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Reforma laboral, teología y contabilidad

Publicamos este largo texto tal como lo envió su autor, nuestro querido metalúrgico jubilado, exdirigente nacional de JOC, sin poner presas de subtítulos al discurrir de su pensamiento ni mojones en su discurso. Pero al lector que se atreva a leerco con calma le aseguramos que encontrará referncias de actualidad como éstas:

  • El siglo XXI se desliza trágicamente hacia la bipolaridad enfrentada entre ricos y pobres, y la Unión Europea se ha dejado arrastrar por esa pendiente
  • El mercado planea y revolotea alrededor del planeta buscando la presa propicia sobre la que cebarse.

La reforma laboral establecida por el Real Decreto Ley 3/2012, creía que nos devolvía al siglo XIX, al estado en que la burguesía liberal había reducido a los trabajadores y que condujo a las revoluciones de 1848 y a la larga y penosa lucha de la clase obrera por su supervivencia y dignidad, hasta que leí en “piensaChile.com” un artículo enviado desde España informando que según este Decreto había que retrasar los relojes hasta la mañana del 15 de mayo de 1525, en que la rebelión campesina encabezada por Thomas Müntzer fue derrotada, muriendo 6.000 campesinos, pero, al retroceder la mirada, me salió al encuentro Espartaco, y la insurrección que encabezó el año 73 antes de Cristo, y Luis Vitale me informó de que la primera revuelta conocida de campesinos explotados, data de 1.750 a.C. y que la primera revolución triunfante de esclavos en la historia universal es la de Haití.

No estamos, pues, ante un problema coyuntural, ante una necesidad de trabajar más porque hay que levantar la ciudad destruida, ni ante una exigencia de austeridad porque las cosechas se han perdido. La solución a la actual crisis no está en ahorrarnos los 10.000 millones de euros que cuesta el Concordato, ni los 100 que se van con el Senado y los coches oficiales, aunque sean ahorros necesarios. Estamos ante una crisis profunda de civilización que arranca con el fracaso de los sacerdotes sumerios de administrar el grano obtenido y los trabajos a realizar, de forma satisfactoria para todos. La abundancia ensancha la comunidad y hace más difícil la justicia distributiva y ante las desavenencias acaba imponiéndose la ley del más fuerte. La sustitución de la contabilidad por la esclavitud rompió la armonía de las primeras comunidades humanas en las que la división del trabajo se orientaba a que cada uno diera según su capacidad y obtuviera según su necesidad. La palabra perdió su función integradora y fue, y sigue siendo, utilizada para justificar la opresión. La escritura superó los límites espacio-temporales del habla, por lo que se constituye en depósito de información y medio fundamental para la comunicación en comunidades cada vez más amplias, pero al precisar de iniciación específica y de recursos externos, queda expuesta a quedar bajo el control de una minoría que la utiliza en provecho propio y es objeto de manipulación y tergiversación, incluso en aquellos casos en que al proceder de reconocidos sabios y profetas es calificada de sagrada. Los esclavos encontraron que las guerras podían ser un camino de liberación si podían subirse al carro de los vencedores y esclavizar a otros, con el resultado de una sociedad psicópata y neurótica, profundamente escindida en oprimidos y opresores. Por eso Alejandro, a quien Séneca calificó de irascible, cruel y borracho, fue seguido por todos los griegos y sigue produciendo admiración aunque el resultado de su aventura fue que Grecia quedó bajo el dominio de Roma. Junto a Alejandro podría citarse a Napoleón, Hitler, Stalin y una larga lista de tiranos que tienen su razón de ser en la degradación humana implícita en la esclavitud.

La abolición de la esclavitud por Inglaterra en 1807 no obedeció a razones humanistas, sino para poder escoger quien resultaba más rentable a su industria. El paro, y la miseria que conlleva, es el mejor antídoto contra la reivindicación sindical. El Real Decreto Ley 3/2012 no hubiera sido posible con pleno empleo, y los cinco millones de parados no lo hubieran sido, si la población empleada española no hubiera pasado de 15 millones al inicio del año 2000, a 20,5 al final del 2007, un incremento sustentado en la inmigración y que no cuenta a los sin papeles, ni a los que murieron al hundirse sus pateras. Vinieron porque en España podían ganar en un mes, mucho más de lo que ganaban en su país en un año. España podía pagar eso, porque se produjo una gran corriente de dinero. Sólo la deuda externa de títulos privados paso, en miles de millones de euros, de 18 en 1999 a 637 en 2007, sin contar la gran cantidad de dinero negro que se blanqueó en la burbuja inmobiliaria. ¿Por qué vino tanto dinero y se invirtió en sectores auxiliares en lugar de hacerlo donde más se necesitaba? Actualmente está plenamente admitido que la economía financiera está extorsionando la economía real, (aquella que trata de los bienes y servicios que, para satisfacer sus necesidades y deseos, intercambian los humanos como consecuencia de la división del trabajo) envenenando el planeta y cosificando al ser humano, en una dinámica sin salida.

El problema es de una gravedad extrema tanto por sus consecuencias que alcanzan el ámbito de la criminalidad, como por su esencia pues afecta plenamente al sentido de la existencia en general y de la humana en particular. Es evidente que no vamos a resolver en cuatro líneas lo que la humanidad se ha venido preguntando en todos los lugares y tiempos, pero la extrema radicalidad alcanzada reduce la cuestión a una pregunta: ¿Es el egoísmo, el interés y la satisfacción individual, lo que ha conferido al ser humano el enorme poder alcanzado, o por el contrario, es la colaboración abierta y sinérgica la que ha generado al ser humano y a su poder, y la que le puede dar significado? La ciencia puede aportar datos incuestionables que es necesario considerar en la racionalización de la respuesta, pero no la resuelve en su dinámica vital. Así, lo que enfrentó a Sulston con Venter no fue que obtuvieran diferentes resultados en el desciframiento del genoma sino la pretensión de Venter de registrar como propiedad intelectual el mapa del genoma humano. Venter apostaba por el interés personal; Sulston por la colaboración general. Detrás de Venter está la poderosa industria farmacéutica que ha demostrado sobradamente que le importan más sus beneficios que la salud de la humanidad. Detrás de Sulston están los que saben que el desciframiento del genoma ha sido resultado de una inmensa colaboración difícil de cuantificar, en la que hay que incluir al español Severo Ochoa y a su mentor, Negrín. En una y otra opción se sitúan también los que critican y los que defiende a Obama por repartir cupones de alimentos entre los más de 45 millones de pobres estadounidenses.

Podíamos seguir citando casos que nos muestren quienes apuestan por su interés personal y quienes lo hacen por el bien común y por la colaboración y posiblemente nos encontraríamos con quien argumenta que trabajar por el bien común es la mejor forma de garantizar el bien personal, que la diferencia está en la inmediatez de la satisfacción. Pero a poco que analicemos tendremos que aceptar que toda satisfacción descansa en una previa colaboración y la más básica es la colaboración del ser humano con la naturaleza. El que rotura, cava, siembra, riega, escarda, abona la tierra, espera obtener un fruto que le de satisfacción. El que toma ese fruto sin haber roturado, cavado, sembrado, regado, escardado ni abonado, obtiene satisfacción inmediata, pero es evidente que esta opción no puede ser generalizada. La colaboración exige un sentido transcendente, una esperanza en un futuro que siempre tiene un componente de incertidumbre, que se reduce en la medida en que se puede contar con el apoyo de los demás.

Tradicionalmente el sentido de la transcendencia ha culminado en Dios, pero los críticos y los defensores de los cupones de Obama tienen en común que todos confían en Dios, e incluso lo manifiestan de forma ostentosa, hasta el punto de que la frase “In God we trust” (En Dios confiamos) está impresa en todas las monedas y billetes estadounidenses. Luego no parece que esa fe incline la balanza hacia una de las dos opciones. Tampoco en España parece que la fe ayuda a definir una respuesta a juzgar por la diferente actitud del Cardenal Rouco Varela y la Delegación Episcopal de Pastoral del Trabajo sobre la reforma laboral establecida por el Real Decreto Ley 3/2012.

Cabe una pregunta: ¿Qué entendemos por Dios? Las disputas de los teólogos por definir a Dios, sus intenciones, proyectos y formas de actuar, y el haberlo utilizado para justificar las guerras más atroces, no puede ser causa para perder la fe en Dios, sino para desconfiar de los teólogos y admirar la sencilla confesión del Jefe Seattle: El hombre no tejió la trama de la vida; él es sólo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a sí mismo… Después de todo, quizá seamos hermanos. Ya veremos. Sabemos una cosa que quizá el hombre blanco descubra un día: nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes pueden pensar ahora que El les pertenece lo mismo que desean que nuestras tierras les pertenezcan; pero no es así. El es el Dios de los hombres y su compasión se comparte por igual entre el piel roja y el hombre blanco.

