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 La primera república española (XII)

Isorna

 I – PABLO IGLESIAS POSSE

En estos días de abril de 2017 en que los militantes de P.S.O.E. preparan ya su proceso electoral interno para designar su Secretario o Secretaria General, cabe, al hilo de estos apuntes sobre la Primera República Española, hacer una breve mención (incompletos retazos de su vida), en recuerdo de Pablo Iglesias Posse, hijo de Pedro Iglesias y de Juana Posse, fundador del P.S.O.E. y de la U.G.T. y nacido en El Ferrol el 18 de octubre de 1850. Para ello sigo y cito, en ocasiones textualmente, el librito (72 páginas) de Julián Zugazagoitia: “Pablo Iglesias, de su vida y de su obra.” (NOTA 1).

Pablo Iglesias Posse, huérfano de padre muy tempranamente, tras trasladarse con su madre a vivir a Madrid, hubo de ingresar, dada la precaria situación familiar, en el Hospicio. A los quince años (1965) inició su vida laboral en una imprenta en la calle Limón de Madrid, en la que se trabajaba en una nueva impresión del Quijote. Se rebela contra los abusos laborales y cambia de “patrón”, pero no de “sector” laboral.

Así de la calle Limón, va a trabajar a la calle de la Bola (la misma en la que posteriormente estará “Pastoral Misionera“, tan ligada al Administrador de ATRIO) y luego de “paquetero” (labor sustituida posteriormente por los linotipistas) a la calle de Valverde, «donde se confeccionaban los periódicosLa Iberia” y “La Soberanía Nacional“» (cit. pág. 17), pero vuelve a cambiar de imprenta.

Tras la revolución de septiembre de 1868 (que produce, curiosamente, crisis en el “arte de imprimir“); el patrón intenta bajarle el salario y no acepta; se va al paro. Pero, acuciado por la necesidad y por las deudas, logra colocarse, dice Zugazagoitia “en la composición de una gramática latina, donde cobra seis reales por cada cien líneas, composición, corrección y distribución”. Y añade el biógrafo:

Andando el tiempo, muchos años más tarde, este mismo obrero que rinde su rebeldía ante las exigencias de la vida escribirá un artículo, llamado a tener contradictores, en el que afirmará, contra la creencia común, que el hambre no hace revolucionarios” (págs. 18 y 19)

En esa misma imprenta en que se compone la gramática latina se confecciona también la “Gaceta de Madrid” y es aquí donde Pablo Iglesias participará e intentará animar una rebeldía colectiva contra la bajada de jornales, en la que, dice Zugazagoitia (pág. 20), “Todos sus trabajos en este sentido solo produjeron la adhesión a sus ideas de otro obrero y, antes de que la prédica prosperase más, el patrono, conocedor de aquellos trabajos, despidió a Iglesias (…) La situación es terriblemente difícil. La madre y el hijo saben lo que es el hambre (…) Nuevamente se entrega el rebelde. Entra a ganar siete reales (…) en una imprenta de la calle Orga”, que no fue la última.

El 24 de enero de 1869 (pág. 24) se constituyó definitivamente la sección española de la Internacional. «Iglesias aparece afiliado a la Internacional antes de haber cumplido los veinte años“. (…) Formó parte del Consejo de Redacción del semanario “La Emancipación”, al lado de Mora, Mesa, Lorenzo, Calleja, Pages y otros compañeros (…), pero el primer artículo titulado “La guerra” se publicó en “La Solidaridad” (…)»  (NOTA 2)

Una Circular de Sagasta del 16 de enero de 1872 (Gaceta del 17), declaró fuera de la legalidad a la Internacional. Después de varios avatares, “La Emancipación” ( a la que combatió el órgano de la Alianza “El Condenado” y el periódico republicano “La Igualdad”) deja de publicarse el 12 de abril de 1873 (es decir, en plena República).

