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Excelentísimo Teófilo

Entre los personajes postergados en el trastero de los evangelios, Teófilo vela cubierto por una densa penumbra que ha imposibilitado descubrir su verdadera personalidad. Parece normal que su recuerdo haya caído en el olvido siglo tras siglo: él no figura en el plantel de actores que intervienen en el desarrollo de los hechos. Ni siquiera pertenece a aquella generación. Fue Lucas, unos decenios más tarde, quien incluyó su nombre en el prólogo de cada uno de sus dos libros (Lc 1,3; Hch 1,1).

Sin participación alguna en la acción, ni aun como personaje decorativo, Teófilo está plantado fuera del escenario, a la puerta, como un callado y humilde centinela observando el paso de multitud de personas que acceden al texto sin apenas reparar en su presencia:

  • “…he resuelto yo también, después de investigarlo todo de nuevo con rigor, ponértelo por escrito de forma conexa, excelentísimo Teófilo, para que compruebes la solidez de las enseñanzas con que has sido instruido” (Lc 1,3-4).

Verse nombrado de nuevo en la primera línea del libro de los Hechos (Hch 1,1) tampoco le ha valido a Teófilo para gozar de mayor notoriedad:

  • “En mi primer libro, querido Teófilo, traté de todo lo que hizo y enseñó Jesús desde el principio” (Hch 1,1).

A pesar de su nombre, del alto tratamiento con que se le distingue y del singular motivo por el cual se le menciona, Teófilo resulta todavía hoy un completo desconocido.

Aunque de entrada y a estas alturas pueda parecer insustancial tratar de saber algo acerca de su persona y ocupación, no está de más aproximarse al personaje por si guardara en su anonimato algún preciado tesoro que pudiera sernos útil a los que nos adentramos en el texto que él mismo leyó a conciencia hace ya casi veinte siglos.

Su nombre de procedencia griega, Θεόφιλος (amigo de Dios), constatado como tal nombre desde el siglo III antes de nuestra era, fue usado desde entonces con frecuencia e indistintamente por griegos y judíos. Su significado ha llevado a pensar que Teófilo no fue una persona real, sino un símbolo donde se aunarían todos los amigos de Dios o, acaso, un personaje representativo de la comunidad a la que Lucas se dirige.

Ahora bien, el adjetivo superlativo κράτιστος (“excelentísimo”) asociado al nombre (ambos escritos en vocativo: κράτιστε Θεόφιλε) favorece la idea de que Teófilo fue un ser histórico contemporáneo de Lucas. El tratamiento de excelentísimo habla de una persona significada por su preeminente posición o su destacada función. En el NT solo Lucas utiliza este calificativo. Lo hace en el libro de los Hechos para referirse a personajes históricos: a Félix, procurador de Judea (52-59/60 d. de C.) (Hch 23,26 y 24, 3) y a Festo, procurador de Palestina (59-62 d. de C.) (Hch 26,25).

A partir de estas referencias textuales no han faltado especulaciones tratando de identificar a Teófilo con figuras distinguidas de la época, si bien la única evidencia se reduce al título que el propio Lucas le concede.

La conclusión, aunque general, parece obvia: Teófilo era, según el registro del evangelista, un personaje de muy alta consideración.

Se ha llegado a pensar que podría haber sido el patrocinador de las obras de Lucas, aunque tal teoría no pasa de ser una simple conjetura sin base alguna en el texto.

Lo cierto es que ni el nombre ni el distinguido tratamiento resultan tan elocuentes como la razón por la cual Lucas le menciona. Su aparición se debe exclusivamente al hecho singular de ser el destinatario de sus dos importantes documentos, lo que indica el grado de confianza de Lucas en el personaje y la categoría personal de éste. A él van dirigidas las dos dedicatorias con que el evangelista abre cada uno de sus libros.

La primera, la que da entrada al evangelio, contiene un dato a tener en consideración cara a indagar en la identidad de Teófilo:

  • “para que compruebes la solidez de las enseñanzas con que has sido instruido”. (Lc 1,4).

Se trata, pues, de un hombre informado y formado. No recibe el evangelio de Lucas como material para su instrucción. Esa etapa ya la ha cubierto. Cabe pensar que con el de Marcos, la fuente principal usada por Lucas para construir su escrito. Su texto le servirá, según el evangelista, para que confirme la fiabilidad (ἀσφάλεια: seguridad, certidumbre, fiabilidad) de la enseñanza recibida. Su contenido es el mensaje del Galileo. La palabra usada para referirse a tal instrucción, λóγος, se emplea con frecuencia en los evangelios como término técnico para designar el mensaje o el proyecto de Jesús. El uso en plural del vocablo (λόγων: “de las enseñanzas”) habla, sin duda, de la amplitud y el detalle con que le fue expuesto ese mensaje.

En otra ocasión Lucas cita también a otro personaje instruido en ese proyecto. Lo identifica por su nombre:

  • “Llegó a Efeso cierto judío, de nombre Apolo, natural de Alejandría; era hombre elocuente y muy versado en la Escritura. Este había sido instruido en el Camino del Señor, hablaba con mucho entusiasmo y enseñaba con exactitud lo relativo a Jesús” (Hch 18,24-25).

En el texto destacan, entre otras, dos notas:

1) La formación de Apolo está referida al proyecto del Galileo (“instruido en el camino del Señor”). El término griego ὁδός (camino, andadura, viaje) alude a praxis e indica manera de entender y vivir la vida.

2) Apolo ha tomado opción por la sociedad alternativa y está capacitado para enseñar esa praxis con absoluta lealtad (“enseñaba con exactitud lo relativo a Jesús”).

Según la indicación de Lucas, Teófilo decidió también adherirse a la causa del Galileo y recibió una formación presumiblemente similar a la de Apolo. La segunda dedicatoria, la del libro de los Hechos, confirma que se trataba de una persona de probada fidelidad al proyecto con quien el autor mantuvo una estrecha relación de amistad y confianza:

  • “En mi primer libro, querido Teófilo…,” (Hch 1,1).

El nombre de Teófilo aparece en vocativo y precedido de la interjección ὦ (ὦ Θεόφιλε) que en el griego helenístico solía omitirse. Su presencia aquí no tiene carácter enfático, sino que sirve para mostrar el afecto con que Lucas se dirige al amigo. De ahí la acertada traducción: “querido Teófilo”.

Teófilo ofrece a Lucas una seguridad sin fisuras. Este cuenta con la absoluta certidumbre de que deja sus libros en las mejores manos. Hasta tal punto es así que incluso parece que hubiese escrito su evangelio exclusivamente para él:

  • “…después de investigarlo todo de nuevo con rigor, ponértelo por escrito de forma conexa…” (Lc 1,3).

Esta forma de hablar (“ponértelo por escrito”) indica cuando menos que Lucas deja la total responsabilidad de su manuscrito bajo custodia de su amigo.

Ahora bien, sería desacertado concluir que Lucas dirige el original y único ejemplar de su libro para uso personal de un solo individuo. Es cierto, como advierte el prólogo, que el autor ha pensado en Teófilo a la hora de escribirlo y lo tiene presente como depositario de su obra. Pero, sin duda, con la certeza de que Teófilo era la persona idónea para hacer llegar el mensaje contenido en sus escritos a un amplio universo humano. La historia ha demostrado el acierto de Lucas. Él escribió convencido de que Teófilo estaba preparado para entender las claves de su evangelio y, al igual que Apolo, tenía capacidad suficiente para transmitir su contenido con fidelidad.

La lógica conduce a pensar en Teófilo como un personaje perteneciente a una comunidad o grupo de comunidades de adheridos al proyecto del Galileo cuyo cometido en dicho colectivo tenía una relación directa con la recepción y la comprensión del manuscrito de Lucas.    

