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Monseñor juega sucio

Que el obispo de Bilbao prohibiese una conferencia de Andrés Torres Queiruga, programada en Bilbao desde había tiempo por el Instituto Diocesano de Pastoral –IDTP-, ya no es noticia. Apareció en Redes Cristianas hace varios días. Pero hoy podemos ofrecer dos textos publicados con esta ocasión que hacen pensar sobre cómo los nuevos obispos actúan sin dar razones sino quia nóminor leo, porque soy el rey. Y Bilbao es una diócesis que se reorganizó a fondo tras el Concilio, desde los tiempos de Añoveros, creando estructuras de funcionamiento colegial, como el mismo IDTP que tanto y tan bien ha actuado en los últimos decenios. También Barcelona era considerada una diócesis abierta y su Arzobispo Martínes Sistach prohibió hace unos días la presentación en una parroquia de un libro de Juan José  Tamayo publicado por la prestigiosa editorial Herder. Menos mal que encontraron un local civil cercano a la parroquia y que no ha podido prohibir que Tamayo hablase de su libro en La Vanguardia.

I. Artículo Monseñor juega sucio

Por Sebastián García Trujillo, miembro del IDTP, publicado en Deia.

El amor y la fidelidad al proyecto de salvación de los seres humanos manifestado en Jesús de Nazaret, denominado por éste Reino de Dios, puede vivirse y realizarse a través de la Iglesia Católica desde diversas claves: la clave conservadora (así Santiago el Mayor, ‘hermano’ de Jesús y primer obispo de Jerusalén) o la clave aperturista (así Pablo de Tarso, apóstol de los gentiles o Juan XXIII, que hablaba de abrir las ventanas de la Iglesia para que el aire fresco regenerase el olor a cerrado en la Iglesia Católica). Ambas posturas o cualquier otra entre ellas  (parece que San Pedro, se tambaleaba entre ambas) son legítimas, lo que no nos exime de someterlas permanentemente a la crítica de la oración, al discernimiento de la comunidad creyente y al diálogo con todos los seres humanos, también éstos empeñados mayoritariamente en la búsqueda de proyectos salvadores para la humanidad y con logros muy positivos.

En esta dialéctica entre conservadurismo y aperturismo lo que no es legítimo, ni cristiana ni humanamente es el juego sucio para obtener ventajas para la opción que uno prefiere, desplazando con malas tretas a los defensores de opciones distintas a la nuestra. Y aún es menos legítimo que los que practiquen el juego sucio sean aquellos a quienes se les ha encomendado la función de ser promotores de la comunión eclesial, con la colaboración no sólo de sus ‘linieres’ afines, sino de todos creyentes implicados en el juego.

Viene esto a cuento porque se están repartiendo entre nosotros demasiadas tarjetas amarillas y hasta rojas por parte de los árbitros –léase, obispos…-, con ánimo de dejar fuera de juego a muchos de los partícipes destacados de la tendencia distinta a la de aquéllos.

En efecto, Joxe Arregi, Jose Antonio Pagola, Jose Ignacio Gonzalez Faus, Jose Antonio Estrada, Jon Sobrino, Andrés Torres Queiruga y un largo etcétera han sido amonestados y en algunos casos expulsados del terreno de juego sin que el árbitro –obispos o curiales…- hayan justificado adecuadamente el motivo de la sanción. Esta falta de razones es escandalosa y para muchos que conocemos la calidad humana de los represaliados, su profundidad espiritual, su fidelidad a la fe católica y su amor a una iglesia renovada, en la línea del último Concilio de la Iglesia Católica, es dolorosa y desorientadora.

Este estilo marrullero –por llamarlo de una forma benévola- de una parte de la jerarquía católica no es algo nuevo. Se practicó contra los teólogos que, después, fueron las figuras luminosas en el contenido aperturista del Concilio Vaticano II: K. Rahner, Y. Congar. H. De Lubac, E. Schillebeeckx, B. Häring y hasta el propio Juan XXIII en sus tiempos de profesor. Y si miramos hacia atrás constatamos que fueron hostigados injustamente por la jerarquía personas santas y clarividentes como Fray Luis de León, San Juan de Avila, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, San Ignacio de Loyola, el obispo Carranza, muerto tras diecisiete años en la cárcel de la Inquisición.

Traigo esto a colación porque el señor Mario Iceta, Obispo de Bilbao, acaba de prohibir que Andrés Torres Queiruga imparta una conferencia sobre Dios, en un mundo injusto en el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral de Bilbao. Para quien no lo conozca quiero señalar que Andrés Torres Queiruga es doctor en filosofía y teología, profesor de teología fundamental en el Instituto Teológico Compostelano y de Filosofía de la Religión en la Universidad de Santiago de Compostela. Es además cofundador de Encrucillada: Revista Galega de Pensamento Cristián, miembro numerario de la Real Academia Galega y el único miembro del Estado Español (con Jon Sobrino, que figura como salvadoreño) en el Consejo Editorial de la Revista Internacional de Teología Concilium, una de las más prestigiosas en el mundo y del Consejo de redacción de “Iglesia Viva”. Pues bien, el Sr. Iceta lo ha vetado.

Pueden argüírme que el Obispo puede decidir por sí sólo sobre estas cuestiones. Pero el que así argumente no conoce ni papa (¡también es coincidencia!) del modo propuesto por el evangelio y por la mejor tradición cristiana para el ejercicio de la autoridad en la comunidad creyente. El modelo cristiano del que preside la comunidad no es el de la monarquía absoluta: ‘El rey (el obispo) soy yo’, sino el del Cuerpo de Cristo, es decir el de  la comunión de la cabeza con el resto de los miembros del pueblo de Dios y de éstos con la cabeza; una comunión que para ser verdadera tiene que tener estructuras y manifestaciones de corresponsabilidad eficaces y visibles. Pues bien, en el caso que nos ocupa el Sr. Iceta ha decidido vetar a Torres Queiruga en contra de la decisión consensuada por la dirección del Instituto Diocesano de Teología y Pastoral responsable de organizar dicha conferencia. A quienes me repliquen que el Sr. Iceta puede consultar –y tal vez lo haya hecho- a sus asesores particulares, les respondo que esta replica no ha lugar en una institución que tiene su órganos de consulta oficializados (a decir verdad, un tanto descafeinados, por el nombramiento a dedo por el Sr. Iceta de no pocos de sus miembros). Consulte en hora buena el Sr. Obispo a quien quiera, siempre que no omita la consulta a los órganos oficiales establecidos para ello. Hay que advertir, además, que la consulta oficial no es un acto meramente formal, sino que implica dejarse interpelar por las razones esgrimidas por todas las partes interesadas y dar razón clara de las posturas de cada cual.

