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Crisis, humillación y caridad

La crisis es una oportunidad para que se desarrollen las iniciativas asistenciales y caritativas. A muchos esto le parece muy bien, pues además sirve para tapar la boca a quienes critican a la Iglesia. Para Pascual Serrano, buen periodista, esto es una humilación y uno de los objetivos del plan neoliberal cuyo estadoes adelgazar al estado sera como sea.

La crisis y los medios de comunicación: humillación y caridad

Pascual Serrano/ www.Pascual Serrano.net 29/12/2012

MendigosHace unos años me escandalicé cuando vi un concurso en una televisión privada venezolana en el que el premio consistía en la cobertura sanitaria para la intervención quirúrgica por alguna enfermedad grave que padecía el concursante o un familiar del concursante. Entonces me pareció -como era lógico- una humillación que un derecho universal como la salud, e incluso la vida, fuera motivo de concurso en atracción televisiva. Han pasado cinco años y voy comprobando cuántos derechos humanos, indiscutibles y cubiertos en Europa hasta ahora, se convierten en objeto de subasta, concurso y humillación para los ciudadanos. Así podemos encontrar cómo una asociación de comerciantes de un pueblo de Pontevedra1 coloca carteles por toda la localidad anunciando el sorteo durante las navidades de un contrato de trabajo a tiempo parcial de seis meses de duración. Y como todo puede ser peor, un colegio privado de Granada que todavía no está en funcionamiento cobra 190 euros por valorar el currículum de los aspirantes a un puesto de trabajo en el citado colegio2.

Los ejemplos no dejan de aparecer. Las madres de los alumnos de un colegio valenciano han editado un calendario donde se exhiben en ropa interior para recaudar los fondos que la Administración ha retirado y con los que se pagaba el autobús que trasladaba a sus hijos al colegio3. Y al puro estilo del caso venezolano con el que comenzábamos este texto, en un concurso de la cadena Cuatro de televisión, los niños ganadores consiguen el dinero para arreglar el tejado de su colegio. Avanzamos hacia el abismo y hasta se permiten entretenernos con él sentados en nuestro sofá viendo la televisión.

No faltara quien argumente que muchos de estos casos nacen más con vocación de denuncia que como intento de solución del problema, pero no por ello, en mi opinión, resultan menos humillantes para la ciudadanía. Por otro lado optar por posar en ropa interior en un calendario o concursar en una televisión supone un triste nivel de resignación más que de combate y reivindicación. Qué tiempos aquellos en los que el jornalero, al recibir la petición de su voto por el latifundista devenido en candidato a diputado a cambio de unas monedas, le respondió: “en mi hambre mando yo”.

Los medios también se dedican a presentar como admirables propuestas que son patéticas y trágicas. Un joven de 29 años que debe sobrevivir sacando cada noche la basura de sus vecinos por cincuenta céntimos. Y dice el periódico: “Jesús Pardel es un producto de la crisis, un emprendedor a pequeña escala, un almacén de ingenio desesperado”4. O esta otra noticia que se presenta como “un parado de 33 años pone en marcha una web para encontrar trabajo en la que da consejos e información. En tres meses ha recibido 15.000 visitas y se han puesto en contacto con él cientos de personas a través de Linkedln”5. Pero la información es pura charlatanería, la verdad es que el hombre, con dos carreras universitarias terminadas con matrícula de honor, abrió la web para encontrar trabajo y siguen sin tenerlo. Sus miles de visitas no son ningún éxito, es la desesperación de otros miles que, como él, buscan un empleo.

