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Del quinto evangelio: proclamación del Cristo del Corcovado

En aquellos días, al completar 80 años de existencia, el 12 de octubre de 2011, el Cristo del Corcovado se estremeció y se reanimó. Lo que era cemento y piedra se hizo carne y sangre. Extendiendo sus brazos, como quien quiere abrazar el mundo, abrió la boca, habló y dijo:

«Bienaventurados vosotros, pobres, hambrientos, enfermos y caídos en tantos caminos sin un buen samaritano que os socorra. El Padre que es también Madre de bondad os lleva en su corazón y os promete que seréis los primeros herederos del Reino de justicia y de paz.

Ay de vosotros, dueños del poder, que desde hace quinientos años chupáis la sangre de los trabajadores, reduciéndolos a combustible barato para vuestras máquinas de producir riqueza inicua. No seré yo quien os juzgue, sino las víctimas que hicisteis, detrás de las cuales yo mismo me escondía y sufría.

Bienaventurados todos vosotros, indígenas de tantas etnias, habitantes primeros de estas tierras risueñas, que vivís en la inocencia de la vida en comunión con la naturaleza. Fuisteis casi exterminados, pero ahora estáis resucitando con vuestras religiones y culturas dando testimonio de la presencia del Espíritu Creador que nunca os abandonó.

Ay de aquellos que os subyugaron, os mataron por la espada y la cruz, os negaron la humanidad, satanizaron vuestros cultos, os robaron las tierras y ridiculizaron la sabiduría de vuestros chamanes.corcovado

Bienaventurados, y repito bienaventurados, vosotros, mis hermanos y hermanas negros, injustamente traídos de África para ser vendidos como piezas en el mercado, hechos carbón para ser consumido en los ingenios azucareros, siempre acosados y muriendo antes de tiempo.

¡Ay de los que os deshumanizaron!.La justicia clama al cielo hasta el día del juicio final. Maldito el barracón de los esclavos, maldito el cepo, maldito el látigo, malditas las cadenas, maldito el navío negrero. Bendito el refugio del palenque, adviento de un mundo de libertos y de una fraternidad sin distinciones.

Bienaventurados los que luchan por la tierra en el campo y en la ciudad, tierra para vivir y para trabajar y sacar del suelo alimento para sí, para los otros, para las hambres del mundo entero.

Maldito el latifundio improductivo que expulsa a los que lo trabajan como propio y asesina a quien lo ocupa para tener donde vivir, trabajar y ganar el pan para sus hijos e hijas. En verdad os digo: llegará el día en que seréis expoliados. La poca tierra que os cubra será un peso abrumador sobre vuestras sepulturas.

Bienaventuradas sois vosotras, mujeres del pueblo, que resististeis contra la opresión milenaria, que conquistasteis espacios de participación y de libertad y que estáis luchando por una sociedad que no se defina por el género. Una sociedad en la que hombres y mujeres, juntos, diferentes, recíprocos e iguales inauguraréis la alianza perenne del compartir, del amor y de la corresponsabilidad.

Benditos vosotros, millones de menores carentes de todo y lanzados a las calles, víctimas de una sociedad de exclusión que ha perdido la ternura por la vida inocente. Mi Padre, como una gran Madre enjugará vuestras lágrimas y os estrechará contra su pecho porque sois sus hijos e hijas más queridos.

Felices los pastores que sirven humildemente al pueblo en medio del pueblo, con el pueblo y para el pueblo. Ay, de aquellos que visten trajes vistosos, se llenan de vanidad en las televisiones, usan símbolos sagrados de poder, exaltan al Padre Nuestro y olvidan el Pan Nuestro. ¡Cuántos no usan el cayado contra las ovejas en vez de usarlo contra los lobos! No los reconozco y no daré testimonio en su favor cuando se presenten delante de mi Padre.

Bienaventuradas las comunidades eclesiales de base, los movimientos sociales por la tierra, por el techo, por la educación, por la salud, por la seguridad. Felices ellos que, sin necesitar hablar de mí, asumen la misma causa por la cual viví, fui perseguido y ejecutado en la cruz. Pero resurgí para continuar la insurrección contra un mundo que da más valor a los bienes materiales que a la vida, que privilegia la acumulación privada sobre la participación solidaria y que prefiere dar alimentos a los perros antes que a las personas hambrientas.