Alguien puede decir que la cuestión no es revelante, pero sí lo es porque este proceder de forma individual del Sr. Iceta lo que revela es el modelo de presidencia de la comunidad diocesana en éste y en otros muchos asuntos y, sobre todo, el modelo de la evangelización diocesana en clave conservadora. Y estas cuestiones sí son determinantes.

Desde un punto de vista no eclesial hay otro aspecto a destacar. La sociedad actual difícilmente entiende que una presidencia no dé razones claras y suficientes de sus decisiones. Hace tiempo que se considera un ‘pecado’ civil tomar decisiones quoniam nominor leo, que, referido a la cuestión que nos ocupa, se traduce esto es así porque soy el obispo. La sociedad civil ha madurado hasta concluir que es necesario que toda autoridad debe dar razón de sus decisiones y así se lo exige a los jueces (hasta en el fútbol) a los gobernantes, etc. Decidir algo que afecta a toda la comunidad sin razonar con ésta es despreciar uno de los modos más eficaces para evangelizar y para ser evangelizado, algo que nadie, pero menos los cristianos, debemos menospreciar y aún menos los constituidos en autoridad.

Puestos a buscar soluciones consensuadas el Sr. Iceta pudiera haber aceptado la propuesta de una doble conferencia: una impartida por el Sr. Torres Queiruga y otra por un ponente que él, en clave conservadora, hubiera elegido. Ni por ésas. Esta prohibición lo que revela, más que un espíritu de comunión, un temor cerval a contrastar las distintas opciones evangelizadores ante el pueblo creyente y una falta de confianza en la madurez del pueblo cristiano que sabe discernir lo bueno de lo malo y no necesita de paternalismos episcopales para preservarnos de doctrinas perniciosas.

Si por lo leído hasta ahora, alguien estuviera pensando que el autor de este escrito es uno de esos perversos descarriados enemigos de la Iglesia Católica, quiero simplemente recordar algo que el Papa Ratzinger, comentando el Concilio Vaticano II, escribió en su libro El Nuevo Pueblo de Dios. Esquemas para una eclesiología (año 1969): “La autoridad eclesiástica no puede suplir la pericia de los órdenes respectivos de la realidad, sino únicamente reconocerla. Tampoco puede suplir la competencia científica de la teología, sino que debe también reconocerla y darla por sentada como tal”.

9 de Noviembre, 2011

–        O – O – O –

II. Comunicado de la Comisión Permanente del Foro de curas de Bizkaia sobre algunas decisiones e informaciones de nuestro obispo en los ultimos meses.

Publicado en Foro de curas de Bizkaia

1.- Nos vemos en la dolorosa obligación de denunciar -como impropio de un obispo católico- el veto de Monseñor D. Mario Iceta a D. Andrés Torres Queiruga -teólogo igualmente católico- al no permitir la asistencia de todo el público a la conferencia programada por el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral. La decisión tomada, el modo como lo ha hecho y la contradictoria información facilitada por nuestro obispo en el último Consejo Pastoral Diocesano del 12 de noviembre de 2011 son una señal más del proceso restauracionista al que sirve y en el que estamos inmersos, así como una inaceptable manera de asumir responsablemente -por parte de D. Mario- la medida adoptada.

2.- La Comisión Permanente del Foro de Curas de Bizkaia ha vuelto a contrastar con personas de total y absoluta fiabilidad la veracidad o falsedad de la información facilitada en la página web del Foro el 29 de julio de 2011. Concretamente, les ha pedido que confirmen o desmientan que el Obispo de Vitoria ofreció a los Obispos de Bilbao y Donostia “el Seminario Diocesano de Vitoria-Gasteiz como la sede de un Seminario Interdiocesano” y “un gobierno colegiado de la Facultad de Teología en la forma que se estimara más procedente a la vez que respetuosa con sus estatutos”. Estas personas han corroborado la veracidad de la información transmitida en su día y que D. Mario Iceta calificó de falsa.

3.- Nos preocupa la poca transparencia con la que nuestro obispo está realizando los nombramientos de los responsables del seminario diocesano. Nos preocupa, igualmente, que no se favorezca en el presbiterio diocesano un debate realmente serio y en profundidad sobre el modelo de presbítero que incuban las decisiones que está tomando. Y, sobre todo, que no haya una reflexión en los diferentes consejos diocesanos sobre la idoneidad de dicho modelo para el futuro de nuestra iglesia diocesana de Bizkaia

4.- Finalmente, queremos manifestar nuestra preocupación por la inquietud que está emergiendo en algunos sectores de nuestra diócesis ante éstos y otros hechos y la manera de abordarlos por parte de D. Mario Iceta: se está activando una creciente desconfianza sobre la veracidad de las informaciones que facilita. Es una inquietante señal de un problema de comunión, provocado por quien tiene la responsabilidad de garantizar la unidad en  lo fundamental, la libertad en lo opinable y, en todo, la caridad.

Bilbao, 14 de noviembre de 2011

31 comentarios

  • Rodolfo Plata

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    JAQUE MATE A LA DOCTRINA JUDAIZANTE DE LA IGLESIA. La importancia capital de la crítica a la cristología de san Pablo, radica en que nos aporta los elementos de juicio necesarios para darnos cuenta el fatal error que cometió Pablo en sus epístolas al cercenar la naturaleza humana de Cristo; cegando a la humanidad de la posibilidad de alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta practicando el altruismo, el misticismo y el activismo social intensos; y de la urgente necesidad de corregir la doctrina de la Iglesia formulando un nuevo cristianismo que no omita sino que acentué la trascendencia humana de Cristo que es su cualidad espiritual más importante para la humanidad, a fin de que el cristianismo afronte con éxito los retos y amenazas del Islam, el judaísmo, las corrientes de la nueva Era y la modernidad. http://es.scribd.com/doc/73578720/CRITICA-A-LA-CRISTOLOGIA-DE-SAN-PABLO

  • Atemperemos amigos y amigas de atrio.
    Al fin y al cabo, todos coincidimos en algo y es que -nunca mejor dicho- : “LAS MITRAS NOS TRAEN DE CABEZA”
    Saludos

  • ana rodrigo

    Creo que nos va quedando clara la situación de la Iglesia y de la jerarquía, en el sentido de que tanto una como la otra se ha quedado estancada, parada en épocas y sociedades muy distintas y muy distantes de la sociedad actual.
     
    Como dice Mariá Corbí, las sociedades preindustriales tenían entre otras características, el inmovilismo, la sumisión y la interdepedencia del poder político y, en consecuencia, de la riqueza. Mientras que las sociedades industriales las caracteriza el dinamismo y la evolución constate.
     
