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Santos  culpables

          Visto lo visto y lo vislumbrado en Chile y en Australia, pero sobre todo en el primer país creo que es obligado preguntarse por las responsabilidades eclesiásticas, y eclesiales, en lo que ha ocurrido y lo que está ocurriendo.

          Los abusadores, violadores de niños y adolescentes son los criminales responsables en primer lugar, sin duda. Los que conocían y no denunciaron, u ocultaron, como encubridores, consentidores y protectores de aquellos, en segundo.

          El Papa –este Papa et non aliud– que en un primer momento apoyó al episcopado chileno y a algún prelado de modo excesivo, ha tenido la hombría y la dignidad de rectificar en público. Solicitó la renuncia a todos los obispos residenciales y ha hecho que tres, hasta ahora, dejen definitivamente sus sedes, sin encomendarles otras. ¿Por qué? Porque los obispos en general han mirado a otra parte ante las denuncias contra su clero por abusos sexuales a jóvenes y niños a quienes tenían que proteger. Y en casos, concretos pero conocidos, obispos han sido los ocultadores conscientes de tales crímenes alguno de los cuales habían presenciado personalmente.

          ¿Cómo ha podido ocurrir semejante aberración en la Iglesia católica? ¿Por que? Porque dichos obispos y clérigos habían sido seleccionados siguiendo un diseñado plan concreto y preciso para disponer de funcionarios ministeriales que garantizarán el control de la institución eclesiástica al servicio ovejero del poder papal, de la curia papal, del nuncio papal y de los poderosos de este mundo en Chile. Estaban seleccionados, elegidos y nominados para darse al César, político, militar, papal. Pero al César. Dios no ve, no habla, no interviene. Lo sabían bien quienes los eligieron, nombraron y mantuvieron en sus cátedras. Solo el grito de algunas víctimas, su tenacidad, constancia y entereza ha hecho caer parte del tinglado. Si no hubiera sido por ellos no se hubiera venido abajo la antigua farsa.

          Si en un territorio ves al pobre oprimido y violados el derecho y la justicia, no te extrañes de ello. Se te dirá que una autoridad está por encima de otra, y otras más dignas sobre ambas. Se invocará el bien del país y la labor del rey”. Eclesiastés 4, 1-5, 8. Sustituyamos territorio por Chile, por ejemplo; al pobre oprimido por niños y adolescentes sometidos; violados el derecho y la justicia por burlas feroces del mensaje de Jesús; una autoridad por obispo diocesano; otra encima de él por cardenal o por nuncio; y otras más dignas sobre ambas por sumo pontífice y estaremos narrando lo ocurrido en Chile –no solo en Chile– durante el pontificado de Juan Pablo II.

         Los episcopados que encontró Juan Pablo II debieron ser sometidos al férreo control de la curia papal y del propio Papa. Los nuncios buscaron edulcorados inocuos liturgos –vestidos cual modelos de Armani y cual ellos amanerados y obsequiosos en su pasarelas– capaces de transmitir consignas, domeñar estructuras diocesanas y conferencias episcopales y aherrojar a los fieles con la visión única de Roma. Esa es la impresión de quienes hemos vivido tal transformación y destrucción del Concilio Vaticano II con las melifluas mentiras públicas de la adopción de la doctrina integrada en la tradición. Untuosos monseñores de divertidos colorines y hábitos se dedicaron a cercenar la libertad en el interior de la Iglesia y, donde podían, también fuera de ella apoyando dictadores y cerrando los ojos y los labios al horror de las torturas y las muertes de izquierdistas, de fieles discrepantes de sacerdotes ahítos del hedor episcopal anhelantes del fragante olor de la Divinidad que amaban.

          Yo no me engaño, ni he dejado que me engañen. Cuando Juan Pablo II despidió soberbio e inmisericorde, de su despacho al venerable cardenal de Sevilla, Bueno Monreal, por no estar conforme con su criterio, supe qué clase de seguidor del Cristo humillado se escondía bajo la blanca sotana papal. Cuando dio la comunión a Pinochet sin que se le paralizara la mano derecha, mientras Alsina, un cura catalán se pudría en tierra chilena asesinado por las hordas del dictador, comprendí qué entendía el pontífice cuando recitaba el non sum dignus ut intres sub tectum meum. Le daba igual lo que escondía el tectum de un asesino. Comulgaba el poder. “Vi llorar a los oprimidos, sin que nadie los consolase; la violencia de sus opresores, sin que nadie los vengase”. Lo aviso Qohelet.

