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Del amor y otros demonios

teresa sanchezUn nuevo artículo de Teresa, difundido esta vez hace dos días por ECLESALIA, 24/01/13.

Teresa coincide con ATRIO  en los temas que elige para sus artículos y en la visión humanista. Y nos agrada siempre dar la voz a personas más jóvenes y tal vez por eso más libres, a quienes consiguen formular de forma sencilla lo que otros solo sabemos expresar con rollos o agresividad.

Cuando parecía que los ánimos se habían serenado tras el revuelo que causó la aprobación del matrimonio homosexual por el Tribunal Constitucional, las incendiarias declaraciones de un obispo vuelven a abrir dolorosas heridas. Me preocupa el sempiterno debate sobre género, sexualidad, matrimonio y familia. Me preocupa y me duele por la dureza de las opiniones vertidas. Porque hay reacciones que – independientemente de qué las origina – traslucen una infinita falta de caridad y un rechazo hacia otras maneras de ser y sentir, fruto de una realidad plural y diversa. Este dolor se acentúa cuando la postura se justifica en nombre de un Dios cuyo atributo es el Amor, y su mandamiento principal el de “amar al prójimo como a uno mismo”.

Estamos aquejados de una profunda falta de amor. Puede parecer simplista reducir a esta cuestión la esencia del cristianismo (sobre todo para quienes cargan a sus espaldas una ingente cantidad de dogmas y códigos de conducta). Insisto: puede parecer simplista, pero ocurre que si no tengo amor, no soy nada; si no somos coherentes en lo esencial, lo demás es pura palabrería. No se puede hablar de amor a quienes no se ama. No se puede anunciar a un Dios que acoge la (preciosa) singularidad de cada persona, si luego se pasa por la criba hasta el más ínfimo detalle de los otros. Me pregunto: ¿cómo van a amar lo que amáis, si vosotros no amáis lo que ellos aman? Tal vez ni se pida siquiera a la Iglesia que secunde la causa de ciertos colectivos (aunque luego se hable de dar la vida incluso por los enemigos); bastaría con mostrar un mínimo de prudencia y delicadeza, con cuidar sus palabras para no echar sal en las heridas.

Se rechaza el matrimonio homosexual y se le niega el reconocimiento de familia (cuando la Sagrada Familia es todo menos un modelo “representativo”, en tanto la conponen una madre virgen y un padre putativo). La razón principal que se esgrime en contra del matrimonio homosexual es que su unión no contribuye a la procreación y la perpetuación de la especie. Efectivamente, en el Antiguo Testamento se critican ciertas prácticas sexuales sirviéndose de este mismo criterio. Pero las causas no responden tanto a una cuestión de tipo moral, sino sobre todo a una estrategia socio-política: la de alentar el crecimiento demográfico y multiplicar el número de hijos en las familias para estabilizar la precaria situación del “pueblo elegido” y preservar su tradición y cultura.

En todo caso, resulta curioso que las más feroces críticas a estas “otras familias” homoparentales provengan de personas que han optado por el celibato como estilo de vida. Curioso que hablen de complementariedad entre hombre y mujer quienes viven en comunidades integradas exclusivamente por personas de su mismo sexo. Curioso que prejuzguen quiénes han de ser buenos padres o madres cuando jamás experimentarán en carne propia – sólo a nivel espiritual – lo que supone engendrar un hijo y hacerle el centro de la vida, incluso aunque no sea “carne de tu carne”. ¿Importa eso? si el amor es verdadero no atiende ni se supedita a algo tan superficial como el cuerpo: quienes conocen el valor de “lo que no se ve”, mejor que nadie deberían comprenderlo.

Por supuesto, tienen derecho a opinar y libertad de vivir su vocación sin dar explicaciones al respecto (ellos sí), pero al cabo no deja de resultar llamativo. No me malinterpreten: la vocación religiosa, vivir con el corazón disponible y entregado a Dios y a los demás, me parece digna de admiración y un acto de amor de una belleza infinita. Pero también considero que es difícil (o debería serlo) opinar sobre temas de los que no se tiene una experiencia cotidiana: como amanecer junto a la persona amada y sentir que el mundo entero se ilumina; o entregarse y fundirse con el otro por entero, en total desnudez de cuerpo y de alma; o sentirse morir si sobreviene la enfermedad y hay que dejar partir al amor de toda una vida… ése que no se elige (¡como si se pudiera elegir en el amor! dice Cortázar) en razón de país ni de cultura… o de sexo; ése que no atiende a lógicas ni planes establecidos; ése que llega sin más y nos transforma por entero.

