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Nuevas imágenes de Dios

Jesús Gil

*(Leyendo al obispo anglicano Spong)

Tanto los creyentes como los no creyentes piensan que Dios es un Ser Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, que domina el universo, Juez Supremo de las personas, premiador de los buenos y que castiga a los transgresores de sus mandatos, que habita en el cielo y que promete a sus seguidores la salvación eterna en los cielos. El ser humano proyecta sobre Dios aquello de lo que adolece y las cualidades que desearía poseer: omnipotencia, dominio sobre el mundo, las personas y los seres del universo, habitar en un lugar fascinante y vivir eternamente, Es una imagen antropomórfica de Dios.

El carácter personal atribuido a Dios es nuestro propio carácter personal, proyectado sobre Dios. ¿Pero no es Dios el totalmente Otro, el diferente al ser humano, infinito, justo y la eterna bondad? Esta es la imagen teísta de Dios. ¿Será posible prescindir de esta imagen de Dios construida según un perfil humano, y buscar unas nuevas imágenes alejadas del teísmo? Es lo que pretende el obispo Spong, según señala en su libro:

“Si pudiéramos conseguir dejar el teísmo de lado, quizás se abrirían ante nuestros ojos otros caminos para estudiar a Dios… Si las analogías humanas que habíamos proyectado sobre los cielos nos habían llevado al caos, quizás deberíamos examinar aquellos aspectos de la experiencia humana que nos hacen ir más allá de los límites normales, o hacia horizontes nuevos. Tal vez sea posible presentar la experiencia cristiana en imágenes no teístas” (p 66)

Hoy esa imagen de Dios no se resiste por más tiempo, “Somos testigos de la muerte de Dios, del Dios que hemos conocido”, dice el obispo. El Dios del teísmo ha muerto y quizás no pueda resucitar. Hemos de buscar nuevas imágenes de Dios más acordes con la realidad, alejadas de las proporcionadas por el teísmo reinante en la tradición creyente.

Una primera aproximación a este intento de salir del teísmo aplicado a la imagen de Dios nos lo proporciona el Primer Testamento, utilizando unas palabras hebreas. El nombre propio de Dios en el Primer Testamento es en hebreo Yhwh (Yahweh), “Yo soy el que soy”, son palabras que expresan seguramente la realidad del ser divino y de su actividad. Para nombrar a Dios se emplea la palabra Ruah (viento, soplo), como soplo de Dios, en cuanto fuerza vigorizante, dadora de vida. Otra palabra aplicada a Dios fue Nephesh (aliento), como fuerza que brota de cada ser, aliento idéntico a la vida. Y también se emplea la palabra Roca, como imagen impersonal aplicada a Dios, que es mi roca, mi fortaleza, mi libertador (Salmo 18)

“Si algo tan impersonal como el viento, nuestro aliento, o una roca podían ser usadas por nuestros antepasados como imágenes de Dios, seguro que nosotros podremos ser más valientes y abandonar nuestras imágenes personalistas, y empezar a considerar nuevos significados y figuras retóricas radicalmente diferentes en nuestra búsqueda de Dios” (Spong, p. 71)

Un segundo intento lo encontramos en los místicos.”Dios está siendo en mi ser y es el ser de todos los seres. Mi yo es Dios” (M. Eckhart). La dimensión mística reconoce que todos somos parte de Dios y Dios es parte de lo que somos. Dios es el ser fundamental con el que compartimos nuestro ser. Para ellos Dios se encuentra en las profundidades de la vida llamando a toda la creación a la transcendencia. “Toda la creación es capaz de revelar este Uno divino desde las profundidades de su propio ser” (Spong). La vida misma es una revelación de Dios que surge de las profundidades de la vida. Toda persona es capaz de ser teofanía, signo de la presencia de Dios.

Recientemente teólogos y pensadores han continuado con esta búsqueda de imágenes no personalistas de Dios. Se ha hablado de Dios como el “totalmente Otro” (Barth, Otto); Dios es “el Gran Compañero, el que sufre con nosotros y nos comprende” (Whitehead); como el núcleo esencial y la base fundamental de todo lo que es, el “Centro de todo Ser, la Base del Ser, el Fundamento del Ser” (Tillich); asimismo se habla de Dios como dador de vida, fuente de vitalidad: y también como Amor que es fuente de vida, recordando la definición de Dios que realiza Juan (1 Jn 4, 8.16) cuando dice que Dios es Amor. Dios se hace presente, acontece, allí donde acontece el amor (A. Torres Queiruga)

“Este Dios no sería un poder teísta, un ser entre seres, cuya existencia podríamos debatir. Este Dios no sería el tradicional divino hacedor de milagros, un mago, un repartidor de premios y castigos, bendiciones y maldiciones. Tampoco el super-padre celestial y caprichoso que a ratos nos consolaba, escuchaba nuestros gritos y era el Señor tapagujeros, mientras dejaba que otros tuvieran que aguantar su sufrimiento hasta el final en un mundo radicalmente injusto” (Spong, p. 74).

Se impone, por lo tanto, hacer un esfuerzo para buscar imágenes nuevas de Dios, diferentes del Dios teísta del pasado. Imágenes de Dios no como un ser externo a la vida, sino de Dios como el ser fundamental con el que compartimos nuestro ser. A esta búsqueda nos ayuda el obispo Spong, concretando tres imágenes: Dios como el Fundamento del Ser, como Fuente de la Vida y Fuente del Amor. No se trata de imaginar un Dios como un poder divino externo, sino como centro infinito de todas las cosas, y como plena expresión de nuestra humanidad. Dios como Fundamento del Ser, que nos llama a ser todo lo que uno puede ser; como Fuente de la Vida, que nos invita a vivir en plenitud; y como Fuente del Amor, que nos impulsa a amar abundantemente.

Finalmente así resume el obispo anglicano estas nuevas imágenes de Dios:

“El Dios que es la Base del Ser, no se puede poseer. Dios es una presencia universal que permea toda la vida. Dios no bendice ni maldice a ciertos individuos dependiendo de unas reglas de conducta impuestas. Dios, la fuente de la vida, nos llama a todos a vivir plenamente. Dios, la fuente del amor, nos llama a todos a amar generosamente. Dios, la Base del Ser, nos llama a todos a tener el valor de ser nosotros mismos. Así que cuando vivimos, amamos y tenemos el valor de ser, estamos comprometidos de un modo sagrado, engrandecemos nuestra humanidad, y rompemos nuestras barreras” (Spong, p 225).

*J. Sh. Spong. Por qué el cristianismo tiene que cambiar o morir. Editorial Abya Yala. Quito. Ecuador 2014

100 comentarios

  • George R Porta

    Que descanses y te repongas, Juanel. Un saludo cordial a ti y a tu esposa.

  • George R Porta

    La justicia de Dios es un problema grave del teísmo. Leo en una de las entradas de Juanel “Si Dios existe no puede permanecer impasible, ciego y sordo, ante el clamor del sufrimiento humano” pero esa condición es otra antropomorfización de la noción de la divinidad. Lo único cierto es que el ser humano solo puede afirmar su sí mismo y puede hacerlo porque vive rodeado de otros seres humanos con los que tiene muchísimo en común no solo somáticamente sino en una gama de dimensiones.

    Fuera de ello, puede imaginar y hasta desear esperando que sea cierto que haya una realidad que le es desconocida a la que incluso puede pertenecer aunque no sepa cómo ni en qué medida. Algo así como se pertenece a la oscuridad en una habitación en la qalguien se halle y no pueda ni ver sus propias manos aunque las sienta, o el modo como otros saben que aún vive alguien que respire pero permanence inconsciente y la propia persona observada no puede reconocer su propia vida.

    Es esta humildad radicar de la verdad extrema la que cuesta al ser humano que vive persuadoido de que tenga que conocer todo a cualquier precio.

  • George R Porta

    Amigo Juanel, no tienees por qué disculparte. por no dedicar más tiempo a cualquier comentario que yo entre. Ya te agradezco que le prestes alguna atención a cualquiera de ellos. 

    Solo a modo de intent de esclarecimiento te comento lo siguiente.  La plenitud humana  es una posibilidad que ha de permanecer futura mientras no se realice y por lo tanto imaginaria y como tal no se sabe siquiera si será posible. Consecuentemente no puede ser objeto de afirmación o de creencia cierta. Puede ser un sueño, un deseo, una esperanza una ambición pero en modo alguna una cosa que de cierto pueda afirmarse anticipadamente. Un saludo cordial y agradecido.

  • Juanel

    Necesito descansar unos días, me encuentro agotado. En la próxima semana quizás un poco más, no pienso entrar en Atrio es que si entro me siento inmediatamente implicado. Tengo que desconectar y ocuparme en otras cosas por ejemplo en alguna novela que me distraiga. Mi mujer ya me está diciendo que se me está poniendo mala cara. Lo paso muy bien aquí pero pasa factura.
    Gracias y disculpas.

  • Juanel

    Sobre la pregunta por los motivos que impulsarían a Dios a acoger la Plenitud Humana mi respuesta es simple: NINGUNO. Sólo se trata de mi esperanza y consciente de que esa esperanza puede que no se realice. Pero claro está, si es imposible que esa esperanza pueda ser realizada, entonces de entrada es una esperanza vana o vacía; si por el contrario queda cualquier resquicio por mínimo que sea de que hubiese alguna posibilidad, entonces sí podría mantener la esperanza por la importancia que tiene para mí mantenerla.

    Busco ese resquicio de posibilidad consciente de que me muevo en suelo resbaladizo. He pensado en muchas alternativas como, por ejemplo, que la Plenitud Humana encaja mucho mejor en el ámbito divino que cualquier supuesta criatura de Dios, que tienen un grado de imperfección e incompletud mucho mayor que ella. También pienso que quizás es posible que la Plenitud Humana fuese el modo escogido por Dios para estar presente, o propio de él, no sólo en lo Absoluto-Infinito-Eterno sino también en lo Relativo-Finito-Temporal. O quizás podría servirme, lo que leí en cierto autor, que tenemos claro más o menos la persona del Padre y también la del Hijo, pero la persona del Espíritu Santo queda como en el aire y podría estar formada por todos y cada uno de nosotros/as, los humanos, al ser transformados en espíritu tras la muerte, (para mí mejor en tiempo escatológico). Podría seguir exponiendo posibilidades y dándole al tarro buscando ese resquicio para la esperanza, pero todas cuantas he intentado proponer presentan dificultades. Me di cuenta que lo que trataba de hacer era desentrañar el ámbito de Dios cosa imposible, así que se imponía un cambio de estrategia, buscar ese resquicio en nuestro mundo humano.

     
    Recordé algo que leí hace tiempo, “si Dios existe no puede permanecer impasible, ciego y sordo, ante el clamor del sufrimiento humano” y esto por ahora es el resquicio que me queda y me sirve para sostener mi esperanza. En mi propuesta el sufrimiento humano es acogido en la Plenitud, pues en ella todos los males se habrán vencido y reparados, y todos los sufrimientos consolados y compensados, y este esfuerzo no puede ser en vano, porque en caso de no ser acogida por Dios en lo eterno, su final será catastrófico. Y esto podría ser lo que suceda si Dios no existe, pero si existe puedo animar la esperanza de que la catástrofe final no ocurrirá sino todo lo contrario.

  • Juanel

    No sé bien si he entendido lo que George puntualiza. Es que empieza el primer comentario con un juego de palabras que parece un sofisma, y luego con ponerle nombre a aquello que no se sabe. Luego entiendo que señala la Plenitud algo así como nombre de Dios, que explica como absolutamente inclusiva, pues si no sería una divinidad arbitraria y maléfica. Yo no sé si lo que escribe es desde el modelo que he propuesto puntualizando sobre las posiciones contrarias y sus consecuencias o por el contrario lo que está haciendo es sacar incoherencias posibles en él. Como no lo sé me interesa más éste de las incoherencias que el otro y lo voy a comentar en este sentido, porque me sugiere una serie de preguntas. Disculpas anticipadas a George si me he equivocado y también por no invertir más tiempo en entenderlo mejor.

    Si no se puede saber nada, cierto es que sé que no sé nada a modo socrático, pero entonces ¿por qué nombro eso que no sé como Dios-Misterio? Nada sé, pero si la eternidad existe en el sentido de que todo cuanto haya existido permanezca, entonces la lógica me dice que lo Eterno no pertenece a nuestro mundo, pues lo único en el Cosmos incluido el ser humano que podría permanecer por tiempo indeterminado es la energía dispersa, sin formas ni estructuras ni materia,…., dado el principio de conservación de la energía. En lo Eterno donde todo puede permanecer es externo a nuestro sistema, no es de nuestro mundo por lo cual puede referirse al ámbito divino y nombrarse como Dios.

    Sobre Dios-Misterio como no sé nada más, nada tengo que añadir. Es común suponer en Dios capacidad creadora, y el comentario de George me sugiere la pregunta ¿qué razón movería a Dios para crear algo? Pues hay respuestas para todos los gustos pero ninguna de ellas me convence, desde la imagen de un diosecillo satisfecho de que sus criaturas le canten alabanzas en su gloria por toda la eternidad, (¡horror! menuda condena sádica), la cual se relaciona con la otra de manifestarse a las criaturas que él mismo crea, hasta quizás sólo un poco más cerca de la lógica aquella que supone que crea para “llegar a ser” Todo en todo. Difícil de sostener dado que lleva implícito que a Dios le falte algo. Por tanto me decido por no suponer NINGUNA actividad creadora, a lo que se suma que la actividad creadora aumenta los problemas de conocimiento sobre el mundo sin resolver ninguno y sobre todo las consecuencias de esa actividad son para mí excesivamente negativas. Suprimo esa actividad de Dios y con ello me ahorro el buscar los motivos. Dios no es un buen argumento de explicación ni de conocimiento, para el origen, la evolución y el final del Universo en el que vamos viviendo, mucho mejor la Ciencia.