          Cuando el nuncio Sodano se dedicó a buscar los obispos que han llevado a la iglesia chilena al estado de miseria moral en que se encuentran sus estructuras de acogida y gobierno y a proponerlos al pontífice para que los nombrara, no estaba improvisando. Los cardenales no improvisan. Por eso son cardenales. Los nuncios papales no actúan sin instrucciones precisas. En la Iglesia, como en la vida civil, nada, o casi nada, ocurre sin poder analizar y saber por qué. Sodano, nuncio en Chile, creado cardenal por Juan Pablo II, fue designado decano del Colegio cardenalicio. ¿Casualidad? Treinta monedas de plata. Viejas monedas.

          Juan Pablo II se dejó ver y fotografiar acariciando el rostro de Marcel uno de los mayores pederastras del clero católico, arropado por obispos y cardenales y el propio pontífice. Es imposible de todo punto que tales jerarquías ignorarán lo que era público y publicado. En Méjico y fuera de Méjico. La curia papal y el pontífice correspondiente se apresuró a declarar santo a Juan Pablo II.

         La reparación de las víctimas de este tenebroso periodo del gobierno de la Iglesia en Chile, en Méjico, en Australia, en Irlanda, en Estados Unidos y en otros lares, no puede saldarse con abrazos a las víctimas y lacrimógenas peticiones de perdón sin consecuencias. Habrá que explicar a los fieles porque ha pasado lo que ha ocurrido. Quien y porque ha elegido a semejantes lobos vestidos de morado rojo o blanco. Habrá que cambiar la forma de buscar obispos, de elegirlos, de seleccionarlos, de controlarlos. Habrá que dejar de ordenar presbíteros y diáconos a estultos repetidores de lo que les dice el mitrado de turno a los que oyéndoles hablar da la impresión de que si piensan pueden saltarles chispas en el cerebelo.

          De lo contrario no deberemos olvidar al Qohelet (3, 16): “Mas cosas todavía he visto bajo el Sol: en la sede del derecho, el delito; en la sede de la justicia, el delincuente.

         

         

19 comentarios

  • olga larrazabal saitua

    Hola Alberto:  Comprendo perfectamente tu dolor e ira por las actuaciones del SS (Santo Subito)

    Creo que he escuchado en varios círculos los mismos reproches y como llenó los estadios y vació las iglesias.  También he visto mucha gente de iglesia seguir trabajando como hormiga a pesar de.

    Los cuentos de Maciel eran conocidos.  Me acuerdo de haber comprado alrededor de  1995, un libro de un sociólogo español Pepe Rodríguez o algo así, en que narraba la demanda que habían llevado a tribunales unos 10 jóvenes de familias connotadas de México por la “creatividad” de Maciel.  Para cuando intervinieron el “movimiento” habían pasado muchos años, y esa intervención consistió solamente en colocar un interventor, sin tocar la organización.

    Y como todos sabemos el diablo está en los detalles  en la estructura de las organizaciones,  en quien maneja la caja del chiringuito y de donde provienen los dineros. Me parece que todo eso quedó intocado y ha seguido influyendo, junto con otras organizaciones de extraño corte, sobre a educación de las clases altas católicas, que son las que aportan y necesitan absoluciones súbitas para sus transgresiones.

     

  • Julián Díaz Lucio

    Nos decía el P. Hernández en clase en Comillas, que muchos santos son santos no solo por lo que han hecho, sino a pesar de lo que han hecho. El problema es mucho más hondo, de la estructura eclesial, que en lugar de ser dictatorial y piramidal, tendría que se más democrática, donde el pueblo de Dios tomase la palabra y participase de verdad en todas las decisiones, desde elegir a curas y obispos, hasta particippar de alguna manera en las grandes decisiones eclesiales. En definitiva, ir hacienbdo una Iglesia sinodal de verdad. Pero el poder manda, y nadie cede. Son pocos los que de verdad intentan caminar por esa línea. De ahí las dificultades del papa Francisco; y él mismo no quiere cambiar el sistema o está convencido de que éste se puede mejorar. Mientras tanto intento vivir a pequeña escala eclesial esta sinodalidad.

