Otros temas

Autores

Archivo de entradas

Temas

Fechas

Calendario

febrero 2010
L M X J V S D
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
7182 Artículos. - 109453 Comentarios.

La religión del mercado

El siguiente artículo, tomado del libro de Dokushô Villalba Zen en la plaza del mercado (Aguilar, 2008) a través de  la página de Planeta/Conciencia, encaja muy bien, a mi parecer, con los temas que traemos entre manos: las construcciones sociales de la realidad que alimentan nuestra mente, el Dios que no es y que queremos remplazar por El Que Es, etcétera. Quizás nos podría servir para seguir ahondando  en esta temática. Héctor.

LA PROPAGANDA DE LA RELIGIÓN DEL MERCADO

La nueva Religión del Dios Mercado se ha introducido en todas las instituciones que vertebran la sociedad moderna: en los parlamentos, en el senado, en los gobiernos central y autonómicos, en los partidos políticos tradicionales, en las universidades y en el sistema educativo, en los medios de comunicación (los grandes propagadores), incluso en algunas instituciones religiosas y ong (que ponen el capital obtenido mediante donaciones al servicio del Mercado, jugando en bolsa y contribuyendo con la especulación financiera).

Por lo tanto, no debemos esperar que la contestación a la nueva religión parta de las instituciones establecidas, sino de un movimiento ciudadano de concienciación y en unas instituciones religiosas renovadas que puede inspirarse en la moral universal vehículada hasta ahora por las tradiciones religiosas.

La nueva religión ha sido inoculada subrepticiamente en las conciencias individuales a través del mayor sistema de propaganda, de seducción, de manipulación y de presión que se conoce en la historia. Goëbbel, el ministro de propaganda del III Reich, no es más que un aprendiz de brujo al lado de los nuevos ingenieros de la llamada eufemísticamente “comunicación” y que no es otra cosa que un gigantesco sistema de manipulación de masas. Los publicistas y los medios de comunicación, sean o no sean conscientes de ello, son el órgano ejecutivo de esta propaganda universal.

Las agencias de publicidad y la industria del marketing tienen en sus nóminas de asalariados a los mejores cerebros especializados en psicología y en comportamiento humano. Su misión no es la de educar a la especie humana en valores universales, sino la de escudriñar en nuestra alma con el fin de poner a punto estrategias comerciales capaces de vendernos cualquier cosa y de hacernos comulgar con ruedas de molino. Y esto, con tal arte, que esta flagrante manipulación es vivida por los mismos manipulados como un ejercicio de libertad.

Nuestros gustos musicales, nuestras aficiones, nuestros pensamientos, nuestra manera de ver las cosas, las novelas que leemos, las noticias de la prensa escrita, de la hablada y de la visualizada, las películas a las que tenemos acceso, el color de las paredes de nuestra casa, los adornos del mueble bar, lo políticamente correcto, nuestros conceptos de bien y de mal, todo es fruto de una programación a distancia, es decir, de una teleprogramación.
Nuestra forma actual de desear es un sistema de valores particular, históricamente condicionado – un conjunto de hábitos fabricados como los productos proporcionados para satisfacerlos.

Según el diario comercial Advertising Age, que debe saberlo bien, en 1994, los Estados unidos gastaron 147 billones de dólares en publicidad – bastante más que para el conjunto de la enseñanza superior. Esto traducido a un aluvión de 21.000 anuncios televisivos, 1 millón de páginas de anuncios en prensa, 14 billones de catálogos de venta por correspondencia, 38 billones de folletos publicitarios y un billón de rótulos, pósters y carteles. Esto no incluye las diversas industrias relacionadas que afectan el gusto y gasto del consumidor, como la promoción, las relaciones públicas, el márketing, el diseño y sobre todo la moda (no sólo ropa) cuyo total ascendió a otros 100 billones por año.

En conjunto, esto constituye probablemente el mayor esfuerzo de manipulación mental que haya experimentado nunca la humanidad -todo ello con el único fin de definir y crear necesidades de consumo. No es de extrañar que un niño en los países desarrollados tenga un impacto ambiental treinta veces superior al de un niño del tercer mundo.

En España, el gasto de publicidad ha aumentado en los últimos diez años un 960 %.

Estamos teleprogramados. Esto es Mátrix y no nos damos cuenta. Es más, creemos que somos libres. Creemos que podemos elegir ser lo que queremos ser. Soñamos despiertos.