Por otro lado, asistimos a la apología de lo que el líder de ATTAC, Carlos Martínez, considera la receta de la derecha y sus medios de comunicación para afrontar el recorte de servicios públicos y el empobrecimiento de las clases populares: la caridad.6

Observamos un bombardeo mediático de campañas de donaciones de juguetes, recogida de comida no perecedera, aplauso a los comedores sociales y bancos de alimentos. Los medios celebran el aumento de cifras de recogida de alimentos, en lugar de preocuparles el aumento de usuarios de esos alimentos procedentes de la caridad. El objetivo es presentarnos como buenas noticias una realidad dominada por las malas. La caridad, patrimonio de las religiones, es aupada a política de Estado y principio rector de la sociedad. Así encontramos administraciones públicas, como la Diputación de Granada, que, mientras despide a los trabajadores sociales, convoca una recolecta de juguetes para niños pobres. Los bancos que no dudan en echar a la calle a las familias que no pueden pagar su hipoteca instalan cajones a la salida de los grandes almacenes para que los clientes dejen allí alimentos donados a comedores sociales.

Vale la pena observar la estrategia de los medios públicos españoles de ir incorporando la idea de la caridad y la beneficiencia como modo de afrontar las necesidades sociales e ir ignorando las obligaciones del Estado. Así encontramos noticias en la televisión pública (TVE, 1-12-2012) donde las monjitas cuentan lo contentas que están de tantos productos que les llegan solidariamente del banco de alimentos y lo agradecidos que se encuentran los desgraciados que deben sobrevivir gracias a los comedores sociales. O ese otro programa sobre beneficiencia (RNE Radio 5 el 8-11-2012), con música new age de fondo, donde cuentan un sistema que pone en contacto vía correo electrónico a personas para que unas cubran las necesidades de las otras. Un organizador de este sistema explica cómo había una persona que necesitaba una silla de ruedas, y por este mecanismo de contacto “a los pocos días recibió tres o cuatro sillas de ruedas”. El Estado, por supuesto, nunca hace falta para ellos.

Conceden el premio Príncipe de Asturias de la Concordia a la Federación Española del Banco de Alimentos. No deja de ser cínico que la institución que más simboliza el privilegio y la desigualdad se permita premiar en nombre de la preocupación por el hambre de los más desfavorecidos. Durante la ceremonia de la entrega, Radio Nacional emite en directo (RNE Radio 5 26-10-2012) y al llegar el momento del premio de la Concordia, dice Felipe de Borbón: “[…] así trabaja la Federacion Española del Banco de Alimentos, ofreciéndonos un permanente ejemplo de qué es la Civilización”. El que se necesite la caridad de un Banco de Alimentos donde tengan que recurrir para alimentarse personas capacitadas para trabajar es un ejemplo de la vergüenza y criminalidad del capitalismo, no de civilización.

Todos los actores responsables de la crisis y encargados de su solución se desinteresan de su verdadera función para apuntarse a una caridad que ni si siquiera ejercen ellos, sino que nos invitan a los demás a ejercerla. Como señala Carlos Martínez, “tal vez el año que viene volvamos a ver la campaña de los años cincuenta y sesenta de ‘siente un pobre en su mesa’ perfectamente denunciada en una de las mejores películas de cine español, ‘Plácido’”. “Volvemos a la España fría gris y triste de los años sesenta, incluido el autoritarismo y la hipocresía de la burguesía y las clases medias altas. Volvemos a la Campaña de Navidad y Reyes de la OJE (la organización juvenil franco-falangista). Volvemos a campañas de radio en favor de caritativas monjas y las damas de los roperos. Vivimos unas navidades perfectamente neo-franquistas, rematadas con el mensaje de su patético heredero”, añade el portavoz de ATTAC.

Una vez más, los medios se muestran como el principal ariete de la ideología que quiere sembrar la resignación. Para ello sus cartas son la apología de una caridad con sonrisas y aplausos que reniega de la justicia social, y el entretenimiento y la frivolidad ante el atropello de derechos humanos fundamentales.

Www.pascualserrano.net

Pascual Serrano es periodista. Su último libro es “Periodismo canalla. Los medios contra la información”. Icaria Editorial.