Amar de verdad no es un capricho: es algo que nace de lo profundo, un susurro corazón adentro que traspasa el alma, la seduce y lleva a entregarse hasta el extremo. Ahí reside el Misterio de una familia que es sagrada ¿por una mera cuestión de género? quisiera pensar que el motivo es más trascendente: el vínculo de Amor que se establece entre sus miembros. Porque el amor es una locura sagrada e incomprensible, y a la vez tan evidente que cuando se siente ya sólo cabe decir al otro – como Rut a Noemí – “No insistas en que te deje y me separe de ti. Porque donde tú vayas yo iré, y donde tú vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Moriré donde tú mueras, y allí quiero ser enterrada. Juro ante el Señor que sólo la muerte podrá separarnos”.

Habrá quien diga que el amor homosexual no es igual que el heterosexual, ni el de pareja como el de amigos: angustiosa necesidad de definirlo todo bajo moldes y adjetivos, cuando la realidad es que al cabo todo es Amor y su fuente una y la misma. Como el agua viva encuentra siempre cauces nuevos para fluir e irrigar la tierra, así también el amor se expresa y se expande de mil formas distintas. Ponerle diques y dirigir ese amor hacia un fin concreto por propia voluntad es una opción como cualquier otra. Pero criticar la “orientación” de los otros (ésa que es natural, espontánea y genuina) diciendo que no es correcta, y aún “exigir” que repriman ese cauce de amor en razón de su sexualidad… supone privar a la persona de vivir en plenitud su identidad más profunda, e instigarle a renunciar a una de sus más bellas vías de expresión. Entonces el cauce del río se estanca, su agua se emponzoña en el alma y trae la muerte.

Algunos apuntan que el debate del matrimonio y la familia es lingüístico. Por desgracia, se juzga y se juega con sentimientos de personas concretas a las que duele el rechazo… como a cualquiera. Poner márgenes (marginar) no es nunca una inocente cuestión terminológica: revela una manera de pensar que parcela el mundo, lo acota y remarca “lo distinto”, la presencia de un “otro” que acaba despertando miedos y recelos. Revela un pensamiento más interesado en marcar las diferencias que las semejanzas, aunque al final todos estemos hechos del mismo barro y tengamos las mismas necesidades y anhelos: amar y ser amados, que nos acepten como somos, y encontrar personas con las que compartir la vida, afrontar la muerte y sobrellevar nuestros miedos.

Si somos tan frágiles e iguales en lo esencial, ¿ merece la pena tanta discusión inútil? Nuestra es la elección: mantener posturas irreconciliables o buscar lo que nos une. Encasillar a las personas bajo estrictos moldes o valorar la riqueza de lo diverso. Clasificar los tipos de amor o bendecir el Amor como fuerza sanadora y motor del mundo. Si ya resulta dramático que los cristianos estemos escindidos en ramas siendo uno es el Maestro y el Espíritu, ¿hasta cuándo seguiremos estableciendo categorías, y lamentándonos a la vez de que la sociedad nos excluya? ¿hasta cuándo alimentaremos las diferencias para ser el ojito derecho de Papá, sin ver que la vara con que medimos – y que nos mantiene tan derechos – es una señora viga en nuestro ojo? ¿hasta cuándo las piedras vivas que decimos ser levantarán muros en vez de construir puentes para el encuentro? ¿hasta cuándo seguiremos escondiendo a nuestros semejantes en estrechos armarios y cajones mentales?

Dios no enciende una lámpara para ocultarla, y toda persona está llamada a ser luz porque alberga en su interior una llama de amor viva. Cuestión muy distinta es tener ojos que sepan ver esa luz que viene del corazón. En este debate de género y sexualidad, queda el consuelo de saber que “Dios no mira como mira el hombre; porque el hombre ve las apariencias pero Dios ve el corazón”. Dios ve con la mirada de una madre hacia su hijo. Y acaso ahí esté el quid de la cuestión: que la Iglesia oficial se nos ha masculinizado; que a base de reprimir sus emociones, ha terminado olvidando cómo es el amor incondicional de una madre: ése que elige la sugerencia al mandato, la misericordia al juicio, la comprensión a la condena; el que antepone la acogida al reproche, la escucha al sermón, y ante todo la alegría; ése cuya mejor enseñanza es su propio ejemplo de vida.