En el evangelio de Marcos encontramos un dato de especial relevancia en orden a penetrar en la ignorada identidad de nuestro personaje Teófilo. En un discurso del Galileo a los discípulos en el que les está ofreciendo claves de interpretación histórica, Marcos abre un pequeño paréntesis para infiltrarse como narrador y lanzar una advertencia al individuo encargado de hacer comprensible a la comunidad el mensaje contenido en un apunte cifrado de su escrito:

  • “Cuando veáis que el execrable devastador ha puesto el pie donde no tiene que hacerlo -téngalo presente el lector-, entonces, los que estén en Judea huyan a los montes…” (Mc 13,14)

Mateo (24,15), no así Lucas, recogió al pie de la letra el inciso de Marcos: Entiéndalo el lector (ὁ ἀναγινώσκων νοείτω). El imperativo νοείτω (Entienda o tenga presente) del verbo νοέω (percibir, reflexionar, entender) pone sobre aviso a alguien denominado lector instándole a esforzarse en saber interpretar los detalles en clave ofrecidos por Jesús en su discurso. El participio sustantivado ὁ ἀναγινώσκων (el que lee) del verbo ἀναγινώσκω (leer en voz alta) señala al personaje a quien va destinada la indicación.

Pero, ¿a quién se refieren concretamente Mateo y Marcos al dirigirse al que lee?

Es equivocado pensar que ellos imaginaban a una multitud de personas leyendo individualmente un sinfín de copias de sus manuscritos. En las primeras comunidades no resultaba fácil hacer copias de un texto de tales dimensiones ni encontrar a alguien que supiera leerlo. La gran mayoría de sus integrantes tenían acceso a su contenido a través de la persona que leía en voz alta para todos con el único ejemplar disponible. La función de lector/a constituía, pues, un servicio específico, imprescindible y de valor incalculable para la transmisión del mensaje y el desarrollo de la comunidad a la que iba dirigido.

El lector/a o el/la que lee en voz alta tenía encomendada la gran responsabilidad de servir de vehículo inteligente a un escrito pedagógico cuyas claves actuaban como guías para el perfecto entendimiento del proyecto del Galileo. Para tal tarea requería haber sido preparado/a previamente en la comprensión y la praxis de dicho proyecto. Se trataba, pues, de persona de probada confianza, conocedor/a en profundidad del texto y de los detalles con que el evangelista marcó su exposición. Es más que probable que el/la lector/a se encargara incluso de la custodia del texto y de elaborar copias del mismo.

El/la lector/a actuaba, pues, como un/a doble servidor/a:

a. del único Magisterio: el de Jesús.

b. de la asamblea a la que dirigía su lectura y explicaciones,

Su objetivo principal consistía, pues, en fijar un hilo directo entre la comunidad y el proyecto al que ella estaba adherida y representaba históricamente con su praxis.

Es comprensible, por lo tanto, que se tuviera en muy alta consideración el servicio de leer en voz alta a la comunidad. El libro del Apocalipsis, un texto con una fuerte carga simbólica que requiere una lectura inteligente, destaca por tal motivo al/a la lector/a nombrándole explícitamente:

  • “Dichoso el que lee (ὁ ἁναγινώσκων) y los que escuchan esta profecía y hacen caso de lo que está escrito en ella, porque el momento está cerca” (Ap 1,3).

El/la lector/a o el/la que lee en voz alta no se identificaba por su gran voz o sus aptitudes para recitar, sino por su capacidad para comprender. Comprender, eso sí, para explicar. El/la lector/a conocía en sus pormenores el mensaje de Jesús y sabía interpretarlo para la asamblea (ἐκκλησία; iglesia). Cada asamblea se regía exclusivamente por ese mensaje. Sus decisiones y su praxis no estaban sujetas a la intermediación de doctrina alguna. Surgían directa y libremente de la escucha y la comprensión del encargo del Galileo.

El/la lector/a no vivía adscrito al poder. Se desvivía para hacer real la alternativa al poder. En consecuencia, tampoco aspiraba a plantarse por encima del mensaje para dominarlo y manipularlo a su antojo. Su tarea se distinguía por la lealtad incorrupta a esa propuesta y a la asamblea de los adheridos a ella. Por eso su servicio gozaba de la más alta consideración.

Parece verosímil desde esta comprensión que Lucas entregara sus libros a un lector de categoría excepcional y se dirigiera a él utilizando un epíteto adecuado a la naturaleza de su quehacer:

Excelentísimo Teófilo.

De ser así, Teófilo habría salido de la espesa niebla que le ha ocultado durante tanto tiempo para mostrarse como figura representativa de una actividad de vital importancia para que las comunidades encuentren hoy la ruta a seguir. Ya no aparecerá como observador impávido de identidad impenetrable. Pertenece a los de casa y disfruta en ella de una posición de prestigio: la de fiel servidor de la asamblea. Ha resultado ser el amigo que invita e incita a recuperar una irreemplazable función en cada comunidad, la de excelentísimo/a lector/a.

El oficio del/de la que lee en voz alta a la asamblea no está asociado a liturgias ni a culto ni a espiritualidades ni a sacramentos ni a teologías ni a místicas ni a ascéticas ni a dogmas ni a dictado doctrinal alguno. Su cometido, laico, está vinculado a la explicación y enseñanza del mensaje de Jesús a su comunidad. Como respuesta a esa lectura, a cada asamblea corresponde desarrollar el proyecto en su momento y circunstancia histórica.

La misión de cada comunidad es práctica y social. Continúa la de Jesús. Radica en presentarse como alternativa frente al sistema injusto y como salida social a los abandonados. Su compromiso con ellos se concreta en un doble ofrecimiento:

  1. Ayuda total y desinteresada.
  2. Acogida en la sociedad alternativa.

El/la lector/a no posee competencia para dictar a la comunidad qué decisiones tomar o cómo programar el camino a seguir. Tal iniciativa corresponde por entero a la asamblea a la que él/ella pertenece y presta servicio.

Quizá Teófilo representa un eslabón perdido en la historia de los colectivos adheridos al proyecto de Jesús. Su rescate resulta necesario para que ni estructura ni persona alguna puedan escamotear el contenido del evangelio sin que el fraude quede a la vista.

La figura de Teófilo plantea, pues, la cuestión:

¿No será imprescindible reestablecer y dar prioridad a la excelentísima tarea de lector/a en las actuales comunidades cristianas?

Quizá sea la manera de que, sin abandonar la base, cada asamblea (ἑκκλησία) recobre altura, la suficiente para conquistar la libertad y el protagonismo que en propiedad les pertenecen.

32 comentarios

  • Santiago

    gracias Salvador por la aclaración..pero en realidad yo me dirigía al comentario de Rodrigo, del 30 de Noviembre, pues lo seguía leyendo a el porque me admiré de que pudiera escribir largamente en interrogaciones….y fue este párrafo el que trataba de comentar, hacia el final (30 de Nov. a la 1:18 a.m) dice: “¿De dónde sacas de lo que se trata es de que Felipe actuaba de manera personalista pero modifica para abandonar los modelos marcados por la institución (cual? el templo judío? la sinagoga? la iglesia “institucional””?)?…hasta aqui la cita….Entonces, apartándome un poco del tema quise hablar de la iglesia y los valores histórico cristianos que encierra, que son palpables a simple vista
    Por otro lado, es muy interesante haber escogido a Teófilo como objeto de tu ensayo evangélico…Siempre me ha gustado el evangelio de Lucas..El pertenecía a la primera generación de fieles antioquenos amaestrados por Bernabé..Pablo menciona a Lucas, llamándole su colaborador y médico querido (Col 4,14) y en la última prisión de Pablo, antes de su martirio, recuerda el Apóstol de las Gentes, agradecido, que “solamente Lucas está con el” (2 Tim 4, 11) Por eso Lucas tiene importancia, ya que no es, pues, un personaje mitólogico, sino el fiel amigo y compañero de Pablo, un personaje histórico…el que en su evangelio “canónico” desde el principio afirma que habia investigado escrupulosamente la tradición oral y escrita que ya existía, incluyendo la predicación y las cartas de Pablo, que anteceden a los evangelios escritos, seguramente para evitar la manipulación de los textos y ademas la deformación de los hechos y dichos que memorizaron los testigos presenciales sobre la vida de Cristo..incluyendo a su maestro Pablo de Tarso que a su vez “habia recibido” (1 Cor 11,23) la tradicion del Señor por boca de los mismos testigos presenciales que eran los Apóstoles..NO cabe duda que Lucas tenía el espíritu del investigador que para creer tenia que tener una base en la verdad…y es muy probable que Teófilo, su amigo, fuera -como tu afirmas- el encargado  de divulgar su importante obra a traves de la pública lectura de la misma…..un saludo cordial   de Santiago Hernández

  • Buenas tardes Rodrigo.
     
