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El esfuerzo

Hace tiempo que me ronda por la cabeza hablar de esta palabra. Lo digo porque no quiero que coincida con lo que la prensa nos comunicó el día 27 de septiembre que “el gobierno lanza un plan de valores para remoralizar Catalunya”. Entre estos valores cita el esfuerzo.

Mi reflexión no tiene nada que ver con este proyecto pero sí que es una palabra que se precisa rescatar i reforzar. Ver su necesidad actual. Y no olvidar que de una forma u otra siempre se ha tenido en cuenta.

El origen más antiguo de esa palabra viene de un vocablo latino “fortia”. “Fortia” quiere decir “cosas fuertes o valores”. “Me han dicho una cosa fuerte este señor”. Dicho de otra forma, una cosa importante. Hacia el siglo IV se emplea, en otro sentido, “forzar”. Y esta fuerza puesta u orientada hacia fuera da “esforzar”. Los diccionarios nos dan muchas definiciones.

En resumen, una palabra que prístinamente indicaba un valor hasta llegar a significar forzar para avanzar o conseguir ciertas finalidades. En este sentido se puede considerar “el esfuerzo” como un valor porque intrínsecamente contiene una valúa.

Resulta por otra parte, que toda la vida es un esfuerzo, un forzar, un imponerse, un exigirse. Pero como se dice en castellano: “sarna con gusto no pica”.

El fondo de la cuestión es la motivación, el motivo, el deseo que se quiere llevar a término. Cuando la cosa agrada, es de buen gusto, vale la pena cualquier esfuerzo. Es el esfuerzo del placer aunque cueste o sea penoso. “Paris vaut bien une messe” exclamó el rey Enrique IV de Francia y III de Navarra.

El deseo, la motivación ha de enfrentarse con la realidad interior o exterior. Entonces, nace un conflicto, una oposición, Aquí es preciso luchar, realizar esfuerzos. Si lo que se quiere es deseado, se luchará con esfuerzo para conseguirlo, lo cual no quiere decir que se consiga. Y de ahí, hoy en día, es preciso valorar los esfuerzos sin resultados inmediatos. Sería el placer del esfuerzo.

El problema es cuando el placer o la reacción visceral son mucho más fuertes aunque sea inconsciente aquello que de forma superficial y bien convencido cognitivamente se quiere o desea. Entonces el placer se impone sobre aspectos que cognitivamente sabemos que no son razonables ni humanos ni provechosos; sino todo lo contrario. Aquí tenemos la lucha de esforzarse y mucho. Concretando más, los pequeños como las pequeñas donde el mundo del placer, del deseo está por encima del principio o la visión de la realidad, de las otras necesidades sociales, importantes, necesarias, imprescindibles, tienen que realizar un esfuerzo. ¿Cómo imponérselo para que lo interioricen posteriormente? ¿Y así devenga un hábito o costumbre? Es preciso hacer mil jerigonzas para buscar un motivo con sus estrategias. Esto no es fácil, pero es preciso hacerlo, sobre todo en el terreno de la educación.

Pero si los que exigen no van por delante con el ejemplo más que la palabra, es faena inútil con los niños, con los adolescentes y en parte con los jóvenes. Todos se mueven por modelos. Si los modelos normalillos no funcionen, ¿Qué se puede o se ha de exigir? Si, ciertamente, por el poder, pero no por la autoridad.

Por lo tanto, el esfuerzo, en cierto sentido, no es ningún valor, es un medio para alcanzar valores. Y según el auténtico valor –valorado interiormente– habrá más o menos fuerza o esfuerzo.

El esfuerzo no cae del cielo ni se consigue sin la constancia. De ahí la necesidad de hacer ciertas cosas de forma repetitiva, de “hacer el aprendizaje del esfuerzo”. Unos aprendizajes, entre otros, como el orden de las cosas, la puntualidad, mantener la palabra dada y tantos otros del día a día. Todo es “fortitudo” o “vis”: fuerza, virtud, valor.

Es preciso buscar aquella pedagogía que estimule. Ni permisiva ni represiva, probablemente preventiva. Y cabe en ella “premio o castigo”. Siempre con un buen

criterio. Y al hablar de premio o castigo lo hago en un sentido muy amplio: una palabra, un detalle, un gesto son premios o castigos. Hay ejemplos para todos los gustos y sacados de doquier. Un caso: Un maestro de ingreso al bachillerato tenía como premio para hacer bien las filas (1948) ir a beber un sorbito de agua del botijo que tenía a su lado. Y tenía sesenta muchachitos. Y hacían muy bien las filas.

Quien dice esfuerzo, dice disciplina, poner límites, ser constante, esforzarse. Toda una pedagogía del esfuerzo no per se, sino como medio para otras metas. El esfuerzo es una condición inherente a nuestra estructura psíquica o emocional para poder evolucionar, desarrollarse o advenir el yo cada vez más fuerte y maduro.

Tengamos en cuenta la frase del filósofo José Ortega y Gasset: La técnica es el esfuerzo para ahorrar esfuerzo.

O la frase de Ludwig van Beethoven: El secreto de mi felicidad está no en esforzarme para el placer, sino en encontrar el placer en el esfuerzo. .

Y acabo con el quiasmo: No es lo mismo el placer del esfuerzo, que el esfuerzo del placer.

2 comentarios

  • JESÚS OLLORA OLARTE

    La noticia sobre la “remoralización” en Cataluña está en http://www.elpais.com/articulo/cataluna/Cleries/impulsa/plan/valores/plenos/recortes/elpepiespcat/20110927elpcat_1/Tes
    El Consejero de Bienestar Social de Cataluña se queja de que la sociedad está perdiendo los valores del esfuerzo, trabajo, lucha y superación. No quiere valores líquidos, sino valores consistentes..
    Entre esto y la Educación para la ciudadanía, parece más que evidente que los poderes públicos nos quieren adoctrinar. .
    Siguiendo con el consejero Cleries, tenemos que huir del individualismo..
    Y a mí me suena un consejo del libro Camino de Escrivá de Balaguer sobre que el esfuerzo aislado resulta ineficaz.
    ¿A dónde nos quieren llevar los políticos?.
    Un saludo.
    JESÚS

  • Gabriel Sánchez

    No estoy al tanto del asunto de Barcelona, por lo que simplemente, agregaré aspectos abstractos sobre el placer y el esfuerzo…El esfuerzo depende siempre de la voluntad…y es motivado según muchos con el objeto de satisfacer la pulsión de vida…Es visto gente esforzarse hasta morir, por obtener la libertad y la justicia para otros…y he visto vídeos como luchan en Honduras, contra la dictadura de LOBO, o como, los jóvenes y algunos gremios…se esfuerzas por cercar el corazón financiero del imperio en Wall Street…He visto el esfuerzo… También la necesidad de colmar nuestros sueños y nuestras utopias, no sólo concitan el esfuerzo de uno… sino el esfuerzo de los pueblos.- Gabrilel

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