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Dios perdona

Carlos BarberáDesde siempre la teología ha sido una cuestión de especialistas. Un teólogo católico había de garantizar unos estudios y, en el caso de los profesores, recibir la venia docendi de la autoridad eclesiástica. Más aún: sus libros debían obtener el nihil obstat y el imprimatur de un obispo. Si se eludían todos estos filtros o se encallaba en ellos, la pena era la pérdida de la condición de teólogo católico o en ocasiones la excomunión.

Aunque la estructura y los principios se mantienen aún hoy día, las circunstancias han cambiado radicalmente. Hoy son muchos los que se interesan por la teología sin dedicarse a ella profesionalmente. Son muchos también los que han perdido el miedo a la autoridad o simplemente no cuentan con ella. La técnica ha puesto al alcance de todos transmitir mensajes, editar, publicar. Y por si fuera poco, han desaparecido los grandes teólogos.

El lado oscuro de esta situación es la simplificación de las cuestiones, la sustitución del estudio y el debate de problemas complejos por formulaciones brillantes o incisivas. Por calificarlo de algún modo, el populismo teológico, que en definitiva dice lo que los lectores quieren oír y que es a la vez proyección de los deseos de los autores.

Me doy cuenta de que algunas de estas objeciones pueden hacerse también a la teología tradicional. También ella llegaba a los creyentes en forma de píldoras, amañada para una fácil comprensión. Dios es uno y tres personas, en Jesús hay dos naturalezas… pero detrás de esas fórmulas había un largo trabajo de pensamiento, de discreción, de ideas debatidas.

No digo que aquellas formulaciones deban conservarse sólo por el hecho de ser venerables. Su lenguaje o sus presupuestos tenían muchas veces fecha de caducidad pero lo que ahora echo muchas veces de menos es el esfuerzo, la agudeza y la astucia necesarias para entrar en los intrincados caminos teológicos. Muchos atajos modernos no llevan sino a una teología arbitraria, en versión para niños.

Se me ha ocurrido todo este prólogo porque acabo de leer una de esas formulaciones en un extenso trabajo que ha corrido ahora por diversas webs. Dice así: “Creer en la vida eterna es lo mismo que creer en Dios, con otra formulación. Creer en Dios es lo mismo que hacerse uno con el misterio original, unirse mediante el amor con el milagro original, y por tanto, a la plenitud a la que pueda llegar en nosotros el amor. En una manera teónoma de pensar no es sólo el infierno el que debe desaparecer, sino también el purgatorio con sus espúreas derivaciones, pues cuando se habla de Dios, la palabra castigo carece absolutamente de sentido, pues el amor expulsa el temor al castigo”.

Como se ve, se está hablando del tema de la otra vida, de lo que antes se llamaban las postrimerías. No cabe duda de que se trata de un asunto incómodo. A la abundante utilización en homilías y ejercicios ha sucedido un silencio vergonzante. De estos temas ya no se suele hablar y si se hace es para proclamar una amnistía universal porque de un Dios bueno no se puede esperar sino el perdón. Del Dios justiciero y vengativo se ha pasado de un plumazo al Dios comprensivo y amoroso que ya no es, como antes era, “premiador de buenos y castigador de malos”.

Pero ¿y qué hacemos con los datos bíblicos? Aparentemente, arrumbar los que no cuadran con la tesis que se defiende porque estos nuevos teólogos se han aprendido bien lo de la exégesis histórico-crítica y la desmitificación. Pero no, hay que acudir a la Biblia, no hay otro camino. ¿Y con qué nos encontramos en ella? Digámoslo en algunas formulaciones breves.

Desde la primitiva confianza en la prosperidad del justo, protegido por Dios, el pueblo judío hace pronto la experiencia de lo contrario: “No, no hay congojas para (los injustos), su cuerpo está sano y rollizo; no comparten la pena de los hombres, no son atribulados como los demás mortales” (salmo 73). Sin embargo Dios tiene que hacer justicia, no puede abandonar en la desgracia a los que confían en él. Nace así el género apocalíptico. Habrá un último día en el que se dará la vuelta a lo injusto de la historia. Al final Dios será el vengador de los justos.

Jesús el judío participa de esa mentalidad, el género apocalíptico no le es extraño: al final de los tiempos los malvados recibirán un castigo eterno. Es la imagen del Juicio final en Mateo 25, el trasfondo de la parábola del rico Epulón, el final del trigo y la cizaña.

Sin embargo las palabras y los hechos de Jesús contradicen este marco apocalíptico. Dios no envió a su hijo al mundo para condenar al mundo sino que el mundo se salve por él (Jn 3, 17) Y está sobre todo el ruego final  de perdón para los verdugos: es que no saben lo que hacen.

Uno y otro panorama impiden una solución sencilla del estilo de lo que campeó hace tiempo en los coches españoles: todo el mundo es bueno. Todo el mundo tiene algo bueno y eso es lo que Dios salva al final.

Si es cierto que anuncia una salvación, la Biblia sabe de la posibilidad de la perdición y Jesús no es ajeno a esa certeza. Ya el salmo 1 conocía que hay dos caminos: uno conduce a la salvación, el otro a la perdición. ¿Va ser el mismo el destino de las víctimas que el de los verdugos?; el criminal o el explotador ¿van a salvarse sólo porque eran buenos con su amante o con su perro?

¿Conduce todo esto a la idea de un Dios vengador? No necesariamente. La oferta de Dios se hace a todo ser humano y va sostenida por su Espíritu. Quien la da cabida en su existencia entra por un camino que conduce a la vida, quien la rechaza se adentra en una senda que lleva a la muerte. “El precio del pecado es la muerte” (Rom 6, 23) Ese reino de muerte es la nada, no es una existencia en otro reino paralelo al reino de plenitud.

Cierto que todo esto, que debe analizarse con más cuidado, sobre todo lo que se refiere a la presencia de Dios en cada vida humana. Y ciertamente es una interpretación (como por otra parta toda teología) Pero creo que es más acorde a los datos bíblicos y más respetuosa con la imagen de Dios en Jesús. “Aun no se manifestado lo que seremos pero cuando se manifieste lo veremos tal cual es porque seremos semejantes a El” (1 Jn 3,2). “El Señor conoce el camino de los justos pero la senda de los malos perecerá” (Ps 1,6)

37 comentarios

  • Santiago

    Muchas gracias por vuestro interés  al tener la amabilidad de leerme…Siempre pienso en la paciencia de los que me leen, puesto, que fácilmente me extiendo demasiado., y  agradezco ese detalle, a pesar de la discrepancia…Sin embargo, procuro no dialogar “ad personam” sino acerca en la ideología..Admiro y respeto todas vuestras opiniones..Tampoco intento enseñar..”¿Quien soy yo para eso?” solamente deseo  exponer como yo concibo, estudio y y vivo lo que creo….como la mayoría de las personas que participamos por aquí…Creo que la fe es libre, un don que está al alcance de todos…y cada cual debe seguir el camino que considere el mas adecuado y en conciencia el que es mas correcto….Y si repito los temas, es porque tambien lo repiten los autores….hasta la saciedad.

    En cuanto al lenguaje, todos sabemos que evoluciona y cambia….Los valores y los principios son los que no cambian, por tanto, la verdad puede expresarse a traves de los siglos en modo diferente, usando las palabras apropiadas para la época sin que esencialmente cambie el sentido…..Por lo tanto, el Pueblo santo de Dios, consintiendo en la verdad de la fe de Jesus, preservó fielmente lo que los discípulos “oyeron, vieron, y palparon” en la vida de El, muriendo todos mártires confesando en esta verdad objetiva. No  fue necesario una grabación electrónica de las palabras ,y por ende, del pensamiento de Jesus….Los métodos rabínicos de entonces permitieron a los verdaderos “discípulos-talmid” de Jesus memorizar el KERYGMA primitivo. Ellos, los talmid, permanecían todo el “santo” día oyendo y viendo al Maestro para “grabar” en ellos TODA la doctrina de El, y para lograr imitarle a EL…Por eso, los exégetas serios y honestos consideran que, tomando en cuenta los géneros literarios y pnemotécnicos de la Palestina del siglo I, la catequesis oral, presenciada y corroborada por los “testigos” presenciales de la vida de Jesucristo que vivieron muchos de ellos hasta principios del siglo II, fue fielmente reproducida en su esencia en los 4 Evangelios y en los escritos epistolares neo-testamentarios…Fue este “consenso” sobre la verdad de la fe de Cristo, el “sensus fidelium”  de la Iglesia, el que preservó y transmitió la fe desde entonces, y tambien el que ELABORÓ la “regla de la fe”, el Credo apostólico, que sumarizaba todo lo “esencial” de la fe cristiana..que lo aprendimos de nuestros padres y de nuestros maestros. Despues lo que mandó Jesus fue llevado a la práctica: “enseñad a todas las gentes” en el
     magisterio “vivo” de la Iglesia, Pueblo de Dios….magisterio que se actualizó modernamente en el Vaticano II y que
     Francisco está poniendo mas al día, con su palabras y sus gestos que pertenecen a la Iglesia Universal, de la que todos formamos parte. Por eso, aunque no tuviéramos el testimonio de los “textos” precisos, la Iglesia continuaría
     predicando a Cristo..pues en ese carisma de Ella es donde está la verdad sobre El…El mensaje real sigue siendo predicado en “vivo”….

    Por otro lado, claro que ha habido muchas interpretaciones sobre la vida, las palabras y los hechos de Jesus de Nazaret a traves de la historia…Desde los judaizantes en el siglo I, siguiendo por los montanistas, pasando por Martin Lutero en la Edad Media, los jansenistas de Cornelio Jansenio, Obispo de Ypres, en 1640, en el siglo XIX Strauss y Baur, y llegando a los modernistas de estos últimos tiempos, todos ellos HAN intentado interpretar la fe cristiana libremente y fuera de la verdadera tradición. Sin embargo, esta exegesis carece de fundamento histórico y la interpretación del contenido de la fe se realiza en otra “clave”…que muchas veces cambia el sentido de la verdad cristiana….transformándola en otra “creencia”….diferente

    Mi punto era que el Evangelio llama por su nombre al mal, del que hay que apartarse a toda costa…..y menciona el bien como el camino correcto hacia la felicidad….No vale el leer el Evangelio en “otra” clave….puesto que la Escritura hay que leerla en el propio contexto del consenso de la tradición..De otra manera, carece del sentido verdadero…De la misma manera que yo no puedo “leer” y “estudiar” medicina en “clave” política, tampoco la Escritura puede “leerse” en otro contexto que no sea el de la tradición histórico-apostólica….

