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El viaje y la figura del papa

 Si Santiago el itinerante hubiera llegado el sábado pasado a Santiago de Compostela y hubiera visto aquel “campo de la estrella” (“Campus Stellae”, según la improbable pero sugerente etimología), en otros tiempos a la intemperie en días lluviosos y en noches estrelladas, ahora convertido en Praza do Obradoiro, toda llena de gente importante, toda cubierta de nobles losas de piedra y rodeada de bellos edificios de piedra, él mismo se habría quedado de piedra.

En realidad, allí estuvo el sábado Santiago, el hijo del Zebedeo, simple pescador del lago Genesaret, compañero de Jesús, y allí miraba entre sorprendido y apenado, sin enterarse de nada.

Y si el domingo, por casualidad, hubieran llegado de Nazaret de Galilea María y José y Jesús con todos sus hermanos y hermanas a Barcelona, y se hubieran encontrado, pobres campesinos como eran, en esa ciudad tan bella y próspera, cien veces más grande que la gran Jerusalén, y los hubieran conducido a ese templo tan hermoso, tan distinto de la pobre sinagoga de su aldea, y les hubieran dicho que era el templo de la Sagrada Familia que ellos eran y que iban a consagrarlo como basílica en su honor, también ellos se habrían mirado unos a otros entre atónitos y divertidos, y ninguno hubiera entendido nada, y no porque les hablaran en catalán. En realidad, allí estuvo el domingo toda la sagrada familia, y se preguntaban qué es lo que falta a cualquier familia para ser llamada sagrada y por qué ese templo tan hermoso necesitaba de consagración.

Yo también, como Santiago y toda la familia de Jesús, como tantos otros, me extraño y me pregunto: ¿Por qué este cisco en todo el país por un simple viaje? ¿Será tal vez que no ha sido un simple viaje, que no ha sido un hombre sino una efigie el que ha venido a Santiago y a Barcelona? No sé muy bien qué pensar. El montaje mediático de aquí y el montaje vaticano de allá, la política de los obispos y la política de los partidos, el boato eclesiástico y el protocolo civil, el tinglado diplomático y el despilfarro económico… ¡Todo resulta tan extraño! Estos días pasados, a veces no sabía decir qué me disgustaba más: los argumentos con que han defendido el viaje la mayoría de sus partidarios o los motivos por los que lo han censurado la mayoría sus adversarios.

Que un papa viaje no me parece cosa de otro mundo: todos los hombres y mujeres de negocios viajan, todos los jefes de Estado viajan, el Dalai Lama también viaja. Que un viaje papal cueste 6 millones de euros –me espanta un poco, pero me atrevo a decirlo–, ni siquiera eso me parece tan decisivo: no creo que con ese dinero se resuelva ningún problema importante de nuestro mundo y, en cualquier caso, siempre habrá quien diga que el viaje del papa ha sido económicamente rentable y, aunque es incontestable que la Iglesia de Jesús no debiera regirse por la rentabilidad, no se entiende muy bien por qué protestan incluso aquellos para quienes el balance económico ha de ser en todo el último argumento.