6 Martínez, Carlos. “El peligroso resurgir de la caridad” http://www.attac.es/2012/12/27/el-peligroso-resurgir-de-la-caridad/

18 comentarios

  • Iñaki S:S,

    Eskerik asko, apreciada Ana, por haber acudido a mi S.O.S. Nada de agobios paralizantes y a seguir dándole vueltas al tema, sin caer en el desaliento. Con la compasión y la cooperación como muletas espero  …”ir todavía”, que diría Oscar.

  • ana rodrigo

     
     Lo que yo pienso al respecto, es que la coherencia está reñida con el agobio. La mejor manera de vivir, es disponer de todas nuestras energías para actuar, y ya es sabido, que el miedo y el agobio, nos paralizan.
     
    Tampoco debe estar reñida la solidaridad con la justicia. A las personas que no tienen para comer, para vestirse, o para pagar el recibo de la luz, lo que las humilla es verse en esa situación, verse privadas de lo necesario. Pienso que, en esas situaciones, a pesar de que pasemos un mal rato ante la solidaridad que los demás tengan con nosotros, en realidad, ese es el mal menor, y solemos agradecer que otras personas nos echen una mano. (Aunque alguien haya dicho de mí en una ocasión que no sé lo que es ser pobre, que sepa que sí lo sé y lo he vivido)
     
    Por tanto, seamos solidarios y generosos, al mismo tiempo que luchemos con todas nuestras fuerzas contra las injusticias, la corrupción y la poca vergüenza de quienes administran el dinero público.
     
    Es intolerable que dos jefazos del FMI, cuando ya nos ha llegado el agua al cuello, reconozcan que ha sido un error haber exigido tantos recortes y haber basado la salida de la crisis en la austeridad (la nuestra claro, no la de ellos).
     
    El economista jefe del FMI reconoce ahora el “error”
    de exigir recortes a Europa

     
    El FMI: Nos equivocamos sobre la austeridad
     
    O que la sra. Cospedal se haya olvidado de declarar 7000 euros a los ya declarados 128.000, o que Rato se vaya a Telefónica a cobrar unos 200 mil euros después de haber arruinado a tantas familias y eso haya supuesto tantos miles de millones para rescatar su bankia.
    Telefónica ficha al expresidente de Bankia como asesor
    Cospedal olvidó declarar 7.000 euros

  • Iñaki S:S,

    En este hilo están apareciendo frases de mucho calado.
     
    Hablando de dignidad, El Pepe S. mas humano, el del “sacu”, le saca jugo a…””En mi hambre mando yo”.
    Ana, tan equilibrada como siempre, en relación con la pobreza individual nos ofrece esta perla….””No disponer de nada, pero tenerlo todo”.  Casi resulve mi problema…aunque me sigue doliendo.
    Para completar una triologia copio un par de frases de Ángeles Caso…”Necesito poco y lo poco que necesito, lo necesito poco…”. “Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinaro, mas allá de lo imprescindible para vivir con dignidad”. ¡Qué chica tan lista!. Tengo que leerle mucho mas.
    Ya hay materia para meditar en este 2013 que acaba de nacer. URTE BERRI ON.

  • mª pilar

    ¡Gracias Pepe! Como siempre lleno de vida y realidad.

    Hiciste bien en negarte;  aunque a los poderosos… no les quepa en la cabeza=mente… que todas las personas tienen derecho a que su dignidad no se pisotee.

    Si quieren deshacerse de lo que les sobra, deberían tener la honradez de enviarlo allá donde será bien recibido; no por caridad, sino porque ellos son los causantes de que otras personas casi nada tengan.

    Cuando cada trabajador cobre un sueldo justo, no necesitará  que nadie les de las sobras.

