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Muerto a los 90 años el teólogo John Hick

No era muy conocido en España este teólogo inglés quien desde la última guerra mundial acercó el cristianismo al mundo moderno, en continuo  diálogo con los no creyentes y con las otras religiones. Nosotros lo hemos conocido a través de los amigos de Koinonia que ha procurado la traducción y difusión de alguno de sus libros –sobre todo «La metáfora de Dios encarnado»— y que hoy nos ha enviado esta nota con enlaces para poder obtener más información sobre Hick. Abrimos la posibilidad de que quienes han leído algo suyo valoren su aportación a la inteligencia del cristianismo.

• Acabamos de recibir la noticia del fallecimiento de John HICK, uno de los máximos exponentes de la teología del pluralismo religioso en su vertiente pluralista.

Con esta ocasión de su pascua, queremos hacer público -sea ésta nuestra primera «novedad»- su artículo «La no absoluticidad del cristianismo», inédito en castellano, que forma parte del libro colectivo The Myth of Christian Uniquenes, El mito del la unicidad cristiana, todavía no traducido al castellano. Se trata de un texto emblemático, que el autor presentó en la llamada “Cumbre Pluralista” que dio origen al libro. Colocaremos el texto en la RELaT en las próximas 48 horas, pero lo disponibilizamos ya aquí en formato rtf.

Puede visitarse su página oficial (www.johnhick.org.uk), y una presentación de sus obras, o la página de wikipedia sobre él.

Koinonia ha publicado anteriormente un texto suyo sobre «La metáfora de Dios encarnado» (en la RELaT 305, también en portugués), una selección de una de sus obras más famosas, su libro del mismo título, traducido por la colección Tiempo axial, disponible en las editoriales Abyayala (Quito), Claret (Barcelona) y Cálamo (Zaragoza).

6 comentarios

  • Javier Renobales Scheifler

    http://usuaris.tinet.cat/fqi_sp04/tesis_hick_sp.htm
    Las 14 tesis que nos facilita Miquel Sunyol, del libro de Hick, no tienen desperdicio:

    1.- Nuestros conceptos sobre Dios son construcciones humanas.
    La teología es creación humana: es el producto de hombres y mujeres devotos -casi siempre han sido hombres-, algunos de los cuales eran grandes intelectuales y pensadores -otros no lo eran tanto-, que estaban -como todo el mundo- tanto capacitados y limitados por presupuestos y por los recursos cognitivos de un tiempo y lugar determinados.
    2.- Jesús mismo no enseñó que él fuera Dios encarnado y esta importante idea es invención de la Iglesia.
    El Jesús histórico no reivindicó para sí el atributo de la divinidad (algo que sí sucedió con el pensamiento cristiano posterior) y es extremadamente improbable que Jesús se hubiera concebido como ser eternamente preexistente encarnado como un ser humano. Jesús no tuvo la pretensión de ser el Dios encarnado.
    3.- Debe ser rechazada la idea de encarnación que implica

    que Jesús personalmente pre-existe a su nacimiento en la tierra en alguna forma divina, o cuasi divina.
    una total interacción de lo divino y humano en Cristo.
    que Jesús ha sido y será la única encarnación y que está en una categoría distinta de cualquier forma de revelación (exclusiva y final).