Bienaventurados los que sueñan con un mundo nuevo posible y necesario en el cual todos puedan caber, naturaleza incluida. Felices aquellos que aman a la Madre Tierra como a su propia madre y respetan sus ritmos, dándole paz para que pueda rehacer sus nutrientes y siga produciendo todo lo que necesitamos para vivir.

Bienaventurados los que no desisten, sino que resisten e insisten en que el mundo puede ser diferente y lo será, un mundo donde la poesía camine junto al trabajo, la música se junte con las máquinas, y todos se reconozcan como hermanos y hermanas, viviendo en la única Casa Común que tenemos, este bello y luminoso pequeño planeta Tierra.

En verdad, en verdad os digo: felices vosotros porque sois todos hijos e hijas de la alegría, pues estáis en la palma de la mano de Dios. Amén».

6 comentarios

  • Antonio Vicedo

    ¡Ay, fratello Leonardo! Que :“Lo que era (y sigue siendo) cemento y piedra” así seguirá siendo por las cumbres, desde donde parece puede ser dominado el mundo y, como todos los ídolos, ni podrán oír a los mortales, ni menos hablarles con palabras de VIDA.
    ¿Qué más da que hayan pasado 80 años de figura en lo más alto batido por todos los vientos ,quemado por todos los soles, mojado por las nieblas y las lluvias y vuelto a secar por los calores?
    ¿Cómo va a hacerse carne y sangre, si ya de carne y sangre vivió y vive por chozas y favelas a millones por las hondonadas de la tierra, todas por allá abajo por desde  donde los “hermanos más pequeños”, reparten clamoroso el eco de aquello   que en otro más llano  Monte  fue tan claramente proclamado?
    ¿Cómo podrían las gentes entender desde la majestad de esa altura, en la que se apoya el cemento y las piedras que sólo forman majestuosa imagen, sin parecido.  aunque tomara carne y sangre, al que se hizo PEQUEÑO, tanto,cómo los más pequeños vivos de allí abajo?
    Ya, desde la majestad grandiosa del fuego, del trueno y el relámpago del monte, nos dió a entender EL QUE ERA, ES y SEGUIRA SIENDO, que desde arriba, no puede ser verdadero el MENSAJE DEL AMOR QUE SALVA, porque no es lo mismo DAR MENSAJES y COSAS, que LA PROPIA DONACIÓN en la EL AMOR  que COMPARTE REALIDAD CONCRETA DE COMUNIÓN.
    No más espectáculos, aunque los consideremos sagrados, que ya no es tiempo para ello,  si se trata de buscar primero la Justicia del Reino del Padre, que quiere culto en espíritu y verdad.
    Puede que fuera más cristiano por humano, que cayera desplomado ese gigante de cemento y piedra con figura falsa de Jesús por su despampanante grandeza
    Eso  podría conllevar que no se extasiaran en ella los poderosos, para legitimar las suyas propias,   y el que los débiles y pequeños no sufrieran engaño, considerando que el buscar el bien está en competir subiendo y no en ser solidarios bajando.
    Magnífico, fratello Leonardo, tu revestimiento y actualización de LO BIENAVENTURADO.
    Pero, sin necesidad de que esperemos que, por celebración de aniversarios, cobre fuerza y haga impacto, LO QUE JESÚS SIGUE PROCLAMANDO, sin necesidad de aniversarios,  desde CADA UN* de  SUS  MÁS PRQUEÑ*S HERMAN*S.

  • Gabriel Sánchez

     Totalmente de acuerdo con el estimadisimo Leonardo, agregar conceptos, sería quitarle belleza.- Gabriel

  • mª pilar garcía

    ¡Claro que todas la personas somos responsables de este ignominioso genocidio!
     

    “Ricardo Luis Mascheroni
    Docente e investigador universitario
    SANTA FE – ARGENTINA”

    Estudio claro, duro de “tragar”.
     

    Hoy de manera especial me siento avergonzada de las grandes fortunas de este país, España; se están descubriendo estafas a hacienda, porque estos gestores del “robo y derroche” declaran sueldos de mil € y el resto de sus ganancias se van para Suiza.
     

    Ahora en el fragor del desastre… no arriman el hombro, salen corriendo.
     

    L. Boof denuncia también con claridad; pero como nos dice Oscar, una mano sufre y la otra está llena a rebosar, de los bienes a los que  toda persona tiene derecho.
     