Son las palabras de un salvaje, como él mismo se define, al que le resultará difícil comprender que sus palabras contienen más verdad que los millones de tomos escritos por teólogos, filósofos y científicos, porque brotan de un ser humano que no ha sufrido la profunda deformación que en la conciencia humana ha dejado la esclavitud y la construcción de civilizaciones en las que la fecunda labor de investigadores, trabajadores, padres cariñosos y amigos fieles, ha quedado entorpecida y ensombrecida por la rapiña, las guerras y las grandes y costosas obras al servicio de la egolatría de los poderosos. Quizá antes que pretender definir a Dios haya que comprender al ser humano. La estructura triuna del cerebro humano, descubierta en 1908 por Christofredo Jakob y divulgada a partir de 1945 por Paul D. MacLean, no sólo está ayudando a esa comprensión y a las profundas raíces que enlazan la civilización con las patologías psicópatas, sino que está empezando a mostrar que la trama de la que habla el salvaje tiene una estructura triuna que subyace a todo lo existente.

No es este el lugar para desarrollar la extensión y complejidad de esta trama, pero si es necesario señalar el hecho de que en los más oscuros recovecos de la conciencia del hombre blanco parece anidar una añoranza por una forma de vida como la del salvaje piel roja, por un pasado de sencilla y universal fraternidad al que algunos llaman la Arcadia, otros el Paraíso Perdido o Paraíso Terrenal. Las palabras del salvaje se escribieron en 1855, cuando todavía Freud no había mostrado la profunda y decisiva incidencia del inconsciente humano. Pero Freud se detuvo en la zona de la libido porque sus esfuerzos se dirigieron a curar los graves trastornos producidos por una moral sexual represiva. El contenido del inconsciente es mucho más complejo y se llena de contradicciones en la medida en que se incrementa la soledad del individuo debido a la exaltación del egoísmo. Un siglo antes que Freud, Adam Smith ya había puesto de manifiesto el poder del inconsciente. Fue en 1776 cuando escribió: Los individuos… no tratan de promover el interés público ni saben cuánto lo están promoviendo. Sólo buscan su propia seguridad, su propia ganancia, para lo cual se ven llevados por una mano invisible a promover un fin que no estaba en sus intenciones. Buscando su interés personal, suelen promover el de la sociedad más eficazmente que cuando pretenden promoverlo realmente… No es necesario un planificador; no es necesario que el Estado publique edictos para controlar los precios o dirigir la producción. El mercado resuelve todos nuestros problemas.

Es el texto sagrado de los liberales, que siguen manteniendo que el encuentro adecuado entre la oferta y la demanda es lo que asigna el justo valor a cualquier bien o servicio, siempre que una de las partes no disfrute de un monopolio o de circunstancias que le permitan fijar con ventaja el valor del intercambio. La práctica del regateo está muy arraigada en algunas culturas, pero están referidas al menudeo. En las grandes transacciones intervienen con frecuencia toda clase de violencia. Por otra parte, y como ocurre con todos los textos sagrados, las palabras de Adam Smith sufren las manipulaciones que pueden interesar a quienes controlan el flujo de la información. Y así se silencia que Adam Smith reconocía que toda la riqueza procede del trabajo y de la naturaleza, y se saca de contexto que su apelación a la libertad se produce cuando la economía está asfixiada por el corporativismo medieval. La manipulación va acompañada siempre de la hipocresía y el cinismo, y los mismos que defienden la libertad del mercado, se acogen al Estado para que dicte leyes tan severas como la que motiva este artículo o incluso se salten todos los principios democráticos modificando la Constitución Española con agostunidad y alevosía, y nombrando para administrar la crisis a quienes la causaron, como ha ocurrido en Grecia e Italia.

En cualquier caso, la trama de la existencia es la que es, y como dice el salvaje, no la tejió el hombre, por lo que su pretensión de administrarla según su conveniencia la desvía de su dinámica natural y acaba por volverse contra el ser humano. Es lo que ha ocurrido con todos los imperios, que no se han extinguido obedeciendo a un supuesto eterno retorno, sino porque han agotado sus posibilidades de expolio y se han ruralizado. La trama triuna del Universo tiende a una evolución progresiva como así ha ocurrido con la humanidad a pesar de todos los desmanes y finales derrumbes imperialistas. Pero hasta ahora esos desmanes afectaban a una parte de la Tierra, por lo que la naturaleza mantenía el poder de regenerarse y seguir avanzando. Ahora es todo el planeta el que está sometido a expolio, y con un poder y agresividad que hace temer que la naturaleza ya no tenga capacidad de regeneración, al menos con la rapidez que puede precisar la supervivencia humana. Es posible que la negativa a identificar el bien individual con el colectivo, nos conduzca a que todos los individuos, sin excepción, acabemos sufriendo la degradación planetaria. Para evitarlo es necesario y urgente regenerar a la especie humana. Es una tarea compleja y difícil que nos exige volver la mirada al origen, al momento en que se plantea la opción entre compartir o esclavizar. No son los tiempos del salvaje piel roja, sino los posteriores, los de los esfuerzos de los sacerdotes sumerios por desarrollar una contabilidad que regulara con equidad los trabajos y sus frutos.

Fue un fraile italiano, Pacioli, el maestro de Leonardo da Vinci, el que recuperó aquel saber y lo divulgó aprovechando la recién inventada imprenta. Tres fueron los frutos que produjo Pacioli: 1) “La divina proporción” que, como le ocurrió a Kepler, un siglo después, le permitió unir la fe con la ciencia en maravillosa armonía. 2) La traducción de “Los Elementos de Euclides” al latín y al italiano y la redacción de “Summa de Arithmetica” considerada la primera enciclopedia de matemática pura y aplicada. Fruto de esta tarea fue una floración de matemáticos italianos sin paralelismo en toda Europa, entre los que destacan Tartaglia, Cardano, Ferrari y Bombelli. 3) Una buena parte de la Summa está dedicada a la contabilidad, en donde por primera vez se presentan conceptos básicos como la partida doble, el debe y haber, el balance y el inventario. El interés que despierta hace que se publique nueva edición por separado. A Pacioli se le ha llamado “Padre de la contabilidad” lo que demuestra el gran vacío que ha existido desde los tiempos de las tablillas sumerias. Sus grandes seguidores van a ser los burgueses emprendedores para mejor controlar sus negocios. Nada que ver con su inicial función de justicia distributiva. Pero la trama de la vida tiene sus exigencias que cuando llegan a cierto extremo se hace evidente que hay que contar con ellas.

El 12 de marzo de 2012 la Comisión Europea aprobó una propuesta de contabilidad de las emisiones y absorciones de gases de efecto invernadero de bosques y cultivos que despertó el inmediato interés de los naranjeros valencianos. Es una propuesta que hay que situar en el marco de la contabilidad mundial y que ha derivado en un comercio de derechos de emisión. Su principal exponente es el Protocolo de Kioto de 1997, y las principales dificultades de aplicación radican en la negativa de Estados Unidos, el principal emisor, a ratificarlo. Esto es sólo una parte de las distintas contabilidades que se están desarrollando en las Naciones Unidas y que ofrece diferentes vertientes. Bastará con señalar el programa “Clasificación Industrial Internacional Uniforme” (CIIU) que sirve, entre otras cosas, de referencia para la confección en muchos países de su MIP nacional (Matriz Insumo-Producto) y a la Unión Europea para regularizar sus propias cuentas y superar las grandes diferencias que plantean problemas de comparabilidad de datos económicos entre países. También hay que destacar las matrices que se refieren a la situación cultural y a los parámetros que afectan al bienestar humano. Se podría ir más lejos y conectar todas estas matrices entre sí y que la matriz terráquea resultante conectara con la S-Matrix global universal que los especialistas en informática y mecánica cuántica están desarrollando.

Aquí y ahora nos debemos limitar a la contabilidad de la Unión Europea y en especial a la española. La Unión Europea ha establecido el Sistema Europeo de Cuentas Económicas Integradas, SEC95, que establece las reglas precisas para elaborar la contabilidad nacional, para lo cual agrupa las unidades que constituyen la economía nacional en sectores a los que asigna códigos específicos. El SEC95 se aplicó a la fijación de los criterios de convergencia de la Unión Monetaria Europea, así como a los del Pacto de estabilidad y crecimiento. Se aplica a la concesión de ayudas financieras y fondos estructurales a las regiones, de acuerdo con el desglose por regiones de la contabilidad nacional y para el cálculo de los recursos propios de la UE. España inició en los años 80 las Cuentas Regionales CRE, y al inicio de los 90, la Contabilidad Nacional Trimestral CNTR. Por otra parte, están las tablas I-O, Input-Output, que abarcan un conjunto de tablas interrelacionadas, que se pueden agrupar en varios bloques: las tablas de origen y destino, relación entre ramas de actividad y sectores institucionales. Todo esto queda fuera de la comprensión del ciudadano medio, pero no de los funcionarios que son los que lo hacen efectivo, por lo que lo importante es que todos compartan el mismo espíritu de colaboración.