    4.- El lenguaje de la filiación divina poseía un uso difundido en el mundo antiguo: el concepto de divinidad era definido de manera mucho menos clara que ahora, y las condiciones para su uso eran marcadas por exigencias mucho menores.
    Puede presumirse con seguridad, que si el medio en el cual la teología cristiana se desarrolló hubiese sido hebraico y no griego, ella no habría producido una doctrina de la encarnación tal como ésta es tradicionalmente comprendida.
    5.- En el Concilio de Nicea (325), convocado por Constantino, la Iglesia, por primera vez, adoptó oficialmente, de la cultura griega, el concepto no bíblico de “ousía” (ouvsi,a) declarando que Jesús, como el Dios Hijo encarnado, era “homoousios to patri” (ovmoou,sion tw/| patri,), de la misma sustancia que el Padre. 
    Más tarde, el Concilio de Calcedonia (451), meramente afirmó que Jesús era “verdaderamente Dios (Qeo.n avlhqw/j) y verdaderamente hombre (kai. a;nqrwpon avlhqw/j)”, sin tratar de decir cómo es posible semejante paradoja.
    La fórmula pone ante nosotros un “misterio”, pero no un misterio divino, sino un misterio que ha sido creado por un grupo de seres humanos reunidos en Calcedonia.
    6.- Todos los intentos para tratar de darle un sentido inteligible a la idea del Dios-hombre fallaron.
    Hasta ahora ningún concepto literal de encarnación divina ha demostrado ser viable. Todas las tentativas de explicar la fórmula dogmática se han revelado como religiosamente inaceptables. La voluntad de encontrar sentido a toda costa a la idea de la encarnación divina lleva a un enredo de consecuencias inadmisibles, con implicaciones inaceptables.
    7.- Junto con el hecho de que la doctrina de la encarnación no fue enseñada por Jesús, y el hecho de que nunca ha sido formulada de una manera viable, se debe añadir el reconocimiento de que está inevitablemente expuesta a ser utilizada abusivamente por causa de la naturaleza humana caída…
    Antisemitismo, explotación colonial, patriarcado occidental, superioridad cristiana ante otras religiones se han validado apelando a la doctrina de la encarnación.
    8.- El reclamar implícita o explícitamente por parte del cristianismo una superioridad única como foco central de la actividad salvadora de Dios sobre la tierra, ha llegado a ser algo cada vez menos creíble en el contexto de la conciencia mundial de nuestro tiempo.
    Ya no puede ser un dogma a priori que Jesús es el punto supremo de contacto entre Dios y la humanidad.
    9.- Cuestionar la idea de Jesús como encarnación literal de Dios implica también cuestionar la idea de Dios como la de literalmente tres personas en una (la doctrina de la Trinidad se deriva de la doctrina de la encarnación).
    Si Jesús fue Dios en la tierra, también tiene que haber sido Dios en el cielo, de manera que la teología cristiana requería por lo menos en este sentido una doble divinidad. Cuando el Espíritu Santo, no diferenciado en un principio del espíritu de Jesús, fue añadido como una hypostasis distinta, la doble divinidad se convirtió en trinidad.
    10.- Debemos encaminarnos hacia una re-comprensión de la actividad de Dios en la vida de Jesús que sea compatible con la nueva percepción del cristianismo como un camino de salvación entre otros.
    La alternativa es una fe cristiana que tome a Jesús como nuestro supremo (pero no necesariamente único) guía espiritual, como nuestro personal y común líder, ejemplo y maestro, pero no como literalmente Dios, y que vea al cristianismo como un conjunto auténtico de salvación/liberación, entre otros, que no se opone sino que interactúa de mutuas maneras creativas con los otros grandes caminos.
    11.- El “pluralismo” reconoce la validez de la fe que se da en todas las grandes religiones, como auténticos caminos de salvación/liberación, independientes de la cruz de Cristo.
    Todas las grandes figuras religiosas han “encarnado” en diferentes maneras el ideal humano de la vida vivida de cara a la Realidad última.
    12.- Hasta ahora el discernimiento humano puede decir que las grandes tradiciones religiosas parecen ser contextos de salvación/liberación más o menos en el mismo grado.
    Dentro de las grandes tradiciones se lleva a cabo, y más o menos en la misma extensión, la transformación salvífica de la vida humana, individual, corporal, que va del destructivo egocentrismo hacia una nueva orientación centrada en la Realidad divina.
    13.- La idea de la encarnación, como metáfora religiosa o mito, comunica algo de capital importancia sobre Jesús, algo que forma las bases que distinguen la experiencia cristiana y su fe.
    La metáfora original de la encarnación [Jesús estaba tan abierto a la presencia de Dios que “encarnaba” un amor que reflejaba el amor divino] puede expresar la respuesta distintivamente cristiana a Jesús como mediador de la presencia salvadora de Dios, formando parte de un discurso idiosincrásico familiar de la comunidad, pero que no debe ser transformada en un dogma metafísico que supuestamente debería contener una verdad objetiva y universal.
    14.- El cristianismo es una más de entre una gran cantidad de percepciones diferentes de lo divino y Jesús era un gran profeta humano y siervo de Dios.
    Una fe cristiana no tradicional puede ser verdaderamente sencilla y al mismo tiempo profunda: creer que hay una Realidad última trascendente que es la fuente y el sostén de todo; que esa Realidad es bondadosa en relación a la vida humana; que la presencia universal de esa Realidad es reflejada (“encarnada”), humanamente hablando, en la vida de los grandes líderes espirituales del mundo; y que entre éstos encontramos que Jesús es nuestra principal revelación de lo Real y nuestra guía principal para vivir.