Se dice que las democracias aparentes de Occidente son la forma de gobierno menos mala, si las comparamos con la dominación descarnada y cruel de las dictaduras convencionales. Esto es cierto. Pero de ahí a creer que estas democracias son el imperio de la libertad hay un trecho demasiado grande.

Las democracias occidentales son la nueva piel del viejo lobo de siempre que viste actualmente la Religión del Mercado, no porque la religión del mercado sea esencialmente democrática (que no lo es) sino porque se ha dado cuenta que en los sistemas democráticos se puede ordeñar más y mejor a los corderos de siempre. Digamos que las democracias son más rentables: la gente produce más porque se la programa para consumir más.

En las democracias actuales se ha racionalizado y optimizado la producción de bienes (menor esfuerzo, mayor ganancia) al mismo tiempo que el consumo se ha vuelto completamente irracional (mayores ventas, mayores ganancias). No importa que gran parte de lo que se produce y se consume no sirva para nada, siempre y cuando genere beneficios. No importa que nos estemos cargando el medio natural que sustenta la vida, siempre y cuando se produzca enriquecimiento a corto plazo. No importa que no se te permita ninguna otra vida alternativa, siempre y cuando los teleprogramadores te hagan creer que eres libre de decidir.

En la película “El show de Truman” el protagonista consiguió escapar del decorado artificial y alcanzar la verdadera libertad. ¿Podremos hacer nosotros lo mismo? Para poder hacerlo, primero debemos querer hacerlo. ¿Queremos hacerlo?

21 comentarios

  • Julián Leirbag

    La religión mercado también ha de detectarse en algunos sectores de las religiones cristianas, de modo especial la católica puesto que cada vez más son los “misioneros” que no pueden predicar los Evangelios a no ser bajo la condición del ídolo que resguarda y propaga toda clase de mercado que hay: el dinero. Sin dinero ya son pocos los evangelizadores que evangelicen, además, sin dinero la misma jerarquía católica, en su mayoría, no viviría en esas casas “tan pobres” que poseen. Sin dinero no hay predicación, lamentablemente. Sin dinero no es posible construir una “casa de Dios”, iglesia o capilla, o como se quiera llamar. Antes que de Dios la iglesia respira dinero en casi todas sus obras.

  • Lali

    Desde mi punto de vista, la religión del mercado es la auténtica religión universal. Tiene también un dios universal: el dinero. No se distancia de otras religiones cuando utiliza el ardid como estrategia y la sumisión como objetivo.  Evita la lógica y prefiere la consigna del marketing para generar insatisfacción y un impulso irracional e insaciable de consumo. El consumo no genera vida, la defrauda una y otra vez. El mercado esclaviza, por eso teme tanto a la libertad que engañosamente dice defender.
     
    Para mí, el ateo se autentifica cuando renuncia al dios dinero. Desde este criterio resuenan con lógica aquellas palabras del Galileo: “Dichosos los que eligen ser pobres” (Mt 5,3).
     
    Un abrazo
    Lali

  • Asun

    Querida Ana, tu preocupación la hago también mía como ves. Creo que coincidimos en lo que  impide al ser humano ser realmente autónomo, el cómo hacerlo real se me antoja más fácil y alcanzable de lo que nos sugieren las apariencias inexpugnables. Confío en la potencialidad que nos es innata del llegar a ser, aunque las resistencias y la inercia de los hábitos y costumbres nos digan lo contrario. Jesús puso toda su confianza  en alcanzar la alternativa al poder, en el ser,  ahí donde el  tiempo y el espacio, soportes del embriagador dinero y del tener,  se revelan inexistentes, al menos secundarios. 
     
    Un fuerte abrazo.

  • Héctor Rodríquez Fariña

    Comparto con Ana su preocupación:  “metidos en esta vorágine tan envolvente,  el mercado se convierte en el centro de la sociedad, de la economía, de la política, de la economía familiar,  de los individuos. Y para que el mercado no se convierta en el becerro de oro al que adoramos, necesitaremos mucha educación, mucha autoeducación, mucha alerta sobre nuestro propio destino en la vida, saber tomar la rienda de nuestras decisiones, ¡difícil empeño, tanto  como necesario!”

