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Reivindicación de la teología

Carlos Barberá

Como ya es muy conocido, muchas Universidades de Alemania tienen una Facultad de Teología o más bien dos, una de teología católica y otra protestante.

Entre nosotros, hace cincuenta años, la palabra teología se utilizaba únicamente en los ambientes clericales. Los más informados sabían que se estudiaba teología en Salamanca o en Comillas pero quienes lo hacían no eran llamados teólogos sino seminaristas. Por supuesto, los teólogos eran siempre varones y clérigos.

El acontecimiento del Concilio Vaticano II cambió este panorama. Los hasta entonces no iniciados aprendieron que había una teología tradicional, que la asamblea episcopal había rechazado, y una teología progresista y se empezaron a conocer a sus autores: Congar aparecía en múltiples ediciones, Taurus editaba a K. Rahner y Küng tenía un gran éxito sobre todo con su libro Ser cristiano.

Había seglares que se matriculaban en las facultades de teología y comenzaron a proliferar cursos de teología: para adultos, para graduados, para grupos parroquiales…

Este proceso de popularización de un saber antes casi arcano ha dado lugar a dos consecuencias de signo opuesto. Si para algunos ha sido una ocasión de enriquecimiento y de profundización en su fe, para otros ha supuesto un abandono o un rechazo de la misma fe y en todo caso de la teología. Expuesta a la mirada de todos, muchos han visto no su posible belleza sino precisamente sus miserias.

Yo he conocido personalmente representantes de tres tendencias que quiero resumir a continuación.

Hay quien, como Corregio ante un cuadro de Rafael, se han dicho: Anch´io sono pittore, también yo soy teólogo. Y se han lanzado a hacer sus propios análisis y formulaciones teológicas. Como aventureros inexpertos en un terreno complicado, los resultados han sido, a mi modo de ver, penosos. Como decía Julio Camba de un hombre que se había hecho a sí mismo: “Se le notaba en lo mal hecho que estaba”.

Hay también quien, a la vista de las teologías contrapuestas, de las tesis inconciliables entre sí que se han formulado a lo largo de la historia del cristianismo, hacen una objeción de fondo.  ¿Teología? Acaso pero ¿qué teología? ¿No está cada una redactada para servir al espíritu del tiempo en que se hace? Así pues, yo también puedo hacer la mía, la que me valga. De este modo se cumple lo que decía Sciacia de la religión: la teología es un puchero en que cada uno echa su hueso para sacar el caldo que le apetece.

Finalmente, hay quien ha renegado absolutamente de la teología. Como alguien me argumentaba apasionadamente, Jesús no hizo ninguna teología, sólo nos dijo que teníamos que amar a los demás. La teología sólo ha sido una fuente de enfrentamientos, desde académicos hasta bélicos. Sin teología no hubiera habido Inquisición.

Pues bien, frente a todas estas objeciones, quiero hacer una pequeña defensa de la teología. Si Dios existe –y aunque no exista- tiene que haber teología. Con una condición, que sea buena teología. Digo aunque no exista porque también el ateísmo encierra una teología, que igualmente puede ser buena o mala. Mala es la de Dawkins escribiendo en los autobuses de Londres como bienvenida al Papa: “Probablemente Dios no existe. Relájate y disfruta”. Buena, excelente, la del famoso relato de Nietzsche en La gaya ciencia.

Pero viniendo al cristianismo, éste no es posible sin teología. Sin ella los relatos bíblicos en los que se basa serían únicamente relatos, una especie de novela histórica al estilo de las que ahora proliferan. Pero no sólo eso: ya sabemos que esos mismos relatos nos han llegado interpretados, revestidos de teología. Quienes en los siglos pasados quisieron prescindir de ella y llegar a la vida de Jesús no tuvieron más remedio que confesar su fracaso.

Pero ya que tenemos teología, tengámosla buena. ¿Y qué es una buena teología? Quiero resumirlo en algunos postulados que no puedo sino enunciar apenas:

Una teología de calidad no es un ejercicio puramente intelectual sino que anuncia y ofrece una salvación. No enuncia verdades sino promesas. La buena teología no es fundamentalmente  especulativa   sino terapéutica.

Debe ser una teología narrativa, que se apoya en las experiencias vitales de quien la ejerce y de la gente de su mundo. No sale de la cabeza sino de la vida. No ha de ser cosa de sabios sino de profetas.