    El etíope eunuco representa las ideologías que marcan el modo de pensar y vivir ajenos al pensamiento y la cultura judía.
     
    El dominio de la lengua griega de Lucas le permitía precisar hasta el punto de haber indicado que se trataba de un judío de procedencia etíope. O, con algo de ambigüedad, de una persona venida de ese lugar. No lo hace. Concreta, en cambio, que se trata de un varón (en el texto original se lee literalmente: un varón etíope) y repite dos veces el término que alude al lugar de procedencia.
     
    Cuando entramos a analizar una composición de carácter figurado – en el NT hay más de las que pensamos y esta es una de ellas – hay que tener cuidado de no plantear sobre ellas cuestiones que supongan interpretarla con una lógica realista. Los resultados de esos planteamientos conducen al absurdo. En una narración de carácter figurado aparecen elementos cargados de ingenuidad cuya intencionalidad sirve exclusivamente a la pedagogía del relato. Un encadenamiento de interrogantes insistiendo en el realismo de tales elementos se cierra a captar su significado. Solo obtendrá destacar el hecho como ridículo. Hagamos un sencillo ejercicio sobre el siguiente versículo:
     
    “Iba de regreso, sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías” (Hch 8,28).
     
    ¿Cómo es posible que pudiera leer yendo de viaje en una carroza? ¿Cómo pudo conseguir una copia del profeta Isaías? ¿Cómo podía sostener un rollo tan inmanejable en esas condiciones? Si ya es difícil poder leer en un vehículo moderno viajando sobre el asfalto de una buena autopista, ¿Cómo podía hacerlo sobre una carroza tirada por caballos sobre malos y bacheados caminos de tierra? Y con el supuesto ruido de la carroza por esas rutas, ¿cómo se dice más adelante que Felipe pudo oírlo leer al profeta Isaías? ¿Iba gritando el etíope?
     
    Estas preguntas son lógicas, pero se sitúan en otro plano al de la composición y resultan improcedentes ante el sentido figurado.
     
    Para resumir:
     
    La clave del relato reside en el texto de Isaías que Lucas cita explícitamente.
     
    En la acción anterior de Felipe (Hch 8,4-13), escena titulada en la traducción de Mateos-Schökel: Personalismo del evangelista Felipe: Simón Mago, Felipe se significa por signos prodigiosos. La gente se adhiere a él por sus portentos, no por el mensaje que transmite. La magia de un tal Simón obtenía idéntico resultados  en la multitud (v.9).
     
    En su actuación con el etíope, Felipe, en cambio, sigue instrucciones marcadas de antemano. No habla del Mesías, como con los samaritanos (8,5), sino de Jesús (8,15). Pero, sobre todo, el punto de partida del mensaje es el del proyecto de un hombre ajusticiado por el sistema injusto. El fracaso aparente de ese hombre es lo que suscita el interés del etíope. El etíope comprende. Ahí no hay magias. El éxito pasa por el fracaso ante el sistema. Esa es la lección a aprender y el camino a seguir.
     
    Rodrigo, te agradezco que en tu punto nº 4 hayas citado literalmente palabras mías. Se te ha olvidado seguramente incluir el contenido de los dos puntos con que termina esa cita literal. Dicho contenido explica en qué sentido uso el término “institución”. Repito parte de esa cita e incluyo lo omitido. Así no se confundirá Santiago:
     
    “…Tendrá que salir de los esquemas marcados por la institución y hallar los valores auténticos:
     
    Vete por el camino que baja de Jerusalén a Gaza (Gaza significa en arameo: Tesoro)(v. 26)”
     
    La cita al completo (Jerusalén, centro de la institución judía) confirma mi referencia a la institución judía.
     
    Un abrazo

  • kaláa

    Hola Mª Luis ¡¡¡ Imagina!!!, Estoy haciendo una sopa…
    Y Nabokov, me pareció una opción excelente introducirlo en esta sopa. No te escandalices.
    Sólo estaba contando los ingredientes de que dispongo, y el hueso de  este autor, ya sabes porque lo habrás escuchado, me parece sufciente salado…Con lo cual, creo que no necesito echarle sal.
    Saludos.

  • M.Luisa

    Si te fijas Kaláa los diez puntos que señalas no hacen referencia a las cualidades que son a lo que  el maestro apunta  al preguntar a sus discípulos por ellas,   sino que responden  por el sujeto que las posee, de ahí la  insuficiencia porque  éste a su modo  las puede limitar.
     
    La cualidad  es  un carácter de la realidad misma (tu lo expresas en términos de tesoro) de ahí que tampoco se trate  de añadir nada.
     
    Volviendo ahora a la pregunta por las cualidades para ser un buen lector ya lo expresó maravillosamente hace días Mª Pilar: Escuchar, escuchar la voz de las cosas, la voz de la lectura que nos hablan de ellas, de la realidad de las cosas. El oído no sólo oye sino que escucha,  esta es su última función.
     
    Saludos

  • kaláa

    Gracias Rodrigo y gracias Salvador:
    Curiosos los significados de los nombres…                                    http://www.wikicristiano.org/diccionario-biblico/2013/gaza/
    Nabokov preguntaba a sus discipulos por las  cualidades para ser un buen lector?
    1.- Debe pertenecer a un club de lectores
    2.- Debe identificarse con el héroe o la heroína
    3.- Debe concentrarse en el aspecto socioeconómico
    4.- Debe preferir un relato con acción y diálogo a uno sin ellos
    5.- Debe haber visto la novela en película
    6.- Debe ser un autor embrionario
    7.- Debe tener imaginación
    8.- Debe tener memoria
    9.- Debe tener un diccionario
    10.- Debe tener cierto sentido artístico
    Un diccionario si que tengo, pero ya  dudo de que me sea útil por insuficiente.
    Aunque pienso que  si añado imaginación, supongo, que coincidiremos en que el  tesoro…..está guardado por   una fortaleza infranqueable.
    Saludos.

  • David

    Está claro que todo exégesis se ubica en algún lugar y surge de algún interés; tiene una perspectiva, un desde dónde y un hacia dónde, un para qué y un para quién. Pero todas reivindican la legitimidad de la interpretación o, lo que es lo mismo, la necesidad de confesar su relatividad histórica y cultural. Pero si la unidad es un requisito interno de toda creencia que aspire a la autenticidad, con mayor razón si se pretende tener un discurso sobre Jesús, no pueden eludir el problema de lo “uno y lo múltiple” en su campo específico.

  • Santiago

    No hay que salir de la “institución”…si la estudiamos diligentemente y sin prejuicios y con honestidad  vemos que TODOS los elementos del cristianismo estan presentes en ELLA….desde que verbalmente Cristo se dirigió a los 12 para que bautizaran, perdonaran pecados, celebraran la Eucaristia, curaran enfermedades, expulsaran demonios, santificaran el matrimonio…y “enseñaran” TODO lo que El dijo, a TODAS las gentes…. “hasta la consumacion de los siglos”….¿Y no es eso lo que se realiza en todo el mundo cada día? 