    Un abrazo Pepe.

    mª pilar

  • Rodrigo Olvera

    Se cuenta que un jesuita (omitiré nombre) cuando de pre-novicio llegó a la comunidad a la que fue asignado, al ver la fachada de la suntuosa casa afirmó: “si así es la pobreza, que me avienten ya la castidad”.
    Saludos

  • pepe sala

    EL SACU
     
    La llegada de ” el sacu” se celebraba con algarabía. Los-la más pequeños eran quienes más ilusión mostraban por investigar las prendas que les podrían servir a ellos-ella ( ella lo tenía asegurado, puesto que era la única femenina y la más pequeña)
    El SACU contenía vestidos, zapatos o juguetes usados que un señor de Santander nos regalaba cada cierto tiempo. A medida de que las buenas ropas y calzados de sus propios hijos-a se les quedaban inservibles, nos los regalaban a nosotros que teníamos personal para todas las tayas. En mi casa era impensable poder comprar vestidos y calzados para todos. ( casi para nadie)
     
    Hasta aquí todos felices y todos contentos. Quienes nos hacían la ” caridad” se sentirían bien haciéndola y nosotros nos vestíamos decentemente de vez en cuando. El encargado de llevar ” EL SACU” desde Santander hasta Potes ( pueblo donde vivíamos) era yo, por aprovechar mi trabajo de ayudante de camionero que hacía el transporte entre ambas localidades.
     
    La primera vez que mi madre me encargó el recadito fue de lo más normal. Llegué al enorme chalet de la Calle Menéndez Pelayo de Santander y me estaban esperando. (nunca supe el modo en que se comuniucaban los recados.) Mi madre había trabajado unos años en aquel chalet como sirvienta y había quedado una buena relación.. ¿ amistosa? ( imposible.)  Esperé un tiempo prudencial , me saludaron con amabilidad y cierta curiosodad y me pasaron al salón mientras las sirvientas preparaban  EL SACU.
     
    Fue la única vez que me sentí RESPETADO y no me importó recibir ” caridad”. Luego la historia de recogida se repitió cada vez que mi madre me lo mandaba. Cada vez se me hacía más insoportable llamar al lujosos chalet donde, según decía mi madre, le habían indicado que podía pasar a recoger el jodido ” saco”.
     
    Yo tenía 17 años y cierto orgullo que me tenía que tragar en las cada vez más largas esperas a la puerta de la casa. Ya nunca me invitaban a pasar y las muchachas del servicio cada vez tardaban más tiempo ( horas) en recoger las ropas que metían en el saco. Luego tenía que llevarlo en el trolebús hasta el camión que se aparcaba en La plaza de Las Estaciones, luego tenía que cruzar todo el pueblo ( Potes) con el jodido saco al hombro ante las miradas de muchachas que me gustaban un montón…
     
    El SACU me estaba costando demasiado caro para mi DIGNIDAD y se lo expliqué a mi madre. Ella no lo entendía ( era demasiado difícil vestir a tantos niños sin el jodido ” sacu”.) y mi padre salió en mi defensa.
     
    — No vuelvas a recoger el SACU, Pepín. Si quieren mandarlo que lo hagan como lo hacían antes, por ” el coche línea” ( el autobús regular de Potes- Santander.)
     
    El SACU dejó de llegar a nuestra casa, pero mi orgullo y dignidad se salvaron.
     
    ( Que cada cual deduzca lo que crea conveniente. Yo tengo mi propia opinión respecto a ” la caridad” y tengo perfectamente claro que nadie tiene derecho a comprar a un ” pobre”. Se escucha demasiadas veces la frase ” yo tengo mi propio pobre para darle la limosna…”)
     
    Saludos, pues.

  • ana rodrigo

     Pienso que tanto Pilar como Iñaki tenéis razón: las personas a título personal pueden ser coherentes, generosas y heroicas, aunque la pobreza sea casi imposible vivirla, ya que la institución los respaldará siempre, que ese es el verdadero voto de pobreza: no disponer de nada, pero tenerlo todo. 
     
    Y por otro lado, lo que dice Iñaki, el inmenso, inmensísimo patrimonio que tienen los jesuitas, como la cosa de que es de todos y no es de nadie, pues ahí sigue intacto, como si fuese sagrado. Lo mismo les ocurre a todas las instituciones de la Iglesia. “Unos por otros, la casa sin barrer”, hasta que desaparezcan las monjas y los frailes y ese patrimonio pase a la diócesis que no andan mal de patrimonio. Una vergüenza.