Ha de ser una teología dialéctica. Por una parte, ejerciendo un diálogo en tensión entre la reflexión fundacional y la reflexión hodierna. De otra parte ha de jugar con una dialéctica interna: a Dios nadie lo ha visto nunca pero su Hijo lo ha revelado, el Dios absoluto se manifiesta en la relatividad humana… Las afirmaciones rotundas son patrimonio de las sectas, las afirmaciones dialécticas abren siempre caminos. Y no sólo eso: las afirmaciones sin dialéctica –del estilo de: esto no es más que…- suelen ser empobrecedoras.

Una buena teología responde a su tiempo pero a la vez es consciente de ese condicionamiento . No se limita a ser una transcripción del espíritu del siglo; sabe sin embargo que no puede construirse sino desde él. Consciente de su relatividad, es, por tanto, autocrítica. Como bien resumía Karl Barth: “hablo de Dios pero el que habla es un hombre”.

Termino este artículo mientras en la radio suena un villancico: “asómate a la ventana, verás al Hijo de Dios”… Menuda frase. Requiere una buena teologíaa.

9 comentarios

  • Santiago

    Roman, amigo y compatriota, no solo de la patria grande, sino de la chica…..de la indómita y rebelde region oriental cubana….donde recibimos la fe que nos une…como dices bien en Jesus resucitado….
    Yo,, como tu, quisiera reflexionar sobre este tema , que tu has enfocado según tu propia perspectiva…..PORQUE no cabe duda que Jesus se alejó visiblemente de nosotros para enviarnos el Espíritu Santo “porque si (YO) no me fuere no vendrá el PARÁCLITO a vosotros; pero si (YO) me fuere, os lo ENVIARÉ” (Io. 16,7)…No solamente el Espíritu Santo es el “depositario”, sino es el que activamente opera en el Pueblo de Dios….No solo preserva la doctrina y el mensaje…sino que suscita la acción para llevarnos a la santidad que quiere Jesus…..

    Por eso no podemos separar la Biblia de la Teología…El contenido de la Escritura expresado en los textos…no ES mas que  el vivo reflejo de la palabra divina que ha trascendido como verdad a traves de los siglos…..Dislocar las las 2 cosas es separar a Cristo de su Iglesia….Jesus ex-profeso llamó a si al núcleo central del los 12….para que predicaran SU PALABRA….a “todas las gentes”….Este mandato fue dado no a “un solo hombre”….sino a un COLEGIO de hombres…entre los cuales había un líder encargado de ‘reafirmar la FE” no solo del COLEGIO sino de todos “los hermanos”….Cuando Pedro habla enseñando no habla en nombre propio…sino en nombre del Pueblo de Dios, siguiendo el encargo de Cristo….¿O es que los problemas existenciales y las preguntas acuciantes de los humanos iban a cesar con la muerte del Crucificado?  Es obvio e histórico que Jesus delegó su mensaje salvífico a sus discípulos más íntimos…para transmission apostólica en sucesión “hasta el final de los tiempos”….Si no hubiera sido asi, el cristianismo en si no hubiera tenido mucho sentido…Jesus hubiera sido como un profeta itinerante sin verdadera importancia en el siglo I….Pero vemos que históricamente no fue así…y el mensaje eclesial de Jesus se expandió vertiginosamente…sin una cabal explicación…

    PORQUE a esos incultos judíos, entre ellos pescadores   y publicanos, que siguieron a Jesus en Galilea no se les hubiera ocurrido jamás ni bautizar, ni perdonar pecados, ni mucho menos “comer y beber la carne y la sangre del Hijo del Hombre” que era muy duro para los de la “circuncisión”…si no hubiera existido un expreso mandato del Crucificado y Resucitado…..
    Por eso el Espíritu Santo no solamente obra “actuando” desde dentro e iluminando al Pueblo de Dios, sino que también  “viene” desde fuera a traves del carisma legado por Cristo al Pueblo de Dios sacramentalmente….Esto lo entendió perfectamente Nicodemo cuando Cristo le dijo: “quien no naciera del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de los Cielos” (Io. 3, 3) …Por eso Pablo bautiza a su guardian a toda su familia (Hechos 16, 25-34) y por eso Pablo habla “del ministerio de la reconciliacion” y de que ellos eran “embajadores de Cristo” (2 Corintios 5: 18-21) y la Didajé describe la Eucaristía en el siglo I, y en los Hechos se dice que los cristianos se REUNÍAN  en oración y en la “fraction del pan” y Pablo ordena obispos entre ellos a Timoteo, su fiel colaborador y a los primeros diáconos…y Clemente Romano hacia el 90 del siglo I  ya habla de obispos, sacerdotes y diáconos…

