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Transfiguración de Jesús

Este comentario al relato de Lc 9,26-32, el evangelio que en la Iglesia católica se propone para hoy, segundo domingo de cuaresma, lo hemos tomado del portal hermano Fe adulta y lleva la firma de Fray Marcos. Este portal, que recomendamos vivamente a quien todavía se considere cristiano practicante pero quiera aspirar otros aires, hace mucho hincapié en los textos bíblicos de la liturgia y ofrece diversos comentarios cada semana. Hoy, además de éste, podemos leer allí los textos bíblicos y los comentarios  de José Antonio Pagola, Enrique Martínez Lozano y José Enrique Galarreta,  

      

      No acabamos de dar el salto del Dios del AT al Dios de Jesús

       En la liturgia de este domingo se nos proponen dos teofanías, (manifestaciones de Dios) una a Abrahán y otra a los tres apóstoles. En realidad, toda la Biblia es el relato de la manifestación de Dios.

      En el caso de Abrahán, estamos ante el hecho más significativo en la historia del pueblo judío, la Alianza sellada por Abrahán con el mismo Dios. Hay un detalle muy significativo. Dios no llegó a la cita hasta que vino la noche y Abrahán cayó en “un sueño profundo y un terror intenso y oscuro…” Fue una experiencia interior de Abrahán que para él era más cierta que la misma realidad, que podría ver con los ojos abiertos. Es significativo que muchas de las experiencias de Dios en el AT se relatan como sueños.

      Tampoco la transfiguración debemos entenderla como una puesta en escena por parte de Jesús. Va en contra de toda su manera de ser y de actuar. No tiene ni pies ni cabeza que Jesús montara un espectáculo de luz y sonido ni para tres ni para tres mil.

      El domingo pasado se proponía una espectacular puesta en escena (tírate de aquí abajo) como una tentación. No tiene mucho sentido que hoy se proponga como una “gracia” en beneficio de los tres apóstoles. Una cosa es la experiencia, y otra muy distinta cómo nos la cuentan.

      Es clave para la comprensión del relato la advertencia final. “Por el momento no dijeron nada de lo que habían visto”. En el relato de Mateo y Marcos, el mismo Jesús les prohíbe decir nada a nadie “hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos”.

      Seguramente se trata de una experiencia pascual. Las experiencias pascuales se narran como si fueran acontecimientos de la vida normal, pero son vivencias internas que se intentan comunicar a los demás con el lenguaje que se utiliza para contar hechos que no se pueden constatar por los sentidos. Con el tiempo este relato se insertó en la vida de Jesús.

      La versión litúrgica nos ha escamoteado el comienzo que dice “unos ocho días después…” se trata de indicar que estamos en el primer día de la nueva creación.

      En este episodio, se emplean los mismos elementos que se habían utilizado en todo el AT para relatar las repetidas teofanías de Dios.

      · El monte, lugar de la presencia de Dios.

      · El resplandor signo de que Dios estaba allí.

      · La nube en la que Dios se manifestó a Moisés y que después les acompañaba por el desierto.

      · La voz que es el medio por el que Dios comunica su voluntad.

      · El miedo que siente todo aquel descubre la presencia de Dios.

      · Las chozas, alusión a la fiesta más importante en tiempo de Jesús para los judíos. Fiesta mesiánica en la que se conmemoraba el paso por el desierto, de la esclavitud a la tierra prometida.

      · Moisés y Elías que son símbolos: La Ley y los Profetas, los dos pilares sobre los que se asentaba la religiosidad del pueblo judío.

      Moisés y Elías conversan con Jesús, pero se retiran. Han cumplido su misión y en adelante será Jesús la referencia última. Pedro no está en es dinámica y pretende hacer tres chozas, para que Moisés y Elías puedan continuar

      Deja muy claro que se trata de una transfiguración. Lo que cambió fue la figura, no la sustancia. En lo esencial, Jesús siguió siendo el mismo. Fue la apariencia lo que los tres discípulos experimentaron como distinto. En Jesús, lo verdaderamente importante, es el ser divino que no puede ser percibido por los sentidos. Lo que normalmente ven en él, es lo accidental.

      En los relatos pascuales, se quiere resaltar que ese Jesús que se les aparece, es el mismo que anduvo con ellos en Galilea. En la transfiguración, se dice lo mismo, pero desde el punto de vista contrario. Ese Jesús que vive con ellos es ya el Cristo glorificado. Quiere demostrar que lo que descubrieron de Jesús después de su muerte, ya estaba en él durante su vida, pero no fueron capaces de apreciarlo. Lo que hay de divino en Jesús, está siempre en su humanidad, no añadido a ella en un momento determinado.

