La foto de Aylán ha conmovido el mundo. Aquí el primer comentario llegado de un atriero.

Cuando, con 18 años, viví en Sanlucar de Barrameda. Era frecuente ver en La Calzada hombres  portando un ataúd blanco de su niño muerto que lo llevaba en brazos por no disponer de dinero para un entierro con todos los perejiles fúnebres.

He enterrado en mis años de ejercicio ministerial muchos niños tanto en el Castillo de España, en Santadran de Cobres, en Puntales, en Tarifa y en La Atunara. Conservo en mis entrañas la pena negra del dolor de sus vidas fallidas por enfermedades y algún accidente.

En Tarifa, en 1968, en primavera, murió un hijo de Bernardo, un pescador, al que ni don Francisco el médico, ni sor Josefa, pudieron salvar, pues no teníamos manómetro en el Hospital de sangre y no hubo manera de evitar que entrara en sus pulmones más oxigeno del tolerado por la criatura. En el depósito, a la mañana siguiente se presentó Bernardo con una caja de las que usaban para el pescado, con una tapa y así llevamos al niño, bautizado con agua de socorro la tarde anterior. Con capa blanca y la abuela diciendo: “Angelitos al cielo, mi niño”.

Es así. Los niños mueren. Ocurre que los cinco niños muertos ahogados ayer en el Egeo a punto de llegar a tierra, no estaban enfermos, ni han sufrido un accidente. Se han ahogado porque sus madres huían de una guerra dirigida por el Presidente de la República Siria –que tiene nombres y apellidos– contestada por grupos de oposición, cuyos dirigentes tienen nombre y apellidos, avalados unos y otros por los gobiernos de Rusia, Estados Unidos [Visitad esta web Voltaire. Nota de Atrio], Ira, el Califato Islámico, la Unión Europea, con responsables políticos, administrativos y militares que tienen nombres y apellidos propios. Esas personas son responsables de esas muertes.

Ocurre que los traficantes de personas están cobrando hasta 10.000 euros por sacar de Siria a las familias que huyen. [¿Con financiación de EEUU?]. Nota de ATRIO] Y los gobiernos de Turquía y de los países europeos, incluido el español, tan de derechas él, tan contrario al aborto él, tan respetuoso con los derecho humanos él, no han logrado en los tres últimos años ponerse de acuerdo en cómo acoger refugiados en sus países ahítos de riqueza, mejor o peor repartida. Kenia acoge medio millón de refugiados. Sudán otros cientos de miles. Pero son pobres países de pobres gentes que no tienen instituciones democráticas ni civilización como nosotros.

¡Maldito el hombre que confía en los  príncipes! Lloran hoy los santos Inocentes, masacrados por los soldados de Herodes en Belén. El Dios oculto calla y no actúa. Nosotros si podemos arrojar al mar a los responsables de esas muertes. Tienen nombres y apellidos. Al presidente de Guatemala lo acaban de detener, hoy, por corrupción. Se puede. ¡Vaya si se puede! Ojalá no tengamos que oír a las madres de estos niños gritarnos: “¡que vuestros niños sean estrellados contra las piedras por impedirnos entrar en vuestras tierras!, !a los nuestros los habéis ahogado vosotros!.