    Por eso es el Espíritu el que nos guía…pero no como creían los gnósticos, especialmente los pneumáticos o espirituales, de manera secreta, individual y dislocada de la verdad REVELADA por Cristo al Pueblo de Dios…..No, la verdad es una…y es Jesus…en EL, en su verdadera identidad…..y en su predicación apostólica esta la verdad…..No podemos separarnos del verdadero “plan” de Jesus….que era revelársenos totalmente a traves de su PUEBLO…que somos nosotros…pero en su IGLESIA….de la que EL ES el fundamento espiritual e histórico…..La Iglesia pues no es excluyente…sino que JESUS quiso incluirnos a TODOS…..y El mismo nos mostró el camino….este es asequible y está listo para todos los que consciente o inconscientemente busquen   la VERDAD…que es cabalmente EL mismo….

    Un abrazo   de Santiago Hernández

  • Román Díaz Ayala.

    Santiago,
    veo que te ha interesado el enfoque, aunque me he dejado muchos flecos, y algunas afirmaciones no están lo suficientemente explicadas. Es lo que tiene un comentario, que nunca será una exposición programática, por amor a la brevedad.
    Me quedo con dos afrimaciones tuyas.
    La verdadera teología ha ido bíblica.
    y
    Las Fuentes ( por lo de los textos y autores) son un elemento fundamental en el desarrollo de la teología católica.
    Decir que una teología es verdadera, con marchamo de exclusividad, se fundamenta en una “ortodoxia”, que excluye cualquiera otra aproximación a la verdad que no acepte las mismas premisas. seguimos en el mismo racionalismo de donde partíamos.
    Decir afirmar también que existe una teología verdadera y que ésta tiene que ser bíblica, es olvidar que la teología nació como una disciplina filosófica, razonando sobre Dios, y el ser humano desde esa misma perspectiva como sujeto en la Creación, obra de Dios. Se partía de la premisa ( racional) de que el ser humano estaba dotado de la capacidad natural de reconocer a Dios, como verdad que se impone en evidencia al sujeto.
    Si reflexionas un poco más te darás cuenta de que tales conceptos se están alejando de la propia “antropología” bíblica, con un ser humano desposeído de la glora de Dios ( decimos que por el pecado) y que necesita de “su misericordia”, es decir de su iniciativa salvadora ( revelación positiva).
    Usar la Biblia (textos y autores, las Fuentes) como pretexto, no es un trabajo explicativo de las verdades que encierra, la proclamación del Kerigma que mencionas (El Evangelio, o buena nueva de Salud comisionada por Jesús antes de partir)
    Emplear los textos bíblicos para construir un sistema  filosófico de verdades ( más bien asertos) en torno a Dios y su Revelación, no es hacer “teología bíblica”, porque no son los textos los que hablan, ni los testimonios vitales de los hombres y mujeres de Dios, sino su utilización para abundar en nuestros propios pensamientos. Tomás de Aquino se dió cuenta de ello al final de su vida, pero lo maquinaria era ya omnipresente en la Iglesia Latina de Occidente.
    No podemos recurrir tampoco a la tesis de la concesión de unos poderes a un sujeto ( hermano Pedro y sus sucesores) y su colegio ( los doce apóstoles, los obispos por él nombrado) porque tal cosa es una concepción histórica muy particular del Occidente Europeo  Cristiano. a la que le ha venido muy bien la Escolástica, como tesis ideológica para fundamentarse en su ortodoxia. Aquí nos hemos alejado más todavía de los textos bíblicos, no porque sea materia de intrepretación (Mateo etc) sino porque Jesús dejó como depositario al Espíritu Santo. El Espíritu del Resucitado es quien nos hace Iglesia, el Pueblo de los Santos de Dios.
    Entiendo que no compartas, hermano, estas mis reflexiones, pero no es la ortodoxia la que nos hermana, sino la presencia activa de Jesús resucitado, a quien servimos y amamos.