      La inmensa mayoría de las interpretaciones de este relato, apuntan a una manifestación de la “gloria” como preparación para el tiempo de prueba de la pasión. En mi opinión, esto sería una manifestación trampa. Cuando interpretamos la “gloria” como lo contrario al “sufrimiento”, nos alejamos del verdadero mensaje del evangelio. El sufrimiento, la cruz no puede ser un medio para alcanzar la gloria. En el sufrimiento está ya Dios presente, exactamente igual que en lo que llamamos glorificación.

      No descartes el meditar una hora (o doce veces cinco minutos cada vez) este punto. Lo que llamamos gloria de Dios no tiene absolutamente nada que ver con la gloria humana. En Dios, su “gloria” es simplemente su esencia, no algo añadido. Dios no puede estar ni ser glorificado, por la sencilla razón de que nunca puede estar ni ser sin gloria.

      Con nuestra mente no podemos comprender esto. Cuando hablamos de la gloria divina de Jesús, aplicándole el concepto de gloria humana, tergiversamos lo que es Jesús y lo que es Dios. Si en Jesús habitaba la plenitud de la divinidad, como dice Pablo, quiere decir que Dios y su gloria nunca se separaron de él. Jesús, como ser humano, si podría recibir gloria humana: cetros, coronas, solios, poder, fama, honores, etc. etc. Pero todo eso que nosotros nos empeñamos en añadirle no es más que la gran tentación.

      El evangelio nos dice que no tenemos nada que esperar para el futuro. La buena noticia no está en que Dios me va a dar algo más tarde aquí abajo o en un hipotético más allá, sino en descubrir que todo me lo ha dado ya.

      “El reino de Dios está dentro de vosotros”. En Jesús está ya la plenitud de la divinidad, pero está en su humanidad. Lo divino que hay en Jesús no se puede percibir por los sentidos. De fenómenos externos no puede venir nunca una certeza de la realidad trascendente, por muy espectaculares que parezcan.

      Todo lo que Jesús nos pidió que superáramos, resulta que ahora lo volvemos a reivindicar con creces, sólo que un poco más tarde. Renunciar ahora para asegurarlo después, y para toda la eternidad… Es la mejor prueba del valor que seguimos dando a nuestro falso yo, y de que seguimos esperamos la salvación a nivel de nuestro ego.

      Jesús acaba de decir a los discípulos, justo antes de este relato, que tiene que padecer mucho; que el que quiera seguirle tiene que renunciar a sí mismo; que el grano de trigo tiene que morir…

      Jesús nos enseñó que debemos deshacernos de la escoria de nuestro falso yo, para descubrir el oro puro de nuestro verdadero ser. Nosotros seguimos esperando de Dios, que recubra de oropel o purpurina esa escoria para que parezca oro. Lo que tenemos que hacer es descubrir, más allá de la purpurina que nos envuelve, el oro de nuestro verdadero ser; ver el diamante que somos, escondido tras el lodo que nos envuelve.

      Lo divino que ya está dentro de nosotros, no es lo contrario de las carencias que experimentamos. Es una realidad que ya somos y es compatible con las limitaciones de todo tipo (físicas, síquicas y morales), que son inherentes a nuestra condición de criaturas.

      Después de Jesús, es absurda una esperanza de futuro. Dios nos ha dado ya todo lo que podría darnos. Se ha dado Él mismo y no tiene nada más que dar (Sta. Teresa).

      Claro que esto da al traste con todas nuestras aspiraciones de “salvación”. Pero precisamente ahí debe llegar nuestra reflexión: ¿Estamos dispuestos a aceptar la salvación que Jesús nos propone, o seguimos empeñados en exigir de Dios la salvación que nosotros desearíamos para nuestro falso yo? La única esperanza que cabe es la de que descubra la realidad que soy.

      ¡Escuchadle a él solo! Para nosotros, los cristianos del siglo XXI, no es nada fácil cumplir esa recomendación de la “voz”. Seguimos, como Pedro, aferrados al Dios del AT y nos da miedo soltar amarras y fiarnos sólo de lo que dice Jesús.

      Dos mil años de cristianismo han velado de tal forma el mensaje de Jesús, que es casi imposible distinguir lo que es mensaje evangélico y lo que es adherencia ideológica. Los prejuicios que tenemos sobre Jesús, nos impiden acercarnos a él con la mente abierta. Esa tarea de discernimiento es más urgente que nunca.