  • Rodrigo Olvera

    No entiendo por qué no aparece el subrayado. Lo que quise subrayar fue la frase “Tendrá que salir de los esquemas marcados por la institución y hallar los valores auténticos

  • Rodrigo Olvera

    Hola Salvador
    1) No pregunté si el etiope era extranjero, sino si representaba a la ideología extranjera (gentiles, paganos).  ¿La figura representativa es la de alguien que es portador de la ideología extranjera o es la de alguien que es portador de la religión judía? ¿Podía admitirse a peregrinar y adorar en el Templo a quien no fuera al menos converso judío sino que tuviera la ideologia extranjera?
     
    2) ¿O sea que el texto menciona que el mensaje cristiano (la sociedad alternativa) ofrece una satisfacción que no ofrecen ni la religión judía ni la ideología extranjera, pero al hacer eso no es parte de una disputa entre esas tres soluciones por presentarse como la adecuada? Más aún, ¿no hubo en los hechos históricos del nacimiento del cristianismo un periodo de transición constituído por la disputa tanto con el judaísmo como con el paganismo, hasta que finalmente el cristianismo se convirtió en la religión oficial del imperio romano?
    3)
    3.1 Dices que el hecho de que el texto, en el versículo 26, diga que salga de Jerusalem es señal de que Felipe no había dejado a la institución judía.
    Pero ¿no los bloques anteriores narran la acción de Felipe ya habiendo salido de Jerusalém?
    Además Felipe no está ubicado en Jerusalém en el versículo 25, quienes regresan a Jerusalem en 25 no es Felipe, sino los apóstoles Pedro y Juan enviados cuando supieron de las conversiones en Samaria.
     
    3.2 Contrapones hacer prédica y baustismo masivo a hacerlo individual. ¿Realmente el texto descalifica los bautismos masivos, cada vez que Hechos habla de que muchos se bautizaron? ¿¿¿En serio???? vamos!! Hay una notable insistencia en Hechos de señalar los bautismos masivos como evidencia de la acción del Espíritu de Dios con los apóstoles. Jamás se le menciona como una descalificación.
    Si el mensaje del pasaje es mostrar que no se trata de hacer próselitos -como equivocadamente estaba haciendo Felipe antes en Samaria- entonces ¿porque el resto de Hechos se dedica a mostrar cómo la predica de los apóstoles conseguía enormes cantidades de prosélitos? O ¿es que el mismo autor del libro de Hechos no entendió el mensaje del pasaje que escribió?
    La descalificación de la instrucción/predicación/conversión masiva y de la intención de hacer prosélitos me parece tiene que ver más con NUESTRO tiempo, por una parte a raíz del asentamiento del individualismo desde la época moderna, por otra parte por la crítica a la experiencia histórica de los abusos de la Iglesia e su afán de hacer prosélitos; pero sobre todo por la crítica a los recientes eventos masivos de los papas. Descalificación con la que estoy de acuerdo, sin necesidad de afirmar que ya estaba presente tal descalificación en la intención del autor del texto de Hechos.
     
    3.3  Por cierto, ahora lo que cuestionas es que hacía conversiones masivas tratando de hacer prosélitos. Pero lo que cuestionabas en tu respuesta a Kaláa antes, lo que habría modificado, era su “forma personalista de actuar”. Por fin… cual es lo incorrecto que modificó? el actuar de manera personalista? o fue el hacer predicación masiva? En cualquiera de los dos supuestos: ¿no dice el texto que siguió predicando solo después del encuentro con el etiope?  no el texto dice que siguió enseñando a los pueblos?
    El versículo 40 no apunta a que a partir del encuentro con el etiope, su forma de actuar fuera como con el etiope (una enseñanza uno a uno) sino más bien, una continuación de lo que venía haciendo en Samaria.
     
    4) Dices: ” En el texto no aparece oposición alguna entre institución y verdaderos valores ni yo he aludido a tal cosa”
    O sea que no escribiste ésto: “Esta narración explica cómo Felipe modifica su forma personalista de actuar (Hch 8,4-13). El camino es otro. Tendrá que salir de los esquemas marcados por la institución y hallar los valores auténticos:” (subrayado mío)
     
    Saludos

  • Buenas tardes Rodrigo.
     
    1. A tu primer núcleo de interrogantes, los que abogan por la condición judía del etíope eunuco, sencillamente:
     
    No se trata de un personaje real. Es una figura representativa.
     
    Las referencias de este personaje al AT son variadas. Para no alargarme, te aporto sólo una:
     
    “También el extranjero, que no pertenece a tu pueblo, Israel, cuando venga de un país lejano atraído por tu fama…, cuando venga a rezar en este templo…” (I Re 8, 41ss.).
     
    2. En el relato no se da ninguna disputa entre el mensaje y la ideología extranjera o la sinagoga. El mensaje o proyecto de Jesús se presenta ofreciendo la satisfacción humana y social que no aportan ni la religión judía ni las ideologías paganas.
     
    3. La composición de este relato conforma la escena final de la primera tabla de un  amplio tríptico formado por:
     

    Hch 8, 4-40
    Hch 9,1-30
    Hch 9,31 – 11,38

     
    En 8,4-13, Felipe había atraído a las multitudes hacia sí mismo, como antes lo había hecho Simón Mago. Hace bautismos masivos. Su esquema no ha salido de la institución judía. No se trata de hacer prosélitos. El intento de compra de Simón (8,18) revela que a pesar de haber sido bautizado no ha entendido nada. El modo de hacer de Felipe no ha dado el resultado esperado.
     
    Por eso, en la última escena, la del etíope eunuco, se le exige a Felipe que salga de Jerusalén, centro de la institución judía (8,26). La actuación de Felipe con el etíope seguirá el modelo de Jesús con los discípulos de Emaús. Una vez que el etíope ha entendido, él mismo solicitará ahogar su pasado (bautizarse, término griego que significa: ahogarse, irse a pique, irse al fondo) (8,37).
     
    Como en el relato de Emaús, Felipe desaparece.
     
    El etíope encontró lo que anhelaba, la alegría vital que no le daba su estéril ideología ni tampoco le proporcionó la institución judía adonde él fue inútilmente a buscarla:
     
    “y siguió su camino lleno de alegría” (8,39).
     
    4. En el texto no aparece oposición alguna entre institución y verdaderos valores ni yo he aludido a tal cosa.
     
    Un abrazo

  • Rodrigo Olvera

    Salvador
     
    ¿El etiópe significa la ideología extranjera?
    ¿Lo que lee, no son los textos judíos?
    ¿No existe referencia a comunidades judías en Etiopía desde tiempos anteriores a Cristo?
    ¿No existe incluso la tradición oral (o leyenda) de que un grupo de devotos judíos salvó el Arca de la Alianza, llevándola a Etiopía? Incluso se pueden acceder videos sobre la ermita en donde se supone reposa actualmente.
    ¿No afirman las fuentes históricas que los judíos en etiopía llegaron a tener influencia en el reino, como para ocupar el puesto de encargado del tesoro?
    ¿No dice el mismo texto que había subido a Jerusalém para adorar en el Templo?
    ¿No apunta ésto más a un judío -sea por herencia o converso?
    El mensaje, ¿es la disputa entre el mensaje cristiano y la ideología extranjera? ¿No es más bien entre las comunidades cristianas y la sinagoga?
    ¿De dónde sacas de lo que se trata es de que Felipe actuaba de manera personalista pero modifica para abandonar los modelos marcados por la institución (cual? el templo judío? la sinagoga? la iglesia “institucional”?)?
    Este texto ¿se trata de oponer “institución” a “verdaderos valores”? ¿En serio?
     
