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Itinerario de un creyente

Ante los cambios, que a pesar de la oposición de la Iglesia, han acaecido en el modo de comprender nuestra fe cristiana, nos podemos preguntar ¿ por qué ha sucedido esto? ¿por qué se ha estado casi dos mil años pensando casi unánimemente de otra manera? ¿ha sido por el capricho de algunos innovadores irresponsables que nos lo quieren cambiar todo o es que existen unas razones más profundas y fundamentales que promueven estos cambios y que no existe una razonable vuelta atrás?.

           El itinerario de un creyente en el mundo actual consiste en esto, en pasar de un fundamentalismo religioso, entendiendo la Biblia literalmente, a una nueva comprensión, adaptada a nuestro tiempo, capaz de atraernos y permitirnos seguir siendo creyentes, por mucho que se esfuerce el cientifismo actual en decir que todo lo que rodea el mundo de la creencia, está falto de fundamento.

           Mi inquietud hacia este cambio, el de querer pasar de una fe de creencias y literalista a una fe personal, nació en gran parte hace cuarenta años con la lectura de “Sincero para con Dios” de Robinson. Descubrí claramente que para poder seguir creyendo y conseguir que la fe no fuese un falso refugio, sino un motor en mi vida, debía dar un salto, el de pasar de las creencias a una fe personal, que fuera inteligible para mí y que con ella pudiera convivir sin contradicciones en el mundo de la ciencia actual. Esto mismo, ya hace más de un siglo lo quiso conseguir la corriente teológica, mal llamada modernismo para ridiculizarla, que fue condenada por la Iglesia oficial. Pero actualmente, debiendo tener en cuenta el Concilio Vaticano II, donde se pudo ver que la Biblia y más en concreto el Evangelio no se podía cerrar a este tipo de estudio, el paso se va haciendo posible, no sin marcadas resistencias de la Curia Romana, como estamos pudiendo comprobar con el libro “Jesús : Aproximación histórica” de Pagola.

           Las religiones –como afirma Tamayo- viven sometidas de manera permanente al acoso de los fundamentalismos que ponen en peligro la convivencia y generan un clima de intolerancia e incluso de violencia fanática. El fenómeno fundamentalista suele darse en sistemas de creencias que se sustentan en textos revelados. Se caracterizan por la oposición radical a la hermenéutica como mediación entre los textos fundacionales de las religiones y el contexto cultural en que se leen.

           Se cree que los textos sagrados han sido revelados directamente por Dios, son intocables, tienen un solo sentido, el literal, y deben aplicarse a cada situación concreta en su literalidad. Tal concepción conduce necesariamente a la uniformidad y el dogmatismo en las creencias y cierra todo camino de diálogo en las culturas de nuestro tiempo.

           La mejor respuesta al fundamentalismo dentro de las religiones, ha sido la hermenéutica clave en toda teología.

           Sin la hermenéutica el discurso teológico se convierte en un acto de repetición de los textos del pasado, de reproducción del discurso oficial, de legitimación de la institución religiosa y de acatamiento acrítico ante las declaraciones doctrinales emanadas del magisterio jerárquico y hoy ya no vale seguir diciendo “doctores tiene la Iglesia” tratándonos como menores de edad.

           La aplicación de la hermenéutica que nace con la crítica histórica, es el arte de explicar, traducir o interpretar, es el conocimiento y el arte de la interpretación, sobre todo de textos, para determinar el significado exacto de las palabras mediante las cuales se ha expresado un pensamiento.

           La hermenéutica bíblica se aplica para conseguir una interpretación correcta, objetiva y comprensible de la Biblia. Pretende indagar en el contexto histórico bíblico y en su connotación, pertinencia y relevancia, teniendo en cuenta el ámbito actual. Esta rama de la hermenéutica intenta trazar un puente de comprensión entre el pasaje bíblico –palabra escrita- y la realidad presente. La hermenéutica bíblica, siempre intenta respetar el sentido histórico y literario del texto, pero a la vez abre las puertas para una interpretación sólida y pertinente, sin violentar lo que se quiso decir inicialmente. En este sentido, la exégesis significa extraer el significado de un texto dado, teniendo en cuenta : el marco de la traducción, el contexto histórico cultural, los límites del pasaje y el examen del contexto dentro del texto.