    Nos asusta la manipulación que han hecho de nosotros imponiéndonos subrepticiamente una manera de pensar. Pero por otra parte la manipulación de las mentes ha sido siempre un patrimonio de la sociedad:  para poder subsistir tenemos que  pensar todos igual.
    Claro que cada persona tiene que enfrentarse tarde o temprano a esa mentalidad porque
    no todo puede pasar cono facilitación para la supervivencia del grupo cuando se introducen elementos opresivos, falta de respeto a la libertad, masificación colectiva para mantener el abuso de la autoridad. 

    A mi me parece que en el evangelio de Marcos 3: 23-27 hay un relato que apunta claramente hacia este tema:  Las autoridades mandaron  de Jerusalén a unos escribas destinados a pararle los pies al Galileo, advirtiéndole que se estaba saliendo de la norma y actuando en contra la mentalidad legal y de la autoridad de Jerusalén Pienso con Salvador Santos (Un Paso un Mundo, p.166) que  “el fuerte” del que habla el Galileo es precisamente la fuerza de esa mentalidad impuesta a los demás.
    Jesús avisa que no hay más salida que oponerse y liberarse de ella formando una sociedad alternativa. Claro que esto para nosotros  supone poner en juicio esa forma de vida que consiste en  aceptar ciegamente la mentalidad del mercado. Es ponernos decididamente “con los hambrientos y no con los hartos”.  Es por esto por lo que el mensaje de Jesús nos cuetiona.  Y es por eso por lo que no nos llega desde la cúpula eclesiástica una   lectura  objetiva del Evangelio. Un abrazo, Héctor

  • ana rodrigo

    Querida Asun, creo que estamos de acuerdo en lo que debería ser. El por qué no son así las cosas y nos dejamos embaucar por los cantos de sirena del consumismo, debe ser precisamente porque lo que nos parece tan sencillo, el ser dueños de nuestros actos y de nuestras decisiones, no debe ser tan fácil conseguirlo. De lo contrario el sistema capitalista neoliberal no habría tenido tanto éxito, y el sistema socialista quizá no hubiese fracasado tan estruendosamente. El ambiente, el mercado, la publicidad, etc. presiona mucho y la debilidad del ser humano se quiebra fácilmente.
     
    Ojalá pudiésemos conseguir individuos y no masa, ojalá pudiésemos vivir en una sociedad ideal en la que consumiésemos para vivir y no viviésemos para consumir. Nunca hay que tirar la toalla y en ello estamos.

    Un abrazo

  • Josefina G.C.

    Totalmente de acuerdo contigo queria Asun, reitero todo tu comentario y el último párrafo en particular,  -por muy complejos que seamos Ana-. En un artículo sobre la Importancia de la Educación que guardé hace tiempo, no anoté la procedencia decía: “La ignorancia a la que se refiere Galbraith no creo que sea simplemente la ignorancia del que ignora un dato, una noticia, eso nos pasa a todos: no sé quién es el padre de Fulanito, o qué cabos hay en el extremo norte de Alaska. Creo que la ignorancia a la que se refiere es la ignorancia de esos valores necesarios del propio pensamiento y de la relación con los demás, esas personas que no saben explicitar sus demandas, porque no tienen una voz para explicitar racionalmente sus demandas y, por lo tanto, tienen que elegir entre la sumisión del esclavo o la rebelión brutal que lo destruye todo, porque no pueden escuchar las argumentaciones, entender dentro de la maraña de las promesas falsas lo que tiene una base lógica o unos apoyos racionales. Superar, en último término, la ignorancia es la única posibilidad de salvarse de ese proceso irracional de tener que seguir puramente las rutinas, los tópicos, los lemas y los slogans. La influencia de la ignorancia es el mayor peligro de todas las democracias, empezando por las más altas y las más elevadas.”
    Tambien creo que el poder es del que vende, para eso tienen los cerebros especializados  en psicología  y en comportamientos humanos que tan bien saben manipular la vulnerabilidad, pero sí Ana, si cada individuo tuviésemos la conciencia suficientemente formada y despierta, tendríamos capacidad y poder de decidir en cada momento, y no sólo en lo relativo al consumo.
    De ahí la capital importancia de la Educación y concienciación de que hay otras realidades mas allá de las propias.

    Un poco por comodidad, un mucho por cansancio, desgaste…nos rendimos a lo que tenemos¡¡ NO, habrá que seguir poniendo aunque sea el granito de arena un*s, y el monton los que mas podeis.Gracias.