    Por cierto, si la referencia a la modificación es que andar es indicativo de la praxis… ¿no es cierto que en 4 a 13 justamente se describe a Felipe realizando la misma praxis del Galileo ANTES del pasaje del etiope que afirmas muestra una modificación en la forma de actuar de Felipe?
     
    Demasiado para una tarde…
    Saludos

  • Hola Kaláa.
     
    Gracias por tu curiosidad. Me abre camino para decir alguna cosa más.
     
    Llevaba muchos años dándole vueltas al callado Teófilo. Casi tantos o tal vez más que al hombre del cántaro. Reconozco mi debilidad por los olvidados. Tengo la impresión de que en el evangelio más cosas ignoradas de lo que imaginamos.
     
    El etíope eunuco de Hch 8,27 no representa al lector que lee en voz alta a la asamblea, a pesar de que en los vv. 28 y 30 aparezca  el verbo griego con esa significación. Lee así, pero para sí mismo. Tal acción da pie para que en el v. 30 pueda decirse que Felipe (“amante de los caballos”) lo oyó.
     
    El relato en cuestión está cargado de detalles significativos. Sería largo de explicar. No obstante, te ofrezco algunos apuntes.
     
    Resulta evidente el paralelismo con la escena de los discípulos de Emaús (Lc 24,13-32).  También hay diferencias. En el texto de Lucas los escritos de los profetas cobran nueva luz con Jesús, a la vez que el desánimo provocado por los tristes acontecimientos de la ejecución del Galileo comienza a desaparecer en la medida en que se entienden los anuncios de los profetas.
     
    Esta narración explica cómo Felipe modifica su forma personalista de actuar (Hch 8,4-13). El camino es otro. Tendrá que salir de los esquemas marcados por la institución y hallar los valores auténticos:
     
    “Vete por el camino que baja de Jerusalén a Gaza”  (Gaza significa en arameo: Tesoro) (v.26).   
     
    Otra vez la praxis; Siempre la andadura.
     
    El etíope representa la ideología extranjera. Aparece como guardián de su tesoro:
     
    “En esto apareció un etíope eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía, superintendente del tesoro” (v.27).
     
     Pero su valor es estéril (eunuco). Viene de vuelta y de vacío de Jerusalén. No ha encontrado allí la salida que esperaba.
     
    “Había ido en peregrinación a Jerusalén e iba de regreso, sentado en su carroza, leyendo el profeta Isaías” (vv.27.28).
     
     Acude a la tradición (Isaías) en busca de respuesta. El mensaje de los profetas no se comprende sin el Galileo. Felipe lo explicará.
     
    A diferencia del etípe, el lector o el que lee en voz alta lo hace para los demás. Desmenuza el mensaje en medio de la asamblea (iglesia). Se equipara al evangelista.
     
    Se puede decir que Marcos fue uno de los pioneros en esa función. Él puso por escrito el mensaje vivido en su comunidad. Fue el primero en hacerlo. En una fecha muy temprana. A mi juicio, el evangelio no se retrasó. Por el contrario, fue muy madrugador.
     
    Pero esa es otra cuestión, aunque te confieso, Kaláa, que tenía ganas de decirlo.
     
    Te mando un abrazo

  • Rodrigo Olvera

    Hola Kalaa
    Yo confieso que, contra tu confianza, no etendí tu comentario sobre voltear la hoja con los dientes. Pero no pasa nada.
     
    Me parece muy bueno que menciones el caso de Jesús leyendo en la sinagoga.
     
    Porque afirmar que Teófilo desempeñaba la función del lector, como propone Salvador, no aparece en el texto. Es sólo una hipótesis, una especulación – muy interesante, pero no más que una hipótesis. En cambio, sí que se menciona textualmente a Jesús ejerciendo esa función.
     
    Y el pasaje muestra varias cosas:
    a) Ante todo, que una de las distintas formas de organizar las comunidades cristianas en el cristianismo primitivo fue  a “imagen y semejanza” del modelo de sinagoga. Lo cual es algo bien sabido desde hace mucho.
    b) Que la función de lector, no era una función personalizada. No es que hubiera “un lector”, sino que se invitaba a personas de la comunidad que supieran leer a leer.
    c) Que el lector no ocupaba el lugar de mayor prestigio sino que estaba “subordinado” a una jerarquía (por más que hoy en ciertos sectores cause repulsión la sóla palabra). En el caso de las sinagogas, había un jefe de la sinagoga. En el caso de las comunidades cristianas primitivas había o profetas, o supervisores, o servidores (eventualmente, la evolución hacia la homogenización convirtió ambas funciones en dos escalones de una sola jerarquía y se fue marginalizando al profeta de la organización institucional)
    d) Que la comunidad no era tan “pasiva” en la recepción del mensaje. El pasaje muestra a la comunidad asintiendo o disintiendo de lo que escucha. Los pasajes evangélicos muestran como un caso frecuente que el lector Jesús encontrara rechazo de las asambleas a las que leía y explicaba lo leido. Más que el lugar de honor y prestigio, le vemos incluso estando a un pelo de ser muerto por blasfemo [claro, está la discusión de qué tan histórico es esto y que tanto es una interpolación del autor como parte de la polémica ya declarada entre las comunidades cristianas y las sinagogas en la diáspora]. En todo caso, apunta a algo perdido en el cristianismo latino y sus escisiones actuales: la fe de la Iglesia no depende de los funcionarios, así sea la función del lector, sino del sentido de fe del pueblo (sensus fidei). Debido al sentido de fe del pueblo, se llegó en algún momento a destituir a obispos (incluso a algún obispo de Roma) y popes.
     
    En cuanto al etíope. Es interesante también:
    a) porque no es una lectura comunitaria, sino individual
    b) porque apunta a que la capacidad de lectura y la posesión de textos sagrados no es tan escasa o rara como se pretende
    c) porque a pesar de “leer” NO SE ENTIENDE, lo que bien puede ser o una crítica velada a las sinagogas (los lectores de la sinagoga no entienden mientras que los apóstoles cristianos sí entienden) o bien una crítica a pretender entender la escritura al margen del sensus fidei de la iglesia (recordemos que de acuerdo a la apologética prmitiva, ese sensus fidei es obra del espíritu santo, que es el actor principal de esta narracción al trasladar a Felipe para que evangelice y bautice al etíope)
     
    Saludos

  • kaláa

    ¡¡¡ Se acabó !!! Ya no hay vuelta de hoja que valga, cuando hay que hacerlo, se hace aunque sea con los dientes.
    Y cada uno sabrá a que demonios  me refiero,  confio yo…
     
    Me gusta este personaje, distinguido con el nombre Teófilo…. Gracias Salvador por rescatarlo.
    Cierto que  también,  no es este el único lector, hay otros que con  diferente nombre, también encarnan la función de este digno  personaje como por ejemplo: El etíope de Felipe   http://www.tubiblia.net/felipe-y-el-etiope/1749
    Es curiosidad por mi parte preguntarte el  porqué de  la elección de Teófilo, y no la del eunuco…..entre otros.
    Y más… Ya  Lucas al mismo Jesús aún de niño lo  persona en la sinagoga como un lector empedernido… que le echó imaginación a la lectura,  leyendo en primera persona  como nadie había leido , el texto de Isaías. O sea, que se  creyó lo que leía.
    Será que imagino voces,  distintas para  un único personaje?
    Saludos.

  • mª pilar garcía

    ¡Gracias Salvador!
    Un abrazo entrañable.
    mª pilar

  • Hola Rodrigo
     
    Lamento que del artículo pueda obtenerse una imagen idealizada del lector/a. No lo pretendía.
     
    Gracias
     
    Un abrazo

  • Buenos días Mª Pilar.
     