  • Santiago

    Cooincido contigo Román en cuanto a la reivindicación histórica de Saulo de Tarso…..y el rescate fariseo….Pero el disloque de la teología fue a partir de un excesivo y radical racionalismo a partir del siglo XVIII…porque la fuente original es Jesus mismo….EL tenía plena conciencia de su filiación divina…..Aparece en el Nuevo Testamento como el Mesías, el esperado, el Hijo de Dios real….El Dios invisible pero ya visible en su Hijo encarnado en nuestra humanidad…..Aparece en el Evangelio de Juan, Mateo, Marcos y Lucas…..de esta forma….y no de otra…y por supuesto en S. Pablo….mucho mas “cerca” en cronología que los Sinópticos pero que forma un UNIDAD con ello….pues es la predicación oral la que se puso por escrito…..Jesus mandó a predicar…La Iglesia es un organismo vivo…que está viva en el siglo XXI….en nosotros…el Pueblo de Dios….clérigos y laicos…..

    ES Nuevo TEstamento es un documento de valor histórico extraordinario…..que no ha podido ser destruido un ápice durante 21 siglos….y que todavía es relevante hoy…a pesar de toda la propaganda anti-evangélica….Por eso, ni Holywood ha podido destruirlo….
    Fue escrito en el siglo I….cuando todavía vivían testigos de la vida, passion, muerte y resurrección de Cristo…Ellos fueron los testigos que defendieron la veracidad y genuinidad de los acontecimientos relatados en el KERYGMA PRIMITIVO..

    Por eso la verdadera teología ha sido bíblica….Por eso Santo Tomás de Aquino basa su teología  magistral en la Biblia como se ve en sus continuas citas del Nuevo y Viejo Testamento cuando desarrolla un argumento teológico. Por eso fueron los racionalistas de los siglos recientes los que han querido tergiversar esta fuente primitive tratando de desacreditar los textos y los autores..porque las Fuentes son un element fundamental en el desarrollo de la teología catolica….puesto que el dogma es una consecuencia del magisterio de Cristo y no al reves…ya que el mensaje de Cristo precedió antes de las formulas dogmaticas..Estas formulas no son una transformacion de doctrina o deformacion de su sentido sino que es una mejor explicacion ampliada de la VERDAD de Jesus….Esta labor pertenece solo al consenso de la Iglesia y tiene que ser hecha dentro  de Ella pues fue al nucleo de los 12 que Cristo mando a “enseñar a todas las gentes lo que yo os he ordenado” (Mt 28,18-20)

    Un abrazo    Santiago Hernández

  • Román Díaz Ayala.

    Las fuentes judías se hicieron necesarias en el nuevo rearme de la teología,
    desprendida de la Escolástica Medieval, y en busca de un nuevo acercamiento a las Escrituras.
    Se partió el dato histórico de la existencia de Jesús.
    incluso quienes nos sabíamos beneficiario de la Revelación ( el Espíritu del Resucitado) nos sentíamos obligados a buscar una mejor comprensión de los textos. Nadie puede dudar tampoco que la voz de Jesús está en los Evangelios. Caso contrario estaríamos haciendo una labor de arqueología religiosa     ( que también se hace)
    La arqueología hoy en día también se hace con los datos inmateriales de la cultura, y queda sujeta a las escuelas de pensamiento para su interpretación.
    ¿Dónde esta el “racionalismo”, tantas veces denunciado por mí?
    Cuando estamos en la búsqueda de Jesús y lo hacemos “el objeto” de nuestra fe. Le hacemos manifestarse según el contenido de ésta nuestra fe ( que siempre ha sido racional, un compendio de doctrinas, de ideas previas)
    Lo sencillo sería permitir que Jesús se revelara a sí mismo, nos dijera exactamente qué piensa él de sí mismo, del Padre Dios.
    La pregunta clave es: ¿Conozco o no conozco a Jesús, y quiero conocer más y mejor de él?¿Le busco en la historia, porque sólo de él tengo una imagen, una idea preconcebida, pero jamás he tenido un encuentro?
    Luego, existen escuelas que al encontrar serios impedimentos en la teología heredada como acervo cultural, el Jesús histórico se les ha hecho enigmático, y quieren buscar explicación en la mentalidad griega creadora de un Cristianismo sin Jesús ( el real o histórico) y se remontan hasta San Pablo en una nueva interpretación histórica.
    Pero existen serias dificultades no resueltas, incluso desde la racionalidad más pura.
    Los textos paulinos son anteriores a la redacción definitiva de los otros textos novotestamentarios.De ahí que haya que recurrir a una purga de los Evangelio, y no sólo en la conjeturas de fechas, sino en “sus teologías”.
    San Pablo, era Saulo de Tarso, judío, de esa primera generación que no tuvo la oportunidad de conocer a Jesús antes de su crucifixión y muerte. (No pertenecía al rebañito pequeño inicial) y pertenecía a lo más puro del judaísmo palestino del siglo I, discípulo de Gamaliel.
    Los fariseos tienen el gran mérito de haber sido los salvadores del Judaísmo tras las crisis del siglo I y II. La interpretación valorativa de Saulo de Tarso ( nuestro San Pablo) obedece más a prejuicios de escuelas, que al análisis más realista de la situación histórica.