    • Mª Pilar

      ¿De verdad es necesario (si siguieran el ejemplo de lo que Jesús proclamó?

      Que la iglesia poder tenga… cardenales=príncipes de ella (y así se visten) obispos, que la mayoría solo sirven para aparentar vestidos de Prada, curas interesados en una carrera eclsial a cualquier precio…

      ¿No sería más eficaz, nombrar responsables, hombres y mujeres, que las mismas comunidades elijan, para atender todas las vicisitudes que necesite la comunidad?

      Quizá, entonces… solo quizá, porque hay que contar con la flaqueza humana, que con facilidad se siente tentada por obtener poder… aunque solo sea, “ser responsable”…

      Uno de nuestros compañeros, puntualizó, que las tentaciones de Jesús… fueron precisamente:

      ¡De poder!

      Y Él, salió airoso de ellas; sé que no es fácil, pero si es necesario, comenzar por donde más daño está causando el poder de esta iglesia.

      Tendría que desaparecer el Vaticano como país, y se convirtiera en un tesoro de arte para ser contemplado por cuanta persona lo desee.
      Cerrar todo ese espacio “misterioso” que encierra, salvar, lo que de verdad sea ejemplo para quienes quieran seguir ese camino.
      Dejar de levantar templos monumentales, y crear espacios de vida para la comunidad…

      Ufff… Sé, que esto es soñar… pero sería maravilloso volver a la Esencia que Jesús sembró.
      mª pilar

    • Es que de arriba, imposible un cambio.
      Y a corto plazo tampoco.
      Es que no es fácil. Son dos mil años
      O mil quinientos, me da lo mismo.
      Pero te digo una cosa. La gente que se ha ido de las iglesias no es porque no le guste lo que dice lo que llamamos evangelios. Eso no es así.
      Lo que no están dispuestos es a aceptar a la iglesia tal y como está.
      Es una pena todo.
      En fin.

  • Pues claro que todo lo saben. Unos unas cosas y otros otras, según les interese. Y lo que no saben es porque no lo quieren saber.

    Eso no toca ahora…

    Luego ya tal…

    En fin.

    Por eso es indignante que el responsable último de la iglesia diga que no estaba informado, que ahora sí toca y que ahora ya tal.

    Y qué hacer? Yo tengo claro lo que haría personalmente si tuviera conocimiento de un solo caso de abuso y fuese sacerdotisa o monja. Iría a un periódico de tirada nacional. Y que me echen sin honores de la iglesia. O sería con honores?

    Me daría exactamente igual la carta esa de 1962 con sus posteriores retoques donde atemorizan a los sacerdotes con la excomunión.

    Pero claro, para eso hay que fiarte de los evangelios. Si te fías de tus mandos de la Iglesia, pues adelante. De esta manera no te excomulgan y no te condenas. O si?

    Ayer oí una definición de infierno que me gustó un montón. El infierno es darte cuenta de que algo no es cierto cuando ya es tarde.

    Los encubridores son tan culpables como los que cometen el delito. Y además , unos cobardes.

    Un saludo cordial.

     

  • Juan García Caselles

    “Estamos tocando el fondo”, que dijo Gabriel Celaya. Los cristianos hemos pasado por el poder poniéndonos de perfil.

    “A Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César”, esto es, la moneda de efigie impura del segundo mandamiento..

    Y, especialmente, las tentaciones de Jesús, que son tres tentaciones de poder.

    Lo sabe todo bicho viviente, todo poder corrompe. ¿Puede pretenderse que el poder “divino”, o, al menos, “bendito” no iba a corromper?

    No es este papa, ni el anterior, ni siquiera los obispos, sino la “jerarquía”, el poder sagrado. ¿Como se puede ejercer el poder, todo poder, diciendo que se sigue a Jesús, que renunció a todo tipo de poder?