  • Asun

    No estoy tan segura, Ana, que las cosas sean tan complicadas, o mejor dicho que los seres humanos  sean más complejos  de lo que son en realidad. La docilidad y la ignorancia ha complicado las cosas y el comportamiento de las personas descansa en futilidad mimética magníficamente “sacralizada”.
     
    Hemos llegado a confundir el ser únicos y valiosos con un individualismo narcisista y engreído, engañosamente libre y dócil. Los que van  por delante en la religión del mercado, nos dan todo pensado, se han posicionado en nuestras conciencias, nos inducen subrepticiamente a tomar decisiones y soluciones  prácticas, que creemos hacer por iniciativa propia. Nos embaucan y nos dejamos embobar porque es eso precisamente lo que más temen que hagan los seres humanos por sí mismos: tener una visión de la realidad en amplitud y profundidad, pensar libremente en interconexión de todo con todo, con capacidad de tomar decisiones de forma independiente y llevarlas a la práctica a contracorriente si hace falta, teniendo en cuenta la interrelación de todo y todos con todo y sus consecuencias.
     
    Si se creyera en la Humanidad como fuente de consciencia para el bien de todos y todo, no se escatimaría en educación creativa para formar en el verdadero conocer, ser. Dejaría de ser prioritario llenar la cabeza de saber y “conocimientos” memorísticos que, en lugar de unir, separan  en base a una competitividad alienante y frustrante.
     
    Gracias, Mª Luisa, acabo de leer tu comentario que de algún modo se relaciona con éste.

     

     

     

  • M. Luisa

    Es evidente que frente a esta realidad del dios del mercado, alimentador de la mente, no debemos esperar  contestación ninguna por parte de las instituciones y menos aún de las religiosas.  Y esto es debido pienso,   por el hecho de  haber sido ellas  las pioneras  de influenciar estratégicamente  sobre las conciencias y promotoras en  extender  esta realidad a otros campos.  
     
    No es verdad que del  presente artículo se extrae que del mismo modo que las grandes empresas de publicidad están dotadas de los mejores cerebros especializados  en psicología  y en comportamientos humanos, así  también  las altas instancias religiosas mediante la exclusión, han ido constituyendo un círculo de teólogos dotándose de sólo aquellos  que pueden hacer  mantener este régimen abierto de manipulación?
     
    No es por azar que dentro de este régimen se descubra la fragante contradicción entre la humildad evangélica y la pomposidad religiosa con los consecuentes movimientos concienciadores que van surgiendo y a los que ellos sí,  se deberá  el gran cambio que se espera.
     
    Héctor, recibí tu mensaje pero se ve que el mío no te ha llegado
     
    Un abrazo
     

  • ana rodrigo

    Gracias, Héctor. Hacía tiempo que no leía un artículo con tal concentración de ideas interesantes y que nos deberían de hacer reflexionar.

  • Héctor Rodríquez Fariña

    Ana Rodrigo, tú has leído bien. Ya decía en la introducción que el artículo estaba tomado del libro de Dokusho.  Mío es sólo la selección y la introducción.  Vuelvan a leerlo y verán que queda claro. Saludos Héctor.

  • ana rodrigo

    El artículo  nos pone de manifiesto la indefensión del ser humano y de la sociedad ante el medio en el que se mueve. Procediendo de una mentalidad budista, se entiende lo que se quiere decir. Si cada individuo tuviese la conciencia suficientemente formada y depierta, tendría capacidad y poder de decidir en cada momento, y no sólo en lo relativo al consumo.

     Pero las cosas no son tan sencillas porque los seres humanos somos más complejos.
     
    La publicidad toca el resorte más fuerte del ser humano que es la confianza, la publicidad es garantía de calidad, lo desconocido es sospechoso.
    Al mismo tiempo que nos estimula el deseo. Nadie desea lo desconocido, la publicidad se nos mete por todas las rendijas, desencadena algún resorte interior, y ya estamos en el camino del consumo.
      
    La humanidad actual, con más de 6.000 millones de personas se basa en la producción para tan cantidad de seres humanos y esta masa de tantos miles de millones consumen, de esta forma tan simple se monta la cadena de producción-consumo, con la ingente cantidad de INTERESES, confesables y no confesables.
     