El 4 de mayo de 1873 Pablo Iglesias (“Paulino” como le llamaba su madre y nombre por el que también fue conocido públicamente) ingresó en la “Asociación General del Arte de Imprimir“. El 10 de mayo de 1874 fue elegido presidente de la misma. Con compañeros de esta Asociación formaría Pablo el núcleo inicial del Partido Socialista, el 2 de Mayo de 1879. En esas fechas ya la Restauración borbónica “reinaba” en España en la persona de Alfonso XII desde el 29 de diciembre de 1874.

 

II – LA POCO AMISTOSA RELACIÓN CON LOS REPUBLICANOS

El 12 de marzo de 1886 comenzó la publicación de “El Socialista”. Ese mismo año Pablo Iglesias emprendió una campaña propagandística en Cataluña que culmino con un acto “de gran resonancia” en Mataró; allí el director de un periódico republicano, el doctor Franqueza, lo retó a una discusión pública.. Al margen del resultado dialéctico, “triunfa” Pablo, “no porque haya vencido a su contradictor (…) sino porque el acto atrae la curiosidad hacia su persona y la doctrina que sustenta” (Pág. 40). El 18 de diciembre de 1886 año falleció su madre, Juana Posse.

Sobre el enfrentamiento con los republicanos dice Zugazagoitia: “(…) ¿Qué son los socialistas?. Son el sostén de la monarquía. Para un buen republicano de la hora no hay otra réplica: la cizaña que el Gobierno siembra entre los núcleos populares para amortiguar su republicanismo y debilitarlo (…).

En 1888 “el Partido Obrero” se reúne por vez primera en un Congreso nacional. Un periódico republicano los acusa de monárquicos ya que, argumenta, “La reunión del Partido Obrero ha sido preparada por el Ministro de Gobernación ; (…) y en ella no han dicho nada los oradores contra los monárquicos” Y al respecto dice Zugazagoitia:

“¡Terrible ceguera la ceguera republicana de aquellos días!. Dijérase que el movimiento proletario es suceso que se origina en España, sin antecedente conocido, sin doctrina segura, sin otro propósito que servir los planes de una defensa monárquica. Y ni la consideración de la pobreza en que mueven sus vidas los hombres dedicados a propagar las nuevas ideales advierte de su error. Maliciosamente, o tontamente, se divulga que tal pobreza es una mixtificación (…) Los republicanos divulgando en 1888 esas especies preparan el terreno para que en 1910 en plena Cámara , Iglesias sea acusado de vividor por un diputado, acusación que tropieza con la protesta de la minoría republicana y la del propio interesado. es la cosecha de estas primeras acusaciones. Calumnia, que algo queda…Estas campañas estúpidas, que solo la pasión del momento pueden disculpar, rinden, andando el tiempo, resultados.” (págs. 40, 41 y 42)”

No fue, pues, inicialmente buena la relación entre Pablo Iglesias y los republicanos, pero el clima fue cambiando; el 8 de mayo de 1910, 40.899 sufragios de la conjunción republicano-socialista, dieron a Pablo Iglesias un escaño de diputado en las Cortes de España (citado, pág. 53). Dejamos aquí el breve recuerdo a Pablo Iglesias para proseguir con el relato de la 1ª República.

 

III – ¿LA PRIMERA Y LA MÁS GRAVE CRISIS?

¿Fue el 23 F de 1981 la primera y más grave crisis del actual período monárquico constitucional y democrático de España? Probablemente habrá sobre ello diversidad de opiniones.