    La verdadera FE de la Iglesia está contenida en esos tres pilares: Escritura, regla de fe y enseñanza viva….Los textos correctamente interpretados iluminan completamente todo el panorama…La FE de la Iglesia se identifica en el consenso de los fieles…entonces LA PALABRA es trascendente….llega hasta nosotros en el siglo XXI y a leerla y re-leerla cobra cada vez mas vida…y mas luz……nos llega desde la mente al corazón…La PALABRA verdadera de Jesus es “camino, verdad y vida”..y sin duda LEVANTARÁ “del suelo a las personas mas doloridas de esta tierra”…puesto que esta ES  LA PALABRA de  salvación por la gracia de la FE….Esto es lo que transforma el dolor y lo hace llevadero, y nos da la esperanza del gozo verdadero en Cristo Jesús.

    Admiro vuestras intervenciones y la oportunidad que se me ofrece en la exposición de este tópico….

    Un saludo muy cordial   de Santiago Hernández
     

        

  • Dracir Abad

    Bien dicho, Pili. El lenguaje sí ha cambiado con los siglos y cada uno ha arrimado la brasa a su sardina sobre todo cuando ha tenido un poder inconstestable y la Iglesia ha pecado de eso aunque haya hecho el bien que después de todo es solo su obligación. Un abrazo cordial.

  • mª pilar

    Santiago, compañero de este cálido y entrañable Atrio.
     

    Puede darnos todas las clases que desee, afirmar y confirmar con textos lo que cree y predica.
     

    Por encima de todo, la realidad es la que es:
     

    Los textos escritos ¡Todos! no son la fotocopia auténtica,  palabra por palabra… de lo que Jesús nos dejó dicho y sobre todo ¡¡¡Vivido!!!
     

    Puede realzarlo una y otra vez, pero eso no cambiará la realidad, que todo estudioso de los royos-escritos  hallados, en otros idiomas, en otro tiempo; no lo hayan alterado en sus traducciones que son múltiples;  y cada grupo, iglesia, incluso persona con poder…:
     

    A puesto su santo y seña; por tanto; “nadie hace lo que quiere con los textos”, pero cada persona “madura” tiene su propia experiencia.
     
    Después de leer distintas editoriales, escuchado a distintos expertos/as, pude con toda libertad, interpretar lo que tiene delante de sus ojos, y lo contempla desde su corazón abierto y dócil al Mensaje… en mi caso, el de Jesús.
     

    Mi fe o seguimiento de Jesús, no se basa para nada en dogmas, normas siempre cambiantes; solo fijémonos en cuantos catecismos, para “enseñar” el Mensaje, han tenido las iglesias, y en cada uno de ellos, encontrará rasgos bien diferentes en su forma, fuerza, e inclinación.
     

    Cuando las personas… tienen otra experiencia de esa Presencia Superior… y,  si leyendo hasta la saciedad los textos evangélicos, tienen otra perspectiva o intuición, bienvenida sea.
     

    Cuando vemos, que para nada el texto queda forzado, manipulado, sino todo lo contrario; nos abre hacia una mirada distinta, esperanzadora como es el Mensaje de Jesús, cuando se le libera de todo añadido.
     

    Esas otras maneras de mirar, quizá, levanten del suelo a las personas más doloridas de esta tierra.

    mª pilar

  • Santiago

    NO HAY DUDA ninguna, queridos amigos, de que la misericordia de Jesus era -y es- infinita….Y claro está que la clase religiosa-política de entonces habia tergiversado el sentido de la ley y por ende el verdadero significado del amor del Padre…Pero en Jesus no hubo confusion alguna…su amor era por nosotros…los débiles….Su combate y su lucha denodada no fue contra el que cometía el delito o pecado sino contra el mal mismo que “denominamos”pecado…

    Por tanto, Jesus habló claro…No había El venido a destruir lo que la Ley de Dios significaba….sino que venía a interpretarla y restaurarle su verdadero sentido que era el amor por el que TODOS debemos caminar para llegar al Padre….puesto que nuestro bien y nuestra propia felicidad se identifica totalmente con el bien supremo que es Dios….Por tanto, a pesar de nuestras debilidades y flaquezas Jesus es el camino PARA el bien….EL es el sacramento y el remedio a nuestros condicionamientos y flaquezas…a nuestras dudas….debilidades….a nuestras desordenadas pasiones..que nos conducen al mal…¿Como podemos nosotros los seres humanos llegar a asesinar…a traicionar….a descuartizar…a incendiar…a destruir al que es nuestro hermano? ¿Cómo podemos concebir en nuestra mente el mal para destruir a nuestros semejantes que tienen nuestros mismos sentimientos, deseos, ilusiones, afectos, pensamientos? ¿Como podemos concebir hacer y llevar a cabo el mal por el mal?   Sin embargo, vemos que debido al abuso total o parcial de nuestra intrínseca libertad estos “crímenes” ya no se ven como algo “raro” o “extraordinario” en el mundo de hoy, sino que son “noticia” diaria…..Es ahí donde está el mayor problema de la humanidad actual…¿De que manera podemos frenar el avance y la infiltración del mal en  el mundo? ¿Como podríamos hacer una sociedad donde imperara la justicia y el amor con todos y para todos? A pesar de todos los siglos y de todas las guerras y de todas las luchas y de toda la técnica no parece que la humanidad haya aprendido por la  experiencia y que se dirija hacia un destino constructivo y equitativo,sino que nos sentimos, avalados por predicciones estadísticas, que existe una posibilidad real de nuestra propia  auto-destruccion humana en  una conflagración atómica mundial..

    Sin embargo, Cristo vino a indicarnos que el verdadero camino no era el de la guerra, ni de la violencia, ni el del odio
    ni el de la venganza…..PARA vencer al mundo es necesario llegar hasta el amor del Padre..que sostiene todas las cosas en EL….POR ESO dijo Jesus:

    “No he venido a abolir la Ley o a los profetas. No he venido a abolir, sino a perfeccionar. Porque en verdad os digo: antes pasarán el cielo y la tierra que pasen un iota o un ápice de la Ley sin que todo se cumpla. Por tanto, todo el que quebrantare uno de estos mandamientos, los mas pequeños y enseñare asi a los otros, será el mas pequeño en el
     Reino de los cielos; pero el que los cumpliere y enseñare,éste será grande en el Reino de los cielos” (Mt. 5,17-19)   

    PERO Jesus va mas profundo…deja al lado -no solo lo jurídico- sino la obra externa, y penetra en NUESTRAS intenciones y deseos:
    “Habéis oído que se dijo a los antiguos: NO MATARÁS…Pero yo os digo: todo el que se enfada con su herman
    o, será reo de condena. Y si dijera a su hermano “raca”, estúpido, responderá ante el sanedrín. Y quien le dijere necio, responderá con la gehenna del fuego.
    “Habéis oído que se dijo: NO ADULTERARÁS. Pero yo os digo : todo el que mira a una mujer con deseo de lujuria, ya ha adulterado en su corazón” (Mat. 5,23-27)
    “Y quien escandalizare a uno de estos pequeñuelos que creen en Mí, mas vale que le cuelguen una rueda de molino     y lo echen al mar. Y si te escandalizare tu mano,córtala, mas te vale entrar manco en la vida que no con las dos manos irte a la gehenna, al fuego eterno , donde “su gusano no muere y su fuego no se extingue” (Is,63,24) Y si tu pie te escandalizare, córtalo; mas te vale entrar cojo  en la vida que no con los dos pies ser arrojado en la gehenna..Y su tu ojo te escandalizara, sácalo, mas te vale con un ojo entrar en el reino de Dios, que no con los dos ojos ser arrojado en la gehenna…etc(Marcos 9, 42-48)

    No vale decir que estos textos son espúreos o falsos….Se encuentran como auténticos en todos los códices y no se puede negar su genuinidad. Forman parte, a pesar del lenguaje hiperbólico, propio de los semitas, del mensaje del Nuevo Testamento….Jesus no estaba perplejo ante el mal del mundo que le rodeaba….Estaba consciente que el mayor mal que existe en el mundo es la transgression voluntaria de la ley del amor de Dios. Esta ley  nos fue dada doblemente: por el testimonio de nuestra conciencia que nos conduce a hacer el bien y evitar el mal, aun en nuestra debilidad, ignorancia y flaqueza,….y por su propia Revelación desde la Creación del Cosmos hasta hoy y  cuya máxima
     expresion fue en Jesucristo que vino aclararnos en que consistía el verdadero camino hacia el Reino “hacia la vida”. Por eso, el mal no es relativo…porque constituye en grave disturbio del bien…que es hacia donde debemos dirigirnos…La misericordia de Dios es infinita….sin embargo, en este camino hacia el bien, somos nosotros los que tenemos que decidir…Siempre podemos aceptarla y caminar por la senda de los siguen la bondad de Jesus…o podemos sencillamente decir que no y apartarnos de El para siempre….Dios siempre toma la iniciativa…pero somos nosotros los que tenemos que elegir….

    Un saludo cordial de Santiago Hernández

  • Dracir Abad

    Pili alinea su comentario con la noción de misericordia señalando la naturaleza legalista o jurídica mezclada con la religiosa—lo mismo que hoy día a menudo reprochamos a los extremistas islamistas, añado yo—que la palabra pecado ha ido adquiriendo con el tiempo.
     
    Hoy día no es posible sostener que seamos ontológicamente libres de condicionamiento y mal-aprendizaje y por lo tanto siempre y completamente responsables de nuestros yerros, aunque quizás pueda decirse que seamos ontológicamente capaces de alcanzarla en alguna medida grande.
     
    Nada, nadie, puede reclamar tampoco la posesión absoluta de la verdad total. Nadie niega que exista pero sí que sea aprehensible. Menos por quien como el Cristianismo tiene una gran historia de bondad pero otra gran historia tan borrascosa, a menudo abominable, en la que todos/as somos igualmente pecadores/as.
     
    He aquí el fragmento de Pili: “Era una cuestión ¡Jurídica! Porque la  justicia era allí…político-religiosa. Habría que sacar de una vez la palabra pecado, del diccionario, y llamarlo transgresión a la ley o al respeto que cada persona merece consigo  mismo,  y con las demás personas. ¡Cómo cambia el significado, la profundidad, la hermosura de un texto, cuando se cambia una sola palabra!: ¡Pecado-pecador/a! Débiles en muchas ocasiones… ¡Somos todos y todas!” (sic).
     
    Solo con el ánimo de añadir una nota quizá innecesaria pero interesante añado la siguiente referencia del Diccionario Exegético del Nuevo Testamento a la palabra άμαρτία, (amartía) y sus derivados [Cf. H. Balz, G. Schneider, Salamanca, Sígueme, 1996, Tomo I, pp. 204-205, pero omito referencias del Tomo II. 651-654, 767-770 que se refieren a la palabra “deuda” y secundariamente a “pecado].
     