    Y metidos en esta vorágine tan envolvente, el mercado se convierte en el centro de la sociedad, de la economía, de la política, de la economía familiar,  de los individuos. Y para que el mercado no se convierta en el becerro de oro al que adoramos, necesitaremos mucha educación, mucha autoeducación, mucha alerta sobre nuestro propio destino en la vida, saber tomar la rienda de nuestras decisiones, ¡difícil empeño, tanto  como necesario!
     
    Mientras seamos masa, estaremos al capricho de los vientos que empujan siempre  lo más endeble y lo más frágil.

  • ana rodrigo

    Se dice en la presentaciín de este post: “El siguiente artículo, tomado del libro de Dokushô Villalba Zen en la plaza del mercado (Aguilar, 2008)”. Según iba leyendo tenía la duda de la autoría del mismo. Qué hay de Héctor qué de Dokusho?

  • pepe sala

    Casualmente he entrado en la parte anterior de ATRIO y me he encontrado ésto:  ( seguramente su autora no conoce la novedad de ATRIO y lo ha colocado allí). Con su permiso, lo pongo aquí por el asuntillo de  ” el mercadeo religioso”.
     

    carolina
    13-Febrero-2010
    Sr. cardenal Rouco Varela yo soy Carolina Dopeso Ferreira, madre de un niño al cual le estan negando las aguas bautismales, yo ya no se con quien ponerme en contacto porque sinceramente estoy muy desilusionada debido que mi hijo es un bebe de dos meses y no me lo quieren bautizar.
    Yo no se cuales son las leyes de la iglesia pero no creo que una de ellas sea negarle el bautizo a un niño.
    Le cuento un poco la historia:
    yo soy feligresa de la iglesia san salvador de coruxo en vigo, el dia 31 de enero de 2010 teniamos concertado el bautizo de nuestro hijo y media hora antes el sacerdote se nego a bautizarlo poniendonos diversas escusas, primero que si el padrino no estaba confirmado cuando lo esta, despues que la madrina no estaba confirmada cuando tambien lo está y por ultimo me dijo que como la madrina esta casada por lo civil la tenia que cambiar, yo entiendo que la iglesia puede tener normas pero no creo que una de ellas sea negarle las agua a un niño porque la madrina esta casada por lo civil
    espero que usted me ayude a arreglar este problema para que yo porfin pueda bautizar a mi hijo porque yo quiero que se haga cristiano.
    gracias””

    Con la Iglesia hemos topado, amiga Carolina… Bienvenida. ( yo tengo a mis hijos sin bautizar y le aseguro que comen exactamente igual que los bautizados… pero cada cual es cada cual y seis media docena.)

  • Héctor Rodríquez Fariña

    ¿No es posible que la tan traída y llevada  globalización del mercado, absorbente como una nueva religión, se lo haya tragado todo, no dejando sitio para que cada persona busque libremente su destino? Realmente si es así,  yo no veo más alternativa que la sociedad a la que apunta desde hace 2000 años Jesús de Nazaret.
    No hacen falta milagros.  El Galileo sabe muy bien que cada mujer y cada hombre tiene capacidad para salir de su parálisis, recoger sus cosas y echar a andar ¡ya! Para poder hacerlo primero hay que creer y querer hacerlo. ¿Queremos hacerlo? O… nos rendimos a lo que tenemos.
    Saludos cordiales de Héctor.