Quizá la misma o mayor disparidad de opiniones se producirá respecto a la gravedad de la crisis del 24 de febrero de 1873. No obstante Nicolás Estévanez, gobernador civil de Madrid en aquella coyuntura, no dudó, en afirmar en 1903 (¡tras tantos avatares!), que la crisis del citado día 24 fue la primera y la más grave de las de la República:

“(…) Pero llegó la crisis del 24 de febrero, que fue la primera y la más grave de las de la República.” (…)

 

IVHEGEL: LA HISTORIA ORIGINAL

Distingue Hegel tres maneras de escribir la Historia: La historia original; la historia reflexiva y la historia filosófica (NOTA 3). El autor de la historia original, dice Hegel, “describe aquello en lo que de un modo u otro ha participado, o al menos lo que ha vivido (…) lo que elabora es su propia experiencia vital, y en la composición de su cuadro utiliza rasgos aislados, no reflexivos, para ofrecer a la posteridad una imagen tan precisa como la que él mismo tenía ante los ojos o la que le ofrecían los relatos igualmente intuitivos de otros (…)” (Pág. 21)

Así que, aunque ya hicimos breve cita en el artículo anterior de las memorias de Estévanez, ofrezco ahora un más amplio texto de las mismas, en lo concerniente a lo sucedido ese día en Madrid, tomado directamente de su libro, “Fragmentos de mis memorias“. (Madrid en 1903. Tip. de los Hijos de R. Álvarez) Es un retazo de “historia original” referido a un momento y circunstancia concreta de su vida.

 

 V – EL RELATO DEL GOBERNADOR ESTÉVANEZ

En él texto que transcribo se habla de despechos personales, de las prevenciones tomadas por el “golpista” Marqués de Sardoal, alcalde de Madrid (poniendo en “prevención” los batallones de la milicia monárquica), de los generales implicados en la conspiración y de la negativa del general Pavía a participar en la misma. También se da noticia de la actuación del Presidente de la Asamblea, Cristino Martos creyendo ser equiparable a un Jefe del Estado, (“no sin legal fundamento”, dice Estévanez, mientras que para Morayta lo que Martos hacía era “hablar en dictador“).

Destaca Estévanez el papel de la Guardia Civil al afirmar que obedecía las órdenes de Martos, es decir, no estaba con el Presidente del Ejecutivo de la República, presidido por Figueras, sino con el de la Asamblea, que capitaneaba “el golpe”.

Notemos finalmente la afirmación de Nicolás Estévanez, de que Madrid “continuaba siendo la población más monárquica de España.” ¿Seguirá siendo así? (NOTA 4)

Dice Nicolás Estévanez:

“(…) Pero llegó la crisis del 24 de febrero, que fue la primera y la más grave de las de la República. Todos los ministros que lo habían sido de D. Amadeo y no lo eran de la República, excepto el de la Guerra (general Córdova), querían deshacerse de los ministros nuevos. Manejaban el asunto o dirigían la conspiración el señor Martos, presidente de la Asamblea legislativa. el marqués de Sardoal, alcalde de Madrid, y el ministro Becerra, con la aquiescencia de tres ministros más. Estaban despechados. Aborrecían a Figueras y detestaban a Pi. 
Contaban con el general Moriones en Vitoria, con el general Gaminde en Barcelona, con otros generales y con bastantes fuerzas para un movimiento militar. De los generales que tantearon, uno solamente les negó ayuda: el general Pavía.
El presidente de la Asamblea que se creía, no sin legal fundamento jefe del Estado, hizo ocupar militarmente el Congreso y otros edificios públicos. La guardia civil obedecía sus órdenes. El alcalde dispuso que estuvieran prevenidos los batallones de la milicia nacional monárquica. (…) “

Planteada la crisis, quedaron excluidos los ministros monárquicos y sustituidos por republicanos; pero la conjuración estaba en pie, Gaminde debía sublevarse aquella misma noche en Barcelona contra el nuevo ministerio, y en Madrid se proponían secundarla como también en Vitoria y otros puntos.//

Yo no sabía absolutamente nada de la crisis, ni conocía la gravedad de aquella situación, cuando recibí un recado de Figueras, para que fuese a verlo sin perder un minuto. Como era la una y media de la noche adiviné que algo muy serio ocurría, porque Figueras, que se levantaba siempre a las seis de la mañana, era incapaz de estar levantado a aquella hora sin alguna razón extraordinaria. (…)

(…) No había resistencia decorosa ni discusión posible y por eso tomé posesión del Gobierno civil a las dos y media de la madrugada, sin que se hubiera publicado aún mi nombramiento, presentándome solo y sin documento alguno en la Secretaría. No estaba el Gobernador saliente y me dio posesión el secretario porque no quise esperar.