    La teología actual se constituyó como tal y como oficial en épocas preindustriales, en sociedades sumisas al poder político y religioso, sociedades crédulas a la fuerza puesto que, como la religión daba cohesión social, cualquier acuse de desviación doctrinal, era sancionado cruelmente por la autoridad civil y por la religiosa, como por ejemplo la Santa (¡¡!!) Inquisición.
     
    En estas condiciones, la Iglesia se presenta ante una sociedad que rechaza la sumisión, que no necesita de la religión para su cohesión social, y que, al no tener autoridad fuera, en la sociedad (aunque intente condicionar cierta legislación civil) la ejerce dentro, contra los teólogos y teólogas que, a su vez, son expulsados fuera del templo.
     
    Las nuevas teologías producen incordio a la jerarquía, e inestabilidad al sumiso rebaño, anclado en la doctrina oficial. Como en el caso del paraíso terrenal, no conviene que coman del árbol de la ciencia, así seguirán en su santa inocencia, es decir en la ignorancia, que eso es lo que produce el autoritarismo de la jerarquía, ignorancia pura y dura. No quieren que a su feligresía se le abran los ojos, es mejor que estudien el catecismo y se queden en las seguridades que le proporciona la doctrina domesticada y elaborada para no pensar, para no poder tener la posibilidad de optar, desde la libertad que da el conocimiento, a otra teología alternativa, en la mayor parte de las veces, más acorde con el evangelio que la elaborada desde premisas basadas en las creencias fanáticas y dogmáticas, y no tanto en la razón y en las razones que las sociedad actual pide y necesita.
     
    Como dice Tamayo, ya no estamos en los tiempos de la teología dogmática, habrá que mirar en qué mundo vivimos y qué exige la sociedad actual, sociedad que busca la adhesión desde la libertad y el consenso, y no desde el obsoleto autoritarismo del “yo mando y ordeno”.

  • Fico Sánchez Peral

    Quizá soy un iluso por lo que voy a decir, pero, ¿alguien sabe si hay manera de dirigirse (página web o algo parecido) en los obispados o en la Conf. Episcopal, alguna herramienta de interlocución…? No claro, no seas pánfilo Fico (es que hoy tengo la neurona floja).
     
    Por eso precisamente, porque no la hay, se pueden seguir adueñando del patio del cole y dejando jugar en él sólo a sus “pequeños amiguitos”; a los que no dejan salir de allí, ni llegar informaciones como la conferencia de Queiruga que pudiera sacarlos del atrofiadero en el que los mantienen infantilizados. Y por eso, ellos desde dentro del cole, gritan hacia fuera para impedir que entre la luz, y los que crecimos y salimos (afortunadamente) del cole, desde fuera gritamos hacia adentro, diciéndoles que fuera hay más luz que dentro; en eterno diálogo de sordos. Pero que nadie se engañe, eh?: esto son métodos de desinformación de dictadura; luego, que nadie espere respeto hacia la jerarquía eclesiástica. Ni, mucho menos aun, esperen que con semejante imagen pública, con semejante ejemplo, nadie en búsqueda se acerque a la iglesia. Pero bueno, los Icetas no ven más allá de sus narices y les basta con que no se les escapen los que tienen atrapados dentro. Por eso decía yo lo penoso que resulta –normalmente- charlar con la gente que sale de misa…, saben –y mal- discutir de religión, pero a la que rascas un poco no encuentras nada más.

  • jose luis servera

    He leído los dos artículos y estoy totalmente de acuerdo con ellos. Me daba pereza escribir pero no puedo evitarlo. He estado este verano con Torres Queiruga y he hablado largamente con el. Es una persona sumamente cordial, profundamente cristiana, bien preparada teologicamente, dialogante y digna de  todo respeto. No hay derecho de lo que se hace con él, con Faus, Tamayo etc. Pienso que la lectura real de todo ello es el miedo a perder las PREBENDAS que poseen revistiéndolo de fidelidad evangélica, cuando lo que quieren es que nada cambie para mantener sus falsos puestos de poder porque más claramente no puede estar que el Evangelio de Jesús de Nazaret no predicó ni quiso esto sino todo lo contrario. Pienso que la jerarquía y la curia romana están ocupando el sitio del estatus sacerdotal que tanto atacó el mismo Jesús. A causa de ello, su desprestigio  es cada día mayor, excepto ante poderes que les necesitan y clases sociales que siguiendo su camino pueden mantener sus conciencias como si permaneciesen límpias, sin faltar a las máximas responsabilidades que les exige la justicia distributiva del mundo actual, filtrando mosquitos y colando elefantes por sus tragaderas contra todo mínimo de justicia social y respeto a los derechos humanos.

  • Alguno citó lo de ” quia nominor Leo”( porque soy el rey), porque soy el obispo..Traducido al castellano suena :”porque me llamo león”. ¿O sea que el obispo Iceta como otros adláteres, cuando así actúa, actúa como león? ¿ es decir, como animal, y no como persona? Yo sí creo que el que cree, por tener el presunto poder institucional,   tener la verdad y se atreve a tomar decisiones de ese estilo, a estas horas de la vida, tiene el peligro de ser un gran animal. Y éso de que haya prohibido porque las  ” tesis del téologo gallego no se ajustan a la ortodoxia y al magisterio de la Iglesia católica”, ¿ a qué suena? ¿Tan fácilmente se puede dogmatizar sobre la ortodoxia  de un gran buscador y trabajador como Queiruga? ¿ O es que están a la defensa de una teología animal, leonina,  y no precisamente cristiana?¿O acaso, como dice alguno, están a “controlar su pelota”, pero no a buscar a Jesús?  Para esos juegos estará el Zoológico.¿O es que quieren convertir la Iglesia en un zoológico en donde lo que funciona es la parte reptiliana del cerebro?Ese juego..es ” sucio, muy sucio”..

  • Fico Sánchez Peral

    Jacob, para: “simplemente, exponer tu opinión”, bastaría con exponerla a solas delante de un espejo; pero si lo haces en Atrio (lugar de encuentro) se supone que es para compartir y contrastar la tuya con la de otros. Ahí, al relacionarte con otros es cuando aparece la posibilidad de ser maleducado, por desconsideración hacia ellos. Cuando te asomas al ámbito público, sueltas “la tuya” y evitas el diálogo –y lo dices- ¡por pereza!, es cuando fallas a los otros.
     
    Pero bueno, ya veo que en éste caso la pereza y el deseo de no polemizar (noté que temías algo, pero lo interpreté mal), pueden estar justificados por otros malos rollos anteriores, que han irrumpido cual elefante en cacharrería, y que desconocía. No sé de qué va la cosa, y no deseo entrometerme en cuestiones ajenas, pero, vaya de  lo que vaya, no me extraña que no quieras discutir, y menos en esas condiciones. Ahora entiendo tus temores. Ya ves, en los espacios abiertos como Atrio hay “gente pa tó”; tan pa tó, que hasta hay quien cree demostrar su razón precisamente cuando la pierde atemorizando a los demás hasta acallarlos con su agresividad dialéctica. Pues te acompaño en el sentimiento: ¡que no te pase ná!
     