  • jftamames

    ¿La Religión del Mercado? ¿La publicidad? ¿Desde cuándo se toman los sintómas como enfermedad?.
    La base antropológica de la educación en las que estamos inmersos tiene su fundamento en dos elementos claves. La cosnideración de una naturaleza humana buena en si y en los condicionamientos sociales que la perviente. En esa construcción, las ciencias del comportaminto se han trasladado a la sociedad de consumo en forma de motores. El sexo sin límites morales como gancho, el aparentar modelos sociales de personas liberadas, hiperconscientes del cambio climático, la defensa de la Madre Tierra, pero que viven explotando a cientos de miles de consumidores. Son políticos, actores, escritores, profesores, teólogos, etc.
    Son personas que necesitan de ese mercado de valores impersonales, melifluos, referenciados a la Madre Tiera, que no existe, a la consciencia cósmica, que no es real, a la capacidad del ser humano para ser féliz por medio de tres normas: primero yo, después yo y lo que quede para mí. Esas personas que se les vende que la tranquilidad y la buena vida es la relajación de mente y espíritu a tráves de claves sicologicas de ser querido y ser reconocido. Ser querido amoldandose a lo políticamente correcto, a la falta de límites morales elementales, una sociedad que llama a la corrupción pluralismo. Ser reconocido, ser valorado como persona si defiende, si se hace fanático de ese consumismo de una sociedad orientada a la felicidad de los vivos en un rastro de muerte de inocentes. Una sociedad de consumo que quiere multinacionales para obviar el horizonte hacía la procreación de la pareja de hombre y mujer. Una sociedad de consumo que necesita multinacionales de la comunicación de masas para segmentar el mercado, para aislar a padres de los hijos, hijos de las escuelas y escuelas de la madurez para la libertad. Esa sociedad de consumo que necesita sentirse natural y perfecta a costa de cientos de inocentes que, vaya casualidad, no están donde dicen, en otras naciones, sino en medio de cada capital occidental. Esa mentalidad del progre liberado del flower power de los 70. ¿No tenemos por cualquier anuncio esos valores rondando por todo el orbe? Aún con todo, sitios como este, aún se excandalizan de que vivamos inmersos en medio de la ideología más axfisiante de las conocidas. ¿Religión del mercado? Civilización de la muerte y de la deshumanización.

  • Carmen (Almendralejo)

    Desde el año 1995, empecé a trabajar esporádicamente como Ayudante de Cocina, o como Cocinera, y casi siempre lo he hecho en CEI, (Centros Educación Infantiles) y cada año que va pasando hay niñ*s con más problemas de Obesidad, de Alergias alimentarias, incluso de enfermedades como híper activismo.
     
    Son bebés que ya están medicados al año de vida, inteligentes que estarán años por debajo de sus rendimientos intelectuales o emocionales.
    Poco se hace desde los gobiernos, ni Autonómicos ni Centrales en estos temas que mermaran aún más a l*s adult*s del mañana.
     
    Con lo fácil y económico que es preparar un fiambre de carne, se pone en los cuerpecitos  niñ*s, los aditivos y féculas que se les pone al más pintado, no se salva ni uno.
     
    Se tiene noticias contrastadas Científicamente de que hay aditivos que están dañando nuestro cerebro, recibiendo información errónea de estos, pero nada se hace y se sigue consumiendo todo aquello que el Mercado Capitalista ha impuesto para absorber y controlar la Nómina de las personas.
     
    Sin decir lo que las mismas farmacéuticas hacen con la salud, ya que para curarte de algo tomas antes de todo aquello que no sirve para lo que nos sucede.
     
    Solo se puede ver a final de más las ofertas del tres por dos, etc y como bombardean los buzones con la publicidad de estos grandes almacenes, sin que haya control de la publicidad engañosa.
     
    Dicen que las bolsas contamina, desde luego que sí, pero a la vez este reciclaje de plástico es aún más ofensivo para el medio ambiente que dejar fabricar este.
     
    Carrefour, se ha ahorrado una pasta gansa con el tema de las bolsas, y están ganando otra con la venta de las de tela y plástico reciclado.
     
    Pepe Salas, pues ahora no veas lo que Rato hará con Caja Madrid… ya con el € nos la metió cuadrada, sin que este y los redondeo influyese en el IPC, no te digo na, lo que nos hará.

    Como ves tenemos muy poca memoría, y aún menos histórica…

    Esperemos que el dios mercado, para cuando este coja otra vez las riendas del gobierno central haya quebrado del todo.
    Así somos pobres tod*s y de una puñetera vez

  •  Somos para el gran capital, como un inmenso rebaño, al que se le aplican “técnicas productivas”, para un mayor beneficio del capital invertido. Y ¿qué tiene?, el pueblo “productor y consumidor” a cambio.
    Podemos tener relativa riqueza material. Pero. ¿De que nos sirve?. Si somos parias del espiritu.
    El viejo dilema entre el tener y el ser. Creo que hemos de ser y hemos de tener lo justo. lo que no tenemos es equilibrio y armonia, y así nos va. “Buscad primero el reino de los cielos y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura”. Si buscamos ser, tendremos en proporcion a lo que seamos, a mi personalmente no me cabe duda. Algo muy importante que tendremos, y que no valoramos suficientemente hasta que la perdemos, es salud.
     
    Del mismo blog “Planeta Conciencia” he copiado parte de lo último que publica, y que pertenece también al libro, Zen en la Plaza del Mercado.
     