Ese espíritu es el que inspiró la creación de la Unión Europea. Basta con comparar la primera y la segunda mitad del siglo XX para apostar decididamente por la colaboración. El hecho de que países que han mantenido entre sí numerosas guerras, acepten colaborar y reconocer una disciplina común, muestran claramente que la opción es la colaboración sinérgica, y que la competitividad debe asumirse como un estímulo a la superación, nunca como una confrontación. Este espíritu queda reforzado con el establecimiento de los fondos estructurales y de cohesión, pues consisten en una serie de ayudas comunitarias a las regiones de la Unión que están económicamente más deprimidas. También ese espíritu es el que hizo que la transición española de la dictadura a la democracia se tomara en todo el mundo como ejemplo de madurez política. Los Pactos de la Moncloa, establecidos por diez representantes de todo el abanico político, son un componente fundamental de esa transición. Una de las consecuencias fue el establecimiento del modelo tributario que hizo posible el Estado del Bienestar. Se trata de una contabilidad que tiene como entrada los impuestos que pagan todos los ciudadanos en función de sus ingresos y de su riqueza, y como salida el acceso a una enseñanza, una sanidad y unos servicios sociales que garantizasen un mínimo de seguridad existencial.

Pero el siglo XXI se desliza trágicamente hacia la bipolaridad enfrentada entre ricos y pobres, y la Unión Europea se ha dejado arrastrar por esa pendiente. La disolución de la Unión Soviética y el pragmatismo chino del capitalismo-comunista, ha hecho creer a los que aspiran a dominar el mundo a través del control de las finanzas, que había llegado su hora, y para ello cuentan con el apoyo militar, estratégico y tecnológico de Estados Unidos, la amplia aceptación del dólar y del inglés, y sobre todo, la amplia extensión de la ludopatía y la permisividad en los falseamientos contables. Uno de los casos paradigmáticos es el de la poderosa empresa energética estadounidense Enron, cuya falsedad contable le permitió anunciar beneficios de mil millones de dólares, para a los pocos días, el 2 de diciembre de 2001, presentar una quiebra declarando deudas por más de 30.000 millones de dólares. La investigación descubrió la maraña de sobornos e intereses cruzados que alcanzaban a las auditorías, los bancos, el Congreso y a los Bush, padre e hijo. La quiebra de grandes bancos que puso en jaque a todo el sistema financiero mundial tuvo una dinámica similar. El escándalo fue tal, que los grandes órganos de poder, como el G20, plantearon la necesidad de la transparencia contable y la eliminación de los paraísos fiscales. Pero desde que lo anunciaron en Londres, en abril de 2009, ningún movimiento efectivo se ha producido en esa dirección, sino todo lo contrario. El mercado planea y revolotea alrededor del planeta buscando la presa propicia sobre la que cebarse, siguiendo el ejemplo de George Soros cuando en 1992 puso de rodillas al Banco de Inglaterra, obteniendo cuantiosos beneficios sin aportar nada por su parte a la riqueza real. Parece ser que Grecia fue una de las posibles presas elegidas, porque reunía condiciones para el chantaje, debido a que falseó sus cuentas para entrar en el euro y las siguió falseando hasta que en octubre de 2009 cambió el gobierno de Caramanlís por el de Papandréu y descubrió que el déficit no era del 7% como habían asegurado, sino del 13,6 % del PIB, lo que estaba muy lejos del 3 % pactado por el eurogrupo. Pero la situación no es la misma que en 1992. El desarrollo de las potencias emergentes, está reduciendo la capacidad depredadora de Europa, situándola en una profunda contradicción: necesidad de austeridad, para no consumir más de lo que se tiene, y necesidad de consumo para mantener funcionando la maquinaria productiva.

Es evidente que no ha sido el pueblo el que ha provocado ni el déficit, ni la deuda, ni la crisis, pues no tiene medios ni poderes para ello, pero si que es el que está cargando con el peso de la corrección, tanto en el aspecto político, como económico y social. En el aspecto político, la pérdida de democracia se hace patente con la crisis provocada por el anuncio de Papandreu de convocar un referéndum para aprobar las medidas a tomar y con la designación como jefe del Gobierno, sin pasar por las urnas, a Papademos, un experto financiero que, como tantos otros, no supo o quiso ver las grandes mentiras financieras que provocaron los problemas que ahora debía corregir. Algo similar pasó en Italia e incluso en España, al nombrar como Ministro de Economía y Competitividad, gestor del Real Decreto Ley 3/2012, a Luis de Guindos que fue alto ejecutivo de Lehman Brothers, una de las prestigiosas financieras que desencadenó la crisis con sus mentiras contables.

La nueva situación ha dejado a los grandes partidos políticos con sus idearios totalmente obsoletos, pues todos pretenden un crecimiento económico continuado, algo que la actual globalidad hace imposible, puesto que los recursos del planeta son limitados. Eso no significa que no se pueda seguir progresando, pero tiene que ser en el ámbito cultural que se muestra ilimitado, de tal forma que el patrimonio personal no se reduce por compartirlo, sino que incluso se incrementa, al contrario de lo que ocurre con el patrimonio económico. La dificultad para establecer un ideario en el que la economía se oriente fundamentalmente a una adecuada redistribución de cargas y frutos, no reside en la valoración de lo que cada uno aporta y recibe, en lo que cabe admitir un amplio margen de error y un ancho de banda generoso. La cuestión está en la brutal, inmensa diferencia entre los que no logran reunir siquiera las calorías que precisa su cuerpo para subsistir, y los que consumen y destruyen, directa e indirectamente, millones y millones de esas calorías. Los dos son seres humanos enfermos; la enfermedad de los primeros se puede designar como ASCE (Abandono Social Criminal Estructurado), la de los segundos, como DAS (Derroche Absurdo Sicópata). El problema está en que todos los que se encuentran en la amplia zona intermedia, sienten más aversión que compasión hacia los que sufren ASCE, y envidia y admiración hacia los que padecen DAS, lo que hace que se tome a éstos como referencia ideal, incluso por parte de aquellos que son conscientes de que las penurias que sufren son producidos por el DAS, pues están afectados de una especie de Síndrome de Estocolmo, que hace que el oprimido se adhiera al opresor.

Bien es cierto que son muchos los seres humanos de toda condición social que sufren por la extrema y creciente desigualdad y se esfuerzan por reducirla. Su trabajo es especialmente notable en el alivio de los que sufren ASCE, pero imposible de afectar a los que sufren DAS mientras los que se esfuerzan por el cambio sean una minoría testimonial. Lograr una mayoría suficiente exige clarificar al máximo las alternativas existentes dentro de la indeterminación que el futuro conlleva, y entre las actuaciones a realizar hay que destacar el procurar el encuentro entre las dos grandes corrientes que han apostado claramente por la colaboración sinérgica: la religión y el comunismo. Esta colaboración exige, por una parte, una profundización en el hecho religioso, entendido como religare del individuo con el tiempo y el espacio en su proyección finita e infinita, superando los ritos y doctrinas que han rodeado lo esencial, y por otra, lograr que el comunismo corrija el desencuentro de Marx y Proudhon, para que éste aporte a Marx el humanismo que le faltaba según le recriminó el mismo Engels, y Marx aporte la mayor altura y precisión de su análisis. De este análisis conviene destacar su predicción de que la concentración capitalista llegaría a un punto que marcaría el cambio por el poder de los trabajadores. Este momento parece estar llegando, para lo que es necesario estar preparados. Esto, naturalmente, requiere específicos estudios, aunque conviene adelantar algunos aspectos esenciales: 1) El cambio tendría que ser cuidadosamente pacífico, aunque eso no pueda evitar la violencia de quienes defienden sus injustos privilegios, ni la de quienes, desesperados, la utilicen para intentar salir de su miseria. 2) La concentración capitalista es predominantemente virtual, pues el capital circulante en el mundo triplica la riqueza real. Así, por ejemplo, Gibraltar, con 27.000 habitantes, tiene registradas unas 60.000 sociedades mercantiles que, evidentemente, no responden ni a la riqueza, ni a la capacidad emprendedora, de los gibraltareños. 3) Los que administran tanto el capital virtual como el real, no son sus titulares, sino asalariados llamados a desempeñar un papel fundamental en el cambio si se logra desarrollar y compartir una antropología que sitúe claramente el lugar del ser humano en la existencia en general, y en la evolución de la Tierra en particular. 4) Si esta antropología llega a mostrar que el placer profundo y estable en el ser humano está ligado a la creatividad, el amor, la sabiduría, la paz y la austeridad, el cambio sería también profundo y estable.

18 comentarios

  • oscar varela

    Hola!
     
    En torno a LO TRIUNO con que nos regala don Pascual,
    pongo a disposición de los Cumpas atrienses el peculiar trato
    que Ortega y Gasset le da en “Vitalidad, Alma, Espíritu” (OCT2).
     
    La “peculiaridad” (estimo que única entre los que han tratado el asunto)
    consiste en el concepto clave de “excentricidad” que otorga al Alma.

    Entusiasmado Ortega de ver cómo la nueva Biología (JakobVon Euxkul) del primer cuarto de siglo XX le estaba dando a su idea de la Vida como heroica y multípara apuesta a “ir p’alante”, que no la “adaptación” al Medio (Darwin); igualmente sentía la incomodidad de la tal Biología, que hablaba de “coincidencias” entre el Yo y el mundo circunstante.
     