Yo centraría el debate en otros términos, sin ánimo alguno de ser original. El quid de la cuestión es la figura misma del papa. No la persona del bendito Benedicto XVI –afable, inteligente, conservador de ideas y a veces inflexible–,sino su figura institucional. La figura misma del papa se me antoja como lo más chocante en Santiago y en Barcelona, lo más alejado del espíritu de Jesús, lo más anacrónico en el mundo de hoy. Por increíble que nos parezca, por más que contradiga el evangelio de Jesús, por mucho que desfigure el rostro de la Iglesia, por anacrónico que resulte, el papa es un jefe de Estado. Así es de hecho y esto lo complica todo. Desde que allá en el siglo VIII el emperador Pipino el Breve, padre de Carlomagno, y a cambio de ser coronado emperador por el papa, concediera a este en propiedad unas regiones alrededor de Roma, el papa se convirtió en un rey más de este mundo. Hoy el Vaticano sigue siendo un Estado, por minúsculo que sea (por cierto, no es minúsculo porque el papa de turno no hubiera querido que fuera más grande, sino porque en el s. XIX los unificadores de Italia le arrebataron a la fuerza los Estados Pontificios, un Estado con todas las de la ley y con ejército propio que, todavía en 1860, con Pío IX al frente, se enfrentó al ejército de Víctor Manuel y afortunadamente fue derrotado, pero ninguna derrota, ninguna victoria, ninguna guerra es afortunada: un ejército está para matar y ser matado, y allí hubo muchos que mataron y muchos que murieron). Vino, pues, el papa como un jefe de Estado y como tal hubo de ser recibido por todas las autoridades del Estado, a no ser que cambien todos los protocolos del mundo. Pero el papa no debiera ser un jefe de Estado con embajadores y negocios, y con una Constitución antidemocrática para como. ¿Qué diría Santiago, que nunca llegó a ser propietario ni de la barca de su padre? ¿Qué diría Jesús, que envió a sus discípulos de dos en dos nada más, sin séquito y “sin bolsa ni alforja ni sandalias”, a anunciar a todo el mundo: “¡Shalom, Shalam, Paz!” (Lc 10)?

Vino el papa, además, como autoridad suprema de toda la Iglesia católica, como jefe absoluto de todos los obispos católicos, como “vicario de Cristo en la tierra”. Vino el papa como figura infalible y plenipotenciaria, y tuvo que venir ampliamente acompañado, y todos los obispos no pueden menos da acudir adonde él venga, pues son sus subordinados. Si Benedicto XVI hubiera venido como un peregrino más, o incluso como un obispo de Roma sin más pretensiones, no hubiera hecho falta tanto cortejo, y tampoco hubiera tenido mayor relevancia que, en una conversación con periodistas, hubiera comparado el Estado español actual –más o menos laico, un Estado que otorga a la Iglesia católica una copiosa asistencia económica y le concede no pocos privilegios en relación con otras confesiones– con el régimen de la Segunda República que quemaba iglesias y perseguía a las congregaciones religiosas. Hubieran sido unas asombrosas declaraciones de un peregrino de tantos. Y aunque hubiera insistido en que el único “matrimonio natural” querido por Dios es el formado por un varón y una mujer, y hubiera hecho votos para que la mujer se realice y sea feliz en su hogar, todo eso no pasarían de ser opiniones particulares. Pero eran las opiniones de un jefe de Estado y del jerarca absoluto de la Iglesia católica, y es ahí donde todo se desquicia. La figura del papa es el problema, más que el viaje y sus palabras, e incluso sus dineros.

No sé qué es peor, si el que un obispo de Roma sea jefe de Estado o que sea la autoridad omnipotente e infalible de la Iglesia católica, pero es claro que es difícil, si no imposible, reconocer en esa figura a Jesús y a toda su familia, y a María de Magdala, a Pedro, a Pablo, a Santiago y a todas las iglesias de los primeros siglos, incluso a la de Roma. Aquellas iglesias, siguiendo a Jesús, socavaron todas las estructuras del poder imperial y religioso, y anunciaron con palabras y con hechos: “Un mundo nuevo es posible. Es posible ser libres siendo todos hermanas y hermanos. Dios habita en todas las criaturas”. Y arrastraron multitudes. Pero luego, muy pronto, fueron ellas, las iglesias, las que se dejaron arrastrar por las viejas estructuras del imperio. Y el mundo volvió a ser y sigue siendo el mismo de antes, y las amenazas no cesan de aumentar. La figura actual del papa es el resultado de esa historia del evangelio al revés.