    Llegados a este punto me salta a la memoria aquello de “Homo sum, humani nihil a me alienum puto” y me confieso tan pecador como el que más, porque no es nada fácil desprenderse del poder ni del egoísmo, individual o colectivo.

    O sea, la iglesia es una mierda, tan mierda como la mayoría de las instituciones humanas, pero antes de pedir que “ahorquen al último obispo con las tripas del último teólogo”, más vale ponerse a pensar si no deberían empezar por ejecutar a cualquiera que no sea santo, empezando por mí mismo, por ejemplo.

    • No creo que la pena de muerte sirva para nada,mas que para matar legalmente.
      Y eso de las tripas me suena como a la Inglaterra aquella de Enrique VIII y su hija Isabel.
      Creo que nadie pide que se mate a nadie, Al contrario, Creemos, o al menos así pienso personalmente ,que las cosas pueden y deben mejorar urgentemente. Más que nada por las víctimas. Y para que no aumente el número de ellas.
      Es una opinión. Sin más.
      Un saludo cordial.

      • Juan García Caselles

        Lo de las tripas es de mayo del 68 y estoy de acuerdo con lo de la pena de muerte, pero lo que, quizá exagerando, dije es que antes de condenar a los aparentemente condenables nos lo pensemos un pelín.

      • Pues si te digo lo que se me ha ocurrido…
        Se lo voy a decir a Antonio Duato.

        Es que eso de las tripas no me gustó. Lo había oído en alguna ocasión, pero me recuerda a cuando era pequeña y en mi casa mataban a un pobre pollo. Uf.

    • Alberto Revuelta Lucerga

      De internis neque ecclesia. No se trata de juzgar individualmente la conciencia de nadie. No juzguéis. Se trata de analizar estructuras y planes de acción de dirigentes De la Iglesia. Y claro que eso tenemos derecho a hacerlo como creyentes, como bautizados y como miembros de comunidades eucarísticas locales. Ya lo creo. No deseo, no quiero, estoy en contra, lucho contra ello un dictador en la cúpula De la Iglesia, en la diócesis donde vivo, en la parroquia de mi pueblo. Quiero una iglesia que no sea observadora del Consejo de Europa porque no púede ser admitida de pleno derecho al no respetar la igualdad de mujeres y hombres, y otros varios derecho del elenco universal reconocido por los paises civilizados. Ese es el asunto y no, creo modestamente, que todos seamos pecadores. Ese no es el problema. Lo que está en cuestión es porque unos cristianos aherrojan a otros y ocultan sus malandanzas sexuales gracias al aparato de poder que ellos mismos sostienen y defienden. O es que Juan Pablo II, Benedicto XVI y el propio Francisco no sabían, y saben qué ocurre?. Estuve un año de paje de monseñor Torrella Cascante en el Vaticano. Allí se sabe todo de todo y de todos y a todas horas. La mayoría del personal se dedica solo a eso. Con todo respeto, querido amigo.

      • oscar varela

        Acá se insinúaque George Orwell
        escribió “1984”
        en salas vaticanas
        ¿no?

      • oscar varela

        SENTENCIA – Tango 1926
        Música: Pedro Maffia – Letra: Celedonio Flores

        La audiencia, de pronto se quedó en silencio:
        de pie, como un roble,
        con acento claro
        hablaba el malevo.
        ……………………………..
        Yo nací, señor juez, en el suburbio,
        suburbio triste de la enorme pena,
        en el fango social donde una noche
        asentara su rancho la miseria.

        De muchacho, no más, hurgué en el cieno
        donde van a podrirse las grandezas…
        ¡Hay que ver, señor juez, cómo se vive
        para saber después por qué se pena!

        Un farol en una calle tristemente desolada
        pone con la luz del foco su motivo de color…
        El cariño de mi madre, mi viejecita adorada,
        que por santa merecía, señor juez, ser venerada,
        en la calle de mi vida fue como luz de farol.

        Y piense si aquella noche, cuando oí que aquel malvado
        escupió sobre sus canas el concepto bajo y cruel,
        hombre a hombre, sin ventaja, por el cariño cegado,
        por mi cariño de hijo, por mi cariño sagrado,
        sin pensar, loco de rabia, como a un hombre lo maté.