      La creciente relación entre culturas y religiones hace que podamos comparar y descubrir lo mucho de relleno que se nos ha vendido como evangelio. Jesús buscaba odres nuevos que aguantaran el vino nuevo. Hoy lo que abunda son odres nuevos que esperan vino nuevo, porque no aguantan el vino viejo que se les ofrece.

      El hecho de que Moisés y Elías se retiraran antes de que hablara la voz, es una advertencia para nosotros que no acabamos de dar el salto del Dios del AT, al Dios de Jesús.

      Jesús ha dado un salto en la comprensión de Dios que debemos dar nosotros también. En realidad, en ese salto consiste todo el evangelio. El Dios de Jesús es un Dios que es siempre y para todos amor incondicional. El Dios de Jesús nos desconcierta, nos saca de nuestras casillas porque nos habla de entrega incondicional, de amor leal, de desapego del Yo.

      El Dios del AT ha hecho una alianza al estilo humano y espera que el hombre cumpla la parte que le corresponde. Sólo entonces, premia al que la cumple y castiga al que no la cumple. Con este Dios sí nos identificamos, porque es lo que haríamos nosotros si estuviéramos en su lugar. Esa es la trampa; nos empeñamos en hacer un dios a nuestra medida.

       

Oración-contemplación

Hoy los apóstoles ven a Jesús como realmente es.

También tu verdadero ser es un diamante.

No te dejes engañar por las apariencias.

Ni tú ni los demás tenéis nada que cambiar en lo esencial.

…………………………

No confundas la meta.

No tienes que arrancar nada de ti.

Todo lo que no es esencial, terminará por desprenderse.

Agudizar la vista para ver lo que eres,

 más allá del oropel y del lodo que te cubre y oculta.

………………

Sólo la meditación podrá iluminarte para ver la realidad.

No es fácil, pero es el único camino.

Insiste. Enfoca toda tu atención hacia el centro de tu ser.

La iluminación llegará con la mayor naturalidad.

……………………………..

      Fray Marcos

(www.feadulta.com 25.02.10)

12 comentarios

  • pepe blanco

    Hola Rodrigo Olvera,
     
    Siempre es agradable que un señor torpe como yo pueda explicarle algo a un chico listo como tú. Creo recordar que lo único que quería expresar con mi comentario –bien torpe, sin duda, ahora que lo releo al cabo de quince días- es que no me había quedado claro el rol que el autor otorga a Jesús: si el de un revelador necesario o el de un maestro contingente. ¿Ves qué sencillo?
     
    Por cierto, estoy tomando café con mis hormonas, y me dicen que te transmita su saludo más afectuoso y su gratitud por tu cálido recuerdo de ellas. 😉

  • Pepe Blanco

    Dices ¿De qué me sirve una divinidad dentro de mí a la que yo solo no puedo acceder?
    Sin entrar al punto de si existe o no una divinidad, o si la interpretación del autor sobre ella es o no cuerta, observa tu forma de argumentar.
    Con la misma forma de argumentar, habría que argumentar:
    ¿De que te sirven las funciones fisiológicas de tu cuerpo, si no puedes acceder directamente y por tí mismo a ellas, sino que te tuvieron que ser enseñadas? ¿Dirías entonces que las hormonas no existen sólo porque te tuvieron que ser enseñadas?

    Saludos cordiales

  • h.cadarso

     Me alegro de que lleguemos a un lenguaje que, de puro espiritual y místico, resulta tan comprensible para los más laicos  de entre nosotros.
     Pero tengo mis reservas ante este modo de “leer” o sea “entender e interpretar” el evangelio. No puedo prescindir del tema de las tentaciones del domingo pasado: la gloria y el  aplauso de los hombres, el poder, la riqueza, y relacionarlo con lo de la transfiguración.
     Las tentaciones de Jesús me sitúan en la actual crisis económica y en los postulados filosóficos que hoy mueven el mundo: dinero, poder, prestigio. Toda la mística y todas las llamadas del Reino de Dios van a desmontar y derrotar esta trilogía dinero-poder-gloria, desde el más Antiguo Testamento, desde Moisés y Elías, hasta Jesús. Que es decir desde siempre y para siempre.
     Me inquieta lo de Pepe Blanco; para mí, Pepe, esa mística y esa llamada del Reino de Dios llegan a todos los hombres claras y nítidas, y Jesús nos las explica en nuestro interior a nosotros, a los budistas, a Marx, a Bush, a Obama, a Chávez, a todos. Porque Dios no hace distinción de personas…Pasa que Jesús se reencarna en cualquier hombre, en cualquier persona, que vive en su vida los valores que El vivió. A todos esos hombres de buena voluntad, que sean Gandhi, que sea Nelson Mandela, o Confucio o Buda,  que sea el Che Guevara o la Madre Teresa de Calcuta, que sea mi vecina del cuarto, o tú mismo, Pepiño, con todo lo que me contaste mirando al mar allá en Aldán, yo les llamo Jesús, Dios hablándome a través de ti, de  ellos.
      Y a este predicador de turno que nos ha tocado en este foro le critico que no usa este lenguaje tan “rastrero” pero tan inteligible del dinero, el poder, la gloria, la crisis económica. Porque estos son los signos de los tiempos de que nos habló el Concilio Vaticano II, los signos que el personal de a pie percibe, entiende, comprende…