    Nocte dieque incubando” (traduzco: “soñando y rompiéndose el culo”) encuentra el vocablo-palabra en el cual poder volcar su búsqueda: No “coincidencia”, sino “excentricidad”.
    A continuación dos parágrafos del Artículo en cuestión. ¡Buen provecho!:
    ·····················
     
    CIENCIA, ORGIA Y ALMA
     
    Esta tripartición de nuestra intimidad en las tres zonas de vitalidad, alma y espíritu nos es impuesta por los hechos, y hemos llegado a ella sin otra operación que filiar estrictamente, como hace un zoólogo al clasificar la fauna, los fenómenos internos. Esos tres nombres, pues, no hacen sino denominar diferencias patentes que hallamos en nuestros íntimos sucesos: son conceptos descriptivos, no hipótesis metafísicas. Es cosa bien clara que en el dolor me duele mi cuerpo, que la tristeza está en mí, pero no viene de mi yo; en fin, que pensar o querer son actos «míos», en el sentido de que nacen de mi yo. El pronombre «mi» significa evidentemente cosa distinta en los tres casos. Porque mi cuerpo, objeto extenso y material, no puede ser <mío> en la misma forma que lo es la tristeza, y ésta, a su vez, no es «mía», de la misma suerte que una decisión emanada del yo en un creador acto de voluntad. Y, sin embargo, esa pertenencia a la persona, ese formar parte de un sujeto que el posesivo «mío» expresa, tiene lugar en los tres casos. Esto nos obliga, por lo menos provisionalmente, a hablar de tres «yo» distintos que integran trinitariamente nuestra personalidad: un «yo» de la esfera psicocorporal, un «yo» del alma, un «yo» espiritual o mental. Ahora bien el <yo> indica siempre un término central de referencia: el diente que duele no le duele al diente, ni la cabeza a la cabeza, sino ambos a un tercero, que es mi «yo» corporal. Los tres «yo» vienen a ser tres centros personales, que no por hallarse indisolublemente articulados dejan de ser distintos. Y tan distintos son que necesitamos representárnoslos con forma diversa unos de otros. El yo espiritual tiene, como sus actos, un carácter puntual. Yo no puedo pensar una cosa con una parte de mi mente y otra contraria o meramente distinta con otra, ni puedo tener a un tiempo dos voliciones divergentes. En cambio, pueden nacer en mi alma varios y aun opuestos impulsos, deseos, sentimientos. El yo del alma tiene, pues, un área dilatada y, como si dijéramos, una extensión psíquica, en cada uno de cuyos puntos puede nacer un acto emotivo o impulsivo diferente. Y como los sentimientos, deseos, etc., son más o menos profundos, más o menos superficiales, habremos de pensar el alma a la manera de un volumen euclidiano, con sus tres dimensiones.
     
    Este volumen esferoide del alma termina en una periferia que es el yo corporal, aun más francamente extenso, pero que no constituye, como el alma, un recinto cerrado y lleno, sino más bien una película de vario grosor, adherida de un lado a la esfera del alma; de otro, a la forma del cuerpo material.
     
    El descubrimiento de esta trinidad en la persona invita a preguntarnos cuál de los tres «yo» somos, en definitiva, y al intentar responder nos sentimos deslizados hacia consideraciones de grave sutileza, donde palpamos, como desde fuera, realidades y problemas de dramático sabor cósmico.
     
    Entendimiento y voluntad son operaciones racionales, o, lo que es lo mismo, funcionan ajustándose a normas y necesidades objetivas. Pienso en la medida en que dejo cumplirse en mí las leyes lógicas y en que amoldo mi actividad de inteligencia al ser de las cosas. Por eso, el pensamiento puro es en principio idéntico en todos los individuos. Lo propio acontece con la voluntad. Si ésta funcionase con todo rigor, acomodándose a lo que <debe sen>, todos querríamos lo mismo. Nuestro espíritu, pues, no nos diferencia a unos de otros. Lo que sí parece claro es que, al pensar o al querer, abandonamos nuestra individualidad y entramos a participar de un orbe universal, donde todos los demás espíritus desembocan y participan como el nuestro. De suerte que, aun siendo lo más personal que hay en nosotros —si por persona se entiende ser origen de los propios actos—, el espíritu, en rigor, no vive de sí mismo, sino de la Verdad, de la Norma, etc., etc., de un mundo objetivo, en el cual se apoya, del cual recibe su peculiar contextura. Dicho de otra manera: el espíritu no descansa en sí mismo, sino que tiene sus raíces y fundamento en ese orbe universal y transubjetivo.
     
    Porque, en efecto, sentir, conmovernos, desear, advertimos que son actos, en un pleno sentido, privados, individuales. El que piensa una verdad se da cuenta de que todo espíritu tiene que pensarla de hecho o de derecho como él. En cambio, mi tristeza es mía sola, nadie la puede sentir conmigo y como yo, ni cabe que varios pongamos los belfos en la misma corriente de alegría para abrevarnos de ella, como cabe que se nutran de la misma verdad seres innumerables.
     
    Se aclara algo más esta diferencia entre lo «privado» del alma y lo «público» del espíritu si descendemos nuevamente a la vitalidad, al alma corporal.
     
    Nuestro cuerpo tampoco vive sobre sí mismo y desde sí mismo. La especie, la herencia, son poderes extraindividuales que actúan en el cuerpo de cada individuo. Va éste como dirigido y prisionero de una fuerza externa a él y previa a él, que se manifiesta, por ejemplo, en los instintos. Son éstos un repertorio vital ya hecho, acabado, perfecto, que el cuerpo recibe como un actor se encarga de un papel preconcebido por el poeta. Todo induce a creer que si al fenómeno que llamamos vitalidad corresponde una realidad efectiva, ésta será como un torrente cósmico unitario; es decir, que habrá una sola y universal vitalidad, de que cada organismo es sólo un momento o pulsación. Ello es que los más agudos problemas biológicos no resultan inteligibles si no se supone esa vida única y armónica en todo el cosmos. (Por ejemplo: el hecho de la adaptación mutua entre especies diversas y, en general, la armonía entre «todas» las especies, sólo comprensible si un principio vital único ha organizado su conjunto, lo mismo que organiza el cuerpo de cada individuo). No es síntoma desdeñable el extraño fenómeno de que el ser vivo perciba desde luego la vida —que es cosa latente— de los demás seres vivos y asimismo la simpatía universal, la maravillosa comprensión que actúa entre todos los animales y es base inclusive de sus luchas y odios. (El odio entre razas humanas, el antagonismo entre especies infrahumanas, implica percepción de las diferencias vitales). En fin: las situaciones de máxima exaltación corporal, como son, la. embriaguez, el orgasmo sexual y la danza orgiástica, traen consigo la disolución de la conciencia individual y un delicioso aniquilamiento en la unidad cósmica
     
    El predominio del espíritu y el del cuerpo tienden a desindividualizarnos y, al propio tiempo, a suspender nuestra vida de alma. La ciencia y la orgía nos vacían de la emoción y del deseo y nos arrojan de ese recinto, desde el cual vivíamos frente a todo lo demás, sumidos en nosotros mismos, y nos vuelcan sobre regiones extraindividuales. sea la superior de lo Ideal, sea la inferior de lo Vital y cósmico. Pero aún podemos acusar con mayor realce este peculiar carácter recluso del alma.
     
     
    EL ALMA COMO EXCENTRICIDAD
     
    Contemplemos la vida del niño. Su alma apenas si ha comenzado a formarse y su espíritu no ha despertado aún. Las acciones que le vemos ejecutar, su existencia toda, están dominadas casi exclusivamente por el alma corporal. Si le comparamos con el adulto, nos parece muy próximo al animal, y, como éste, sin plena individualidad. ¿De qué centro emanan sus actos? En el niño, como en el animal, tenderíamos a no hablar de centro alguno, y juzgaríamos más adecuado decir que son meramente periferia. El niño va de acto en acto, como empujado por una fuerza externa a él. Estos actos se suceden y enlazan como los eslabones de una cadena, en que una pieza arrastra la otra; pero no emanan de un centro interior a él. El niño, como el animal, no se siente «frente» al cosmos, sino que es trozo del cosmos. No tiene cámara ni «recámara». Por esta razón, su existencia parece exenta de centro radiante. En realidad, niño y animal viven cósmicamente, y su centro es el mismo del cosmos, con quien maravillosamente coinciden. Tal coincidencia del centro animal e infantil con el de la Naturaleza es el hecho biológico en que se realiza nuestra idea de «inocencia».
     
     
    Opongamos a esta imagen de la vida pueril la del sabio tradicional absorto en su elucubración. El «sabio» es casi espíritu puro. Piensa. Y su existencia meditabunda tampoco está en su mano. La persona del gran matemático —recuérdese la leyenda de Arquímedes— tiene algo de fenómeno elemental, ajeno a la individuación e «irresponsable» como lo son el fuego y el viento. El sabio tampoco tiene en sí su propio centro de vida; también coincide con un centro sobreindividual: la Razón del Universo. El «sabio» es también inocente. El juego del niño y la tabla de logaritmos son igualmente «inocencias».
     