    “Copio del diccionario: “El término más usado con mucho, en el NT (y en la LXX) para designar al pecado es el de άμαρτία, (hamartía). Se emplea en 173 lugares (sin contar 2 Tesalonicenses 2, 3, de los que 48 se hallan en Romanos (42 en los capítulos 5-8), 25 en Hebreos, 17 en 1, Juan, 24 en los Sinópticos, de ellos 11 en Lucas, (+ 8 en Hechos); άμαρτημα (hamartēma, yerro, pecado) aparece solo 4 veces: Marco3, 28. 29; Romanos 3, 25; 1 Corintios 6, 18. Pablo (59 veces) y—de manera menos marcada—Juan (17 veces) sorprenden por el empleo de άμαρτία, (hamartía) en singular. άμαρτάνω (hamartanō, pecar) en 43 lugares, incluido Juan 8, 11, aparece con frecuencia en 1 Juan (10 veces), Romanos y 1 Corintios (7 veces en cada uno de estos escritos). άμαρτωλός (hamartōlos, pecaminoso, pecador) 47 veces, principalmente en los Sinópticos (29) destacando otra vez Lucas (18 veces) pero no en los Hechos.
     
     
    Esto es relevante porque muy señaladamente el Evangelio Marcos, el más antiguo y cercano a la predicación misma de Jesús, es el que menos la utiliza. En efecto. El uso legalista de la palabra “pecado” aumenta con el desarrollo de la predicación apostólica.

  • oscar varela

    Hola!
     
    ¡¡¡BIEN “PILI”, BIEN!!!
     
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Asun Poudereux

    Muchas gracias, Pili, por tu hermosa y profunda reflexión.
     ¡Qué lejos estamos de lo que somos realmente y que Jesús lo muestra de modo tan fácil y sencillo!. ¡Cuánto caemos y volvemos a caer en el juzgar y hacer justicia, la nuestra, la egoica! ¡Qué rencor guardamos bien venerado en nuestro corazón!
     
    El Amor vivido y sentido en las entrañas,  como eso que somos,  se ha visto  antes a sí mismo  y  reconocido  en el otro en todas, absolutamente todas,  sus debilidades y locuras: aprende a quererse y a aceptarse a sí mismo, para llegar a amarse a sí mismo como una persona completa, es decir,  en sombras y luces o luces y  sombras.
     
    Solo así abre las puertas al fondo de lo que realmente somos todos,  eso que se vive en la consciencia incluyente,  amor a toda la humanidad y al universo entero, sin crear juicios y discriminaciones desde la razón egoica del más fuerte, del que cree poseer privilegios ante lo que llamamos Dios y,  por supuesto, los hombres.
     
    Se rechaza del otro, lo que no queremos ver y rechazamos reconocer en nosotros. Y necesitamos escudarnos en una justicia divina que excluye y condena, que se esconde en lo peor del  ser humano, pues no es más que su propia sombra no reconocida.
     
    Un grande y cariñoso abrazo.

  • mª pilar

    Es bastante “peligroso” … Me refiero a la fijación de intentar  “arrasar” comentando la Escritura como Palabra absoluta.
     

    La Palabra, como la vida, tiene muchas lecturas; digo esto, porque  cuando se toca la hermosa parábola de la Adúltera, todo el lenguaje con que se la rodea, está muy lejos de cómo en realidad hablaría Jesús, si contemplamos como vivía y actuaba.
     

    Mi manera de mirarla, es más acorde con su manera de amar y vivir entre los suyos:
     
    ¿Por qué se acerco Jesús, ante tamaña barbarie e injusticia?
     

    Miremos la escena; una mujer en el suelo, a punto de ser apedreada… ¿por quién?

     
    Muchas personas por rabia, otras para esconder su responsabilidad ante el adulterio, pues este no existiría si no hubiera personas que lo utilizan para sus más bajas pasiones; otras, porque…
    ¿Dónde va la “gente”? ¡Donde va… cualquier exaltado/a!
     

    Nadie con un mínimo de juicio, haría tamaña barbaridad, sin escuchar a la condenada a semejante atrocidad.
     

    ¿De qué la tenía que perdonar Jesús? Él no era parte de ese problema ¿por qué lo hizo?
    Porque era de justicia hacerlo.
    ¿Le llamó pecadora? Él no sabía nada de su vida ¿por qué iba a tratarla así?
     

    Son sencillas preguntas, que personas maduras y justas,  tendríamos que hacernos, aunque la Escritura así nos lo cuente.
     

    ¿Por qué?
    Porque el tiempo y el leguaje y sus costumbres son de hace XXI siglos.
    ¿No es hora de revisar al menos el significado que de verdad contiene esa pequeña historia, como ejemplo de una mala solución a un serio problema que nos ha llegado hasta hoy?
     

    ¿Y si Jesús, desde su inmenso corazón lleno de amor, misericordia, ternura, justicia… se acerco para poner los puntos sobre las íes, y hacer pensar a los allí presentes, que ella sola… ¡no podía realizar aquel acto! hasta hoy injusto?
     

    Por el desprecio que en su uso conlleva, y la degradación de ambas partes.
     

    ¿Y si Jesús, lo que hizo es, hacerles pensar, recapacitar, ver… el castigo terrible,  para solo una parte, en aquel tremendo problema, igual que lo sigue siendo hoy?
     

    ¿Por qué iba a llamarla “pecadora”?
     

    Todo lo miramos como pecado, cuando es verdaderamente una lacra de la humanidad, que a ambas partes degrada, por las tremendas consecuencias que estos actos conllevan, mucho más grandes que un pecado.
     

    Nos encanta condenar, “empecatar”, absolver, prometer el perdón a cambio de…etc.
     

    ¿Y si Jesús, lo que de verdad hizo es:
    ¡¡¡Salvarle la vida… humana!!!?
     
    Hacerles  pensar, que nuestros actos, realizados  libremente (o ayudados por una mala información-formación) llevamos a cabo, ¡siempre! tienen consecuencias, y en algunos casos;
    ¡¡¡tremendas!!!
     

    ¿Y si lo que de verdad le dijo:
     

    ¡Ánimo, adelante!
    Esta vez saldrá bien, quizá no se vuelva a repetir… te ofrezco otra manera de vivir, de ser libre, de… anda y:
     
    ¡Vete en paz, tu vida tiene mucho más valor!
     

    Nada le pidió a cambio; y a los presentes,   les hizo pensar y verse en ese pensamiento reflejada,  la responsabilidad de sus actos.
     

    ¿Cuántos culpables había presentes, que poco a poco, empezando por los más viejos, fueron dejando caer las piedras… y respetaron su vida, porque no era la única responsable de aquella acusación…?
     

    Era una cuestión ¡Jurídica! Porque la  justicia era allí … político-religiosa.
     

    Habría que sacar de una vez la palabra pecado, del diccionario, y llamarlo transgresión a la ley o al respeto que cada persona merece consigo  mismo,  y con las demás personas.
     

    ¡Cómo cambia el significado, la profundidad, la hermosura de un texto, cuando se cambia una sola palabra!:
     

    ¡Pecado-pecador/a!
     
    Débiles en muchas ocasiones…¡Somos todos y todas!
    mª pilar

  • Santiago

    ES PUES LA TRASCENDENCIA del amor lo mas importante….La podemos ver ascendentemente puesto que el “reino de Dios” está dentro de nosotros mismos….Y asi en la canonización de la vida “ordinaria” de Teresa de Lisieux la Iglesia nos mostró el nuevo camino moderno, ascendente y trascendente, donde ella no se vio reflejada en ningun modelo de cristianismo, o mejor dicho, quiso -como ella misma cuenta- reflejarse en todos, pues hubiera querido ser misionera, apóstol, profeta, sacerdote, apóstol, martir al mismo tiempo….Sin embargo, llegó a la conclusion que encontrando el amor y apoyándo su voluntad férrea en el, lo había encontrado todo….”así lo sere todo”, dijo…Entonces, por fin, había encontrado -dentro del Pueblo de Dios- su vocación…su vocación era el amor…

    Por eso el bien es tambien nuestra vocación, no solamente la de Teresa…Eso es lo que expresó Jesus no condenando a la adúltera, y perdonándola….y diciéndole “anda, y desde ahora NO vuelvas a pecar”….Este amor incondicional de Dios se vuelca en el pecador arrepentido…en el que tiene intención de seguir el camino del bien…en el que lucha por enderezar su camino hacia el amor, consciente o inconscientemente, por lo que nos rodea…por el Dios invisible…y por el prójimo visible..por eso Jesus le dice “no vuelvas a pecar” es decir no te apartes del camino del verdadero amor que es el que te lleva hacia esa trascendencia que anhelas…..
    Por eso el amor y la misericordia no son distintas de la justicia….no entendida ésta como venganza….sino como parte del bien que Dios ha generado en todo el Universo por el amor que ejerció al traernos a la existencia y con ella a todo el Cosmos…Propio es de Dios, pues, dar a cada cosa su verdadero sentido y su verdadero bien….Es propio de Dios perdonar….pero tampoco es justo que se salve el que no desea el amor de Dios…el que ha perseverado en el mal..el
     que ha mentido hasta el final…el que se ha reído de todo…sobre todo de los que han perseverado en el bien….El que
     viendo la luz claramente se ha hecho ciego por propia voluntad…en este ciego, pues, “el mal permanence”…su
     voluntad ha seguido otro camino….no la vocación de la santidad -a la que de una u otra manera, mal que bien-, todos
     estamos llamados, aunque sea remotamente.

    Dado que la fuerzas humanas, al entrar el “mal” en el mundo,( cosa que hoy se ve muy visiblemente en los medios honestos de comunicación,) NO pudieron superar a este flagelo MORAL, fue necesario pues que el AMOR se desbordara y llegara hasta la locura de la trascendencia, haciéndose visible en Jesus de Nazaret….El viene no solamente a enseñarnos un camino…sino a destruir el mal..y por ende la muerte…y a darnos lo que necesitamos para la salvacion eterna que es nuestra verdadera vida….El triunfo del bien pues solamente será completo al final….Al final de nuestra jornada….Entonces veremos claramente que toda nuestra vida tuvo en sentido y un propósito…y todos los acontecimientos estuvieron dirigidos a nuestro bien, hasta los que nos parecieron grandes males….Por eso es en la cruz, en la aceptacion voluntaria del dolor, ES de donde brota la vida….pues fue en la CRUZ de Cristo donde el amor, sabiendo El que había llegado “su hora”,….. llegó….. hasta “el extremo”….