En Madrid no ha ocurrido nada, pero en Barcelona se intentó la revolución que se temía. No paso de un intento porque la tropa se negó a obedecer a sus jefes .Así comenzó la indisciplina militar del año 73, que tuvo consecuencias lamentables; (…) Los republicanos incurrieron en un doble error: primero no premiar a los que salvaron la República rebelándose contra los rebeldes; segundo, no castigar severamente a los que más adelante, acentuando la indisciplina, cometieron asesinatos, cobardías y traiciones. (…)

(…) Fueron muchos los que faltaron a su elemental deber, no por ignorancia y menos por cobardía, sino porque laboraban contra la República. Sabiéndolo o no, eran instrumento político de los alfonsinos y de otros, enemigos todos de la revolución y de la Patria (…).

(…) Cómo Gobernador civil de la provincia, estaba en condiciones de apreciar mejor que nunca el estado de la opinión en Madrid. Había ciertamente más republicanos que en el 68, pero continuaba siendo la población más monárquica de España. El vecindario en aquel tiempo nos era hostil. No solo se conspiraba a todas horas, sino que conspiraba todo el mundo (…).

NOTAS

NOTA 1. Julián Zugazagoitia: “Pablo Iglesias, de su vida y de su obra.” Edita Zero S.A. , Algorta Vizcaya. Distribuidor exclusivo ZYX S.A. Madrid 1969. Julián Zugazagoitia, junto con Francisco Cruz Salido y otros catorce presos fue fusilado en Madrid en las tapias del cementerio de la Almudena el 9 de noviembre de 1940. “En 1969, durante la dictadura franquista, la Editorial ZYX, en manos de obreros vinculados a movimientos cristianos, dio el primer paso para la recuperación de la obra de Julián Zugazagoitia con la publicación del libro Pablo Iglesias. De su vida y de su obra. Tras recuperarse las libertades democráticas y como homenaje póstumo, el ayuntamiento de Bilbao dio el nombre de Julián Zugazagoitia a una calle de la villa.” (Wikipedia)
NOTA 2. Ver citado, págs. 25 a 27. Señala Tuñón de Lara que, fruto de la actuación de Fanelli, se creó en Madrid. a fines de noviembre y principios de diciembre de 1868 el primer núcleo de la Sección Española de la Asociación Internacional de Trabajadores, que estaba compuesto por 22 trabajadores de distintas profesiones según ya dijimos en CAMINO DE LA REPÚBLICA XII, publicado en ATRIO el 11 de diciembre de 2015.
NOTA 3La Razón en la Historia“. Seminarios y Ediciones S.A. Madrid 1972, pág. 19 y siguientes.
NOTA 4 Por otra parte, tengo la impresión de que Estévanez integra en sus recuerdos de lo sucedido el 24 de febrero de 1873 en Madrid con las maniobras del general Gaminde en Barcelona el día 21 del mismo mes. Porque a fecha 24 de febrero ya había llegado el republicano general Contreras a Cataluña, enviado por el gobierno de Figueras, como dijimos en su momento, y Gaminde debería estar camino de Francia, sino ya en ella. Pero lo que sí revela es la ligazón existente entre los sucesos del 21 en Barcelona y del 24 en Madrid, ambos fruto de una misma conspiración.

NOTA FINAL: En los textos reproducidos, el subrayado de palabras o frases y la utilización de negrita son míos

6 comentarios

  • ELOY

    Gracias a ti Román.

    Perdona que hoy no me extienda más en la respuesta.

    Espero que volvamos a encontrarnos en el próximo capítulo de LA PRIMERA REPÚBLICA ESPAÑOLA.