     
    La Plenitud no es ningún nombre de Dios, no es divina ni pertenece al ámbito divino, no es Dios, ni es eterna, ni tampoco resulta de la actividad creadora de Dios. La Plenitud es humana, es Plenitud Humana, por tanto de nuestro ámbito o sistema, que se alcanzará si se alcanza en el futuro de la historia de la humanidad en nuestro mundo, quizás dentro de 5 mil o 30 mil años o más o menos, difícil de predecir, que puede funcionar como horizonte utópico posible para la vida humana. Su relación con Dios es escatológica, pues se trata no de creación sino de acogida por parte de Dios, una vez alcanzada y culminada la Plenitud Humana, para llevarla a su ámbito divino en lo eterno. Queda entonces en el aire la pregunta ¿qué motivos o razones impulsarían a Dios a acoger la Plenitud, sin ser creación suya?

  • George R Porta

    La noción de soi-même a que me refiero y traducible bastante felizmente como “sí mismo”, fuera muy cercana a la de sí y su circunstancia modificando un pelín la frase de Ortega y Gasset.
     
    En efecto fuera la localización más densa posible del ser en la totalidad (no en la plenitud o completitud) desde su “sujetividad”.

    Desde luego, desde mi punto de observación esta no fuera una cualidad atribuible a alguna noción de divinidad. La aparente soledad del ser humano en el “Cosmos” es solo una hipótesis. Nadie puede mirar al exterior del espacio en el que habita desde ese interior y por tanto quizás sea innecesario hacerlo.

  • George R Porta

    Quien admite que la divinidad nos haya creado o nos esté creando afirma al mismo tiempo el compromiso u obligación de dicho/a Creador/a de efectuar su acto creativo al máximo (sobre todo si a esta relación creativa la nombra con la noción de Plenitud que es absolutamente inclusiva, o de lo contrario estuviera “imaginándose” arbitraria pero ineludiblemente una divinidad que siendo voluntariamente maléfica no se compartiese en su totalidad y decidiese crear solo súbditos/as.
     
     
    Deducción, la existencia tuviera que ser el proceso de divinización porque de poder ser incompleta por voluntad de su creador/a fuera simplemente fruto de la necesidad de compañía de ese/esa su creador/creadora y además caprichosa y maléfica. El sueño mítico de Adán y Eva como inalcanzable es la tortura del mito de Sísifo en este caso instilado en la creatura por el/la propio/a creador/a.

    El problema fundamental y radical de cualquier y todo teísmo es imaginar la divinidad “a su imagen y semejanza” aunque se la imagine en grado superlativísimo (que se me perdone este horro lingüístico). Los atributos hechos a la divinidad solo pueden ser proyecciones de los deseos o esperanzas humanos y por lo tanto de las carencias y deseos experimentados en la existencia.
     
     
    La humanidad solo puede imaginar una comprensión de sí misma y debe hacerla desde sí misma porque cualquier teología es necesariamente imaginaria. Esta antropología debiera comenzar por aceptar la in-completitud humana y por entender que ella sea la causa o punto de origen del deseo de completitud y por extensión de su imaginación poética/épica de la divinidad y, por ese camino, de la díada humanidad-divinidad, sus diálogos míticos, etc. La religión como pensamiento mágico puede ser terrorífica o divertida pero nada más y desde luego no debiera ser un medio de vida aunque si los curas fueran curas-obreros ya no me molestara tanto que existieran y llevaran la esperanza a tiempo completo a la conversación codo con codo con la gente de a pie que cumplen con la necesidad de ganar el pan con el sudor de su frente.
     
     
    Teilhard nombraba en el “Medio Divino” a las “disminuciones pasivas” de la Gracia (admitiendo esa traducción que es mía), una noción antropo-teológica que abre el espacio a la noción central o fundamental de solidaridad al mismo centro de la noción de humanidad y de ésta como existencia cristiana o siguiente de Jesús. Si tengo lo que otro/a me muestra o me dice que carece (sobre todo si me lo pide) tengo que compartirlo y viceversa.
     
     
    Por lo tanto la comunicación solidaria a través de la donación completa de aquello que la humanización va exigiendo que sea completado. Esa creación fuera una creación en la que todo, aún lo incompleto o “carente” tiene una función. Ello incluye el sufrimiento porque motiva la compasión en alguien y substrae a este/a alguien de estar enfocado/a egotísticamente sí mismo/a y sus necesidades o preocupaciones, con lo cual le da el único significado positivo a sufrir. Una especie de puzle de piezas que han de recibir y donar recíproca o mutuamente para poder completar la figura “plena”, el paisaje, la imagen dividida y partida etc. Todo ello a sabiendas que la Plenitud absoluta es inimaginable e ininteligible.
     
     
    Eso me retrotrae a algo que he propuesto varias veces de que por encima de las famosa (o infames) cuatro “Notas” de la Iglesia haya que colocar la única importante y si acaso causa de las siguientes. La Iglesia que debió imaginar Jesús si imaginó como sugiere Marcos (Salvador Santos, Juan Mateos) es una comunidad comunicante y por lo tanto solidaria más que fraternal y mucho más que Católica, Apostólica, Una y Santa. En el corazón de Jesús cuando andaba por las tierras gastándose en hablar arriesgando su vida lo que parece que contara era la misericordia, y no una doctrina social o una filosofía de la justicia, sino esta acción concreta de dar al otro/a lo que él/ella sienta que sea su necesidad prioritaria. Teilhard captó eso brillantemente en su idea de una Gracia que es activa y como su contrapartida pasiva o disminuyente, la mayor expresión de la cual fuera la muerte misma.

  • George R Porta

    Si nada puede saberse sobre algo al menos se sabe eso mismo, que nada pueda saberse lo cual es una contradicción sin salida y por lo tanto gratuita.

    El problema es llamarlo por un nombre que nadie sabe si le corresponde y no obstante es utilizado para nombrarle. En el diálogo de Platón titulado “Cratilo o del Lenguaje” (, Madrid, Trotta, 2002, trad. de Atilano Dominguez que ha sido muy bien recibida), especialmente las páginas 93-107, enfocan el nombre dios. De cualquier modo es enriquecedor leerlo.

    Este diálogo de Platón es quizás (a juicio del traductor de esta edición que poseo) y de otros filólogos también, posiblemente el primer estudio occidental o del Mundo Griego de filosofía del lenguaje y como lugar de origen de la  filología y la hermenéutica modernas.

  • Juanel

    Antonio, gracias por intervenir con todo lo que tienes encima ¿de dónde sacas tiempo? No te preocupes si no puedes contestarme, aunque no lo hagas quiero responder porque es una cuestión la que planteas en mi opinión muy importante.

    He decidido adoptar y apostar por una posición cientificista-materialista radical sin renunciar en nada a mi fe religiosa, por lo cual en mi propuesta no existe dualismo alguno en el ser humano ni en el Cosmos. En consecuencia la afirmación de que “ya AHORA, el Dios-Misterio, está presente en este mundo y conciencia” la sustituyo completamente por PLENITUD HUMANA, es la Plenitud lo que se hace presente en el “corazón” humano, ya ahora. La experiencia de Jesús en su relación con el Padre y la de tantos místicos no sobrepasa el nivel humano, es que son humanos y no divinos los sujetos que la experimentan, la diferencia está en el grado que alcanzan en ellas de visualizar, de entender…., la Plenitud, pero ello no desvela nada sobre Dios-Misterio. Es que además si se develara algo el Misterio se disolvería como tal, que es justo lo que ha pasado en las diversas experiencias religiosas y sobre todo en las religiones. Creen estar hablando de Dios-Misterio con todas las reservas que se quiera, pero en realidad de lo que hablan es de Plenitud a la cual sí que se le puede otorgar con propiedad un amplio conjunto de atributos excelsos o cualidades humanas maximalizadas o encendidas exaltaciones poéticas….justo lo que dicen sobre Dios.

     
    El punto omega que propone T.Chardin, significa en mi modelo el punto de encuentro entre los humanos plenificados y Dios, porque Dios desde su ámbito externo divino los recoge espiritualizándolos,(escatología), sin necesidad alguna de “entrar” en nuestro mundo. (Propongo que esto pase justo al final de la historia humana y no en la muerte de cada individuo puesto que nadie muere en plenitud y tiene que alcanzarla siendo humano, adquiriendo valores humanos lo cual no es posible sino con otros humanos, profundizando en sus mutuas relaciones. Y creo que tendremos una segunda oportunidad para hacerlo. Si no fuese así ¿cómo alcanzar la Plenitud humana? ¿por magia divina?) Tampoco nosotros para alcanzar el punto omega tenemos necesidad ninguna de “entrar” como de puntillas en el ámbito divino, haciéndonos o creyéndonos ser “un poco” dioses antes de tiempo. No son líneas convergentes, como si la evolución en el tiempo fuese divinizando a la humanidad y en la otra humanizando lo divino. Se trata de un punto y no de un vértice o vórtice de convergencia. Ni el tiempo ni la evolución nos pueden ir divinizando no está dentro de nuestras posibilidades, y pienso que el suponer y querer que esto sucediese implica que estaríamos obligando a Dios a recogernos en su ámbito, forzando y asegurando el punto omega. Incluso para ello estamos dispuestos a utilizar a Dios metiéndolo en nuestro mundo y conciencia.

  • Antonio Duato

    Desde mi puesto de supervisor de este complejo sistema técnico mental que es ATRIO voy siguiendo con creciente admiración los hilos de comentarios que se están desarrollando en algunas de las últimas entradas.

    Me gustaría participar más, pero no tengo el tiempo necesario, pues una participación digna requeriría releer con calma cada una de vuestras intervenciones, descubrir el movimiento de fondo que anima el diálogo y repensar bien si tengo algo que aportar y cuál es la manera mejor de comunicarlo. Ese es el esfuerzo que veo que muchos y muchas estáis haciendo, dejando pasar a veces algunos días hasta encontrar la manera de enlazar con lo que otras personas han dicho. Y a veces -no hay que culpar a nadie por ello, aunque cause decepción- el diálogo se queda sin la respuesta esperada. El esfuerzo hecho por intervenir y aclarar las propias ideas, ya ha producido fruto. Esa es la maravilla de ATRIO que veo más esplendorosa que nunca.

    Pero hoy me permito, a bote pronto, decir que este último escrito de Juanel (ved su perfil en http://www.atrio.org/perfiles/juanel/ : científico y creyente, esposo enamorado…) me ha aportado una buena síntesis de la búsqueda que persigo: ¿dualidad o no-dualidad entre Dios/Misterio y Plenitud humana? Es muy interesante cómo expresa la inclusión de todo el cosmos en esa Plenitud humana a la que apunta la consciencia en su trabajo interior. Pero, aún llegando a esa plenitud, Juanel mantiene que esa Plenitud y el Dios/Misterio  “sólo contactan en el punto final de la historia humana cuando la humanidad al completo sea (si lo fuese, es decir, si Dios existe) transformada por el Espíritu para sacarla de su ámbito al divino”.

    Ese sería el Punto Omega de Teillhard, cuyo 60º aniversario de la muerte estamos celebrando. Esa concepción o manera de creer mantiene la dualidad neta en el Ahora, dejando al cosmos en su propio proceso evolutivo sin interferencias divinas pues Todavía no está consumada la unidad. Y se puede acomodar a muchos aspectos de “reserva escatológica” que están en la fe expresada por Jesús.

    Pero ¿no es verdad que esta concepción no responde a testimonios dados por el mismo Jesús y por tantos experimentadores de la fe que aseguran que ya AHORA el Dios/Misterio, ese ámbito divino, está ya presente en este mundo y en la conciencia? “Dios está en el corazón del hombre”, la vía unitiva de la mística… Interesante lo que decía George sobre el diálogo (dualidad) con el soi-meme (no dualidad).

    Por ahí va mi búsqueda actualmente. La superación del teísmo (constante de Spong y otros) y de la dualidad (constante de Enrique M. Lozano y otros), ¿mantienen la posibilidad de relacionarte personalmente con el/lo Otro, sin necesidad de hacer referencia al Punto Omega de la muerte o del fin del mundo? Es posible, en esa consciencia unitaria del cosmos que se produce en el “moi” (matiz diferente a decir Je o Yo), mantener un diálogo religioso (cierta dualidad) con lo Otro que yo presiento presente en lo más íntimo de mí mismo, sin que pueda separarlo de mí (la organización de “mis” partículas infraatómicas que constituyen mi cerebro y almacenan mis experiencias y la cultura trasmitida).

    Y esa apuesta de fe vuelvo a repetir una vez más que no es una apuesta por el QUÉ del mundo y de mí, sino por el QUIÉN (ya otra vez cité Qué es Dios, Quién es Dios de Juan David García Bacca, Anthropos 1986). A la pregunta sobre el qué hay que responder con lenguaje analítico, a la pregunta sobre el quién no se puede responde con conceptos, definiciones o hipótesis. Sólo cabe la indicación, el señalar un Tú o un Él que pueden insinuarse con lenguaje poético, emotivo o figurado. Una fe así que es invulnerable a la reducción científica o analítica como lo es un amor verdadero.