    Gracias.
     
    Mª Pilar, ha expresado con gran acierto la mejor disposición ante la presentación del mensaje por el/la lector/a.
     
    Con menos riqueza de términos, Jesús sintetizó lo que usted tan bien ha dicho con un verbo: Escuchar.
     
    ¿Recuerda el comienzo de la enseñanza con parábolas en Marcos 4,3?: “¡Escuchad!”.
     
    Escuchar no significaba para él captar sonidos inteligibles, sino dejarse calar por el mensaje; acogerlo en lo más hondo.
     
    En aquella circunstancia Jesús expuso su mensaje a la multitud con ejemplos sencillos. Lo hizo con pausa. Dice Marcos que se sentó en una barca dentro del mar y la gente se quedó en tierra, al otro lado de la orilla.
     
    ¿Por qué ofrece Marcos esos pequeños detalles?
     
    La barca simboliza la sociedad alternativa. El mar, el lugar de residencia de las fuerzas que intentan atrapar al ser humano. Jesús domina al mar. La orilla señala la línea divisoria entre su proyecto y la gente. Una línea fácil de atravesar para adherirse a ese proyecto (barca). Jesús les está invitando a mojarse.
     
    Las tres parábolas repiten dos elementos: semilla y tierra. Son optimistas, como corresponde a una invitación.
     
    La primera (4,3-8) asegura la gran productividad del mensaje. Como en cualquier siembra, algo cae en terrenos infértiles, pero el grueso de la simiente produce en buena tierra una cosecha desbordante.
     
    La segunda (4,26-29) indica que ese proyecto es connatural al ser humano. El hombre de la parábola no tiene que hacer nada una vez sembrada la semilla. La tierra dispone de todo lo que ella necesita para su avance imparable.
     
    La tercera (4,30-32) habla de un proyecto humilde, aunque con un desarrollo social importante. El grano de mostaza se convierte en un arbolillo acogedor.
     
    Fíjese en el cominzo de las dos últimas. Aluden directamente a la idea central de ese proyecto:
     
    “Así es el Reino de Dios”  (4,26).
     
    “¿Con qué podríamos comparar el reino de Dios?” (4,30).
     
     
    El reino o reinado de Dios es la Buena Noticia, la que esperan ansiosamente los pobres:
     
    “Ciegos ven y cojos andan,
    Leprosos quedan limpios y sordos oyen,
    Muertos resucitan
    Y pobres reciben la buena noticia (Mt 11,5).
     
    La buena noticia coincide con los anhelos del ser humano y responde con hechos a lo que esperan con extrema urgencia los pobres, los olvidados, los hambrientos: No, un premio para el más allá, sino saciarse ahora de pan y de justicia en una sociedad que les reconozca como seres humanos y como iguales.
     
    Al mensaje y al/la lector/a que lo explican se les reconoce, entre otras cosas, porque lo que exponen coincide con las más nobles aspiraciones humanas y responde socialmente al clamor de los abandonados.
     
    Le mando un beso, Mª Pilar.

  • Gabriel Sánchez

    Yo creo que sinceramente, que la historia…es contaba no como crónica, sino como reflexión teológica de los acontecimientos…Si un observador cualquiera ve a Jesús partir el pan, dirá vi a un hombre partir un pan…el interpretar que ese pan significa el Cuerpo del Señor, implica decir algo que no se ve, ni se percibe con los cinco sentidos, es algo que se siente en el corazón, pero es ciertamente  interpretación teológica, o si se quiere mirar desde la Fe…La Buena Noticia, es pura descripción de la realidad desde los ojos de la Fe…nunca podrá ser solamente  crónica histórica, incluso creemos que el Espíritu nos va develando, aspectos nuevos de la Buena Noticia…Gabriel

  • Rodrigo Olvera

    Estimado Salvador
     
    Dice tu texto “El/la lector/a no vivía adscrito al poder. Se desvivía para hacer real la alternativa al poder. En consecuencia, tampoco aspiraba a plantarse por encima del mensaje para dominarlo y manipularlo a su antojo. Su tarea se distinguía por la lealtad incorrupta a esa propuesta y a la asamblea de los adheridos a ella. Por eso su servicio gozaba de la más alta consideración.”
     
    Me parece (está bien si empiezo así?) que en tu texto hay una idealización de la función del lector en las primeras comunidades cristianas.
     
    ¿No dicen los datos históricos que hubo muy diversas formas de organizar las comunidades, antes de que se impusiera el modelo paulino?
     
    ¿No se organizaron comunidades cristianas antes de que hubiera “textos” que leer?
     
    ¿No hablan los datos históricos de que el cristianismo paleopalestino era trashumante? ¿No en esa forma de cristianismo, la función que adscribes al lector, la desempeñaba el predicador o profeta?
     
    ¿No los pocos textos pre-canónicos están llenos de advertencias por el abuso de la función del predicador o profeta? ¿Especialmente para quienes buscaban ser mantenidos sin trabajar, a costa de las comunidades?
     
    ¿No los mismos textos paulinos muestran una práxis más caótica y menos idealista de cómo funcionaban las comunidades del modelo paulista?
     
    ¿No en las mismas comunidades paulinas, las figuras del apóstol, del profeta, del anciano estaban en juego -y progresivamente se impusieron – junto y sobre la del lector?
     
    ¿No hubo desde el principio de la “formalización” del cánon, una constante y generalizada manipulación de los textos? ¿Atribución de autores falsa? ¿eliminación de pasajes polémicos? ¿insercisión de pasajes no contenidos?
     
    ¿No está reflejado ésto incluso en el apocalipsis de Juan?
     
    Lo siento. Me gusta lo que pretendes para nuestro hoy (por más que digas que no presentas conclusiones). Pero no me gusta que se recurra a idealizaciones del pasado para justificarlo.
     
    Un abrazo

  • mª pilar garcía

    Copio de Salvador:
    ...”El/la lector/a no vivía adscrito al poder. Se desvivía para hacer real la alternativa al poder. En consecuencia, tampoco aspiraba a plantarse por encima del mensaje para dominarlo y manipularlo a su antojo. Su tarea se distinguía por la lealtad incorrupta a esa propuesta y a la asamblea de los adheridos a ella. Por eso su servicio gozaba de la más alta consideración”…
     
    Salvador: Intuyo que para leer y escuchar “al lector” de manera que nos comunique algo vivo, importante, fundamental, para llegar a amarlo, seguirlo, intentar vivir ese proyecto de Vida, como Jesús lo vivó.
     
    ¿Será necesario tener una mente libre, un espíritu en constante búsqueda, un corazón abierto y liberado de ataduras humanas, especialmente de seguimientos encorsetados?
     
    ¡Me encanta leerle! acoger sus palabras para saborearlas y dejar que se hagan vida en mi interior, y consecuentemente en la manera de vivir.
     
    ¡¡¡Gracias una y otra vez!!!
    mª pilar

  • Asun

    Se me antoja pensar, dada la variedad de interpretaciones abiertas que da Salvador, que está en  Teófilo, en su deseo de lectura, vivencia  y transmisión,  el origen del escrito de Lucas, llenando éste con sabiduría e interpretación creativa su evangelio, en torno a la vida de Jesús y el amor al Padre y del Padre y por lo mismo a todos.
     
    Esa misma actitud es en principio anhelada en toda asamblea, en la que cada miembro sigue su propio proceso de conocimiento y seguimiento de Jesús, dadas las distintas circunstancias en interrelación que condicionan la vida y visión de cada uno. Sin embargo, vemos que esta libertad y respeto a la asamblea, integrados en la vida comunitaria, esta confianza no se ha sabido mantener y cultivar a lo largo de la historia, separando lo que es de “Dios”, de lo que no es de “Dios”, uniformando y poniendo normas y creencias que entorpecen este encuentro no-dual  de plenitud y confianza en quien se es, viéndose, reconociéndose en Jesús y en todo ser humano.
     
