime, lo que aliena, lo que distrae y aleja a los hombre y mujeres de su sentido último…cuidando de no darle en la cabeza a los hermanos…si entre todos, tan diversos,  logramos eso, algo puede aportar la Iglesia- junto con otros, claro- pero algo específico y propio,  en este mundo angustiado y dividido.

Y, esto me anima a recordarles,  que hay grandes Testigos que nos animan también entre lo que llamamos Jerarquía; porque saben, sabemos, compañeros de camino, que Jesús nos ha precedido en el Amor y en la Resurrección.

Y QUE OTRO MUNDO Y OTRA IGLESIA SON POSIBLES,  CON NUESTRO CONCURSO HUMILDE Y CORRESPONSABLE

Súplica al Papa Francisco en la noche de su elección . Por el Cardenal Roger Etchegaray.

He oído que te vas a llamar “Francisco”, Francisco de Asís y de Buenos Aires… como obispo de Roma.

Pero ¿por qué adoptas ese nombre?

¿Por qué eres el primer papa que llevará este nombre tan universal y fascinante?

¿Por qué el pueblo inmenso al verte por vez primera en la loggia de las bendiciones reconoce en ti al sucesor de Pedro y te ama ya como a un padre?

Cerca de mí oigo un grito: “Es tan sencillo, que me entran ganas de darle un beso”.

Te veo silencioso, los brazos caídos, pienso en el “Ecce Homo”, el hombre de la Pasión, y quisiera enjugarte las lágrimas porque ciertamente ya no vas a poder ocultárnoslas.

Pero yo también he llorado lloré de alegría esta noche: cuando nos invitaste a orar unidos en la diversidad de nuestras condiciones y creencias.

Condúcenos tras tus huellas hasta San Francisco y Santa Clara, para adquirir, por la fuerza de nuestra conversión, la primera bienaventuranza: “Bienaventurados los pobres”.

No hay necesidad de exigir matices cuando ya se ha percibido el pensamiento de Cristo en su tranquila plenitud y su terrible desnudez.

Tú, guía nuestro o, mejor aún, compañero nuestro de camino, llévanos a ser siempre fieles a la Iglesia de Cristo.

Ante los gigantescos problemas del mundo actual, la Iglesia de Oriente y Occidente puede parecer irrisoria como el pequeño David con su morral lleno, en plena era nuclear, de guijarros pulidos en el torrente del Espíritu.

La Iglesia, como el apóstol Pedro al enfermo de la Puerta Hermosa del templo, se atreve a decirnos: “No tengo oro ni plata, pero lo que tengo te lo doy: En nombre de Jesucristo el Nazareno, levántate y anda” (Hech 3,6).

Papa Francisco, ayúdanos a creer que en todos los caminos de la Resurrección Cristo siempre nos precede.

[Publicado en La Croix, Samedi & Dimanche, 16-17 de marzo del 2013.]

Os recomiendo leer la biografía de este venerable cardenal, propulsor siempre del Vaticano II, en Wikipedia.

Seguimos en camino, hacia Pentecostés

Un abrazo fraterno y gozoso

Emilia Robles

2 comentarios

  • ROSA ARAUZO

    gracias por compartir estas bellas palabras del cardenal Etchegaray. Me gustan. Me hacen bien. Me llevan a la alabanza y a seguir en clave de conversión, gracias a l@s companer@s de PROCONCIL y, por supuesto a este bendito espacio de libertad

  • roman diaz ayala

    Las corrientes más profundas, son muchas veces las máa humildes, aquellas a las que se las ignora, acallándolas con nuestras verborreas sin sentido sobre temas que no nos interesan. Acepto que nos diga Emilia Roble que ya internet está saturada.
    Pero esa corriente, esa voz, ese anhelo que está en lo más hondo de los cristianos, quienes tantas veces nos sentimos periféricos. No en la soledad, sino entre tantos que  hablan en católico.
    Muchos hemos conseguido que nuestro Catolicismo haya dejado de ser Cristianismo, lo hemos convertido en otro sistema religioso. Y Ahora nos quejamos de que nos vapuleen.
    Los hijos del Concilio nos construimos la configuración cristiana de nuestra vida y así crecieron nuestras comunidades, un mosaico multicolor en una diversidad de movimientos huyendo del monolitismo de una férrea disciplina doctrinal y una liturgia invariablemente fija que conformaba nuestra espiritualidad de devociones.
    En el campo católico ha ocurrido lo mismo que en las otras confesiones cristianas. Pero mientras en ellos había una evolución logica por la transformación de la sociedad y el cambio de época en nosotros hay un antes y un después con el Concilio de por medio.
    Los laicos y laicas somos los grandes olvidados del proceso de restauración a  que ha estado sometido el Catolicismo. Desde nuestra pobreza, y nuestra no-voz, no-presencia  pido y ruego
    que este anhelo no se pierda.
    roman
    Ya no hay vuelta atrás. Nuestro catolicismo será más auténticamente cristiano cuanto más en común observemos que existe entre Oriente y Occidente, en Romanos y Protestantes (Evangélicos). Brillará Cristo

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