    Sólo el hombre en quien el alma se ha formado plenamente posee un centro aparte y suyo, desde el cual vive sin coincidir con el cosmos. ¡Dualidad terrible, antagonismo delicioso! Ahí, el mundo que existe y opera desde su centro metafísico. Aquí, yo, encerrado en el reducto de mi alma, «fuera del Universo», manando sentires y anhelos desde un centro que soy yo y no es del Universo. Nos sentimos individuales merced a esta misteriosa excentricidad de nuestra alma. Porque frente a la naturaleza y espíritu, alma es eso: vida excéntrica.
     
    Con el nacimiento del alma, alumbra el mágico hontanar de los grandes deleites y las grandes angustias. El mundo se hace incomparablemente sabroso sentido bajo esta nueva e individualísima perspectiva del yo excéntrico. Porque el mundo del cuerpo y el del espíritu son relativamente abstractos y genéricos. Pero los amores y odios dotan al cosmos de una topografía afectiva y le proporcionan modelado. (¿Se ha advertido la geometría sentimental que actúa en el hombre enamorado?) El mundo mostrenco, igual para todos, se hace entonces «mi» mundo privado.
     
    Mas, por otra parte, cae el hombre prisionero de su alma. La ciudadela, el hogar, son a la vez prisión y mazmorra. Quiéralo o no, tengo que ser yo, y sólo yo. Me siento desterrado del resto de las cosas y en una trágica secesión de la existencia unánime del Universo. ¿Soy un tránsfuga del mundo o un arrojado de él? ¿No es el alma —en el sentido que aquí doy al término— el auténtico pecado original de que habla el Cristianismo? Antes sólo había Paraíso, cuerpo y espíritu —coincidencia con el paisaje, que es por esto jardín, aunque sólo fuera campo—, coincidencia con los animales y hermandad con los astros: inocencia, en suma. Mas, después del pecado. Adán y Eva hacen un gesto que para un psicólogo es inequívoco: se cubren. Como todo gesto tiene un origen simbólico y representa en figuras de espacio lo psíquico, cubrir el cuerpo equivale a separarlo del contorno, cerrarlo, prestarle intimidad. A la intimidad y recinto excéntrico que es el alma corresponde ese gesto pudoroso. El hombre que siente la delicia de ser él mismo, siente a la vez que con ello comete un pecado y recibe un castigo. Diríase que esa porción de realidad que es su alma, y que ha acotado irremediablemente para sí, la ha sustraído de modo fraudulento a la inmensa publicidad de natura y espíritu. Queda así condenado, como Ugolino, a pesar eternamente sobre su presa, que es él mismo, y morderle sin descanso la cerviz.
     
    Todo hombre o mujer que llega a madurez sintió en una hora ese gigante cansancio de vivir sobre sí mismo, de mantenerse a pulso sobre la existencia, parecido al odium professionis que acomete a los monjes en los cenobios. Es como si al alma se le fatigasen los propios músculos y ambicionase reposar sobre algo que no sea ella misma, abandonarse, como una carga penosa al borde del camino. No hay remedio, hay que seguir ruta adelante, hay que seguir siendo el que se es… Pero sí, un remedio existe, sólo uno, para que el alma descanse: un amor ferviente a otra alma. La mujer conoce mejor que el varón este maravilloso descanso, que consiste en ser arrebatada por otro ser. También aquí la imagen plástica de arrebato, de rapto, deja rezumar el sentido de la oculta realidad psicológica. En el rapto, la ninfa galopa sobre el lomo del centauro; sus pies delicados no pisan el suelo, no se lleva a sí misma, va en otro. Del mismo modo, el alma enamorada realiza la mágica empresa de transferir a otra alma su centro de gravedad, y esto, sin dejar de ser alma. Entonces reposa. La excentricidad esencial queda en un punto corregida: hay, por lo menos, otro ser con cuyo centro coincide el nuestro. Pues ¿qué es amor sino hacer de otro nuestro centro y fundir nuestra perspectiva con la suya?
     

  • M.Luisa

    La cosa no es fácil pero si se me permite intentar, como dije ayer, hacer algunas aproximaciones entre “La Dinámica triuna” y “El dinamismo de lo real” tal vez se viera la confluencia a la que pudiera llegarse.  Sin embargo,   perdónenme,  pues no  será  como dije ayer  partiendo  desde distintas perspectivas, ya  que,  pienso que mejor será decir,   partiendo de modos distintos de afrontar el problema.
     
    Porque  así como  en el primer caso el objeto de estudio se centra en  el cerebro humano y en el segundo en el acto humano de intelección,   es indudable  de que uno sin el otro no puede faltar. Por eso pienso que de lo que se trata es de  la manera, modo, método, como se le quiera llamar con tal de que, como dice D.Pascual   la trascendencia no nos lleve a lo abstracto, pues ya  está dada  en la materia.

     
    Lo que me llenó de satisfacción  es la relación  que descubro entre esa zona del  cerebro límbico y la operatividad  centrada ahí  de la inteligencia emocional   que en la versión zubiriana  como es sabido esta  unidad intelectiva  más que emocional es sentiente. Es una diferencia que de alguna manera implica  subrepticiamente el problema de la opción. Lo cual es un  complicado  asunto que si bien  en mí pensar se mueve con cierta claridad si es verdad que se me hace muy difícil  de explicar. Tal vez con un ejemplo, utilizando el mismo  de D. Pascual. Nos dice:  Son los sentimientos lo que hizo que Roosevelt dijera en 1933: Prefiero  rescatar a los que producen alimentos que a los que producen miseria. Es decir  la opción  sólo se nos presenta  en la dimensión de realidad de las cosas que es donde actúa la libertad  no cuando estas las objetivamos pues al reducir la realidad en objeto  la objetividad cierra toda preferencia. 

    Otra aproximación es la del  estudio de la realidad triuna del cerebro según la cual hay tres cerebros en uno: reptiliano, límbico y cortical  con  la de, a mi modo de ver, el estudio noológico zubiriano    del acto humano  de intelección. El cual, también   siendo uno consiste en tres momentos: el momento de aprehensión, el momento del logos y el momento de la razón. Lo más curioso de todo ello es lo coincidente a la hora de establecer  entre las  dos visiones el  paralelismo  según el cual la operatividad racional se centra en los sentimientos.
     
    Bien, lo dejo aquí, pero hay más,  mucho más….

  • X. Gundín

    Pascual Pont, 30-III, 13:17
     
    Aunque no tengan idéntico significado, con las palabras determinantes o condicionantes decimos aproximadamente lo mismo pq en la práctica  se nos presentan ambos casos y podríamos establecer que la diferencia entrambos es de grado. En ningún caso se pensaría hoy en el determinismo causal -fatalidad- de Laplace.
    A lo que interesa: en ambos casos  nuestra libertad está limitada por esas…..determinaciones o condicionantes. No pq seamos autómatas, eso es claro, sinó pq el número de opciones es finito, ¿o no?.
    La finitud del número de opciones estará determinada -¡otra vez la palabra!- tanto por las leyes físicas -nuestras opciones, si han de ser reales, no podrán salirse dellas- como por nuestra personal capacidad para manejar las situaciones en las que hay que decidir -y aquí intervienen las determinaciones, perdón, condicionantes, genéticas, históricas, culturales, etc… ¡Y de que forma intervienen!. Llegan al punto de impedir decidir, o de tomar decisiones contrarias al propio interés, ¿o no?.
    Esto es lo que quiero decir con respecto a nuestra libertad de optar, que es de lo que se habla, creo.
     
     
     

  • M.Luisa

    Y tan complaciente sonrisa la mía al leerle D.Pascual!

    Porque no anda  muy lejos de  mis planteamientos  lo que leo  tras  su  comentario por lo que  le agradezco enormemente sus explicaciones. Por ejemplo,  porque no ver  en la   dinámica triuna el dinamismo de la realidad del cual  impregno  siempre que puedo mis comentarios.    Creo que  amabas visiones desembocan en  lo mismo aunque desde  distintas perspectivas.
     
    Ahora lo he de dejar, pero intentaré más adelante extraer aproximaciones

    Un cordial saludo

  • oscar varela

    Hola don Pascual!
     
    Gracias! Ha multiplicado la excelencia.
     
    En eso mismo estamos yendo.
     
    Mientras lo leía,
    me parecía ver la sonrisa complaciente de tanto Cumpas.
     
    1.- Lo Triuno me traía a Sheldon en su análisis de la Célula de vida;
    y a Ortega y Gasset en su “Vitalidad, Alma, Espíritu”.
     
    2.- La Nueva Antropología me sonaron al Proyecto de Jesús,
    según apreciamos los atrienses en la interpretación de Salvador Santos.
     