        Olvide usted un momento sus deberes
        y deje hablar la voz de la conciencia…
        Deme después, como hombre y como hijo,
        los años de presidio que usted quiera…

        Y si va a sentenciarme por las leyes,
        aquí estoy pa’aguantarme la sentencia…
        pero cuando oiga maldecir a su vieja,
        ¡es fácil, señor juez, que se arrepienta!
        …………………………………..
        La audiencia, señores,
        se ahogaba en silencio…
        ¡Llorando el malevo,
        lloraba su pena
        el alma del pueblo!

      • Juan García Caselles

        Amigo Alberto:
        Claro que lo sabían, tanto estos como la inmensa mayoría de los que les precedieron. Me parece perfecta tu lucha contra cualquier tipo de dictador. Solo quiero destacar que el problema de fondo no es la actuación concreta de los diversos agentes de la estructura eclesial, agentes del poder y esclavos de él. Creo recordar que fue un arzobispo brasileiro (de cuyo nombre no puedo acordarme, cosas de la edad) que la única manera de salvar a un rico es quitarle el dinero, como si de una droga se tratara, porque, efectivamente, de una droga se trata. Pues bien, el dinero no es más que una forma de poder, y creo yo, a lo mejor fascinado por la utopia, que el gran pecado de la iglesia católica (y puede que de algunas otras) puede que sea su constitución como poder que sirve básicamente de fundamente y justificación de otros poderes más poderosos, que es este un papel que han desempeñado tradicionalmente las religiones.
        Juan Pablo II me pareció siempre un tirano y de él me queda la imagen de la bronca que le echó a Ernesto Cardenal por lo que me imagino que al hombre no le funcionaban adecuadamente las neuronas y seguramente se creía papa, que ya hay que tener las entendederas averiadas para creerse semejante cosa. De este Francisco que tenemos ahora, pienso que tiene buenas intenciones (de esas de las que mi madre afirmaba que está el infierno empedrado). Pero tanto uno como otro han sido prisioneros de la propia estructura de poder y terminan siempre metiéndose en camisas de once varas. ¿Quien le mandó meterse a mediador entre los Castro y los de Washington? ¿Te imaginas a Jesús haciendo de mediador entre el Sanedrín y Pilatos?.
        Creo firmemente que lo que fundó Jesús, sea iglesia u otra cosa, sigue tan vivo como siempre, creciendo día a día entre la buena gente, hagan lo que hagan los prebostes, que para esa función tenemos un Espíritu que nos trajo de las cavernas hasta este siglo XXI y no parece que en su faena le estorben demasiado .os malvados, que también existen.
        Acabar con el poder (y el dinero) de la Santa Madre Iglesia Católica me da a mí que es cosa que solo acontecerá cuando la segunda venida, es decir, cuando el reino del Señor sea una auténtica y democrática república que haya abandonado el socialismo (el de verdad, el de a cada según sus necesidades y de cada uno según sus capacidades) como poco apropiado para la sociedad del amor. Y como queda faena para rato, pues eso, que sigas en el tajo con tu profundidad y tu buen humor. Gracias por tus hermosas aportaciones con las que me deleito en Atrio.

  • ana rodrigo

    El entramado estructural que ha posibilitado tanta corrupción desde el clero y sus correspondientes jerarcas, destrozando vidas a miles y miles de niños y menos niñas, nos podría llevar a calificar de institución criminal, por dos razones, primero por el número de víctimas conocidas y silenciosas o silenciadas, y en segundo lugar, porque este desastre estaba amparado por quienes dirigían la institución. ¿Podríamos decir que hay instituciones, no sólo el PP, que han actuado como organizaciones criminales?

    ¿Se arregla  esto solamente con perdones y lagrimeo, como dice Olga? ¿Se puede comprender que Francisco, Papa, visite a Chile sin llevar una información adecuada y veraz? Es incomprensible, sobre todo, cuando era de conocimiento popular tantos y tales delitos.

    Cuando el Papa ha encargado a sus emisarios a Chile para que digan “el Papa se arrepiente de haberlos tratado de tontos y zurdos”, es algo, pero a ver si saca conclusiones que vayan más allá del reconocimiento de su torpeza.