  • mª pilar

    Iñaki S:S.

    Puedo decirte de muchos de ellos (jesuitas) que trabajan y viven con los más pobres y despreciados del mundo en Camboya.

    En Valencia, como albañil, en Zaragoza, en los barrios más conflictivos, en Madrid.. Y dentro de las comunidades, hay un numeroso grupo, entregados en cuerpo y alma a los más pobres viviendo muchos de ellos en casas totalmente normales.

    Cierto que tienen posesiones (cada vez menos al menos en Aragón)   que algunas las van vendiendo para atender a un número elevado de ellos ya muy mayores y enfermos; han cerrado muchas casas, como digo y sé, en Aragón.

    También reconozco, que los más antiguos, tiene un corte distinto… de más “señores” quizá, en recuerdo, de lo que los papas les pidieron para sus hijitos de alta alcurnia.

    Cuando llegó Arrupe a ser Prepósito general, las cosas cambiaron mucho, y la mayoría le siguieron, con  gran preocupación para el Vaticano; y así murió, arrinconado por el papa, que lo silenció y llamo la atención delante de todo su coro de adeptos.

    No lo abandonaron los suyos, ellos hasta hoy, le siguen recordando como el aire nuevo que sopló en la compañía.

    Mi mirada, llevada por mi experiencia personal es diferente… como siempre suele ocurrir.

    ¿Que hay mucho que hacer todavía?
    ¡¡¡Pues claro!!!

    Ahora lo irán teniendo cada vez más fácil, dado que las vocaciones están mermando día a día y pienso sinceramente:
     

    ¡Que no es malo!
     

    Será un tiempo nuevo, para una nueva generación, quien quiera servir, lo hará allá donde esté, sin necesidad de cargos especiales, ni unciones diferenciales.

    Se volverá ¡¡¡quien así lo quiera!!! A lo que Jesús intentó llevar a cabo:


    ¡Servir, trabajar, amar, respetar, luchar por la justicia!

    Y todo ello siendo:

    “Buenas personas,  limpias de corazón”.

    mª pilar

  • pepe sala

    Esta si es una VERDAD como una catedral de grande. Y especialmente éste párrafo:
     
    “” Qué tiempos aquellos en los que el jornalero, al recibir la petición de su voto por el latifundista devenido en candidato a diputado a cambio de unas monedas, le respondió: “en mi hambre mando yo”.
     
    Ya no quedan ” jornaleros” con DIGNIDAD y , hoy en día, se lleva mucho más la sentencia vergonzosa de: ” llámame perro y échame pan”. Los fabricantes de POBRES están en su apogeo y vuelve a estar de moda la frase atribuida a Carmen Polo de Franco. ( no me consta que sea cierto, pero sí me consta que que la frase tiene el mayor de los sentidos REALES.)
    La frase era: “TU HAZME LO POBRES Y YO HAGO LA CARIDAD” ( en el empeño por fabricar ” pobres” se implicaron, a destajo,  el Gobierno fascista,los bancos, la ICAR, las fuerzas de IN-seguridad, los ricachones de la época… O sea, lo mismito que en la actualidad y los mismos en los mismos lugares.
     
    Lo de- ” en mi hambre mando yo”-  me ha recordado una historiuca personal que le voy a dedicar al autor de tan magnífico artículo que se nos presenta en ATRIO. Si lo llega a leer alguna vez ( supongo que no lo hará, pero alguien leerá mi historiuca ) se dará cuenta de la gran RAZON que aporta en su artículo. Intentaré demostrar los argumentos de Pascual Serrano a través de una historia personal. ( que espero nadie se atreva a negarme, por motivos de FE.)
     
    Vaya en otra entrada. ( será después de mi hora del Txakolí.)