           Fruto de todos estos análisis ha sido la nueva comprensión de nuestra fe, como también de la Biblia y sobre todo, que es lo que más interesa del Evangelio.

           No podemos olvidar que la última y definitiva norma de nuestra fe, no es el dogma, como se nos ha enseñado hasta ahora en el credo, sino lo que nos dice Jesús de Nazaret en el Evangelio, entendido desde un análisis hermenéutico actual.

           Mi itinerario de pasar de unas creencias a una fe personal en Jesús de Nazaret, ha tenido que pasar por diferentes etapas, que poco a poco me han ido proporcionando una nueva vivencia personal de la fe, pudiendo afirmar que ahora mi fe en Jesús de Nazaret, es mucho mayor, que cuando estaba anclado en el mundo de las creencias.

           Teniendo en cuenta los análisis hermenéuticos actuales podemos afirmar que Jesús no nació en Belén sino en Nazaret, hijo de María y José como cualquier hombre corriente y teniendo varios hermanos. La grandeza de María, madre de Jesús, no está en su virginidad, que no fue virgen, sino en haber sabido transmitir la fe en Jesús y educarlo afectiva y religiosamente de tal modo que luego Jesús fue capaz de llegar a una máxima intimidad y fidelidad con Dios Padre-Madre.

           Jesús no vivió treinta años de vida privada con su familia por mandato del Padre sino que cambió radicalmente de vida porque se fue al desierto a escuchar a Juan el Bautista y escuchándolo experimentó allí una profunda conversión llegando a consecuencia de ella a una también profunda intimidad con el Padre. Este cambio trascendental en la vida de Jesús se nos escenifica en el Evangelio a través de un género mítico, en la escena del bautismo de Jesús a manos de Juan el Bautista, escena que no es literalmente real sino que a través de ella se nos quiere expresar el acontecimiento profundo y de Dios que representó la conversión de Jesús, tocado interiormente por Dios dirigiéndole hacia su gran misión de comunicar y hacer presente la ya presencia del Reino de Dios entre nosotros. Fue tan grande la conversión y el cambio de Jesús que dejó para siempre a su familia y a su trabajo ejercido durante treinta años. Por eso, la madre y los hermanos de Jesús fueron a buscarle porque pensaban que se había vuelto loco con la nueva vida nómada que llevaba.

           Jesús no fue escogido por el Padre pues sólo escogemos las personas finitas y al escoger queremos más a unos que a otros. Dios infinito no escogió a Jesús porque quien puede amar infinitamente a cada uno de nosotros no necesita escoger. Fue Jesús quien escogió al Padre, quien fue capaz de abrirse totalmente a Él y por su fidelidad al Padre llegó a su profunda intimidad con Él, que posiblemente ninguna otra persona ha llegado a tal intimidad con Él, pero que todos estamos llamados a alcanzarla por haber sido creados a imagen y semejanza de Dios. Por eso, porque creo que Jesús ha penetrado profundamente en Dios, Jesús es desde mi fe para mí, el gran referente histórico y vital, revelador del Padre y camino hacia el Padre y por eso me profeso cristiano aún reconociendo que todo ello se desarrolla de una manera analógica, es decir, en cuanto somos capaces de conocer algo de Dios. Jesús es para mí, el hermano mayor viviente que nos enseña el camino de los vivientes, que es para todos sin exclusión. Jesús no es Dios, jamás se llamó Dios a sí mismo. No es un dios más sino que Jesús era de Dios y estaba en Dios, de tal manera que es para mí el referente de vida.