    8. Infelicidad global.

    La economía de mercado ha generado un gran bienestar material en los países en los que se haya plenamente establecida, es cierto. Pero, ¿qué precio estamos pagando por este bienestar que sólo es material? ¿Puede aportar el bienestar material por sí sólo la felicidad y el bienestar existencial al que aspiramos todos los seres humanos?

    Europa conoce una muy fuerte prevalencia de los desequilibrios mentales. De los 880 millones de habitantes que cuente la Región europea, se estima alrededor de 100 millones el número de personas afectadas por la ansiedad y la depresión; más de 21 millones de personas sufren problemas relacionados con el abuso del alcohol…

    …En la Región, los trastornos neuropsiquiátricos constituyen la segunda gran causa de enfermedad después de las enfermedades cardiovasculares… La depresión sola es la tercera causa de enfermedad por importancia, es decir, un 6,2 del total de las enfermedades… Cinco de los quinces principales factores que contribuyen a las enfermedades crónicas son de origen mental. En gran número de países europeos, los problemas de salud mental son responsables del 35 al 45 % del absentismo laboral…

    En cuanto al suicidio, nueve de los países que presentan las tasas más elevadas de suicidio en el mundo se encuentran de hecho en la Región europea. Según los datos disponibles más recientes, alrededor de 150.000 personas (el 80 % de ellas son varones) se suicidan cada año en Europa. El suicidio es una de las principales causas ocultas de muerte en los jóvenes, ocupando tan solo el segundo lugar en importancia después de los accidentes de circulación entre los 15 y los 35 años… (2)
     

  • Gabriel Sanchez

    Al contrario de la afirmación de Samuel Huntington de que hoy estamos enzarzados en un «Choque de civilizaciones», creo que el choque que en realidad está sucediendo -y yo agregaría, el que no puede menos que suceder», no es entre civilizaciones. ¡Es entre religiones! Sin embargo, las religiones que contienden entre sí no son las comunidades religiosas tradicionales. Me refiero más bien al choque, a la oposición fundamental, entre las llamadas religiones mundiales por una parte, y la nueva Religión del Mercado, por la otra parte…

    …Aunque resulte difícil, las religiones tradicionales del mundo deben participar en un diálogo profético y crítico con esta nueva Religión universal del Mercado. Las religiones deben enfrentar a los comandantes y los sumos sacerdotes de la globalización y confrontarlos con el «choque», con la diferencia fundamental entre la Religión del Mercado y las religiones tradicionales históricas. Los dirigentes y maestros religiosos deben hacer ver claramente que en el momento actual, y dada la forma en que la Religión del Mercado se entiende a sí misma, no es posible que un individuo sea «miembro» de la Religión del Mercado y al mismo tiempo sea seguidor de Mahoma, Jesús, Buda o Abraham. Aquí no cabe la «doble pertenencia». Uno debe elegir: inclinarse frente a Dios/Allah/el Dharma… o frente al Mercado…

    …sin embargo es sumamente urgente lograr algún tipo de diálogo o encuentro entre las religiones del mundo y la Religión del Mercado. Si el Libre Mercado ha asumido el poder y la dominación de una religión mundial, si informa y dirige las vidas de las gentes en forma penetrante como siempre lo ha hecho la religión, ¿no se trata entonces de que las religiones tradicionales del mundo estén entre los medios principales de contrarrestar esta nueva religión idólatra del Mercado? Si es verdad que a veces uno necesita fuego para combatir el fuego, hoy necesitamos de las religiones para «combatir», sofocar y re-dirigir la Religión del Mercado. En la actualidad tal vez sólo las religiones pueden dar a los pueblos la visión, la energía, la esperanza y la perseverancia para dialogar con la Religión del Mercado, luchar contra ella y reconquistar a sus seguidores, que han puesto al dios del consumismo y el crecimiento económico en el lugar del único Dios, Aquel que nos asegura que cada uno de nosotros sólo encontrará la verdadera felicidad si promueve la felicidad de todos…
     
    http://www.servicioskoinonia.org/logos/articulo.php?num=114

    Con cariño, los saluda Gabriel

  • pepe sala

    Saludos, Cesáreo. ( no creo haberte leído antes por aquí. Bienvenido )
     
    Disiento en algunas cosas, tanto del artículo ( no creo que el tena de Dios pinte nada en los asuntos de la economía de mercado y, si pinta algo, malo. Con las cosas de comer no hay que jugar.)
     