Acaso la raíz del problema sea una sensibilidad perdida: “Yo conozco tus obras y tu constante esfuerzo […] has sufrido por mi causa y has trabajado por amor a mi nombre. Pero tengo contra ti que has dejado enfriar tu primer amor” (Ap. 2, 2-4). Ojalá este debate sirva para despertar en nosotros el anhelo de volver a la “matriz”, a ese amor primero – que llevamos grabado en el corazón – donde ya no importa si madre o padre, si hombre o mujer. Porque sólo el amor entrañable y entrañado disuelve las fronteras y es capaz de devolvernos, al fin, nuestra unidad perdida: ésa de la que todos venimos, ésa que no dejamos de buscar durante toda la vida. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

20 comentarios

  • oscar varela

    Hola!
     
    PARA UNA PSICOLOGÍA DEL HOMBRE INTERESANTE
    (OCT4,467-480)
     
    Nada hay tan halagüeño para un varón como oír que las mujeres dicen de él que:
    * es un hombre interesante.
     
    Pero ¿cuándo es un hombre interesante según la mujer?
     
    La cuestión es de las más sutiles que se pueden plantear, pero a la vez, una de las más difíciles.
    …………..
     
    Las almas tienen formas diferentes, lo mismo que los cuerpos.
     
    Con más o menos claridad, según la perspicacia de cada uno, percibimos todos en el trato social esa diversa configuración íntima de las personas, pero nos cuesta mucho trabajo transformar nuestra evidente percepción en conceptos claros, en pleno conocimiento. Sentimos a los demás, pero no los sabemos.
    ……………
     
    El lenguaje usual ha acumulado un tesoro de finos atisbos que se conserva en cápsulas verbales de sugestiva alusión.
     
    * Se habla, en efecto, de almas ásperas y de almas suaves, de almas agrias y dulces, profundas y superficiales, fuertes y débiles, pesadas y livianas.
     
    * Se habla de seres humanos magnánimos y pusilánimes, reconociendo así tamaño a las almas como a los cuerpos.
     
    * Se dice de alguien que es un hombre de acción o bien que es un contemplativo; que es un “cerebral” o un sentimental, etc., etc.
     
    Todas esas expresiones no hacen más que aludir a diferencias de configuración de la persona interna e inducen a construir una anatomía psicológica.
     
    Se comprende que el alma del niño ha de tener por fuerza distinta estructura que la del anciano, y que un ambicioso posee diferente figura anímica que un soñador.
     
    Este estudio, hecho con un poco de sistema, nos llevaría a una urgente caracterología de nuevo estilo, merced a la cual podríamos describir, con insospechada delicadeza, las variedades de la intimidad humana.
     
    Entre ellas aparecería el hombre interesante según la mujer.
    ………………..
     
    El intento de entrar a fondo en su análisis produciría pavor, porque al punto nos encontraríamos rodeados de una selva donde todo es problema.
     
    Pues lo primero y más externo que del hombre interesante cabe decir es esto:
    * el hombre interesante es el hombre de quien las mujeres se enamoran.
     
    Pero ya esto nos pierde, lanzándonos en medio de los mayores peligros. Caemos en plena selva de amor.
     
    Y es el caso que no hay en toda la topografía humana paisaje menos explorado que el de los amores. Puede decirse que está todo por decir: mejor, que está todo por pensar.
    ……………….
     
    ¿Qué hacer?
    ¿Seguiré todavía?
    ¿O no es este el lugar?

  • mª pilar

    ¡Gracias Oscar, sois geniales!
     
    Un abrazote enorme.
     
    pili

  • oscar varela

    De que juguetería saliste.. muñeco.
     

    Amor, si amarte fuera trabajo, no existiría el desempleo.
     

    Papacito, debo de estar muerta, por que estoy viendo angelitos.

  • francisco javier peláez

    Le dedico a Luis Henriquez esta FRASE DE JESUS EN EL EVANGELIO APOCRIFO DE DIOSTUITERO:-No sé porqué dicen que tengo algo contra los gays,cuando me llevé doce tios al huerto….

  • mª pilar

    ¡Gracias Pepe jajaja!

    Pero no has respondido a mi pregunta.

    Piropear con elegancia y respeto, se debería hacer de igual manera al paso de un varón bien plantado…

    ¡Que los hay!

    No es esa la cuestión y lo sabes.

    Un fuerte abrazo lleno de cariño.

    mª pilar

  • pepe blanco

    Incluso en el supuesto de que la homosexualidad fuera una patología y la conducta homosexual un pecado, las preferiría a ser burro, cavernícola, aburrido o analfabeto estructural.