    Un saludo  de Santiago Hernández   

     

  • Dracir Abad

    Dividí mi comentario porque al añadir citas y definiciones se hizo demasiado largo y pido disculpas por ello. (II)

    El Diccionario Exegético del Nuevo Testamento, (H. Balz and G. Schneider, Salamanca, Sígueme, 1998 Tomo I, 544-549; Tomo II, 1934; 2049-2051). Establece que los términos más próximos traducibles como una forma de perdonar son άφίημι (aphiēmi) que significa “hacer ir”, dejar ir, permitir, soltar, perdonar, ӑφεσις, εως, ή (aphesis) que significa remisión, liberación, perdón; siempre condicionado su uso por el empleo griego no bíblico del término que tiene numerosos matices: Arrojar fuera, desechar, hasta dejar libre, dejar a merced de alguien, permitir, tanto en sentido propio como figurado. Se halla atestiguado también frecuentemente el uso jurídico del término άφίημι (aphiēmi) que significa librar a alguien de una relación jurídica, trátese del desempeño de un cargo, del vínculo conyugal, de un arresto, de una deuda o de un castigo. Pero el diccionario verifica que nunca aparezca en sentido religioso.
     
    El AT perdonar refiere a la respuesta de Dios a la petición de perdón y que la misma sea concedida en el contexto de su Justicia-Misericordia.
     
    En ese sentido Walter Kasper en su “La Misericordia, clave del evangelio y de la vida cristiana” (Santander, Sal Terrae, 2012, sobre todo pp. 54-55), solo Dios puede perdonar y la Misericordia fuera precisamente la forma de su sentencia conclusiva.  
     
    Los exégetas parecen estar de acuerdo en que en el Nuevo Testamento las menciones de perdón de pecados por parte de Jesús tengan la función de proclamar su divinidad. El texto clave de Mateo 18, 18-20 no se aparta demasiado de esa línea. Lo transcribo en parte utilizando el Nuevo Testamento en traducción de Juan Mateos y Luis. A. Schökel: “Os lo digo otra vez: Si dos de vosotros llegan a un acuerdo aquí en la tierra acerca de cualquier asunto por el que hayan pedido, surtirá su efecto por obra de mi Padre del cielo, pues donde están dos o tres reunidos apelando a mí, allí en medio de ellos, estoy yo.” (Énfasis añadido) Este texto está a continuación del texto sobre la reconciliación en Mateo 18, 15-17.         
     
    Si interpreto correctamente a Asun, coincido en que el perdón (al menos yo hablo en el sentido bíblico y clínico) como medio de que el/la ofendido/a cause la liberación solo puede impedirlo el orgullo (o el “falso ego”) del ofendido/a. Éste/a no está obligado a reconciliarse y solo él/ella tiene el poder de liberarse a sí mismo/a y secundariamente dejar ir a su ofensor/a, lo mismo si éste/a se arrepiente o no.
     
    En la misma línea pudiera razonablemente argüirse que quien sea ofendido una segunda vez por la misma persona y en la misma materia tenga, en alguna medida, una proporción de responsabilidad como cómplice de su propia victimización. 
     

  • Dracir Abad

    Solo con el ánimo de lateralmente añadir alguna cosilla me atrevo a comentar lo siguiente. (I)

    La noción de “divinidad” en el Cristianismo hunde sus raíces en la noción hebrea de Dios y por lo tanto en sus variantes. El monoteísmo hebreo no tiene una historia simple y llana. En efecto son muchas las ocasiones en las que en la propia Biblia se habla de diversidad de dioses en los pueblos vecinos y aún en Israel y Jesús mismo, según le atribuyen los evangelios acusó a sus paisanos de ser idólatras en más de una ocasión.
     
    El caso más conocido de una deidad israelita a la cima del panteón hebreo probablemente sea el de  Asherah que fuera considerada cónyuge o consorte del Dios “único” de Israel pero merecedora de culto ella misma (Cf. Mark S. Smith, en su “The Origins of Biblical Monotheism, Israel polytheistic background and the Ugaritic Texts”, lo trata ampliamente (Cf. Oxford, Oxford University Press, 2001, pp. 47-49, 55, 73-74, 90, 141, 172-173, 176, 237, nota al pie 42). Y no es el único caso ni en Israel ni entre los pueblos circundantes.
     
    El llamado politeísmo en realidad significa no que hubiera muchos dioses competiendo entre sí, sino que diversos pueblos prefirieran cada uno su respectiva deidad suprema lo cual era compatible con que otros pueblos tuvieran otras deidades supremas. La identidad del Dios supremo y único de Israel es tardía y resultante de un desarrollo que los exégetas consideran progresivo y en el cual se puedan distinguir hitos o etapas. Modernamente no vivimos en un mundo libre de idolatrías competitivas con el Dios Cristiano.
     
    Esto es relevante porque a la hora de comprender el concepto de que Dios perdone es bueno recordar que la propia noción de Dios que el pueblo de Israel desarrolló tiene componentes sincréticos y que la noción de perdón como acción interpersonal también es fruto de una evolución lejana de nada escrito en piedra desde el principio.
     
    The Complete Word Study Old Testament, Warren Baker, Ed., Tennessee, AMG Publishers, 1994, (n. 5545), reconoce que solamente en Éxodo 34,9 aparece la expresión  ἀφελεῖς σὺ (Sy ápheleis) en la súplica de Moisés para que Dios remueva los pecados de Israel, y establece que en ninguna otra cita de los LXX aparece una palabra específica que signifique perdón o perdonar.
     

  • mª pilar

    Un abrazo entrañable, fuerte, complice a María Pilar Zugarramurdi.
     
    Porque me siento muy entroncada con su manera de sentir, mirar, vivir la vida.
     
     
    ¡Gracias por haberlo compartido con quienes participamos esta casa ques Atrio!
     
    Y vuelve por favor, personalmente me das vida. ¡Gracias de nuevo!
    mª pilar

  • mª pilar

    Estudiar teología, ni quiere decir, que se tiene un conocimiento de Dios “especial”,  sobre todo cuando se estudia para intentar comprender el entramado de las religiones.
     

    El problema es, que se nos llena la boca hablando de “dios” cuando nada sabemos de Él, y deberíamos ser muy “verdaderos” ante nuestras manifestaciones.
     

    Una cosa es, que me interese defender lo aprendido allá donde esté… y otra muy distinta es poner sobre la mesa, que esa es la única verdad y que fuera de ella no hay salvación.
     

    Los años van pasando, y cuando la persona mira la vida con atención; todo lo que ha estudiado, aprendido, escuchado durante gran parte de su vida; se va desnudando de todo adorno, porque descubre, que las verdades son diferentes dependiendo de quién te las cuente.
     

    Solo desde la vida personal, y mirando de verdad la vida de quienes pasan a nuestro lado, la verdad, comienza a tener otro “color-valor-fuerza” y se empieza a comprender, que la verdad, tiene que manar desde la misma entraña de cada cual, haya aprendido o estudiado lo que quiera que sea.
     

    Solo hay una forma de comprender “la verdad”…
     
    Desde la propia experiencia vivida con todo nuestro ser, fuerza, capacidad, y realidad.

    El ser humano, en todas las partes de este mundo, tiene sensaciones de:
    “Algo-Alguien” mayor, superior”


    Parte de esos seres, caminarán en su búsqueda, otros, harán de su capa su sayo; pero al final, lo más importantes es, que estemos donde estemos, creamos lo que creamos, si no somos capaces de aunar  nuestras vidas, nunca llegaremos a un final donde el ser humano pueda conseguir según sus capacidades una madurez humana plena.
     

    Ahí ¡sí! Podremos encontrarnos,  porque habremos sido capaces de hacer un mundo mejor aquí y ahora… el después… sea lo que fuere… se nos dará por añadidura y colofón de una vida plena acorde con el fin de todo lo creado.
    mª pilar

  • Asun Poudereux

    Lo interno en nosotros y lo externo a nosotros no es nada separado, la luz  penetra todo y lo integra sin exclusiones,  en despliegue continuo. En todo el universo.
     
    Nuestra mente hace clasificaciones y análisis de lo que ella misma imagina y construye. Pero somos más que ella, y aunque no seamos conscientes de eso que somos, eso lo abraza todo, es decir, también  los remilgos y costuras mentales, miedos e inseguridades. La Consciencia, sin dejar nada ni nadie fuera, despliega un sinfín de posibilidades y probabilidades inimaginables en profundidad y amplitud.
     
    Cuando el ser humano  se vive desde y en la Consciencia inabarcable compartida por todos,  es coherente con eso que sabe y experimenta en él,  viéndose y reconociéndose en el otro, en la vida que compartimos y  la que hace todo posible,  como el nacer y el morir sin serlo. “El que pierde su vida (pues no se identifica con el ego o imagen  que cree ser y le  domina con sus deseos) se salvará” (se libera de él y vive en confianza y  plenitud el aquí y el ahora. Y ya nada importa desde  el ego.
     
    Es el ego de la persona el que cree que nace y muere y de ahí sus temores y deseos de dominación y control. Jesús, espejo de lo que es y somos,  lo ve claro y se esfuerza y nos muestra en palabras y hechos cómo vivir ya con plenitud el amor,  eso que somos realmente, que no nace ni muere,  sino que permanece y compartimos en la Unidad  de todo lo diverso.
     
    Dejar morir el  ego, como Jesús,   para poder vivirse desde eso, de modo consciente y coherente, dejándolo que sea, a pesar de las múltiples dificultades y obstáculos intrapersonales e interpersonales, que van surgiendo en el día a día y que la mayor parte de las veces nacen en el ego  y mueren  afortunadamente al instante, al cesar la identificación con él.

    Os agradezco un montón a todos, el estar aquí,  especialmente a María Pilar Z., y no me preguntes por qué. 

  • Román Díaz Ayala

    Una  persona ciega no conoce la luz,
    pero puede encontrar otro tipo de luz en su interior
    que ilumina su vida.
    Y el Sol la sonríe amoroso,
    y le da calor.