    Un abrazo

  • Román Díaz Ayala

    Eloy, veo con agrado que has recogido y comentado algunas cuestiones formales, es decir, más de formas que del contenido en sí del análisis de los hechos. Te lo agradezco, aunque te ruego que no des valoración de conclusiones cerradas lo que sigue siendo provisional a la espera de que aportes más datos bibliográficos/históricos. La subjetividad que adivinas está sujeta a la ampliación de conocimientos.

    sin duda existe una gran  diferencia entre los hechos tal como me son conocidos y lo que puede aportar un estudio riguroso. No es el exceso de información “lo que informa”, sino la sabia selección y valoración de los datos. (Ya sabes que tal es el mérito que le atribuyo a tus trabajos sobre la I República)

    Y volvamos al presente:

    Expresé mis temores por el resultado de la actual crisis del PSOE en particular frente a otras crisis más generalizadas de nuestra vida pública española. Las crisis pueden ser de crecimiento, o para crecimiento, o llevan a más decadencia y destrucción. Y la crisis actual es la más grave que ha sufrido el PSOE en el actual período democrático. No se trata tan sólo del final del bipartidismo, que está por ver, ni de los muy probables riesgos de “pasokización”, que el PSOE pierda toda oportunidad de ser alternativa de gobierno, sino que los actuales equipos directivos no acierten en los dos retos del presente: su pacificación y reconciliación con las bases y la presentación de una propuesta clara y atractiva de oferta política a la sociedad civil

    P.D. El uso que hago de expresiones tales como “utopia reformista”, no son mías, sino que me han quedado de mis lecturas y contactos con Gregorio Peces-Barbas cuya forma de explicar el socialismo de la Transición, hay que recordar que fue uno de los Padres de la Constitución, me resultó siempre muy grata.

    Gracias por tu comprensión.

  • ELOY

     
    Querido Román, aprecio en sumo grado el esfuerzo, el contenido y la amplitud de tu explicación. Como ya he dicho tus comentarios siempre resultan enriquecedores y me hacen pensar e incluir en mi acervo personal muchas de tus aportaciones.
     
    Por ello estoy muy interesado en intercambiar ideas contigo (y, lógicamente,  con cuantos quieran hacerlo)  en este foro que nos ofrece ATRIO.
     
    Como es lógico y procede, tú haces, construyes un relato en base a determinados hechos que te son conocidos. Eso intenta hacer todo relato histórico.
     
    Puede suceder no obstante que, aportando nuevos hechos e incluso partiendo de los mismos hechos, interpretados de distinta forma, puedan elaborarse nuevos y distintos relatos.
     
    Creo sinceramente que, aún ante idénticos hechos, todos elaboramos (consciente o inconscientemente), desde nuestros esquemas ideológicos, desde nuestras más profundas creencias, relatos distintos. Es decir esquematizamos la realidad parar poder abarcarla, comprenderla  y darle sentido en  nuestra personal  vivencia, en nuestro personal relato vital.
     
    Por lo tanto si podemos coincidir en los “hechos” quizá podamos no coincidir en las interpretaciones y por consiguiente en las conclusiones a las que a cada uno nos lleve el relato.
     
    En este sentido es curioso ver las distintas posturas de los diputados de las diversas fuerzas políticas en las Cortes durante las discusiones parlamentarias sobre la Internacional. (Ver “Aproximación a la historia del socialismo español (hasta 1921)”,  de Luís Gómez LLorente; edición de “Cuadernos para el Diálogo”, Madrid 1976, págs. 62 y siguientes)
     
     Pues bien, a partir de estos presupuestos no comparto del todo o percibo como dudosas, algunas de las conclusiones que me parece entrever en tu último comentarios.
     
    Por ejemplo me extraña, o no entiendo del todo, tu afirmación de que “los socialistas encararon la Transición Democrática con la Constitución del 78 con su utopía reformista, de carácter socialdemócrata.”
     
    Es decir; ¿quieres decir con ello que la Constitución de Diciembre de  1978 es, o resultó utópica, por el carácter socialdemócrata del impuso socialista?.  ¿Quizá por la declaración de derechos que contiene?
     