  • oscar varela

    Hola pepe … “el que sala”!

    ¡QUIÉN PUDIERA SER BALDOZA

    PARA SOSTENER ESE MONUMENTO!

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • pepe sala

    ” Con temor y temblor” comentaré algo en éste hilo. ( si lo veo malo haré mutis por el foro y, ni por un carro de duros, me enfrentaré a quienes consideren equivocados mis argumentos. Me dará igual que sea hombre o mujer.)
     
    Estaba ayer mismo tomando un café con un amigo colombiano y hablábamos sobre su Pais, sobre Cuba, Venezuela… en ralación a los mismos problemas en España. Tratábamos de la falta de trabajo actual, de los asuntos de delincuencia comparativa en los diferentes lugares y lo difícil que les resulta a los inmigrantes sobrellevar la crisis en la España actual. ( Mi amigo tiene un taller de chapa y pintura de coches , es autónomo y ha tenido épocas mucho mejores.)
     
    Bueno, el camarero que nos atendía es muy conocido mio ( en esta ocasión no utilizo ” amigo”) y  se interesó por el negocio de mi esposa, con la intención de charlar un rato, sin ninguna otra connotación aparente.
     
    — Bueno, se defiende como puede y seguimos aguantando el temporal ( la crisis) — le dije- Ya le queda poco para jubilarse y dejará de pelear la vida.  ( Con mi propio sentido del humor y como simple comentario bromista añadí: ” Como no se jubile pronto yo me largo para Cuba”. Dije Cuba lo mismo que podría haber dicho Argentina, Suecia o Rusia.
     
    La reacción fue automática por parte del camarero:
    — ¿ Dónde vas a ir tú con tus años? Te coge una mulata de 20 años y te mata en dos días”… ( la correspondiente risotada de bar y se fue a atender a otros clientes.)
     
    Paracerá una tontería, pero yo estoy seguro de que un comentario como el del camarero no lo hubiera hecho un muchacho joven ( el susodicho tienen cerca a los 60 años)
     
    Seguí la conversación con el amigo colombiano y el comentario del camarero nos sirvió para ilustrar lo que hablábamos previamente. Me cuenta que a él ( al colombiano) le pasa lo mismo que me pasó a mí con el camarero. Cuando alguien comenta que quiere visitar Colombia, en la mayoría de los casos surge la idea de que va a traficar con drogas. En el caso de Cuba surge el comentario del camarero.
     
    ¿ A qué vienen ésto??  Muy sencillo:
    1º: En España tenemos una DE-formación que arrastramos desde hace décadas. Será muy difícil salir de la DE- formación si los formadores actuales son de parecido pelaje que nos formó a los ” carrozas”. Desgraciadamente, en España, sigue proliferando el ” machito ibérico”  con demasiado libertinaje.  Es indudable, al menos en lo que yo constato diariamente entre el colectivo que tratamos en el bar-resturante: JUBILADOS en su mayoría y nuestra empleada peruana es una muchacha preciosa. Curiosamente, por la mañana, desayunan estudiantes jóvenes y el problema del ” machito ibérico” desaparece del local.
     
    2º: Dice Mª Pilar algo que me ha hecho reir un montón:
    “”Si es verdad lo del movimiento “automático” ante el taconeo de una mujer… ¡por supuesto hermosa, atractiva, llamativa…!””

    Lo de ” automático”, es una presunción que, seguramente, algún machito ibérico trate de utilizar para ligar. No te lo creas, Mª Pilar. No es tan bravo el  toro como lo pintan. Sí encuentro como razonable que una mujer despampanante arrastre la miradas de los hombres tras de su ” taconeo”. Pero éso lo sabe perfectamente cualquier mujer y, precisamente para éso ( para arrastrar las miradas de los hombres) ” taconea” con tanto garbo, se ha ajustado bien el vestidito, se ha perfumando con un perfume embrigador y se ha pasado más de una hora delante de un espejo poniendo pelo, boca, ojos y demás en el estado que presenta y nos descompone el ” SEMI-automático”.

    Bueno pues, aunque me riñan de nuevo, me atreveré a escribir un piropo  que me ha recordado lo del ” taconeo”:

    PISA FUERTE, MONUMENTO, QUE PAGA EL AYUNTAMIENTO…

    Pues vale…

  • El comentario de Pepe Blanco me parece hiriente. No entro al trapo, paso, pero quiero al menos dejar constancia de ello.
     