  • María Pilar Zugarramurdi

    Gracias Óscar por tus comentarios a mi escrito y muy de acuerdo a que debemos consensuar las diferentes visiones, yendo hacia las más abarcadoras.
    Por supuesto de eso se trata. Lo que intento es subrayar que nos conviene bajarnos de eso “sobrenatural” a lo natural, a esa vida que Dios nos ha dado a tod@s y con el equipo completo. La vida tiene sentido durante y después de la muerte  y que ese sentido nos exige relativizar y hasta despegarnos  de tantas creencias infantiles que nos metieron hasta lo tuétanos, diciéndonos, además, que el sufrimiento es redentor, como el de Jesús. No hemos aprendido a vivir maravillad@s de que al sembrar un frijol, nos nacen cientos de frijoles. Y que esos frijoles, el sol, la lluvia, el aire es para tod@s y además vienen sin factura.
    Por qué pensamos tan poco en estas maravillas que aquí vivimos? Y cuando nos toca sufrir, creemos, como nos lo han predicado, que el sufrimiento es redentor, como el de Jesús y no nos dedicamos a construir esa felicidad y vida en abundancia en mi y en los demás, si tantas veces nos dijo Jesús FELICES, BIENAVENTURADOS…y creo que nos dijo para que lo vivamos aquí en esta tierra, verdaderamente conmocionados de tantos regalos y no tanto por cobrarlos en el cielo
    Hace cerca de un mes, se nos murió una hermana que yo la quería muchísimo y que me hizo mucho bien sólo con constatar en la vida diaria, lo auténtica, lo transparente, lo sana y lo buena que era. Hace 12 años le dio un altzheimer y más tarde varios ictus o ACV que la dejaron encamada. Yo la cuidé sin casi reemplazo y el día que murió, que yo pensaba que me iba afectar muchísimo, me entró una paz, una serenidad y hasta se me fue el inactivismo en el que me había sumido, por estar concentrada en ella. Yo no la lloré, la siento cerca y para siempre. Esta experiencia la he vivido cuando se me murió  nuestra madre y he escuchado a otros , esta misma experiencia. Para mi esta es otra forma de transcendencia. Chávez ha transcendido con su legado y otros muchos también con sus aportes a la humanidad. No digamos la transcendencia que se ha dado en  Jesús, a pesar de que sus representantes de más rango le hayan fallado tanto o más que Pedro.
    Creo que también hay otros tipos de transcendencia, que perduran, porque han dejado vida para los demás.
    Perdonen lo largo, menos mal que escribo pocas veces. Con gusto y agradecimiento
    MariPilar Zugarramurdi MJ
     

  • Isidoro García

    Amigo Román:  Yo entiendo la teología, única y exclusivamente, como un intento de llegar a saber dónde estamos en el Universo y qué hacemos en este mundo, (además de lo obvio de comer, beber y lo demás).
     
    Porque es trascendental saberlo porque todo cambia en función de la conclusión a que lleguemos. Si pensamos que hemos venido a este mundo a cumplir unos mandamientos que un “Señor”, (que nos habría creado explícitamente), nos ha impuesto, entonces, si no los cumplimos, “pecamos”, y “desobecemos” y nos merecemos un castigo por haber sido “malos”, y entonces será un tema de interés saber, que reacción tendrá con nosotros, ese “Señor”, cuando nos muramos: ¿nos castigará, o nos perdonará?.
     
    Ahora bien, si llegamos a la conclusión de que nuestro objetivo, además de vivir nuestros días, es el de contribuir a la evolución de la especie en otra más perfeccionada, entonces, lo del “pecado”, lo comprenderemos como “errores de comportamiento”, ya por enfermedad o disfunción psicológica, y/o por la asunción de unos errores cognitivos que nos llevan a una mala praxis.
     
    Entonces todo cambia de forma absoluta. Jesús no habría venido para salvarnos de nada, sino para enseñarnos, y de esa forma contribuir a que la especie, (su especie: él es un hombre más, aunque el mejor), aprenda y transite este doloroso proceso de evolución y mejora. Por eso según mi opinión, Jesús no murió en la Cruz para “redimirnos”, sino como acto solidario con el sufrimiento y la agonía del resto de sus congéneres: todos nosotros. Fue un bonito detalle: Yo, que soy el más perfecto de vosotros, soy como vosotros, y me solidarizo con vosotros sufriendo como vosotros.
     
    Mi opinión, y la de muchos, es que este planteamiento es el moderno, el del futuro, el que se ajusta más a los conocimientos que la ciencia de la psicología del comportamiento nos ha proporcionado. Y que el planteamiento tradicional es el del pasado y que ya no es aceptado, (muchas veces intuitivamente) por la gente de hoy día, y menos aún del futuro.
     
    Con el mayor respeto hacia todo el mundo, nosotros aquí que si galgos que si podencos, que si pueden comulgar los separados y los homosexuales, que si se casan los curas o no, y con nimiedades de ese tipo, respirando la naftalina del aire de Trento, (siglo XVI), y mientras, en el hilo que nos ha traído Oscar, vemos que la evolución del mundo, y de nosotros sus habitantes, es imparable, y amenaza con atropellarnos como no nos incorporemos a él.
     
     

  • Román Díaz Ayala

    No puedo objetar nada a la cita que me hace Isidoro, porque una vez pronunciadas unas palabras el contenido ya pertenece a quienes  la reciben y pasan a ser ” sus dueños”.
    Pero,¿por qué comprendo y acepto que Dios perdona?,
    Decimos que Dios nos salva porque nos ama, y digo que es verdad de acuerdo con mi experiencia. Dios es un Dios Salvador.
    Decimos que Dios perdona, porque la justificación es por el pecado – Dios justifica la culpa por el pecado.
    Justificado por la fe en Dios-que-me-salva-en-Jesús me encuentro en paz para con Dios.
    El “yo no te condeno” de Jesús viene a  destruir nuestra idea de un Dios arbitrario (justiciero) y su “vete en paz” es una muestra de su amor.
     
    Se pueden hacer muchas teologías, pero aquello que se hace dentro de una correcta relación con Dios ( de amistad y trato mutuo) no tiene la necesidad de llamarse “teología”. porque hay mucho de verdad (experiencial) cuando uno se siente visitado por Dios.
    Zaqueo  fue visitado y regaló la mitad de sus bienes a los pobres y se comprometió a tener una correcta relación con estos mismos pobres., porque es garantía necesaria para una correcta relación con Jesús en el amor. y cuando amamos de verdad hacemos entrega de la llave de nuestra vida, la de la conciencia, para que el amor sea algo auténtico y fiable, el don de uno mismo.

  • Isidoro García

    Ultimamente, estoy viendo varias huellas de Oscar, convergentes, en una idea: la de que actualmente cada uno mantiene su cosmovisión y su “teología”, y que tenemos que hacer una convergencia hacia una común. A Pilar Z. le dice “busquemos de consensuar (una cosmovisión) por-hacia la más abarcadora”, y a Román “empezaríamos a entendernos si y mientras construimos “nuestro Dios””.
     
    Y no puedo estar mas de acuerdo. Ultimamente, quizás por “casualidad”, (con “comillas” o quizás sin comillas), he leído algo del teólogo Tillich, (del que había oído el nombre, pero poco más sabía). Fue contemporáneo de Teilhard, y parece ser que diez días antes de morir en 1965, dio una conferencia profética, en la que expuso su último legado, su última gran “intuición”, (o quizás fue una revelación): la necesidad de buscar y encontrar una religión universal, (a la que denominó como “del Espíritu Concreto”) en la que convergieran todas.
     
    (Por cierto que leí que una psicóloga transpersonal, Ellen Luke, opinaba que poco antes de morir, muchos buscadores de la verdad, encontraban esa iluminación final que tanto habían estado buscando).  (Aún a riesgo de resultar un poco pesado, os adjunto parte de mis reflexiones sobre un artículo sobre el tema del teólogo argentino Alberto F. Roldán).  (Las cursivas es lo de Roldán).

    “Tillich intuye que para que se realice la Religión del Espíritu Concreto será necesario que la estructura del pensamiento religioso se desarrolle en relación con otra perspectiva que comporte una manifestación diferente y fragmentaria de la teonomía, o sea, de la Religión del Espíritu Concreto”.

    Claramente esta perspectiva en la que se manifestará la “teonomía”, (o lo que es lo mismo: las Leyes Generales del Universo), podría ser el evolucionismo teilhardiano, en el que se integra el plan “divino”, dentro de la dinámica general del Universo. “Tillich vislumbra en el horizonte la posibilidad de un progreso en el mundo de las religiones que permita arribar a una cultura imbuida de presencia de lo divino”. Esta presencia de lo “divino”, se traduciría en algún sentido, en una tendencia de la historia a progresar hacia una culminación o triunfo final de la humanidad, encabezada y dirigida por el Cristo victorioso.

    ¿Por qué Tillich define esa futura religión universal, con esas palabras concretas: “Religión del Espíritu Concreto”?. Dice Roldán que “se trata sólo de cierta intuición o hipótesis por parte de Tillich que no alcanza a desarrollar plenamente, y no se encuentra en el desarrollo del tema una especificación más amplia a lo que quiere designar con esa nomenclatura. El lenguaje, sin embargo, parece ser un eco de la filosofía hegeliana que postula al Espíritu como la realidad última y que distingue entre el Espíritu subjetivo, el Espíritu objetivo y el Espíritu absoluto. Hablar de “Espíritu concreto”, como lo hace Tillich, pareciera acercarlo al lenguaje de Hegel, aunque no totalmente. Quizás el eco más fuerte o el paralelismo podría ser con el “Espíritu objetivo””.

    Quizás esa Religión universal del Espíritu Concreto (= objetivo), tenga incorporadas de una forma muy clara, en su práctica experiencial mística y en su simbología gnóstica, la existencia real y concreta, (contante y sonante, casi diríamos que “tangible” y “constatable”), de un Mundo Espiritual, que se trataría de una organización muy real, (aunque de una realidad de una naturaleza que hoy podemos imaginar pero no conocemos, pero en el futuro sí se conocerá), que se encargaría de la dirección y control de ese proceso dinámico-histórico de la humanidad hacia la construcción total del “Reino”.


    “Las religiones, cuyo lenguaje es primordialmente simbólico, están llamadas a profundizar sus relaciones hasta corporizarse, acaso algún día, en esa religión de alcance universal. En este proceso, la teología de las religiones está llamada a formular las experiencias básicas universalmente válidas tendiendo a ese telos (objetivo hacia el que nos dirigimos), que se logrará al fin de la historia o acaso, luego de ella. De todos modos, el largo camino a transitar debe bucear en las profundidades de toda religión concreta y ser apertura hacia la libertad espiritual”.
     
     

  • oscar varela

    Hola Vasquita-venezolana!
     
    Te leo largo:
    – “entramos o quizás no salimos del Dios de la vida, sino para producir nuevas vidas.


    Lo que sí perdemos es el YO que tanto trabajo nos da en la vida y entramos en el NOSOTROS , que es todo lo que nos pide Dios en la vida, pero por ser seres en construcción, es decir, no terminados, como pueden ser los animales y  vegetales, al morir llegamos  al llegadero como personas concretas,  es otra forma de vida, entramos en la dinámica evolutiva de la creación.


    Dios no se desentiende de noso@s.


    Una cosa muy buena que Dios inventó para no desanimarnos al morir, es que no vamos a ser conscientes y por lo tanto, no habrá desilusiones sobre nuestra transcendencia, ni preguntaremos por el cielo ( claro que después de la parábola del Hijo Pródigo no podemos ni sospechar de la existencia del infierno ) seguiremos viviendo en Dios y continuando la vida de Dios.