    Y lo dejo por hoy, que tengo cosas que hacer. Saludos.

  • jacob

    Fico:

    ¿ Desde cuando es maleducado no querer polemizar? Yo tambien he leido tus cimentarios con interés, simplemente veo que vamos a llenar esto de oponiones divergentes y no vamos a llegar a ningun lado, solo a calentarnos quizás. Y francamente, no me apetece.

    Yo simplemente me limité a exponer la mía.

  • jacob

    Sigo esperando la disculpa a esto:

    pepe sala
    09-Junio-2010 – 15:22 pm
    Pues sí, Juan Escoto, significa exactamente lo que hizo Hitler con los judíos, lo que hizo Franco con los ” rojos”, y lo que está haciendo Israel con los palestinos.
     
    Supongo que Hitler dejó a medias lo poco que intentó hacer bien en su desgraciada vida. Suicidarse fue una gran ganancia para la humanidad. No tengo muy claro si dejar a medias lo que empezó con ciertos indivíduos fuera tan beneficioso para la PAZ mundial.
     
    jacob
    09-Junio-2010 – 18:40 pm
    Supongo que Hitler dejó a medias lo poco que intentó hacer bien en su desgraciada vida. Suicidarse fue una gran ganancia para la humanidad. No tengo muy claro si dejar a medias lo que empezó con ciertos indivíduos fuera tan beneficioso para la PAZ mundial.
    Este comentario que pone Pepe Sala, lo firmaria Pepe Goebbels. No discutiré con una persona así. ¡ Me da miedo!
     

  • Fico Sánchez Peral

    Jacob, creo que debiste hacer caso a tu primer y perezoso instinto y no intervenir si no tenías claras las razones para hacerlo.
     
    Asomarte para algo tan simple como darte el capricho de apoyar el: “¡porque lo dice el obispo!”, y rehuir luego el diálogo: ¡sólo por pereza y deseo de no polemizar!, me parece, además de torpe, bastante maleducado. Yo leí tu comentario con interés, y lo respondí pensando bien lo que te decía; pero veo que no te merecías tanta atención.
     
    Si así es como hablas con la gente de tu parroquia, si la pereza y el deseo de no polemizar es lo que te mueve, no me extraña que no entiendas nada de lo que te digo, ni creo que os podáis entender mucho entre vosotros. Que a alguien le baste con obedecer sin más (¿también por pereza de polemizar?), es uno de los principales síntomas de atrofia a que yo me refería antes. Eso es lo que les gusta promover a “los Iceta” de turno y por eso prohíben las conferencias que puedan iluminar las mentes de sus atrofiados feligreses. Eso sí, claro, con el acrítico y no polémico apoyo de la gente como tú.
     
    Pero, hala, hala; no polemicemos. Que nada turbe la paz del limbo parroquial, no vaya a ser que alguien se despierte y le dé algo.

  • pepe sala

    ¡ Por Tutatis!!… cuánto os cuesta hablar claro y castellano, ¡coño!!
     
    Mira, Jacob ( por no dirigirme a otros-as).  A tí te da ” pereza” entrar a polemizar. Claro… mientras tu jodida iglesia siga chupando miles de millones de euros anuales a cuenta de del esfuerzo ajeno.. ¿ para qué entrar en polémicas?.
     
    Tu opinión no es divergente, Jacob, es muy aproximada a la inmensa mayoría de la opiniones que se experesan en ATRIO. Lo jodido es que tu opinión es muchísimo más asumida y respetada que la queexpresamos quienes estamos hasta los huevos de pagar los platos rotos de vuestras divergencias religiosas.
    Por si aún no lo has entendido:
     
    LOS CONTRUBUYENTES, OBREROS, PARADOS , JODIDOS DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA, estamos hasta la mismísima coronilla de vuestras ventajas fiscales por el mero hecho de ser católicos, apostólicos romanos y ” la bíblia en verso”.
     
    Por lo cual, respetando vuestras propias creencias, asumiendo que nosotros estamos confundidos y teniendo por seguro que nosotros iremos al infierno y vosotros al cielo ( al famosísimo ” Reino”)….
     
    ¿ Podrías convencer al FASCISTA Obispo ( Inceta, Munilla, Camino, Varela… decenas de mitras más) de que se paguen ellos su jodida salvación y aconsejen a sus BORREGOS_AS que hagan lo mismo?
     
    Es que ya huele, ¡coño!!…

  • jonás díaz ramos V

    Desconocedores que somos de las obras principales de Andrés Torres Queiruga, nos reservamos nuestra opinión sobre la ortodoxia o heterodoxia de su pensamiento; ni siquiera habiendo leído un puñado de artículos del reputado pensador cristiano gallego, consideramos que nuestra opinión al respecto vaya a ser equilibrada, lúcida, acertada.

    Sin embargo, lo que nos preocupa es que el gesto del obispo vasco Iceta, prohibiendo a Torres Queiruga finalmente ofrecer la conferencia en el Instituto de Pastoral Diocesano, puede poner de relieve tres “vicios o pecados” muy comunes entre los obispos católicos, a saber, el autoritarismo, la hipocresía y el conservadurismo (social, cultural y hasta político y económico).

    No estamos afirmando que el joven obispo Iceta haya sido autoritario, no; puede que no lo haya sido, que haya actuado con conciencia libre, limpia, serena, evangélica… Lo que tratamos de afirmar es que incluso aunque su actuación con respecto a Torres Queiruga haya sido acertada y justa, inevitablemente recuerda otras muchas actitudes y actuaciones episcopales católicas que sí son tremendamente autoritarias, hipócritas y conservadoras.

    Todos somos pecadores, ciertamente -de tan cierto que es, ni que reconocer esto tendríamos-, pero insistimos: esos tres vicios o pecados típicamente episcopales siguen estando muy presentes en la Iglesia católica. Siendo así las cosas, nos cuesta creer que muchos fieles católicos desencantados con la Iglesia -a menudo, alejados de la práctica sacramental, etcétera- vayan a comenzar a sentirse interesados por vivir la fe en el seno de una institución que no les atrae; mejor dicho, muchos de cuyos pastores no atraen en modo alguno y sí todo lo contrario, repelen más bien.

    Cierto que el encuentro del creyente, del buscador de la verdad y de caminos de sentido para su vida, es con Cristo. Pero no es menos cierto que una vez acontecido ese encuentro, el encontrarse con una comunidad cristiana de referencia más o menos evangélica y más o menos autoritaria, más o menos acogedora o más o menos hipócrita, más o menos militante o más o menos burocratizante, puede ser determinante a la hora de la maduración personal en la fe.