  • pepe blanco

    Dice el autor:
     
    ”Lo divino que ya está dentro de nosotros”
     
    Y poco después:
     
    “¿Estamos dispuestos a aceptar la salvación que Jesús nos propone…?
     
     
    ¿En qué quedamos? ¿En que la divinidad está dentro de nosotros –en cuyo caso no tiene por qué ser necesariamente aquello que se dice que supuestamente Jesús intentó mostrar- o bien en que tenemos que estar dispuestos a aceptar la salvación que Jesús propone -en cuyo caso, la divinidad no está dentro de nosotros, pues tuvo que sernos mostrada –revelada-? ¿De qué me sirve una divinidad dentro de mí a la que yo solo no puedo acceder? Eso no sería divinidad-en-mí, sino creencia, ideología peviamente postulada y transmitida.

  • Leía este post distraidamente antes de irme a dormir. Y a medida que leía, aumentaba mi interés.

    ¿Estamos dispuestos a aceptar la salvación que Jesús nos propone, o seguimos empeñados en exigir de Dios la salvación que nosotros desearíamos para nuestro falso yo?-

    Si señor. “por hay van los tiros”.
    Y el poema. Perfecto.
    Me alegra encontrarme con cristianos, como este Fray Marcos

  • El portal de FeAdulta, que administra
    nuestro amigo Rafael Calvo,
    envía semanalmente a sus suscriptores,
    un correo comentando las novedades,
    solo deben notificar su e-mail,
    es un eficaz medio de
    actualizar nuestra fe adulta
    en clave de “Teonomía”.
     
    Quienes deseen seguir los comentarios
    a las lecturas bíblicas de la misa del domingo,
    del sacerdote dominico Marcos Rodríguez,
    también lo pueden hacer en:
    http://www.telefonica.net/web2/vidaensintonia/Domingo/Ciclo%20C/clista.html
     
    Los comentarios del presbítero, teólogo, sociólogo y psicólogo
    Enrique Martínez Lozano, se encuentran en su página Web:
    http://www.enriquemartinezlozano.com/
     
    Los del presbítero, teólogo y escriturista
    José Antonio Pagola, se encuentran en:
    http://svicentemartir-abando.org/pagola.htm
     
    Un abrazo.

  • Carmen (Almendralejo)

    Cuesta entender, que las directrices que hoy siguen las religiones “cristianas” estando en el A.T, como estaban los discípulos en el Monte Tabor.
    Solo ellos vieron la aparición de Moisés, y Elías…
     
    En el A.T, Moisés es el guía preceptor y consejero, el pastor que guía a su rebaño a la tierra prometida, porque todo pueblo, necesita un lugar palpable, y este hombre se autoproclama el elegido por dios para que diga cual es ese lugar prometido, deseable por el mismo dios.
     
    Lo que ocurre, hoy es lo mimos que ayer… seguimos necesitamos de un lugar físico para sentirnos agregad*s a este Pueblo, y perseguimos y nos oprimimos sin darnos cuenta que D*s no necesita ningún lugar físico en la geografía planetaria para habitarn*s, sino que D*s, solo necesita que dejemos espacios dentro de cada persona, para que nazca el D*s nacido de Jesús.
     
    Elías, sigue todo el pensamiento hagádico judío y en la constancia y perseverancia con la que quiere hacer volver a su pueblo a la  observancia de Mosaica,  y como no a ser el pueblo escogido, las leyes únicas y una justicia verdadera para ese electo grupo…
     
    Pero se olvidan uno y otro que D*s dijo que Soy el que soy,  “Yo os hice, y a mí nadie me hizo” (Exodo 3,14). D*s no tiene un solo gramo de tierra como única, y tampoco una ley como observancia para encontrar ese Camino.
    Somos la Humanidad, el Pueblo Elegido, es el ser humano la Tierra Prometida, de ahí que somos parte de ella, polvo y agua moldeada con sus manos.
     