    Tendría que pedir perdón por haber canonizado a Juan Pablo II, por mucho que las multitudes vociferase “queremos a Barrabás” (con perdón si alguien se ofende). Un Papa que abraza y pone como ejemplo para la juventud a un degenerado como Maciel, porque nadie le había avisado lo que hacía ese tiparrajo, es que no era buen Papa por no haber sabido lo que pasaba en sus narices. Este señor  hizo mucho daño a la Iglesia y a muchísima gente integrante de la misma, no es ningún referente modélico, a nos ser que se priorice la obediencia, la ceguera, la sumisión, los rezos, los aplausos multitudinarios, etc.

    Y ni siquiera dice porqué retira a algún obispo chileno con la excusa de que le concede una retiro por cuestión de edad.

    En fin, escribo desde el enfado y el cabreo porque ni siquiera el Papa Francisco se atreve a llamar a las cosas por su nombre. y, para más inri, con poca esperanza de que esta Institución tenga arreglo si no es a base de alguna catástrofe de abandono masivo.

  • Con todos mis respetos.

    Esto que está sucediendo de empezar a hacer frente a , no sé cómo definirlo, problema, terrible asunto, es que no sé.

    Pero si sé que no de debe a la hombría de un Papa. Ni de este ni de ninguno. La hombría, al menos para mi , es otra cosa. Claro, soy mujer y a veces me pregunto si entiendo la cabeza de los hombres.

    Esto se debe a la valentía de un montonazo de personas que han sido capaces de no rendirse ante todo tipo de presiones. Han sido capaces de enfrentarse a lo que el mismo D. Quijote no fue capaz: la iglesia.

    Y por supuesto a que las cosas en los tiempos en que vivimos, es muy difícil silenciarlas.

    No había otra que dar una respuesta. Me refiero a la que dio después de su viaje a Chile.

    No tenía alternativa.

    Es una opinión . A lo mejor no es así.

    Un saludo cordial.

  • m. pilar

    ¡En cuantos lugares no hemos padecido estos abusos!

    Y siempre la misma respuesta:

    Silencio… y ambio de lugar…

    Y el mal seguia su terco camino ahí donde seguían estos malhechores.

    Desgraciadamente… conocí algún caso terrible.

    m* pilar

  • olga larrazabal saitua

    La verdad es que el “santo súbito” nos dejó a muchos con dolor de estómago con respecto  a los criterios de santidad.

    Pero lo que me estropeó la salud, fue una entrevista publicada en el Diario Digital El Mostrador, publicación muy seria y que no se ha sabido que la hayan desmentido.

    Se trata de un seminarista, victima de abusos, que por los mismos deja Seminario e Iglesia Católica y actualmente es Obispo Evangélico. Ecos de  casos similares los había escuchado antes con el mismo abusador, pero creí que eran exageraciones.

    http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2018/06/07/mauricio-pulgar-ex-seminarista-en-la-iglesia-hay-redes-de-sexo-poder-y-drogas/

  • oscar varela

    Hola Alberto!

    Ok! Y, como siempre, bien escrito.

    Leé esto, por favor, y decime si no nos estamos quedando cortos:

    OFENSIVA DEL PAPA CONTRA
    LAS REDES DE PROTECCIÓN DE ABUSADORES
     
    La trastienda de las “renuncias” de los obispos Cristián Caro y Gonzalo Duarte
     
    Los obispos Cristián Caro y Gonzalo Duarte han intentado maquillar su salida afirmando que si el Papa aceptó sus renuncias es porque cumplieron la edad límite.
     
    No es así.
     
    En los expedientes que hoy analiza el Vaticano hay evidencias de que en las diócesis de Valparaíso y Puerto Montt se bloquearon investigaciones de abusos sexuales: se protegió a curas abusadores.
     
    Esas redes de protección, amparadas por algunos obispos, están ahora en la mira del Vaticano.
     
    Las nuevas investigaciones eclesiales apuntan a desarticular esas redes que han permitido el abuso de conciencia sobre jóvenes.
     
    http://ciperchile.cl/2018/06/14/la-trastienda-de-las-renuncias-de-los-obispos-cristian-caro-y-gonzalo-duarte/

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