    Por otra parte también me parece algo dudosa (no digo que no pueda suceder) tu afirmación de que “El actual PSOE corre el gran peligro de desaparecer“. Yo confío en que pueda “renovarse“.
     
    Porque pienso que el principal problema no está en los partidos, ni en el juego de partidos, sino en la sociedad.
     
     Es preciso que la sociedad se renueve en su valoración del trabajo y de los trabajadores y a esa renovación pueden contribuir los partidos políticos pero también muy especialmente la sociedad civil en su conjunto.
     
    De la discusión habida en Las Cortes en 1871 sobre la Internacional tomo las siguientes palabras de Fernando Garrido, “hombre de ideas socializantes moderadas”, según lo califica Gómez Llorente (citado pág. 66y 67) que cita, entre otras, las siguientes:
     
    No hay riqueza que pueda llamarse social donde el obrero padece hambre, aunque se trate de una nación que tenga más riqueza que todas las demás juntas; si las clases trabajadoras no participan en ella, esa nación es pobre, porque el bienestar de la sociedad no es proporcionado al capital que hay en un país, sino a su buena distribución.”.
     
    Y quizá hoy podríamos sustituir la palabra “obrero” por la de “ciudadano”  
     
     Finalmente te confesaré que veo difícil que llegue a ocuparme de la Segunda  República, pues aun temo no poder terminar con la Primera, pues tantos son sus aspectos y complejas realidades que he de cuidarme en no perderme en ellos. Pero ten por seguro, en todo caso, que tus comentarios me ayudan a seguir en la brecha.   
     

  • Román Díaz Ayala

    En los concretos momentos históricos que de forma tan didáctica vienes brindádonos en Atrio, Eloy, la I República Española encuadrada en el Sexenio Democrático, el socialismo estaba pasando de ser una suerte de doctrinas filosóficas que impregnaban el quehacer político y hasta las disciplinas económicas,Karl Marx y Engels ofrecieron una nueva alternativa al socialismo utópico, pues bien, estaba pasando de  ser una cuestión puramente académica, a dar respuesta a la cuestión clave de ese siglo: que el uso del poder era arrogante y abusivo, causante de la extrema pobreza de las poblaciones. No era simplemente que el poder lo detentaban unos pocos y había que ensanchar sus bases para beneficio de las clases rectoras (burquesía liberal)sino que el sistema se sustentaba en una condición de radical injusticia hacia la población cuya única salida para mejorar su situación sería la unión, la lucha solidaria constituyéndose en una nueva clase social reivindicativa de unos nuevos derechos.

    En tal contexto las alternativas en la búsqueda de modelos de Estado (en nuestro caso monarquía o república) carecía de importancia de que eran planteamientos de las clases poseedoras del poder ( en lo político, lo social y hasta lo religioso). Esta elección consistía en aspectos formales, no era la razón histórica, de personajes como Pablo Iglesias cuya lucha por la subsistencia era su guerra contra la injusticia.

    Eloy, cuando te introduzcas en la II República ( lo harás, ¿verdad?) podremos comprobar que el modelo presentado por el PSOE en los años treinta había madurado mucho, y que también sería fácil descubrir sobre qué modelo, de las varias corrientes que se dieron tras el fracaso de la guerra civil, los socialistas encararon la Transición Democrática con la constitución del 78 con su utopía reformista, de carácter socialdemócrata.

     

    En estos momentos se hace imprescindible en España un nuevo pacto social, rotos tantos consensos, por la derecha y por las izquierdas. El actual PSOE corre el gran peligro de desaparecer.

    Quizás son estas ideas las que yo tenía en mente cuando en mi anterior comentario hablaba de “las esencias”.

     

  • ELOY

     
    Hola Román.
     
    Agradezco como siempre tus comentarios que suelen completar de forma muy significativa, en uno u otro rasgo, en uno u otro sentido, el contenido del artículo. Tal sucede también en este caso.
     