           Muerto Juan el Bautista, no hay que seguir esperando el Reino de Dios sino que según el sentir de Jesús hay que acogerlo ya. Hay que proclamar a todos la Buena Noticia. El pueblo se ha de convertir, pero la conversión no va a consistir en prepararse para un juicio, como pensaba Juan, sino entrar en el “Reino de Dios” y acoger su perdón salvador. Jesús lo ofrece a todos. No sólo a los bautizados sino también a los que no lo están. Dios llega para todos como salvador, no como juez. Pero Dios no fuerza a nadie; sólo invita. Su invitación puede ser acogida o rechazada.

           Jesús abandona el desierto y se desplaza a la tierra habitada por Israel a proclamar la salvación que se ofrece a todos con la llegada de Dios, que viene como Padre a establecer una vida más digna para todos sus hijos. Ha llegado el momento de celebrar comidas abiertas a todos, para acoger y celebrar la vida nueva que Dios quiere instaurar en su pueblo. Jesús convierte el “banquete compartido” por todos en el símbolo más expresivo de un pueblo que acoge la plenitud de la vida querida por Dios. Jesús invita a la confianza total en un Dios-Padre-Madre.

           El centro del mensaje de Jesús es que Dios es Amor, Padre amoroso, parábola del hijo pródigo, siempre abierto a todos, perdonados de antemano, siempre esperando que nos abramos a Él y el camino no es a través del templo, ni de mediadores, ni de rezos o sacrificios sino estar abiertos a los demás: fraternidad, solidaridad, compartir, compadecer, justicia y comensalidad como instrumento de hacer presente y fomentar todas estas cosas.

           También es verdad, que Jesús da mucha importancia a la reflexión, contemplación, ratos de soledad y oración en contacto con la naturaleza para poder vivenciar, digerir, profundizar y asimilar lo que somos y estamos viviendo.

           Jesús no murió por nuestros pecados, ni para rescatarnos y que fuéramos perdonados. Murió víctima de su estilo de vida, de denuncia de las injusticias personales y estructurales, enfrentado por ello al poder político y religioso. Y estos, por ser Jesús molesto a sus “manejos” le condenaron a muerte y lo mataron. Jesús no quería morir, ni era voluntad del Padre que muriese, sino que murió porque quiso ser consecuente hasta el fin. Había predicado la venida del Reino de Dios donde se cumplirían las bienaventuranzas y creía que dicha venida estaba cercana.

           Muchos creyeron que su muerte marcaba un fracaso final. Sus seguidores en un principio también lo creyeron y por esto volvieron todos a sus lugares de origen. Pero, poco tiempo después, reflexionando sobre lo que les había dicho Jesús, recordando su autoridad moral y la fuerza con que transmitía, recordando todos sus actos de sanación y la profunda esperanza que despertaba en sus corazones, sintieron de una manera especial, difícil de expresar pero muy íntima y profunda, que la muerte no era la última palabra, que Jesús estaba vivo, que se encontraba entre ellos animándoles y descubriéndoles, al repensar lo que les había dicho, el profundo sentido de todo lo ocurrido. De tal manera, que después de haber huido ante el fracaso de la cruz, volvieron a reunirse, a poner en común sus experiencias y su luz interior, perdieron el miedo y se lanzaron a proclamar lo que les estaba ocurriendo. Afirmando que Jesús estaba vivo y perdiendo todos sus miedos.

            Luego este sentimiento profundo y transformador se plasmó en las historias de las apariciones, pero estas no se pueden interpretar como una vuelta de Jesús a la vida humana normal, a pesar que las plasmaron de tal modo que parecía una revificación, cosa que no sucedió. En esta certeza apostólica de la vivencia de Jesús, de que la muerte no había acabado con él, que no era la última palabra, vivencia no comprobable históricamente, pero si pudiéndose comprobar históricamente y de una manera clara, el cambio psicológico de sus discípulos, pasando de un miedo que les hizo huir a una vuelta a Jerusalen llena de alegría y dispuestos a expandir el mensaje de esperanza, manteniendo todos esta postura hasta su muerte, algunos a través del martirio.