  • Juanel

    Es cierto que mi modelo afirma la dualidad extrema entre Dios-Misterio y la Plenitud Humana y sólo contactan en el punto final de la historia humana cuando la humanidad al completo sea (si lo fuese, es decir, si Dios existe) transformada por el Espíritu para sacarla de su ámbito al divino. Hay confluencia porque a pesar de la transformación de lo humano, ésta, como no puede concebirse de otra forma, lleva consigo su entorno (el Cosmos conocido y experimentado) disolviendo la dualidad o persistiendo un ámbito (en la memoria colectiva humana) junto al otro en lo eterno.

    Oscar plantea la dualidad, pero cuando apunta al modo de disolverla no hace referencia a la dualidad Dios-Misterio y Plenitud Humana, sino entre el mundo interior de la persona y su entorno. Pero es que en mi modelo no existe aquí ninguna dualidad. Todo el ser humano incluido el interior de la persona está incluido en el Cosmos. La capacidad humana para reconocerse a sí mismo, tener una identidad y un mundo interior propio, se origina del proceso cultural histórico acumulativo humano y de la evolución de nuestra especie en sentido genético y biológico. No existe aquí ninguna discontinuidad y menos dualidad.

    Si nos percibimos distintos y también “superiores” al mundo que nos rodea, no es porque tengamos “algo” distinto al resto de los seres, sino que la capacidad para identificarse a sí mismos que poseen algunos mamíferos junto con nosotros, fue potenciada en nuestra especie mediante selección, por las ventajas adaptativas y de supervivencia que nos daban esas capacidades propioceptivas de nuestros cerebros. El hiato o disconformidad entre sujeto/objeto sobre lo que tanto se ha discutido, las neurociencias nos informan de que se produce por el modo de percibir que tiene el sujeto al observar el objeto, que además a nivel cuántico lo modifica de modo cuantificable.

     
    Todo cuanto explica Oscar después, incluida la adición del escenario de la siriofenicia, es asunto sólo de un lado de la dualidad, el de la Plenitud Humana y de distintos modos de entenderla o de su contenido. En ningún momento interviene, participa, o se apunta en dirección a la otra parte de la dualidad, al Dios-Misterio. Dios-Misterio no está de ningún modo o manera en el interior de la persona humana, como tampoco lo está en ninguna parte, modo o manera en el interior del Cosmos, (ni tampoco lo crea ni lo sostiene en el sentido común que se aplica), sino todo lo contrario es externo a él, y por ello es Misterio, nada puede saberse sobre él.

  • George R Porta

    Psicológicamente hablando todos creemos sentir una especie de “espacio” privado, no accesible directamente a las demás personas que suele ser descrito como “interior” en lenguaje figurado. Ciertas lesiones cerebrales pueden impedir esta conceptualización.

    Reginald Garrigou Lagrange escribió hace mucho un tratado sobre “Les trois âges de la vie intérieure que hasta el Vaticano II conservó  cierta fama y popularidad entre los especialistas de la espiritualidad, la mística, etc., sobre todo en la escuela de Tomás de Aquino.
     
    Un problema es la incompatibilidad del lenguaje con una filosofía o una antropología que no admita esta especie de estratificación o compartimentación de la noción de “sí mismo/a”. Las psicopatologías a veces iluminan un poco el problema. Últimamente está la situación de las personas diagnosticadas dentro del grupo de síndromes autistas. Parece que tengan una percepción diferente del ambiente circundante y una conexión muy fuerte con sí mismos/as.  
     
    Si la filosofía y la antropología quieren prescindir de esas representaciones dualistas o múltiples han de crear un lenguaje adecuado a la noción de persona que carezca de espacio interior o de imaginación del mismo.
     
    El discurso sobre los derechos individuales o sobre la dignidad humana no tendrá el mismo lenguaje ni las mismas nociones sobre todo cuando se trate de atribuir dignidad a alguien que por causas genéticas o de otra naturaleza no sea capaz de expresarse inteligiblemente y su capacidad de comunicación esté demasiado comprometida o limitada.
     
    En psicología se sostiene que haya una conexión entre la persona de conjunto y su “mente” (refiriéndose a la actividad no tangible de su cerebro aunque tenga base neuroquímica y neurofísica). Tal es el caso de la modificación de la conducta obsesivo-compulsiva a base de interrumpir “a tiempo” el ciclo de las obsesiones que implica una especie de “diálogo” en el que  la persona se presta atención y se mira “como si fuera otro/a” (para usar la metáfora de Ricoeur: para titular su libro sobre el “sí mismo/a”: “Soi-même comme un autre”). También en Derecho la dualidad entre una persona y las demás es necesaria a la hora de regular las relaciones.
     
    Al menos como recurso pedagógico o artilugio para explicarse la idea de un interior personal es generalmente aceptada aunque casi siempre se sabe que se trata de lenguaje figurado para referirse a la esfera de la vida privada y menos expuesta a la luz.

  • Pascual

    “Si le “aflojara algunas tuercas” a su Modelo y lo dejara andar un poco más “suelto” dices tú, Óscar.Yo digo: “Si en algún momento tu reflexión llega a otras metas…” Es que hay que llegar, quiero llegar, a un punto de no retorno e introducirlo en mi interior; o sea, dentro de mi cuerpo y particularmente en esa región donde ponemos el sombrero, que, al parecer es el lugar donde procesionan las ideas, los recuerdos, las imágenes y las manías; ese es mi interior. Aquí sigo. (¡Cáspita, parece que copio a alguien!)

  • George R Porta

    Mirada en conjunto, la historia de las diversas imágenes de la divinidad a lo largo de la historia sugiere que la humanidad más bien necesite ser politeista, de lo contrario las imágenes afirmativas o negativas de la divinidad progresaran no en nuevas direcciones, sino en profundidad, ahondando el conocimiento de la divinidad que ya conoce. Ocurre lo contrario, necesita superarla como cualquier otro paradigm del conocimiento..
    Quizás, lo que no pueda cambiar mucho aun en el caso de quienes no se reconozcan religiosos es la percepción infantil o desde abajo
      (psicológicamente fuera una especie de narcisismo primario)  de la divinidad que ha de encarnar todo lo que el pensamiento mágico o imaginario infantil necesite reconocer en sus progenitores y adultos importantes para sentir suficientes seguridad y aceptación.
    Siempre quedarán las preguntas sobre cuál sea la naturaleza u origen y propósito de esta intuición profunda, constante horizontal o socialmente y vertical o individualmente, obviamente mitológica y natural en la humanidad aunque quizás constituya mucho más que eso, de estar orientada hacia la alteridad y de ser gregaria. Hasta los minerales tienden a encontrar estabilidad agrupándose en cristales y las plantas necesitan su geotropismo positivo para poder “contemplar” el cosmos, una metáfora incluso poética (mítica) de la esperanza.

  • oscar varela

    Hola Pascual!
     
    Leo que dices a lo de Juanel ser “claro y convincente”.
     
    Lo de Juanel me parece “claro
    ¿Demasiado claro, tal vez?
     
    Si le “aflojara algunas tuercas” a su Modelo y lo dejara andar un poco más “suelto”, me adheriría a su Esquema.
    ……………
     
    Dos serían las “tuercas” a aflojar:
     
    UNA: la “dualidad” de dos términos “aferrados” (Plenitud Humana y Dios-Misterio)
    Tú lo dices:
    – “veo dos elementos:
    * por una parte la Plenitud Humana y
    * por otra parte el Dios-Misterio del silencio.
     
    DOS: buscar un “punto de vista” (generador de NUEVA IMAGEN) que “de razón” (prefiera) la coincidencia de esa “dualidad”.
    Tú lo dices:
    – “Hubiese preferido:
    * que la Plenitud Humana hubiera sido
    * la posesión total y palpable del Dios Misterio
    * en nuestro interior.
    ……………….
     
    A mi parecer la “dificultad” para encontrar la tal coincidencia está en esa palabro-imagen: NUESTRO INTERIOR. ¿Qué es “nuestro interior”?
     
    Para mí se trata de un “pujo” por “sacarlo a la luz”, a la superficie, hacerlo patente.
     
    Es entonces cuando vamos “cayendo-en-la-cuenta” (¡flor de porrazo en la Rua!) de
    qué y cuál sea ese “interior nuestro”.
     
    Nuestro interior consiste en que lo tenemos que hacer ¡ahí afuera!; en las “periferias existenciales” –diría un tipo muy nombrado desde hace un tiempito.
     
    Es lo que llamamos “hacer nuestra vida”, c/u la que siente estar “llamado” (VOCADO) a hacer en el MUNDO que le ha tocado en SUERTE; e.d., PROYECTYAR-SE.
    ……………….
     
    NOTA adicional:
     
    Según Salvador Santos, Marcos hace “andar” al Galileo por las “periferias existenciales”, donde se le abre el “NUEVO PUNTO DE VISTA” de su PROYECTO:
     
    La semilla de la igualdad 10 -Salvador Santos, 19-Octubre-2010- (salsanpac@yahoo.es )
     
    LA SIROFENICIA
     
    EL TEXTO
    “24. Se marchó desde allí a la comarca de Tiro. Entró en una casa, no queriendo que nadie se enterase, pero no pudo pasar inadvertido. 25. Una mujer que había oído hablar de él, y cuya hijita tenía un espíritu inmundo, llegó en seguida y se echó a sus pies. 26. La mujer era griega, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase al demonio de su hija. 27. Él le dijo:
    -Deja que primero se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perros.
    28. Le contestó ella:
    -Señor, también los perros debajo de la mesa comen las migajas que dejan caer los chiquillos.
    29. Él le dijo:
    -Por eso que has dicho, puedes marcharte: el demonio ha salido de tu hija.
    30. Al llegar a su casa encontró a la chiquilla echada en la cama; el demonio se había marchado.
    31. Dejó Jesús la comarca de Tiro, pasó por Sidón y llegó de nuevo al mar de Galilea por mitad del territorio de la Decápolis” (Mc 7, 24-31).
    ………………..
     
    (Espumo lo siguiente)
     
    La mujer encarna los valores de una sociedad educada en la cultura que se había universalizado y de la que los judíos recelaban.
     
    Pero representa también a un colectivo humano que sobrevive lastrado bajo la presión política y económica del imperio.
     
    El fruto más valioso de una existencia marcada por el vasallaje, “su hijita”, simboliza al pueblo inmerso en un callejón sin salida.
     
    En el vano intento por superar su penosa servidumbre, el pueblo al que la mujer pertenece se halla invadido de una violencia estéril y autodestructiva contra el poder del imperio. Y al igual que ocurría con los judíos y los esclavos de la Decápolis, esa rabia contenida tenía postrados en el desaliento a los habitantes de Fenicia.
     
    Ahí radicaba precisamente la preocupación de la mujer, que ha visto en Jesús la salida de ese círculo vicioso de la violencia: “y le suplicaba que echase el demonio de su hija”. Ella actúa convencida de que el proyecto del Galileo inutiliza el factor ideológico que impulsa a los humillados a querer utilizar la violencia como remedio a su situación. Ha comprendido que la violencia se neutraliza con la igualdad.
    ……………………
     
    La permanencia de Jesús en un mundo de pensamiento más abierto se prolongó lo suficiente para darse cuenta de que los problemas padecidos por aquellos pueblos extranjeros coincidían con los de su propio entorno.
     
    La cultura griega, le permitió comprobar que los considerados por él de inferior rango (perros) acogieron favorablemente el mensaje que los líderes de su pueblo despreciaban. En Jesús se consolidó la idea de que su programa no podía postergar a ningún pueblo ni cultura. La única prioridad la tienen los desheredados del mundo. La práctica de la igualdad adquiría, así, máxima coherencia.
     
    Nuestro protagonista se dirigió desde allí hacia un espacio del que participan todos los pueblos a los que sirve de frontera: el mar de Galilea.
     
    Su recorrido por el universo de pueblos que lo circundaban reclama ser entendido como la experiencia histórica que le ayudó a ratificarse en la urgencia y el valor universal de su propuesta.
     
    El relato figurado de la mujer sirofenicia representa el exponente del que se valió Marcos para presentar a sus lectores esa enseñanza. La mujer aparece para discípulos y lectores como un prototipo a imitar. La que supo oír reconoció el carácter universal de un proyecto con cabida para todos, sin exclusión alguna (“también los perros comen debajo de la mesa…”).
     

  • Pascual

    Muy claro y convincente, amigo Juanel. Y aquí quedo a la espera de que personas con las ideas claras, como tú, me vayan ilustrando cada día con su pensar y con su profundidad. Si en algún momento tu reflexión llega a otras metas, no te olvides que te seguiré y, como ahora, seguiré interesándome. Muchas gracias.

  • Juanel

    Eso que prefieres Pascual, que la Plenitud Humana hubiera sido la posesión total del Dios-Misterio en nuestro interior, lo siento no cabe en mi propuesta. La posesión total del Dios-Misterio no puede darse antes de nuestra trasformación final por el Espiritu, saliendo por decirlo de algún modo de nuestro ámbito al de Dios, entonces no sólo será nuestro interior el que lo poseerá sino que nos envolverá completamente.