    No lo atribuyo a Dios, sino a esa capacidad para hacernos mal, que habita en nuestro ser.
     

    Parte, estará del lado que (para mí) Jesús nos mostró hablando de un  Dios Abba entregado a cuantas personas sufren, porque son los que de alguna manera le “escuchan” y eso nada tiene que ver ¡solo! con pertenecer a religión alguna; cada persona de buena voluntad, actuará así: como él nos invitó a vivir.
     

    Es: porque la dureza de ¡nuestro! corazón, va atropellando a las otras.
     

    No está en manos de Dios la solución, sino en los humanos, cuando aprendamos, que todo ser nacido, tiene los mismos derechos y deberes de amar, respetar, buscar y trabajar por la justicia etc.

    mª pilar

  • ana rodrigo

    «Bienaventurados vosotros, pobres, hambrientos, enfermos y caídos en tantos caminos sin un buen samaritano que os socorra. El Padre que es también Madre de bondad os lleva en su corazón y os promete que seréis los primeros herederos del Reino de justicia y de paz.” Alguien llamó a esto el opio del pueblo ¿será cierto esto o lo primero?

  • oscar varela

    Hola!

    Pareciera ser que tampoco se puede estar tranquilo “en las manos del ser humano”.

    A la vista de cómo venimos ¿qué hacer, entonces?
    ……………………..
    AGUAFUERTES AMBIENTALES
     