10 comentarios

  • Antonio Vicedo

    José Luis,  nos entendemos sobre aquello de que los hechos son siempre verdad y tanto la fe afirmativa como la negativa respecto a la realidad inalcanzable, se hace verdad en la coherencia práctica que siempre queda en el más acá: en la HUMANIZACIÓN PRÁCTICA. Gracias por las matizaciones y la clarificación de deslindes con lo que queda sin sentido cualquier exclusivismo, proselitismo, enfrentamiento o manipulación. Es el tomar en serio como ámbito de fe afirmando, dudando o negando, aquello de: A nadie consideréis ni llaméis Padre sobre la tierra, pues uno solo es  el Padre del que nada podemos racionalmente saber, más allá de la UNIVERSAL HERMANDAD HUMANA  que nos permite preocuparnos de la UNIVERSAL FILIACIÓN HUMANA.

  • mªpilar garcía

    Gabriel:

    Conocer, compartir, vivir al lado de los hermanitos de  Jesús de Focauld es una experiencia que llena de  ¡Vida!

    Siempre pasan desapercibidos, viven como, junto, por y con…:

    “Los problemas de los más desfavorecidos de la tierra”

    Su alegría, su acogida, su vida; igual en todos los sentidos; a las personas con las que viven.

    Sus trabajos son los mismos, de quienes forman su entorno:

    “Pescadores, camioneros, basureros, presos (sin falta que pagar) asalariados siempre, como las personas de donde deciden establecerse”

    Son como la semilla que cae en tierra; para dar fruto, tiene que “morir” (a su vida anterior, sea esta la que sea, de hecho, jamás hablan de ella) para convertirse en fruto.

    No salen en las estadísticas eclesiales…
    Pasan por ellas sin pena ni gloria, solo lo sabemos, quienes hemos tenido el gozo de estar cerca de ellos.

    Así, poco a poco, se va expandiendo la ¡Vida! sin ruido, sin lujo, sin reconocimiento alguno; solo el amor de los que comparten su especial manera de vivir.

    mª pilar

  • pepe sala

    Yo no diría que los ateos tenemos FE, más bien ( al menos yo así lo creo) huímos de ella y tratamos de mostrar-demostrar nuestras ideas de forma que no les rompa las neuronas a quienes no piensan como nosotros. Yo respeto un montón a quienes tiene su FE, pero que a mí me dejen con mi pragmatismo y todos tan amigos.
     
    Lo único que sí he de admitir es la dificultad del SALTO de creyente al ateismo. Ese salto no se debería hacer a la ligera, lo mismo que para asumir las creencias de cada cual no se debiera hacer tan a la ligera como se hace. Para poder decir ” SI CREO”, se debería saber en qué se cree, lo mismo que para decir ” no creo”, es conveniente saber lo que se está diciendo.
     
    Y aquí llega la madre del cordero. Tratando de llegar a una conclusión adecuada a tus intereses   (llamémoslos espirituales, por ésta vez) te puedes volver majareta entre el laberinto montado por quienes intentan llevar a su redil a cuantos más feligreses mejor. Que los feligreses comprendan  ” de la misa la media” les trae sin cuidado. Más bien creo que dificultan un montón la comprensión de quien dijo aquello de… ” lo vil y menospreciado de este mundo PARA AVERGONZAR A LOS SABIOS”.
     
    Y para poder decir NO con una mínima coherencia, llegamos a introducirnos a la Biblia ( la Palabra de Dios, para los amigos creyentes.) ¿ Y qué nos encontramos?
     
    Pues que habrá que comenzar por lo básico:  ¿ Cómo tenemos que comenzar a introducirnos en un libro tan decisivo para el caso.?
     
    Muy secillo:
    1º: Intrudución general.
    2º: Introdución especial.
     
    La introdución general la dividiremos en cuatro tratados:
    a): Inspiración.
    b): Historia del Canon.
    c): Historia del Texto.
    d): Tratado de Hermenéutica. ( al que se le añade el Tratado de Exégesis)
     
    Luego ya sólo falta desarrollar cada concepto y tratado y ” voilá”.. todo más claro que el agua de Fuentefría.
     