    En mi opinión por mucho que miremos a nuestro interior o que nos elevemos hacia las cumbres místicas, no encontraremos otra cosa que a nosotros mismos, asombrados y perplejos de nuestras capacidades “humanas”. Lo que sí podemos encontrar según mi criterio es la fuerza de atracción hacia la plenitud de vida e ir profundizando más y más en ella, ahondando no en el espíritu (sustancia que no cabe tampoco en mi propuesta) sino en la espiritualidad, una más entre las capacidades humanas y como todas de origen cultural y evolutivo.

    La Física Cuántica ha permitido dar explicaciones a ciertos fenómenos que no la tenían, abriendo nuevas expectativas. Sin embargo, no cabe cualquier cosa en ella, no es base sufiente para sustentar metafísicas ni espiritualidades humanas. Si te apetece lo hablamos.

     
    Saludos cordiales

  • Pascual

    Amigo Juanel, tengo que darte rendidas gracias por tu gran cortesís. Y ahora te digo no “carchuto” como el del chiste sino que veo dos elementos: por una parte la Plenitud Humana y por otra parte el Dios-Misterio del silencio. Hubiese preferido que la Plenitud Humana hubiera sido la posesión total y palpable del Dios Misterio en nuestro interior. Es que soy un convencido que “todo esto” no es como nos lo han contado porque, desde que avanzó la Física Quaántica, “las cosas” no se ven del mismo modo. No el mensaje social de Jesús sino la teoría, la creencia, en general. Fíjate que ya el propio Teilhar ya empezó a sacar los pies del plato…Y  poco antes de su renuncia comenzó a citarlo Benedicto XVI, claro, en lo que lo podía citar sin molestar a las partes. Espero, por supuesto que sigamos a ver adónde es posible llegar.-Muchas gracias.

  • Juanel

    Ese Dios cruel y vengativo del que habla Manuel que tanto éxito ha tenido a lo largo de la historia de las religiones, nada tiene que ver con mi Dios (lo que yo podría entender por Dios sustituido por Plenitud Humana) sino que es más bien para mí un anti-Dios. Mi Dios no crea nada ni es el origen de nada y en consecuencia no es el responsable de nada de cuanto hay o sucede. Pero la indiferencia no es para mí su característica, sino quizás más bien el de la acogida de lo que va siendo o sucediendo, tanto lo bueno como lo malo en todos sus grados y matices. Y acoger no es aprobar o justificar o consentir, ni tampoco significa que esté implicada su voluntad. Acoger es lo que hace una madre con su hijo psicópata asesino violador de niños/as satisfecho y orgulloso de sus proezas, que han cogido y metido en la cárcel, y a pesar de ello su madre va a darle comida y ropa, lo cuida y lo mima, porque es su hijo y le quiere, aunque no apruebe ni justifique ni pueda consentir todas las barbaridades que ha hecho.

  • Juanel

    ¡Ah! Pascual una cosa más, mi expresión “la Plenitud Humana tiene entidad por sí misma” no tiene pretensiones metafísicas, no es un ente, no funciona como principio ni puede darse antes de ser formada a lo largo de la historia, es simplemente expresión de mi esperanza una buena imagen de ella junto con la de otros muchos, que tienen fe en un humanismo utópico como ideal quizás realizable si todo sale bien, es decir, si el triunfo final del bien (no del Bien metafísico) ocurre en la historia humana en un tiempo futuro. ¿He dado en el clavo?

  • Juanel

    Intentaré Pascual explicarme, porque me parece que tu objeción no me lleva a revisar y menos posponer o retirar mi propuesta. No, el vecino de arriba no va a presentarse nunca a lo largo de la historia humana, quizás solamente en el punto final cuando la Plenitud alcance su culminación y sea transformada por el Espíritu para llevarla al ámbito divino. Aún así sólo después o inmediatamente después de ser transformada. Es que Dios en mi propuesta no pertenece a nuestro sistema por ello es Misterio fuera de nuestro alcance, y por lo mismo no interviene en él. Pero la Plenitud Humana sí pertenece a nuestro sistema, se inicia, se desarrolla y culmina dentro de él, pues se trata de un proceso que se va haciendo a lo largo del tiempo de la historia humana y habrá un tiempo de plenitud si todo sale bien.

    No obstante, siendo la Plenitud algo interno a nuestro sistema o mundo no veo incoherencia en la posibilidad de que seres humanos del futuro en el tiempo de plenitud puedan intervenir en la historia, si como se dice en Ciencia no existen impedimentos teóricos para viajar en el tiempo, ni siquiera al pasado si descontamos las paradojas temporales que puedan producirse. Es decir, cabe la posibilidad de un encuentro no con Dios externo a nuestro sistema, pero sí con seres humanos de la plenitud futura, que no son ni perfectos ni todopoderosos, simplemente humanos en plenitud.

     
    Digo esto porque mi propuesta no pretende ser solamente un humanismo utópico con acento cristiano, sino un humanismo que sirva de base a una fe religiosa cristiana. Que abra la posibilidad, en el cada día de hoy, de una relación con los seres humanos de la Plenitud, en particular con Jesús de Nazaret y su Padre. Que podamos vivir hoy en el espíritu (no en el Espíritu) común de la Plenitud, que pretendemos compartir y en cierta medida compartimos.

  • Manuel Puertas Vilaret

    Parece ser que solo podemos acercarnos a la idea de Dios por la via negativa: Dios no es esto, no es lo otro…Para definir o comprender o mejor aun captar a un Dios trascendente ( al cual no podemos asociar ninguna cualidad definible, pues estas son  bien humanas , bien propias de nuestro universo contingente y finito),deberiamos salirnos de nosotros mismos , entrando en algo asi como una Realidad de orden superior, fuera de nuestro mundo, del espacio y del tiempo . Y ademas emplear un metalenguaje para poder hablar de esa Realidad. Evidentemente eso es imposible.
    Por otra parte , la experiencia dice que ese pretendido  Dios personal “permite” todo tipo de sufrimientos , absurdos y carentes de sentido.Por ejemplo ¿ que sentido tiene la actual tragedia de Nepal? ¿Donde esta ese pretendido Ser bondadoso, que no aparece o impide tanto drama?. Basta leer la prensa diaria para ver catástrofes, dramas, sufrimientos etc..absurdos.Cualquier persona medianamente sensible y con poderes suficientes,y no digamos infinitos, evidentemente impediría tanto desgracia, dolor etc….¿ Dios bondadoso, que sufre, que ama a la Humanidad y al mundo? Es una cruel burla.
    Y otra cuestion,(que yo sepa solo tratada en alguna filosofia oriental): ¿Tiene sentido el dolor en la vida animal? ¿Para que un Ser infinitamente poderoso y benevolente crea un universo donde existe sufrimiento y mucho en todos los seres vivos , al menos los superiores ? Y luego, la muerte.¿Para que ? No hay teleologia que valga.
    Quizas existe un Ser Creador de todo. Pero la unica cualidad que realmente percibimos es su indiferencia.
    Aunque algo desoladora  la filosofia taoista nos da un atisbo de respuesta , empleando un lenguaje poético. ¿Que es , como es ese Dios? Dice el filósofo :” Inmenso Cuadrado sin ángulos , Enorme Vaso nunca terminado , Estentórea Voz que no forma palabras , Gran Apariencia sin forma.  !Oh mi Dueño! Todo lo aniquilas si ser cruel y eres generoso con las diez mil generaciones sin ser bueno” . Una lección de indiferencia. Un Dios, abstracto , inaprensible, mas allá del Ser y eternamente indiferente.
    Y tambien occidente da respuestas : Extínguete, extínguete fugaz antorcha. La vida no es más que una sombra que pasa. Un pobre actor que se pavonea y agita una hora sobre la escena y después no se le oye más. Un cuento narrado por un idiota lleno de ruido y frenesí  y que nada significa”. Macbeth , acto V, escena V

     

  • George R Porta

    Sobre la psicología de Jesús o sobre su personalidad se pueden inferior muy riesgosamente algunas características, pero asumir que la suya fuese una humanidad perfecta o plena, o completa lo convierte en “no-humano”. Ni los estudios de Garrigou Lagrange (El Salvador), ni Guardini (El Señor), ni Renán (La Vida de Jesús) cada una en su momento famosa por buenas pero tendenciosas razones, ni las posteriores han podido delinear un retrato humano de Jesús completo o siquiera suficiente.

    La divinidad no es una característica o naturaleza discutible porque no es comprensible. Nadie sabe qué sea o en qué consista la divinidad, excepto al absurdo, como todo aquello que supera lo humano o en una visión dual más tradicional, lo contrario a humano.

    La humanidad en cambio es aprendida sobre la marcha. La vida misma humaniza, me parece, como la mano del escultor amasa y configure la arcilla, para utilizar una metáfora manida pero válida.

    Cualquier imaginación es limitante de aquello que se pretende anticipar o imaginar, es decir, convertir en imagen. Jesús históricamente ya no puede ser sino un misterio a menos que desde la tradición sea “imaginado”, se le otorgue un rostro, una personalidad, una mentalidad, una intencionalidad pero todo eso es arbitrario en gran medida.

    Según que se retroceda en el tiempo los “retratos” de Jesús son cada vez más borrosos y, paradójicamente, más reales. Bernard Sesboüé, SJ escribió una especie de compilación crítica de “Las Imágenes Deformadas de Jesús” (que se puede leer gratis, , en línea, en el siguiente enlace https://www.scribd.com/doc/97545524/IMAGENES-DEFORMADAS-DE-JESUS-Bernard-Sesboue-S-J y aún se puede comprar en paperback y no muy cara, que es a juicio de la crítica, bastante completa aunque Sesboüé no pudo evitar proponer una imagen de Jesús a medida que revisa las demás, que por la misma razón que éstas, es deformada por su propia cristología.
     
     
    No obstante vale la pena tener en cuenta su ensayo. Es interesante que incluya en él las imágenes de Jesús propuestas por Jacques Duquesne y el analista Eugene Drewermann, las cuales, como más tarde la de Pagola en España fueron un “best sellers” y  causaron en su momento tanta controversia (al punto de merecer, como la de Pagola, las condenaciones respectivas, públicas por parte del episcopado Francés y alemán, y por Ratzinger a la sazón el Inquisidor de Roma) y la trate más bien con serena objetividad como al resto.
     
     
    Eso no quiere decir que alguien pueda reclamar el derecho a imaginarse a Jesús sin admitir o advertir simultáneamente que se trate de otra imaginación arbitraria y distorsionada.
     
     
    Quizás por eso el evangelio Marcos, que parece el más antiguo, cronológicamente hablando es tan magro en imaginería.
     
     
    La expresión de la carta anónima a los hebreos (5, 7-8)  “aprendió en la escuela del dolor lo que cuesta obedecer” (aclarando que obedecer en sentido estricto refiere a escuchar sin Resistencia y con deseo de acoger lo que se escuche) es una sugerencia fuerte de que la humanidad de Jesús no fuera ni superhumana ni subdivinia.  

  • Pascual

    Gracia, Juanel, por tu respuesta, pero aún veo teismo. Y no es que yo quiera a todo trance que se me acepte un punto de vista, no. Lo que pienso es que todo lo que tenemos en la cabeza y en las costumbres no es, opino,  lo que intuyo que dopdría ser. Creo que Jesús fue un hombre de Plenitud Humana a rebosar. Y eso le bastaba y lo magnificaba. Pero veo que escribes:”La Plenitud Humana tiene entidad por sí misma, es para mí una buena imagen (ahora sí, imagen) de la meta, objetivos y esperanzas para el género humano, intervenga Dios o no en ella”. Y ya tenemos en danza el concepto que yo pretendería no encontrar como si fuera el vecino de arriba, que en un momento dado puede bajar y decirme hola. No, quisiera encontarme con que lo que menos llamado hasta hoy “Dios” sea de ahora en adelante, para mi, mi madre la Plenitud Humana.No sé si no caigo en disparates al decir que veo que la magia de Dios ha pasado a ser vista como la Plenitud Humana. Y cuando hay plenitud humana uno está eufórico (Jesún fue un hombre eufórico) Cosa que si  tenemos la vista puesta, o mencionamos, al vecino de arriba,opino que la Plenitud ya no es tal, siempre hay un portillo abierto a la teonomía. Espero que tú pongas esto en forma y me dijeras, si es posible: ¡Pascual, a ver si ahora sí he dado en el clavo, en el clave que tú pretendes que yo dé. Gracias, Juanel.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Spong (y también Gil en la medida que lo siga) nos llevan a la oscuridad de su propio “laberinto” danto vueltas para volver siempre al Inicio del que no pueden salir (la Realidad Vida humana).
     
    No se puede “saltar la propia sombra”.
     
    ¿Por qué no asumir con elegancia la perspicacia de que es la propia vida humana (la que recibo para hacerla: “Dado y Proyecto”) la insoslayable y auténtica “trascendencia”?
    ………………………
     
    Leo e interpreto el “laberinto”:
     
    1.- SALIDA:
    – “El ser humano proyecta sobre Dios aquello de lo que adolece y las cualidades que desearía poseer: omnipotencia, dominio sobre el mundo, las personas y los seres del universo, habitar en un lugar fascinante y vivir eternamente
    * Es una imagen antropomórfica de Dios.”
     