  • Iñaki S:S,

    Cuando leo la palabra hipocresía voy corriendo a mirarme al espejo y no salgo nada contento. No puedo evitar la sensación de estar atrapado en un engranaje que me agobia un poquito.., bastante. Y el caso es que me he hecho viejo sin encontrar la fórmula para escapar de semejante trampa. El truco de refugiarse en una relativa pobreza individual, estando respaldado por la relativa riqueza de la comunidad en la que vives, sea familiar o de otro tipo, no me consuela. Mi educación ha sido jesuítica. Pues bien, aunque con mas o menos intensidad he mantenido y sigo manteniendo contacto con la Compañia, durante mas de 60 años, ( Antiguos alumnos del colegio, Alboan, compañeros de curso jesuitas, profesores, etc.), no he acabado de entender el voto de pobreza individual de la mayoría de jesuitas que he conocido. Aún admitiendo que en la Compañia también hay dos almas, (los Ellacuría que se dejan la piel por un lado y los Martinez Camino que se cobijan en las faldas de la ICR por otro), la realidad es que me parecen “pobres” que viven como “curas”, sin que les falte de nada en los magníficos edificios de la comunidad. Yo le he preguntado a uno de ellos, muy buen amigo mío desde los 8 años, ..¿Por qué no os vais deshaciendo poquito a poco de vuestro inmenso patrimonio?. Hasta hoy sigo sin respuesta. Es como si eso de …”vende lo que tienes, reparte el dinero entre los pobres y luego ven y sígueme”, fuera pura retórica. Seguir, si que dicen seguirle al Galileo, pero sin desprenderse de la mochila del inmenso patrimonio comunitario. ¿Se puede llamar a esto hipocresía?.
    No es mi intención lanzar piedras contra nadie. Mas bien exhalo un S.O.S, para ver si consigo “desagobiarme” reinterpretando mi propia hipocresía.

  • mª pilar

    Más claro:     ¡¡¡Imposible!!!

    Solo una llamada de atención:

    No todos los que trabajan por las demás personas hacen “caridad”.

    Presentan proyectos que quienes necesitan de ellos elaboran con ayuda de personas que pueden presentarlos (siempre con algunos representantes del lugar) y si los consiguen:

    “Son los que lo presentan, los que tiene que llevarlos adelante.”
     
    lo único que se exige, es, un  supervisor/a, para que aquello que reciben para un determinado proyecto, no se diluya en manos ajenas a el… porque esto suele suceder.

    Que los gobernantes, empresarios (quizá no todos) los que tiene bienes ¿conseguidos cómo..? y las altas esferas, les importa un bledo el sufrimiento de los despojados de todo derecho.

    Es, como el pez que se muerde la cola… si los exploto, no les pago  un sueldo justo ¿cómo pueden salir de la pobreza…?

    Y seguimos sin hacer nada que suene de verdad.

    mª pilar

  • Yo llegué a un país africano en el ya lejano año 77 y el presidente de aquel país  (un buen católico por cierto,  que ahora los obispos quieren beatificar, pero lo van a tener crudo porque era de izquierdas…) decía que el trabajo caritativo de los misioneros era contraproducente porque rendía a la gente minusválida. En vez de trabajar ellos mismos para salir de su miseria dependían de las ayudas que nosotros les dábamos, en ropa, comida o asistencia médica. Nuestro fervor caritativo les servía para apagar las necesidades primarias y no a todos. Su dependencia aumentaba día a día…
    Pero lo peor es que el los ingresos de los impuestos estatales iban a repartirse entre los políticos que hacían poco o nada para sacar a sus congéneres de la miseria. ¿Os suena esta campanilla?
    Me parece que la historia se repite, y qué casualidad en una población que hasta hace pocos años no hubiera soñado con una situación semejante.
    A veces me avergüenzo de pertenecer al grupo de los “donantes”.
     
     

  • oscar varela

    Hola!
     