    La Inspiración?¿?¿… Chupado: Puede ser Activa, pasiva o terminativa. Y cada modalidad su subdivide en….
     
    Yo creo que me hice ateo por agotamiento. Pero también creo que otros-as se han hecho creyentes por agotamiento O POR NO INTERESARSE en saber sobre lo que aseguran tener una FE muy beneficiosa para sus propias vidas y las que les rodean.
     
    Eso sí, hay montones de ” sabios” que no se averguenzan y siguen y seguirán dificultando la comprensión de lo que dicen han de entender los niños. Cada vez rizan más el rizo, ponen más calles al laberinto y COBRAN más dinero por ” enseñar” teología a propios y extraños.
     
    Saludos, pues.
     

  • josé luis

    Antonio : Voy a intentar contestar a algunas de tus preguntas. El motivo de escribir este itinerario fue que un día una persona cercana, cuando estábamos hablando de los cambios sobre el entender la Biblia me dijo : “Desde hace casi 2000 años estas cosas se han entendido de una forma común y ahora vienen unos piernas y nos dicen que debemos creer otras cosas”.
    Respondiendo a este modo de pensar, todavía bastante común en muchas personas, con mi itinerario he querido, no dogmatizar como ha dicho alguno, porque sólo dogmatiza la Iglesia sin ni siquiera escuchar al otro, sino solamente exponer la evolución de mi fe apoyada en muchos teólogos actuales que en sus interpretaciones se basan en un estudio hermenéutico del Evangelio. Ten presente la interpretación hermenéutica de S. Marcos que se nos está haciendo en Atrio cuan ilustradora es para la mayoría de nosotros.
    Me hablas de la diferencia que existe entre teología, hermenéutica y fe. La teología sería la ciencia que trata sobre Dios, a través de como se entiende lo que nos dicen las distintas religiones sobre Él. La hermenéutica sería un instrumento de trabajo de la teología juntamente con la exégesis, adaptándose al texto, contexto histórico, historicidad y su equivalente significado en el mundo actual. La fe como tu muy bien dices, es una opción o como diría Pascal una apuesta que si uno se decide por ella siempre tiene que dar un salto, porque la puede hacer razonable pero no probarla. Como también lo da  el que se profesa ateo. Ahora bien, el salto de la fe se puede dar con más o menos información y dicha información puede estar más o menos actualizada.
    Ciencia y fe pueden convivir, lo demuestra el que más del 50 por cien de los científicos actuales sean creyentes. Ahora bien, junto a la ciencia existe el cientifismo, que es una corriente dentro de la ciencia, no mayoritaria, que hace proselitismo  de la no creencia y afirma que no existe base lógica para la fe. Pienso que tanto el creyente como el ateo, subrayan cada uno la parte oscura de la opción del otro.
    Para ya acabar quiero terminar diciendo que para el Evangelio lo correcto, el camino que lleva a Dios-Padre-Madre, no es el teórico sino el práctico que pasa por la opción por los pobres, los débiles, los sufrientes y necesitados, en ellos encontramos a Dios si con ellos somos solidarios. Ahora bien, tener una versión actualizada de la fe puede darte mayor luz y coherencia.
    También podemos recordar que Sta. Teresa, San Juan de la Cruz y San Francisco de Asís fueron unos grandes místicos que llegaron a una gran profundización de la fe con medios muy sencillos pero con praxis muy serias

  • Guillermo

    Fíjate José Luis indicas, con mucha razón, el seguimiento, erróneo también así lo creo, de la literalidad de los textos bíblicos y la falta de hermenéutica que se ha realizado y se realiza, pero tu posteriormente caes en el mismo error que criticas, pues es tus afirmaciones, que hasta se podrían calificar de dogmáticas, no tienes en cuenta el sentido histórico y literario del texto, sólo la interpretación correctamente adaptada a nuestros tiempos, pero sin lo primero no podemos saber lo que se quiso decir inicialmente, y esto es faltar a las normas de una correcta hermenéutica bíblica.