    2.- LLEGADA:
    – “Se impone hacer un esfuerzo para buscar imágenes nuevas de Dios, diferentes del Dios teísta del pasado. Imágenes de Dios no como un ser externo a la vida, sino de Dios como el ser fundamental con el que compartimos nuestro ser.”-
     
    ¿Cómo rehuir el hecho de que ese “hacer un esfuerzo para buscar“ deje de ser “antropomórfico”?
    ¿Qué pretenden que sea?
    ——————–
     
    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • Juanel

    Te agradezco Oscar que hayas traído aquí el Epílogo del libro de Lenaers, pues no lo he leído, me parece todo excelente, un buen resumen de lo ocurrido en la historia más o menos reciente. Estoy de acuerdo con todo lo que dice excepto apartir de la parabra Misterio referida a Dios, porque a continuación parece concretar o definir ese Misterio, “original, Relidad primera, cuya autorrevelación va siendo el cosmos mismo y en él el ser humano. Y como la esencia de ese misterio original es el amor…..” Es una nueva imagen de Dios en la dirección que Jesús Gil propone, distanciándose de la imagen del Dios anterior antropomórfica. A mí no me resulta válida ni la una ni la otra. Me quedo sólo con el Misterio y punto, sin concretar, sin añadirle nada, pues cualquier añadido me causa más problemas de lo que intenta resolver. Pues ¿cómo afirmar que Dios-Misterio es lo original, la Realidad primera? ¿Cómo podríamos saberlo? ¿Hay acaso algún dato que podamos manejar? ¿Qué entendemos por Realidad y por Realidad primera? Y los problemas se acumulan ¿De qué cosmos habla para que pueda considerarse autorrevelación de Dios? Y sigue, la esencia del Misterio es el amor, ¿De qué amor habla? ¿Es concebible el amor sin el ser humano? y si sólo es humano ¿existía el amor en los miles de millones de años anteriores a nuestra especie? ¿O es que ha elevado el Amor a un principio metafísico? ¿Por qué el Amor y no otro? ¿Qué razón hay para proponer o sostener un principio metafísico sea cual sea?

    Pues sí Pascual, mi idea es que la Plenitud Humana sustituya completamente la idea de Dios y su contenido, que incluso incluye como dices la referencia de Jeús al Padre pues corresponde a la Plenitud Humana y no a Dios-Misterio, claro que por lo que me dices parece que no lo he conseguido del todo. Supongo que se trata de lo que expuse a partir de la intervención de Dios, para llevar a la Plenitud Humana (de toda la humanidad sin exclusiones, ya culminada y completa) al ámbito divino. Si hubiese terminado mi exposición aquí sin aventurar las consecuencias de esa hipotética intervención de Dios, supongo que aún no te habrías dado de bruces contra el cristal ¿verdad? La Plenitud Humana tiene entidad por sí misma, es para mí una buena imagen (ahora sí, imagen) de la meta, objetivos y esperanzas para el género humano, inervenga Dios o no en ella. Me pregunto ¿lo cambia todo si Dios interviene? Pues como todo, depende. Si esa intervención se trata de acogida final, (también o no depende, paso a paso en su formación), o por el contrario se trata de una acción de Dios directa, creador y responsable de su inicio, desarrollo y su término, realizada en todo por él, qué duda cabe que volvemos al teísmo.

    Disculpas, me precipité en el final de mi comentario introduciendo términos que son incoherentes con mi propuesta. La acción de Dios no es para mí nunca de creación sino siempre de acogida de lo dado, no sólo en cuanto a lo que sucede en la Naturaleza con total autonomía sino que incluye lo que va siendo realizado por los seres humanos tanto de modo individual como colectivo. De este modo ¿ves aún teísmo? Si lo ves pues te pido que me lo indiques, pues me pondría sobre ello de inmediato.

     
    Saludos cordiales y gracias por tu intervención Pascual

  • oscar varela

    En fin …

    las “IMÁGENES” que nos propone Spong
    Fundamento del Ser,
    –  Fuente de la Vida, y
    Fuente del Amor,
    parecieran ser más bien las respetables “tesis” ya conocidas.
    ………………..

    Yo prefiero otro lenguaje que nos abra otro “IMAGINARIO” donde aparezcan persono-humanizados esas tesilogías; p.e.:

    * VOCACIÓN (MÍ MISMO)
    * MISIÓN (PRO-YECTO; ARGUMENTO)
    * DESTINO (ELECCIÓN)
    * AZAR (SUERTE)
    * CIRCUNSTANCIA (MUNDO; ESCENARIO)
    ………………

    ¿Tal vez, no? ¡Veremos!

    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Jesús Gil parece estar de acuerdo con Spong. Dice J.G.:
    * “Se impone, por lo tanto, hacer un esfuerzo para buscar imágenes nuevas de Dios, diferentes del Dios teísta del pasado.
    * Imágenes de Dios no como un ser externo a la vida,
    * sino de Dios como el ser fundamental con el que compartimos nuestro ser.
    * A esta búsqueda nos ayuda el obispo Spong”-
     
    Spong concluye “concretando tres imágenes”, Dios como:
    UNA – Fundamento del Ser, que nos llama a ser todo lo que uno puede ser
    DOS –  Fuente de la Vida, que nos invita a vivir en plenitud; y
    TRES – Fuente del Amor, que nos impulsa a amar abundantemente.
    …………………..
     
    ¿Dónde estará la novedad?
     
    Hace mucho tiempo que se está en esto.
     
    Ya hubo comentarios anteriores que lo señalaron (Bonhoeffer, Robinson)
     
    Podríamos agregar Luis Herrero y sobre todo R. Lenaers con su “hetero-“, luego auto-“ y la “novedad” de su “teo-nomía”, en el Curso-Taller sobre su Libro “Otro cristianismo es posible”.
     
    Lenaers siguió dándole a la manija cerebral y escribió el año pasado “Vivir en Dios sin dios”, creo que con el Subtítulo de “Aunque no haya un Dios allá arriba”.
     
    Más aun, sé que hubo “idas y vueltas” en el uso del vocablo “dios”; porque como él lo señala en el Prólogo:
    – “Puede que alguien se sorprenda con el título de este libro. Hasta podría irritarse. Pero es bueno saber que corresponde a una frase de Dietrich Bonhoeffer en una carta que escribió el 16 de Julio de 1944 a su amigo Bethge, quien más tarde escribiría su vida. En ella plasma la intuición básica de un cristianismo sin religión que, según él, debería ser la figura de la fe en el mundo moderno. A continuación está la frase: “Delante de Dios y en él, vivimos sin Dios”.
    Es claro que en esta paradoja, el nombre “Dios” tiene dos significados distintos. (y sigue).
    …………………….
     
    Para quien pueda interesarle el pensamiento de Lenaers le ofrezco el Epílogo del Libro:
     
    Estamos ante un acontecimiento sorprendente. La Edad Media, el Renacimiento y el Barroco no fueron sólo tiempos florecientes que produjeron portentosas obras de arte con una calidad humana muy alta, como de ellas se infiere, sino que estuvieron penetradas por una religión de elevadas pretensiones éticas. Sin embargo se abrieron en ellas constantemente unos abismos sombríos de inhumanidad. No se tenía objeciones contra la esclavitud y la trata de esclavos, se entraba en guerra a cada rato, y en las guerras todo estaba permitido a la soldadesca, las prisiones eran horrendas, a los judíos se les trataba como piezas de caza y se les hizo víctimas de innumerables pogromos, saqueos y asesinatos. La tortura era un medio legal para extorsionar y lograr confesiones de culpables e inocentes por igual. Bastaba una apariencia de contradicción con las creencias dominantes para ser encarcelado y ajusticiado. La pena de muerte no sólo era normal, sino que sirvió de entretenimiento popular y se la llevó a cabo de la manera más cruel, como en la rueda o en la hoguera. Y todo esto no es sino una selección en un todo bastante más amplio. ¿Cómo pudo esto ser posible en una cultura en la que se leía el evangelio cada domingo y se le reconocía como normativo? En cada página ese evangelio nos está llamando a ser más humanos. ¿De dónde viene luego ese sorprendente vuelco que hemos observado a continuación? Pues han pasado apenas dos siglos y ya todo es distinto, y nos da rabia el sólo pensar que todo aquello fue cierto una vez.
     
    El vuelco comenzó con la nueva forma de ver la realidad que nace en el siglo XVIII. Se la llama modernidad y sus raíces están en la Ilustración. En otro tiempo la religión había configurado la cosmovisión, y en el Occidente, religión era igual a cristianismo. La Ilustración arrojó del trono a la religión al distanciarse de una divinidad que viviera en las alturas. Lo que le hizo dar este paso fue la nueva visión que trajeron los descubrimientos científicos. En lo inexplicable y tremendo de muchos fenómenos naturales, el ser humano había creído ver un poder extramundano y sobrenatural, al que le dio el nombre de Dios. Pero el desarrollo de las ciencias, que comenzó en el siglo XVI y fue ganando cada vez más fuerza, iba dando por superflua la explicación sobrenatural de algunos fenómenos naturales, y finalmente de casi todos. Así fue como comenzó la lenta muerte de Dios en la psiquis del occidental. Como todo tenía ahora una explicación, no se necesitaba ya más a un Dios que actuara e interviniera. Todo marchaba de maravilla sin él. Se lo perdía de vista en todas partes, hasta llegar lentamente a olvidarlo. Había llegado a ser ineficaz. Pronto dejaría de ser real.
     
    Pero, como el Dios-en-las-alturas había sido siempre el legislador y castigador y sus leyes habían ordenado y determinado la vida, su muerte debería desmoronar el mundo y convertirlo en un caos, a menos que el ser humano encontrara en otra parte las leyes tan necesarias para la vida. Y así como había encontrado en la misma naturaleza las leyes que regulaban su curso, así encontró las leyes éticas en su propia esencia de ser humano. Descubrió que estaba llamado a llegar a ser cada vez más digno y hermanable. Y se le hizo claro que no debía seguir guardando muchas de las leyes hasta el momento vigentes como si hubieran sido dictadas por Dios. La muerte de Dios significaba, pues, el comienzo de una nueva ética.
     
    No que la religión cristiana fuera culpable de la falta de humanidad, sino al contrario, pues los libros santos del cristianismo llamaban al amor del prójimo e incluso del enemigo. Por eso la religión ha sido la fuente de una forma hasta el momento inédita de cuidar de los pequeños, los pobres y los que sufren. Los nombres de los pioneros de esta forma de cuidado llenarían un libro entero. La sociedad moderna ha reconocido la importancia de su trabajo, pues lo ha reclamado como propio. Cuando el humanismo ateo llegó a ser la ideología dominante, se vio a las claras que no era la religión la causa de la anterior inhumanidad.
     
    Si bien el lema de la Revolución Francesa era libertad, igualdad, fraternidad, apenas tres años más tarde rodaban las cabezas de los enemigos de su jefe, Robespierre. Pero el Terror fue una insignificancia comparándolo con el desprecio por la persona que se desarrollaría en sistemas sin religión, como en el bolchevismo con sus gulags, el nazismo con sus campos de exterminio, en el maoísmo con su revolución cultural, en la tiranía asesina de Pol Pot o en el desbocado capitalismo que hace que los pobres sean cada vez más pobres. El mal queda siempre sin explicación en la historia humana, por mucho que se la busque. Hay sólo una cosa segura: va a pasar todavía mucho, mucho tiempo, antes de que la humanidad se desembarace de su prehistoria animal, esa que se manifiesta en el mal. Está en camino, pero sigue siendo sólo un eslabón perdido entre el “hombre-mono” y el verdadero ser humano.
     
    La religión no es, pues, culpable. Puede agregar como pieza de convicción respecto a su inocencia que ella, mediante el recurso a una instancia superior, ha protegido al ser humano de la intemperancia y altanería de que da muestra en el desprecio a las personas. Pero todas las religiones han revestido a esta instancia superior con rasgos antropomórficos, más aún, con las características propias de los déspotas que han conocido, con sus fallos, sus exigencias de sumisión, sus abusos de poder, sus aires vengativos, su crueldad, su venalidad y su falta de responsabilidad frente a sus súbditos. Mucho de todo esto ha sido traspasado desapercibidamente a la figura del déspota celestial, también la del Dios-en-las-alturas. Esta imagen de Dios era como un paraguas celestial que tapaba piadosamente toda aquella injusticia y crueldad. Se llegaba a encontrar fácilmente en las Escrituras del Nuevo y Antiguo Testamento palabras que, pasando como palabra de Dios, validaban y justificaban lo condenable.
     
    Al derrumbarse la religión en la sociedad occidental, este paraguas celestial voló en pedazos. Todo lo que ocultaba quedó al desnudo como rechazable. Se desarrolló así una nueva ética que se distanció en varios puntos de la premoderna y sus fundamentos religiosos. La jerarquía eclesiástica condena todavía a la modernidad por proclamar la autonomía humana y no aceptar un Dios-en-las-alturas. Con todo, en los últimos siglos ha aceptado buena parte de la ética de la modernidad, como la condenación de la esclavitud, la tortura, la pena de muerte, el odio a los judíos, la guerra y la coacción religiosa, cosas todas ellas que había practicado y justificado antes. Ahora alaba la democracia, la libertad de conciencia a la que había condenado con no menor fuerza de lo que lo hace el Islam. Sin embargo, mantiene todavía algunas de las cosas que antes había justificado con la voluntad del Dios-en-las-alturas. Principalmente en su ética sexual y su bioética. De estos puntos se habló en este libro y se los corrigió en el sentido de la modernidad.
     