    Y sin embargo no nos parece a quienes escribimos esta reflexión, como hijos de la Iglesia que nos creemos,  que se estén haciendo muchos esfuerzos por parte de los jerarcas católicos por presentar al mundo, tan descreído hoy día, un rostro de la Iglesia samaritano, servicial, evangélico: “Iglesia vestida solamente de Evangelio y de sandalia”, en bella expresión poética de Pedro Casaldáliga. En la Iglesia católica actual, vuelven a estar de rabiosa actualidad los adalides de la misa tridentina, en la que casi siempre los obispos celebrantes se revisten con ornamentos litúrgicos magníficos, en todo su esplendor, y hasta con guantes, en claro signo de segregación con relación a los seglares. Aunque a decir verdad, nada tengo contra los fieles católicos deseosos de celebrar la Eucaristía según ese rito, solo que suelen ser los partidarios de ese rito tridentino muy intransigentes con respecto a quienes desean seguir celebrando la Eucaristía en un tipo de celebraciones menos “solemnes”, más comunitarias, más expresadoras de la igualdad radical de todos y todas en Cristo.

    Así al menos es como lo vemos nosotros.       

  • ¿ALGÚN MONSEÑOR SE LIBRA DEL JUEGO SUCIO?
    Es una pregunta no inocente, desde luego. Y me atrevo con otra. ¿Cuantos gaznates tiene que pisan un señor, para llegar a verse mitrado o con las ínfulas tras la espalda?
    Teniendo estas máximas, ¿como no se las van a gastar con los progresistas de pensamiento, o libre-pensadores; sino cortándoles las alas, prohibiéndoles conferenciar en centros que son de toda la comunidad eclesial, no solo de ellos; y acotando la publicación de libros, negandoles el puñetero “nihil ostat”, o como se escriba?
    Si de algo no nos puede hablar “nuestra amada e imperfecta Iglesia” (S.Fco.Asís), es de libertad. No, ya no pueden hablar de ello. Y casi lo mismo les ocurrirá con la caridad.
    Con la libertad que la iglesia predica y luego pone en práctica, bien aplicaremos el refranero popular de los pueblos, “justicia pero por mi puerta no”.
    Y es que, como me dice un amigo esta mañana, están recogiendo velas. Son conscientes de lo que están perdiendo, no solo ante la sociedad en general -donde la Iglesia ha dejado de ser una organización seria-, sino ante los miembros de la comunidad; que poco a poco vemos como el vinculo que nos une a nuestra jerárquica iglesia es cada vez mas fino.
    Menos mal que a los obispos y sus funcionarios subalternos, siempre les quedará Comunión y Liberación y la caterba de conservadurismo… que no ven -como dijo aquel- más allá de la pared.
    Saludos.
     

  • jacob

    Ya lo dije antes, me da pereza.

    Simplemente conté mi opinión y no me apetece polemizar. Para ti es juego sucio. Para mi, no. Podríamos estar así hasta el infinito, pero no tengo ganas.

    Solo he puesto una opinión divergente a la tonica general. Y por mi parte, en principio no voy a engordar mucho más el hilo.

    Ah, y por cierto yo hablo con muchisima gente cuando salgo de la eucaristia dominical, será que mi parroquia no es como la tuya.

  • Fico Sánchez Peral

    ¿Y por qué tendría Iceta que defender la ortodoxia de la iglesia de alguien (Torres Queiruga) que no la ataca, sino que con su estudio y trabajo de profundización en ella, la sirve al depurarla de imperfecciones? ¿Por qué presupone (puesto que no lo argumenta) que el trabajo de Queiruga es un ataque, cuando en realidad la sirve mejor que Iceta? El trabajo de Queiruga libera de impurezas y hace más eficaz la herramienta que da crecimiento a la espiritualidad de los creyentes, mientras que la actuación de Iceta la obstaculiza.
     
    Pues por simple miedo irracional a lo desconocido. Síntoma de su falta de confianza en esa doctrina que tan necesitada está de que la defiendan de quien no la ataca, pero síntoma también –insisto- de su falta de fe en sí mismo, en el hombre y hasta en Dios.

  • Fico Sánchez Peral

    Vale Jacob, efectivamente, ese es el problema: el autoritarismo (el abuso de autoridad) con el que Monseñor juega sucio al abusar de su cargo para, sin justificarse debidamente (y no solo jerárquicamente, dictatorialmente), decidir que las tesis de Torres Queiruga no son acordes a la doctrina de la iglesia. Cosa que hace (sin argumentar) en contra de la decisión consensuada por la dirección del Instituto Diocesano de Teología y Pastoral y hasta de lo dicho por Ratzinger en su día: “La autoridad eclesiástica no puede suplir la pericia de los órdenes respectivos de la realidad, sino únicamente reconocerla. Tampoco puede suplir la competencia científica de la teología, sino que debe también reconocerla y darla por sentada como tal”. (Parece como si no te hubieras leído el artículo que comentamos).
     
    Que así es como –por desgracia- se acuña hoy la doctrina: el obispo novato y autoritario de turno prohíbe –a dedo, y sin más- un determinado análisis crítico de la doctrina, la cual, al no ser analizada ni sometida a contraste, sale reforzada por esta y otras prohibiciones, que a su vez volverán a reforzar viejas doctrinas, y estas nuevas prohibiciones, y así sucesivamente… (Y a eso le llaman tradición, ¿sabes?). Hasta que las iglesias quedan llenas de fieles muy ortodoxos -eso sí-, pero que no saben por qué creen lo que creen, ni si lo que creen tiene sentido y es ayuda útil o por el contrario obstaculiza su crecimiento espiritual, porque sólo saben creer por obediencia, por tradición, por inercia… O sea: la momificación y estancamiento de la iglesia. La iglesia convertida en parvulario de eternos adolescentes religiosos.
     
    De esto es de lo que estamos hablando Jacob y no de una disputa de colegio para ver a quien deja el obispo jugar con “su pelota”. Hablamos de los modos, eficaces o no, de evangelización, y de sus consecuencias en la iglesia. De cómo los llamados pastores de la iglesia (que no son sus dueños) la conducen hacia el fracaso del cristianismo, porque les importa más la pureza de su ortodoxia (controlar “su pelota”), la que les mantiene a ellos en el control jerárquico del tinglado, que el mensaje de Jesús.
     
    Pues yo discrepo Jacob, y no sólo discrepo, sino que opino que esas “maneras” de hacer de los obispos, son causa no de la evangelización, sino de la atrofia espiritual de los creyentes y de la degeneración de la iglesia. Así de grave veo yo las consecuencias del juego sucio de Monseñor Iceta. Y si quieres comprobarlas, vete a charlar un ratito con la gente que sale de misa cualquier domingo.
      