    Si bien es verdad que Hector no plantea alternativas, sí creo que el análisis es bastante acertado ( retirado el asunto” divino”.) Y si conseguimos el diagnóstico, ya tenemos el 50% de la posible receta. No es poco.
     
    Dices algo con lo que estoy totalmente en desacuerdo: “” El poder no es del que vende, sino del que compra.””
     
    Eso será para quienes compran en ” el Corte Inglés” ( por poner un ejemplo); pero para quienes nos vemos OBLIGADOS a comprar los productos de primera necesidad ( luz, agua, gas, leche, pan, patatas, arroz, etc) ésa afirmación no es correcta.
     
    El mercado ( el Estado) pone en manos privadas los productos de supervivencia. Luego, el mercado libre sube los precios hasta límites sofocantes y nadie puede escapar de ellos. A veces hay competencia entre distintos magnates y multinacionales, que son, a fin de cuentas, quienes IMPONEN los precios al consumo. Por ejemplo:
     
    Hace unos pocos años, Rodrigo Rato competía con el precio del gas y obligaba a Martín Villa ( dueño de las eléctricas) a mantener el precio de la energía eléctrica en unos parámetros semirazonables. ( Obsérvese el par de elementos que nombro y que son quienes manejan nuestros míseros destinos cuotidianos. Franco era mucho más razonable que este par de elementos, en asuntos de precios al consumo. Casi se me ha roto una uña al escribir ésto, pero es verdad.))
     
    La solución se gestó en una ” cena de negocios”: Martí Villa compró el negocio a Rodrigo Rato; unificó el consume de energía y, al poco tiempo, pegó una subida a los productos de primera necesiad que nos dejó a todos temblando. ¿El Estado?…” de campamento”.
     
    Hay multitud de ejemplos más que desmentirían tu afirmación. Para muestra y por no alargarme demasiado, lo dejaremos así.
     
    Saludos, pues.

  • Sarrionandia

    Cesáreo, tienes toda la razón!
    Pero no por desorbitado el mal es menor, ni por nebuloso se hace irresponsable. Cuando los números crecen en exceso dejan de impresionar. Los millones y billones que se gastan en armamentos y en publicidad se fuman como cigarrillos porque a esa escala no son comparables. Si el precio del azucar sube un 5% impresiona más que los millares de muertos en las guerras africanas.
    La publicidad nos roba tal grado de libertad que nos crea reflejos maquinales y basta observar a los conjuntos musicales para convencerse de ello.

  • Cesáreo

    Lo que el artículo plantea es el sistema actual de la economía de mercado, llámese religión de mercado, capitalismo salvaje, teleprogramación, víctimismo de la sociedad de consumo, dictadura de los partidos gobernantes. Son rigurosamente ciertos los argumentos y conceptos esgrimidos como la aparente libertad de la democracia. Pero su contenido es simplemente una descripción catastrofista sin que se aporten sistemas económicos alternativos, obviando la responsabilidad de los consumidores que nos dejamos encandilar por la publicidad, porque el mercado existirá siempre que haya alguien que compre lo que otro vende con independencia de su utilidad si el comprador es débil ante la oferta y sucumbe. Media isla de Mallorca está vendida a ingleses y alemanes. Es bueno o es malo? Quién tiene la culpa? Se ha demonizados a los compradores, pero éstos no existirían si los vendedores no se hubieran dejado encandilar por las suculentas ofertas. Se ha escrito mucho sobre la economía de mercado y el capitalismo, que dejan en la cuneta a los que no pueden seguir su ritmo y ahonda en la diferencia entre ricos y pobres. Pero no he leído nada sobre un sistema económico alternativo. Fíjense ustedes en que todo el artículo está orientado a demonizar el sistema  calificándolo de religión y sólo dice que “no se permite ninguna otra vida alternativa”. No existirían teleprogramadores, si los consumidores estuviéramos suficiente formados o concienciados de lo que debemos o no debemos comprar, es decir, si no existieran los teleprogramados. Hay un sistema infalible de hundir a una empres: sáquese en los medios de comunicación que sus productos son nocivos para la salud o  para la seguridad. El poder no es del que vende, sino del que compra. Un saludo.

Responder a M. Luisa Cancelar comentario