Pero no puedo creer que el buen hombre Benedicto XVI se sienta cómodo con esa figura. Y quiero creer que, días o meses atrás, habría querido anunciar su viaje pronunciándose más o menos en estos términos: “Hermanas, hermanos. Quiero viajar a Santiago y Barcelona como un peregrino más, o a lo sumo como el simple obispo de Roma que soy, ni siquiera elegido por los cristianos de Roma, para humillación mía y de ellos. Es verdad, lo reconozco: yo mismo moví los hilos para ser nombrado papa y cabeza de la Iglesia universal. Lo siento. Es que entonces, cuando movía los hilos, yo no era aún infalible y ahora que los hilos se han vuelto una maraña tampoco lo soy, bien lo sé yo; admitid que no lo sea y aliviadme de esta carga de la historia, del peso de un Estado, del peso de toda la Iglesia, de este demoledor peso del poder y de la verdad absoluta, excesivo para un hombre. A mis 83 años, y lleno de achaques, yo sería feliz con mis paseos y mis libros, con mi música y mi piano, con mi oración y mi silencio. Conozco a Jesús, conozco la historia, y también me conozco. Yo quiero simplemente viajar a Santiago y encontrarme allí, nada más, con peregrinas y peregrinos como yo, y que todos nos sintamos acompañados por aquel bendito Peregrino que acompañaba a los abatidos discípulos de Emaús. Quiero ir a Barcelona y orar en silencio en el templo de Gaudí que llaman modernista, y encender una lamparita y hacer votos para que la Iglesia se reconcilie por fin con la modernidad y con todas las culturas, y bendecir a todas las familias tal como son y sentir que todas son sagradas siendo como son, tan distintas y tan parecidas a aquella sagrada familia de Nazaret. Dejadme ser hombre, dejadme ser un simple peregrino como vosotros”.

 

Para orar. CAMINA

 Camina,
has nacido para el camino.

Camina,
Tienes una cita,
¿dónde? ¿con quién?
No lo sabes todavía,
¿contigo mismo, tal vez?

Camina,
tus pasos se tornarán palabras,
el camino, tu saber
la fatiga, tu plegaria,
finalmente, tu silencio te hablará.

Camina,
solo, acompañado,
sal de ti mismo.
Te estabas creando rivales,
vas a encontrar compañeros;
imaginabas enemigos,
te harás hermanos.

Camina,
aunque no sepa tu mente
hacia dónde los pies conducen tu corazón.

Camina,
has nacido para el camino,
aquel que el peregrino toma.
Otro marcha hacia ti,
te busca
para que tú puedas encontrarlo.

En el santuario, meta de tu camino,
con el santuario, hondura de tu corazón.
Él es tu paz,
Él es tu gozo.

¡Ve!
Dios ya camina contigo. (Ermita de Sant Honorat- Mallorca)

 

9 comentarios

  • Carmen (Almendralejo)

    Laura, para pedir el E-mail personal de quien quieras tú, solo debes pedirlo personalmente a Atrio en atrio@atrio.org, con tu E-mail personal, y si estamos de acuerdo te mandamos un sí a quienes Antonio o el Equipo nos lo haga participe…
    Es así de simple, y sobre cuanto dices, solo decir que no me extraña que cierto hombtrecillo quiera montarse en la “cúpula de la cátedra del cielo2 llamese religión o como queramos decir, pero me extraña aún más que miles o de hombres y muujeres consideren que esto está bien, y con su amén siga esto.

    Porque no olvidemos que una persona sola no logra que esto se mantenga, sino que son intereses de esos otros que les viene muy bien que siga este androcentrismo patriarcal, servido de este Neoliberalismo capitalista y este modelos de familia y sociedad donde se asientas sus pilares para seguir en ese encumbramientos ficiticio basado en el monopolio de un dios fascitas y machista.
    Los gobiernos de izquierdas o seudoizquierdas no hacen nada contra los monopolios de las religiones monoteistas, y donde las economías de mercado están bajo las arcas judias y musulmanas, y como no el dolor tiene el emblema de ese dios capitalista impreso en él.
    Así que ¿Que hacer…?
    Un abrazo
    Carmen