  • jacob

    Fico, yo creo que simplemente el obispo defiende la ortodoxia de la Iglesia, considera que Torres no se ajusta a ella, y entonces no autoriza la conferencia en su local.

    Pero lo importante no es de quien es el local ,sino la primera parte: piensa que no esta acorde con la doctrina de la Iglesia.

    Saludos

  • Fico Sánchez Peral

    Jacob, no se estaba cuestionando -me parece a mi- la legitimidad jurídica de Iceta, como titular del local, para decidir quien da conferencias en él; y lo de que lo pueda hacer porque no le gustan las tesis teológicas de Queiruga (cosa que habrá que suponer, porque no se ha tomado ni la molestia de argumentarlo), así, sin más, ¿a ti te basta?
     
    Mira que Queiruga no es un desarrapao cualquiera, que es un señor con unas credenciales y un prestigio más que reconocido y que, si conoces su obra, cuesta entender que alguien le prohíba a Queiruga dar una conferencia. Mira que el artículo que intentamos comentar (que no la legitimidad del propietario del local para decidir quien entra en él) lo firma Sebastian García Trujillo, miembro del Instituto Diocesano de Pastoral que invito a Queiruga a dar la conferencia (tampoco otros desarrapaos), que expone unos razonamientos muy, muy, pero que muy serios; y el Comunicado del Foro de curas de Vizcaia (tampoco vulgares desarrapaos) aporta datos inquietantes sobre las maneras de actuar de Iceta sobre el deseo de controlar las mentes de los creyentes.
     
    Me deja perplejo que tu planteamiento, así, sin más, te deje tan tranquilo. Con esa falta de rigor no es de extrañar que después en la iglesia pasen las cosas que pasan. “¡Porque lo dice el obispo, y se acabó!”, ¿no te suena un tanto medieval?
     
    Yo me he movido toda mi vida, como humilde seglar de a pié, en “movimientos” bastante atascados, pero todos –eso sí, eh- con el apellido Diocesano detrás. En ellos recibí y asumí una religiosidad del gusto de otros obispos como Iceta, que a medida que maduraba como adulto se reveló no solo insuficiente, sino como verdadero obstáculo para mi crecimiento espiritual; y cada vez que la cuestionaba como herramienta incapaz de cumplir su finalidad de ayudarme a avanzar hacia mi mismo y hacia Dios, empezaba a tener problemas. Primero me rechazaban públicamente, luego me marginaban y finalmente, si yo no me marchaba arto de aquella soledad y marginación, provocaban alguna discusión tras la que me expulsaban. Y así hasta en tres “movimientos” distintos (mejor decir: estancamientos ¡no?).
     
    Entonces (ya hace mucho de eso) ya entendí que mi deseo de, partiendo de las creencias y la religiosidad recibidas, tener libertad de pensamiento para crecer en mi búsqueda de Dios, no formaba parte de las tesis de los “Icetas”, curas o seglares de turno, con que me fui encontrando. Lo que no me esperaba era volver a encontrar ese argumento veinticinco años después, ya en el siglo XXI.
     
    Ya no recuerdo quién era el que decía que el principal enemigo de la fe no era la increencia o el ateismo, sino el miedo. ¡Y qué razón tenía!
     
    El miedo a dejar que el creyente se enfrente a su búsqueda de Dios; la falta de confianza en el hombre y en lo que, a solas con Dios, pueda suceder entre Dios y él, demuestra la falta de fe de la cúpula de la jerarquía eclesiástica (salvando las excepciones salvables) tanto en el hombre como en Dios. Por eso confían más en su particular magisterio, al que han añadido –por la cara- el apellido “de la iglesia”, para que parezca más creíble que el de Jesús de Nazaret. Por eso les dan miedo las tesis de Queiruga, porque desenmascara “su tinglado” y devuelve al hombre la libertad de relacionarse directamente con Dios.
     
    Bueno y no me enrollo más, pero me resulta insólito, ¡que hoy!, y para referirse a un señor teólogo de la talla de Queiruga, aun se siga soltando tan a la ligera lo de “porque lo manda la iglesia y basta” y nos quedemos tan tranquilos.
     
    ¡Jo!, con lo que yo sufrí para recuperar mi libertad de intimidad con Dios y que aun se siga promoviendo la falta de rigor que la consiente, ¡uuuufffffff!!!!!!!!!

  • ana rodrigo

    Hoy he escuchado en la radio que en el rankin (no sé cómo se escribe) de profesionales felices, los curas encabezan esta lista. Y yo me pregunto por qué, dónde estará la clave.
    Claro que eso de ser feliz es muy subjetivo, pero supongo que el estudio sociológico se basará en datos objetivos y medibles empíricamente.
     
    ¿Será por sus funciones o su trabajo propiamente dicho: administradores de sacramentos?

    ¿Será porque su clientela (feligresía) no les dan muchos problemas. Se dice que los curas atienden a sus feligreses en momentos en que carecen de conocimiento, es decir, en el bautizo, en la boda y en la extraunción y en estas condiciones la gente no plantea problemas..

    ¿Será porque están muy seguros de que representar a Dios es lo mejor que se puede hacer en esta vida, o lo que nos complica la vida es el compromiso a pié de calle?

    ¿Será que la sumisión (ellos dicen obediencia) a sus superiores (uf, qué horror!) les ahorra muchos dolores de cabeza de esos que quitan una cierta felicidad al común de los mortales?

    ¿Por qué será que son excuras los que tienen problemas que les complica la vida cuando quieren hacer teología, o mejor, teólogos excuras, los perseguidos por la jerarquía?

    ¿Será por escapismo espiritualista?

    ¿O será verdad que ser cura es la profesión más gratificante del planeta?
     
    Yo quiero ser cura pero no me dejan….jaja

  • jacob

    Me daba algo de pereza intervenir en este hilo.
     
    Uno de los motivos era la intervención de una asidua participante en el foro en la que se recriminaba que con la riqueza de temas de Atrio, determinada gente sólo interviniese en determinados artículos.
     
    Otro de los motivos es que no me apetece demasiado polemizar, ya que por lo que veo mi opinión personal no esta demasiado de acuerdo con las opiniones de la mayoría de intervinientes en Atrio.
     
    Pero bueno, me he dicho: contra pereza diligencia, y me voy a permitir dar mi opinión sobre el tema, así que allá va.
     
    Se le acusa al bueno de monseñor Iceta, Obispo de Bilbao, de prohibir que Andrés Torres Queiruga imparta una conferencia sobre Dios, en un mundo injusto en el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral de Bilbao.
     
    A mi entender, Iceta tiene perfecto derecho de decir quien puede hablar en los centros de los que es responsable. Diocesano se llama el tal Instituto, es decir que pertenece a la Diócesis, y precisamente el titular de la Diócesis es monseñor Iceta.
     