    Pero también la ética moderna tiene sus fallos. La inhumanidad que ha traído consigo apunta a lo más profundo del mal. Y le falta un modelo de humanidad y de solidaridad que el cristiano encuentra en Jesús. El cristiano aprende en Jesús que Dios es amor. Bajo el nombre tradicional de “Dios”, el cristiano moderno no sigue viendo al Dios-en-las-alturas antropomórfico, sino al Misterio original, la Realidad primera, cuya autorrevelación progresiva va siendo el cosmos mismo, y en él, sobre todo, el mismo ser humano. Y como la esencia de este misterio original es el amor, entendiendo el amor no tanto como un sentimiento de ternura sino como un torrente de energía, este misterio impulsa sin cesar a que el ser humano salga de sí mismo y se entregue a su prójimo. Esta salida de sí se convierte en la norma del actuar ético. Lo que es “bueno” no se sigue definiendo por su acuerdo con la tradición, la costumbre y la ley, sino por su procedencia desde el Amor.
     
    Al desarrollar aquí una ética creyente, el autor ha tratado de vincular lo bueno del pasado con lo bueno de la modernidad. Al lector de juzgar si lo ha logrado.
    ………………….

  • oscar varela

    Hola Pascual!

    Ok, ok lo tuyo!

  • Pascual

    Al compañero Juanel: Buenas tardes, en el momento que entro en este post, después de haber leido tu intervención del día 18 por la mañana, varias veces. Y de verdad que me ha interesado; por eso estoy aquí: para decirte que me siento involucrado en lo que has escrito y un poco aturdido positivamente. Hablas de Plenitud  y de Dios. Y ahí me doy de bruces contra el cristal. Yo creía ver que la Plenitud sustutuía al término y concepto”Dios”, pero veo que no. ¿Es así como debo entenderlo? Es que creo que andamos o ando perdido con la teonomía o no-teonomía, y creí que había encontrado alguien que me hablase, liberado del término histórico en el que estamos encerrados. De verdad. Y me dije:¡vaya, por fin me liberé! Pero no; veo que tú sigues, al menos como método respetuoso, en el teismo, y yo busco aunque sea una teoría razonada, que, aunque lampedusianamente, que me cambiara de parámetros (perdona) y me condujera a una cosa que busco y que no encuentro. Porque incluso vi razonable que Jesús hubiese llamado Padre o Madre a la Plenitud. Te escribo esto y en este hilo para que tú y los participantes, que le vean, sepáis lo que busco por si tuvieseis a bien darme algunas pistas, incluso bibliográficas. Muchas gracias.

  • Juanel

    En realidad estas ideas que expongo aquí sobre Dios, religión y fe no forman parte de mis preocupaciones actuales, desde hace pocos años. Es que a todas luces llegan tarde. Llegan tarde porque parten del conflicto entre la Ciencia y la Fe, un problema planteado desde el s. XVIII con la Ilustración y el Modernismo, que originó la respuesta atea y su desarrollo en el s.XX, a lo que hay que añadir la deriva hacia los planteamientos del pensamiento débil del postmodernismo en los que algunos teólogos podían quizás encajar la fe. Buscar salida a los conflictos entre Ciencia y Fe es a lo que he dedicado muchos años de esfuerzo ininterrumpido, y hoy me parece no sólo un problema viejo sino envejecido. Es que muchos ya ahora y otros en poco tiempo no entenderán el problema ni la razón para tanto esfuerzo. Será sólo una cuestión que quede en los anales de la historia del pensamiento y de la teología.

    Si la Ciencia fue un impacto enorme sobre la religión y la fe en el XIX y XX, a los que la IC miró hacia otro lado, lo que se nos viene encima en este s. XXI y ya estamos entrando en él a toda velocidad, tendrá unas consecuencias brutales. Es que lo que se puede prever desde ya para el 2050, si descontamos las catástrofes que pueden ocurrir de origen diverso y factible, es de tal envergadura que no tengo nada claro que la fe religiosa pueda continuar avanzando o seguir existiendo. Y esto me preocupa y mucho como es lógico por mis planteamientos de fe que apuntan a un futuro de esperanza. (Si alguno le parece pronto la fecha propuesta del 2050, pues no tengo ningún inconveniente en ponerla al final de este siglo XXI o incluso del próximo). Lo que no hay duda es que las condiciones de la vida humana y la vida misma van a cambiar drásticamente, porque es que lo que se está haciendo ya en nuevas tecnologías es de tal magnitud que no existe parangón alguno con el pasado de la historia humana.
    Ya se está haciendo con copiadoras 3D reproducciones exactas de objetos a nivel nanométrico, es decir, átomo a átomo, sin necesitar añadir “algo” más (tales como “energías espirituales”) para que el objeto reproducido funcione y no presente diferencia alguna con el original. Es probable que pronto puedan reproducirse vegetales exactos a los originales, con las consecuencias que tendría para la alimentación humana. Y si se puede con los vegetales ¿qué impediría hacerlo con animales y quizás también con el ser humano? Muchos científicos pensamos que no existe ningún impedimento técnico, porque no suponemos ningún componente nuestro distinto (alma, etc.) a los átomos que forman parte de las moléculas situadas en sus estructuras correspondientes en un momento dado, en el que se tomaría la información para reproducirlo. Las consecuencias éticas de una técnica semejante serían de enorme importancia. Pero si ello se lograse, porque está en juego el interés de la teletransportación, evidenciaría que no somos más que un conjunto de átomos en una particular estructura y que además podemos reducirnos a unidades de información que pueden transportarse.

    Y otra cuestión ¿mantendremos por mucho tiempo el soporte biológico para nuestra identidad y capacidades mentales? ¿Cuánto tiempo tardaremos en convertirnos en seres biónicos, unos ciborgs conectados a un montón de artefactos externos que aumentarán drásticamente nuestras capacidades? En estas condiciones que no son sólo de ciencia-ficción sino futuribles posibles más o menos próximos, me pregunto ¿quedará algún espacio para la esperanza y la fe? ¿podremos seguir considerándolos humanos, quizás poshumanos?
    Si no se desarrolla una ética suficientemente poderosa, el cuadro que pinta un futuro próximo posible resulta espeluznante. Esperemos que seamos lo bastante inteligentes para no caer en la trampa del mal. Pero en el caso de que todo sea para bien ¿se podrá seguir sosteniendo la fe y la esperanza cristiana? ¿quedaría algún espacio para proponer alguna imagen de Dios?

  • Asun Poudereux

    Hola, Oscar y George, gracias por la atención prestada al escrito de Sara,  persona que no conozco y de la que me llegó su anhelo a través del envío semanal de Enrique con el comentario del Evangelio y adjuntos distintos de imágenes y reflexiones siempre muy acertadas, según mi cosmovisión y  el de muchas otras personas. Por lo que siempre doy gracias a lo que lo hace posible.  
     
    Sinceramente, Oscar, no creo, que sea necesario  concretar  y delimitar porque precisamente en ese ejercicio, se pierde la esencia y la amplitud que se pretende. Y ahora mismo en el momento que vivimos,  la palabra sagrada,  al mencionarla  se queda totalmente reducida a los conceptos y envolturas que han ido superponiéndose, y hasta enfrentándose, desviando precisamente de aquello a lo que en principio se  intentaba apuntar. El silencio  se aproxima mucho más…  que todos  los tratados y libros escritos.
     
    En el tema que  hablamos, a mi modo de ver, sin darnos cuenta, estamos haciendo eso en lo que se ha ido incurriendo más y más en el cristianismo, poner nombres o imágenes a lo que no puede constituirse  como un objeto más mental. No parece  que nos vaya a posibilitar  salir de este larguísimo círculo  vicioso. Creo que no se trata por tanto de enumerar y explicitar diferentes caminos alternativos, es que no hay camino mental.  Su roce o inundación abierta interior  es anterior  a toda búsqueda de camino y encuentro,  siendo  eso  lo que  sostiene a la mente,  y a todo lo que es, sin confundirse con la mente  y menos reducirse a  un objeto.
     
    La vida, al dejarla ser,  siendo con ella y en ella,  hallamos en nuestra pequeña forma el fondo de todo. Os copio el texto que acompaña a la imagen de un vaso de agua medio lleno:
     
    El vaso está completamente lleno.
    Mitad de agua.
    Mitad de aire
    Acostumbrémonos a ver  aquello que no es visible a los ojos.
     
    La mente no puede hacer otra cosa que hacer compartimentos estancos. No es alternativa al no camino.
     
    Un fuerte abrazo a los dos. Gracias a todos.

  • George R Porta

    Amiga Asun: Gracias por compartir lo que ha escrito tu amiga Sara en la que se puede notar el pensamiento de Martinez Lozano que aunque no le conozco (acá hasta sus libros son difíciles de conseguir) si he leído varias de sus obras porque un amigo fraile en Salamanca me los envía.

    Enseguida me ha saltado a la vista la noción el Cuarto Evangelio, atribuida a Jesús, según la cual él sea entre otras cosas “Vida”. No deseo restar mérito a la desidolatración de la noción de divinidad que me parece justa y necesaria. Si algo casi único brillante tuvo el desarrollo del judaismo fue su aniconismo tan perseverante del que nunca se apartó el Islam.

    Reemplazar cualquier noción de divinidad por otra noción mucho menos corrompida que es la de la Vida me parece válida pero al aislarla en el foco de la atención y hacerla objeto de una especie de admiración o devoción el riesgo de idolatrar la Vida se hace presente y que volvamos a las andadas y ritualicemos la admiración profesada.

    Ojalá que tu amiga Sara quisiera elaborar en su idea. No me atrevo a pedírtelo a ti aunque me gustaría saber lo que pienses o sientas al respecto, porque la idea ha salido de ella. Un abrazo cordial y agradecido a ti y a Sara.

  • oscar varela

    Hola Asun!

    Lindo texto el de tu amiga Sara,

    Veo que “comulgan” en “ESO” ¿no?

    Pero también ¿por qué ese “nombre” tan raro por lo “vago” ¿no?

    Pregúntale a Sara si tiene alguna otra alternativa; o a v/común amigo Enrique.

    ¿Te parece?

    ¡Voy todavía! – Oscar. 

  • Asun Poudereux

    Os copio un escrito que habla de la hermosura de ESO que es y somos. Su autora es Sara y me ha llegado at través de un amigo común, Enrique Martínez Lozano. Gracias por hacerlo posible.

    LA VIDA QUE ES Y SOMOS
     
     
     
    Desde que me he quedado sin Dioses creo profundamente en la Vida.
     
     
    Ella no tiene forma, ni rostro, ni parentesco alguno. A ella no se la encierra en los libros, no se la somete a rituales, ni se la aprisiona con palabras. Ella no está avalada por la tradición, no se mata en su nombre, ni se conquistan reinos bajo sus símbolos.
     
     
    La Vida está más allá de cualquier posible manipulación. Nadie puede poseerla, nadie es capaz de definirla ni de comprenderla.
     
     
    Hemos querido apresarla, reducirla a segundos, minutos, horas, días, años, décadas, siglos o eras y a eso, presuntuosamente, le llamamos “tiempo” y pensamos que así logramos dominarla, que podemos poseerla. Pero estamos equivocados; el tiempo no existe, como tampoco existen el pasado ni el futuro; solo hay Vida que ha sido desde siempre, sin principio y sin final. Vida eterna desplegándose, Vida infinita surgiendo a borbotones hasta formar universos, galaxias, planetas; Vida henchida de creación que se derrama formando montañas, ríos, bosques, desiertos ardientes y planicies heladas. Vida volviéndose belleza y al mismo tiempo destrucción.
     
     
    Vida que ha gestado al ser humano y lo ha traído a la existencia para que celebre con Ella la pasión de ser, de estar, de respirar, de sentir el latido del corazón que es su voz en nosotros.
     
     
    Y esa misma Vida nos abre a la luz y nos deposita dulcemente entre las manos y los pechos de nuestras madres, sin que sepamos por qué ni para qué.
     
     
    La Vida nos pone en el mundo pero no se olvida de nosotros, no nos abandona, se hace pequeña y se introduce en nuestro interior y allí respira y late con nosotros.
     
     
    Desde un rincón del alma Ella nos llama, nos susurra, nos inspira, pero nosotros ciegos por nuestra ignorancia, sordos por el ruido, perdidos entre religiones y filosofías, engañados por falsas promesas de profetas oscuros, dormidos entre los brazos de nuestro propio orgullo, no la escuchamos, no la sentimos, no la abrazamos y vagamos en círculos creyendo que nos dirigimos a algún lugar.
     
     
    Ignoramos a la Vida sin saber que al hacerlo nos traicionamos a nosotros mismos y así vamos agotando los días y las fuerzas, vamos transitando caminos que otros, tan prepotentes y presuntuosos como nosotros, construyeron y que solo conducen al aniquilamiento y la destrucción. Porque no hay senderos ni señales ni recompensas ni destino, no hay principio ni final, solo hay Vida en nosotros y a nuestro alrededor.
     
     
    Solo tenemos que cerrar los ojos, que buscar el silencio, que acallar la mente, que olvidarnos de quienes creemos que somos y Ella aparecerá sin forma, sin límites y nos hará estallar en pedazos, destruirá los caparazones de piedra que nos hemos construido para refugiarnos de nuestro olvido.
     