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Pascual Pont

    Continuando el diálogo con los que han aportado su comentario, quiero en primer lugar dirigirme a Mª Pilar García para mostrarle mi sentimiento por su corazón cansado. Tiene sus motivos, pero es necesario alimentar la esperanza, y como un pequeño aporte le sugiero que busque en Google la Ley Glass-Steagall, para ver que “otra banca es posible” y que “todos los políticos no son iguales”, que no son lo mismo Roosevelt que estableció esa Ley , que Clinton que la suprimió dejando el campo libre a la especulación generalizada y salvaje. ¿Qué es lo que hizo que Roosevelt se enfrentara a la gran banca? Posiblemente lo mismo que hizo que Sulston se esforzara por impedir que Venter registrara como propiedad intelectual el mapa del genoma humano.
    Según X.Gundín son las determinaciones genéticas, históricas, etc. Para mí no son determinantes, sino sólo condicionantes. No somos autómatas, pues siempre hay un fondo de indeterminación, de elección entre probabilidades. La mecánica cuántica ya desmontó definitivamente las tesis deterministas de Laplace. A situar lo mejor posible el lugar de la libertad acude la dinámica triuna, sobre la que M.Luisa y Oscar Varela se han interesado.
    El punto de partida se sitúa en 1908 en los estudios sobre el cerebro humano de Christofredo Jakob, aunque sólo será casi 50 años después, con Paul D. MacLean y Juan Fulton, que este concepto pasó a formar parte del cuerpo doctrinal de la comunidad científica internacional. Lo que descubre Jakob es que hay tres cerebros en uno, que han pasado a llamarse reptiliano, límbico y cortical. El primero se ocupa de los instintos y la vida vegetativa, el segundo de los sentimientos y el tercero del razonamiento. Los tres están profundamente integrados formando una incuestionable unidad, lo que hace que el cuerpo manifieste los desequilibrios o armonías existentes entre ellos.
    Esa condición del cerebro no ha sido sobrevenida sino que es consecuencia de la dinámica evolutiva universal que se manifiesta en los diferentes aspectos de la existencia. (energía, materia, información; sólido, líquido, gaseoso; inmanente, vinculante, transcendente; pasado, presente, futuro;…) Estableciendo los debidos paralelismos se pueden extraer importantes enseñanzas. Así, el cerebro reptiliano se sitúa en el pasado, y el cortical en el futuro. Sobre ninguno de los dos podemos operar, tan sólo sobre el presente, sobre el límbico. Por eso se le está dando cada vez más importancia a la inteligencia emocional. También la dinámica triuna rige en el ámbito social, aunque para su análisis se utiliza más lo sólido, líquido y gaseoso. Lo sólido son las estructuras y leyes que sostienen la vida social. Lo gaseoso son los proyectos y utopías. Las ONG y los movimientos de todo tipo que se esfuerzan por cambiar la sociedad, se sitúan en lo líquido.
    Es en el cerebro límbico, en los sentimientos, en el presente, en lo vinculante, en lo líquido, en la materia, donde se ejerce la libertad. Son los sentimientos lo que hizo que Roosevelt dijera en 1933: Prefiero rescatar a los que producen alimentos que a los que producen miseria. He subrayado el prefiero para señalar que se trata de una opción, con muchos condicionantes, pero una opción, como lo es el que el Gobierno actual español dicte la Reforma Laboral al tiempo que rechaza gravar las grandes fortunas.
     Los cristianos son los más obligados a descubrir y valorar lo triuno, puesto que se les ha revelado la constitución trinitaria de Dios. Pero tienden a situar a las tres naturalezas en una transcendencia abstracta y lejana para poder filosofar sobre ella, cuando el Padre es la inmanencia, el pasado, de quien recibimos todo lo creado y nuestro mismo ser, en cuanto que es creado. El Espíritu es lo transcendente, el futuro, que pertenece más a nuestros descendientes que a nosotros, y que por ellos hay que esforzarse para que sea mejor. El Hijo es lo vinculante, el ahora, el amor que sufre y lucha por el hermano hambriento y por el corrupto que prefiere el tener al ser, lo que le impide ser feliz y que lo sean los demás.
    Nueva antropología nos ha sido ya dada por el Hijo del Hombre. La cuestión no es académica. La Declaración Universal de los Derechos Humanos puede servir de referencia para todas las culturas y credos. No es una cuestión del cerebro cortical, sino del límbico, de los sentimientos. En mi artículo recurría a la contabilidad, porque una contabilidad bien hecha nos demuestra que el hambre en el mundo se puede suprimir ya, puesto que hay medios suficientes para ello. La contabilidad muestra lo que es y lo que puede ser, pero la unión entre ambos es cosa de la determinación humana.
    Cuando el 13 de septiembre del año 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobaba solemnemente la Declaración del Milenio, que tenía entre sus compromisos: Reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de habitantes del planeta … que padezcan hambre… estaba mostrando la falta de sentimientos de la burocracia mundial que le lleva a decidir que la justicia puede esperar. El que está muriéndose de hambre no puede esperar, para él no hay esperanza.
    Ese mimo año 2000 colaboré en la publicación de las cartas de un jocista que había muerto por una tuberculosis provocada por las condiciones de vida y trabajo, y en la presentación escribí: Cuando la sociedad de consumo se agosta en sí misma, los esquemas doctrinales se derrumban sin relevo y la gente se afana en correr angustiada hacia la nada, es cuando se está necesitado de descubrir que la Esperanza puede venir de la falta de esperanza. Esta necesidad puede ser satisfecha en gran medida por el testimonio que nos ha dejado Francisco Navarro. Sin estudios ni bienes, y con una enfermedad que le anunciaba una cercana muerte, su corta vida nos muestra la Verdad, que es sencillez y coherencia, que es afecto y bondad. La lectura de sus cartas dejan en el alma del lector una estela de paz, la profunda paz que irradia quien ha vencido a la muerte porque ha alcanzado ya la plenitud a la que está llamado el hombre. Pero al mismo tiempo, todo espíritu sensible tiene que sentirse golpeado por la amargura de constatar que no fue el Destino quien le mató, sino la injusticia y la miseria humana.
    ¿Qué podemos hacer quienes estamos siendo golpeados por esa amargura? Seguir el consejo del hijo de Mª Pilar, y ser fiel a nuestros principios, … vivir en coherencia con ellos … mejorar nuestro entorno … ayudar a los otros… confiar en la fuerza de la palabra …

  • X. Gundín

    Pascual Pont, 27-III, 11:41
    De Venter y Sulston solo tengo referencias de prensa. No entro en eso.
     
    Aclarado a quien -dices tu- que puede dar significado la relación colaborante abierta y sinérgica, y tambien -digo yo-, simultáneamente y por las mismas razones -haber generado el ser humano y su poder- los conflictos correspondientes a la dialéctica de las relaciones humanas.
    Que donde dije “complementarios” no quería decir ni amorosos ni siquiera armónicos y pacíficos.
     
    Dices que …el bien individual y el colectivo son complementarios…sujetos a una opción en donde se ejerce la libertad…….
    Bien, a mi entender el libre albedrío juega un limitado papel en esas opciones. Creo que hay una cuantas determinaciones que lo limitan: genéticas (según los etólogos nos informan), históricas, ambientales, familiares, educativas, etc.. que hacen que tanto o más que decidir libremente reaccionemos ante los estímulos.
    El asunto es teórico y angustiosamente práctico…pq nos equivocamos mucho en nuestras decisiones. Esto admite rectificaciones -mejoramientos- metodológicos, pero nunca perfectos…
     
    Me corriges con razón donde digo que carece de importancia que la concentración capitalista sea real o virtual…. con razón desde el punto de vista que enfocas. Yo hubiera debido explicar para quien y pq carece de importancia: para el capitalismo acumulador. Este, si se apropia de excedente, si extrae valor y lo acumula, cumple su función y es feliz. ¿Consecuencias?, ¿qué consecuencias?, ¿acaso las consecuencias producen excedente apropiable?…¡pues entonces!…
     
    No creo -te contradigo- que el sólo amor (sólo, lo pongo yo) haya generado al ser humano y su poder. Con excepción del miedo, que nos deshumaniza, somos construidos por todos los sentimientos, los que damos por buenos y por los malos también.
     
    Que los belgas sean capaces de pasar tanto tiempo sin gobierno prueba que los belgas son capaces de pasar mucho tiempo sin gobierno. Quizás pruebe también que están mejor sin gobierno, pero esto no es seguro.
    Que los asalariados de la administración belga hayan mantenido la estructura básica da esa administración prueba que a los burócratas, si no les das un sobresalto, siguen y siguen y siguen…
     
     
     

  • M.Luisa

    Ahora, con un poco  más  de tiempo disponible  haré una reflexión sobre este excelente artículo.

    Un escrito  que me lleva  a considerar  aún si cabe con más fuerza la línea  antropológica que  vengo defendiendo en donde  la colaboración sinérgica de la que nos habla el autor, a mi modo de ver,  su origen ya se encuentra  en la propia estructura del ser humano. Esta sinergia estructural   no  consiste  sino en actividad psico-física cuya acción  conjunta se caracteriza por obtener de  ella una realidad  superior (liberadora) una actividad plena, frente  al del  efecto de la simple suma  de las dos  partes   la psíquica por un lado  y la física por otro.
     
    La primera consiste en religación, la segunda en vinculación.
     
    Sin embargo,  esta unidad que religa, aun  siendo un hecho,  contraria y desgraciadamente ha sido el dualismo  lo que ha dominado y a partir de ahí es como  puede verse  no sólo  la diferencia  que separa  entre el modo de actuar  de Venter  frente  Sulston sino  que también, tal abandono estructural originario, ha dado como consecuencia  el  desgraciado fenómeno  existente entre  ASCD Y DAS.  Pero,  tal como señala D. Pascual, todavía hay más  porque,   paradójicamente,  a todo ello hay que sumarle aun la deriva del llamado Síndrome de Estocolmo fenómeno tan  sumamente difícil de resolver.
     