    Esto no requiere de Teología, sino de los sentidos que Dios nos regaló para hacer la lectura de su Palabra con nuestra capacidad humana y el uso de los sentidos para la contemplación y la reflexión“-
    ……………………

    Y luego de leerte pienso que has hecho TU TEOLOGÍA (con eso de Dios y Dios y trascendencias y …)

    Y no solo TEOLOGÍA, sino ANTROPOLOGÍA (con eso de las evoluciones, y Pachamamas, y otras formas de vida, …)

    ¿no te parece?

    Gracias por comunicármela.

    Permíteme tener la mía; o cada cual la suya ¿quieres?
    Y busquemos de consensuar por-hacia la más abarcadora ¿Ok?

    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • María Pilar Zugarramurdi

    Yo no he estudiado teología y aunque parezca algo pretenciosa, afirmo que estoy encantada de no haber estudiado esa materia, ni ser especialista de la Sagrada escritura. Pienso que muchos enredos vienen de querer encaramarse hasta donde no se puede llegar. Varias veces he afirmado que la teología me parece la ciencia más deshonesta, porque se quiere con ella hacer más inteligible o cercana la  ciencia de Dios, que es un misterio, tanto para el que se quemó las pestañas estudiando, como el que apenas sabe el catecismo
    Si S. Juan nos dice que Dios es amor, ?acaso al amor le podemos considerar como una persona? Y eso es una de las cosas que primero nos dice la teología: tres personas divinas y un sólo Dios verdadero. Y a cada  rato, decimos: Señor, Señor, Señor… Es decir una persona divina con carácter humano y además varón  y con un rango alto, para que represente los valores mundanos de nuestros standares de aprecio  y que quede bien recalcado.
    Hasta pienso que la Bíblia , puesto el AT al lado del Nuevo T. es otra barbaridad. No es que desconozca el valor de algunas partes del AT, pero si en el NT Jesús, tantas veces, recriminó a los sacerdotes y al templo,  y hasta se saltó la ley, como en el caso de la adúltera y en otros muchos casos también, y sólo quería adoradores en espíritu y en verdad y no templos ni sacerdotes, puesto que eso era del AT, ? cómo ponemos esos dos libros como palabra de Dios?  Acaso no fue Jesús un auténtico revolucionario, en el sentido más propio de la palabra?
    Respeto al cielo y al infierno, que en casi todos los atrieros pareciera que lo manejan como algo cierto, aunque también misterioso, pienso, que es por la falta de hacer la otra lectura de la Palabra de Dios  que es la naturaleza, la vida, que no es palabra escrita  por personas humanas, sino palabra revelada a los sencillos, realizada, trabajada, mostrada para todas y todos, sin necesidad de saber ni haber leído la Biblia
    Disculpen mi atrevimiento en argumentar o basar mi teoría sobre nuestra transcendencia, fuera de la bíblia, aunque nuestra Iglesia Católica nos decía al imponernos la ceniza los miércoles, a comienzo de la Cuaresma : polvo eres y en polvo de convertirás. Yo digo: Tierra somos y en tierra nos convertiremos. Pero no como si llegáramos a la nada, sino que la Pachamama de los indígenas   y la Amalur de  los vascos, que según parece, somos los últimos indígenas de Europa, consideran a la tierra como una madre paridora de vida, es decir que con los restos de nuestro cuerpo, hace una transformación bioquímica, de modo que entran en en el ciclo evolutivo produciendo nuevas vidas. Toda la tierra negra tan fértil está formada por muertos vegetales, animales y humanos. Es decir,  entramos o quizás no salimos del Dios de la vida, sino para producir nuevas vidas. Lo que sí perdemos es el YO que tanto trabajo nos da en la vida y entramos en el NOSOTROS , que es todo lo que nos pide Dios en la vida, pero por ser seres en construcción, es decir, no terminados, como pueden ser los animales y  vegetales, al morir llegamos  al llegadero como personas concretas,  es otra forma de vida, entramos en la dinámica evolutiva de la creación. Dios no se desentiende de noso@s. Una cosa muy buena que Dios inventó para no desanimarnos al morir, es que no vamos a ser conscientes y por lo tanto, no habrá desilusiones sobre nuestra transcendencia, ni preguntaremos por el cielo ( claro que después de la parábola del Hijo Pródigo no podemos ni sospechar de la existencia del infierno ) seguiremos viviendo en Dios y continuando la vida de Dios. Esto no requiere de Teología, sino de los sentidos que Dios nos regaló para hacer la lectura de su Palabra con nuestra capacidad humana y el uso de los sentidos para la contemplación y la reflexión
    MariPilar Zugarramurdi ,      Misionera de Jesús en Venezuela
     

  • Asun Poudereux

    Es el ser humano,  el que ha ideado la justicia para defender al que ha sido víctima de abuso, y hasta del honor,  lo cual es interpretado de muy diferentes formas según las culturas y las épocas,  sufriendo la peor parte el más débil, como por ejemplo la mujer, antes y aún ahora, haciéndose excepcional  la práctica del perdón.  La justicia se ha convertido también en el ejercicio del derecho del  más fuerte,  llegando hasta el recurso de la guerra o al enfrentamiento  más cruel en venganza para resarcirse y cobrarse,  lo que desde el ego es calificado de justo y necesario.
     
    El que  no sabe ni puede perdonar es el ego,  entidad mental  caviladora  y controladora que no puede evitar  hacer de lo que llamamos el misterio de Dios un “tribunal de cuentas”.  
     
    En el Amor que habita al ser humano no hay exclusión ni separación,  a pesar de las múltiples diferencias en comportamientos sumidos en la ignorancia, principalmente, y en los diversos miedos e inseguridades que la mente egoica  imagina y construye, compulsivamente, en cuanto se  escabulle del  corazón  de  Lo Que Es.
     
    Lo Que Es  es  Amor que nada ni nadie excluye,  eso que todo habita y que sólo sabe amar, penetrándolo envolviéndolo  y abrazándolo en una Unidad sin fisuras.

  • Santiago

    PERO YO DIRÍA, Román, que aun en los tiempos pre-concilio Vaticano II la FE sacramental, en la Iglesia, no se podia concebir como limitada a lo meramente individual…A pesar de que algunos o muchos podían pensar erróneamente que las prácticas externas bastaban para “ganar” la vida eterna, muchos incluyéndome a mi pensábamos y “oíamos” que una fe muerta, sin obras, -como dice mi tocayo el apóstol Santiago en su epístola neotestamentaria- carece del verdadero espíritu cristiano y caería a la larga en un claro egocentrismo….Pero aun los que se retiran a la vida contemplativa, no se retiran del mundo, sino que pueden inmolarse para la salvación de todos a traves de un sacrificio continuo en la actividad de la oración

    Por otro lado, asi lo entendió la Iglesia desde el comienzo,ues el sacramento central de nuestra fe, la Eucaristía, no pudo ser nunca algo exclusivamente egoísta pues el amor de Dios es siempre “radiante” y desbordante…Los santos de todos los siglos no solo eran “amantes” apasionados del sacramento eucarístico, sino que tambien se entregaban a los pobres..no solamente con limosnas….sino acogiéndolos con todo amor…besando sus llagas…exponiendo su cuerpo al contagio…etc. Han sido miles de estos ejemplos que se leen en las biografías de todos ellos….y Santa Margarita de
     Escocia despues de recitar los maitines con los monjes y permanecer en oracion durante la noche, recibía muy
     temprano en la mañana, en residencia  a una legion de pobres a quienes lavaba los pies y besaba sus heridas, y despues socorría con limosnas…

    Por eso desde el principio los cristianos “perseveraban asiduamente en la doctrina de los apóstoles y en la communion, “en la fracción del pan” y en las oraciones….Y todos los que había abrazado la fe vivían unidos, y tenían todas las cosas en común. y vendían las posesiones y los bienes y lo repartían entre todos, segun que cada cual tenía necesidad” (Act. 2,42-47) Esta comunidad de bienes es caractirísticamente voluntaria, por amor de Dios, y es el modelo ideal perfecto hacia el que todos debemos tender…en cuanto nos es posible….aunque la Iglesia no sea como entonces una comunidad pequeña como entonces….Sin embargo, es el espíritu del amor a Cristo que se desborda en los demas desde la Eucaristía lo que deber prevalecer…Lo demas viene despues…Eso es lo que el Papa Francisco intenta decir actualmento con estos “gestos” de amor hacia la humanidad…que significa el mismo amor de Cristo.

    Un saludo cordial   d e  Santiago Hernández

  • Román Díaz Ayala

    Quiero volver sobre sobre el tema central que ocupa este capítulo de Carlos F. Barberá, pero primero quiero decir que se echa de menos a Ana Rodrigo.
    Ana, ya sabemos que estás muy ocupada, pero danos noticias de tí alguna que otra vez.
    encuentro que la fe es asunto de responsabilidad personal. “Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta. ( otras versiones dicen según sus obras) Mateo 16,27
    La fe ha dejado de ser según nuestra herencia cultural católica como una moneda que se recibe en el bautismo, siendo la Iglesia su custodia hasta que tengamos necesidad de ella a la hora del tránsito. Es tan parecido al mito de los antiguos de entregar la moneda a Caronte para cruzar la Laguna Estigia.
    nuestra religiosidad ( y una vida de piedad) estaban necesitadas del poder mediador de la Iglesia en todos los órdenes de nuestra existencia. Nuestra fe, era una fe encomendada, que permitía acumular méritos y ajena a un compromiso de vida, que no tenía valor ni cauce en la vida cotidiana, social y hasta política, sólo en el ámbito religioso.
    Para eso la Teología Tradicional  basaba sobre los sacramentos y las obras meritorias, que eran aquellas que merecen recompensa de Dios, si se hacían en gracia y que premiaban a la persona del creyente con algo  más de gracia, con la vida eterna y con el aumento de gloria.
    no resulta extraño que todavía se siga pacticando una espiritualidad individual y nada comprometida.
    Pero no podemos diferenciar fe de “praxis”, lo cual comporta una conducta y es asunto de responsabilidad personal.
    La doctrina de la retribución personal asomó en el Antiguo Testamento en los Sabios y en los Salmistas. Salmo 62,13: “tuyo, Señor, el amor; que tu pagas al hombre conforme a sus obras”. Job 34,11: “Dios paga al hombre según sus obras, trata  a cada cual según su conducta”. ( Biblia de Jerusalén en todas mis citas)
    Pero se entendía que la dicha se alcanzaba en vida como premio de Yhavé a la recta conducta. El piadoso gozaba de los bienes terrenos. “Yo, Yahvé, exploro el corazón, pruebo los riñones, para dar a cada cual según su camino, según el fruto de sus obras”. Jeremías 17,9
    Sin embargo los profetas desarrollan la doctrina de una nueva manera. No es la pertenencia al grupo, la colectividad, la nación, la Iglesia o ,Asamblea lo que salvaguarda para la salvación. El profeta ve ahora la responsabilidad personal de cada ser humano Ezequiel 14,12.33; 18, ; 33,10,20
    En aquellos días no dirán más: “Los padres comieron el agraz, y los dientes de los hijos sufren dentera”, sino que cada uno por su culpa morirá: quienquiera que coma agraz tendrá dentera. Jeremías 31,29
    Y otras vez sin embargo, el principio de solidaridad todavía seguí explicando, el porqué  la persona justa sufre también penalidades (Isaías 42,1: He aquí mi siervo a quien yo sostengo…)
    Poco a poco  se va vislumbrando que debería de existir una retribución para después de la tumba. Así se expresan los Sabios. En Daniel se habla abiertamente de la resurrección de la carne (Daniel 12,2) tan debatíada en el ámbito de Jesús, pero sólo con Él  se resuelve el conflicto entre la solidaridad y la responsabilidad personal. Es doctrina del Nuevo Testamento contenida en los Evangelios.
    En Jesús está el Misterio de la Piedad como explicación más elocuente y sublime de la Misericordia divina.
    Y su cumplimiento definitivo lo hace señalar para “las postrimerías” :
    “Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta”.