    Un abrazo.

  • Hola Oscar.
     
    A tu pregunta: ¿No es cierto que es imposible “solo contar una historia”?, con comillas o sin comillas, respondo afirmativamente.
     
    Contar historias o callarlas arranca de unos motivos y persigue un fin.
     
    Los límites aludidos en mi frase: “me limito a contar una historia” incluyen, naturalmente,  motivos y finalidad.  
     
    Tales límites están precisados en ese contexto por las frases anterior y posterior. En ellas apunto a que no extraigo conclusiones de un momento histórico para aplicarlas a otro. Precisamente, porque una de las finalidades del texto es invitar a reflexionar para que quien lo desee saque las conclusiones que considere convenientes.  
     
    Un fuerte abrazo.

  • oscar varela

    Hola!
     

    En Comentario a “Los indignados de Sikem” Salvador Santos 21-Noviembre-2011 – 23:07 pm
    decía que:
     
    a) – el texto del artículo se limita a contar una historia.
    b) – dejaba a quien lee que saque las conclusiones que estime oportunas.-
    ··············
    En cambio en el final de este “Excelentísimo Teófilo”:
     
    1º) se plantea la cuestión (no se limita a contar una historia verosímil):
    – “¿No será imprescindible reestablecer y dar prioridad a la excelentísima tarea de lector/a en las actuales comunidades cristianas?”
     
    2º) y se la responde insinuantemente:
    – “Quizá sea la manera de que, sin abandonar la base, cada asamblea (κκλησα) recobre altura, la suficiente para conquistar la libertad y el protagonismo que en propiedad les pertenecen.”-
     
    Por lo que estimo plausible adjudicarle aquello de que:
    3º)deja a quien lee que saque las conclusiones que estime oportunas.-
    (plausible, entre otras cosas, porque el último Capítulo de su “Un paso, un mundo”
    lo titula: Un relato inacabado invita a continuarlo.
    ···················
    Me corresponde, entonces, sacar algunas conclusiones que estimo oportunas.
    O si no puedo “conclusiones”, al menos algunas “consideraciones”:
     
    Hay que estar plantado de alguna manera insólita en la vida para “meterse” con un casi desconocido (Teófilo).
     
    Haber escudriñado desde esa in-solencia el entre-paréntesis del texto de Marcos 13,14: -téngalo presente el lector- ;
    Porque la habitual lectura –p.e. mi caso- entendía que ese “lector” era yo en ese momento que leía (o escuchaba, si era que otro leía).
     
    En fin, TEÓFILO: UN DES-APERCIBIDO.
    ························
    En esa misma observación aprovecha Salvador a decirnos que “lo de Jesús”
    era algo por demás in-sólito y, por ende, “peligroso”;
     
    Así leo yo eso de que lo de Jesús no podía estar más que en “APUNTE CIFRADO”;
    e.d. que tenía que haber “Alguien” que lo DES-CIFRE.
    Ese era EL LECTOR
    ························
    Si la palabra “Pro-fesión” tuviera un ejemplo paradigmático;
    correspondería aplicarlo a este caso del LECTOR de las cosas de Jesús.
     
    Porque Pro-fesión viene de “pro-fiteor”, que es la “declaración testimonial”.
     
    Salvador nos da 4 caracteres de ese Profesional:
     

    Es estimado (“de alta consideración”).
    Es conocedor idóneo del Asunto (“los pormenores del mensaje de Jesús”)
    Es transparente (“no ambiciona adquirir poder”)
    Es funcional a los Reunidos (“figura representativa de vital importancia”)

     
    Y se despacha a gusto de LO QUE NO-ES esa Profesión de LERE EN VOZ ALTA:
     

    No es Liturgia
    No es Culto
    No es Espiritualidad
    No es Sacramental
    No es Teo-logía
    No es Mística
    No es Dogmas
    No es Dictámenes
    No es Doctrinas

    ················
    Para llegar a esta in-sólita mirada, Santos arriesgó pasar delante de

    Teófilo: Un genérico símbolo de los “amigos de Dios”
    Teófilo: Un genérico símbolo de una o algunas “comunidades”.

     
    Para ello euriskió en otros personajes históricos dentro de los textos bíblicos de la época (Hechos).
    ·················
    Se me ocurre una “cuasi conclusión”:
     
    El Documento del Vat. II en torno a la Iglesia (Lumen Gentium) sobre el que se bate tanto el parche en añoranzas y reivindicaciones, me aparece como un poroto al lado de estas consideraciones.
     
    Entonces me pregunto:
     
    ¿No se estará echando agua fuera de la maceta con tanto “Vaticano” sea el nº que sea?
     
    ¡Vamos todavía! – Oscar.
    ······················
    P.S.: Pregunta sólo para Salvador:
     
    ¿No es cierto que es imposible “sólo contar una historia”?
     
    Todo quehacer humano tiene un Por qué y un Para qué,
    que no están dentro de la historia que se cuente,
    sino que la envuelven, la penetran y la atmosferizan, ¿no?

  • Santiago

    Por otro lado, la autenticidad y veracidad del evangelio de Lucas, inlcuyendo el prólogo estan avaladas por la critica histórica  mas rigurosa…En la epoca de la redaccion del evangelio todavia vivian los testigos de la vida y hechos de Cristo…Muchos habian presenciado sus milagros y oído su predicacion…Todavia vivió Juan el Apostol hasta final del siglo I…Era muy dificil “deformar” un pasaje importante de cualquier evangelio…cuando la lectura de ellos era cosa común en el “día del Señor”…Los testigos de esas pequeñas comunidades que estaban unidas en la sangre del Crucificado jamas habrían permitido un “grave error” de la historia…Y asi Clemente de Alejandría escribia que se habia presevado la verdadera tradicion directamente de S. Pedro, Santiago, Juan y Pablo..que llegaba intacta hasta nosotros…(Eusebio en Hist. Eccl. V.11) y Tertuliano ataca a Marción por mutilar el evangelio de S. Lucas: “Digo por tanto que entre ellas, y no solo entre las Iglesias Apostolicas, sino entre todas la Iglesias que estan unidas con ella en crstiana comunion, el Evangelio de S. Lucas, que formalmende defendemos, ha sido mantenido (intacto)desde su primera publicacion” (ADV. Marc. IV, V)

  • Joan de Catalina

    Tengo que dar gracias por esta exposición, en primer lugar, porque me refuerza en la idea de que mi fe en Jesús de Nazaret, como camino a Dios Padre-Madre, hoy, no puede ser sino el resultado de un proceso personal, continuo, creativo y dialéctico.  En segundo lugar, porque evidencia lo mucho que queda por hacer en esa pedagogía hermenéutica, para una fe adulta y actual. En tercer lugar, porque puede servir de estímulo a los que, intentando ser coherentes consigo mismos, nos bridan sus excelentes e imprescindibles
     intuiciones, sufriendo, paradógicamente,  la incomprensión o condena de sus jerarcas.
    Joan

  • Gabriel Sánchez

    donde digo señor, quiero decir Señor.- Perdon, la digitación ya no se me da tan bien.- Gabriel