     
    Ella irrumpirá en nosotros como un océano de amor desbordado y arrastrará nuestro orgullo, nuestras obras, nuestras certezas, nuestra fe y nos dejará rotos, nos aniquilará hasta lo más profundo, hasta que no sepamos quiénes somos, hasta transformarnos en puro vacío, en Nada… Y será entonces cuando comprenderemos, cuando nos reconoceremos, cuando al fin sabremos por qué y para qué Ella nos trajo a esta playa solitaria de aguas amnióticas y arenas de cristal. Y a partir de ahí, resucitados, comenzaremos a caminar siendo conscientes de cada paso que damos, de cada respiración que exhalamos, de cada latido de nuestro corazón y descubriremos entonces que nosotros somos esa Vida, que siempre fuimos Vida y que tras el final seguiremos siendo Vida.
     
     
     
    Sara
     

  • oscar varela

    Hola!
     
    Esta es la 6ª, Entrega que Atrio pone a n/consideración de una “secuencia” escrita por Jesús Gil.
     
    No sé si el Autor sigue lo publicado en Atrio y los Comentarios que suscita. En caso que así fuere le preguntaría acerca del, digamos “Destilado/Comentado”, quiero decir: de la “secuencia” que los hila-entreteje. Y si no fuera mucha pretensión, nos cuente si –y cómo- haya de seguir dicha “secuencia”.
     
    Porque pareciera que con este Asuntito de “DIOS”(aunque mejor y muy bien dicho “IMÁGENES” de Dios) Jesús nos estaría acercando a los finales de su itinerario. ¿Será así?
     
    Con esto último ya voy dando mi parecer acerca de la problemática del Post que ahora nos ocupa: “DIOS en NUESTRO IMAGINARIO HISTÓRICO”.
    ………………….
     
    Como “ayuda memoria” copio la “secuencia” de lo publicado por Jesús Gil “Leyendo al obispo anglicano Spong”
     
    1) El pecado y la culpa – 10-Febrero
     
    2) EL ministerio consagrado – 17-Febrero
     
    3) Una nueva base de la ética – 01-Abril
     
    4) Una espiritualidad laica – 17-Abril
     
    5) La oración no es petición – 29-Abril
     
    6) Nuevas imágenes de Dios – 17-Mayo-2015
    ……………….
     
    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • MariPilar Zugarramurdi

    Para mi Dios es la Vida, toda vida… Cuando decimos que Dios es la fuente de la vida, le estamos separando de nuestra vida. Eso de que Dios es lo totalmente Otro, no me convence. Dice S Pablo que el El vivimos, nos movemos y somos. Yo suelo decir que,  Dios nos habita, nos atraviesa y nos envuelve. Entonces, no somos dios? Ya sé que me van a tildar de que soy  panteísta, pero veo que todos nos acercamos a eso, pero damos vueltas y vueltas para no decirlo
    Yo suelo decir que Dios y yo somos dos socios. Si yo no siembro una semilla de maíz, Dios no la siembra, pero si yo la siembro, dios hace lo que yo no puedo hacer, que es, crecer, florear y multiplicar los frutos  con infinidad de semillas. Eso es la vida para mi. Incluso cuando muero, Dios (eso que no podemos nombrar porque lo echamos a perder) sigue con mis átomos y moléculas que la madre tierra, paridora de vida y un laboratorio fabuloso, se encarga de hacer rupturas y síntesis para entrar de nuevo en el ciclo vital, en el proceso evolutivo, de modo que perdemos nuestro YO y entramos en el NOSOTROS. Acaso la tierra fértil, la tierra negra que siempre se encuentra en la superficie de la tierra, no está formada de toda vida que muere: hojas, palos, animales, personas… para poblar la tierra de seres vivos?
    Otro ejemplo, si Jesús nos dejó su mandamiento único de amarnos un@s a otr@s como él nos amó, comenzando  por los que peor la pasan, eso dios sólo lo hace a través de nosotr@s y si no lo hacemos se queda como la semilla no sembrada e infecunda
    Para mi, dios es la vida, la plenitud de vida y nosotros, con todo el cosmos, parte de ese dios, con nuestros limites y nuestros inmensas posibilidades. El día que digamos “palabra de dios” a lo que dios hace y no a lo que está escrito, pienso que nos será más fácil rastrearlo
    MariPilar Zugarramurdi

  • mª pilar

    Copio de Pascual:
     
    Así que “Dios ni existe ni no existe”, sino que hay que buscarlo… en el mismo corazón de lo humano”.
     
    ¿No os dais cuenta, que cada cual… quiere salir airoso con sus convicciones?
     
    La experiencia de “ese no sé que” que parece arrastrar todo ser humano a lo largo de la historia:
     
    Es inabarcable, innombrable, totalmente otro/a… y los seres humanos estamos decididos a “sujetarlo, meterlo en cintura, ponerle rostro, nombre, gustos, acciones… etc”
     
    Si lo pudiéramos catalogar, sería una copia de nuestros deseos, esperanzas, sueños…
     
    Personalmente lo que en estos momentos vivo, se acerca… mucho más al Mensaje de Jesús (quitándole  todo que entra a presión y en algunos textos casi se contradice) hay que leer la esencia, lo que nos habla de la vida aquí y ahora, desde ahí, intentar hacerlo vida cada día.
     
    No busco seguridades, ni pido favores; lo que deseo emprender, sé, que si busco en mi interior está la respuesta, la fuerza, y el modo de realizarlo.
     
    ¡Claro! No hablo de ganar en esta vida un trabajo extraordinario, que me toque la lotería, que no me venga ningún mal,etc. que es en lo que hemos (o nos han enseñado a ver en las religiones)
     
    Dejad que cada cual siga su experiencia personal sin que tenga que escuchar constantemente, que desvarían, están equivocados, no pertenecen a la iglesia.
     
    ¡Nadie debería hablar de Dios! (en su infinidad de nombres) Cada ser humano busca donde quiere y cree que se va a encontrar más acogido, “seguro” y sobre todo, aquellas personas que sienten temor ante todo lo que pueda suceder, un poco de “magia” les ayuda.
     
    Lo primordial sería para todo ser humano, hacer para en nuestro entorno, aquello que cada cual queremos para nosotros mismos.
     
    Cada ser humano es un mundo con sus complejidades… unos, le abren las puertas al mal ser… ¡y como lo hacen! otros buscan el bien por encima de todo y para toda persona. Con razón Jesús decía;
     
    “Los hombres de las tinieblas son más eficaces que los de la luz”
     
    ¡El mal o el bien… es solo responsabilidad nuestra!
     
    Pero… Es más sencillo rezar que obrar consecuentemente.
     
    Un abrazo a cuantos nos dejáis aquí vuestra sabiduría; solo una cosita, hacerlo, diciendo que es lo que cada cual piensa sin juzgar, si el otro/a lo está haciendo mal.
    mª pilar

  • Juanel

    Mi posición en el tema de Dios es la de Lampedusa, cambiarlo todo para que nada cambie. Todo aquello de lo que han hablado las tres religiones monoteístas, para mí no hablan de Dios sino de la Plenitud Humana. Quito de todo discurso teológico, incluido el de Jesús de Nazaret, la palabra “Dios” y la sustituyo por “Plenitud”. Plenitud y Dios no son tautológicas. La Plenitud no hace referencia a Dios, ni revela nada de Dios, ni constituye la esencia de Dios, porque la Plenitud no es divina sino humana. La Plenitud abarca todo el campo religioso y la parte de espiritualidad que se le asocia. La esperanza y la fe religiosa apuntan a la Plenitud como meta última del ser humano. Es en ella en donde se encuentra el Amor, la Justicia, la Bondad, la fuente del Ser y de la Vida, la Comprensión, la Compasión, la Misericordia,….., que son en definitiva cualidades o atributos de lo humano, llevadas a lo máximo, a la culminación completa de toda expectativa humana superada por exceso. Y esta fe y esperanza es humana no divina. No es Dios el que actúa o deja de actuar sino la fuerza de atracción de la Plenitud, atracción hacia un mundo nuevo de amor y de paz, un cielo o paraíso para el ser humano como persona y para la humanidad completa como colectivo. Es que además esa fuerza de atracción de plenitud de vida, puede sentirse en el centro de la persona, como algo fundamental constituyente y de aquí hacia las alturas místicas, apurando al máximo las capacidades humanas.
     
    La Plenitud por ser humana se alcanzará en el futuro o no, dependiendo del esfuerzo y del empeño de la humanidad en lograrla a lo largo de los siglos. Y esto es válido para cualquier persona que tenga puesta la esperanza en el triunfo final del bien, que vibre con vivir una vida en plenitud. Pero es evidente que la Plenitud por ser solamente humana no puede perdurar indefinidamente. Es un objetivo grandioso pero no es eterno. En miles de millones de años hacia adelante, no quedará ningún lugar habitable en todo el Universo al que podamos ir para continuar sobreviviendo. Con una perspectiva tan excesivamente lejana quizás importe poco lo que suceda. Sin embargo, a muchos nos interesa no solo lo último sino lo definitivo, lo eterno. Y aquí la Plenitud no tiene cabida a menos que Dios intervenga. Yo no puedo saber si Dios intervendrá o no, es decir, no puedo saber si Dios existe o no, lo único que puedo decir es que espero confiadamente en que sí, y si existe entonces, una vez culminada la Plenitud, la transformará por su Espíritu para introducirla en el ámbito divino. Si esto sucediese las cosas cambian profundamente, dado que entonces se puede considerar la Plenitud como obra de Dios, como su creación perfecta. El logro de la Plenitud no sería un logro solamente humano sino también divino, lo cual apunta a la implicación de Dios en todo el proceso de su formación y culminación, y de ello da cuenta Jesús de Nazaret un hombre de vida plena, en plenitud humana.
     
    La revelación no consiste en comunicarnos la esencia o naturaleza o el modo de hacer de Dios, sino que la revelación consiste en desvelarnos en qué consiste la Plenitud Humana y su contenido, que es solamente humano. Todo sobre Dios en sí mismo queda oculto en un profundo Misterio, sobre el cual sólo cabe el silencio. Por tanto, para mí no hay ninguna posibilidad de “saber” algo sobre Dios, y en consecuencia no me es válida ninguna imagen por muy parcial e incompleta que se la imagine o suponga.

  • George R Porta

    Parece que uno de los escollos fundamentales en el tratamiento del tema de la existencia de la divinidad y por tanto de la definición aceptable de la divinidad, es el de poder determinar cuál sea o haya sido la actividad de Dios en la Historia, desde la situación de quien siente la necesidad de su existencia. Si la Naturaleza es eterna como proponen algunos, pues nada, no hay necesidad de un primer momento. La mitología modernamente en gestación del reciclaje industrial como factor del rejuvenecimiento y prolongación de la sanidad ambiental pudiera ser una expresión de esa intuición de la eternidad de la naturaleza en continuo cambio o movimiento.  
     
    Lo problemático de la hipótesis etiológica conocida como Teoría del Big Bang acerca del momento “puntual” del origen del universo o “multiverso” que nos parece conocer, es precisamente que dependa  de la posibilidad de su ocurrencia y de las condiciones que la hicieron posible e inevitable pero que la precedieron en el tiempo.
     
    Es decir que tiene que presuponer de una especie de precedencia, como la “arcilla” en los relatos genesíacos, y en este caso de algo capaz de estallar y de ponerse en movimiento progresivamente autónomo, con un mínimo de fidelidad a su propósito último como si se tratara de una especie de diseño, en el cual el caos o lo aleatorio (contrario a lo causal) fuera un elemento necesario como cualquier otro (energía versus masa; polaridad de atracción y rechazo; posibilidad e imposibilidad que mantiene la consistencia como una especie de carta de navegación descubierta sobre la marcha pero entonces obviamente desconocida pero existente como posible y necesaria).
     
    Continuar proponiendo hipótesis de cómo, cuándo, para qué, con quién, no se diferencia en nada de los relatos etiológicos bíblicos o de los caldeos, o los egipcios, o las leyendas mesoamericanas, etc., o las riquísimas mitologías etiológicas africana o asiática, australiana, etc.
     
    Cualquier hipótesis de la necesidad o evidencia de un “diseño” es solo eso, otra hipótesis que solo puede ser propuesto a posteriori y por lo tanto fundamentalmente distorsionado porque tiene que dogmatizar, es decir, pretender que una tal explicación etiológica, la que sea, es infalible en grado suficiente y necesario. No lejos tampoco, al parecer, del famoso “cogito ergo sum” (pienso, por lo tanto existo) que nunca aclaró como podía estar seguro de que pensase y sobre todo de que fuese imposible pensarse (yo añado sentirse) a sí mismo sin ser. Para un filósofo pudiera ser imposible “no ser” y pensarse o sentirse pero no hay modo de demostrarlo sin tener que circunscribirse a lo metafísico y disponer de bastante tiempo para poder perderlo.
     
    Como en el caso de toda otra explicación circular [utilizando la metáfora del mitológico Uroboro (o Uroborus), la serpiente que muerde su cola], la necesidad es articulada después de sentida y por tanto la necesidad no puede explicar satisfactoriamente a aquello que la satisface, ni esto último demostrar la necesidad de sentir una tal necesidad.