  • Antonio Vicedo

    LA VERDAD os hará libres, dijo Quien también dijo que ÉL es LA VERDAD, añadiendo que PARA DAR TESTIMONIO DE ELLA HABIAVENIDO AL MUNDO.
    Según Jesús a la Samaritana ¿qué les queda de sagrado o de lugar para culto a Compostela y al templo de Gaudí? 
    Y , si según Jesús, de esa limitación y enmarque sagrado no queda nada, desde aquel ya del pozo  ¿para qué un viaje así de Papa  (esto en cristiano también es falso, pues Papa es Padre y a Nadie dicen que dijo Jesús por tal había que tenerle, ni así llamarlo), si también vive y viaja  con representación falsa, pues de Jesús no le viene lo de ser Monarca Soberano Vaticano?
    Y, si en la Iglesia y en nombre de ella no se valora la Verdad y se da testimonio práctico de falsedad evangélica, ¿como puede ser verdad el que la finalidad del viaje sea PASTORAL?
    Y, si la finalidad y tarea del DISCIPULADO de Jesús  que se reconoce porque SE AMAN UNOS A OTROS  es ser LEVADURA, SAL y LUZ, y esto no se hace, porque ni es el viaje práctica de AMOR; ni hay acción de disolverse en la MASA con FERMENTO EVANGÉLICO  (testimonio de Jesús, pobre, humilde, débil, vulnerable, sin policías ni blindados); ni hay preservación de JUSTICIA HUMANA por la insipidez de la sal que no preserva la HERMANDAD, ni las atenciones a Jesús en LOS MÁS PEQUEÑOS DE SUS HERMANOS, necesitados de medios urgentes de SUPERVIVENCIA; ni brilla la LUZ de la coherencia entre el Representante y el REPRESENTADO- COMO el Padre me envió, ASÍ os envío yo a vosotros-¿Qué está pasando en la Iglesia y a qué se reducen estos gestos que llaman pastorales, si al decir de Jesús, se comportan como ASALARIADOS?
    No nosotros, sino Jesús – porque no han podido  censurarlo- es Quien les aplica, por el amor que nos tiene a ellos y a TODOS LOS HUMANOS, aquellos evangélicos varapalos encabezados por: “Ay de vosotros escribas y fariseos hipócritas  …”, con la CONCLUSIÓN: _Más le valiera a quien escandaliza a uno de estos pequeños que lo arrojen  al mar con una piedra atada al cuello. porque ESCÁNDALO GRAVE ES el que NI SE ENTRE AL REINO DE JUSTICIA DEL PADRE, NI SE DEJE ENTRAR A LOS QUE INTENTAN y NECESITAN ENTRAR.

  • Laura

    Hola a todos!
    Yo queria decir que a P.L. no le doy un aplauso porque no puedo enviarlo por internet pero que estoy totalmente de acuerdo con él, al igual que con el autor del texto.
    Yo me reconsidero agnostica pero creo que incuso a los ateos les afecta lo que el papa hace con el mundo, osea lo que le da la gana porque desgraciadamente, la mayoría de los cristianos confunden sus ideales religiosos con los “dicatoriales” del papa, ya que no tienen otro nombre, por lo que no saben separar a Jesús de la Iglesia y ahí está el punto más importante.
    Independientemente de que creamos o no en Dios, es inpermisible que un hombre “promulgue” la palabra de Dios gastando millones de euros en campañas contra el aborto, contra el uso del preservativo, contra los homosexuales y vamos, no lo hace contra la mujer y los habitantes del 3er mundo porque ya queda muy descarado!
    Lo que no me cabe en la cabeza es como tanta gente acepta el poder del papa como jefe de Estado que es aún sabiendo la hipocresía que hay en la supuesta palabra de igualdad que predica cuando él es el primer xenófobo, homófobo, machista y otras más cosas que no voy a decir. ¿Dónde está la “tolerancia”, el “respeto”, “todos somos iguales antes Dios”  y los valores éticos que promueve la religión católica? Estaré ciega porque no los veo!
    Lo que pasa esque la empatía es una palabra vacía de significado y que somos tan egoístas y tan egocéntricos que “ya tenemos bastante con pensar en nosotros”. Que si a mí me beneficia que los demas se las arreglen y que si no piensas como yo no mereces ir al cielo.
    En fin, yo también espero que algún día escuchemos del papa las palabras que dice Jose arregui, soy joven y aun tengo tiempo de ello aunque lo dude profundamente. No tanto por la iglesia y los creyentes, sino por el mundo entero porque esta empresa  que se supone a favor de los desfavorecidos y el poder de los pobres no es más que otra más del totalitarismo humano.