  • Santiago

    LO verdaderamente importante en el evangelio de Lucas no es a la persona a quien va dirigido sino lo que el mismo manuscrito contiene, que EL, reconocido como el “carísimo medico” compañero de Pablo, quiere coordinar la narración de las cosas verificadas, “segun que nos las transmitieron los que DESDE EL PRINCIPIO fueron testigos oculares y despues MINISTROS DE LA PALABRA”….y que  Lucas, ha resuelto tambien “despues de haberlas investigado ESCRUPULOSAMENTE desde SU ORIGEN..escribirlas..para que se compruebe que la enseñanza del evangelio era suficientemente sólida como para ser creíble, enseñanza basada en “testigos oculares fidedignos”..En este sentido, Lucas forma parte del carisma de la iglesia primitiva que rechazó una y otra vez una serie de documentos que no coincidían con el mensaje verdadero de Cristo y que se llamaron los evangelios “apócrifos”….lo importante de ese mensaje, pues,  era su carácter salvifico…que provenía de los testigos oculares, los que vieron los hechos y oyeron los dichos del Maestro…los que estuvieron mas cercanos y por lo tanto los que captaron lo verdadero,lo real, lo autentico..los que interpretaron correctamente el sentido del pensamiento de Jesus, tal y como el lo expresó para todos los tiempos…y que la iglesia ha preservado en su magisterio y en sus sacramentos hasta el dia de hoy..De ahi, que solamente sobrevivieran como “canónicos” los 4 Evangelios…como los únicos fidedignos..los únicos con el real valor histórico y doctrinal que no se apartaban de la verdad…los otros fueron rechazados por el mismo carisma dado por Cristo a la iglesia…por eso debemos decir de la iglesia, como decía Lucas  a Teófilo,  para que al leerlos y estudiarlos se compruebe la base solida y autentica de la enseñanza que hemos recibido hasta el siglos XXI….un saludo cordial de Santiago Hernandez

  • mª pilar garcía

    ¡Espléndido Salador!:
     

    Es un momento muy interesante para volver a retomar esta mirada.
     

    ¿Que se ha hecho de la “esencia primera” = alternativa de vida a seguir libremente?
     

    Me encanta leerle ¡escucharle! reencontrarme con mi propio sentir, buscar, y desear con todas mis fuerzas seguir por esos caminos que Jesús nos dejó.
     

    Me uno al deseo de  Oscar…
     

    Una vez más ¡¡¡Gracias!!!
     

    Es un gozo seguirle en sus esfuerzos por darnos de beber de la clara y “prima” fuente, sin apaños ni añadidos.

    Un abrazo entrañable.

    mª pilar

  • Gabriel Sánchez

    Algunas cuestiones previas e importantes, primero tanto la vida de Jesús atribuida a Lucas, el compañero de aventuras de Pablo, como el libro de los hechos forman un solo escrito, al que se le agregaron, 2 versiculos al final del evangelio y 2 al principio del libro de los hechos muy posteriormente cuando la obra se dividio…

    Otra cuestión previa es que casi todos los evangelios, tiene digamos reformulaciones, complementos o agregados en su redacción posteriores, seguramente hechos por las comunidades…Las comunidades Lucanas, como la Joanicas, que tenían sus propias caracteristicas, seguramente pulieron y dieron el acabado a la redacción (claro que esto es una hipotesis de trabajo)…

      Aclarado esto digamos que Lucas no conocio al señor y habla de que muchos intentaron ordenar los hechos, el seguramente investigo, se tiene la idea de que era un persona de la diaspora y con solida formación cultural griega, por lo que seguramente su investigaciòn estaba basada en testimonios, existe cierto concenso en enteder que las primeras comunidades, recibian catequesis y relatos, de quienes fueron testigos de la vida de Jesús y que esto pasaba en las comunidades a traves de las generaciones, hasta que ese testimonio de muchos…que escucharon el relato de los testigos, fue puesto por escrito…Hay aquí en Lucas me parece muy modestamente una suerte de personalizar la comunicación, que el sabe se extendera por quienes sabian griego (fundamentalmente las comunidades con cristianos de la diaspora), o que en la comunidad habìa alguno que lo sabía, pero hay en Lucas no sólo el relato entregado por la comunidad, muchos, sino una investigación y preocupación personal y una interpretación que uno tiende a pensar que no es sólo personal que hace que su relato se trasnforma en una teólogia eclesiologica… Que nos llega como el como y el porque somos la asamblea…la comunidad…de los discipulos (los hermanos del camino de Jesús de Nazareth)…Hay una relectura, seguramente a la luz de la cultura y del tiempo de quien o quienes escribieron la obra de Lucas de los relatos orales de los primeros testigos, pasados de comunidad en comunidad…Es teofilo una persona real…Muchos dicen que este personaje, obedece digamos a la parte del texto original, al que posiblemente escribio Lucas, muchos incluso dicen que estaba dirigido a alguien que formaba parte de una comunidad (como anciano- animador comunitario)…de las comunidades Lucanas, y que lo que se intenta es hacer una gran catequesis, lo cierto es que por muchos pasajes, parece ser algo más ambicioso, parece estar dirigido a más de una comunidad…Personalmente pienso que Lucas escribio a un personaje real, tal vez encargado de hacer llegar a las comunidades, pero lo cierto es que con el tiempo, todos nos sentimos Teofilo…destinatario del mensaje de Lucas…que recoge aquello que muchos intentaron y que el investigo…Gabriel

  • Héctor

    Gracias,  κρἀτιστε ὧ Salvador, porque nos has trasmitido el λωγων, “las enseñanzas”  del Galileo en su lento y penoso caminar hasta nosotros.

    Como botón de muestra:
    ─ Salió el predicador a predicar y después de leer el texto de Mateo 25, 31- 46:
    “Tuve hambre y me disteis de comer…” “ ¿…cuándo te vimos?

    El predicador que lee mucho y quiere estar al día dijo algo que sonaba bien: “ver al Señor no  era lo importante, eso es la fe. Lo más importante son las obras, el amor. Eso es lo primero”.

    Hasta ahora bien pero a renglón seguido  añade sin pensar lo que acababa de decir: “es por el misterio de la encarnación de la segunda persona de la Santísima Trinidad en Jesús por lo que al ver a los demás vemos a Jesús en ellos”.

    Esto ya no me cuadra con lo anterior. Toda esa Teología parece  estar enmarcada en lo que llaman la fe. Pienso que en la mentalidad del predicador esa fe,  definitoria de la realidad, es la que determina mis actos y debe estar presente antes de mis actos de caridad.

    ¿En qué quedamos hombre? La silenciosa audiencia que escuchaba atenta la sabiduría del predicador no estaba muy interesada en conocer el mensaje del Galileo sino en oír sus eruditas explicaciones “ ¡Cuánto sabe el cura!”

    ¿Qué diferencia con las comunidades en las que Teófilo exponía el λωγων del Galileo. Me encanta la determinación de Oscar, pasarlo rápidamente a los que puedan vivirlo en sus comunidades.

    Un abrazo,  κρἀτιστε ὧ Salvador.

  • oscar varela

    Hola!

    El curerío centrifugado, extrapolado, barrido, diasporado, etc.
    como también las curerías por sí; o por casadas con algún curerío

    tienen en Teófilo el perfil -bastante ajustado a ellos-
    de una posible y futura (ya en ejercicio en ciertos lugares) praxis “eclesial-jesusiana”.

    ¿Podrá ser?

    Así lo plantearé a la Federación latino-caribeña-americana.

    ¡¡¡Atento Juan Cejudo Caldelas!!!
    (si me matan ya sabes el porqué)

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Antonio Vicedo

    Magnífica exposición, sin entrar en más detalles de real personificación a la que se atribuye el nombre TEÓFILO, pues, concebida dentro de marco funcional universal para cada Asamblea, ya su consideración actualizada supone un cometido verdaderamente alternativo al jerarquismo y clericalismo actuales.
    Y mucho más oportuno y valioso, si a lo que esta exégesis aporta, unimos lo que Mt. añade en XI, 23-25, como manteniendo el equilibrio clarificador que debe haber en cada iglesia por la aportación de TODOS sus MIEMBROS, por sencillos y no leidos ni sabidos que sean, al percibir el MENSAJE TESTIMONIAL DE JESÚS, porque ASÍ le ha parecido bien al Padre revelár o esconder.

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