    Sr. Pont, gracias por su articulo.

  • mª pilar garcía

    Hace poco, hablando con uno de mis hijos, sobre la injusticia que esos “pocos” poderosos (menos mal que son pocos…) ejercen contra el resto de la humanidad, sin pudor alguno.

    Me respondió: Mama, esto es inevitable, el ser humano es libre y tiene que elegir, te pongo un ejemplo.

    A mi hijo le chiflan los coches: “Reúne a 20 personas, ofréceles (no recuerdo la marca) esos coches rojos que tanto desean y sueñan, y algunas condiciones que acatar.

    Habrá, quien no titubeará, directamente dirá ¡sí!
     

    Otros quizá piensen por un momento que no está bien, que es un precio alto a pagar.
     

    Quizá uno dirá que no acepta, y se volverá a su casa alegre por defender su derecho a no esclavizarse, ni esclavizar.
     

    Mamá, esa la historia del mundo; unos pocos, como pueden, siguen firmes en defender los derechos de todos, y se nota un poco, pero dan luz; el resto…
     

    Le comenté: Es muy triste lo que me dices hijo, porque entonces, este mundo no tiene solución; seguirá habiendo esclavitud, violencia, muerte, desprecio por todo aquello que para ese grupo de personas no tiene valor.
     

    Mamá, lo importante es, ser fiel a tus principios aun que las demás personas no lo hagan.
     

    Entonces ¡¡¡jamás ganará la justicia!!!

     
    Solo en pequeños núcleos, donde existan personas de buena voluntad que trabajen por el bien común.
     

    ¡No hemos avanzado nada!
    La ciencia va caminando más rápida que el ser humano; que está enfrascado en su deseo indomable de poseer.
     

    ¡Gracias por el art.! Mi corazón está cansado de tanta barbarie.

    mª pilar

  • M.Luisa

    No he  podido entrar antes, D. Pascual,  pero  también  para mí es un escrito excelente.
     
    Ahora no me puedo alargar   pero le rogaría que las preguntas  de  Oscar las expusiera aquí  mismo, pues estoy muy interesada también en ellas.
     
    Un cordial saludo

  • oscar varela

    Hola don Pascual!

    También su Comentario me parece SD.
     
    Me gustaría se explayara en dos interesantes recursos terminológicos que utiliza:
     
    1º) El concepto de “triuno
     
    2º) ¿A qué apunta Ud. con “Nueva Antropología”?
     
    ¿Quiénes la andan e-laborando?
     
    ¿En qué grado de desarrollo piensa que se encuentra?
     
    ¿En qué medida y proporción nos estamos “dando cuenta” de ella?
     
    ¿Qué “vigencia” y porvenir le ve que tenga en las Academias universitarias?
    …………..
    En caso que tales preguntas exorbiten el marco de Atrio
    ¿tendría la amabilidad de co-rresponderlas a la Dir. de mi e-mail
    Olgoscar05@yahoo.com.ar ?
     
    Gracias, porque estoy ¡Yendo todavía! – Oscar.
     

  • Pascual Pont

    Agradezco mucho los comentarios que convierten un artículo en un diálogo en el que encuentro la satisfacción de que Oscar Varela considere mis palabras Sin Desperdicio. Estoy de acuerdo con X.Gundin en que el bien individual y el colectivo son complementarios, pero no de forma automática, mecánica, sino sujetos a una opción en donde se ejerce la libertad. Y esto no es una cuestión teórica
    , sino que se presenta en la vida cotidiana, ante cada hecho concreto y es lo que enfrenta a Venter y Sulston. Yo pediría a X.Gundin que situara su comentario en este enfrentamiento para poder analizar sus diferentes consecuencias. En cuanto a lo que puede dar significado, es al mismo ser humano, a su razón de ser. Esto debería estar muy claro para los que se confiesan cristianos, puesto que el amor es el único mandamiento que les ha dado su fundador, y el amor es una forma de colaboración, al igual que la solidaridad. El amor, en sus distintas versiones de encuentro fecundo, es lo que ha generado al ser humano y a su poder. Es necesario releer el pasado, descubrir todo el horror que hay en las guerras, imperios y regicidios, para ensanchar la mirada a todo el proceso cósmico de encuentros entre partículas, átomos, moléculas, células, organismos pluricelulares y sociales, hasta llegar al ser humano y a su progreso transcendente a través del trabajo transformador, la palabra y la comunicación profunda, el cultivo (cuidar del otro), la domesticación (acoger en el domo), la escritura que supera los límites espacio-temporales del habla, la imprenta, que inicia la democratización y universalización del saber, la creciente división del trabajo que sitúa al ser humano ante la exigencia de extender la colaboración sinérgica a toda la Tierra y, por ello, ante una opción transcendente decisiva.
    No me he equivocado de lugar. Se que esto no es el paraíso y que tampoco es todavía el infierno, aunque con la actual dinámica vamos más hacia éste que hacia aquél. Se trata de una opción que no podemos consentir que esté en manos de unos pocos. Precisamente porque todos tenemos derecho a optar, hay que evitar la violencia que constriñe la libertad del otro. Es cierto que el cambio se presenta muy difícil, pero no se facilita con más violencia de la ya existente, sino con descubrir las raíces de la actual absurda y explosiva situación. Y sobre esto tiene una importancia decisiva el 2º y 3º punto que plantea X.Gundín.
    No es cierto que carezca de importancia el carácter virtual de la concentración capitalista. Si el hambre que pasaron muchos argentinos cuando el corralito, hubiera sido debido a que las cosechas se habían perdido y la peste diezmado el ganado, la solución hubiera sido mucho más difícil que la que se logró con un cambio de política monetaria. Bien es cierto que con este cambio hubo quien ganó y quien perdió, según a que lado tenían sus ahorros, y esta es la gran dificultad para racionalizar la estructura financiera mundial y la razó n de las maniobras de alta política especulativa y conspirativa para mantener, entre otras cosas, la función del dólar estadounidense como divisa mundial. La actual campaña de transparencia no llega a estas alcantarillas.
    En cuanto que la administración del capital virtual y del real la lleven asalariados, hay que distinguir dos cosas: 1) el hecho en sí, que es incuestionable, como lo prueba Bélgica que ha funcionado durante todos los meses que ha estado sin Gobierno, y son los que tienen que seguir manteniendo la estructura básica en cualquier cambio y 2) que acepten desempeñar un papel activo, incluso pionero, en el cambio radical necesario. Esta segunda parte es difícil y arriesgada, pero hay que tenerla muy en cuenta por varias razones: 1) Que el escándalo que provoca la extremada injusticia, sacude los sentimientos incluso de los que salen beneficiados, como demostró el rico hacendado estadounidense mostrando su asombro de que su secretaria pagara más impuestos que él. 2) Que estos administradores conocen mejor que nadie las mentiras y corruptelas que sostienen la injusticia y disponen de más medios para denunciarlas anónimamente. 3) Que el desarrollo de una antropología plenamente triuna permita un encuentro entre todas las culturas y la necesaria solidaridad mundial.
    Esta nueva antropología es la que debe clarificar los comentarios de Antonio Vicedo y Gabriel Sánchez (con los que estoy totalmente de acuerdo) y responder a la pregunta de Carmen. Hay que tener en cuenta que mi artículo respondía al hecho concreto de la Reforma Laboral promulgada. La problemática humana y social es mucho más amplia y compleja, por eso inicio mi escrito remontándome a Espartaco y los egipcios. Los europeos tenemos un pasado imperialista y esclavista que redimir y que está   en el origen de muchas psicopatías que se proyectan profundamente en la violencia familiar y de género y nos hace admirar a los que sufren DAS, en lugar de movilizarnos a favor de los que están soportando el ASCE. Esto es lo que impide actuar como sugiere Carmen.
     

  • Carmen(Almendralejo)

    En mi pueblo, un famoso empresario fue cogidoinfragantis en la compra de materiales robados en otras empresas.
    No fue solo este delito el que se le imputa al buen empresario, pero que curiosamente insolvente, tiene su empresa actual en Gibraltar…
    Esta ciudad es el puerto donde los grandes piratas y defraudadores de España, y otras naciones tienen a reguardo lo robado al fisco y a cada españ*l.
    Si esto se sabe, por qué no se actua? ¿Por qué siempre vamos a cargar contra la clase más desfavorecido y frágil.