    Hay “crisis” cuando algo
    -a lo que estábamos habituados-
    nos “falla”.
     
    Estábamos habituados a que
    Deus charitas est”.
     
    Estimo que esta es la “falla
    de la que se dio cuenta El Galleo.
     
    Cuando se dio cuenta
    empezó el baile;
    y lo hicieron zapatear.
     
    No solo los Poderes políticos y religiosos;
    también los Mov. Reformistas (Bautistas y violentos)
     
    Dios y Su Misericordia
    (con todo su espectro de nombres)
    sería lo que “falla
     
    Darse cuenta de ello
    y “ser adulto”
    es una misma percepción.
     
    ¡Voy todavía! – Oscar.
     
    Nota: al Galileo le “falló” el A.T.
     
    ¿Habrá que comprender
    que el N.T. también está “fallando”?
     

  • roman diaz ayala

    La filantropía pude convertirse en hacer justicia, en actos de beneficencia, pero no tiene que ser siempre necesariamente  “caridad” (Charitas, agape), porque ésta  siendo un sentimiento tiene de raíz una naturaleza distinta.
    La caridad forma parte de la naturaleza divina (Dios es amor) y es algo más que un sentimiento de benevolencia.
    Resulta fácil reconocerla dentro de una comunidad viva, porque no establece barreras, ni grados entre el dador y el beneficiado, es un pleno compartir. Es lo más parecido al amor entre dos esposos. Aunque parezca un contrasentido el mayor beneficiado es el dador, porque canaliza lo que está dentro de la naturaleza de Dios, como en un acto de justicia.
    román

  • Agustín O.

    Desde el evangelio y la iglesia no se pueden separar la caridad y la justicia, que van consustanciamlmente unidas; solo una mal entendida caridad, desde un burgues paternalismo-asistencialismo de beneficienia humillante: no ve que el amor verdadero se realiza en la justicia con los pobres, en la caridad política que transforma el mundo con sus ideologías y estructuras sociales de injusticias, tales como el inmoral capitalismo con sus estafas como la crisis, con su desigualdad social e injusta de la pobreza, su explotación laboral, su inmoral sistema laboral, comercial y financiero, sus perversas guerras y destrucción ecológica.., como nos enseña la doctrina social de la iglesia.
    He escrito algo sobre esto por si les interesa: http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2012/12/18/entrana-de-la-fe-y-praxis-en-la-caridad-religion-iglesia-opinion.shtml
    http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2012/10/29/mas-filosofia-y-teologia-mas-alla-de-la-cultura-burguesa-religion-iglesia-opinion-agustin-ortega.shtml
    Un cordial saludo

  • oscar varela

    Hola!

    1.- Estimo que de esto ya nos hubo ilustrado
    con todo conocimiento de causa
    el Cumpa pepe sala.
    …………….

    ´La línea entre el oprimido y el opresor es muy difusa´ – Arturo Pérez-Reverte
    http://www.laopinioncoruna.es/cultura/2010/05/02/arturo-perez-reverte-linea-oprimido-opresor-difusa/380949.html
     
    -¿Ya no son posibles las revoluciones? ¿Ni siquiera con esta crisis que nos debería mover a salir a la calle a quemarlo todo?

    -En el sentido de salir y quemar ya no es posible. Ya no hay ‘bastillas’ que asaltar. Ahora el propio oprimido es cómplice del opresor. Juega a su juego. Si hubiese una revolución, hasta el obrero saldría a ver si han quemado su coche. Antes, los parias de la tierra no tenían otra opción. No podían elegir. Ahora hay mucha información, no hay víctimas inocentes. Todos somos cómplices de los canallas que nos manipulan. Esa línea entre oprimido y opresor es muy difusa. Por eso es más peligroso hablar de guillotinas, está todo más confuso. Sí tengo una profunda nostalgia de cuando estas cosas estaban claras, de cuando sabías bien contra quién disparar.

    -En la metáfora de la guillotina aún caerían muchas cabezas.