    Su ADN, va impresa en nuestra misma piel, y por lo tanto nada y nadie obtiene más sabiduría de D*s, ni por sexo, género, formación, raza o color… y aún menos por clase social.
     
    Aquí se quedaron estos discípulos queriendo estar en la tres chozas elegidas, lo que aún sigue primando para estas religiones cristianas y aún más para la católica, a pesar y con dolor nuestro es lo que existe:
     
    La Choza del Vaticano, “Tierra prometida…” los únicos y verdaderos, el magisterio…
     
    La Choza del Clero, “Pueblo elegido, ellos, los santos varones… de la moral y la condena
     
    La Choza del poder “Que bien se está aquí” quedémonos con todo para vivir mejor, y no nos contaminemos…

  • mªpilar garcía

    Es como la “voz” que sigue clamando en el desierto de nuestros corazones… ayer, hoy… siempre,  porque… (nos dice el art.)
    No acabamos de dar el salto del Dios del AT al Dios de Jesús”  y…

    “El Dios de Jesús nos desconcierta, nos saca de nuestras casillas porque nos habla de: entrega incondicional, de amor leal, de desapego del Yo”.
    Nos dice, hoy hay, muchos odres nuevos deseosos de recibir el: ¡¡¡Vino Nuevo que Jesús nos dejó!!!
    Ahí está el camino, la nueva mirada, en nuevo amanecer… empezando por “desaprender” tanta palabra interesada en no se que…
    Volvamos a la Esencia, Vida… y hagamos posible un mundo mejor, aquí y ahora.
    mª pilar

  • Gabriel Sanchez

    Pensando en voz alta, me atreví  a rumiar algunas cosas, a partir de lo que decía el portal…y tome frases claves para hacerlo…
     
    …pero son vivencias internas que se intentan comunicar a los demás …
     
    Tal vez porque muchas veces en la experiencia comunitaria, nos hemos encontrando camino a Jerusalén, sabiendo que era posible que nos estuvieran esperando los fariseos y los saduceos y en ese encuentro comunitario, nos ayudamos tener claridad y fuerza, a ahuyentar la oscuridad y el miedo…a aprender que el encuentro con Dios, nunca es sólo interior o una experiencia interna, porque no existe nada verdaderamente humano que comunique con Dios, que no abarca todas las dimensiones de la realidad y del hombre…y esto implica todo, lo de afuera (que es siempre recibido) y lo adentro (que siempre lugar interior y de encuentro con lo exterior)… Yo he vivido experiencias comunitarias, en donde vivimos experiencias muy parecidas…situarlas en un interior ciego y propio…nos extirpa la vivencia comunitaria de un encuentro-teofania.-
     
     
     
    La gloria de Dios  En el sufrimiento está ya Dios presente, exactamente igual que en lo que llamamos glorificación… Más adelante se nos dice “El evangelio nos dice que no tenemos nada que esperar para el futuro. La buena noticia no está en que Dios me va a dar algo más tarde aquí abajo o en un hipotético más allá, sino en descubrir que todo me lo ha dado ya.”… se nos esta diciendo que ya nos fue dado todo lo que se nos puede dar y que la gloria de Dios, nos lleva al sufrimiento…, parece una perspectiva poco alentadora, ¿o  debemos esperar la resurrección…que nos fue dada, pero no recibida…o todo lo que nos fue dado es el sufrimiento?… Para no emplear demasiadas palabras recurramos a San Pablo… que resumen con meridiana claridad este dilema… “18             Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros.
                    19            Pues la ansiosa espera de la creación desea vivamente la revelación de los hijos de Dios.
                    20           La creación, en efecto, fue sometida a la vanidad, no espontáneamente, sino por aquel que la sometió, en la esperanza
                    21            de ser liberada de la servidumbre de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
                    22           Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto.
     