    En efecto la necesidad de “descubrir” como es la divinidad la presupone necesariamente y muy posiblemente fuera mera proyección de la humana impotencia o ignorancia (modernamente se propone que es la ignorancia la que promueve el adelanto de la investigación científica y del conocimiento). En ese caso la divinidad fuera la causa y el propósito del “resto”, de aquello que escapa a la comprensión humana y que la humanidad no cree que pueda llegar a controlar aunque de hecho nunca renunció a controlar a sus divinidades por medio de ofrendas, promesas, sacrificios que solo engendraron (parece que la comercialidad sea tan humana como el hablar) opresión política y emocional de parte de los mediadores auto declarados legítimos entre la humanidad y  sus divinidades.

    Afirmar que Jesús sea Dios no parece sino otro caso de dogmatismo. Fuera diferente hipotetizar confiando intencional y voluntariamente (pero sin expectativa de evidencias objetivas) en que efectivamente su condición divina no sea imposible, un tanto o mucho en la línea del texto anónimo de Hebreos (11, 27) sobre el que Jacques Loew ya en su época elaboró una meditación extraordinarias (Cf. Comme s’il voyait l’invisible, Paris, Cerf, 1964) o, también, en el texto de la meditación atribuida a Pablo de Romanos 4, 18-21, sobre la irracional esperanza paterna de Abraham “contra toda esperanza”.

  • Carlos

    La verdad es que Spong no me gusta. Creo que en parte descubre mediterráneos y en parte repite cosas que ya dijo Robinson en su “Honesto para con Dios”.
    Pero en este tema de quién es Dios me sorprende que no diga lo obvio, que Dios es Jesús y a partir de ahí saque consecuencias. Digo lo obvio para un cristiano, puessupongo que un obispo anglicano se considerará como tal.

  • George R Porta

    Leo esta afirmación atribuida a Ratzinger/Benedicto xvi: “No podemos pensar a Dios. No podemos en manera alguna encajar a Dios en ninguna categoría ni clasificación. “Dios se escapa siempre al pensar”, decía el Padre Benedicto en su etapa de profesor. “Hablar de Dios, tanto sea para afirmar o negar su existencia, es “convertirlo” en criatura y por tanto destruirlo”. (Joseph Ratzinger.-Introducción al cristianismo. Tubingen 1967)”

    Me pregunto  ?no es esa afirmación precisamente expresion de su pensar a Dios? Ratzinger afirma una tal imposibilidad sobre la premise del dogma de la existencia incuestionable de Dios. Precisamente el problema radica en esa certeza que es un pensar a Dios a la cual se le atribuye la necesidad de certidumbre incuestionable, lo cual solo puede ser una hipótesis y no pudiera ser demostrada con el mismo grado de certidumbre que la conclusión que Ratzinger deduce de ella.

  • Pascual

    Puesto que  este post va de lecturas,  presento las que subrayé en el libro “El silencio del Buddha”, de Raimundo Pánikkar (1918-2010), Ediciones Siruela, 1996.

    Dice Raimon Pánikkar que “el problema sobre Dios, el Misterio, la Nada es una preocupación universal”. Y añade: Dios, el Misterio o la Nada son la misma cuestión, que afecta al hombre que se pregunta… y le sugiere repensar el método.”

    Dice: “El concepto “Dios” tiene grietas. Y para colmo “ninguna cultura, ninguna religión puede resolver por sí sola el problema. De ahí la necesidad de una colaboración entre todas las tradiciones de la humanidad para enfocar el problema”.

    “Voces nos vienen diciendo desde hace ya tiempo  que, en rigor, no se puede hablar de Dios”. “El budismo afirma que la última realidad es inefable, inexpresable e incomunicable. El Buddha dijo que toda palabra es ociosa cuando trata sobre el último misterio”.

    Pánikkar lucubra así: “Dios” es algo esparcido en lo cósmico, y, “al esparcirse”, “al evaporarse”, se condensó en alguna parte; y fue en el interior del hombre, donde cristalizó “Dios”; más no como un ser distinto que ha venido a refugiarse en nuestro interior, sino como algo que en rigor nos es constitutivo”.

    En el capítulo 17  de “Los Hechos”  Pablo dice en el areópago de Atenas que Dios “no se encuentra lejos de cada uno de nosotros” (coincide con Marcos en I-15) y sigue, “pues en Él vivimos, nos movemos y existimos, porque somos de su linaje.”

    “En realidad, dice Pánikkar, el Hombre y Dios están entrelazados, fundidos, en una reciprocidad, como ingredientes de una misma entidad, o como entidad con diferentes nombres”.

    O sea, se mire como se mire: Dios es…

    Podríamos decir que la Divinidad tiene algo que ver con aquella chispa, que hace que cada ser sea lo que es”. Pánikkar en la pág. 242. Mas “la realidad divina no puede estar ahí dentro para fagocitar a los seres, sino para potenciarlos desde dentro”, dice Teilhard de Chardin en “Como yo creo”, pág. 176. Taurus 1970. Así que “Dios ni existe ni no existe”, sino que hay que buscarlo… en el mismo corazón de lo humano”.

    Ángel Wagenstein en “El pentateuco de Isaac” Libros del Asteroide, 2010, página 137, dice: “Buscad en vuestro corazón, y si lo encontráis, dejad que éste se convierta en vuestra sinagoga, en vuestro templo, en vuestro sagrario, en vuestras Tablas de la Ley.  Este es el único Dios”.

    Pablo advierte en la primera carta a los de Corinto 2.-7. “Dios, lo mires como lo mires, es un misterio. 9. el misterio profundo en el corazón del hombre. 14. Y sólo puede ser comprendido en el silencio”. “Hay que entrar, por lo tanto, en el silencio de nuestro ser, acallar  todos los sonidos internos y  sumergirse en la sima de uno mismo”.

    “En rigor hay que abandonar la pretensión de inteligibilidad  del concepto “Dios”.

    “En el Cristianismo se dice que “el Hijo del Hombre es la ruptura del silencio del Padre”. Con esta perspectiva, la persona humana no es más que un tono, un sonido particular, un destello de Dios en el tiempo”.

    No podemos pensar a Dios. No podemos en manera alguna encajar a Dios en ninguna categoría ni clasificación. “Dios se escapa siempre al pensar”, decía el Padre Benedicto en su etapa de profesor. “Hablar de Dios, tanto sea para afirmar o negar su existencia, es “convertirlo” en criatura y por tanto destruirlo”. (Joseph Ratzinger.-Introducción al cristianismo. Tubingen 1967)

  • George R Porta

    Me parece también extraordinario hablar de quienes experiencian lo místico en singular. No hay ninguna evidencia de que lo considerado místico se salga de lo psicológico porque la noción de espíritu, alma, etc., es filosófica y por lo tanto mera imaginación.

    Y el amigo Spong no puede evitar él mismo ser teista al final cuando concluye “cómo es su dios” que solo logra contradecir todo lo que haya sido afirmado en la tradición dogmática de Dios pero lo hace en presente de indicativo, lo afirma y solo logra establecer otra dogma, igualmente herético que todos los dogmatismos anteriores al respecto.

    El problema fundamental que se plantea la humanidad parece ser multifacético o multidimensional: El Origen de la realidad, la necesidad y propósito del mal, la forma del destino tras de la muerte.

    Tal y como saber con certidumbre si un avión que se está a punto de abordar llegará debidamente a su destino, incluso si se sabe que esa misma Aventura haya sido exitosa multiples veces, solo se puede saber con la suficiente y satisfactoria certeza, cuando el/la viajero/a descienda del avión al llegar a su destino y compruebe que en efecto llegó adonde esperaba llegar. Todsa otra suposición será imaginaria mientras tanto. 

  • George R Porta

    Leo esta afirmación y me impresiona como una obvia contradicción quizás no intencional o inconsciente:
    “Tanto los creyentes como los no creyentes piensan que Dios es un Ser Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, que domina el universo, Juez Supremo de las personas, premiador de los buenos y que castiga a los transgresores de sus mandatos, que habita en el cielo y que promete a sus seguidores la salvación eterna en los cielos. El ser humano proyecta sobre Dios aquello de lo que adolece y las cualidades que desearía poseer: omnipotencia, dominio sobre el mundo, las personas y los seres del universo, habitar en un lugar fascinante y vivir eternamente, Es una imagen antropomórfica de Dios.”

    Los no creyentes no antropomorfizaran a la divinidad por no creer en ella.

    Los creyentes, si intentaran otras imágenes de Dios, no tuvieran más remedio que dividei la imagen del Dios del monoteismo en multiples porciones. La divinidad solo puede ser una o multiple pero viniendo de la imaginación humana es posiblemente más congruente que sea multiple, si no groseramente, al menos sutilmente.

    Spong no puede dejar de pensar como lo que es, es decir como cérigo. Y resulta paradójico que pretenda que puede describer a Dios o las posibilidades de conocerle de un modo u otro, sin hacerlo precisamente de una premise dogmática, es decir teista. Los budistas no niegan la existencia de Dios, solo no lo mencionan y eso es más prudente y posiblemente veraz, desde mi punto de vista. Si se les pregunta niegan admitir el Dios Cristiano o del monoteismo o el politeismo o cualquier forma de teismo. Eso no debiera situarlos en el otro extreme del espectro creyente-nocreyente, sino solo en la zona neutral del mismo. Les parece inútil penetrar el misterio y hasta niegan lo misterioso de la “iluminación”, la cual consideran un insuperable estado de vida, la vida en su máxima expresión, y por lo mismo inimaginable.

  • José Vidal

    Me parece una aportación de Jesús muy interesante, a la que estaría prácticamente de acuerdo, pero quiero añadir unos matices:
    Desde que el ser humano existe ha habido una evolución en el concepto de Dios, se era consciente de la existencia de un Ser transcendente pero su interpretación iba evolucionando a través de los tiempos, y de lo que estoy seguro de que todos nuestros conceptos sobre Dios  por muy vanguardistas que nos parezcan serán absorbidos por otros en el futuro en una espiral del pensamiento sin fin.
    Si llegásemos al concepto de Dios definitivo, resultaría que ese Dios no existe, porque de lo que yo estoy seguro es que Dios no tiene limites y entonces estaríamos limitando a Dios. 
    Yo parto de que el ser humano es un producto de la vida y que esta es una emanación de Dios. La vida tiene unos limites que se condensan en el espacio-tiempo, lo que me dice que Dios tiene que estar por encima de los limites de la vida y por lo tanto los limites del ser humano.
    Todo esto me da como conclusión que para definir a Dios la forma mas correcta es decir de que Dios es el ser que esta por encima del espacio-tiempo.
    Saluidos

  • mª pilar

    Esto que nos dice J.Sh. Spong:
     
    Es mi sentir, intuir, escuchar… en lo más profundo de mi ser.
     
    mª pilar

  • Gonzalo Haya

    Nuestros conceptos están extraídos de nuestras experiencias; y la única experiencia directa de Dios sería la mística, pero esta experiencia es indecible. Tenemos que contentarnos con imágenes o conceptos parciales, pero conscientes de que son parciales, sin pretender sacar de ellos una ristra de consecuencias lógicas; y esto incluye al teísmo y al no-dualismo. Estas imágenes serán positivas en la medida en que nos acerquen a ese Misterio, Amor o Plenitud; y la garantía de este acercamiento será la medida en que nos acerque también, en amor y solidaridad, a todos los hombres y a la madre tierra.

  • Juanel

    En mi opinión yo no me preocuparía de buscar una imagen apropiada para Dios, ya sea personal o impersonal. Bueno, ya lo dice el segundo mandamiento de la Ley mosaica, no hacer imágenes de Dios. En este tema de buscar imágenes sobre Dios yo lo dejaría como Misterio Trascendente, sea lo que sea que sugiriese este término, sin añadirle nada más, ni cualidades ni atributos, tales como fuente de vida, de amor, del ser, etc.

    De todo cuanto dice aquí Jesús Gil en su comentario a la obra del obispo Spong, solo me quedaría con una cosa, “Dios llama a la plenitud de vida” entendida como Plenitud Humana, como el Reino de Dios anunciado y promovido por Jesús de Nazaret. Pero incluso para mí esta llamada no nos dice nada sobre Dios, puesto que entiendo que la llamada no parte directamente de Dios, sino desde la propia Plenitud Humana que ejerce su fuerza como centro atractor para toda la humanidad sin exclusiones. Es en la Plenitud en donde se encuentra la fuente de la vida, del amor, del ser, de la justicia, de la bondad,….. El papel de Dios se reduce a la acogida de la Plenitud culminada en su seno.

     
    Vista desde la perspectiva humana la Plenitud representa la meta, el objetivo final del ser humano individual y del conjunto de la humanidad de todo lugar y tiempo, pues en ella se habrá vencido todo mal, todo sufrimiento y muerte. Puede que la Plenitud en realidad no lograra alcanzarse y mis esperanzas truncadas, puesto que entonces el final sería la muerte, la destrucción de todo cuanto se ha hecho y la extinción de nuestra especie. En este caso mi fe habría sido falsa puesto que en realidad Dios no existiría. Pero si en verdad Dios existe entonces acogerá la Plenitud en su seno, lo que significa que ha sido generada, sostenida y culminada por él, su obra creadora, de un modo que no puedo determinar ni saber, al menos por ahora, antes de llegar todos juntos sin faltar nadie a su seno. En mi oipinión, de Dios no hay imagen posible, queda oculto en el profundo Misterio.

    Saludos cordiales

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