    Desde luego, no ofende quien quiere sino quien pùede. Por lo demás, sigo queriendo dejar constancia de mi adhesión a la doctrina de la fe de la Iglesia católica en el asunto de la homosexualidad. No solo es vivir en pecado vivir como sodomitas…
     
    En fin, aburro, ya sé. Pero aburro no tanto por ser aburrido como escritor -siendo aún un aprendiz del oficio, salta a la vista que escribo mucho mejor que el propio Pepe Blanco-, sino por repetir las verdades que en Atrio la mayoría no quiere escuchar.
     
    Buen domingo, Día del Señor.

  • mª pilar

    Desde este canto hermoso al amor ¿verdadero…?
     
    ¡Gracias Mª Teresa!

    O… sencillamente, entregado, fiel, profundo, por encima de todos esos “instintos” que parece ser, que en el varón son “automáticos”.

    Siempre siento la necesidad de preguntar, si de verdad eso es así; no porque ¿todos? los varones lo sienten.
     
    Dado (solo puedo hablar desde mi vivencia personal) que puedo admirar la hermosura, el buen porte, la simpatía etc. cuando “taconea” un varón delante de mí.

    No solo puedo admirar, sino sentir gozo alegría y doy gracias a la vida, que nos regala “cuerpos” así, dado que no puedo saber por su sola presencia física, si es una buena persona o un energúmeno… (disculpen el adjetivo)

    Mi pregunta sería… también para Mª Teresa y sobre todo para aquellas personas, que de verdad respondan con honestidad ¡hoy! no con los pensamientos de antepasados por muy lúcidos que sean.

    ¿No dependería también en gran parte, de la educación, la manera de mirarla; que se reciba  respecto a  la mujer?

    Es una igual, o está, para lo que siempre se informó a los varones.

    Tengo mis dudas;  se siguen escuchando comentarios,  ideas, pensamientos y comportamientos  “ no en todos” pero en ¡tantos…! como si nada hubiese cambiado.

    Si es verdad lo del movimiento “automático” ante el taconeo de una mujer… ¡por supuesto hermosa, atractiva, llamativa…!

    Creo que nos falta mucho camino por recorrer.

    mª pilar

  • pepe blanco

    Una observación mínima. No te confundas, luis h. enríquez. En mi opinión, no aburrís por ser fieles al magisterio. Aburrís porque sois aburridos.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Cuando no hay “circunstancias comunes”,
    el amor es mucho más difícil;
    o, quizás, imposible.
     
    En Argentina de la década del ’40, la “movilidad social” de las Clases
    originaba “des-encuentros” como pinta este Tango:
     
    http://www.youtube.com/watch?v=CBadS7oovmc
     
    LA BRISA
     
    Era una tarde, corría una brisa,
    muy cálida y suave por la rosaleda.
    Cerca del lago, leyendo poesías,
    estabas oculta entre la arboleda.

    Turbé el silencio
    con mis pisadas
    hubo un suspiro
    y dos miradas.
    Era una tarde, corría una brisa,
    muy cálida y suave por el rosedal.

    Y nos volvimos a ver
    en aquel mismo lugar
    y grabado en un rosal
    quedé un nombre de mujer
    como un recuerdo imborrable
    de horas vividas de ilusión.
    Mientras la tarde moría
    y el sol nos enviaba
    un beso de amor.

    Mas no éramos iguales
    y eso nos separaba,
    un mundo de distancia
    había entre los dos.

    Tú eras de familia
    muy rica y distinguida,
    yo, en cambio, solamente
    era un trabajador.

    Vivías entre el lujo,
    en un regio palacio,
    ningún amor sincero
    podías tu sentir.
    Tus autos y lacayos,
    tu oro y pedrería,
    tus sedas, tus encajes
    te alejaron de mí.
    …………..

  • oscar varela

    Hola!
     
    http://www.youtube.com/watch?v=tLO2SEkd9U0
     
    QUE LINDO ES ENAMORARSE
    Letra de Pascual Contursi – Música de Enrique Delfino
     
    Lo cantó Manolita Poli en el Sainete del mismo nombre,
    de Domingo Parra y Pascual Contursi, el 9 de diciembre de 1927.
    ……………….
     
    ¡Qué lindo es enamorarse
    y vivir pensando en ella,
    y sentir que un dulce frío
    y sentir que un dulce frío
    nos invade el alma entera!
     
    ¡Qué lindo es enamorarse
    palpitando que ella vuelva,
    y sentir muy despacito
    y sentir muy despacito
    taconear por la escalera!
     