  • Román Díaz Ayala

    Gracias, Oscar, hermano,
    por poner la cuestión en sus justos términos.
    Hablamos de nuestros Dios, y sentimos que Dios nos pertenece,
    es un regalo.
    Jesús le dijo a María de Mágdala:
    “Pero vete a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios” Juan 20,17
    No podemos perder esa perspectiva que señalas tú, porque entonces jamás llegaríamos al más mínimo de los entendimientos.

  • Santiago

    Para que sea mejor la concordancia, hacia el final, debe decir: “nos pudiéramos salvar” en vez de “nos podríamos salvar”  Vale  SH 

  • Santiago

    DE ACUERDO al método rabínico de la época los discípulos mas intimos de Jesus recogieron fielmente memorizándolas las palabras y el pensamiento de Jesus, despues poniendolas por escrito…El Nuevo Testament0 es una obra única en la historia…Ningun otro documento ha sido sometido a una crítica tan dura a traves de los siglos sin poder hacerle perder la fuerza de LA PALABRA Y DE LA TRADICION VERDADERA de Jesus….Por tanto, “la doctrina” de Jesus -en su esencia- nos ha llegado fielmente hasta el siglo XXI….y la Iglesia, a traves de los siglos, ha sabido preservarla….para que sigamos el camino mas seguro para el bien, que es nuestra verdadera vocacion…Aparte de los multiples trabajos de los exegetas de los ultimos tiempos que han profundizado en lo mas hondo de la Iglesia primitva el libro del periodista-investigador Lee Strobel, autor “bestselling” New York Time    THE CASE FOR CHRIST (EDIT Zondervan, Michigan) es una obra que demuestra históricamente la verdad y credibilidad que nos ofrecen los Evangelios y las Cartas de S. Pablo….ES una labor de investigación y de consulta con muchos de los mas importantes biblistas que se han dedicado por toda su vida a esta investigacion…

    Por otro lado, si nosotros usando de nuestra libertad nos podríamos salvar sin ayuda alguna…no hubiera sido necesaria la venida de Jesus al mundo…Pero somos intrínsecamente libres….y tenemos la capacidad de decidir y escoger….Y no siempre escogemos el bien….Solo Dios puede medir nuestra malicia…pues solo en El existe un perfecto equilibrio entre su jussticia y su misericordia….

    Un saludo de Santiago Hernández 

  • oscar varela

    Hola!
     
    DIOS PERDONA
     
    ¡Ok!
     
    La condición básica para ello es que sea “TU DIOS” ¿no?
    …………………..
     
    ¡Que “tu Dios” te perdone, Cumpa Carlos!
    Al mío, tal vez convenga que lo dejes en mis manos.
    Empezaríamos a entendernos si y mientras construimos el “nuestro Dios” ¿no te parece?
     
    Para ello, sin dejar de pisar el suelo de “tu Dios”
    tendrías que aventurarte en “mares d’antes nunca navegados” por ti.
     
    Pero te has restringido a “tu Teología”. Lo cual no necesariamente está mal, pero tampoco :bien. Es in-suficiente.
     
    ¡Tal vez! ¿no?
     
    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • Dracir Abad

    La Torah y los Comentarios de los Sabios Rabínicos tuvieron ambos un origen tardío y un propósito político, aunque quizás no exclusivamente, que fuera el de proteger si no refundar la identidad del Pueblo en Exilio o Cautiverio y reagrupar a un pueblo vilipendiado por el conquistador romano y la corrupción de sus propios líderes.
     
    Los “escritores sagrados” parece que escribieran de Israel como de un Pueblo del que se consideraban miembros y por lo tanto que escribieron de sí mismos como se reconocieran “Pueblo”. De ahí la importancia de los Evangelios y quizás del Nuevo Testamento como clarificación o provisión de completitud.
     
    La atribución de que la humanidad haya sido creada a imagen y semejanza del Creador y castigada por desear ser como dioses hace y deshace la certeza de la narración etiológica y del resto de las “narraciones sagradas” como afirmaciones conclusivas acerca de la Divinidad, situando a ésta en el contexto de Misterio.
     
    El discurso a los juristas penales publicada por el servicio de Información del Vaticano (Boletín 141023 de hoy día) parece una buena ilustración de la evolución doctrinal del sentido de lo justo y lo proporcional en materias de crimen y castigo, y también parece una buena meditación sobre la noción de Justicia muy diferente del Dios vengativo y castigador o perdonador que la razón humana concibe fundándose en el Dios contradictorio de la Torah; un Dios contradictorio, que amenaza con el castigo o castiga terriblemente pero es capaz de negociar alternativas sobre una base de proporcionalidad.
     
    La Misericordia no parece un atributo humano. La compasión sí. La Misericordia parece la opción del poderoso mientras la compasión parece la opción del humilde.
     
    La Misericordia parece por lo tanto un misterio que admite contradicciones que la justicia retributiva rechaza. Sintiendo y pensando en la Divinidad como Misterio de Misericordia y absteniéndose de desarrollar sus cualidades o atributos más allá de ese punto deja las puertas bien abiertas a la sorpresa de que habla Francisco a menudo.
     
    Pretender saber si Dios positivamente sea todopoderoso y que dicha afirmación sea incuestionable fundamentándola en esta o aquella filosofía es una forma de arrogancia casi irremisible. Ciertamente una Divinidad, si existe como se la concibe, debiera poder contradecirse a sí misma por Misericordia y ello sernos inexplicable o incomprensible.
     
    Afirmar algo sobre Dios e imponerlo como creencia incuestionable es arrogancia. También lo es afirmar que algo pueda ser negado incuestionablemente acerca de la Divinidad. El silencio en la contemplación del Misterio parece en cambio sabio y compatible con la esperanza de que las promesas atribuidas a Jesús en los evangelios algún día se cumplan.

  • Inmaculada Sans Tache

    Estoy muy sorprendida por este artículo pues el Sr. Barberá parece decirnos que Dios ejerce la ” justicia” de la condenación eterna para aquellos que no han seguido sus mandatos. Parece olvidar la parábola de los viñadores de la tarde en que el señor paga lo mismo que a los de la mañana y, ante las protestas de éstos, les responde: ” acaso me tenéis envidia porque soy bueno?”. En más de una ocasión he oído comentarios parecidos de personas que se consideraban cristianas y merecedoras de “premio” porque habían cumplido con todas las normas de la religión oficial, es decir consideraban que la ” religión mercantilista” en la que yo actúo adecuadamente merece un premio y si no es así un castigo, argumentaban de este modo: ” ¿ Cómo va a tener el mismo premio quien ha “cumplido” que quien ha cometido ” pecado”, como el que ha matado, violado, esclavizado, etc..?”. No deja de plantearnos dudas este misterio, pero algunos venían a decir ” ¿ De qué me ha servido hacer el bien, cumplir los mandamientos, etc. ?De haberlo sabido no ” me hubiera sacrificado tantas veces en mi comportamiento ! ” . Creo que todo esto supone una noción de Dios bastante miserable y alejada incluso de la idea y la práctica que vamos conquistando los humanos sobre lo que es y para que sirve la justicia. Pero, ¿ Con la condena eterna se repararía el mal hecho a las víctimas del pecador?,  ¿ Se conseguiría frenar los impulsos de posibles transgresores  de la ley, si ya el tiempo se ha culminado y no hay estos posibles transgresores ?.
    Parece más bien que el argumento del castigo eterno sirva para que las personas que no por convicción, si no por miedo, eviten el mal. ¿ Ha pensado el Sr. Barberá que quien se ” salve” pueda ser indiferente a saber que hay infinidad de ” condenados”? Entonces es que todo el mundo se salvará? No lo sé, pero sí que sé el ” pecado” el daño que hacemos a otros es fruto de nuestra ignorancia, de nuestra inconsciencia, de nuestro egoísmo y de nuestro miedo, que superados éstos, no seríamos capaces de ” cometer pecados”, nuestras actuaciones no estarían movidas por la espera de un premio o el temor de un castigo y que el mensaje de Jesús en lo más profundo va en esa línea del ” despertar de las conciencias”. Creo también que no hemos superado la idea de una permanencia de nuestro ego después de esta vida y que muchos siguen pensando que ” si son buenos ” estarán tocando el arpa ” en compañía de sus seres queridos que también están en el cielo, olvidándose de otros seres queridos que no están, y que no sufren porque han pasado por la aniquilación, a la nada.
    Hasta las mentes más lúcidas han tenido alguna vez pensamientos como éstos. Santo Tomás de Aquino, afirmó que ” los bienaventurados gozarán de la presencia de Dios y de ver allá abajo , en el infierno, a los condenados con horribles tormentos…”

  • Isidoro García

    Continúo mi reflexión del tema de esta mañana.
    Realmente no sabemos a ciencia cierta lo que dijo Jesús, pero sí sabemos hoy día, lo que seguro que no pudo decir, (pues resulta incoherente con nuestros conocimientos actuales de la Realidad). Y ante esa situación caben varias posturas. La primera es tirar la toalla, y desistir de todo intento de conseguirlo. Es verdad que como dice Gonzalo Haya “tenemos que ser conscientes de nuestras limitaciones”, pero eso no nos debe  llevar a la tentación abandonista de no intentarlo, aún a costa de que otros más humildes, (o más timoratos), nos acusen de “hibris” o soberbia intelectual. La cultura para avanzar necesita de “locos” valientes.

    La tentación que señala Barberá que produce la exégesis histórico-crítica y la desmitificación, es que si nos quedamos sólo en eso, nos quedamos sin nada. Como se suele decir tiramos al niño por el desagüe junto con el agua sucia. Hay que desmitificar las adherencias al mensaje que se han demostrado erróneas, pero para remitificar con unos nuevos símbolos que resulten compatibles con nuestros saberes modernos.