  • Gabriel Sánchez

     Un enciclopedico articulo que dice muchas verdades, sin embargo, me voy a permitirme matizar lo que entiendo es la conclusión central, hacia la que apunta todo el razonamiento, y es que la cooperación humana…puede transformar un proceso historico que a esta altura resulta tragico…Con el autor, según interpreto de la lectura de este post, hay una relación entre lo personal y los social-cultural, que se alimenta biunivoca…Pero entiendo que existe algo que considero se dio en forma diferente… dice el ilustrado Jocista “Pero el siglo XXI se desliza trágicamente hacia la bipolaridad enfrentada entre ricos y pobres”

    Quienes hace por lo menos 500 años, hemos sido victima de la colonización, del desposeimiento y la expoliación, tenemos en su mayoria creo yo una visión diferente, gran parte del crecimiento economico de las potencias a traves de la historia, tuvo que ver con el desposeimiento de los de abajo…y de otros paises ricos en recursos y sometidos por la fuerza de las armas, nada nuevo, pero igual que ahora…Por lo que no es el siglo XXI, que enfrenta ricos y pobres, trabajadores y explotadores, los de arriba y los de abajo, esto forma parte de la dialectica historico, lo haya o no dicho por primera vez Marx…y causa escencial de esto nace en el corazón del hombre y de allí se generaliza al corazón de la cultura que retroalimento las sombras de cada uno, despertando la necesidad de poseer-acumular, que entiendo es parte de la raiz del mal…Y que el sistema nos muestra en lo que llamamos renta del capital…, si se quiere evolucionar hacía valores como “la creatividad, el amor, la sabiduría, la paz”, NO DEBEMOS OLVIDAR UN VALOR MINIMO, QUE ENTIENDO ES COMO DICEN ALGUNOS SABIOS, EL VALOR MINIMO DE LA CARIDAD QUE ES LA JUSTICIA…SIN ESTA TODO LO DEMÁS ES MENTIRA…y la Austeridad, practicada con JUSTICIA…es que se racionalicen los consumos, sin lugar a dudas, existen sectores de gente con alto poder adquisitivo que consumo y acumula tanto, que con una minima parte, se podría atender las necesidades de quienes carecen de lo necesario…Es decir auteridad en la justicia, es que los que poseen más, compartan…den parte de a los que tienen menos…y con respecto a la austeridad en la justicia conviene agregar que para asegurar rentabilidad se produce el doble de lo que se necesita para alimentar a todo el mundo, mientras que cientos de millones estan por debajo de la linea del hambre…austeridad en la justicia, significará terminar con la renta del capital…Y esto va más allá de los planteos marxistas, son un dato de la realidad…Porque el capital que crece al acumularse necesita más renta y esto crea la austeridad injusta, la de los de abajo…que no la de los de arriba…Tal vez, recien mucha gente en muchos lados, cuando la explotación de los de arriba les pone el pie en la cabeza, toman conciencia de una herramienta necesaria para leer la historia, es la lucha de clases, que el capitalismo neoliberal esta llevando al grado de guerra sin cuartel de clases, en esas condiciones parece muy poco probable una salida pacifica, no obstante ojala así pueda ser…Gabriel

  • Antonio Vicedo

    Muy buen artículo aunque, en mi opinión, el desequilibrio humano aparece por el desvío cultural al que es sometido el ser humano desde el ocaso de su infancia, y principalmente por la primera estructura social que ejerce decisiva influencia sobre él: la familia, a su vez ya estructurada en desequilibrio por la falsedad, conceptual y práctica, de la PERSONALIDAD HUMANA, por no considerar PERSONAS IGUALES a la ESPOSA y al MARIDO.
    Esta cultural clasificación circunstancial genérica , considerada como esencial y específica, ha abierto la brecha para toda concepción clasificadora de la PERSONALIDAD HUMANA.
    Ya podrá ser considerada la persona varón con valor, dignidad y finalidad fundamentales diferente a la persona hembra; y la de los padres, diferente a las de l*s hij* s; las de un* herman* a las de otr*s ; las de nuestr*s hij*s, a las de l*s hij*s de otr*s parientes , vecin*s, conocid*s, o alejad*s y desconocid*s.
    El troquel y la matriz cultural del concepto persona han quedado falseados y ninguna de las piezas personales presentará, desde ese troquelaje cultural, la calidad de LA IGUALDAD PERSONAL.
    La pater-maternidad se podrá considerar como una apropiación de la personalidad de l*s hij*s, desde la que se considerará normal clasificarl*s teórica y prácticamente por factores de dominio y no de relación esencial de IGUALDAD.
    La primera manifestación de esta falsificación personal y estructural ha quedado de manifiesto en cómo ha sido considerada la personalidad femenina, ya en el mismo contexto familiar.
    El paso a los otros condicionamientos por dependencia y en disponibilidad de medios, en virtud de de poder, no por lo que se ES, sino por lo que se TIEN,, es ya una vertiente resbaladiza en la que resulta poco menos que imposible evitar el descenso en valor, dignidad y libertad, y hacia ella nos empujan todas las estructuras de poder, urdidas  desde la falsa clasificación  DESIGUAL de la PERSONAS.
    Y es que si se habla de esclavitud socio-laboral vivida por la humanidad en diferentes épocas históricas y en distintas latitudes con desiguales consecuencias económico- políticas, no podemos negar que en lo esencial de la esclavitud: quitar a una persona su propia e inalienable libertad, esto no tiene su principio después de las tabletas de los sacerdotes numerios que, si vale para los modos económicos, no vale para las condiciones relacionales de las personas, ya muchas de ellas condenadas, desde los ancestros, a situaciones de carencia total de libertad y subordinación absoluta al yugo del poderoso
    Me había referido antes a que esta macabra, aunque casi inconsciente situación de interrelación personal no IGUALITARIA , nos afectaba a los humanos desde el ocaso de nuestra infancia y se consolida en la adolescencia para enquistarse en la adultez como una casi irrenunciable herencia, es porque, desde la familia, salimos con orientación COMPETITIVA y no SOLIDARIA,habiendo vivido la SOLIDARIDDAD FAMILIAR en IGUALDAD de y para todos los hij*s propi*s, . salvada, como excepción, la diferencia de género.
    La deshumanización de los sistemas de convivencia humanos tienen su contenido en la FALSA CLASIFICACIÓN DE LAS PERSONAS que, empieza siendo cultural, y termina en la estructuración más global y férrea por que la motivación relacional se basa en razón de la fuerza, como los seres de la selva o los mares, y no en la FUERZA DE LA RAZÓN.
    La aceptación teórico práctica de la DECLATRACIÓN  UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS FUNDAMENTALES como clima cultural universal y como marco de universal LEGALIDAD con efectivo  y correspondiente respaldo JUSTICIAL, será el modo de acelerar la trasformación NO VIOLENTA  de  injusta a justa  HUMANIZACIÓN de la HUMANIDAD.
    Mientras conceptual y prácticamente no se acepte la IGUALDAD DE TODAS LAS PERSONAS, a nivel de Humanidad, el cambio efectivo no se dará y los intentos se reducirán a brindis al sol, o a catástrofes acumuladoras de destrucción, violencias y muertes.
    La realidad de la selva o los mares no es la realidad humana, ni sus Leyes de vida son las humanas.

  • X. Gundín

    A las conclusiones finales:
    1) El cambio tendría que ser cuidadosamente pacífico, aunque eso no pueda evitar…
    ¿De verdad crees que el tal cambio puede ser pacífico?. Con los datos actuales mi extrapolación da como resultado una catástrofe gorda,  prolongada y nada pacífica. Mantengamos la esperanza de que aparezcan nuevos datos….
     
    2) La (supongo que actual) concentración capitalista es predominantemente virtual…..
    Carece de importancia: mientras permita apropiarse de valor para seguir concentrando. Es más, así lo prefieren; sin la pesada carga de producir y transportar mercancías y pelear con el personal. Producción de valor apropiable por generación espontánea…¡ale, hop…!.
     
    3) Los que administran tanto el capital virtual como el real no son sus titulares, sinó asalariados llamados a desempeñar un papel fundamental en el cambio si se logra desarrollar y compartir una antropología que situe claramente el lugar del ser humano….
    ¿De verdad crees que los altos asalariados administradores como grupo (excepciones personales aparte) van a desempeñar un papel fundamental en tal cambio (¿qué cambio?) compartiendo (supongo que con los desheredados, desposeidos, precariados, ni siquiera proletarizados pues ni prole van a tener)  una antropología que…?.
    ¿Pq habrían de hacerlo?. Y ¿para qué?, teniendo en cuenta que si lo hacen dejan de ser administradores por cese inmediato.
     
    4) Se comenta solo: eso es el paraiso, Pascual, que te has confundido de lugar.

  • X. Gundín

    Pascual, preguntas: ¿Es el egoismo, el interés y la satisfacción individual lo que ha conferido al ser humano el enorme poder alcanzado,
    o por el contrario,
    es la colaboración abierta y sinérgica la que ha generado al ser humano y a su poder, ……?.
     
    1) Sugiero cambiar la disyuntiva “o por el contrario” por la copulativa “y“. A mi entender egoismo, interés y satisfaccción individual son complementarios (y no alternativos, incluso cuando se establece conflicto entrambas partes) con la colaboración abierta y sinérgica. No hay pues que escoger una de las partes rechazando la otra, sinó aceptarlas ambas simultáneamente como naturales, legítimas y válidas, gobernando las contradicciones que se presenten.
     
    2) ,….y la que le puede dar significado?.
    ¿A qué le da significado?. Entiendo que al enorme poder alcanzado. ¿Entiendo bien?.
     

  • oscar varela

    Hola!

    Artículo “SD” (Sin Desperdicio)

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