    Aún recuerdo aquella noche
    que extasiado frente a ella
    al mirarme yo en sus ojos
    soñaba la dicha eterna.
     
    Y rodaron por su cara
    lagrimones como perlas,
    como diciendo: ¡Que triste!
    ¡Que triste ha de ser la ausencia!…
     
    ¡Qué lindo es enamorarse
    tiradito en la catrera,
    y ver que se va acabando
    aquel cachito de vela!
     
    ¡Qué lindo es enamorarse
    y dormir pensando en ella,
    mientras la cera, al quemarse,
    va formando su silueta!
    …………..

  • Asun Poudereux

    Gracias a todos por vuestros comentarios.
     
    Me gusta cómo trata, Teresa,  todo lo que apunta hacia el Amor con mayúscula. Desde él no puede haber  separaciones  estancas entre las personas, porque su centro y fondo es la acogida y aceptación del otro, al que se mira y siente como lo mismo que soy.  No diferente, solo y únicamente en la forma.
     
    Las religiones, sin embargo,  han inoculado el rechazo  al que no es igual en la forma prescrita. La Iglesia se dice madre, pero dónde está  esa madre que ama al hijo tal cual es y cómo es ¿? Ha abusado en el uso de metáforas  y  nos ha confundido una y mil veces a los que llama hijos.  Terminamos por ser extremadamente comprensivos e incluso hasta llegamos a bendecir  a los que no nos entienden desde dentro.
     
    La Iglesia es masculina cien por cien,  prácticamente desde sus orígenes y actúa como cualquier poder masculinizado,  aunque en él haya mujeres. Su razón de ser se ha convertido en el ídolo al que adorar y venerar por encima  de Dios-Amor, cuando en realidad el amor,  que fluye de él,  no exige veneración ni adoración, sino vivir y experimentar en los otros y con los otros el amor que es y somos.
     
    Pero el poder ciega y  se engalana de palabras y de efectos para convertirse en lo inaudito,  “el primer diferente antinatural”,   al que se debe sumisión íntegra  en  cuerpo y alma.
     
    ¿Dónde está ahí el Dios-Amor  de Jesús,  que rompe con toda norma que  tiraniza y endemonia al ser humano,  aproximándose al otro, a lo prohibido,  al discriminado,  y siendo unión con todos  en lo que somos de fondo?
     
    Se recurre a una frase para acallar las alarmas y seguir paralizados: “todos somos pecadores”, pero si soy sincera, no me convence, pues  creo que , ha sido y es,  la respuesta fácil para poner cargas y más cargas a la “carga”  y  “yugo”  ligeros, alegres y gozosos del Amor de Jesús.
     
    Os agradezco  mucho, a Teresa  y a Atrio, el estar unidos.

  • Acabo de leer el amable tirón de orejas de Antonio Duato, coordinador de Atrio, en su post “Aprendiendo a relativizar el papado”. Ese amable y nada crispado tirón de orejas va dirigido a Santiago Hernández y a un servidor, que se decía antes en las escuelas (en mi infancia, durante toda la década de los setenta, me educaron así en la EGB, jejeje).
     
    Me parece digna de celebrarse la suavidad en las formas de ese tirón de orejas. Sin embargo, hay algo que no me termina de cuadrar: ¿Cómo es posible, Antonio Duato, que Santiago Hernández -a quien ni siquiera conozco en persona, solo por lo que dicen sus comentarios aquí como forista- y yo hagamos el esfuerzo de opinar como católicos “al margen de la opinión vinculante del Magisterio?
     
    Subrayo lo de “vinculante”. Sin conocer en persona a Santiago Hernández, por sus bien fundamentadas oponiones vertidas en Atrio considero que coincidiría conmigo aquí y ahora en reivindicar esa naturaleza vinculante de la doctrina del Magisterio.
     
    Y además insisto en lo de vinculante porque parece que para la joven María Teresa Sánchez Carmona, tampoco es vinculante la voz del Magisterio en el asunto de la homosexualidad; queda de manifiesto en este post que nos ocupa, que es así como señalo.
     