    -Habría muchas cabezas que cortar metafóricamente, sí. Algunas intento cortarlas en mis artículos.

    -Muchas de la Iglesia. Es usted anticlerical.

    -Yo creo que buena parte de los daños que ha tenido España se deben a que siempre hubo un confesor diciéndole a la mujer lo que podía hacer con su marido o diciéndole a un rey lo que podía hacer con sus súbditos. Me sitúo en el territorio contrario a que la moral católica condicione la vida social. De eso soy enemigo radical. La religión, tanto en el Islam como en la religión católica, es y ha sido un obstáculo para la modernidad y el progreso de los pueblos. Dicho lo cual debo decir que el estudio de la religión católica en los colegios es necesario. Somos hijos de un sistema. Sin la religión católica no concibes Occidente. Soy partidario de eliminar la religión como asignatura moral y partidario de imponer la religión como asignatura cultural.

    – ‘En Trento nos equivocamos de Dios’. Y seguimos.
     

  • En Canarias (más concretamente en la provincia occidental de Santa Cruz de Tenerife: islas de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro), en estas fechas navideñas se ha arbitrado un curioso concurso o sorteo: ya se han vendido 45.000 boletos para el sorteo… ¡de un puesto de trabajo! El premio es un puesto de trabajo.
     
    Pero fíjense ya en la cifra de boletos vendidos: sobre los 45.000. Pregunto, sin ánimo destructivo, creo, pero sí desde el asombro: este tipo de iniciativas ¿no juega con la desesperación de la gente?
     
    Yo al menos no puedo evitar sospechar que un poco sí; o bastante. Esto es: nada hay perfecto en este mundo, todo es mejorable, cierto, pero justamente por ello mismo, las cosas pueden hacerse mejor. Sobre todo cuando las cosas están muy mal, como lo están en España, no digamos en Canarias: la comunidad autónoma con más paro, junto con Andalucía y Extremadura (el Sur, que también existe…), de toda España.

  • ana rodrigo

    Me siento totalmente identificada con lo dicho en este artículo, porque, si siempre me ha preocupado la contradicción entre solidaridad y derechos, en este último tiempo me trae de cabeza.
     
    El dilema entre los derechos de las personas a tener lo necesario para vivir a partir de su trabajo por un lado, y que estas necesidades estén cubiertas por la solidaridad-caridad-beneficencia, por otro, es decir, justicia o beneficencia, es un dilema difícilmente compatible.
     
    La beneficencia ha cubierto tradicionalmente las necesidades de unas pequeñas minorías,  ya fuese de forma transitoria, ya fuese por la situación personal de personas con problemas graves de socialización, y que se ha valorado por lo que a estas personas se le resolvía,  
     
    Hemos tenido una época en que las políticas sociales, desde los derechos de las personas, parecía que iba por buen camino.
    El problema que tenemos ahora es que el gobierno se dedica a legislar para ayudar a la banca, y a legislar para recortar derechos en todos los ámbitos de vida política y social, empezando por los derechos sociales.
     
    Al gobierno, a los distintos ministros y ministras, no le ocupa ni les preocupa los millones de familias y personas individuales que lo han perdido todo. Eso lo cubren las organizaciones sociales a base de beneficencia-solidaria (digna de todo reconocimiento), a costa de humillación sin límites de tantísimas personas.
     
    ¿Dónde está el dinero que la ciudadanía hemos producido en los años de “bonanza”? ¿Quién y a dónde se lo han llevado? ¿Por qué la sra. Cospedad el año pasado, el peor de la crisis, ha ganado 128.000 euros netos (que sepamos) y aún no ha dimitido? ¿Por qué hay más de 300 políticos imputados por corrupción y aún no ha ido nadie a la cárcel?
     
    ¿¡¡¡Nos estamos acostumbrando a que el dinero público vaya para corruptos, mientras la solidaridad resuelva las necesidades básicas de la gente a costa de sus derechos!!!?

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