    23           Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo. Rom. 8,19-23”
                La perspectiva de la liberación, es don gratuito entregado, pero también es esfuerzo, lucha…conversión realizada, es parto doloroso, que estamos, en Él realizando en esta historia…
     
    El Reino…todo me lo ha dado ya… En el último Foro Mundial de Teología de la liberación, alguien acuño este concepto…Dios más que amor…es amar…El Reino presente, es germen, que se desarrolla, por su Gracias, en el amar…que es presencia de Dios obrando en medio de los hombres…es construcción de vida…por eso podemos decir con los padres de la iglesia LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVA!!!…
     
    Y a mi me parece que el ha querido para esto, contar con nuestra libre recepción y compromiso, por eso, vamos camino a Jerusalén, no para morir, sino porque creemos que la vida siempre puede más…Y la transfiguración es un destello de esto, es la comunidad reunida antes de emprender el camino a Jerusalén…, y que juntos optan, por acompañarlo en su camino diciendo desde entonces hasta ahora “junto a Jesús, vayamos a morir con Èl… (Cfr. Juan 11,16).- Con cariño desde Montevideo, Gabriel

  • Sarrionandia

    Albricias por la recomendación de la página “FE ADULTA”
    Javier:
    teóricamente, el amor incluye la fe; de hecho son inseparables, pero el olvido de la fe lleva al desgaste y corrupción del amor.

  • oscar varela

    Hola!
     
    La Redacción Atriorecomienda un portal a quien todavía se considere cristiano practicante pero quiera aspirar otros aires
     
    La recomendación es conveniente para aquellos que se sienten ahogados en el tufo de los templos de piedra.
     
    Nada mejor que invitarlos a salir al Atrio, donde el Aire está más oxigenado.
     
    En caso de “resfriarse”, podrán volver al “calor de hogar”.
    ···········
    Este señor Fray utiliza legítimamente el arsenal del portal, recurrente a Pagola, Martínez Lozano y Galarreta, nos dice la Redacción.
     
    Este señor Fray nos invita a salir a un más pneumático Atrio para meditar; pero con una condición: mandar previamente al carajo nuestro Yo.
     
    Confieso que cada vez que me puse a ello, luego me sentía perdido, no me podía hallar.
     
    Tenía, ciertamente, una deliciosa sensación sensual “durante”, que no estaba mal.
     
    Pero, cuando sonaba el despertador tenía que ponerme la ropa de trabajo, montar la camioneta y apechugar 10 horas esforzadas y felices en Obra de Construcción junto a mis compañeros.
     
    Con el tiempo fui ensayando otro tipo de “meditación” más manual:
    * reclamarle el sentido a las cosas que trataba
    * esas mismas cosas que me (a mi YO) le reclamaban que les diera sentido.
     
    Pero eso me ocurría ya no en el Templo ni en el Atrio, sino en la Rúa.
    ··········
    La redacción de Atrio.org tiene razón: la Pedagogía es necesaria … sin estancamientos (agrego yo)
    [¿dije “Yo”? ¡Perdón por la mala palabra!]
     
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Javier Renobales Scheifler

    El vino nuevo son los nuevos hechos de amor que la Humanidad necesita que hagamos constantemente con el prójino para superar todas las injusticias y todos los sufrimientos de éste y nuestros, que podríamos eliminar y no eliminamos.
     
    Como dice Fernando San Martín en el Diario vasco:
    “Este año en que se cumple el trigésimo aniversario del salvaje asesinato de Monseñor Romero a manos de otros “ortodoxos”, resultan proféticas sus palabras en su discurso en Lovaina:
     
                “La esencia de la Iglesia está en su misión de servicio al mundo, en su misión de salvarlo en totalidad y de salvarlo en la Historia, aquí y ahora – La Iglesia está para solidarizarse con las esperanzas y los gozos, con las angustias y tristezas de los hombres”.
     
    Por lo tanto la esencia imprescindible no es  la fe en Dios ni en Jesús, ni menos aún la fe en la ICAR, ni en su doctrina, ni la práctica de las liturgias, Misas, oraciones y sacramentos …etc., etc. Ni siquiera la esencia es el Evangelio, ni Jesús.
     
    Se puede amar de la mejor manera posible también sin Jesús.
     
     “El Dios de Jesús es un Dios que es siempre y para todos amor incondicional”, como concluye el hilo: y en esa “entrega incondicional, de amor leal, de desapego del Yo” consiste todo el evangelio.
     
    Ser cristiano consiste en amar lo más y mejor posible, no en tener esta o aquella fe. Esa es la tarea, la realización de hechos de amor. Lo demás son sombras y ceniza.
     
    Esa tarea está sin hacer en su inmensa mayor parte, de la cual no deben distraernos los sueños y fantasías de otras épocas, ni las teologías ni interminables doctrinas y encíclicas …etc. de la ICAR ni de ninguna otra religión.

     

     

     

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