    Un abrazo.

  • Antonio Vicedo

    Cuando se habla de hermenéutica y de fe ¿en dónde encontramos  su diferencia, si es que la admitimos, sobre todo teniendo en cuenta actitud racional y objeto sobre el que dirigimos aquella?
    Apelando a los fundamentalismos y fanatismos que no tienen como fundamento el conjunto de la Escritura y Tradición, sino algo de ellas en lo que apoyar intereses crípticos o patentes de individuos o grupos ¿se puede superar la distinción cualitativa entre la  ciencia hermenéutica y teológica y la fe?
    Las vivencias respecto a ciencia y fe se distinguen cualitativamente, pues el objeto propio de la fe no son las experiencias propias o ajenas, sino la ADHESIÓN LIBRE a LA REALIDAD TRASCENDENTE, de la que ni ojo vio, ni oído oyó, pero que precisamente por considerarla POSIBLE en tanto NO ABSURDA, respecto a ella la voluntad puede aceptarla o rechazarla y la razón puede aceptarla sin verse forzada a negarla.
    Para liberar de incoherencias y desviaciones fundamentalistas y fanáticas a las creencias o actitudes de fe, no hace falta excluir de la consideración y aceptación de Jesús de Nazaret ni lo que en él es objeto de fe, ni lo que pueden haberle atribuido de mito,   algunos de sus seguidores.
    El relato tradicional primario, y por escrito más tarde, de la Comunidad de Discípulos, coincide en presentar la identidad, hermenéutica y de fe, entre el Jesús que nace, vive y muere y el Resucitado, aunque para referirse a esa realidad,  sobre todo en lo referente a la divinidad tuvieran que recurrir a conceptos y expresiones  que podemos llamar míticas, como lo hacemos necesariamente en cualquier referencia que hagamos del Dios  SER TRASCENDENTE.
    ¿Hemos de restarle valor a la hermenéutica en tanto ciencia? En absoluto. Nunca debemos poner límites a la proyección de nuestra capacidad racional o científica, pero  ojo con que también quiera introducirse en el campo de la fe humana para lo que también estamos capacitados y obligados en tanto opción positiva o negativa.
    Y no es verdad que el apoyarse en los textos escritos o en la tradición testimonial y oral, haya derivado necesariamente en actitudes fanáticas y fundamentalistas, basadas principalmente en ignorancias o incoherencias por intereses ajenos a los valores del Reino,  testimoniados y proclamados por Jesús. Ahí queda el testimonio de tantos que no han sido, ni fundamentalistas, ni atontolinados por fanatismos ni mitos, viviendo una vida sencilla en coherencia con lo más clarividente del evangelio, y muchos, llegando a altísimo nivel de vivencias místicas y praxis con final de llegar a ser víctimas violentadas como Jesús.
    Creo sinceramente, que la hermenéutica y la teología, en tanto ciencia, deben ser un medio valiosísimo para suscitar y mantener en nosotros lo que Castillo llama CONVICCIÓN, libremente asumida, como elemento específico de la fe, con el añadido y precisión de que “una convicción se define por el hecho de que orientamos nuestro comportamiento conforme a ella”, porque “uno está convencido de algo cuando lo pone en práctica”.
     Por eso: “ En el caso de que una recta ortodoxia que no se traduce en unos hábitos de conducta según el Evangelio, se produce en el sujeto la falsa ilusión de tener una fe  que en realidad no tiene (En págs. 25-26 de Humanización de Dios. J.Mª, Castillo)
    Puede que lo conservado en Mt. XXV: ( ”Os lo aseguro: Cada vez que lo hicisteis, o dejasteis de hacerlo, con un hermano mío de esos más humildes lo hicisteis, o dejasteis de hacerlo, conmigo.”) nos deja muy claro el meollo de la fe y los entornos de la hermenéutica, teologías, creencias o ateísmos, estructuras y prácticas religiosas, en la dimensión terrenal.
     