    No podemos renunciar a los símbolos y los mitos, pues en palabras de Joseph Campbell “tienen una función de capital importancia: nos abren niveles de realidad nuevos, dimensiones inexploradas de nosotros mismos y nos señalan los temas esenciales”. Señala Tillich, que un planteamiento religioso que renuncia, (quizás por sentirse incapaz de descubrirlo), al símbolo y al mito, se convertirá en algo exclusivamente moralista y, por último, en cultura secular.

    (Es verdad que un buen planteamiento ético, no es poca cosa, y que como dice Haya, “obras son amores, que no buenas razones”. Pero aunque de un árbol frutal lo que se utiliza son los frutos, si le cortamos las raíces, que no se comen, pronto no tendremos ni raíces ni frutos).

    Está claro que necesitamos aprender de los sabios que nos han precedido, y especialmente para los cristianos de Jesús, quizás el más sabio de todos. Por ello si no sabemos detalles del mensaje de Jesús, el cristiano, tiene que rellenar esos vacíos de otra forma. Dice el logión (5), de Tomás: “Conoce lo que está frente a tus ojos, y lo oculto te será revelado. Y según Tillich, “la labor del teólogo consiste en establecer una mediación entre el contenido del mensaje cristiano y la forma en la cual el contexto histórico coetáneo al hombre en cuestión pueda acoger dicho mensaje”.

    Por ello una labor de limpieza de adherencias inoportunas, no nos debe dejar desnudos ante el misterio. Pero para remitologizarnos adecuadamente, se necesita, mucha imaginación y mucha libertad intelectual. Si tenemos que trabajar atados los pies, por un miedo clerical o disciplinario, poco se podrá hacer.

    Acabo por ahora con una cita de Thomas Merton (“Los hombres no son islas”): “En realidad, las convenciones son la muerte de una verdadera tradición, ya que lo son de toda la vida real. Son parásitos que se adhieren al organismo vivo de la tradición y devoran toda su realidad, convirtiéndola en una formalidad hueca. Las actividades de las personas convencionales no son más que excusas para no actuar de una manera más integralmente humana”.

  • Román Díaz Ayala

    Gonzalo,
    estoy de acuerdo con que haces teología,
    y tienes un pensamiento muy elevado.
    A veces de Dios, lo que se tiene es su búsqueda. (que para mí, tal cosa ya es revelación venida de afuera – de Él)
    Pero en el seno de la comunidad cristiana ( en el Pueblo de Dios) deberíamos hablar de “Doctrina”, de “Palabra Revelada”, porque para nosotros/as ésto es siempre una Celebración. (Predicación/enseñanza/testimonio y recepción del mensaje)
    Las Escrituras son palabra  humana y palabra divina, ambas al 100%. El texto escrito, el soporte  material, y el otro soporte más inmaterial de la historia, las gentes, los aconteceres y situaciones, sus  propios autores…) que están sujeto a estudio o consideración según las ciencias están en todo su contenido de la cultura, que siempre es de creación humana.
    Pero en el Pueblo de Dios, vivimos con la consciencia de que ” Dios nos habla”. (Fue Dios quien vino a nuestro encuentro) No podemos llamarlo teología en este sentido, porque no es la búsqueda de Dios, sino el relacionarme con Él.
     

  • Gonzalo Haya

    Dios es un misterio. Jesús y otros muchos hombres espirituales nos han dado pistas para acercarnos conceptual y emocionalmente a Dios, pero el misterio presenta aspectos que resultan contradictorios a nuestra inteligencia racional. Dios es concordantia oppositorum. No me gusta cuando alguien dice lo que Dios puede o no puede hacer. Dios hizo nuestra conciencia a su imagen y semejanza y, aunque esté deformada, esa en definitiva es nuestra guía. Jesús nos dio otra pista: Bienaventurados los de conciencia limpia porque en esa medida verán a Dios. Tenemos que hacer filosofía y teología porque para eso nos hizo Dios seres racionales, pero tenemos que ser conscientes de nuestras limitaciones. La prueba del algodón, al menos en la práctica, es el amor al prójimo. Obras son amores, que no buenas razones. Y por lo demás, confiar en Dios misterio, porque él es Amor, fundamento de los valores éticos y del amor humano. Ese es el núcleo de mi teología.

  • Isidoro García

    El amigo Carlos Barberá, ha puesto el dedo en la llaga del actual debate dentro del cristianismo. Que es un  debate que se lleva produciendo desde sus mismos orígenes. No hay nada mas que ver la constante diversidad de interpretaciones del mensaje de Jesús desde el mismo momento de su existencia.
     
    Ya en los evangelios se narra como en vida de Jesús, algunos apóstoles discutían entre ellos, sobre su futura situación personal en el Reino, y Jesús les preguntaba cosas para ver si habían entendido y cada uno daba una opinión distinta. (“¿Quién soy yo?”).
     
    Al poco de morir Jesús, se da un hecho muy significativo, pero que no ha sido señalado, generalmente. Unos seguidores de Jesús, Esteban y los suyos, son perseguidos en Jerusalén, hasta el extremo de que Esteban es ejecutado ritualmente y los otros tienen que huir corriendo a Damasco, donde los contactará más tarde Pablo. Sin embargo, el resto de apóstoles estaba por Jerusalén tranquilamente. ¿Por qué?. Evidentemente porque la facción de Esteban había hecho alguna interpretación de la doctrina de Jesús, muy en contra del Templo, mientras que los otros no la habían hecho.
     
    Luego está el caso curiosísimo del “desembarco” inesperado de Santiago, el hermano de Jesús, como cabeza de los seguidores de Jesús en Jerusalén. Según los evangelios no era ni apóstol, e incluso en estos se refiere la oposición de la familia a la predicación de Jesús. Y muere Jesús, y “aparece” Santiago. Y luego se produce las discrepancias a tres bandas, (que sepamos), entre los bandos de Santiago, Pedro y Juan, y Pablo.
     
    ¿Qué nos dicen todas estas cosas?. Que sabemos muy poco y posiblemente muy tergiversado, (seguro que sin mala voluntad) del mensaje de Jesús.
    Lo que sabemos de su mensaje viene primero de un Pablo que no lo conoció personalmente, y ni siquiera fue a informarse con los testigos, sino que fue informado por las apariciones de Jesús. Sabemos por sus escritos lo que entendió de las mismas, pero no lo que en verdad se le dijo, que muy posiblemente fuera bastante distinto. Y luego lo que sabemos está en cuatro evangelios canónicos, y alguno más no canónico, escritos más de cuarenta años después, (el más temprano, el de Marcos).
     
    Y ya desde los inicios del cristianismo, la contínua sucesión de una diversidad interpretativa de esos escritos, (despachados por el mando, como herejes),  demuestra que si hay algo claro, es que no hay nada claro. Con los evangelios y con Pablo en la mano, se puede demostrar cualquier cosa y la contraria.
     
    Esa es la triste realidad, que no se puede obviar. El amigo Barberá, dice: “Los nuevos teólogos se han aprendido bien lo de la exégesis histórico-crítica y la desmitificación. Pero no, hay que acudir a la Biblia, no hay otro camino”. O sea que todas las sesudas investigaciones de tantos y tantos teólogos y catedráticos, especialmente protestantes durante los siglos XIX y XX, los obviamos de un plumazo. Digan lo que digan, “no hay otro camino” que hacer como si no supiéramos que el mensaje que se nos ha transmitido de Jesús, está históricamente muy tergiversado y nos produce unas inconsistencias grandes con nuestro pensamiento moderno.
     
    Con todo respeto, y sin ánimo de ofender, eso sí que es “populismo teológico, que en definitiva dice lo que los lectores quieren oír y que es a la vez proyección de los deseos de los autores”. Solo que sustituyendo lo de “los lectores”, por lo que “la Jerarquía definidora de la ortodoxia” quieren oír. Y por supuesto es “una proyección de los deseos del autor”, porque a todos, y a mí el primero, nos gustaría disponer de unas cintas magnetofónicas donde se recogiera lo que Jesús dijo. Pero no existen.
     
    Esta actitud me recuerda bastante a la definición de lo que es cantar en Play-back: es que el cantante hace como que canta, y los oyentes, hacen como que no se dan cuenta.
    El tema es tan interesante, que posiblemente de para más apuntes.
     

  • Román Díaz Ayala

    ¿Cuál es el gran tema de la teología?
    Fácilmente podríamos decir que Dios, pero la teología ahonda en el misterio de la vida en la búsqueda del destino  del ser humano (postrimerías, dice Carlos F. Barberá). Y cuando llenamos ese hueco con Dios, entonces estamos haciendo filosofía. La filosofía es un pensamiento bien ordenado a partir de unas premisas. El supuesto filosófico desencadena la reflexión.
    Mucha teología antes y ahora resulta siendo pura filosofía, aunque haya sido cultivada por maestros venerables.
    Pero la teología nace del encuentro, la experiencia con un Dios que se nos ha dado a conocer y que cambia nuestras expectativas de vida y se produce la reflexión sobre lo acontecido. Sin la revelación positiva, no existe esa teología de la que estoy hablando propiamente dicha.

  • Román Díaz Ayala

    Carlos F. Barberá aborda estos temas muy oportunamente y cualquiera de sus reflexiones dan para largos comentarios.
    A la teología  se llega hoy por diversos caminos y no todos obedecen a supuestos académico por el camino del estudio disciplinar.
    La teología es reflexión sobre la fe que se vive y que se busca su expresión
    La teología es un estudio en oración de las verdades reveladas  ( para el creyentes) en las Sagradas Escrituras
    La teología es la doctrina enseñada y compartida en el seno de la comunidad cristiana.
    La teología es la búsqueda de la sabiduría de Dios  manifestada en la historia como revelación de un Misterio
    La teología es el deseo ardiente de crecer en conocimiento  como un “don” de Dios puesto en el alma de cada creyente.
    Hoy llamamos teología a lo que antes era simplemente doctrina, donde también había maestros y doctores. y c
    Cuestión  costumbres en el uso de los vocablos.

  • Antonio Vicedo

    “Hoy son muchos los que se interesan por la teología sin dedicarse a ella profesionalmente. Son muchos también los que han perdido el miedo a la autoridad o simplemente no cuentan con ella.”
    Y buen fundamento o razón para ello  bien puede estar en que la VERDAD de lo que  se pone en boca de Jesús en el Evangelio, sobre lo de “esconder estas cosas a sabios y entendidos y revelarlo el Padre a las gentes sencillas, porque así le ha parecido bien, se va abriendo paso en la REALIDAD  cultural humana. afectando a muchos que se consideran Iglesia, desde su sentido común y su progresivo humanismo.

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