    Vale, no me parece mal que ella lo vea de otra manera, de la manera que considere más humana y justa, y hasta cristiana por evangélica. Y que además lo exprese, todo ello, con mesura, con elegancia expresiva, con talante dialógico y sin crispación. Pero a lo que iba, mejor, a lo que voy: ¿Cómo es que no podemos verlo, Santiago Hernández y yo -y aun algunos más que entran en Atrio y se manifiestan como fieles al Magisterio, o como deseosos de ser fieles, más allá de las dificultades y noches oscuras que cada uno tenga en esa empresa, yo mismo-, desde la fidelidad al sucesor de Pedro? ¿Por qué se nos da un suave tirón de orejas pretextando que es que aburrimos al personal, o podemos acabar aburriéndolo, por situarnos como católicos fieles al Magisterio? Con otras palabras: ¿Pretender ser fiel al Magisterio puede aburrir, pero no así despreciarlo, combatirlo, negarlo, minisvalorarlo, relativizarlo…?
     
    Ya. No lo veo muy justo; me parece a mí.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Leo:
     
    – “Amar de verdad
    * no es un capricho
    * es algo que nace de lo profundo,
    * un susurro corazón adentro que traspasa el alma, la seduce y lleva a entregarse hasta el extremo.
    * una locura sagrada
    * cuando se siente, cabe decir:
    Donde tú vayas yo iré, y donde tú vivas, viviré.
    Tu pueblo será mi pueblo.
    Moriré donde tú mueras, y allí quiero ser enterrada”-
     …………….
     
    LA ELECCIÓN EN AMOR  – Ortega y Gasset (OCT5)
     
    – Al hombre normal le «gustan» casi todas las mujeres que pasan cerca de él.
     
    – Esto permite destacar más el carácter de profunda elección que posee el amor.
     
    – Basta para ello con no confundir el gusto y el amor.
    ………………
     
    – La buena moza transeúnte produce una irritación en la periferia de la sensibilidad varonil, mucho más impresionable que la de la mujer.
     
    Esta irritación provoca automáticamente un primer movimiento de ir hacia ella. Tan automática, tan mecánica es esta reacción, que ni siquiera la Iglesia se atreve a considerarla como figura de pecado.
     
    – La Iglesia ha sido en otro tiempo excelente psicóloga, y es una pena que se haya quedado retrasada en los dos últimos siglos.
     
    – Ello es que, clarividente, reconocía la inocencia de todos los «primeros movimientos».
     
    – Así, éste: de sentirse el varón atraído, arrastrado hacia la mujer que taconea delante de él.
     
    Sin ello no habría nada de lo demás —ni lo malo ni lo bueno, ni el vicio ni la virtud.
     
    – Sin embargo, la expresión «primer movimiento» no dice todo lo que debiera.
     
    – Es «primero» porque parte de la periferia misma donde se ha recibido la incitación, sin que en él tome parte lo interno de la persona.
     
    – A esa atracción que casi toda mujer ejerce sobre el hombre, y que viene a ser como la llamada que el instinto hace al centro profundo de nuestra personalidad, no suele seguir respuesta o sigue sólo respuesta negativa.
     
    – La habría positiva cuando de ese centro personalísimo brotase un sentimiento de adscripción a lo que acaba de atraer nuestra periferia.
     
    – Tal sentimiento, cuando surge, liga el centro o eje de nuestra alma a aquella sensación externa; o dicho de otro modo: no sólo somos atraídos en nuestra periferia, sino que vamos por nuestro pie hacia esa atracción, ponemos en ella nuestro ser todo.
     
    – En suma: no sólo somos atraídos, sino que nos interesamos. Lo uno se diferencia de lo otro como el ser arrastrado del ir uno por sí mismo.
     
    Este interés es el amor, que actúa sobre las innumerables atracciones sentidas, eliminando la mayor parte y fijándose sólo en alguna.
     
    – Produce, pues, una selección sobre el área amplísima del instinto, cuyo papel queda así reconocido y a la vez limitado.
     
    – Que el instinto sexual es ya por sí selectivo fue una de las grandes ideas de Darwin.
     
    – El amor sería una segunda potencia de selección mucho más rigorosa.
     
    (Amor humano e Instinto sexual)
     
    – Nada es más necesario, para esclarecer un poco los hechos del amor, que definir con algún rigor la intervención en ellos del instinto sexual.
     
    – Si es una tontería decir que el verdadero amor del hombre a la mujer, y viceversa, no tiene nada de sexual, es otra tontería creer que amor es sexualidad.
     
    – Entre otros muchos rasgos que los diferencian, hay éste, fundamental, de que el instinto tiende a ampliar indefinidamente el número de objetos que lo satisfacen, al paso que el amor tiende al exclusivismo.
     
    – Esta oposición de tendencias se manifiesta claramente en el hecho de que nada inmunice tanto al varón para otras atracciones sexuales como el amoroso entusiasmo por una determinada mujer.
     