  • Román Díaz Ayala.

    Hablamos de teología en un sentido muy moderno,
    después que históricamente  haya sido cultivada durante siglos en el mundo cristiano ganándose el puesto de la disciplina académica por excelencia y ser exigible para el Magisterio, la Pastoral, el ordenamiento de las otras disciplinas. El Catecismo de la Iglesia Católica Romana es un destilado de la propia teología. Con la Teología se discernían los pasajes bíblicos más controvertidos, y no al revés.
    La Razón siempre ha prevalecido en Occidente desde nuestro orígenes greco-rromanos. Teología y Bíblia han permanecido sometidos a nuestros raciocinios. Dios se volvió comprensible y natural, el fundamento y eje primordial de nuestro universo mental y espiritual, conformante de nuestra sociedad.
    volver a la teología desde nuestra realidad, sin someter la  racionalidad a examen fue uno de los caminos emprendidos a la luz del Concilio.
     
    pero no fue el único…
     
    El choque se hizo inevitable cuando quisimos desentrañar nuestra  herencia judeo-cristiana en busca de una nueva comprensión de los textos bíblicos. La racionalidad siguió campando por sus fueros.

  • Santiago

    Román,     tus experiencias son muy valiosas…y hablan del interés- que nunca ha pasado de moda- que se muestra en la juventud cuando se refiere a la Palabra de Dios….Es esa misma PALABRA la que ha trascendido a traves de los siglos…nunca ha muerto….aunque sin duda han intentado matarla…..pero en su eternidad se resiste a destruirse….

    Yendo y partiendo de la fuente principal -el comienzo- que es Cristo, el Verbo de Dios….como la “clave” del conjunto y a partir de El, entonces podremos entender la Escritura como una unidad….Por eso LA PALABRA se abre poco a poco en su interioridad como potencia y se enfrenta a nuevas experiencias ante el desafío que ofrece la vida cotidiana….PERO esta decision de la fe tiene una razón histórica….que permite ver la unidad interna de la Escritura y entender de un modo nuevo los diversos tramos de su camino, sin quitarle lo que es originalmente histórico….Y asi como para estudiar y profundizar en las matemáticas, no basta decir que “somos matemáticos” porque elucubremos algunos “postulados” mas o menos ciertos, sino que  tenemos que estudiarla en “clave matemática” y no en la “clave de la física”,…….. asi tampoco podemos adentrarnos en la verdad del cristianismo “teológicamente” hablando, sino  estudiamos concienzudamente el origen verdadero de nuestra fe….porque “la clave” está en la identidad real de lo que creemos que….no ES un mito anacrónico….sino una verdad eterna que se nos hizo visible en el tiempo…..y la cual se nos revela gradualmente a traves de la PALABRA histórica…cada vez que volvemos a leerla y acogerla en nuestra mente y en nuestro corazón…..Hoy mas que nunca nos hace falta que la juventud pueda encontrar en LA PALABRA un camino seguro que de sentido a este mundo en agonía…y que entonces nos devuelva  la verdadera esperanza que es la que salva….

    Abrazos    de Santiago Hernández   

  • Román Díaz Ayala.