  • olga larrazabal

    Gracias por compartir tu visión, con la cual me siento absolutamente identificada, y que  es la que me da coherencia entre mi razón y el sentido de vida. Los fundamentalismos pertenecen a personas ansiosas de poder que necesitan controlar hasta los pensamientos ajenos para imponer los suyos, por lo cual hace mucho rato que los contemplo de lejos  y no me afectan en absoluto.  A lo más me provocan una cierta hilaridad.
    La creencia religiosa está basada en emociones y estas son totalmente particulares, y lo que hace feliz a algunos en esa materia, a otros no les llega, o lo encuentran ridículo.  Y si compartimos visiones, y estas resuenan, nos hemos entendido y eso es estupendo.

  • Gabriel Sánchez

    El itinerario de la Fe, pasa por la experiencia del ..(eso siente-cree-piensa, este inutil servidor) …Justamente acaba de morir uno de esos testigos silenciosos, pero fieles y entrañables, el Padre Jesús Silva, hermano del Hermanito del Evangelio Mauricio Silva que trabajaba como barrendero y desaparecido durante la dictadura militar, despuès de una fecunda vida de inserción en un barrio trabajador y pobre de Venezuela, paso haciendo el bien…El es testigo de esto que digo (encuentro con Jesús Resucitado y con su comunidad…y desde allí vivir el compromiso de su seguimiento en la construcción del Reino.) Me voy a permitir pegar unas palabras de Pablo Urquiaga un hermano Venezolano, sobre Jesús…Porque la Iglesia no es sólo Jerarquia, es testimonio vivo y esta clase de testigos, que se inserta en la Iglesia de los pobres, colabora cambiando la realidad social y la eclesial…”
    Se nos fue “Chui”
     
     “Cuando hay muchos hombres sin decoro;
    Hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres.
    Esos son los que se rebelan con fuerza terrible
    contra los que le roban a los pueblos su Libertad,
    Que es robarle su decoro.
    En esos hombres va la “dignidad Humana” (José Martí)
     
    El Padre Jesús Silva, sacerdote de la Congregación de los hermanitos de Focauld, mejor conocido por el “Padre Chui” o “Chuito” como otros hermanos le llamaban, ha partido a la presencia “plena” del SEÑOR a quien ejemplarmente sirvió; digo “presencia PLENA” porque él vivía ya en la “presencia del Dios de los Pobres” hacía mucho tiempo. El Padre Chuí nos deja un testimonio extraordinario de “fidelidad al Evangelio de Jesús”, de pobreza evangélica, de sencillez, de humildad, de veracidad y autenticidad. Un verdadero “ángel de Yahvé” que el Señor nos envió a nuestra Iglesia desde hace ya muchos años; por él fuimos bendecidos.
     
    Ayer en la Eucaristía pudimos meditar sobre las “Bienaventuranzas”. “Felices los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos”. Feliz y dichoso tú “Chui” porque tuyo es el Reino de los Cielos el cual compartes ya con numerosos hermanos que como tú fueron “testigos del Reino en ésta tierra”. No solamente lo digo porque el Padre Chui fue verdaderamente “pobre” ya que vivía con los pobres en un barrio marginado de la ciudad de Caracas (El Valle); sino porque también era “pobre de espíritu” ya que no todos los “pobres” son “de espíritu”. Chui además era humilde, sencillo en su físico y estilo de vida. Como el Bautista, no vestía de “lujo” ni vivía en los “palacios” sino en una humilde casa de una zona marginal. Recuerdo muchos detalles que pueden corroborar lo que digo; cuando iba a la parroquia, le gustaba sentarse entre los feligreses como uno mas, sin buscar reconocimientos ni prebendas; a veces lo tenía que forzar para que concelebrara y predicara y cada vez que lo hizo, sentíamos en él la presencia del “profeta” que también era. El “desprendimiento y el desapego a los bienes materiales era también algo que lo caracterizaba. Me contaba un miembro de nuestra Iglesia que en una ocasión alguien le pidió ayuda y él sacando un billete de elevada suma, se lo dio y le dijo: “quédate con todo pues para que lo quiero, ya yo tengo lo que necesito y me estorba”. Su presencia siempre “cuestionaba” nuestra vida cristiana y nosotros nos sentíamos honrados y agradecidos a Dios cada vez que nos visitaba junto con la hermana Elena, su compañera de años y nos decía: “Yo agradezco a Dios por haberme regalado ésta comunidad Cristiana donde me siento tan a gusto”. Ciertamente el disfrutaba mucho de nuestras celebraciones pues se sentía por todos acogido y muy querido.
     