    Me Imagino que Iceta a considerado que las tesis del teólogo gallego, no se ajustan a la ortodoxia y al magisterio de la Iglesia Católica, y por tanto ha impedido que la conferencia se celebre en uno de sus locales.
     
    Algo así como que en la sede de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, quisiera dar una conferencia el obispo Fellay, de La Fraternidad Sacerdotal San Pío X. Le dirían que se fuera con la música a otra parte, y aquí paz y después gloria.

    No veo que un obispo de la Iglesia Católica por actuar de tal modo juegue sucio. Podra gustar su postura a unos y a otros no, pero ¿jugar sucio?

    Dejemos ese calificativo para otras cosas que pasan, y pasan muchisimas 
     
     

  • Antes que nada, muchas gracias al Atrio por tenernos al tanto de todo ésto.Muchísimas gracias a todos los que han denunciado el juego de “peonza” en expresión de alguno de los participantes, empezando por Vitoria, etc.Muchísimas gracias a Queiruga.  ¿Pero en todo ésto no está  el Sanedrín que persiguió a Jesús?
    Estoy completamente de acuerdo con lo que comenta oscar Varela sobre lo de que “se vaya a bañar”.Pero, ¿quién le pone la “rasqueta de la mugre”? Porque la “mugre”, a lo mejor le pone el Sanedrín? ¿Al servicio de “qué peonza” bailan Iceta y compañía? ¿De qué Sanedrín?
    Se dice por ahí: “Quien no tiene cabeza no necesita sombrero”. Pero,¿porqué tantas ganas de descabezar a los que piensan?¿ O es que quieren que sólo tengamos sombrero pero no cabezas? ¿O es que sólo tienen sombrero y no cabeza? No sería mejor que como Casaldáliga se ponga un sombrero de paja despojándose de su mitra dorada? Además la mitra en su formato actual debe ser de origen egipcio..¿O es que son afines al fundamentalismo musulmán? Quizá Casaldáliga quiso hacer un gesto profético en torno a  los sombreros sin cabeza y sospechó que se avecinaba una tormenta y prefirió acercarse al pueblo…
    El que no guarda un respeto a los demás, especialmente a los que piensan,pierde su dignidad.. su cabeza..aunque no su mitra ..¡¡¡A largo plazo, la historia se encarga ….¡¡¡ Menos mitras y más sombreros de paja… y más cabeza. Déjennos en paz a los que queremos buscar a Jesús, carajo.. y a los que nos ayudan a buscarlo…más carajo…¡¡¡

  • Gabriel Sánchez

     Mi más profunda solidaridad con el gran teólogo gallego, Don Andres Torres de Queiruga, de hecho esta prohibición, me hizo volver con fruición a el material teólogico tan rico, que nos ha llegado a través del tiempo y nos sigue pareciendo su intuición teólogica absolutamente luminosa…por lo que le expresamos desde este foro, nuestra solidaridad y nuestro profundo deseo que que continue su busqueda y que la socialice, para enriquecernos a todos.- Gabriel

  • ana rodrigo

    Realmente la lista de teólogos vetados por la jerarquía es abundante, como abundante es la medida de la categoría intelectual y de honradez que acompaña a cada uno. Siempre añado que desgraciadamente no hay teólogas sancionadas porque ni siquiera se las toma en consideración, que es el mayor desprecio que se le puede hacer a una persona.
     
    Hace muchos años se nos insistía en que Dios ya había dicho su última palabra en Jesús, y, por tanto nada más se podía añadir. Nunca se nos hacía alusión a lo que la Tradición había añadido y hasta tergiversado. Y pienso que en este momento la jerarquía se ha quedado en punto muerto en cuestión de teología, con el añadido de que tal como está la Santa Tradición, ya está dicho todo, y por tanto lo que hay que hacer es hacer bailar la peonza y que dé vueltas sobre sí misma. Como si el tiempo y sociedad no cambiase y evolucionase.
     
    Todo hecho desde una prepotencia que, en estos tiempos, raya el ridículo más absurdo. Tratar a los fieles cristian*os como menores de edad en un mundo en el que fuera del templo se nos trata como lo que somos, mayores de edad, produce bochorno y sonrojo.
     
    Ha sido Iceta en Bilbao, Sistach (que decían ser progre) en Barcelona, supongo que Rouco en Madrid, más el miedo que tienen las parroquias y las órdenes religiosas a invitar a cualquiera de los teólogos sospechosos, es decir, la autocensura. Ésta última es la más eficaz, el miedo atenaza y paraliza.
     
    Recuerdo hace ya unos años cuando la CONFER invitó a Tamayo a dar una conferencia en Granada en el Palacio de Congresos donde tenía lugar una reunión de muchísimos religiosos y religiosas, mientras la autoridad competente prohibía que Tamayo pudiese llevar a cabo el dar su conferencia. Repartimos unas fotocopias relatando lo ocurrido a la entrada del Palacio de Congresos, y no os podéis ni imaginar la cara de decepción y de sorpresa de la mayoría de las personas. Seguro que en este momento, primero que ya no lo invitarán  y, segundo, ya la sorpresa habrá desaparecido porque lo ven como normal.

  • Iñaki S:S,


    D. Mario Iceta nos muestra su gran celo inquisitorial, vetando a este teólogo. Esperaba algo más universal de un obispo de 45 años, con un bagaje cultural importante. Lamentablemente, su mini-discurso es ininteligible para la inmensa mayoría de los seres humanos que poblamos el planeta Tierra.
    En el Pais Vasco, aunque su carrera eclesiástica la ha desarrollado fundamentalmente fuera, le conocemos un poquito. Estamos ante un personaje que no deja de transmitir una cierta sensación de arrogancia  en sus palabras. Su empeño en creer estar en posesión de la verdad absoluta te echa para atrás. En alguna ocasión, ni corto ni perezoso, se ha llegado a auto-proclamar enviado del Dios hecho visible en el hombre de Nazaret. Con semejante título no tiene ninguna dificultad en considerarse justificado en todo cuanto hace y dice. Yo debo de haber leído el evangelio al revés, porque voy de sorpresa en sorpresa. Por ejemplo, suele hablar de facilitar la concordia entre todos cuando, a los ojos de demasiada gente, aparece como manzana de la discordia dentro de su propia feligresía. Pretende ser servidor de todos pero, por si acaso, siendo un jerarca de la Iglesia de los pobres se apoya fundamentalmente en los ricos. Presume de soportar bien las críticas porque su Maestro también las sufrió, olvidando que a Jesús le criticaron por revolucionario enfrentado al poder y a él por todo lo contrario. Es decir, por estar al servicio de quienes lo ejercen con autoritarismo. Dice estar dispuesto a cargar con la pesada cruz de sus nuevas responsabilidades, cuando la que realmente lleva colgada del cuello es una pequeña joya ornamental.”
     