    En los años sesenta hubo otras experiencias.
    En los círculos parroquiales, donde alternábamos la reflexión política, y alguna que otra incursión por las actividades entonces discretas o clandestinas vivimos  el redescubrimiento de la Palabra de Dios,
    pero a través de la Biblia, Antiguo y Nuevo Testamento,
    y diversas formas de catecumenados llevados por seglares y para seglares.
    Eran barrios populares de extracción obrera, pocos chicos o chicas hacían el bachillerato.
    pero supimos que los diversos autores bíblicos e incluso personajes dentro de los textos, tenían sus propias “teologías”. Era por tanto una teología nueva, bíblica y no extraída del catecismo, que teníamos que confrontar.
    Las nuevas comunidades y grupos se sucedían en las diversas parroquias ycada una de ellas adquiría un perfil determinado. No percibíamos al párroco y a los coadjutores como “jerarquía”, y en muchas ocasiones emprendían “el camino” con nosotros.
    Creo que eso de la teología vino despues, cuando conciliares y tradicionales, contestatarios y retrógados ( era parte de nuestro argot juvenil) dieron paso a otras cosas tras la crisis de la secularización masiva.
    En el Pueblo de Dios, la teología se vive como la experiencia  que es efecto de la revelación de Dios y la relación que queda establecida consecuentemente. Debido a ello está tan cargada de acentos personales y únicos. Los misterios de Dios se hacen objeto de reflexión y nace su comprensión

  • Rodrigo Olvera

    Vaya, en otro post se exije buen gusto, acá buena teología. ¿Quién decide las líneas de lo bueno y lo malo?
     
    Dice Barberá que “Las afirmaciones rotundas son patrimonio de las sectas“. Pues a mí me parece una afirmación rotunda la afirmación de Barberá descalificando a Dwakins.
    [Por cierto, la campaña del bus ateo fue anunciada por la periodista Ariane Sherine, y la frase promocional asimismo fue diseñada por  Ariane. Dawkings sólo manifestó su solidaridad con la iniciativa, financiado parte de los gastos de contratación de la publicidad en los buses]
     
     

  • Santiago

    Coincido con  este importante e interesante artículo de Carlos Barberá reivindicando la teología que fue siempre la primera disciplina universitaria….Pero si Alemania le ha prestado siempre importancia a la teología, España no se quedó nunca atrás….Por ahí están los nombres de famosos teólogos españoles que iluminaron todos los siglos…..particularmente en el siglo XVI cuando la teología fue el “alma mater” de todo…siglo de luz..siglo de santos en que el mundo conocido entonces se duplica por extension y la humanidad ve ante sus ojos atónitos abrírsele por delante horizontes infinitos nunca antes sospechados…..Si en ese siglo se llena España de facultades teológicas por doquier, en los púlpitos se predicaba teología, en los confesonarios se enseñaba teología, se escribían libros de teología, y sale tambien al teatro y se adentra en la poesía, y se empapa la mitad de la lírica de teología..Y aparece en el Quijote…y en el Romancero….y si floreció entonces la teología en todas sus ramas por una acuciante necesitad de información de la FE……¿Que diremos del mundo en que vivimos……con muchísimo mas caudal de habitantes…de técnica….de informática….de descubrimientos cósmicos…e infinidad de problemas morales de todos los tipos?

    Por eso, comentando a Carlos, no todo el mundo puede ser pintor…viendo una obra maestra…aunque yo quiera…No todo el mundo que habla de teología…puede ser teólogo…aunque lo diga y lo proclame….puesto que la teología es una ciencia del saber….que tiene su fisonomía propia y sus postulados…..que requiere años de estudio, experiencia y práctica…y reconocimiento…..No todo el mundo, aunque lo diga, puede ser teólogo católico…..puesto que la teología católica tiene su base en la tradición histórico-apostólica, oral y escrita, transmitida fielmente por el consenso del Pueblo de Dios, a traves de los siglos…..resguardada por la interacción de la razón y la fe…..por el magisterio de Jesucristo….delegado al núcleo de los 12….desde el comienzo…….

    Por eso la teología no puede ser simplemente un “ejercicio intelectual”……sino que tambien es “terapéutica”…puesto que ofrece y “anuncia” al mismo Cristo…que es “la salvación”….la única salvación del ser humano…..y es en El en quien va a parar todo el pensamiento humano…aunque no nos demos cuenta…..Cristo es en verdad la manifestación visible del Padre…a quien “nadie a visto”….Pero en Jesus de Nazaret tenemos pues lo tangible…..lo que nació en el tiempo….aun siendo el Hijo atemporal….pero El “hace” historia con nosotros los humanos…..
    ES el mismo Dios el que habla a traves de nosotros…en la teología…El quiso elegir esa manera..para que habláramos de su parte la verdad histórica que es el mismo Jesus….
    Gracias, Carlos, por tu artículo

    saludos cordials de Santiago Hernández

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