    Cuando el profeta Sofonías nos hablaba de los “pobres de Yahvé”; ese pequeño resto de Israel que era fiel y obediente a su Dios, humilde y sencillo, que no cometía maldad y era sincero; en ellos siempre he visto al Padre Chui, un verdadero “anawin de Yahvé”; ellos permanecerán tranquilos y descansarán sin que nadie les moleste. Amén
    Pbro. Pablo Urquiaga. Párroco en Caricuao (30/01/11)
     
     

  • Sarrionandia

    En el paso de la Ley a la Libertad, vemos que la Iglesia reproduce el itinerario de Jesús y, así como Jesús fué muerto por los legalistas poderosos de toda índole, así también la iglesia del derecho canónico debe morir víctima de su legalismo. La fe en Jesús el Cristo implica incorporarse místicamente a El y ser Uno como El con el Padre: precioso itinerario de todo cristiano!

  • ana rodrigo

    Querido José Luis, mientras iba leyendo tu escrito tenía la impresión de revivir mi historia personal. Es como si todos los libros que he leído, todo lo que he reflexionado y todo lo que he descubierto y he asumido, me lo hubieses resumido tú en pocas líneas. Por eso quiero darte las gracias. Creo que muchísimas personas se van a ver reflejadas en lo que dices.
     
    Estoy segura que el fundamentalismo es la carcoma que está alejando a tantas personas de la religión cristiana, bueno, más que la religión, del seguimiento del mensaje de Jesús. Quizá ha sido la organización-religión la que, por un lado ha conservado el mensaje original y, aunque parezca contradictorio, por otro lado, lo ha ido desfigurando hasta casi olvidarlo y hasta impedir a quienes, así lo hacen, volver a beber en la fuente del original.
     
    Las tensiones por decidir quien tiene LA VERDAD, han sido constantes a lo largo de la historia, llena de interpretaciones diversas, de teologías distintas, pero también, llena de condenas, torturas y masacres de los considerados herejes. De ese laberinto de intereses por parte de quien se ha considerado en posesión del poder, éste, el poder, se ha ido fortaleciendo y concentrado en una sola cabeza, el Papa y sus delegados, el resto del clero. Esto, en lo que se refiere a la iglesia católica, pero es lo mismo que ha ocurrido en todas las religiones.
     
    Los dirigentes de cualquier religión, cargada de hombres, sólo hombres, con todo el poder que se autoconceden en nombre de Dios, llevados de un celo equivocado, es lo que mata el Espíritu. Cuántos teólogos (por favor, que condenen también a las teólogas, querrá decir que valoran lo que han escrito), digo que cuántos teólogos que aman profundamente la Iglesia, que son honestos y honrados, que sólo piden diálogo con quienes tienen el poder de decidir, han recibido como respuesta, la condena, el rechazo, la expulsión de la docencia católica, etc. etc.
     
    Los clérigos que estudian las escrituras, la estudian para confirmarse a sí mismos de que no se puede mover un ápice de lo que literalmente dicen mientras interpretan a favor se sus intereses aquellos párrafos que les conviene. Mientras desprecia a otros estudiosos que al carecer de intereses, quieren dar una versión y una visión muy estudiada desde una mentalidad científica, cultural y teniendo en cuenta a la sociedad actual. Tímidamente quiso hacerlo el Vaticano II, pero todo lo dicho allí por los representantes de la Iglesia universal (menos las mujeres), se ha archivado en las mazmorras vaticanas.

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