  • Ofrezco las “<a href=”http://usuaris.tinet.cat/fqi_sp04/tesis_hick_sp.htm”>”14 tesis de John Hick</a>” extraidas de su libro “La metáfora del Dios encarnado

  • Me quedo con estas palabras de Pedro: Señor, SOLO TU tienes palabras de vida eterna”.
    Saludos a todos ustedes desde el Peru.
    Lucho

  • Pascual

    Gracias, amigos de Atrio, por la triste noticia, aunque ahora pasa a formar parte de mis amigos interiores.-Conocía el pensamiento de este gran hombre, humanista y comunicador que ha pasado por esta bella cosa llamada Mundo, abriéndonos los ojos a muchos; y ¡con qué tino y agudeza! Los grandes hombre no se van nunca sino que se acercan más todavía a nosotros, que los abrazamos hoy con los ojillos un poco húmedos.-Gracias, amigos de Atrio.

  • Olga Larrazabal S

    Muy interesante.  Busqué en las direcciones ofrecidas, y encontré” El Carácter No absoluto del Cristianismo” donde se ve que Hicks al contextualizar el cristianismo en la historia, da cuenta de la manipulación de la que ha sido sujeto, para servir los intereses económicos de Europa.  Hicks es ciudadano británico y conoce bien la historia de su Imperio.  Y yendo por el camino de la humildad se encuentra con “los otros” aquellos cuyas tradiciones religiosas quedaron enterradas por los imperios coloniales.  También los T. de la L. rescatan este pensamiento, que yace bajo la historia endulcorada y que ahora nos la venden a través de la globalización, que no es otra cosa que la imposición de la cultura del vencedor y su modo de ver el mundo urbi et orbi.
    Y el vencedor es la “corporación”, no es ni siquiera el ser humano.Y quizás las espiritualidades de los pueblos de la tierra tengan mucho que aportar cuando estemos con el agua alcuello. Se admiraba mi abuela cuando llegó refugiada a Chile, de la generosidad de los pobres con otros pobres.  Como acogían a la vecina viuda con 7 hijos y un perro.  Y eso viene de los nativos, que no practicaban los 10 mandamientos oficiales, pero tampoco sabían de capitalismo ni acumulación, porque era un concepto que no manejaban.  Ahora todos perdieron la inocencia.

  • Jaume PATUEL

    El artículo es un gran regalo de una gran mente abierta, razonada y lógica. Cuántos aspectos que hemos creído típicamente o únicamente cristianos han sido mitos que al caer, liberan  aún más nuestra  capacidad  de pensar y situar en su justo lugar este gran hombe, que es Jesús, un hombre coherente consigo mismo hasta las últimas consecuencias. El artículo  de John Hick está muy relacionado con los trabajos de indagación que realiza el  Centro de estudios de las tradiciones de Sabiduria (CETR) en Barcelona que dirige  Marià Corbí. 
    La singularidad histórica del cristiansmo ciertamente no le da la singularidad ontológica  por encima de cualquier otra tradición. Toda transformación humana es manifestación de Dios o de la Realida Última 
    y hay que respetar si respeta, su explicación como una explicación y no la sola o superior explicación sobre las demás  tradiciones.
    Esperamos noticias de la traducción al castellano del libro de donde se ha sacado el presente capítulo.
    Ya abrió nuestras mentes, al menos la mía,  con su otro libro LA METÁFORA DE DIOS ENCARNADO, que aconsejo  encarecidamente. Un recuerdo de y con la unión interior  de Johh  Hick con el Espiritu o la Ultimidad.
    Una reevangelizacíon pide una reinterpretaciòn y ésa depende de la teologia de la cual parte. La teologia de la Ciudad de Vaticano no lleva a una reevangelización sino a una restauración puesto que la teología vaticana no tiene en sus premisas la situación cultural actual de pluralidad sino de fortaleza a encerrarse y fortalecerse aún más. Mantiene la premisa de forma implícita la superioridad del cristianismo sobre las demas religiones. Recordemos la postura del teólogo, devenido  papa, Ratzinger  en el encuentro de Asís.  
    Desde las bases se debe continuar elaborando reflexiones teológicas que sean respuestas práxicas  a la conyuntura actual global y crísica. Desde la cima de la piràmide vaticana no se ve ni se pisa el metro  cuadrado donde vive todo “Hijo de Dios”. 

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