    Es, pues, el amor, por su misma esencia, elección. Y como brota del centro personal, de la profundidad anímica, los principios selectivos que la deciden son a la vez las preferencias más íntimas y arcanas que forman nuestro carácter individual.
    …..

  • Antonio Vicedo

    Destellos y ráfagas luminosas de la Verdad, Teresa. en esta noche oscura de desorientaciones, falsedades, miedos y agobios, Maria Teresa.
    Gracias y ánimo para abrirle brechas a la ESPERANZA siempre AURORA DEL AMOR..
    La LUZ  es la que concreta figura, dimensiones, colorido y armonía en todo.
    Unque sea a modo de chispazo de relámpago, no nos dejemos amilanar ante la oscuridad de tanta falacia. Gracias.

  • oscar varela

    Hola!

    – “Esta semana alguien me preguntó si el feminismo seguía siendo necesario en los tiempos en los que vivimos. Los argumentos para justificar la no necesidad del feminismo en nuestra sociedad actual los he escuchado no miles, sino millones de veces.”-

    Así comienza otra Teresa …

    … Aunque ya estoy dudando si no se trata de una tal “ana”.

    Desde España: ¿Sigue siendo necesario el feminismo?
    Por: Teresa Mollá Castells (CIMAC)
    http://www.argenpress.info/2013/01/desde-espana-sigue-siendo-necesario-el.html

  • Josefina G.C.

     Mª Teresa, digno y precioso tu escrito gracias guapa.

    “Si somos tan frágiles e iguales en lo esencial, ¿ merece la pena tanta discusión inútil? Nuestra es la elección: mantener posturas irreconciliables o buscar lo que nos une.”

    Buscar lo que nos une sí, sin humillaciones, sin vejaciones, sin retorcimientos ni tergiversaciones, cuando no podemos ver en el corazón de cada cual, sin crucifixiones, sin ironías mordaces, hirientes y humillantes, que en mi modesta opinión no es propio de “sabios” en los que los “menos” confiábamos para aprender de ellos y ellas.
    Con la dignidad que todas y todos merecemos.
    Buen dia
     

  • ana rodrigo

    La condena, aversión y prohibición del matrimonio homosexual está, desgraciadamente, más difundido de lo que pensamos. Todos los países islámicos, que son  muchos y muchos millones de personas, no sólo lo tienen prohibido, sino también penalizado. La mayoría social del resto de los países del mundo lo ven muy mal, con distintas motivaciones, no siempre de tipo moral.
     
    Pero aquí la autora, Teresa, se refiere a la jerarquía católica. En atrio ha sido comentado y debatido el tema en múltiples ocasiones y, en general, los y las intervinientes estamos completamente de acuerdo con lo dicho en este post.
     
    A partir de aquí señalo alguna cosa más: una, que la aversión al matrimonio homosexual tiene un origen totalmente morboso-genital, por mucho que se quiera disfrazar con otras capas de tipo “el hombre y la mujer se complementan”, y cosas por el estilo.
     
    Segundo, la comunidad homosexual no se calienta la cabeza con estas tonterías, porque ellos y ellas saben lo que son y lo que debe ser, y punto.
     
    Y tres, destaco con auténtico énfasis este párrafo de la autora: “Y acaso ahí esté el quid de la cuestión: que la Iglesia oficial se nos ha masculinizado; que a base de reprimir sus emociones, ha terminado olvidando cómo es el amor incondicional de una madre: ése que elige la sugerencia al mandato, la misericordia al juicio, la comprensión a la condena; el que antepone la acogida al reproche, la escucha al sermón, y ante todo la alegría; ése cuya mejor enseñanza es su propio ejemplo de vida.” Cuando yo digo que el feminismo no sólo beneficia a las mujeres en tanto en cuanto sujeto de conciencia de derechos, sino también a los hombres en la medida en que has desechado como “cosas de mujeres” determinadas actitudes vitales y valores, me estoy refiriendo a esto. (la negrita es mía).
     
    Una Iglesia, además de una sociedad, marcada, dirigida, controlada y encauzada  por y desde normas, actitudes o ideas exclusivamente masculinas, no sólo mutila a más de 50% de la población (las mujeres), sino que queda escorada (desde la normativa legal o moral) al cien por cien hacia actitudes y conductas obligadas o inducidas hacia la intolerancia, el juicio fácil, el sermón moralizante, y la deshumanización, desde el poder auto-atribuido, sobre aquellos/as que no siguen a este poder establecido desde la tiranía moral.

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