    P.D. me gustaría intercambiar los e-mails con alguien que le interese hablar de estos temas porque quiero aprender a expresarme y a formarme bien la ideas aunque ya tengo muy clara mi forma de pensar. Puse otro mensaje en lo de la iglesia catolica actual o algo asi pero no se me publica…
    Gracias!

  • mªpilar garcía

    ¡Gracias de nuevo José Arregui!
     
    Me conmueve comprobar, que sigue firme en su experiencia del Dios de Jesús.
     
    Esperanzado, en que hay otra manera de vivir esa experiencia, cerca de Jesús,  siguiendo sus pasos, su estilo de vida, su confianza plena en el Proyecto de ese Dios Abba.
     
    Cada día al levantarme, despierto mi ser todo, admirada y agradecida al Ser que todo lo recrea junto a todas las personas de buena voluntad.
     
    ¡Vendrá un nuevo amanecer, seguro!
     
    Un abrazo entrañable.
    mª pilar

  • Brisa

    Gracias a personas como Joxe Aguirre, J.M. Castillo, Pikaza, Torres Queiruga,  Pagola…y otros, hay muchos que seguirmos creyendo que algún día habra una iglesia diferente al montaje estructural arcaico y alejado del Evangelio que impera ahora.
    Por ello, gracias y bendiciones.

  • P.L.

    Si el papa vino como Jefe de Estado, debió respetar  y no censurar ls leyes aprobadas por el congreso de ese estado, elegido democráticamente por los ciudadanos.
    Si el Papa vino como Jefe de Estado, no debió haber hablado como Presidente del partido Popular.
    ¿Que presidió el Papa en Santiago, una misa o un mitin electoral del PP?
    Si el Papa vino como teólogo, tiene que aceptar que su teología sea discutida por quienes defendemos la teología de la liberación.
    Y si el Papavino como sucesor de Pedro, representante de Jesús de Nazaret,  sobran comentarios. Yo no le reconocí en medio de tanto boato.
    Lo siento.en mi cabeza tengo la imagen de un Jesús, carpintero, tal vez de ribera haciendo barcos en los astilleros del lago, y viviendo en una semichavola medio escavada en tierra, que llegó sa Jerusalén montado en un borriquito, no para bendecir el templo sino para arrojar de él a los traficantes. Estoy seguro que si Jesús se presentase así en la plaza del Obradoiro, los guardias de seguridad del vaticano,no le dejarían entrar.  

  • Mª Antonia Martínez

    Yo tampoco entiendo los motivos oficiales de este viaje. Para mí todo es sagrado, o todo es profano que es lo mismo, estas son categorías inventadas por los humanos para distinguir, excluir, separar, clasificar… y así poder controlar. Lo que existe es la realidad con todos sus componentes y cada persona, a través de su experiencia y su cultura la interpreta a su manera. En Atrio es lo que yo veo: un lugar de encuentro y de diálogo de las diferentes maneras de ver y vivir la realidad.                                                                                                                                Según mi manera de ver la realidad,  no era necesario ir a consagrar el templo de la Sagrada Familia, desde el momento que empieza a existir puede ser usado para la finalidad que se le dió.
    Por lo demás estoy muy de acuerdo con todo lo que dice la carta de Arregi, aunque no estoy muy segura de que el Papa hubiera querido anunciar su viaje de esa otra manera. ¡Me encantaría que pudiera ser así y ojalá llegue el momento en que lo sea!

  • Carmen (Almendralejo)

    Pues a mi José Arregui no me extraña que un hombre quiera ser lo que es ese hombre llamado bendedicto XVI…
    Lo que me asombra es que miles de hombres se autoporclamen sacerdotes y les sigan, qeu tengan a mujeres com sivientas y lo vena NORMAL…
    Creo firmemente que todo esto que digo Jesús lo denuncia y su vida y muerte es la viva imagen de cuanto digo.

    Esa es la mayor prostitución que sigue regentado esta iglesia nabucodonosiana.

    ¡Lástima! que esto no se motivo de denuncias ni de que nadie se salga de esa secta.

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