    Del final de tu comentario me queda una duda que quizá quieras aclarar.
     
    Me refiero a la frase en la que afirmas que “hablar de las esencias del PSOE, o de la vuelta a sus orígenes nos puede descabalgar de la historia de forma interesada”.
     
    Entiendo que quizá quieras decir que  determinadas esencias ideológicas o programáticas existentes en los orígenes del PSOE no son aplicables a la realidad histórica actual y por lo tanto nos descabalgarán de la historia. 
     
    Habría, a mi entender, que matizar cuales serian esas esencias , que es posible que haya, no actualizables parar someter en concreto el tema a discusión.
     
    Si se refiriese al “republicanismo”, tú mismo recuerdas que la conjunción republicano-socialista,, fue tardía en España.
     
    ¿También podría pensarse en la socialización, más o menos general, de los medios de producción? ¿O incluso de la concepción de la democracia parlamentaria?.
     
    En  todo caso mis referencias a Pablo Iglesias, en el contexto de la Primera República, van referidas ( amén de complementar el contexto de la época) muy especialmente a su sentido ético, lucha por la justicia y a su vida marcada por la pobreza (impuesta e ineludible en un principio)  y por la austeridad, aspectos en los que hace sin duda hincapié la biografía de Julián Zugazagoitia, mostrando como se ha querido desautorizar su persona (y su doctrina) diciendo que “vivía de los pobres”.
     
    Y ese recurso de utilizar de los falsamente argumentos “ad hominem”,  descalificadores de las personas, para desautorizar sus planteamientos de justicia, es algo que vivimos muchas veces en nuestra vida diaria.  
     
    Muchas gracias de nuevo Román por tus enriquecedoras aportaciones  que siempre espero con interés.  
     

  • Román Díaz Ayala

    Las fechas son muy importe en este relato y que sitúan la historia del movimiento obrero en los prolegómenos de un nuevo paradigma con el cual nació el siglo XX.

    La España de mediados del XIX tenía todavía mucho del Antiguo Régimen existiendo una clara separación entre la casi totalidad del pueblo, en su mayoría proletariado rural y el incipiente proletariado industrial y de servicios, y las clases gobernantes. La burquesía había escalado puestos debido a la revolución industrial y los mecanismos de poder que ofrecían los cargos públicos y la representación política.

    El pueblo llano tenia tan sólo dos mecanismos de ascensos en la escala social: el ejército y la Iglesia. De los altos mandos militares se nutrían los partidos y las facciones políticas. La Iglesia era un poder en sí misma con sus privilegios y su alto grado de representación.

    La Revolución del 68 ayudó mucho creando un clima favorable para la toma de conciencia de clase de los desfavorecidos. La primera Asociación Internacional de Trabajadores es de 1864 y Napoléon III en ese mismo año reconoce el derecho de asociación. Karl Marx publica “El Capital”  en 1967 y la sección española de la AIT fue en 1869 como bien dice el autor, de la cual formó parte Pablo Iglesias ingresando en la federación madrileña en 1870.

    Pero el ejercicio de la política estaba en manos  de la élite, minoritaria y exclusivista. El Partido Socialista nació  clandestino en 1879 saliendo a la luz pública en 1881. Hoy diremos que la trayectoria personal de Pablo Iglesias, sus o´rganos de expresión y el partido y el sindicato que fundó (PSOE y UGT) estaban fuera del sistema. fué en 1891 cuando comenzó a participar en política municipal (Bilbao)

    Para participar en la política parlamentaria tuvo que renunciar a mucho de su radicalismo junto a un cambio de estrategia buscando alianzas con las izquierdas republicanas y liberales. Pero ya estamos en los inicios del siglo XX. Esta conjución condujo a Pablo Iglesias al Parlamento (1910)

    Es bueno recordar estas cosas, porque hablar de las esencias del PSOE, o de la vuelta a sus orígenes nos puede descabalgar de la historia de forma interesada. No existe un partido político serio que no tenga una base social que lo sustente.

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