    Admirable la serenidad y confianza del teólogo gallego. Inasequible al desaliento, no se siente perseguido y confía en que todo se irá arreglando. Según él, dentro de la Iglesia Católica hay división de opiniones. Afortunadamente, la mayoría de los prelados no comparte la deriva excesivamente estrecha y dogmática que se está adoptando. La corriente mas integrista del Episcopado español, en la que milita D. Mario, acabará siendo superada. En un mundo tan plural como el que nos está tocando vivir, tarde o temprano se impondrá el compromiso con una espiritualidad cercana a las necesidades reales de las personas. La arrogancia y el dogmatismo inquisitorial son un pedestal del que, en pleno siglo XXI, toca bajarse.
     

  • Antonio Vicedo

    ¡Blanco al centro de diana, S, ! Pero cada YO, SUJETO, que no se confunda, ni diluya en cada uno de los otros igualmente SUJETOS, porque, el NOSOTR*S, no sería nada sin cada YO. Un abrazo.

  • Fico Sánchez Peral

    Hombre, pues la rasqueta para que Monseñor se rasque la roña la ponemos nosotros con nuestras críticas razonadas (lo que Monseñor no ha hecho debidamente). Otra cosa será que Monseñor se rasque o no con ella, pero a ese cinismo ya estamos acostumbrados. ¡Así apesta la iglesia a rancio!
     
    A mí lo de Queiruga me hiere de cerca, por lo de privar de evangelización eficaz a quienes la buscan, mientras se momifica (método de conservar cadáveres) con la ineficaz (la oficial) a los bellos durmientes que llenan los domingos las iglesias. Y así nos va.
     
    Quince años llevaba yo de atasco en mi particular crisis de creencias (que no de fe), hasta que una amiga me regaló un libro de Queiruga: “Recuperar la creación” que me leí a regañadientes, lleno de prejuicios y de alergias, pues como no lo conocía, al principio lo tomé por un cura más con el discurso coñazo de siempre. Pero, mira tú por donde, acabó venciendo mis prejuicios, despertando mi interés y abriéndome a nuevas perspectivas y formas de replantearme algunas cosas, con lo cual me abrió la puerta del callejón sin salida en el que me había metido la docilidad y la sumisión a la religiosidad oficial: la doctrina de la iglesia. Visto lo cual, me leí también: “Recuperar la salvación” y “Fin del cristianismo premoderno”, y un montón de artículos suyos que encontré en su página de Internet.
     
    Después me puse a escribir una reflexión personal sobre mi atasco, que llamé: “Viaje de lo religioso a lo espiritual”, y cuando llevaba treinta páginas y empezaba a iluminarse algo mi atasco, tuve la jeta de mandárselas a Queiruga y pedirle que tuviera la paciencia de leérselas, cosa que hizo, amabilísimo, y sin escatimar estimulantes criticas que le agradecí con toda mi alma. Con lo cual, iluminada por Queiruga otro poco la cosa, continué avanzando y saliendo de mi atasco, hasta que aprendí a volar solo. Que quizá -¡seguro!- es lo que no quiere el Sr. Iceta, que la gente salga de la trampa para elefantes, del atrofiadero en que han convertido el magisterio de la iglesia, y vuele sola.
     
    Pues eso, desde aquí mi agradecimiento a Queiruga y tantos otros como él y mi más rotundo rechazo para los que convierten la iglesia en una trampa para crédulos.
    Saludos.

  • oscar varela

    Hola!

    Si monseñor “juega sucio

    lo más caritativo sería

    ¡mandarlo a bañar ¿no?!

    Yo pongo el jabón

    ¿Quién la rasqueta de la mugre?

    O viceversa.

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • sarrionandia

    A.V. emtiendo que la libertad de uno no termina donde empieza la del otro, sino que empieza, precisamente, donde empieza la del otro.
    Las libertades tienen que comunitarizarse para ser libertades de verdad

  • Antonio Vicedo

    He dicho: “-si se trata de invadir lo que se considera PROPIEDAD PRIVADA  DE ALGO… o se denuncia como impropia la apropiación, …”  y en lo de PRIVADA, creo que va tu coincidencia conmigo y en ese terreno, en cuanto sea justo, va incluida la Justicia y el respeto a ella.
    Otra cosa bien distinta, y en ello también coincido plenamente contigo, es en lo justo de no optar por la escapada, sino por el condominio sin subordinación de permisos, si a una institución eclesial se refiere, que ni es ni puede ser real propiedad privada  de ningún obispo, encargado, por Quien, dicen, le confió MISIÓN. no de dominar cosa alguna a semejanza del Maestro, sino a ser SERVIDOR de  TOD*S.
    Si no me he expresado bien, dando pie a interpretaciones razonables como la tuya, te  la agradezco y pido por ello disculpas.

  • José Ignacio Calleja

    “… si se trata de invadir lo que se considera PROPIEDAD PRIVADA  DE ALGO… o se denuncia como impropia la apropiación, … ” Pero, Vicedo, de esa denuncia va la carta, ¿no? Lo de irse a otra parte sería la solución para que nada cambie nunca… ni en la vida personal (tengo un problema, lo evito y me voy), ni en la vida pública (no me dejan hacer algo, me meto en casa), no me gusta mi país (me voy), no me gusta mi familia (corto con ella)… Demasiado fácil para ser la solución. No me convence. Hay una cosa que se llama justicia y precede al derecho y sobrevive a su aplicación; de eso va el debate, en términos eclesiales. Paz y bien. 

  • Antonio Vicedo

    El límite de la libertad de cada un* debe quedar justo donde comienza la libertad ajena.
    Para uno exponer lo que cree que es razonable ¿Qué necesidad tiene de contar con permisos o aprobaciones de nadie, por muy obispo que sea, si aquello pertenece a lo que es propio de LA PERSONA.
    Pero si se trata de invadir lo que se considera PROPIEDAD PRIVADA  DE ALGO ( Un local por ejemplo o una particular Institución que tiene su Amo), entonces, o se denuncia como impropia la apropiación, o uno, en este régimen de cosas apropiadas legalmente, se va a otra parte y contencioso terminado a favor de LA LIBERTAD-
    ¿Que esto conlleva riesgos y consecuencias? ¡Pues a hacer un poco de memoria de lo que dejó como testimonio Jesús! : -SI a MÍ ….., TAMBIÉN …. A VOSOTROS.
    Y que cada palo aguante su vela ante el vendaval de la consideración pública.
    ¿Por qué seguir sorprendiéndonos de aquello que aclaró Jesús, sobre PASTOR, PASTORES y ASALARIADOS, admitiendo diferentes actitudes por parte de “las ovejas”?

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