    HAMBRUNA, ALIMENTOS E INDIFERENCIA
     
     
    En Octubre, más concretamente el día 16 se recuerda el Día Mundial de la Alimentación, establecido en 1979 a instancias de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), llamado también, a partir del año 2001, Día Mundial de la Soberanía Alimentaria.
    Al momento de la fundación de esta organización, el 16 de Octubre de 1945, el mundo aún no se había repuesto de los dolores y horrores de la Segunda Guerra Mundial y millones de personas seguían al borde de la muerte por inanición, requiriendo una atención urgente y decidida.
    Este panorama, impulsó la creación de la misma, cuya finalidad intentaba generar lazos de solidaridad, colaboración y ayuda entre los países, para mejorar la eficacia y el alcance en la lucha contra el hambre, la malnutrición y la pobreza.
    Durante décadas, con aciertos y fracasos la FAO cumplió un rol aceptable en esa dirección, pero pese a ello el hambre en el mundo, no sólo que no descendió, en términos cuantitativos y cualitativos, sino que se incrementó y casi el 20 % de la población del Planeta no tiene lo mínimo indispensable para su subsistencia.
    Sin ir más lejos y en estos precisos momentos en que los titulares de los grandes medios de comunicación y portales informáticos se pelean por vaticinar el resultado de la crisis económica global, el silencio cubre la hambruna que afecta a 13 millones de personas en el denominado Cuerno de África, en el cual países como Somalía, Etiopía y Kenia entre otros, tienen a gran parte de su población al borde de la extinción por hambre, a la par que los poderosos asisten con miles de millones de dólares o euros a los dueños de la piratería financiera internacional.
    En una suerte de lógica o ilógica perversa, casi es seguro que piensan de esos pueblos que son negros y africanos y no merecen el mismo tratamiento que los griegos, españoles o italianos. Los sienten como personas de segunda categoría y así los tratan.
    El tan declamado derecho humano universal a la alimentación, consagrado en tantas declaraciones, congresos y convenciones internacionales, mientras tanto, duerme el sueño de los justos ante la indiferencia generalizada.
    Eso sí, en un cinismo sin parangón, organizaciones, proyectos y programas financieros y periodísticos se ocupan en esos mismos territorios, de anoticiar con ahínco a todo el mundo sobre su loable labor de salvar y proteger a las gacelas, elefantes, leones y cuanta especie camine por esas tierras, ínterin los seres humanos se convierten en pasto de los buitres.
    Insisto: Negro, africano o pobre no son una buena combinación para obtener un pasaporte hacia la vida.
    Nadie de nosotros puede considerarse ajeno a este genocidio, ya que en la euro zona, EE.UU y otras latitudes, el gasto en alimentos, atención sanitaria, peluquería, guarderías, psicólogos, entrenadores y paseadores de mascotas, supera, en mucho, el monto que requeriría la erradicación del hambre de los más desprotegidos del mundo.
    Mientras un discurso tentador y sensiblero que habla de los derechos de los animales, poniéndolos en un pie de paridad con los seres humanos, se entroniza, las clínicas veterinarias se multiplican y los laboratorios multinacionales, ligados casi siempre a la matriz del agro negocio, se restriegan las manos, por las ganancias que ingresan a raudales.
    No es casual el incremento del marketing publicitario en esta dirección, tampoco la concurrencia de gente del espectáculo a programas con mascotas, presentadas a la “moda” y en forma tan ridícula como sus dueños, despertando en muchos la imitación cholula, que impone la adquisición innecesaria de tal o cual especie o raza de animal.
    A la par se vitupera casi por herejes, a los que por carencias y con métodos casi prehistóricos e  intentando prolongar aunque sea un día más, su sobrevivencia y de su familia, sobre la tierra, cazan algunas de las especies que gozan del favoritismo cultural y sentimental, de los que sentencian a pueblos enteros a su desaparición.
    Un representante de un país africano, en una convención en París, a sus pares de las naciones enriquecidas, les dijo: Mientras Uds. hablan de proteger la biodiversidad, nosotros nos la comemos para vivir un día más.
    Sobre el origen de estas hambrunas homicidas, mucho se ha dicho y escrito, pero no vaya a creer que las causas obedecen a la superpoblación del Planeta, las variaciones climáticas o la poca producción de alimentos, todo lo contrario, la comida que se tira o se desperdicia en el mundo, es más que la que se consume, estudios en esa dirección lo han demostrado claramente.
    En la génesis y desarrollo de esta lamentable realidad, mucho tiene que ver la injusta distribución de la riqueza, la concentración del mercado alimentario en pocas manos que desechan comida para mantener los precios, el consumismo irracional y la falta de equidad en las relaciones de poder internacionales.
    Es largamente sabido que un pequeño grupo de privilegiados, entre un 15 y un 20% del total de la población planetaria, ubicados en los países enriquecidos (intencionalmente llamados ricos), pero también dentro de nuestras propias sociedades, consumen el 80% de los alimentos que produce la tierra.
    Para que lo entienda lo grafico de la siguiente forma: En una mesa, se sientan 10 comensales, viene un mozo con 10 milanesas y cuando todos creen que comerán una cada uno, 2 de ellos se devoran 8, en consecuencia los 8 comensales restantes se tienen que conformar con 2. En esta repartija injusta, el hambre siempre será una dolorosa realidad.
    Como si fuera poca la magnitud de esta inequidad, ahora a la tierra le exigimos que produzca, no para alimentar a los hambrientos, sino para los tanques de combustibles de los automotores, cuya voracidad es insaciable.
    En esta tesitura, recientemente se ha conocido una información que muestra que Argentina ha aumentado la exportación de biodiesel un 70% en los últimos 8 meses, en una competencia mundial sin solución de continuidad, que cada día pone a más seres humanos al borde del abismo.
    La soberanía alimentaria que permitiría a los pueblos, la autodeterminación de qué producen, qué comen y quiénes, sucumbe ante el impulso arrollador de los agronegocios, orientados a la maximización de ganancias en el menor tiempo e inversión posible y concentrados en pocas manos.
    Valga a manera de colofón la frase que se la atribuye a Gandhi, que expresa: “la tierra proporciona lo suficiente para cubrir las necesidades de todos los hombres, pero no para la codicia de unos pocos”.
    Los dejo para que lo piensen y me despido hasta la próxima Aguafuertes.
     
     
     
    Ricardo Luis Mascheroni
    Docente e investigador universitario
    SANTA FE – ARGENTINA
     
     

  • oscar varela

    Hola!

    Bueno, parece que llegó el Apo-Kalipsis.

    – “pues estáis en la palma de la mano de Dios”-

    Alguno podría decir -por ejemplo, yo-

    – “Si durante 500 años
    esa mano de Dios se llenó de ignominiados
    -acaso aplastados por la otra mano
    también del mismo imaginado Dios-

    ¿será descabellado pensar que
    la verdad es que estamos en otras manos?

    Por eso mi ben-dición a compartir sería:

    “¡Que la Vida te sostenga en la palma de tu mano!”

    Entonces sería un “Apo-kalipsis AHORA

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

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